Capítulo 56
CAPITULO 56
Sigo tamborileando mis zapatos contra el piso, viendo fijamente que se forman unos rombos, estoy más aburrida que una caca de Lucifer entre mi ropa, miro alrededor. En menos de diez minutos escucho mi nombre en una voz de mujer
-¿Rapunzel? -Frunzo el ceño y desconcertada contesto.
-Aquí. -luego me arrepiento ¿Qué tal si es que me quieren matar? -Aquí no está, corrijo.
-Bien, para la Rapunzel que aquí no está hay una bolsa con toallas
femeninas.
-¡Ah! Entonces si soy yo -maldito Jack, no me pudo avisar que las
mandaría con la señora. Ella pasa por debajo de la puerta del sanitario la bolsa y le agradezco.
Salgo con toda la vergüenza del mundo y la señora está trapeando el piso, le agradezco nuevamente y al salir por la puerta del baño ahí está Jack
cruzado de brazos.
-Te compré 50 de esas para que no vuelvas a hacerme pasar por esto -frunzo el ceño, no, no me imagino a Jack cargando 50 de esas.
Le entregan a Jack la caja de pizza y yo sostengo las sodas, mientras Jack toma la caja un papelito se cae, pongo una de las sodas sobre el mostrador y me inclino a recogerlo y ahí están los feos zapatos de charol, la mujer que le está entregando a Jack la pizza es la puta que entró al baño.
Me levanto entregándole le papel y es una mujer no muy joven ¡Vieja rabo verde! Ella se inclina sobre la barra que nos separa recargando su peso en sus codos, como intentando verse sexy, le sonríe, despejando su cabello rubio liso de uno de sus hombros, analizo las facciones de Jack y a él parece importarle en lo más mínimo, Jack firma unos papelitos mientras tomo un sorbo de mi soda y observo como la rubia le coquetea a mi esposo, en mi cara. Maldita desgraciada, Jack se encamina con la pizza y miro como la rubia se le come el trasero ¡Es que hasta eso!...... ¡no me joda! me pongo frente a ella bloqueando su visión.
-¿Está lindo ese trasero no? Pues déjame decirte que yo soy la que lo aprieta todos los días, así que más respeto -murmuro muy de cerca y le guiño un ojo, miro como de inmediato las mejillas de la puta barata se sonrojan y me observa apenada, camino hacia la puerta a paso fijo y con la frente en alto y una pelirroja me mira. La observo igualmente y esboza una sonrisa, llevo mis
ojos a sus pies y ahí están las sandalias rojas ¡ahh! Es ella. Mi compañera de sanitario. Sonrío ampliamente y ella hace lo mismo, seguro también vio mis
zapatos. Salgo por la puerta y volteo a ver a la rubia rabo verde por última vez con una sonrisa triunfante.
Al voltearme choco con la caja de pizza y ahí están los ojos tan azules de Jack mirándome con desapruebo.
-¿Así que tu eres la que lo aprieta todos los días? -¡Maldición!, y yo que creí que lo había dicho en voz baja.
Jack ríe a carcajadas mientras se sube al auto y mi cara se llena de todos los colores posibles y así continuó riéndose todo el camino hasta el jet mientras yo sólo me mantuve cabizbaja todo el camino, que vergüenzas paso con Jack, ni me había fijado que en el asiento trasero iba la gran bolsa con las 50 toallitas femeninas con alas, y yo que creí que era broma.
Ya en el jet me doy cuenta que no fue buena idea tomar soda, mi vientre está resentido y yo no traigo pastillas. Jack quita la mirada de su laptop y la clava en mí.
-Rapunzel... ¿Te sientes bien? -lleva su mano a mi frente y yo frunzo el ceño.
-No, mi vientre está cabreado y no quiere saber nada de la vida -recargo el peso de mi brazo sobre mi codo en el brazo de la silla y sostengo mi cabeza con mi mano. No sé qué expresión tengo pero no es buena, Jack simplemente se ríe de mi gesto.
-Claro, te ríes porque no eres tú quién sufre con esta mierda.
-No me imagino yo con una de esas toallitas con alas enrolladas en mi súper Jackson -ahora sí lo miro y estallo en carcajadas.
-¿Tu súper Jackson? -lo miro divertida y vuelvo a atacarme en risas.
No sé a qué hora me quedo dormida pero el hombro de Jack es bien cómodo y mucho más cuando está acariciando mi vientre. Las turbulencias del jet me hacen despertar y ya estamos llegando. Sólo quiero ir a dormir
como nunca lo he hecho.
Bajo del jet y apenas logro caminar hasta la limusina, hasta esta caja de pastelitos pesa en mis manos, reposo mis caderas en la limusina mientras espero a Jack quién firma unos papeles que le ha dado un hombre
uniformado. El chofer está parado en el otro extremo y se acerca a mí.
-Si gusta le abro la puerta señora, para que se ponga cómoda -eso de señora me suena extraño.
-Rapunzel, porfavor -sonrío.
-Lo sé -agrega -Luna me ha hablado mucho de usted.
-¿Luna? -interrogo frunciendo el ceño, todo mundo le habla de mí a todo mundo y yo ni idea.
-Sí, mi esposa -él arquea un lado de la comisura de sus labios, haciendo que sus bigotes se arqueen hacia el lado derecho.
-¿Pablo? -él sonríe más abiertamente -sí, también he escuchado de usted.
-Espero no haya sido sobre mi intolerancia al chile -dice, con toda la seriedad del mundo que me hace reír.
-¿Quiere uno señor Pablo? -extiendo la caja de pastelitos, yo ya me había comido tres, el asiente y toma uno, comienza a comerlo, me agrada el señor
Pablo, y es que es la pareja perfecta para Luna. Jack se acerca y le extiende la mano y se saludan con un apretón. Pablo abre la puerta de la limusina para que entremos.
-Señor Pablo, no era necesario, pero gracias -digo, mientras subo, Jack sonríe y sube detrás de mí, continúa con sus ojos pegados en el computador y yo sólo quiero que me apapachen, recuesto mi cabeza en su hombro y él se acomoda mejor para que me recueste en su pecho, acaricia mi cabello, me estoy quedando dormida cuando llegamos al edificio de mi departamento.
Mis últimos días aquí por culpa de Anna y su borrachera en Las Vegas, ya no veré a Lucifer y ya no volverá a hacerse popó en mi ropa, ya no sentiré esos típicos olores de caca de gato y ya no iré a pelear con don Juancho, y como si fuera poco el Lucifer está en el pasillo esperando que abra la puerta para escabullirse hacia mi cuarto y churretear mi ropa, pero al ver a Jack sale escabullido hacia el interior de su casa.
Abro la puerta del apartamento y...
-¡VAMOS KRISTOFF MAS DURO! -quejidos roncos de Kristoff resuenan por toda la casa.
-MAS DURO ¡JODER! NO SIENTO QUE MUEVAS NADA -no quiero ver para ningún lado y encontrarme con una escena censurada. Jack frunce el ceño y sé que se está imaginando miles de cosas por la sonrisa y expresión en su rostro.
-¡ESTOY SUDANDO! ¿QUE MAS DURO QUIERES? -evito reírme al igual que Jack, Anna sale a la sala y me mira, inmediatamente Jack lleva sus manos a sus oídos, sí, ya nos conoce, Anna grita y yo igual, es nuestro saludo, lleva sus guantes de Kick-Boxing y yo aquí imaginándome miles de cochinadas.
-¡Mis oídos! -exclama Kristoff, parándose detrás de Anna. También lleva unos guantes de Kick Boxing -Overland, estamos jodidos -camina hacia Jack -estas mujeres tienen un saco de boxeo en este lugar ¿Puedes creerlo?-ríe y luego comienza a lloriquear fingidamente haciendo que Jack estalle a carcajadas.
-¿A ese es al que le estabas dando duro? -se mofa Jack, con toda la malicia posible y Kristoff lo mira con una expresión neutral.
-Bien, ¿Quieren pizza? -digo caminando hacia la cocina, sé que Anna ama la pizza.
Todos comienzan a servirse y yo soy la única que por primera vez en la vida no quiere nada, pero no, Jack comienza a llevar pizza a mi boca y tengo que comerla si no me hace pasar vergüenzas con el estúpido avioncito ese que le
hacen a los bebés, le parece divertido ver mi cara de todos los colores posibles y Anna apoya sus vergonzosas ideas para reír de mí junto con él, y es que estos dos juntos me van a hacer la vida imposible y al parecer hasta a Kristoff. Jack le hace una seña a Anna y ella asiente intentando
ocultar una risa.
-KRISTOFF, TRAE TU CULO A ESTE SOFÁ AHORA MISMO -Jack intenta contenerse una carcajada al ver que Kristoff viene caminando comiendo su pizza y se sienta donde Anna le indica, pero sólo unos segundos después
reacciona y se levanta cabreado.
-A MI NO ME HABLES ASÍ -Kristoff se regresa a la cocina, Jack estalla en carcajadas, Anna igual y yo termino uniéndomeles.
-¿Y así es como ustedes se van a ir a vivir juntos? -interrogo, viendo a Anna que aún no controla sus risas.
-Sí, necesito una cocinera en mi casa, así que...
-COCINERA TU ABUELA -interrumpe Anna de inmediato, Kristoff se carcajea y es que no me los imagino a estos dos viviendo juntos.
-Mírenle el lado bueno, van a ser vecinas, Kristoff vive a unas cinco casas de la mía -afirma Jack, llevando un bocado de pizza que según él "no quería
comer". Los ojos de Anna brillan.
-Hey, enserio que ustedes hasta casas cerca se tuvieron que buscar. ¿Están seguros que no se gustan? -ambos la miran con desapruebo y yo me río
sonoramente, hasta el sueño se me está quitando con todos estos juntos.
-Enserio que preferiría estar casado con Jack que contigo -Kristoff se acerca a nosotros -aunque de pronto se vuelva loco y comience a dar miles de órdenes por todos lados y comience a despedir gente -río nuevamente, ya hasta me
duele el estómago y Anna lo mira con toda la seriedad que ha podido recoger.
-Talvez tú deberías ir despidiendo a tu asistente, Kristoff -expresa Jack, por su sonrisa maliciosa sé que lo ha dicho intencionalmente. Sabía que la pelirroja teñida tenía algo con alguno de los dos.
Inmediatamente Kristoff le hace un gesto de negación sutilmente, Anna lo mira con furia.
-¿Asistente? ¿Qué tienes con tu asistente, Kristoff? -Anna se levanta y me quita uno de mis vans.
-Na... nada -balbucea Kristoff, corre por instinto y Anna corre tras él con mi zapato en manos, muero de risa. Estos dos viviendo juntos serán un caos
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro