Capitulo 19
CAPITULO 19
Despierto de golpe cuando escucho la puerta de mi habitación abrirse,dos siluetas están en la puerta,pestañeo varias veces para acomodarme a la claridad y veo que la persona recostada en el umbral es... ¿Jack? Froto mis ojos en lo que Anna cierra la puerta,Jack se acerca a mí con su entrecejo fruncido.
-Rapunzel ¿Estás bien?-pregunta, aclaro mi garganta para no sonar adormilada mientras me siento sobre el colchón de mi cama, maldita Anna que no me pregunta si puede dejar pasar a alguien a mi cuarto,por suerte metí toda mi ropa en el armario.
-Hey -digo, con una risa nerviosa, espero que no se note en mi cara que he dormido más de cuatro horas -¿Puedo saber por qué no avisaste antes de venir?-él se sienta en el filo de la cama y me mira fijamente.
-Te llamé diez veces y no contestaste, por eso vine, me preocupé -frunzo mi entrecejo -te traje algo -menciona, y me extiende algo que miro con una ceja arqueada ¿Qué?
-¿Un mono de felpa? ¿Es en serio? -digo, recostando mi espalda sobre el cabezal de la cama con una sonrisa.
-Tiene chocolates en su interior -río levemente ¡Claro! ¡Pero él no es cursi! -Si no te sientes bien puedo llamar a mi doctor que venga a verte -niego con mi cabeza,ya estoy bien.
-Sólo necesitaba dormir, gracias -él sólo me observa a los ojos, fijamente,luego de unos varios segundos se pone de pie y acomoda su saco para luego
dirigirse a mí.
-Tengo muchas cosas que hacer, sólo quería saber si estabas bien -ladeo mis labios en una media sonrisa mientras lo observo mirar su reloj -cualquier cosa me llamas ¿sí? -simplemente asiento cuándo él en un rápido movimiento presiona sus labios sobre mi mejilla haciéndome reír. Sale de mi habitación a paso rápido y lo observo perderse tras la puerta una vez que la cierra a sus espaldas.
El aparato ruidoso sobre mi mesa de noche comienza a sonar ¡Ah! ¡Maldita sea! ¡Odio trabajar! Comienzo a palpar la jodida alarma sin abrir los ojos y la muy maldita cae al suelo,bufo en desesperación,tengo que levantarme para alcanzarla y que por fin deje de sonar, maldita alarma hija de puta,tallo mis
ojos y cuando la recojo veo que ya había sonado cinco veces ¡No puede ser!
Corro hacia el baño y me ducho en no sé cuántos malditos segundos,algún día terminaré con el cuello torcido como dice mi madre.
Anna ya no está y recuerdo que hoy es su cumpleaños y lo más seguro es que esté arreglando la casa de Hans para su fiesta de cumpleaños,yo no lohe comprado un regalo ¡Maldita sea!
Quince minutos después estoy corriendo por recepción y dos minutos después estoy maldiciendo el ascensor porque se detiene en cada jodido piso,luego recuerdo que ya puedo usar el Corporativo y yo pasando por estas cosas.Puta.
Las dos puertas de metal se abren y de inmediato lo primero que mis ojos ven es el tras... digo, los ojos del jefe.Él gira levemente y me mira con su entrecejo fruncido,el mismo gesto que hace Kristoff quién está frente a él junto a dos señores más que recuerdo haber visto en Italia, sonrío ampliamente porque no tengo de otra,ya vine tarde.
Jack camina hacia mí de inmediato y veo su mandíbula tensa,al menos ya estoy tranquila porque si me despide ya no tendrá la presidencia.
-Llegas tarde -susurra, sin ningún tipo de expresión, rasco la parte de atrás de mi cabeza,mierda, me rodea con sus brazos por la cintura y presiona sus labios sobre los míos -Vamos, tenemos una reunión con estos señores, actúamás como mi esposa que como mi secretaria ¿De acuerdo? -dice en mi oído,asiento y sonrío fingidamente, al menos esto me dará tiempo para terminar el
informe que tenía que entregar hoy.
El día trascurre de lo más normal, Jack bastante ocupado ni siquiera se percató que me fui unos minutos a la estación Starbucks que está a una cuadra. Salgo un poco más tarde que mi horario normal, pero eso es usual,corro por el parqueo y llego hasta mi auto.Lista para ir a casa,en el intento de poner en marcha mi auto el muy puto no enciende¿Es en serio?¡Si te compré es porque te parecías a Herbie! ¡Tú eres un campeón de carreras!
¿Porqué me haces esto! Tomo el volante y comienzo a zarandearlo como intentando hacerlo entrar en razón y ¡Juás! Me quedo con el puto volante en
las manos, cierro mis ojos buscando paz interior.
-Rapunzel, inhala y exhala -me hablo a mí misma -no pierdas la paciencia,las personas que mucho se enojan envejecen más rápido, no querrás parecer...
¡A la mierda! ¡Traigan mi silla de ruedas y mis dientes postizos!
Lanzo el volante en el asiento del copiloto cuando unos golpes sobre la ventana del auto me hacen estremecer, llevo mi vista en esa dirección y es... ¿Jack? ¡Maldita sea! Él siempre apareciendo en el momento menos indicado.
Bajo la ventanilla del auto y sonrío al estilo el gato de Alicia en el país de las maravillas.
-Tienes un bentley y prefieres esta cosa -menciona,viendo específicamente el espacio donde falta el volante¡Qué vergüenza! jodido Herbie,me has traicionado.
-Está bien, es algo normal -suelto una leve risa nerviosa, bien normal.
-Vamos te llevo -dice y sin esperar mi respuesta se encamina hacia su auto.
Estupendo, pasando vergüenzas nivel Dios.
Salgo de mi auto y me encamino hacia él quién ya me está esperando con la puerta del copiloto abierta.
-Iremos a mi casa para que te lleves el bently, mandaré a arreglar ese auto.
-No es necesario, yo buscaré quién...
-No te preocupes y por el momento usa el otro auto, todos saben que eres mi esposa y no quiero que te miren en... eso... -dice, de manera despectiva, ruedo mis ojos exasperada, ni cómo defenderlo porque me acaba de dejar a pie el muy jodido.
Conduce sin mediar palabra,sin ningún tipo de expresión, siempre ese su porte y seriedad mientras mira concentradamente hacia la carretera,clásicos en inglés están sonando ya estoy por dormirme cuando recuerdo que no he comprado el regalo de Anna, puta mierda.
-Oye, ¿Tienes un florero que me vendas? -aunque, esos floreros de su casa deben costar más que mi anillo de bodas, ahora me arrepiento de mi pregunta.
Jack frunce su entrecejo pero no deja de ver al frente.
-¿Un florero? -cuestiona y despega su mirada de la carretera por unos segundos.
-Es el cumpleaños de Anna y no he comprado ni un puto regalo -suspiro,relajándome en el espaldar,Jack ríe levemente.
-Tengo un collar que le había comprado a mi madre para su cumpleaños, pero el día de nuestra cena vi que llevaba puesto uno igual así que ya no tengo que hacer con él -¿Un collar? No me quiero imaginar cuánto cuesta,sé que no puedo pagarlo -puedes quedártelo y se lo das a tu amiga.
-Estoy cien por ciento segura que no puedo pagarlo -enarco una ceja y lo miro fijamente aunque él no me esté viendo a mí.
-Bueno, yo dije que te lo puedes quedar, no que me lo tienes que pagar...
-Ah, no... -interrumpo de inmediato, negando con mi cabeza -yo no puedo...
-Harías feliz a tu amiga, créelo. Dile que es un regalo de ambos y listo -un regalo de ambos, río sarcásticamente, no pagaría la mitad de ese collar ni vendiendo mi auto sin volante.
Pero al final, terminó por convencerme, mucho más cuando lo tuve de cerca y brilló frente a mis ojos, casi me atraganto con el vaso de agua que estaba tomando. Sí, haría feliz a Anna.
Salgo de la casa de Jack una vez que he encontrado la llave de la cosa turquesa. Jack va tras mío, giro sobre mis talones un poco vacilante,no sé si acepte.
-Oye, ¿Quieres... venir a la fiesta... conmigo? -arrugo el espacio entre mis cejas, él sólo me observa fijamente con las manos dentro de su bolsillo como
pensando su respuesta, si dice que no en mi puta vida lo vuelvo a inv...
-Está bien -contesta, con una media sonrisa -¿Paso por ti? -sonrío asintiendo con mi cabeza, por primera vez no voy a ser la única solitaria en ese grupo.
-¿Te veo a las ocho? -él mira su reloj y asiente, no faltan muchas horas pero me da tiempo de arreglarme lo suficiente.
Llego a casa y lleno la bañera, recojo mi cabello y me despojo de mi ropa,me sumerjo en el agua cálida mientras canto "When a man loves a woman"
¡Joder! No vuelvo a viajar con Jack y esas sus canciones.
Justo diez minutos antes de la hora indicada ya estoy esperando por él,me miro al espejo, este vestido azul sí que se mira bien, escucho el timbre,sé que es él, hace unos minutos me había enviado un mensaje de que ya venía en camino.
Tomo mis cosas y al abrir la puerta él está ahí viendo hacia el lado derecho del pasillo mientras acomoda su corbata, de inmediato voltea a ver en mi dirección y esboza una media sonrisa... ya ni sé si darle un beso en los labios o en la mejilla a modo de saludo, opto por la segunda no quiero abusar.
Llegamos al lugar, como si fuera poco todos voltean a ver cuando me ven entrar con él, bueno, a estas alturas ya todos deben saber que estoy casada con Jackson Overland.Busco a Anna entre las personas tomando la mano de Jack quién cabe mencionar es el único con un traje de diseñador,de Inmediato los ojos de Anna me enfocan chilla y corre hacia mí,Hans viene tras ella. Me rodea con sus brazos mientras Hans y Jack
simplemente se observan seriamente y mueven su cabeza a modo de saludo,no... ellos nunca se llevarían bien, lo presiento.
-Feliz cumpleaños -digo, entregándole la cajita de terciopelo con el collar una vez
que se ha separado de mí y ha saludado a Jack. Ella ve la cajita y de inmediato como adivinando que hay dentro la abre y sus ojos brillan al ver aquella cosa excesivamente cara.
-De parte de ambos -menciono, sí, porque yo sola no pago eso. De inmediato, ella chilla y se abalanza hacia mí rodeándome con sus brazos de nuevo.
Hans mira atento el collar con sus ojos desorbitados mientras Anna dice miles de cosas sobre el collar que no logro entender porque la música está bien alta y porque además yo no sé cosas de diseñadores.
-Debo ir a saludar a otras personas, por favor, pónganse cómodos -habla ella,luego de muchas palabras que no logré captar,asiento con mi cabeza
mientras tomo a Jack de la mano y me lo llevo a una de las mesas.
-¿Quieres algo de tomar? -pregunto, antes de tomar lugar junto a él.
-En todo caso yo iría por la bebida de ambos, Punzel. No te preocupes -dice,tomando mi mano y obligándome a tomar el lugar mientras él se pone de pie.
-No es...-no me deja terminar la frase mientras camina en dirección a las bebidas y se pierde entre las personas.
Justo cuatro minutos después se está acercando con una botella de champagne y dos copas ¡Y yo que pensé que sólo habría ponche de frutas!
Me extiende una, la tomo y verte un poco dentro de ella, no puedo evitar notar como las tales Astrid y LEsmeralda amigas de Anna quienes están a unos cuantos metros se le quedan viendo junto a tres chicas más,de inmediato que él toma lugar a la par mía las tipas esas se percatan que está conmigo y puedo ver como sus ojos se desorbitan,me sonríen fingidamente y hacen un saludo con sus manos. Malditas.
Una vez que Jack ha servido champagne en su copa, tomo su barbilla y acerco sus labios a los míos tomando su labio inferior entre los míos y él sigue el juego, un juego que dilató más de tres minutos, es que con esa forma
de besar suya pierdo la consciencia.
-Lo siento -digo, separándome de sus labios -me molesta que esas tipas te miren de esa forma cuando saben que estás casado conmigo -me encojo de hombros mientras llevo la botella de champagne a mi boca y la saboreo viendo el líquido espumoso, hasta que su risa interrumpe mis pensamientos.
-Me gusta más esta forma de molestarte que aquella otra donde me gritas y cierras mi laptop de golpe -río suavemente ante su mirada de desaprobación
sobre mí. Ágilmente cambia de tema cuando me comienza a contarme acerca de las personas que conoce de ese lugar.
-¿Bailas? -pregunto, luego de alguna hora de charla y es que puedo jurar que Con Jack hasta la más aburrida plática se vuelve interesante.
-No, yo no bailo, Rapunzel-dice, con un tono bastante calmado.
-¿Cómo que no bailas? -frunzo mi entrecejo mientras tomo su antebrazo para ponerme de pie -Bailaste conmigo en Italia.
-Sí, pero no esta terrible música -contesta, me pongo de pie y tiro de él suavemente a lo que sólo sonríe.
-Yo quiero bailar -el niega con su cabeza así que tiro más fuerte de él hasta que hago que se ponga de pie -¿Para qué ir a una fiesta si no vas a bailar? -él no dice una
palabra milagrosamente.
-Que cosas me haces hacer, Corona -exclama, viéndome fijamente pero ya no me intimida.
Una vez que estamos en la pista de baile, a mí me gusta bailar e
increíblemente es mucho más divertido con satanás Overland. Él sólo ríe mientras intenta seguir mis pasos y debo admitir que no lo hace mal,luego comienzan a sonar las baladas, estas sí le gustan, de inmediato rodea mi cintura con sus brazos y me apega a su cuerpo,rodeo su cuello con mis brazos y con nuestros rostros muy de cerca comenzamos a movernos al son de la canción, puedo notar como levemente se va acercando a mis labios,nuestras narices están rozándose, sin embargo mantiene esa distancia y no avanza más, nuestras respiraciones se mezclan, cierro mis ojos, por algún motivo siento este momento especial y al abrirlos ahí sigue él con sus ojos
cerrados , él también abre sus ojos, dejando a la vista esos preciosos orbes azules, nos quedamos viendo por unos largos minutos y cuándo siento sus labios muy junto a los míos una jodida música estruendosa nos hace estremecer ¡Maldita sea! Todos comienzan a gritar y el DJ mezcla una música tras otra, aclaro mi garganta.
-¿Quieres algo de comer? -hablo muy cerca de su oído, él simplemente asiente y nos retiramos de la pista para dirigirnos a los bocadillos.
Y ahí estuvimos por alguna otra hora hablando tonteras graciosas hasta que me comencé a sentir aturdida. Luego de despedirnos de Anna quién ya estaba usando el collar, él me lleva a mi apartamento, como siempre me
acompaña hasta la puerta y se queda ahí hasta que mira que entro.
-Gracias por acompañarme -menciono, abriendo la puerta mientras él simplemente mira atento todos mis movimientos.
-Gracias a ti por invitarme, en serio me divertí -sonríe cálidamente -mañana debo ir a Francia, tengo una reunión importante -por un momento, siento algo en mi interior por no verlo mañana en la oficina, por al saber cuántos días y esto que ya lo sabía.
-¿Cuánto tiempo no te voy a ver? -cuestiono, un poco demasiado directa ¡Maldita sea! Aclaro mi garganta y miro sus orbes azules fijamente.
-¿Qué? -esboza una sonrisa -Tú vienes conmigo. Te dije que dónde fuese yo,tú vendrías conmigo ¿Lo recuerdas?
Suelto una risa de alivio, tal vez no debí.
-Suena bien -sonrío, pero por el hecho de ir a Francia (sí, por eso)-¿Significa que tendré que usar otro jodido vestido de gala? -él sonríe, o eso creo.
-No necesariamente de gala, es algo más casual -siento alivio -Te enviaré la hora por un mensaje de texto ¿Sí? Pero tienes que llegar a la empresa a tu horario normal, ni un minuto más, ni un minuto menos. Soy tu jefe y aún
puedo despedirte -ruedo mis ojos exasperada -no querrás ser una ama de casa.
Sus labios se arquean. No puedo evitar sonreírle de regreso. Él se acerca a mí llevando su mano a mi cuello, presiona sus labios sobre mi frente.
-Luego iremos a California, acostúmbrate a este ritmo de vida -gesticula un lindo gesto, que no llega a sonrisa, pero puedo jurar que con su mirada lo ha hecho -te veo mañana, muñeca -dicho esto se retira, lo observo alejarse y cuando llega al ascensor me guiña un ojo, jodido hombre más guapo.
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