La castaña no quería hablar del tema, lo que hizo fue como si no lo haya escuchado.

—No, no sé cuál es tu clase, puedes buscarla tu solo— siguió su camino.

—Oye

—¿Qué? — se giró para verlo a la cara.

—Eh... crees que pueda andar contigo. Eres la que hace los recorridos, podrías indicarme más y podríamos... divertirnos.

—No crea que sea una buena idea andar conmigo— se encogió de hombros.

—Eres la única que al menos me ha dirigido la palabra, el día de ayer me molestaron en mi habitación— Xander agacho su cabeza.

—Bueno, recién ingresas, es normal. Ya te acostumbraras. Pero y quizás pueda divertirme un poco. — la castaña tenía en mente un plan en contra la directora Bennett. — Te veo luego, chao.

Leticia se dijo que al fin iba a tener a un amigo de su edad, pero no solo se dijo eso, sino que ya iba tarde a clase. Pedía un milagro para que no la regañaran, pero sencillamente era imposible. Al llegar al salón, todos ya se encontraban en su respectivo asiento.

—Terminó con su buena conversa señorita Morales— la profesora Miller colocó sus manos en su cadera y su punta del pie golpeaba levemente el suelo.

—Si profesora Miller, ¿Qué también quería estar en la conversación?, porque si es así, ya seria para la próxima. — la castaña dio un paso dentro del salón, pero la detuvieron.

—Señorita Morales, retírese de mi clase. Ahora mismo.

—Recién llego profesora.

—Yo sé que recién llega, pero este día no va a entrar a mi clase, no cuando sus compañeros si siente pasión por estudiar. Y mientras que usted se dedica a conversar por los pasillos y a llevar tarde a las clases, así no Morales. Así que tenga el favor de retirarse. — se acercó para cerrar la puerta frente a la castaña.

Pestañea varias veces y decide ir a los columpios, ya que no le quedaba otra opción. Un ruido hace que salga de sus pensamientos, llegando al pequeño jardín, que a unos metros estan los columpios. Había un niño sentado, con sus manos aferrada al cabo que colgaba la tabla del columpio.

Leticia se detuvo cuando recordó que alguien del orfanato le había dicho la curiosidad mato el gato, pero siguió su camino diciendo aquí no hay ningún gato, entonces no habrá ni un muerto ni cadáver.

Ella siguió caminando hasta llegar al columpio vacío, dándose cuenta que se trataba de Xander y este se volteo a verla asustado.

—¿Puedo? — señalo Leticia el columpio.

Xander, asintió.

Se quedaron un momento en silencio y fue Leticia en la primera en hablar.

—¿Por qué estas acá afuera?

—Cuando estaba hablando contigo para pasarla juntos, el profesor ya estaba en el salón. Salude. Se cruzó de brazos, me pregunto mi apellido y le respondí, a lo que él me dijo: Joven Black no acepto en mi clase que lleguen tarde y mucho menos que se queden hablando en la puerta. Es una falta de respeto a la gente mayor. Le explique el motivo, no le importo y me cerró la puerta en la cara.

—Bueno si te sirve de algo, a mí también me cerraron la puerta en la cara. Cierto, ¿Cuántos años tienes?

—Tengo ocho años— le dio una sonrisa. — ¿tu?

—Siete.

—Ah, pensé que tenías menos— se comenzó a reír— Tu estatura no ayuda— se volvió a reír con la mirada fija de Leticia.

—Ya, no te burles de los demás.

Se quedaron viendo un rato y luego se comenzaron a reír como dos locos, aplaudiendo como focas. Y se dio cuenta la castaña lo muy bien que se había sentido al tener a Xander como amigo, disfrutando las pequeñas cosas. Quería que nunca se acabara esa sensación que la hacía sentir muy feliz.

—¿Qué clases tienes luego? — se giró hacia Xander.

—No... no lo sé. Podemos no entrar e ir a enseñarme otro lugar de este orfanatorio— se levantó, cogió la mano de Leticia y se fueron corriendo. La castaña dudo por un momento, pero no se detuvo.

Hasta que llegaron a la biblioteca, se acostaron en el suelo.

—Mira esta imagen— señalo con su dedo Leticia— ¿Esta bonita no crees?

—Esta hermosa— indico soltando una risa. — ¿Te puedo preguntar algo?

—Ya lo hiciste— Xander se puse serio— Esta bien, responderé a tus preguntas, preguntón.

—¿Por qué no te llevas con nadie? ¿Porque no le dices madre superiora a la señora Bennett, así es que le dicen verdad?

Se le borro toda la felicidad al escuchar que Xander había mencionado a la directora, trato de disimular.

—La pregunta más bien seria ¿Por qué ellos no se llevan conmigo? Y si es mas parte mía de por qué no me llevo con ellos, la verdad ni idea. Desde el primer día, todos comenzaron a verme feo. Y sobre la directora, ella no es monja o algo así. Tampoco veo la necesidad de llamarla como lo preguntaste, incluso le queda muy grande llamarse directora.

—Ah... entonces desde ahora seré tu nuevo amigo, si quieres que lo sea. ¿Quieres?

—Bueno, solo déjame pensar un poco más. Creo... — antes de continuar, Xander, la interrumpió.

—No te hagas de rogar, solo acepta y ya. Seré tu amigo de ahora en adelante, eso lleva a comprometerme serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de nuestras vidas— se sentó como indio y Leticia lo imito— Entonces ahora sí, escuchaste lo último, no sables cuanto me costó, así que espero que digas que sí. — se levantó buscando desesperado, la castaña confundida lo seguía con la mirada.

Xander, se volvió a sentar con sus dos brazos escondido en su espalda.

—Leticia Morales, te alianzas conmigo como tu amigo y fiel compañero— en su mano tenía dos anillos hecho de papel.

Ella como exagerada y sarcástica le siguió el juego. Coloco sus dos manos en su boca sorprendida, para luego secar sus lágrimas falsas que rodaban por su mejilla.

—Sí, acepto. Acepto ser tu amiga y fiel compañera— intento hacer que su voz salga llorosa, pero a la final se le soltó una risita. Xander, la empujo del hombro haciéndola saber que era un momento serio. —Lo siento.

—Su mano fiel compañera— agarro la mano derecha de Leticia y puso el anillo de papel en su dedo anular.

Le entrego el anillo sobrante, y Leticia le coloco el anillo en el mismo lugar que Xander a ella. El inclino su cuerpo hacia ella y le dio un fuerte abrazo, duraron varios segundos, pero ella sentido que duro toda una vida. Al separarse se comenzaron a reír, dos locos peor en un manicomio.

Fue ahí, donde se dio cuenta el pequeño detalle, ese pequeño gesto que la hizo sentir feliz, completa.

Aunque, en el fondo sentía que algo iba a cambiar, algo o alguien le iba hacer daño. Pero descartaba esa idea, era solamente una niña y la única que sospechaba y tenía en mente que podía lastimarla era la señora Bennett. Un niño no podía lastimarla, si se encuentra en la misma situación que ella ¿no? ...

¿Qué le está pareciendo la historia?

Teorías de que posiblemente suceda en el siguiente capítulo

Acerca de:

Leticia

Xander

La directora Bennett

Patricia