Capítulo 70
CAPITULO 70
Pero... tal vez si necesitan hablar, pero como padre e hijo, no como enemigos.
Sé que el señor Overland está haciendo mal, entiendo que esté molesto pero de eso a arruinarle a tu hijo todo por lo que ha trabajado no es correcto, doy
la vuelta y me encamino de regreso hacia él, está en la entrada de la oficina, viendo hacia algún punto de la sala mirando al vacío. Tengo muchas cosas por decirle, ya de por sí me odia así que no tengo nada que perder. Al ver que camino hacia él de inmediato sus ojos se clavan en los míos, llevando ambas manos a sus bolsillos.
-Señor Overland-hablo sin titubear, es ahora o nunca -si en realidad lo que quiere es pelear con Jack, mejor no hable con él, ya tiene suficientes problemas con todo esto que está pasando.
Él me mira frunciendo su entrecejo.
-¿Qué te hace pensar que voy a pelear con él? -me interrumpe, se cruza de brazos clavando una mirada incrédula en mis ojos.
-Porque es lo único que hace ¿Enserio piensa estar en su lecho de muerte para arreglar las cosas con él? ¿Cuándo ya quede poco tiempo habiendo mucho tiempo para aprovechar ahora? -mis ojos se cristalizan -porque enserio no
sabe el dolor que eso causa. Entiendo los motivos por los que está molesto, pero... ¿Qué gana ahora con estarle haciendo la vida imposible? ¿Qué gana usted, señor Overland? -El simplemente hace un gesto de querer contestar pero se queda callado dirigiendo su mirada hacia otro lugar -aunque él diga que no le importa sé que su actitud lo golpea. Con todo respeto, pero es usted el que no entiende lo que es el significado de una familia.
No dice una palabra. Sólo se queda observándome intentando digerir lo que acabo de decir, a sus espaldas aparece Jamie, quién sonríe al verme.
-¿Cómo estás, Rapunzel? -pregunta, acercándose a mí besando mi mejilla.
-Bien, gracias -sonrío, dirigiendo mi mirada hacia el señor Overland -con permiso.
Ahora sí, camino hacia el ascensor, cuando se abre, entro y volteo mi mirada hacia él, puedo ver que se ha quedado en el mismo lugar, su vista está perdida y ni siquiera tiene algún gesto a pesar que Jaime le está hablando, antes de el ascensor cerrarse, él lleva la mirada hacia mí y me observa seriamente,
bueno, desde hace rato ya no soy la nuera adorada así que no me arrepiento por lo que dije, arqueo la comisura de mis labios en una media sonrisa, hasta que mi reflejo se asoma en las frías puertas de metal.
Llego a casa, luego de pasar por un puesto de helados y quedarme ahí a escribir un poco, una situación parecida a la de Jack y su padre hacía falta en mi portafolios, antes de salir del auto tomo el celular que estaba sobre el asiento de copiloto, me imagino las treinta llamadas perdidas de Jack, y no me equivoqué, ahora me espera el sermón del día por no contestar las llamadas y por perderme la tarde entera.
Entro vacilando un poco, la verdad no quiero pelear, ya tengo suficiente estrés emocional. Al entrar él está ahí sosteniendo su cabeza con ambas
manos mientras sus codos están sobre sus rodillas. De inmediato, al escuchar el sonido de la puerta, levanta la mirada y sus ojos me enfocan, se pone de pie, camina hacia mí a paso rápido
rodeándome con sus brazos.
-Mi amor, lo lamento enserio -habla, con su cabeza enterrada en mi cuello -te prometo que no volverá a pasar, estaré aquí contigo las veces que me necesites. Yo no pensé que...
-Jack... Está bien -interrumpo, sonriendo levemente, pongo el portafolios y mi celular sobre la mesa a la par de la puerta para rodearlo con mis brazos, acaricio su espalda, me esperaba una reacción peor con todo esto que está pasando.
-Te prometo, que siempre que me necesites, yo estaré aquí, pero también tienes que comprenderme -toma mi rostro con ambas manos y me mira
fijamente, sus ojos están empañados -no me voy a sentar a ver como mi padre arruina todo lo que me ha costado...
-Jack, tal vez deberías hablar con él, no creo que...
-No -interrumpe de inmediato -no hay nada que yo tenga que hablar con él...ya me dejó en claro que para él solo existe Jamie y la verdad no me importa.
Sí le importa, lo sé, si no lo hiciera, no tragaría saliva al decir esas palabras, no desviaría la mirada hacia otro lugar y no me daría la espalda como buscando algo para no tener que verme a los ojos.
-Jack... tal vez tenga algo por decir...
-No -interrumpe nuevamente, volteándose hacia mí -en serio, no quiero saber nada de él, Rapunzel. Respeta mi decisión.
Y así lo hago, no toqué el tema el resto de la noche, pero a la mañana siguiente, él ya no estaba y es lo que yo no quería. No quiero que me esté apartando por trabajo.
Intenté hacer cosas para distraerme el resto del día, le llamé tres veces pero no contestó, sentada viendo por la ventana lo observo bajarse de su auto con prisa cerrando la puerta de golpe, él nunca hace esas cosas, primero muerto que cerrar la puerta de su adorado auto de esa forma. Frunzo mi entrecejo, me levanto y camino hacia la puerta principal acomodando mi chaqueta de puntos, tiene que haberle pasado algo para que venga de esa forma.
-Jack... ¿Qué...
-Rapunzel ¿Por qué? ¿Por qué hiciste eso? -me interrumpe, con un tono de voz que siento que me golpea, lo miro con intriga.
-¿Qué cosa? -pregunto curiosa ¿Ahora qué hice que no me acuerde?
-Ir a hablar con mi padre -su mirada refleja furia -¿Por qué lo hiciste?
-Yo no fui a hablar con él, Jack. Yo lo encontré en la of...
-A mi no me interesa saber donde lo encontraste. Te dije que respetaras mi decisión...
-Yo sólo le dije que estaba hacien...
-¿Por qué te empeñas en traerme más problemas? -me interrumpe, poniendo esa mirada suya inescrutable en mis ojos.
-Yo sólo....
-¡No! Entiende de una vez, esto no es asunto tuyo ¡Joder! Para mí él dejó de existir desde el primer puto momento que hizo que todos me dieran la espalda. Y no quiero que tú te metas, quiero que me comprendas no que me
prov...
-A MI NO ME VAS A HABLAR DE ESA FORMA. SI NO QUIERES QUE
SALGA POR ESA MALDITA PUERTA Y NO VUELVA.
No dice una palabra, sólo me observa, de hecho, ambos nos observamos, mis ojos se empañan de inmediato, estoy mal psicológicamente y sus gritos no ayudan. Subo a la habitación intentando calmarme, ahora no voy a llorar por esta mierda. Me siento en el borde de la cama, sosteniendo mi cabeza con ambas manos ¿Por qué todas las cosas tienen que pasar al mismo tiempo?.
Tomo mi bolso y salgo, no me voy a quedar aquí a llorar, él está sentado en el sillón con sus manos en el rostro sosteniendo sus codos en sus rodillas, cierro
la puerta de golpe y subo a la motocicleta, esto no puede estarme pasando.
Lágrimas corren por mis mejillas a medida que el viento golpea mi rostro, hace frío, ahora me resfriaré otra vez, sólo eso me falta para rematar mi mala suerte, mi casco va en mi antebrazo, sólo espero que los putos oficiales de tránsito no aparezcan de pronto aunque ahorita me vale una mierda. La
desventaja de vivir lejos de tu familia es que en este tipo de situaciones no puedes ir a llorarle a tu madre por todas las cosas que están mal, aunque si la
tuviese cerca tampoco lo haría, nunca me mostraría de esta forma frente a ella ni nadie, mucho peor por un hombre.
Cuando siento que me he alejado lo suficiente, llego a una cafetería, es un buen lugar, limpio mis lágrimas y acomodo mi cabello antes de entrar, tengo
que llamar a Anna, siempre tiene las palabras correctas cuando no me siento bien, pero ahí recuerdo, mi teléfono quedó sobre la mesa de noche
¡Ah! Estupendo. Ahora estaré sola aquí auto-consolándome. Pido un café y me siento en la pequeña mesa caoba de la esquina. Abro mi portafolios, aún tengo algunas cosas que corregir antes de enviarlo a cualquier editorial. Tomo un sorbo de mi café cuando alguien se sienta frente a mí, frunzo mi entrecejo y levanto la mirada ¡Lo
que me faltaba!
-Y... ¿Dónde está tu esposo de mentira? -sonríe, con esa impecable sonrisa que le pudo haber costado miles de dólares ¿Qué hace en este tipo de lugares?
-En nuestra casa, Blanca Nieves. ¿Y dónde está tu padre.... digo, prometido? -ella enarca una ceja y cambia toda su expresión por una de seriedad mientras se cruza de brazos y se recuesta sobre el espaldar de la silla, almenos no lleva un gran escote pero sí, un vestido que casi se logran ver sus bragas.
-Al menos él si es mi prometido en serio. No alguien que le pagaría a un abogado por modificar la fecha de un acta matrimonial. -esas palabras llaman mi atención.
-¿Cómo sabes tú lo del abogado y el acta matrimonial? -ella sonríe,
ampliamente. No una sonrisa amistosa, ni una falsa sonrisa como las que acostumbra, es una sonrisa de maldad.
-Dile a tu "esposo" -hace énfasis en esa precisa palabra -que olvidó esto en el restaurante esta mañana -arquea sus cejas y tomo con intriga lo que me está extendiendo, lo llevo frente a mis ojos, es la identificación de Jack
-Me supuse que había algo extraño en ese supuesto matrimonio, especialmente contigo -continúa, rodeando la mesa y se inclina hacia mí - pero déjame decirte ¡Que buen amante es tu jefe! -murmura, mencionando esa última palabra con lentitud, este es el momento en que me voy a encerrar al baño a llorar, pero yo soy Rapunzel Corona y estos comentarios me sacan de quicio. Me levanto, quedando frente a frente con ella, sonrío ampliamente y le dejo ir mi puño contra su cara. Maldita zorra.
-Sí, ya lo sé. Y me queda claro todos los días -también murmuro, inclinándome a ella, dos personas se acercan y la ayudan a levantarse del suelo, lágrimas caen por sus ojos. Tomo mis cosas sin despegarle la mirada de encima. Cuando Jack entra por la puerta principal y mira la escena perplejo.
Ya valió madres!! A correr!!!!
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