Dicen que el planeta Tierra es un lugar muy bello y hermoso, lleno de plantas y animales que aún no son vistas por el ser humano. Siempre dicen que el cielo es azul y que el césped verde, además de que los océanos son bellísimos en un atardecer frente a la playa.
¿Pero qué podrían saber unos robots programados para pasar la vida encerrados en una pizzería?, los recuerdos de su vida aún eran muy vagos, nunca han salido en más de 30 años de ese lugar donde están desde lo ocurrido.

¿Qué pensaba Foxy al respecto?, él nunca dejaba de soñar con ir a conocer el mar, surcar los siete mares en una gran nave, con su tripulación dentro. Eso era algo simplemente que le encantaría. Jugar con agua en libertad, explorar el mundo, riquezas inimaginables, estar con los que eran su ahora familia.

-- Uff... -- Suspiró pesado desde su Pirate Cove, estirándose de una manera algo obscena, lo cual llamó la atención de sus tres compañeros.

-- ¿Sucede algo capitán Foxy? -- Preguntó la pequeña rubia, mientras se acercaba a él.

-- Solo es que... Quiero conocer el mar. Nunca hemos salido de aquí, y el oso gruñón no nos da permiso para hacerlo. -- Eso obviamente hizo que el de orejas de oso se enojara, encaminándose a la Pirate Cove para darle un buen coscorrón en la cabeza, lo que provocó risas por parte de pollo y conejo, aunque eso no le causó ni gracia al zorrito. --Yarr... Capitán Freddy, debería darnos un día libre al menos.-- Se quejó sobándose la cabeza.

-- Actualmente... Estaba pensando en que salir sería bueno para todos. Además, Chica es muy pequeña y sería algo cruel que pase toda su niñez en una pizzería ¿No? -- Se acomodó el sombrero de copa para despeinar a la menor de todos, la cual estaba bastante sorprendida, aunque en verdad, todos estaban muy sorprendidos por aquella respuesta.
Y sin pensarlo mucho, todos abrazaron al líder de la banda con una amplia sonrisa en sus labios.


Chica no podía estar más emocionada.
Hace poco se habían subido en el tren. Freddy de manera  extraña sabía todas esas cosas humanas al igual que Bonnie, Foxy sabía poco, pero lo suficiente. Chica era la única que estaba de un lado a otro apegada a las ventanas, arrodillada sobre el asiento.

-- Chica, no pongas los pies en el asiento por favor. -- Dijo el oso en un suspiro, sentando a la niña en sus piernas con tal de inmovilizarla.
-- Yarr, déjala que se divierta un poco. ¿Es tú primera vez en un tren verdad, pollito? --

Ella solo asintió con la cabeza, mientras forcejeaba con el oso para ponerse de pie y pasearse por el vacío tren.

-- Uffa... Parece que no hay nadie el día de hoy, excepto por el guardia que nos preguntó si íbamos a una convención Cosplay o algo por el estilo, y vamos Freddy, suelta a la niña, déjala disfrutar su único día fuera. -- Comentó el conejo desde su lugar, donde estaba arreglando su guitarra.

¿Vacío?, Freddy dio un vistazo a los lados, para ver que efectivamente, todos los asientos estaban vacíos y que el pasillo daba una extraña sensación. Soltó a la pequeña, que rápidamente fue donde el zorro, pues él estaba enganchado al fierro con el garfio, fierro que Chica no alcanzaba por más que saltara.

-- Hey, no alcanzo, es injusto capitán. --
-- ¿Alcanzas mi brazo?, agárrate de él y yo le afirmo señorita. --

Y así hizo, estirada, le tomó del brazo con el que el mayor se sujetaba al fierro, era como si el brazo del otro fuera otro lugar para sujetarse. Era algo divertido y tierno de ver.

Habían llegado ya a la última estación, y fue cuestión de caminar unas dos cuadras para encontrarse con tan bella playa. Aún era algo temprano, así que el zorro tenía claro lo que quería ver.
El atardecer frente a la playa.

-- Yarr, ¡El último en llegar es marinero de agua dulce! -- Tomó de la mano a la pequeña Chica, corriendo con ella hacia la arena y playa, seguidos del conejo y oso que se apresuraron, pero aún así eran mucho más lentos que el zorro.
Chica abrió la boca por un momento para comentar algo, pero solo apretó con fuerza la mano de Foxy. Esa mano metálica tan fría, esa mano era mucho más grande que la suya. ¿No le dolería tener el metal al descubierto?, parecía que no. Observó su rostro mientras corrían, de verdad se veía emocionado. Tenía sus mejillas con un tenue color rojo tiñéndolas y sus ojos dorados brillaban de emoción, al igual que su cola se agitaba.

-- Chicos, yo y Freddy iremos a comprar algo para comer, en seguida volvemos. -- Dijo el conejo mientras se devolvía por donde vino, al lado de Freddy con una sonrisa.

-- Vaya, parece que estamos solos señorita.--  Foxy soltó la mano de la menor para dejarse caer sobre la arena. Se sentía como un cachorrito que era capaz es excavar toda la playa. Chica no pudo contener una pequeña risita, por muy adulto que el otro fuese, era casi un niño.

-- Sí, eso parece. -- Se comenzó a quitar el delantal para dejarlo doblado a un lado, mientras se sacaba las botas anaranjadas y calcetas de pollitos, para así quedar completamente descalza. Foxy le imitó, se quitó las botas dando a ver una de sus piernas completamente de metal, parte del endoesqueleto. Aunque por suerte, la otra pierna la tenía completa.

-- O-Oh... Capitán, su pierna. -- No pudo evitar bajar la mirada a ver ese metal desnudo, al igual que la única mano del zorro.

-- Chica, estoy completamente destrozado, no deberías sorprenderte porque me falten tantas piezas. -- Comentó casi a risas para calmar esa preocupación nacida por ver tanto metal expuesto, incluso movió un poco la mano para restarle importancia al asunto. -- Lo importante es que tu estés completa, ¿Sí?, ven, vamos, ya quiero sentir el agua en mis pies. -- Extendió su brazo y mano hacia ella, sonriéndole con una tranquilidad implacable.

Chica, algo dudosa, extendió su mano hacia el más alto, y así se tomaron de las manos y caminaron lento hacia la orilla del mar. Por alguna extraña razón, el pecho de la niña se sentía algo acelerado,  a medida que pisaban la arena que cada vez era más y más húmeda, hasta llegar a la arena mojada.
Venía una pequeña ola, Foxy se quedó quieto en su lugar ansioso, pero Chica estaba algo preocupada y ya quería alejarse, aunque apenas dio un paso hacia atrás, sus pies fueron mojados por esa fría agua salada.

-- ¿Pasa algo señorita?, ¿El agua está muy fría? -- Comentó algo divertido el pirata, que caminaba un poco más adentro para motivar a la otra, la cual solo negaba con la cabeza intentando parecer que no le temía o algo por el estilo.
-- Claro que no capitán, está perfecta para mojarse los pies. --
-- Yarr, pues te estás mojando la falda. -- 

Y era cierto.
¿En que momento tenía el agua hasta los muslos?, tenía la falda técnicamente empapada. Aunque Foxy no se quedaba atrás, que tenía agua hasta las rodillas.
-- ¡Wah!, ¿No estamos yendo muy al fondo? -- Ya se comenzó a preocupar por su ropa, que ya no tenía sentido estrujar estando en donde estaban.

Foxy le tomó por sorpresa al soltarle la mano para abrazarla y alzarla en brazos, sujetándola bajo los hombros. Chica se sujetó de sus hombros, mirando por un momento como la parte final de su falda estaba flotando por sobre el agua a pesar de estar empapada.

-- Mi sueño es conocer el mar profundo Chica. ¿Quieres volver a la orilla? -- Su mano empezó a bajar por la espalda de la menor, hasta terminar abrazándole por la cintura, sujetándole de ahí para mantenerla en brazos. -- Significa mucho que estés en el mar conmigo señorita. -- Dirigió su garfio con cuidado al rostro de la más baja, usando la parte de la curva para acariciarle el pómulo, y luego el mentón para levantarle la mirada. Y así mirarse a los ojos fijamente.

Fue entonces cuando Chica comprendió. Él quiere sentirse vivo, él quiere creer que no es solo una máquina destinada a estar en la pizzería. Sonrió y le devolvió la caricia en la mejilla, con una de sus cálidas manos, mirándole a los ojos con ternura, mientras mantuvo su sonrisa. -- Quedémonos aquí capitán, después de todo usted pertenece al mar ¿No es así? -- Comentó un poco divertida, usando su otra mano para levantarle el parche, y así poder verle a ambos ojos, sin soltarle en ningún momento.

-- ¿Entiendes lo que el mar significa para mi pequeña marinerita?, además... Estar contigo en el mar es algo que me hace sentir más vivo que nunca. -- Sus respiraciones podían sentirse en sus rostros, pues cada vez la distancia se iba acortando más y más, cada vez estaban más cerca el uno del otro.
Aunque cuando estuvieron a punto de rozar la punta de sus narices, Foxy alzó un poco la cabeza para besarle la frente.

-- Te quiero mucho Chica, nunca olvides eso, eres la sirena que cualquier pirata podría querer. -- 

Un rubor se apoderó de las mejillas de la rubia, y solo rió un poco apenada, bajando la cabeza por el beso en su frente. -- ¿Una sirenita?, no me molestaría serlo si tu eres mi capitán.-- 

-- ¡Ya está la comida! ¡Foxy, Chica, salgan de ahí ahora mismo! -- Freddy había llegado a meterse al agua solo para ir a agarrar de la oreja al pirata, y jalarle algo brusco. ¿En que momento había llegado ahí?, bueno, un padre sobreprotector era un padre sobreprotector.
Tomó de la mano a Chica y caminó a la orilla arrastrando a Foxy de la oreja.
-- Ouch, ouch, capitán gruñón, suélteme.--

-- Señor Freddy ¿Por qué está tan molesto? --

-- Oh, es que... Es que... La comida se enfría, así que rápido y coman, que es la primera vez que preparamos hamburguesas.--

Cuando llegaron a la orilla, se encontraron con que solo pasaron a un Mc Donalds a comprarlas.
Aún así, fue un delicioso almuerzo frente a la playa, donde solo hablaron de que deberían de salir más seguido, aunque Freddy en todo momento negó aquello, era algo que ni él podía permitir.
Técnicamente eran fugitivos de su trabajo.
Foxy y Bonnie se metieron al agua a golpearse y jalarse de las orejas mutuamente, jugaban tan bruto que a veces uno caía y se empapaba, para luego tirar al otro, y así un buen rato.
Chica solo jugaba a las palmaditas con Freddy, observando divertida a sus amigos en el mar.
Cuanto desearía que todo esto fuese así permanenetemente, libres, sin trabajo, solo jugar y estar todos juntos.

Había pasado bastante rato desde que todos salieron del agua y se sentaron uno junto al otro, tranquilos, simplemente admirando el bello mar, con sus ropas ya secas gracias al calor del verano, aunque ahora empezaba a estar fresco puesto que el sol se estaba ocultando.

-- ¿Eh? ¿El solo se está escondiendo en el mar? -- Preguntó algo inocente Chica.

-- Yarr, afirmativo, el sol se esconde porque ya es casi de noche. ¿No tienes frío?--

-- No realmente. 

Chica sobrecargó su cabeza en el hombro de Foxy, admirando el atardecer, aunque a ella no era algo que realmente le importase tanto. Ella solo quería estar con sus compañeros por siempre y para siempre. Nuevamente, su mano fue tomada, por la del pelirrojo. Ella no puso resistencia alguna, y solo le tomó la mano también, apretándola con fuerza.
Eran cosas así las que le recordaban a Foxy que estaba vivo.
Que no estaba solo, y que tenía razones para seguir en pie aun estando destrozado, tenía a su pequeña marinera y a sus amigos.
No quería volver al encierro de la cueva pirata.