Capítulo XXXI
Había luz y un hermoso color verde.
La risa de los niños estaba resonando mucho más que el sonido del viento y, además, el canto de los pájaros parecía hacer todo muchísimo más lindo y perfecto. Como si todo estuviera encajando por fin.
—¡Oigan, escuchen chicos!
Jungkook, con una manguera en la mano, estaba desesperado por perseguir a los niños que corrían en pequeños circulitos por entre las flores, el jardín, que estaba lleno de risas, también estaba cubierto de hierba exuberante y un montón de pequeños capullos verdes.
El hombre tenía unos pantalones cortos hasta las rodillas y camisetas de manga larga, de hecho, aunque tenía músculos definidos, su cuerpo era lo suficientemente esbelto como para no verse tan apretado como el de su esposo, la grasa que le quedo del embarazo, empezaba a desaparecer porque estaba persiguiendo a los niños a diario y las calorías se le estaban consumiendo sin importar si comía mucho o no. Ahora, podía decir sin mentir que su cuerpo parecía más bien el de un adolescente que el de un hombre adulto. Sin embargo, después de estar toda la noche ahogándose en sexo, ahora tenía un olor provocativo que solo los mayores notaban, algo muy parecido a la fruta madura un leve olor dulce y solo un hombre podía despertar fácilmente ese placer que dormía en su vientre.
—¡Min si quieres comer, ayúdame con tus hermanos!
—Voy por todos.
Jungkook que seguía mojando a todos con su manguera, notó como Mina estaba mirando dentro de la canasta del nuevo bebé. En realidad, no dejaba de presionar la boquita en su cabeza.
—Taemin dice que también quiere jugar.
—Pero si todavía no puede hablar.
—¡Si puede Yo lo entiendo! ¡De verdad!
—Mira nada más, tu peluche está todo mojado. Si no lo secas, lo atrapará un resfriado.
Jungkook se sintió como un niño después de decir eso y se rio en voz alta.
—De acuerdo, mami.
—Y tú también estás empapada. Qué horror.
Besó la parte superior de la cabeza de Mina, del cabello que llevaba atado con dos colitas, había un ligero olor a sudor particular en los niños, nunca pensó que estará tan feliz de oler esto todos los días.
—¿Qué hay de Hwan y TaeJoon?
—Están allí.
—¡Min Vamos a buscarlos juntos!
—Mamá Vamos, vamos.
Los ojos de Jungkook, que estaban observando a sus dos niños se estaban haciendo cada vez más delgados debido al sol, su mirada a menudo era descrita como fría por los clientes de la farmacia, pero, las sonrisas inocentes de los pequeñitos y la presencia de su esposo, sacaron a Jungkook de ese mundo de hielo.
—Taemin dijo que yo soy el líder. Y el jefe dice que hay que recoger todos los juguetes.
La apariencia del bebé de responder con un pequeño balbuceo era muy tierna. Y Yitian, quien demostraba su poder como el próximo hombre de la casa cuando asumía el liderazgo total de la situación, llamó a Jungkook para que lo ayudara a controlarlos.
—Hay que meter a Taemin a la casa.
—¡Vamos bebé! ¡Vamos bebé!
Mina casi se metió a la canasta con su hermano. En particular, esta niña parecía amar tanto al bebe que verificaba su condición todo el tiempo.
—Papá ya va a llegar. Adentro todos. Pueden jugar con Taemin más tarde.
Jungkook persiguió a los niños, que seguían corriendo, cambio la ropa de todos y le dio leche a su bebé quien se quejó de que tenía hambre. Esto por si solo era lo suficientemente agotador como para dejarlo cansado, pero, después de eso, había otro gran trabajo que tenía que cumplir.
—Voy a hacer arroz para mis niños hambrientos.
—¿Papa no ha vuelto todavía?
—Bueno, posiblemente no ha terminado el trabajo. Pero ya casi es su hora de volver.
Ellos asintieron obedientemente.
—Voy a hacer tortillas de huevo.
La sala se llenó de voces alegres que decían "Si" y "Me encanta la tortilla de huevo. Les gustaba que le pusiera kétchup y que estuviera muy esponjoso y amarillo para poderlo morder.
—Mamá, Taemin se hizo pipi.
—Huele feo, ¡Tal vez sea popó!
—Ya voy! Oye, Min... ¿Puedes traer un pañal de reemplazo? Mina, ve por una bolsa de plástico por favor.
Todavía no encontraba el modo fácil de cuidar de seis niños y un bebé. Era como si el trabajo viniera sin detenerse.
Y así, después de cambiar pañales, Taehyung al fin regresó.
—Oh, papá. Bienvenido de nuevo.
La voz de Mina se escuchó por toda la casa en el momento en que Taehyung comenzaba a rodearse de niños pequeños que le pedían que los cargara, tenía una cara dura, pero su actitud últimamente estaba llena de ternura.
—Bienvenido de nuevo, ¿Cómo estuvo tu trabajo?
—No fue la gran cosa.
Taehyung, quien en realidad estaba de vacaciones, salió de la casa debido a una repentina llamada del ejército pasadas las cuatro de la mañana. Probablemente era una mentira que no fuera la gran cosa, pero no se atrevía a preguntar.
—Papá, vamos a comer tortilla de huevo.
—Que rico. Es el favorito de Min ¿No?
—Así es.
—Qué bueno que ya estás de buen humor otra vez. Parecías enojado.
La expresión facial de Taehyung, que no había cambiado mucho, se volvió bastante legible cuando estaba junto a Jungkook, la relación entre los dos evolucionaba tanto que estaba completamente seguro de lo profunda y fuerte que ya era. Tanto como para saber cómo estaban con solo un vistazo al otro.
Taehyung miró al bebé, quien decía "Uh" y "Ah, mientras estaba todavía acostadito en la cuna que le habían acomodado en la sala de estar. Se acercó para darle un enorme beso.
—Ustedes me ponen de buen humor.
—Entonces cámbiate de ropa pronto. Tu uniforme se ensuciará.
—Eso hare. Te ayudare en cuanto vuelva.
No fue sencillo decirlo porque le encantaba como se veía en su uniforme. Pero la verdad era que lavarlo era difícil.
Jungkook, que nunca había experimentado un celo, conoció a Taehyung y despertó la sangre del Omega que estaba oculta dentro de él, para ser más específicos, la sangre del raro Omega Gamma. Nunca olvidaría el susto de esa época, el hambre que experimento por primera vez con él y la vergüenza que estaba subiendo por su cuerpo al descubrir que podía aceptar a cualquier hombre independientemente de su voluntad. Recientemente aprendió que las feromonas de Taehyung le llegaban a la cabeza más que al cuerpo. Algo que ni siquiera su hermano había logrado hacer cuando lo marco.
Antes de que pudiera apartar la mirada de su esposo, su espalda desapareció más allá del pasillo. Le sorprendió cuánto tiempo había estado perdido pensando en él, pero no podía decir que se arrepintiera.
—Oye, mami, quiero tortilla.
En respuesta a la queja de Min, volvió a la realidad y fue directo al refrigerador, ordenó los ingredientes y comenzó a hacer un montón de tortillitas de huevo, después de todo, eran 6 niños más 2 adultos. Al cortar el pollo, Taehyung entró finalmente en la cocina. Llevaba una camisa blanca de cuello abierto y un pantalón negro porque, de por sí, la ropa de civil que siempre utilizaba era sencilla y de un material muy suave, pero cuantas veces hizo que se le acelerara el corazón: Incluso ahora que era su compañero, eso no cambiaba para nada.
—¿Qué debo hacer?
El interior de sus brazos, visto desde las mangas que tenía enrolladas, era extremadamente masculino. Se regañó a sí mismo para dejarlo de ver.
—Entonces, corta la cebolla.
—¿Esta?
Surgió su yo que era travieso y Taehyung empujó la cebolla cerca de su nariz para verlo derramar lágrimas. Jungkook se rio.
—No seas idiota.
—Uy, esa es una mala palabra.
—Jajaja.
Los niños se asomaron por detrás del respaldo del sillón como si fueran suricatos.
—¿Debería cortar todo esto?
—Pero más pequeño.
La realidad era que Taehyung era torpe en la cocina. Estaba mirando de reojo mientras cortaba el pollo en trozos pequeños, pero luego las arrugas entre sus cejas se hicieron cada vez más profundas ¿Por qué tenía que ser tan complicado? Era cierto que la piel exterior de las cebollas era fina y difícil de quitar, pero ¿por qué parecía concentrarse tanto en eso?
Cuando la cebolla finalmente estuvo pelada, comenzó a cortarla en pedazos, pero lo estaba haciendo mal. Mientras lo observaba, se frustró tanto que terminó por extender la mano y quitarle el cuchillo.
—No. Si lo aprietas, se deshará. Pon el cuchillo... Así.
—Ya.
—Lo hiciste una vez antes ¿Por qué parece que lo olvidaste?
Pero mientras le enseñaba los conceptos básicos de cortar, sus ojos se empaparon ¿Por qué estaba llorando y Taehyung estaba tranquilo? ¿Por qué no lloraba?
—No deberías llorar fuera de la cama. —Su voz estaba lejos de ser un dulce susurro, por el contrario, se hizo eco en toda la habitación.
—¿Por qué estás bien y yo lloro?
—Tal vez es por mi constitución. —Ciertamente tenía una constitución envidiable. Un perfil varonil que parecía manejarlo todo à la perfección.
Mientras lo estaba mirando, el ambiente se volvió extrañamente incomodo así que decidió olvidarse de eso limpiando sus lágrimas con papel de cocina. Sin embargo, la cebolla seguía picando fuerte.
—Mamá, haz lo mejor que puedas.
El apoyo de los niños era conmovedor, pero las lágrimas se desbordaron y no pudieron detenerse
—Por favor, no llores. Mira, yo también lo cortaré.
Después de todo, era un trabajo de dos personas. Picó y pico y comenzó entonces a freír el producto terminado en una sartén con mantequilla derretida. Agregó el pollo y cocinó de nuevo. Luego puso pimientos picados y champiñones enlatados, y cuando lo revolvió, las lágrimas finalmente se detuvieron. Sin embargo, ver a Taehyung, serio, sin moquear, le hizo sentir rencor, Aunque decía que no, parecía que era perfecto.
¡Maldito!
—¿Finalmente dejaste de llorar?
—No lloré.
—¡Sigues llorando?
—No lloré.
—Entonces no deberías tener los ojos rojos.
Ver a Taehyung ponerse juguetón y bromista, era increíblemente bonito, Después de todo, el hombre había crecido con una importante falta de afecto desde que era menor.
—Bueno, señor Taehyung, vamos con esto.
Separó los ingredientes, agregó arroz frío y comenzó freír cada uno por separado. Sin embargo, una gran cantidad de granos de arroz parecieron quedar esparcidos alrededor de la sartén de Taehyung, quien decía constantemente que en definitiva no debería estar a cargo de eso.
—Mamá, no te olvides del maíz.
—Min, eso es cierto.
Agregó granitos de maíz, abundante salsa de tomate y luego se hizo cargo del sartén de Taehyung, no sabía que podía pasar si se lo dejaba por más tiempo, mientras observaba las manos de su esposo, agregó un poco de todas las especias y lo preparó hasta hacer un arroz con pollo rojo, Lo único que tenía que hacer a continuación era ponerlo en un plato, ponerle la tortilla hervida y servirlo.
—Tú pones el arroz en un plato, yo hago el huevo.
—¿Este es el molde?
—Si, así es. —Agregó un poco de leche al huevo batido y dejó que se resbalara en el bol, puso el sartén con mantequilla derretida y un huevo, mezcló y moldeó la forma poco a poco. Estaba un poco distorsionado, pero no le importan mucho los detalles, pensaba que tales cosas se compensaban con el agradable aroma y el sabor.
—Niños, está hecho.
Cuando terminaron, llevaron la comida finalmente a la mesa.
El bebé estaba durmiendo con una cara muy tranquila, probablemente debido a la risa de sus hermanos. Acomodaron a los pequeños en la mesa y unieron las manos agradeciendo por la comida, miró alrededor de los niños porque estaba esperando su reacción cuando probaran la comida.
—Mami escribió Mina en mi tortilla.
—Aquí dice Min.
—¡Se ve muy rico!
Los niños que pusieron el cuchillo en el huevo, tenían los ojos completamente brillantes: Abrieron la boca y empezaron a comer hasta que el comedor se llenó de sonrisas.
—Esto lo hizo papá
—¿Cómo lo sabes?
—Porque tiene una forma fea.
—Está bien. Si tienes hambre, eso da igual.
Jungkook se rio.
A la cebolla y al kétchup se le añadió el dulzor de los granos de maíz, convirtiéndolo todo en una comida apta para los niños. Además, su esposo también estaba comiendo satisfactoriamente.
Taehyung había hecho un desastre. La cocina estaba llena de arroz derramado, sartenes y tazones sin lavar, pero el arroz con tortilla de huevo que todos comieron era lo suficientemente delicioso como para olvidarse de eso.
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