1. No me queda más que obedecer
Jungkook
Hoy mi hermana está bastante insoportable a decir verdad. Puedo oír cómo masctica su chicle cerca de mi oído mientras preparo el siguiente capitulo de mi comic de súper héroes para publicar en Webtoon.
— ¿Tendré que darte una patada en el trasero para que te despegues de mi oído o saldrás por la puerta? — le digo sin despegar mi vista de la pantalla. Me quito los lentes al ver que ella no contesta y los dejo a un lado. Giro a verla y ella me está sonriendo.
— ¿Cuántos capítulos te faltan para acabar la historia? — pregunta Jihyo inflando un globo con su chicle — dibujas demasiado lento, Kookin.
Pongo los ojos en blanco.
—Lo haría más rápido si no estuvieras interrumpiendo mi labor.
—No es justo. Soy tu hermana, se supone que deberías adelantarme el contenido de forma exclusiva.
— Si quieres contenido exclusivo págame el Patreon — susurro volviendo a colocarme los lentes para seguir dibujando las escenas de la novela gráfica.
Ella se molesta y va directo a su cama para leer un libro de Stephen King que papá le compró la semana pasada.
Paso el lápiz digital sobre la pantalla y coloreo de verde la capa del súper héroe. A los fans les encantan mis dibujos, dicen que son muy coloridos y especiales. Pero lo que más les gusta es la historia. Mis personajes son un enriendo de problemas y misterios corruptos en cada capítulo. Mis fans se ríen mucho, y me alegra que así sea.
— HyunJin y yo iremos a un bar en un rato. ¿Quieres venir? — en el espejo que tengo frente a la computadora, veo que ella me levanta las cejas.
HyunJin y un bar suena demasiado bien. Tan bien que hasta podría tratarse de un sueño. Él es mi compañero de la universidad y mejor amigo de mi hermana, por mala suerte, ya tiene pareja y yo solo debo conformarme con verlo feliz.
— No gracias, prefiero quedarme en casa.
— Eres un mono antisocial — dice ella cerrando su libro, baja de la cama y abre las puertas de mi armario — vamos, te conseguiré un chico lindo con el que puedas acostarte ¿Qué tal?
Hago una mueca de desgracia. Nunca me gustó que mi hermana se diera cuenta de esa parte de mi vida. Es algo bastante privado y resulta un poco incomodo lidiar con estas conversaciones.
— No tengo la necesidad de acostarme con nadie, paso.
Pero ella me lanza unos pantalones de cuerpo por la cabeza y una remera blanca.
— Ve a ducharte y nos vamos. Hyunjin estará aquí en media hora.
Y por la insistencia de su mirada no me queda otra opción más que obedecerla.
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