Después de preparar el té, Taehyung regresó de la habitación de los niños y se sentó al lado de su esposo en el sofá de la sala de estar, y cuando pensó que estaba a punto de hablar sobre lo que acababa de pasar, descubrió que en realidad estaba oliendo su cabello.

—¿Qué pasa? ¿Qué estás oliendo?

—Tu champú... Hace que tengas un olor delicioso. —Taehyung dejó un beso sobre el cabello negro de Jungkook y luego susurró. —Oye, los niños siguen durmiendo...

—Supongo que en unos treinta minutos volverán a ser tan ruidosos como siempre.

Se sintió como estar acorralado, igual a si estuviera intentando instar su celo intencionalmente.

—¿Qué tienes en mente?

—Algo que haga sentir bien a mi esposo.

—¿Por qué ahora soy el esposo?

—Porque te gusta cuando te llamo así.

—Eres un tonto.

Por supuesto, dejó de intentar preguntar si sabía lo que estaba haciendo.

—Anda... Solo unos 15 minutos, un rapidín es lo único que pido.

Era irresistiblemente vergonzoso pedirle que tuvieran sexo antes de que los niños despertaran, pero la verdad era que ciertamente comenzó a desear decir que sí, fue difícil esperarlo, sobretodo porque no sabía cuándo volvería, había tenido que soportar su cuerpo como si estuviera ardiendo en fiebre y conformarse con hacer y deshacer un nido de artículos en su colchón.

—Solo quince minutos.

—Perfecto.

La manera tan desesperada de decir que aceptaba sus condiciones, resonó en las orejas de Jungkook.

—... AH.

No tuvieron mucho jugueteo previo, en ese momento, Taehyung era solo una bestia tratando de quitarse la ropa mientras hacía lo mismo con la de su esposo, Jungkook se mojó y aceptó con facilidad su pene, que estaba tenso y goteando de semen, y sin embargo, tuvo que forzarse a permanecer en silencio, era consciente de que si su voz se le escapaba tan solo un poco debido al placer, los niños se despertarían y correrían a buscarlo como de costumbre, así que se tapó la boca con ambas manos y resistió el deseo de emitir cualquier gemido.

Estaban desnudos y abrazados en el sofá, con los labios agrietados e hinchados de pasión, no hacía falta decir que la creatividad de su esposo para satisfacerlo discretamente en su sala de estar le pareció bastante curiosa.

Ambos usaron sus cuerpos para expulsar el calor que habían acumulado en su interior y, sin embargo, aunque fuera rápido o corto, débil o en un sillón, igual su corazón y sus pechos se llenaron hasta el límite.

El tiempo de eyaculación fue corto, probablemente porque se omitió la preparación. Y, aun así, temblaron y se comieron con rudeza porque la capacidad de un Gamma era más tremenda de lo que podían imaginar.

Al final, Jungkook pareció verse como una muñeca disfrazada con un atuendo muy desordenado y feo, no en vano se decía que las mejores cosas de la vida se hacían con los ojos cerrados y el cabello despeinado, correr, saltar, nadar, besar, enamorarse, hacer el amor.... sin embargo, terminó tan exhausto que ni siquiera tenía la fuerza física para cambiarse de ropa por sí mismo o tan siquiera para arreglarse el cabello. Pero Taehyung en cambio parecía seguir con mucha energía, rápidamente se limpió y se puso su uniforme militar.

—Te daré esto.

—¿Qué?

Entonces le entregó un spray que no tenía una etiqueta.

—¿Qué es?

—Son mis feromonas, que fueron generadas artificialmente en un laboratorio, no sé qué tan efectivo sea porque el proyecto está en la etapa experimental, pero creo que funciona. No tiene el efecto de promover tu celo o el de otras personas, por lo que puedes utilizarlo incluso si hay omegas cerca, en caso de que te sientas angustiado o en peligro y tu lobo y tú me deseen cerca.

—¿Cómo funciona exactamente?

—En el improbable caso de que estés en celo, puede ser un repelente frente a otras alfas y betas, además de que contiene mi olor y puede calmar a tu lobo.

—Eso es... —Jungkook recordó cuando cayó en la trampa de Namjoon y lo violó aprovechándose de su falta de raciocinio por el celo, también pensó en el hecho de que el celo de un Omega Gamma era lo suficientemente poderoso como para engañar incluso a un beta. Sin embargo, en ese momento las feromonas de Taehyung, al parecer podían mantener alejados a los otros alfa que estuvieran cerca, debido al lazo formado entre ellos.

Jungkook de todas maneras negó con la cabeza. -Si caigo en celo o estoy en peligro... Tú vas a estar allí.

—Claro. Es solamente por las dudas. —Taehyung se llevó una taza de café a los labios para darle un sorbo, pareció mantener completamente la calma, aunque igual su voz era un poco lamentable para ese momento, Jungkook miró el spray que recibió y volvió a negarse.

—Esto es un mal augurio, estoy lo suficientemente bien ahora, no lo necesito.

—Si puedo ayudarte a vivir una vida un poco más fácil, yo estaré feliz.

"Si puedo ayudarte a vivir una vida más fácil". Esas palabras eran más sentidas y reflejaban más amor, que cualquier confesión romántica convencional así que observó a Taehyung con la firme intención de burlarse de él y lo cursi que se había vuelto últimamente. No obstante, la expresión de su Alfa era la misma de siempre y se preguntó a si mismo ¿Cómo era posible que Taehyung, fuera tan frío en su vida cotidiana cuando solo hablaba de amor al estar cerca suyo? Le dolía el corazón cuando recordaba el motivo y el porqué de su carácter tan apático, pero también se sentía un poco mejor al pensar que poco a poco esto iba cambiando y ya podía sentir el cariño que le transmitía a través de sus acciones y palabras a últimas fechas.

Deseaba curar su soledad. Quería hacer a Taehyung lo suficientemente feliz como para que pudiera sentirse libre de expresar sus sentimientos honestamente. En ese momento, escuchó a su bebé llorar desde la habitación de los niños así que se levantaron a toda prisa, sin embargo, antes de que pudiera dar un paso en su dirección, Taehyung lo sujetó del brazo y lo detuvo.

—Yo iré. Acuéstate y descansa un poco más.

Cuando Taehyung regreso con su bebé en brazos se dejó caer en el sofá, quedándose dormido al poco tiempo, Jungkook le colocó en silencio el abrigo de su uniforme militar para que pudieran cubrirse del frío que hacía ese día, sonrió para sí mismo pensando en que muy al contrario de lo que los demás opinaran, su esposo no le parecía una bestia sin sentimientos, para nada.