Capítulo Final
El buen olor de la cocina hizo resonar el estómago de los niños.
Los pequeños, que escucharon que papá regresaba a casa después de mucho tiempo de ausencia, estuvieron con Jungkook todo el día para poder organizarle un bonito regalo, realmente iban a verlo por primera vez después de un año y eso los hacía muy felices.
Como era de esperarse, no pudo escuchar cada una de las solicitudes tan entusiastas de sus hijos, pero había estado luchando desde la mañana para enfocarse en las comidas que más les gustaba.
—¡Huele súper rico!
Min saltaba de aquí para allá con las mejillas completamente rojas. Había camarones gratinados y un montón de macarrones con queso, tenían carne que habían preparado desde ayer y una ensalada de verduras con el infaltable Kimchi, Jungkook agregó zanahorias y un montón de manzanitas picadas con limón y sal, eran las comidas favoritas de los niños, pero estaba seguro de que Taehyung igual las disfrutaría e iba a sentirse muy bienvenido con todo esto. Sabía que las sonrisas de sus hijos hacían feliz a su esposo, por encima de cualquier comida y de cualquier sorpresa que se pudiera imaginar.
En ese momento, la puerta se abrió bruscamente y se escuchó una voz.
—¡Compré helado!
Yoongi entró con bolsas de compras en ambas manos porque evidentemente escuchó la solicitud de Hwan y TaeJoon de hacer un postre frío. No podía creer que este hombre les diera tanto dulce y fuera tan consentidor, incluso estando él allí en frente suyo.
—¿Estás seguro de que dejarte hacer el postre está bien?
—¿Por qué preguntas eso?
—Creo que lo que quieres cocinarles lleva mucho azúcar.
—Tengo el suficiente. —Sacó un bote enorme de crema batida de su bolsa, también había salsa de chocolate y muchos otros tipos de helado que tenían que ir de inmediato al congelador, incluso llevó cobertura de chocolate para comenzar a hacer un pastel.
—Si mezclamos esto y esto, se va a absorber toda el agua que tenga la crema batida para que el pastel de chocolate quede riquísimo.
—¿Cómo sabes eso? Normalmente no comes dulces.
—Estuve leyendo mucho.
Al ver a Yoongi lamiendo la crema de sus dedos, fue evidente que los niños también quisieron probar.
—¡Ah, mamá! ¡¡Yo quiero un poquito!! —Gritó Yitian.
Min se apresuró, tomando el dobladillo de su ropa de un modo un tanto desesperado. Luego Yuna, Mina y sus hermanos se reunieron y abrieron la boca como pollitos hambrientos.
—Un poco nada más. —La crema batida se repartió entre cada uno de los niños.
—¿Qué están comiendo tan deliciosamente?
—¡Abuelito!
El señor Choi regresó a casa con un montón de artículos para la fiesta. Eran galletas, serpentinas y cañones de confeti. Supuestamente se trataban de cosas para darle la bienvenida a Taehyung, pero, al fin y al cabo, siempre terminaba consintiendo a los niños.
—¡Me gustan mucho estas!
Yitian se tragó una gran galleta de chocolate y luego, sus hermanitos comenzaron a saltar porque también querían una de esas.
Jungkook se sintió repleto de amor cuando vio este lugar lleno de risas y emoción. Era como si todo lo malo del pasado ahora hubiera desaparecido para darle paso a algo muchísimo mejor, entonces, cuando Taehyung volviera, sería más que perfecto.
—¿Cuándo viene nuestro invitado principal?
—No debe tardar mucho.
Jungkook se había reunido con Taehyung un mes antes. Aparentemente identificó a la persona que estaba filtrando información interna del ejército y en base a todo lo obtenido de ella, comenzó a investigarse la manera en que se movía "AAsA" internamente. Entonces, al eliminar a los infiltrados y además también encontrar el cadáver de Sung Woon, la operación que hizo que la vida de Taehyung tuviera que mantenerse en secreto finalmente se terminó.
—Por cierto, al hombre de aquí lo invitaron a quedarse en el ejército permanentemente.
—¿Qué? Yoongi ¿Es verdad?
—Bueno. Eso es lo que pasa cuando eres muy bueno.
Taehyung pedía su cooperación para básicamente cualquier cosa, se decía que cada uno de sus logros y estrategias fueron evaluados por los altos mandos militares hasta que se consideró prudente invitarlo a ser parte de ellos de una forma permanente.
Yoongi era un Alfa dominante y por eso mismo estaba en condiciones de investigar cada escena con el cuartel especial.
—¿Cuándo aceptaste?
—Todavía no lo he hecho en realidad, no sé si quiero dejar de ser policía.
—¿Estás hablando en serio? ¡No seas imbécil!
—¿Qué me recomendarías tú entonces?
—Bueno, es que... Si pudieras ayudar a Taehyung, aunque sea un poco, siento que estaría muchísimo más tranquilo, me gustaría que te unieras al ejército y trabajaras a su lado.
Fue entonces cuando él por fin llegó.
—¡Papá! —La voz de Mina provocó que los rostros de sus hermanos se iluminaran, Jungkook también reaccionó sin querer e inmediatamente después fue rumbo a la puerta. Allí, estaba un hombre maravilloso rodeado de chiquillos.
—Estoy en casa.
Aunque había escuchado su voz muchas veces en el pasado, su pecho se apretó tanto que no pudo evitar lagrimear de emoción. Era Taehyung y había vuelto, finalmente se sintió como si la vida que se les había arrebatado estuviera regresando con lentitud a la normalidad.
—¡¡Papi!! ¡Hicimos una fiesta de bienvenida para ti! —Dijo Mina mientras sacudía sus coletitas de un lado para otro cada vez que saltaba, Min felizmente le informó qué tipo de menú habían preparado y luego Yuna se tomó el tiempo de explicarle todo lo que habían hecho mientras no estaba allí, Hwan y TaeJoon hablaban de los postres para después de la comida y Yitian, que estaba parado del otro lado, comenzó a decir que protegió a mamá mientras estaba ausente. La expresión de Taehyung era de una calma sin precedentes ante las vocecitas de todos, sin embargo, todos notaron que estaba escondiendo algo en su espalda.
—Entonces déjenme ir con mamá. Todavía no lo he besado.
Aunque Yoongi y el señor Choi estaban en frente suyo, no le importó expresar sus sentimientos más honestos y sonreír en su dirección.
Cuando lo conocieron por primera vez, tenía una oscuridad impresionante en los ojos, pero hoy había una luz preciosa que pareció ser capaz de iluminarlo todo.
Y entonces, Jungkook finalmente caminó en dirección a él.
—Bienvenido de nuevo...
—Estoy en casa.
Era un saludo aburrido, pero estaba feliz de poder escucharlo de su boca.
—Mi Jungkookie... —Tras poner las manos detrás de su cuello, lo atrajo fuertemente y lo besó.
—Hmm...
Cuando abrió los ojos después de terminar el beso, apareció un rojo brillante en sus mejillas que incrementó de volumen al notar que su esposo traía consigo un ramo de flores hermoso entre las manos. Eran esas rosas blancas que siempre se entregaron en su puerta y que hoy estaba tomando directamente de él.
—Bienvenido a tu hogar. Te amo.
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