"No quiero que tu crueldad recaiga sobre esas almas"

Pasos apresurados acompañaron sus palabras. La capa se arrastraba por el suelo cubierto de ceniza y el único haz de luz, aquel que entraba por las puertas que había abierto de par en par, rebotaba contra el contorno metálico de la armadura al fondo del salón.

"¿Qué los diferencia de cualquier otro mortal?"

De alguna manera, la voz salió tan oxidada como el material que recubría al Dios.

Se escuchó el crujir del metal y el chocar contra sí mismo mientras la figura se giraba hasta dejar la mitad de su rostro al descubierto. Aunque el casco se hacía cargo de deformar el perfil del Dios y sus ojos carmesí daban la falsa ilusión de monstruosidad, el pálido de la piel en su rostro fueron el encuentro con un rastro de humanidad. El encuentro que hacía falta para que Taehyung se detuviera, mirándolo fijamente.

"Son semidioses. Están bajo mi responsabilidad" Habló claro y fuerte, su voz retumbando en las paredes vacías, haciendo un eco que parecía mofarse de sus esfuerzos por conseguir misericordia "Necesito que les des una oportunidad, Hades"

Su nombre tuvo el efecto contrario al esperado por Taehyung. El Dios se volteó abruptamente, humo deslizándose por las rendijas de la armadura, volviendo el ambiente cada vez más sofocante.

"En mi reino-"

"Nuestro reino" Interrumpió Taehyung rápidamente, frustración subiendo por su garganta en un feroz calor que enrojecía todo a su paso. "Un reino donde no tengo jurisdicción sobre sus súbitos. Solo tú puedes liberarlos y he venido aquí por primera vez en quién-sabe-cuánto-tiempo a rogarte piedad. ¿No puedes aceptar mi humillación como moneda de intercambio y perdonarlos?" Su tono de voz subía con cada palabra y con la creciente sensación de que estaban cubiertas de espinas.

"Ni tu ego ni tu dignidad son razón para ir en contra de las reglas. No hay excepciones" Cada frase golpeó como un látigo, cortando el fino hilo que conectaba las almas de ambos Dioses. Con el humo haciéndose cada vez más espeso, dificultando la respiración del invasor, Hades agregó "Este no es territorio para tu campo de flores"

Taehyung retrocedió, sus labios firmemente apretados mientras veía una suave llovizna de ceniza caer sobre sus hombros y los de su esposo. Algunos pétalos encendidos llegaban a tocar el suelo antes de perderse en el cementerio de flores que antes era un invernadero.

"Que tú no sepas amar no implica-no significa-..." Las palabras murieron en su boca, el aire haciéndole falta. Tomó una bocanada "Tú-"  Y tosió, con los ojos ardiendo por el humo y el dolor "Jungkook" Llamó, con el vano intento de alcanzar quizá con los dedos la compasión del otro Dios.

Con la oscuridad rodeándolo, recordó por qué no regresaba. El frío súbito de la muerte lo aterraba, pero jamás de la forma en la que la soledad lo hacía. Siempre se sentía solo allí.