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Capítulo 69

CAPITULO 69

Los siguientes días me la paso en cama, apenas he comido y me cuesta conciliar el sueño, y esto que con ayuda de pastillas para dormir, a veces hasta ni esas son suficientes, me despierto a media noche deseando que sólo sea un mal sueño, intento ser fuerte lo más que puedo, pero siento que no funciona, siempre termino en llanto, sé que a él no le hubiese gustado verme así, pero entiéndelo papá, no siempre puedo ser fuerte, justamente no ahora.

Aunque intente ser positiva y pensar que pronto pasará, estos días se me hacen eternos.

He escrito una nueva carta que agregaré al portafolios, por muy mayor que estés, la muerte de tu padre siempre te hará sentir desamparado. Mucho más, cuando te esforzaste tanto por mejorar esa relación, pero mucho más cuando tenías muchas metas que cumplir junto a él.

Y ahí es donde una lágrima corre por mi mejilla, al recordar que hoy es el día, no puedo evitar que la melancolía se apodere de mí cada que recuerdo que hoy precisamente renovaríamos votos, hoy precisamente mi padre me llevaría hasta el altar, Jack estaría esperándome con esa sonrisa suya y Anna estuviera llorando a mares al verme entrar porque es lo que siempre ha
soñado, ser la mejor dama de honor. Algún día se cumplirá su sueño, pero no ahora, no ahora que mi corazón está roto en mil pedazos. Sigo sin entender como la vida puede cambiar drásticamente en un solo día.

Recuesto mi cara sobre el cristal de la ventana, mientras varias gotas de lluvia golpean con fuerza pero van cesando a medida que pasan las horas, justo hoy es una semana de su partida, mis ojos lagrimosos se devuelven a la página que sostengo en manos, y me cercioro de leerla bien, es la única forma de liberarme un poco de lo que siento, escribiéndolo.

Limpio mis ojos empañados, mientras me incorporo en la silla, inicio mi lectura mientras tamborileo mi pluma en el brazo del sillón. Inmediatamente mis ojos vuelven a empeñarse pero trago el nudo en mi garganta, no siempre estaré llorando a mares, pero solo ha pasado una semana y no sé cuanto más esto pueda durar, limpio mis ojos nuevamente y comienzo el recorrido con mis ojos por las letras.

Querido papá:

Es difícil para mí escribir estas líneas, cuando sé y me he resignado que ya no estás en cuerpo, que ya no volveré a abrazarte, ni besarte, ni podré decirte cuanto te amo. Ya no hay nada que yo pueda hacer, pero de algo que sí estoy segura, es que siempre tendrás un espacio en mi corazón, de hecho, ya vives
en él y así será eternamente.

No sé cuanto más extrañaré tu presencia, no sé cuánto tiempo este dolor se va a prolongar, las lágrimas sólo son muestras de dolor, pero en mi interior hay
paz, porque sé que ya no estás sufriendo y ahora estás en un mejor lugar. Las lágrimas sólo son para borrar la angustia, para volver a reír, como tú hubieses
querido...

En cuanto al perdón, para mí ya estabas perdonado desde hace mucho, amaba tu compañía y amé nuestros últimos momentos juntos, porque a pesar de todo sí estuviste para mí en el último momento cuando todo se volvía oscuro...

Un sonido en la puerta me saca
de concentración, Jack entra hablando, más bien, gritando por el teléfono, lleva uno de sus trajes grises y lanza su maletín con fuerza sobre la cama.

-No, esto no es posible, esas inversiones están a mi nombre, no a nombre de mi padre, no las puede declinar.... -Jack se sienta en el borde de la cama mientras lleva su mano libre a su cabello a modo de frustración -¡NO! No lo
entiendo...

Ahora lleva su codo a su rodilla, aún con su cabeza en su mano, con sus dedos enredados en su cabello, suspira, no puedo escuchar que dicen del otro lado pero su expresión no es buena. Cuelga la llamada y observa la pantalla de su celular, cierra sus ojos y comienza a inhalar y exhalar. Peor que tu padre muera, es que te esté haciendo la vida imposible.

-¿Ahora qué sucedió? -pregunto, me levanto de la cómoda silla giratoria y camino hacia él, levemente levanta la mirada.

-Miles de cosas -menciona -miles de cosas, Rapunzel. Cuando pueda iré por tus cosas a la empresa, por el momento no quiero tener que encontrarme a mi padre porque sé cómo reaccionaría.

Lleva ambas manos a su cabeza luego de depositar su celular sobre la cama, manteniendo sus codos sobre sus rodillas.

-Yo puedo ir por ellas -enuncio, sentándome a su lado, él continúa en la misma posición -necesito distraerme un rato además.

Él niega con su cabeza llevando la mirada a mis ojos.

-No quiero que pases malos ratos con mi padre. Anna vendrá a estar contigo en unos minutos, tengo una reunión y miles de cosas que resolver - resopla y se pone de pie acomodando su saco gris.

-Jack, Anna también tiene sus problemas, no quiero que esté aquí todo el día encerrada conmigo, tiene empleo, tiene una vida...

-Ella está bien aquí contigo, Punzel. Si no, inventara cualquier excusa.

-Porque así es ella, nunca dirá que no -también me pongo de pie -pero justo ahora ha conseguido el trabajo de sus sueños, no puedes estarla haciendo que falte todo el tiempo.

-No me gusta que estés sola aquí, Rapunzel. Además...

-Entonces ¿Porqué tú no estás conmigo? -interrumpo y lo observo fijamente - ¡A la mierda tu padre con esa empresa y sus inversiones! Tú ya tienes suficiente dinero para vivir el resto de tu vida. ¿Por qué te empeñas en hacer más?

-No lo entiendes, Rapunzel -camina hacia el espejo acomodando su corbata negra con indiferencia.

-Tú no lo entiendes ¿Cuántas horas te miro desde que venimos de Florida? Cuando despierto ya no estás y cuando regresas sólo maldices a tu padre y te vas a dormir -mis ojos se cristalizan -yo tam... bién te necesito, Jack.

Dicho esto, salgo de la habitación cerrando la puerta de golpe, tengo los sentimientos tan al borde que hasta me quiero desplomar a llorar ahora por
esta estupidez. Jack no entiende que Anna también tiene sus propios problemas y no puede estar aquí conmigo todo el tiempo, yo sólo quiero que él esté conmigo cuando más lo necesito.

Subo al jodido bentley celeste, y conduzco hasta la empresa, iré yo sola por mis cosas, salir me distrae. Una lágrima corre por mi mejilla una y otra vez y la limpio bruscamente. No sé siquiera como me siento, tengo una mezcla de tristeza y enojo al mismo tiempo que no me está ayudando en nada, el celular
dentro del bolsillo de mi pantalón blanco suena, lo saco de ahí y al ver que es Jack lo tiro en el lugar del copiloto.

Para rematar mi agonía, al abrirse el elevador en el piso 25 de la empresa, al primero en encontrarme es al señor Overland, está charlando con un señor de avanzada edad, también bien vestido, al momento que nuestras miradas se cruzan intento ver en otra dirección, después de todo sólo vine por mis cosas, no tiene porqué echarme, camina hacia su oficina, entro a la que solía ser mía y veo que mis cosas ya están en una caja "perfecto" -me digo- al menos no tendré que recogerlas yo, aunque no creo que me demore mucho poner un pequeño cactus, un porta lápiz, un prensa-papeles y cinco bolígrafos en una caja. Observo también en el escritorio, hay otras cosas, significa que alguien más la está ocupando.

Reviso que todo esté perfectamente acomodado cuando un sonido en la puerta me hace voltear a ver de inmediato. El señor Overland camina hacia mi y sostiene mi portafolios en manos.

-Creo que dejaste esto en la oficina -levanta el portafolios, pensé que Jack lo tenía. Me lo extiende y yo lo tomo con gentileza.

-G... gracias -balbuceo, ni siquiera puedo verlo a los ojos, aclaro mi garganta-sólo vine por mis cosas.

-Lo sé -enuncia, dicho esto camina hacia la puerta de la oficina de regreso y voltea nuevamente antes de cerrarla.

-Deberías mostrárselas a tu padre-habla -llegan al corazón.

-Fue el primero en leerlas, al menos me reconforta saber que me dio su opinión antes de morir -continúo mi mirada dentro de la caja como si busco algo en sí, pero no, sólo no quiero tener que verle a los ojos, no me siento la
mejor persona del mundo.

El de inmediato frunce su entrecejo y me mira con intriga.

-¿Morir? -interroga, levanto la mirada a sus ojos y tienen un leve brillo.

Ahora entiendo por qué no estuvieron presentes.

-Yo creí que lo sabía, señor Overland -el camina hacia mí, intentando digerir lo que acabo de decir.

-¿Cómo voy a saberlo si nadie me dice nada? ¿Cómo crees que me van a decir que murió y yo ni siquiera fui a presentarme a su funeral? ¿Qué clase de persona creen que soy?

-¿La persona que está amargándole la vida a su hijo? -interrogo con sarcasmo, él me observa incrédulo -sinceramente, le pido perdón de corazón señor Overland, sé que no estuvo bien lo que hicimos pero fue algo no muy bien pensado -agacho la mirada un poco para volverla a clavar en sus pequeños ojos castaños -pero se lo agradezco, de no ser por usted nunca hubiese sabido la gran persona que es su hijo -sonrío levemente mientras él simplemente me observa -Que tenga buen día.

Dicho esto tomo la caja y salgo de la oficina pasando a la par suya. No dice una palabra y comienzo a caminar a paso rápido.

-Dile a Jack que quiero hablar con él, por favor -escucho, me detengo un momento, pero luego continúo, cada que él habla con su padre son más problemas que no merece, mejor finjo que no lo escuché y continúo el camino hacia el ascensor.

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