🍁 Capitulo 19
Jimin se encontraba detrás de un árbol, su cuerpo rígido mientras observaba con atención cada movimiento de Yoongi en el río. El agua clara resbalaba por la piel de su cuerpo, brillando bajo los últimos rayos de sol que atravesaban las ramas de los árboles. Jimin contuvo la respiración, sus ojos incapaces de apartarse de Yoongi, que parecía fusionarse con su entorno natural, como si formara parte del mismo bosque. Todo lo que estaba pasando, ponía a Yoongi en riesgo, como si fuera una bestia temida por todos, incluyendo a su familia, pero para Jimin, él era todo. El amor que sentía por Yoongi era profundo, imposible de contener, y esa atracción ardía en su pecho cada vez que lo veía.
Mientras Jimin lo observaba, una sensación de deseo incontrolable y adoración lo llenaba. Sentía cada latido de su corazón intensificarse, sus manos apretadas contra el tronco del árbol mientras su mirada recorría cada detalle del cuerpo de Yoongi, desde su espalda marcada hasta sus brazos fuertes, cada parte de él que le parecía un misterio y un tesoro. Quería acercarse, quería tocarlo, quería hacerle sentir que, aunque todo el mundo lo rechazara, él jamás lo haría.
Yoongi, sin embargo, ya sabía que estaba siendo observado. Desde hacía tiempo, había escuchado los pasos de Jimin acercarse y luego detenerse detrás del árbol. Al principio, un ligero ceño fruncido apareció en su rostro, consciente de que Jimin no podía resistirse a seguirlo. Había sido así desde el principio, una relación que había empezado con amenazas y secretos, cada uno guardando lo que sabía del otro. Pero, con el tiempo, había cambiado, y ahora Yoongi podía ver en Jimin algo que le incomodaba y que lo atraía al mismo tiempo, la devoción pura y sin condiciones que sentía hacia él.
Yoongi cerró los ojos por un momento, tratando de controlar la mezcla de emociones que lo asaltaban. Sabía que, por mucho que deseara una vida normal, su maldición y su condición no le permitían soñar con alguien como Jimin, alguien que merecía una vida sin monstruos. Pero a pesar de sus dudas, sentía cómo su propia resolución se debilitaba cada vez que sentía la presencia de Jimin cerca.
Con una voz calmada, sin voltearse, Yoongi habló, interrumpiendo el silencio que los envolvió a ambos
— ¿Vas a quedarte ahí todo el tiempo? — Su tono era bajo, pero su voz contenía una suavidad que Jimin no había escuchado antes. Al darse cuenta de que Yoongi lo había notado desde el principio.
Jimin se mordió el labio, incapaz de responder.
Yoongi suspiró, girándose lentamente para mirar a Jimin. Sus ojos oscuros, normalmente llenos de una frialdad impenetrable, mostraban una breve vulnerabilidad. —Sabes que en este momento estoy decidiendo apartarme de todos — sus palabras se apagaron, pero Jimin lo miró con una determinación, saliendo de su escondite con el corazón en la mano, se acercó hacia Yoongi.
— Haré lo que sea necesario, Yoongi. No me importa lo que los demás piensen. No me importa quién seas o en qué te has convertido. Lo único que quiero...— Su voz tembló, el deseo y la tristeza en su mirada hablando por sí mismo en ese preciso momento —...es estar a tu lado.
El silencio entre ellos estaba cargado de emociones contenidas, mientras el sonido del río llenaba el espacio mientras ambos se miraban, con la distancia y el destino interponiéndose, pero el sentimiento entre ellos iba creciendo más allá de toda lógica.
La mirada fría que le dedicó Yoongi llegó hasta el fondo de su corazón. Su cuerpo comenzó a voltearse y descendió del río, pero en ningún momento Jimin apartó sus ojos en los profundos de Yoongi. — ¿Por qué? ¿Por qué quieres estar a mi lado? Jimin, no soy bueno para ti, ni para mi familia... En cualquier momento podría matarte y no me perdonaría jamás si llego hacerlo
— Confío en ti — La voz de Jimin tembló en angustia cuando se dio cuenta hacia donde lo estaba orillando Yoongi.
— No, esto es mucho más que confiar. No te voy a someter a la crueldad de sufrir todos los días temiendo por tu vida — Un nudo comenzó a formarse en la garganta de Jimin. Se sentía pequeño e impotente, aplastado por la realidad de que quizás, después de todo, sus sentimientos no eran suficientes para alcanzar a Yoongi. Una ráfaga de desesperación le cruzó el pecho, y una oscura angustia se asentó en su corazón al entender lo lejos que estaban, aun estando a pocos pasos el uno del otro.
—Yoongi... por favor. — Su voz salió en un susurro, rota, y el temblor en sus palabras fue evidente. Sentía que, si no hacía algo ahora, si no lograba que Yoongi lo dejara entrar, todo el sacrificio y amor que le había ofrecido se desvanecerían. — No quiero perderte ¿Que tengo que hacer para que me dejes ir contigo? ¿Quieres que hable con la policía? ¿Con Jungkook? Dime por favor...
La angustia se transformó en algo más oscuro dentro de Jimin, una mezcla de frustración y dolor. Su pecho subía y bajaba rápidamente, su respiración se volvía irregular mientras intentaba mantener la compostura, pero sentía cómo su propio cuerpo le traicionaba, cómo sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas que no podía controlar.
—¿Por qué...? ¿Por qué me haces esto? —murmuró, sin encontrar consuelo ni en sus propias palabras. — ¿Es que realmente prefieres esta soledad? ¿Te duele tanto aceptarme... aceptarnos? — Yoongi con tan solo escucharlo apartó su mirada, sus manos estaban temblando. Había algo en su postura que dejaba una pizca de arrepentimiento, pero no era suficiente para Jimin. Cada minuto sin una respuesta aumentaba su desesperación, y el eco del silencio entre ellos retumbaba como una sentencia cruel e irremediable.
Jimin dio un paso hacia atrás destrozado. Sentía como si el mundo bajo sus pies se desmoronaba. Había creído que su amor podría sanar a Yoongi, que su dedicación y lealtad podían iluminar la oscuridad en la que estaba atrapado, pero se equivocó y aun así, su amor por Yoongi seguía en su corazón, no menguaba, pero lo lastimaba.
Con la voz quebrada y el corazón roto, sus últimas palabras salieron con esperanza — Yoongi, cuando estés listo... Si algún día tu corazón quiere encontrar la paz, estaré aquí. Pero no puedo obligarte. Por favor, solo recuerda que yo... yo te amo, aunque eso no signifique nada para ti
Y, mientras se alejaba, una punzada de arrepentimiento cruzó los ojos de Yoongi, quien permaneció inmóvil, atrapado entre su deseo de querer ser feliz, pero el miedo en la punta de sus pies, incapaz de seguir a Jimi, y aún menos de dejarlo ir.
— ¿Qué es lo que estamos buscando? — La voz de Eunwoo resonó en los oídos de ambos chicos que se hallaban concentrados en sus lecturas. Pero bufo al darse cuenta que no sería tomado en cuenta por ninguno de los dos.
La habitación de Yoongi era un caos. Jungkook, Taehyung y Eunwoo habían revisado cada rincón en busca de los archivos que Jimin le había confiado. Los cajones estaban abiertos, las hojas desparramadas y cada estante había sido examinado a fondo. Mientras Jungkook y Eunwoo seguían explorando, Taehyung se detuvo, atraído por un libro en particular, de cubierta desgastada y sin nombre en el lomo. Sus páginas amarillentas contenían relatos de experimentos y proyectos, la mayoría escritos bajo un manto de anonimato.
Con curiosidad, Taehyung ojeó el libro hasta una sección que llamó su atención: El Laboratorio de Busan. Su respiración se volvió más lenta mientras leía un pasaje escalofriante. Mencionaba a un "caso 163" en específico, detallando cómo había sido el único experimento exitoso del laboratorio. Sin embargo, justo antes de ser entregado al gobierno, el experimento 163 se había escapado, desatando un caos indescriptible. El libro relataba que el lobo resultante había destruido a los investigadores, dejando tras de sí un rastro de destrucción.
Con el rostro pálido, Taehyung se levantó del suelo y se acercó a Jungkook, quien, al escuchar el nombre "Jeon" en relación con el caso 163, frunció el ceño en asombro y confusión.
—Mira esto —susurró Taehyung, extendiéndole el libro a Jungkook.
Jungkook lo tomó, leyendo en silencio mientras su expresión se endurecía. La historia del laboratorio le revolvía el estómago. Este "caso 163" había sido el único exitoso... y el nombre Jeon vinculado a algo tan oscuro le inquietaba profundamente.
—¿Esto... significa que uno de nosotros... que tal vez... —Jungkook no terminó su frase, sus palabras murieron en su garganta mientras el eco de las palabras resonaba entre los tres. Su lobo interior se removía, inquieto, como si el simple conocimiento de aquella historia despertara algo profundo y primitivo dentro de él.
Fue entonces cuando un grito de Eunwoo rompió la tensión.
—¡Aquí están! —exclamó, levantando un puñado de archivos con expresión de triunfo.
Taehyung y Jungkook se acercaron de inmediato, sus miradas pegadas a las fotografías desgastadas y los documentos de aspecto oficial que se mostraban en los archivos. Uno de los nombres en particular capturó su atención: Jeon Hyojong.
Un silencio cayó sobre la habitación. El lobo dentro de Jungkook aulló con fuerza, y un frío inexplicable recorrió su espina. Su padre... su historia... ¿Quién era este hombre?... todo estaba envuelto en un misterio que apenas comenzaba a entender.
—Mi padre... ¿Nació en Busan? —murmuró Jungkook, las palabras apenas escapando de sus labios mientras sus pensamientos se arremolinaban—. Necesito saber más. Hay algo que se sigue ocultando... y no puedo ignorarlo más.
Taehyung colocó una mano en su hombro, con determinación en su voz.
—Entonces vayamos a Seúl. Yoongi mencionó que tienen una abuela allá, y si podemos encontrarla, quizá sepamos más sobre Jeon Hyojong. Esto puede ser la clave para todo.
Eunwoo, que había estado escuchando en silencio, intervino con seriedad ante la charla de la pareja.
—Escuchen, yo tengo que encontrar a Jimin. No se que está pasando, pero si esto involucra a su padre no va a ser bueno. No conozco muy bien a mi tío, pero se que no está en buenos caminos y Jimin será el perjudicado en todo esto
Jungkook y Taehyung se miraron, asintiendo con comprensión. Ambos sabían lo importante que era mantener a Jimin a salvo, pero la necesidad de respuestas sobre el pasado de Jungkook era igual de apremiante.
— Ve por Jimin, Eunwoo —le dijo Taehyung.
Finalmente, con una última mirada a los documentos, tomaron sus decisiones. Eunwoo se marchó a buscar a Jimin, mientras que Jungkook y Taehyung se miraron.
— ¿Qué sucede? —Taehyung pudo percibir la mirada que desprendía Jungkook, era como si estuviera inseguro, transmitía miedo al mismo tiempo.
— ¿Mi madre sabrá de esto? — pregunto mirando sobre sus manos el libro que Taehyung anteriormente había sostenido.
— ¿Quieres que nos aseguremos con ella primero?
— Hyung... Solo, no quiero descubrir algo que me lastime —confesó dejando que el libro entre sus manos cayera al piso de madera, que al estrellarse sonó por toda la habitación. El silencio los envolvió, Jungkook sintió angustia en su corazón, pero Taehyung rodeo sus hombros por detrás y pudo sentir sus labios susurrar sobre su mejilla
— No estás solo —y sus palabras fueron claras a pesar de que fueran bajas — No te dejare solo en ningún momento —y aquellas palabras fueron una promesa que se selló en un suave beso cuando Jungkook volteo su rostro y sus labios se encontraron.
No. Jungkook ya no estaba solo.
Porque Kim Taehyung estaba con él abrazando su corazón.
Suzy se encontraba en su casa junto con Seokjin. El silencio entre ambos era crucial entre los dos, pero la mujer sabía que su hijo la estaba mirando como si tuviera mucho que decir y no sabía cómo soltarlo.
Suzy suspiro volteando a ver a su único hijo — Se que tienes algo que decirme, te conozco — dejó el paño con el que limpiaba el mueble de cocina, su cuerpo se apoyó sobre el mismo mueble y miró a su hijo a los ojos.
— ¿Tu lo sabias cierto? Por eso siempre la trataste como una hija... — concluyó.
Suzy soltó un pesado suspiro. Entonces supo que los secretos más guardados habían salido a la luz y ya no se podían seguir ocultando sabiendo que su propio hijo había presenciado todo aquello.
— No me corresponde decírtelo, Seokjin. Hwasa es una mujer que ha luchado por sus hijos desde que su esposo murió y estaba sola, no la iba a traicionar de ese modo si ella no confiaba en ti — Seokjin suspiro con sus brazos cruzados, su semblante seguía serio, pero su mente era todo un caos que tenía que resolver.
— Se que no me corresponde, pero me hubiera gustado no haberme enterado de este modo. Al menos me hubieras dicho algo, siempre pensé que te importaba mas Hwasa que yo o Taehyung —confesó sintiendo fuego en su pecho.
El dolor en el pecho de Suzy se intensificó bajo la mirada de su hijo, las palabras de él resonaron una y otra vez en su cabeza. Cuando alzó la vista, con sus ojos cansados y húmedos por las lágrimas que no pudo evitar que salieran, tomó un profundo aire, consciente de que tenía que ser honesta con Seokjin.
—Hijo... —empezó con voz temblorosa—. Cuando te marchaste apenas cumpliste la mayoría de edad, con tu familia, tan lejos en Seúl... fue como si algo en mí se desmoronara. Apenas nos visitabas, y cuando lo hacías... —hizo una pausa, como si las palabras pesaran demasiado— Jisoo nunca parecía quererme cerca. Siempre había una distancia que no podía cruzar contigo, y me sentía... sola. Apenas pude conocer a Taehyung.
Hizo una pausa, con la voz rota, pero su expresión se suavizó al recordar el momento en que Hwasa entró en su vida.
—Hwasa y sus hijos llegaron cuando tú ya no estabas, y llenaron ese vacío que sentía —Su voz se volvió un susurro lleno de nostalgia—. Yoongi y Jungkook... ellos se convirtieron en los nietos que pensé que nunca tendría. Fueron como mi familia, y yo... me prometí protegerlos, cuidarlos como si fueran mis propios nietos. Y al ver cómo Hwasa luchaba, me aferré a ellos con toda mi alma.
Suzy lo miró directamente, dejando que él viera el arrepentimiento y el amor que siempre había sentido por él, pero que nunca supo cómo expresar.
—Perdóname si en ese proceso te hice sentir menos querido, o menos importante. Pero, hijo, tú también eres mi familia. Tal vez no supe demostrarlo, pero siempre has estado en mi corazón, tanto como ellos. —Trató de alargar la mano hacia él, como si buscara algún modo de sanar lo que las palabras no lograban.
La cocina quedó en un completo silencio, con cada palabra resonando sobre los oídos de Seokjin como si hubieran sido un golpe de realidad que su madre le había hecho recordar.
Pero entonces el ruido de la puerta siendo abierta los distrajo. De ella aparecieron Taehyung y Jungkook con expresiones serias y preocupadas. Seokjin lo pudo ver apenas entraron. Enseguida se puso de pie y se acercó hacia ellos.
— ¿Qué ha pasado?
— Padre, tenemos que viajar a Seúl — Jungkook afirmó lo que su pareja había dicho y enseguida le mostró los archivos a Seokjin quien al verlos, los tomó sobre sus manos volteándose hacia donde estaba su madre dejándolos encima de la isla. Todo aquello era demasiada información, pero cuando entonces vio los archivos de los experimentos del laboratorio, su mirada de sorpresa, de descubrimiento y preocupación se vio reflejada sobre sus ojos posados en Suzy.
— Necesito hablar con Hwasa.
Hola! Feliz miércoles! 🫶🏻
Poco a poco estaremos llegando a la recta final de Ulb y me emociona mucho. Le tengo mucho cariño a esta historia y espero que ustedes también 🩷
Después que termine esta historia me enfocare 100% en las actualizaciones de Supernatural.
Cuídense y nos leemos el próximo miércoles 🩷🐝
⸻Gris
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro