Capítulo 7
- ¿Qué quieres?- Preguntó sin moverme del lado de los chicos.
-Quiero hablar contigo – Dice sin apartar su mirada de la miá - ¿Podemos hablar a solas?- Miro a nuestros amigos quienes tienen la boca abierta.
- Lo siento pero ya nos íbamos, ya es hora de volver a casa – Digo levantándome del asiento.
-Entonces te espero en casa para que hablemos – Dice dándose la vuelta.
-Lo siento señor Gustavo, voy a casa solo a alistarme para irme. Hoy tengo – Hago una pausa –Una cita- Su cuerpo se pone rígido y se detiene dándose la vuelta.
-¿Una cita?- Pregunta - ¿Con quién?- Se acerca hasta donde estamos.
- Una cita señor Gustavo – Digo cruzando mis brazos sobre mi pecho para tomar distancia – Y no tengo porqué decirte con quien es mi vida privada- De reojo puedo ver como Clara contiene una sonrisa, al parecer su hermano esta celoso.
-No puedes ir saliendo por ahí con cualquiera, no conoces la gente de este pueblo y puede ser peligroso. Es mejor que no salgas –Abro los ojos haciéndome la sorprendida.
- No te preocupes que yo sé cómo defenderme –Digo pasando por su lado – Y si tanto te preocupa que salga por ahí, puedo decirle a Jerónimo que me acompañe-
-Últimamente se la pasan juntos ¿Acaso tienen algo?- Miro a Jerónimo que se ha puesto pálido y empieza a mover su cabeza en forma de negación, sonrió y me acerco.
-Y si a si lo fuera no es tu problema- Observo como aprieta su mandíbula y mira a Jerónimo.
-¿Tienes algo con esta mujer?- Le pregunta.
-No señor- Ruedo los ojos al ver lo cobarde que es este chico.
-¿Por qué estás acá con ella y no en la haciendo trabajando?- Jerónimo se levanta del asiento.
-Estoy acompañándolas señor –
-Espérame en la camioneta- Señala hacia donde está parqueada su vehículo.
-Te estaré esperando para hablar- Se da la vuelta para irse. Muerdo mis labios al ver su espalda ancha y ese majestuoso trasero.
-No veo la hora de poner mis dientes en esas nalgas- Digo y escucho la carcajada de los chicos.
-¿Se puede saber con quién tienes cita?- Pregunta Clara después de dejar de reír.
- ¡Hoy nos vamos de bebeta!- Grito levantando las manos.
- Si quieres beber tú, yo no voy a beber –Cruza sus manos – Has metido a Jerónimo en problemas con mi hermano-
- Espero que deje de ser tan cobarde, a veces pienso que le falta agallas –Digo – ¿Estás segura que tiene pito y no vagina?- Marcos y Laura ríen sosteniendo su estómago, mi amiga me da una mala mirada y se levanta molesta para llamar a los niños e irnos.
Marcos nos deja en la hacienda y queda por venir a recogernos en tres horas para ir a un bar del pueblo. Como él es menor de edad no puede beber pero está emocionado en ser nuestro chofer y acompañarnos, dice que con nosotros le pasa muy divertido.
Ambas subimos para ducharnos y arreglarnos para esta noche. Me doy un buen baño, me pongo un vestido suelto con unas botas y dejo mi cabello suelto. La puerta se abre y mi amiga entra con un vestido puesto al igual que el mío, pero este se ajusta más hacia su cuerpo, se acerca al espejo y toma mi maquillaje para empezar a arreglarse. Ruedo los ojos y le doy espacio y me siento en mi cama para llamar a mis padres y hablar un poco con ellos.
Después de colgar me doy cuenta que mi amiga ha salido de la habitación, me pongo brillo y salgo al pasillo y me encuentro con mi amiga.
-¿Dónde estabas?- Pregunto.
-Estaba hablando con Jerónimo- Dice con una sonrisa.
-¿Aun está vivo?-
-Si, dijo que mi hermano solo le preguntó si él era la cita o si sabía con quién iba a salir-
-Al parecer tu hermano está muy curioso- Digo riendo.
-Yo digo que celoso- Entrelazamos nuestras manos para bajar las escaleras –Jerónimo viene con nosotras- Sonríe mostrando sus dientes.
-Espero que se haya cambiado de pañales- Mi amiga ríe y bajamos las escaleras para encontrar a su hermano.
-Te espero en el estudio –Me dice a mí y sale dejándonos con la boca abierta.
-Eso me sonó como una orden- Le digo a mi amiga y asiente.
-Sí que está celoso- Sonrió al escuchar el claxon de la camioneta de Marcos.
-Vámonos-
-¿No vas a ir?- Niego jalando su brazo y salir antes que se dé cuenta.
-Nop- Jerónimo aparece corriendo un poco agitado pero se ve que se ha bañado y cambiado de ropa –Estas guapo Jero- Guiño mi ojo y su rostro se torna rojo –Vámonos- Lo jalo junto a mi amiga y nos montamos a la camioneta.
-¿Cuál es la prisa?- Pregunta Marcos al vernos subir toda nerviosa.
-¡Arranca!- Digo y él me mira por un momento y luego a la casa antes de encender la camioneta y salir de prisa de la hacienda.
-Pareces que estuviéramos escapando- Dice Jerónimo.
-Es que estamos escapando- LE dice su novia y apoya su cabeza en su pecho.
-¿Gustavo?- Pregunta y Clara asiente.
-Mejor no pregunto más- Dice pasando su mano por los hombros de su novia para acercarla más.
-¿Podemos ir a beber otro lugar que no sea en este pueblo?- Pregunto –Siento que Gustavo va a ir a buscarnos para dañar nuestra noche-
-Conozco un lugar- Dice Marcos.
-¿Se puede saber cómo es que conoces un lugar?- Digo sonando molesta –Eres un niño-
-No soy un niño- Dice.
-¡Oh disculpe!- Levanto mis manos –Señor anciano- Rueda sus ojos y sonríe.
Marcos nos informa que conoce un lugar donde es como un mirador, que sus compañeros de la escuela se reúnen en ese lugar para divertirse sin que ningún adulto les prohíba cosas. Compramos bebidas y algunos pasabolas y nos dirigimos al lugar que nos comentó Marcos.
-Es hermoso este lugar- Bajo del vehículo y me acerco a la baranda, desde acá se ven las luces del pueblo.
Marcos estaciona de reversa dejando la parte de atrás a la vista del pueblo, pone una manta y los cuatro nos subimos atrás de la camioneta. Comenzamos a conversar, a reír y a comer. Cuando la noche se está poniendo más fría decidimos irnos hacia el pueblo a un pequeño bar.
Al llegar nos sentamos en una mesa y una mesera llega para tomar nuestro pedido.
-El señor Gustavo está como loco buscándolos- Dice la mesera saludando a los chicos.
-Entonces no demorará en aparecer – Digo con una sonrisa.
-¿Quién eres tú?- Pregunta la chica.
-Soy la prometida de Gustavo- Sonrió al ver como abre sus ojos –Un gusto, me llamo Erika-
-¿Eres la chica que hizo que volviéramos a tener agua?- Pregunta.
-Así es- Dice Marcos con una sonrisa –Nuestra heroína- Ruedo los ojos y la chica lanza un grito haciendo llamar la atención de las personas del bar.
La chica se emociona y empieza a decirles a las personas quien soy yo. Un momento a otro me veo rodeada de un montón de gente que me da las gracias y nos invita a lo que deseamos beber toda la noche.
Los chicos y yo empezamos a beber menos Marcos quien tiene un refresco y ríe por nuestras ocurrencias. Empieza un tema de una canción y varias personas se levantan entre hombres y mujeres para hacer un baile un poco extraño.
-¡Vamos!- Me levanto emocionada por saber los pasos de ese baile, lo he visto en la televisión hasta en varios videos de artistas famosos, entre ellos Taylor Suit.
Las personas nos dan espacio y empieza a enseñarme a mí ya que Clara ya se sabe los pasos y poco a poco entre risas y baile voy tomando paso hasta que siento un escalofrío por mi cuerpo y al levantar la mirada me encuentro con esos ojos grises que me hace estremecer. Está parado a un lado de la barra con una cerveza en mano, levanta la cerveza en forma de brindis y me sonríe. Inclino mi cabeza y me doy la vuelta para ir hacia la mesa.
-Vaya... Esto es súper divertido- Digo casi sin aliento.
-¿Ya vieron que Gustavo está acá?- Dice Jerónimo.
-Ya lo vi- Digo sin importancia y tomo la cerveza para bebérmela en un solo trago.
-Deberías dejar de beber, ya estás muy tomada- Ruedo los ojos al escuchar su voz.
-Y tu deberías dejar de inmiscuirte en lo que no te importa- Digo mirándolo –Hace unos días salías espantado por mi acoso ¿Ahora se cambiaron los papeles y eres tú quien me acosa?- Digo con diversión.
-No te estoy acosando, solo las estoy cuidando- Señala a Clara –Estoy cuidando a mi hermana- Finjo una carcajada.
-¿Enserio?- Me levanto del asiento y me tambaleo un poco fingiendo estar tomada, la verdad es que resisto muy bien al alcohol.
- Estas muy tomada, mejor nos vamos- Dice tomando mi mano para jalarla hacia su cuerpo pasando su mano por mi cintura como si me sostuviera –Marcos y Jerónimo, lleven a mi hermana a la hacienda que yo voy con Erika- Mis amigos están con la boca abierta y no logro escuchar su repuesta porque estoy siendo arrastrada hacia fuera del bar.
Siento el frio de la noche calar mis huesos, Gustavo no suelta mi mano hasta llegar a su camioneta. La abre y saca una chaqueta y la pone por encima de mis hombros para calentarme. Ambos nos quedamos mirándonos sin decir nada hasta que vemos a mi amiga salir junto con Jero y Marcos hacia la camioneta. Mi amiga me sonríe antes de subir y vemos como su auto se pierde en la oscuridad de la noche.
-Vamos- Gustavo abre la puerta del copiloto y me subo y observo como da la vuelta para subirse, encender el auto y empezar a manejar.
Me empiezo a irritar en ver como maneja de manera lenta y este silencio me está condenando ¿Para eso me trajo con él? ¿Para quedarse callado?
-¿Me trajiste para quedarte callado?- Digo cruzando mis brazos –Si hubiera sabido mejor me hubiera ido con los chicos-
-¿Tienes algo con Jerónimo?- Pregunta sin mirarme.
-¿Por qué lo preguntas?- Digo.
-Porque siempre están con el- Dice y me mira de reojo – Parece que la pasan muy bien juntos- Suelto una sonora carcajada.
-¿Enserio?- Digo entre risas –Jero y yo no tenemos nada, además su corazón le pertenece a CLa...- Cierro la boca en ese momento.
-¿A quién?- Detiene el vehículo y me pongo nerviosa, afuera no se ve absolutamente nada.
-Nada, además Jerónimo no es el único que mantiene con nosotras- Digo tratando de cambiar la conversación -¿Qué tal que tuviera algo con Marcos?- Muerde sus labios.
-¿Estás de broma?- Dice desabrochando su cinturón –Marcos es un niño- Se cruza los brazos –Y no me creas estúpido ¿Cómo es que su corazón le pertenece a Clara?-
-¿Y qué pasa si así fuera?-
-Ellos no pueden estar juntos- Cruzo mis brazos con molestia.
-¿Cómo que no pueden estar juntos?- Digo irritada.
-Mi hermana merece...- Levanto mi mano interrumpiéndolo.
-No me vayas a salir que merece algo mejor porque te juro que te abofeteo- Le enseño mi mano –De verdad que cada vez me desilusionas mas- Quito su chaqueta de mis hombros y se la tiro en su rostro -¡Eres un imbécil!- Grito saliendo de la camioneta.
Empiezo a caminar sin saber hacia dónde, no se ve nada solo un poco de luz de la luna que ilumina el lugar hasta que siento sus pasos y me detiene tomando mi mano.
-No entiendes, yo sé que Jerónimo es un buen hombre pero mi hermana merece algo mejor-
-¿Cómo alguien como tú?- Digo empujándolo –¿ O algún ranchero con dinero que solo le pueda dar comodidades pero no su corazón?- Niego con la cabeza –Ustedes los hombres no entiende que para nosotras las mujeres no es significante el dinero o lujos- Ruedo los ojos –Bueno para algunas mujeres- Digo –Nosotros lo que más deseamos es que nos amen, tener al lado a un hombre que este dispuesto todo por nosotras- Mis ojos se empaña de lágrimas –No puedo creer que seas tan interesado que le importa muy poco los sentimientos de su hermana-
- No es eso, sé que Jerónimo es un buen muchacho pero no quiero que a mi hermana le falte nada-
- ¿Y crees que encontrando un esposo con dinero no le va a faltar nada?- Niego –Le va a faltar lo más importante y es que una persona la ame y la respete. Que alguien esté dispuesto a todo por ella- Gustavo se acerca y acaricia mi mejilla secando mis lágrimas.
-Quiero que ella sea feliz- Su voz cada vez suena más ronca.
-Y lo será si tú no te interpones en su felicidad- Paso mi lengua por mis labios –Ella ama a Jerónimo y él a ella, no te interpongas en su relación o me veré obligada a hacerte sufrir si veo a mi amiga hacerlo- Sonríe acercándose más hasta que nuestras respiraciones se mezclan –Además, si quieres ayudarlos dale las herramientas para que pueda construir un futuro con Clara- Paso mis manos por su cuello y siento como presiona mi cintura – Es un buen chico-
-Lo sé- Dice rosando sus labios con los míos – La verdad es que me relaja un poco en saber que tú no tengas nada con él ni con nadie-
-En eso te equivocaste, todo este tiempo ha sido Marcos- Abre sus ojos y niega antes de acercarse y juntar nuestros labios.
Suspiro al sentir sus labios sobre los míos. Se siente tan bien, tan delicioso como me besa intensamente. Su lengua juega con la mía y siento como me aprieta más hacia su cuerpo haciendo que la pasión nos envuelva haciendo querer más.
Mis manos quita su sombrero y tomo su cabello jalándolo más hacia mi, en como una necesidad de querer fundirme con su cuerpo. Me enloquece, me desespera.
-Es mejor... Que nos detengamos- Dice con voz ronca y agitado.
-¿Y si no quiero?-
-No creo que sea lo correcto- Dice alejándose un poco –No soy de los hombres que tiene sexo deliberadamente-.
-¿Y piensas que yo sí?- Digo irritada.
-¿A no?- Dice y lo empujo y camino hacia la camioneta y observo que se queda quieto unos segundos antes de subirse –Lo lamento, no quise decir eso- Dice mirándome.
-¿En verdad piensas que yo me la paso acostándome con todos los hombres que pasan por mi frente?- Muerdo mis labios evitando llorar.
-Bueno es que tu forma de ser deja mucho que desear- Cierro los ojos aguantando las ganas de golpearlo.
-Vámonos- Digo mirando hacia adelante ignorándolo.
-Hablemos por favor- Toma una de mis manos y yo me suelto –Erika, perdóname si llegue a pensar eso pero debes saber que cualquier hombre pensaría lo mismo, apenas me conocías y ya decías que eras mi prometida sin conocerme, coqueteabas conmigo, te lanzabas...-
- No te preocupes, eso no volverá a pasar- Susurro.
-¡No!- Dice y toma mi mentón –No puedo negar que al principio me hastiaba tu forma de ser pero ahora extraño cuando no lo haces –Enarco una ceja.
-¿Qué quieres decir?- Trago saliva ya que siento un nudo en mi garganta.
-Que no puedo dejar de pensar en la loca amiga de mi hermana, sus travesuras, su risa y la forma que tienes para hacer incomodar a las personas- Sonríe –No puedo negar que llegue a pensar que de verdad no estabas bien de la cabeza, alguien sensato no actúa como lo haces tú, pero...-
-¿Pero?- Lamo mis labios.
-Esta tarde cuando te escuche decir esas cosas- Hace una pausa –Que el ser humano no debe darle importancia a lo que realmente no importa, que debemos reír antes que llorar- Me da un casto beso y antes que se separe tomo de su cuello y lo acerco más hacia mi fundiéndonos en un verdadero beso.
Recuerden en votar y comentar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro