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🍁 Capitulo 20

Seokjin caminaba de forma apresurada por los largos pasillos del hospital, su mente centrada en los archivos que traía en mano y la urgencia por encontrar a Hwasa lo antes posible.

Al llegar a la habitación de Hwasa, su mano tomó el pómulo de la puerta y la abrió sin haber tocado antes. La sorpresa en su expresión fue notoria para él y para todos los presentes. Hwasa y Jackson estaban en la camilla sentados y sus manos estaban unidas en un gesto bastante íntimo y silencioso. Cuando notaron la presencia de Seokjin, ambos se soltaron rápidamente de las manos con nerviosismo.

Seokjin sintió la tensión que había en la habitación, pero para no incomodarlos simplemente decidió no detenerse en esa escena y caminó hasta ellos mostrando los archivos que su hijo y Jungkook le habían entregado.

—Los encontraron en la habitación de Yoongi —dice Seokjin, extendiendo los documentos hacia ellos— Necesitamos respuestas, Hwasa, y sabemos que tú eres la única que puede ayudarnos.

Los ojos de Jackson se agrandaron al reconocer los documentos sobre la camilla. Entonces la seriedad en su rostro se vio cuando miró a Seokjin

—¿Son estos... los archivos del laboratorio que estabas investigando? — Seokjin asintió, notando el peso de la información en las miradas de ambos.

Hwasa parecía sorprendida con lo que sus ojos veían, se noto cuando sus labios se apretaron y tomo una respiración profunda mirando a ambos hombres.

— Hay alguien que podría ayudarnos... Yo...Bueno, nunca le di esta información a Yoongi porque conozco cómo es y sé que no sería buena con él. Pero no puedo evitar lo inevitable — Se dijo así mismo suspirando — La madre de Namjoon... Jeon Jieun. Es la única que hasta el momento se que podría tener la información que responde a todo esto

Seokjin la observó fijamente — ¿Dónde puedo encontrarla? —pregunto. Se pudo ver que Hwasa estaba decidiendo o no decirle aquella información, pero el nunca seria alguien que la obligara a decir a la fuerza.

— En Seúl, en el centro de hogares para adultos mayores. Es lo último que supe de ella, hace cinco años atrás

— ¿Estuviste en contacto con ella? — Hwasa miro a Jackson y nego.

— Aunque quisiera, ella nunca fue una persona que prestaria ayuda a su hijo, y menos a la madre de sus nietos — Seokjin y Jackson se miraron comprendiendo la situación.

— Está bien, iremos con Taehyung y Jungkook, él merece saber la verdad y Yoongi también ¿Lo sabes? — Hwasa apretó sus labios y asintió.

— Solo creía que hacía lo correcto al ocultar esta información... Solo, Jieun no es una persona muy colaboradora —respondió. Seokjin solo asintió de forma comprensiva y tomó los archivos para marcharse, pero la voz de Jackson lo detuvo.

— Voy contigo, Seokjin

— No, es mejor que te quedes con Hwasa —le dice— Si pasa algo, envíame un mensaje de inmediato

Jackson asintió, aunque en su rostro se notaba la preocupación, pero en el fondo sabía que Seokjin tenía razón.

— Seokjin... —La voz de Hwasa llama la atención del nombrado — Cuida mucho a Jungkook, no permitas que Jieun se acerque demasiado a él —le pidió con sus ojos reflejando súplicas. Después de lo que Hwasa les había confesado, Seokjin sabía que no iba a cometer algún error en aquel viaje.

— Lo cuidare, ahora somos familia —le dijo sorprendiendo a Hwasa ante aquella confesión. Sin más que decir, Seokjin tomó rumba fuera de la habitación del hospital, dejándolo con una sensación cálida en su pecho tras haber dicho aquello.

Cuando llegó afuera del hospital, se dirigió hasta la camioneta abriendo la puerta y subiendo al puesto de conductor, viendo como Taehyung y Jungkook lo miraban expectantes en los asientos traseros.

— ¿Todo listo? —preguntó Taehyung, captando la mirada que le dio su padre a través del espejo retrovisor.

— Si — respondió echando andar la camioneta. Taehyung y Jungkook se miraron, el corazón del más pequeño de todos agitándose porque sería la primera vez que saldría del pueblo — Vamos a Seúl —dijo firme Seokjin y la camioneta comenzó andar.

El sonido tic tac del reloj era lo único que se escuchaba en aquella habitación. El hombre enfrente de él le provocaba miedo, terror, que incluso podía sentir sus piernas temblar del susto. Sus manos estaban unidas provocando calor en su interior.

— ¿Tu estabas enterado de esto? —La voz imponente y autoritaria se hizo eco en la habitación. Eunwoo al oírlo se sintió como un terrible mal rato que estaba pasando bajo la mirada firme de su tío.

— No... No tengo idea en que está metido —Quiso sonar seguro, pero su mirada desafiante a pesar de tener miedo delataba ante los ojos de Seunggi.

Eunwoo siempre fue un chico que defendía lo que creía que era correcto, y en ese preciso momento podía apostar con los ojos cerrados que todo lo que hizo Jimin fue por una razón que él no tenía idea. Su tío enfrente de él era cruel, pero no sabía de lo que realmente podría ser capaz en verdad.

— ¿Estás seguro? Porque si me entero de que estas mintiendo... — De repente, el sonido de la puerta siendo cerrada llamó la atención de los dos. Eunwoo enseguida enfocó su mirada en la puerta de la habitación, pero la sonrisa inquietante del hombre le hizo encontrarse en una situación complicada.

"Por favor no entres, por favor no entres" pidió con fervor. Pero para su mala suerte, la puerta se fue abriendo poco a poco, mostrando del otro lado a un Jimin con sus ojos inflamados del llanto.

— ¿Eunwoo? —preguntó extrañado Jimin. No porque su primo estuviera en su habitación, sino por los ojos abiertos de él, que demostraban miedo con tan solo verlos, parecía como si aquella mirada trataba de decirle algo. Entonces cuando su mirada se movió hacia una esquina de la habitación, lo entendió todo. Su respiración se volvió audible y sus labios temblaron cuando el hombre se acercó hasta él y le descargó un fuerte golpe en la mejilla que lo dejó postrado en el piso.

El impacto fue seco y totalmente repentino, haciendo que el sonido contra la piel de Jimin resonara brevemente por el aire y la habitación. Su mejilla se estremeció con el golpe y la oleada de calor se extendió de inmediato, seguida del dolor punzante que se instaló en la zona. Ahora, los ojos de Jimin derramaban lágrimas y su mirada de desprecio hacia el hombre que se hacía llamar padre se hizo presente cuando levantó su mirada.

— Así que... mi hijo se ha estado juntando con el hijo mayor de los Jeon —La voz de Seunggi resonaba amarga, pero la risa que soltó, hizo que ambos primos se observaran expectantes. — Quien iba a imaginar, que todo este tiempo lo que buscaba estaba frente a mis narices, y lo que es peor... Que mi propio hijo estuviera involucrado.

Jimin trago pesado, no quería hacer ningún movimiento que pudiera jugarle en contra, pero Seunggi tenía otros planes, porque Jimin apenas respiro, sintió el impacto brutal del golpe seco que le dio a su hijo, que hizo que el aire se escapara en sus pulmones con un sonido ahogado. Eunwoo gritó poniéndose de pie y corriendo hacia su primo para cubrirlo y ya no siguiera golpeándolo.

— Mierda ¡Por favor! —grito abrazando a Jimin cubriéndolo con su propio cuerpo — ¡El no tiene la culpa de nada!

— ¿Qué no tiene la culpa? Claro... no tiene la culpa de que los expedientes del laboratorio terminaran en la casa de los Jeon ¿Verdad? — Jimin se quedó en silencio y la paciencia de Seunggi acabo en cuanto vio las lágrimas en los ojos de Jimin.

Con fuerza bruta, empujó a Eunwoo con fuerza y con una de sus manos agarró el cabello de Jimin tirándolo hacia arriba. Jimin jadeo de dolor, el tirón en su cabello dolía y podía sentir como algunos de sus cabellos eran arrancados de forma violenta desde la raíz.

— Vas a decirme, ahora mismo, dónde está tu noviecito...o te aseguro que no te va a gustar lo que pase después — La voz de Seunggi intimido a Jimin hasta el punto en el que sintió el mismo terror recorrer todo su cuerpo hasta su cuero cabelludo.

La tensión del ambiente cada vez era más fuerte para ambos adolescentes que no podían con todo. Ambos, Jimin y Eunwoo se miraron y supieron que la situación en la que el hombre estaba metido era bastante grande como para estar haciendo esto

Pero Jimin sabía algo, y es que nunca traicionaría a Yoongi.

Yoongi caminaba por los pasillos de una pequeña tienda en el pueblo, con los hombros encorvados y el corazón latiéndole con fuerza. Su mirada barriga rápidamente las estanterías, intentando no llamar mucho la atención mientras buscaba algo, cualquier cosa que pudiera llevarse sin ser visto.

Por suerte, en la tienda había más personas que distraían al trabajador. Entonces cuando vio su oportunidad, sus dedos tomaron una bolsa de frituras y la guardó rápidamente en su mochila. Sabía que estaba mal y no quería hacerlo, pero no le quedaba otra opción; en ese preciso momento de su vida no tenía nada, ni nadie.

Con movimientos rápidos, salió de la tienda tras asegurarse de que nadie lo había visto hacer eso y cuando lo hizo, el alma le volvió al cuerpo. Respiro profundo al sentir el aire fresco de la noche, pero la sensación de alivio le duró poco.

Apenas unos pasos que dio, una extraña incomodidad comenzó a correrle por la columna e inquieto a su lobo, que comenzó a mandarle señales de alerta y obligarlo a estar atento a su alrededor. Con cada paso, giraba lentamente, intentando descubrir el origen de esa sensación, pero al hacerlo, no percibió una figura que se cruzaba en su camino. En un instante, chocó de lleno contra alguien que lo hizo caer al suelo.

— Lo siento, no te vi —dijo con voz calmada el hombre.

Aturdido, alzó la vista y se encontró con un hombre alto, de aspecto bastante peculiar. El desconocido vestía una gabardina pulcra y bien cortada, gafas transparentes, que por la oscuridad de la noche, escondían su mirada. Con una sonrisa y casi burlona, el hombre le extendió la mano para ayudarlo a levantarse.

Yoongi dudó un segundo, pero finalmente aceptó la mano del hombre y se puso de pie sin responder ante su ayuda. Intentó apartarse y seguir su camino, decidido a ignorar la situación de hace un rato y el extraño encuentro, pero su lobo seguía inquieto susurrando advertencias.

Pero antes de que lograra alejarse por completo, la voz de ese hombre lo detuvo en seco.

— ¿No te gustaría aprender a controlar a tu lobo?

Yoongi se congeló, sus ojos regresaron lentamente hacia el desconocido. El hombre continuaba con esa sonrisa que le daba escalofríos, y su mirada detrás de las gafas parecía penetrante, como si supiera más de él de lo que Yoongi podía comprender.

— ¿Quién eres? —preguntó en voz baja y cargada de desconfianza.

El hombre soltó una risa leve y comenzó a caminar alrededor de él.

— Eso no importa —respondió— Lo que debería importarte es lo que puedo hacer por ti

Yoongi lo miraba con cautela, las palabras del hombre hacían eco en su mente y despertaban una mezcla de curiosidad y recelo. A pesar de su instinto de alejarse, sentía una extraña atracción hacia el hombre que lo llenaba de curiosidad.

El hombre claro que percibió su duda, y con su suave voz y persuasiva, comenzó

— Conozco a otros como tú. Otros que llevaban el peso de algo que no entendían... y a quienes ayude con éxito

Yoongi entrecerró sus ojos, sorprendido y por un momento, sintiéndose vulnerable ¿Sería posible que este hombre realmente supiera algo sobre él? ¿Sobre esa parte salvaje que luchaba por controlar?

El hombre detuvo sus pasos y lo miró directamente a los ojos, la sonrisa perdiéndose en sus labios.

— Si quieres mi ayuda —dijo— Te espero mañana, al amanecer, en el límite del bosque y el comienzo de los cerros.

Sin decir nada más, el hombre giró sobre sus talones y se alejó, dejando a Yoongi sumido en una mezcla de inquietud y expectación. Sabía que debía desconfiar, pero algo en las palabras del desconocido le retumbaba en el pecho, despertando una parte de él que había intentado ignorar.

Con un suspiro y la mente llena de preguntas, Yoongi continuó su camino, su lobo estaba gruñendo en advertencia a la situación, pero su mente ya había decidido qué hacer. 

















¡Comenzamos la recta final de ULB!

Este muy atentos a todo lo que va a pasar en estos capítulos mis lobunos.

Gris

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