Una vez las cosas se calmaron, los soldados atlantes rodearon a Xeno, Stanley y sus solados con sus lanzas, obligándolos a soltar todas sus armas.

En cuanto tuvieron atados a los más peligrosos, los atlantes comenzaron a curar con sus cristales las heridas de todos, tanto de otros atlantes como de soldados de Xeno.

Senku en un principio se quedó junto a Kohaku, dejándola abrazarlo, sosteniendo su mano, hasta que ella decidió ir con su hermana para consolarse la una a la otra por la pérdida de su padre.

Mientras las princesas estaban en eso, Senku se acercó a Xeno.

—¿Y qué... ahora simplemente nos dejarás irnos? —murmuró Xeno hacia Senku con una mirada distante—. Nada te asegura que no vamos a volver.

—Puedes intentarlo. —Senku lo miró con una sonrisa amenazante—. Te estaré esperando justo aquí, con todo el armamento atlante. ¿Crees que vas a ganar, Dr. Xeno?

El Dr. Xeno bufó, cruzando los brazos y alzando mucho la barbilla.

—Podría traer aliados, bombas nucleares... cualquier nación desearía el poder de Atlantis, es capaz de cosas realmente... elegantes.

—Podrías, sí... pero ¿lo harías? —Lo miró fijamente a los ojos.

Todavía recordaba cómo Xeno tuvo la oportunidad de matarlo, más de una vez, pero se negó a hacerlo.

Después de un momento, Xeno suspiró profundamente y negó con la cabeza.

—No. No lo haría... Sigo pensando que eres un niño idealista demasiado ingenuo, tal como tu padre, sigo pensando que mi método sería mejor, pero... tal como tu padre, te has ganado mi respeto. —Apartó la mirada—. En lugar de ser enemigos, te propongo ser tu aliado... a cambio de que me dejes ver los progresos científicos que lograras como gobernante de Atlantis.

—No creo ser el gobernante, pero sin duda le pediré a la princesa el puesto de científico real. —Rio entre dientes, rascando su oído con el meñique—. Aun así, claro que te acepto como mi aliado, pero sin armas.

Xeno bufó.

—Claramente te vas a casar con la princesa, aunque es la más joven, pero parece estar bastante interesada en el bienestar de su pueblo, probablemente acabe siendo la reina, te recomendaría aprovechar la oportunidad.

Senku bufó.

—Esa no es una decisión que pueda tomar solo, y ahora tengo mucho trabajo que hacer antes de pensar en matrimonio... voy a ayudar a Atlantis de una forma u otra, los haré resurgir como el gran imperio que una vez fueron... aunque probablemente deba mantenerlos ocultos del mundo exterior.

—¿Dedicaras tu vida a Atlantis? —preguntó Tsukasa, acercándose—. ¿No volverás a tu ciudad con tu familia?

Senku tomó aire.

—No por ahora. Esta ciudad me necesita, soy el único que puede descifrar sus secretos... ya he visto muchas cosas útiles, necesitaré trabajar codo a codo con los atlantes para que pueda volver a reinsertarse en el mundo y que... eventualmente... ayude a que la ciencia de toda la humanidad avance a pasos agigantados, aunque tome años, décadas o siglos, lo haré de modo que no dañe a estas personas —aseguró con firmeza.

Xeno bajó la mirada, antes de asentir lentamente.

—Creo que te has ganado el derecho a que te deje en paz, Dr. Senku. Reconozco tus virtudes... y quiero llegar a ver la grandeza de lo que la humanidad puede llegar a hacer con ese cristal, aunque sea en tu tortuosamente lenta y poco eficiente manera. —Senku bufó, pero luego rio por lo bajo mientras Xeno lo miraba atentamente—. Realmente tienes la misma fortaleza que Byakuya... él estaría orgulloso del hombre en el que te has convertido.

Senku miró al cielo en silencio, recordando con nostalgia a su padre, sus historias y sus esperanzas.

Quería honrar el sueño de su padre... e iba a hacerlo, diez billones por ciento seguro.

Al llegar a aquel acuerdo con Xeno, luego de una noche de descanso, los atlantes comenzaron a preparar todo para la partida de todas las personas de la superficie, excepto por Senku y Chrome que serían los únicos que iban a quedarse en Atlantis.

Prepararon varias naves atlantes con formas de ballena y las llenaron casi a reventar de oro y tesoros antiguos de Atlantis, para gran satisfacción de los miembros de la misión que en su mayoría solo fueron allí para enriquecerse y por ambición.

Las princesas afirmaron que, aunque Xeno y sus soldados les habían causado muchos problemas, al final nadie había muerto... más allá del rey, pero eso fue por la enfermedad que siempre estuvo absorbiendo para que Ruri pudiera vivir. Como ninguna baja por la guerra entre soldados de Xeno y atlantes se había concretado, las princesas estuvieron de acuerdo en llenar de oro a los soldados con tal de que mantuvieran el secreto de Atlantis y juraran nunca volver a intentar atacarlos.

Xeno ya había estado convencido y ya había por lo tanto convencido a todos sus subordinados, pero el oro fue una gran ayuda para terminar de convencerlos.

Charlotte, después de recuperarse de sus heridas, pidió una nave propia y mucho oro y prometió que ya no tenía ningún interés en Atlantis ni Xeno ni Stanley, que solo quería irse.

—Quiero vivir tranquila, encontrar a gente que se preocupe por mí... no alguien que me deje morir. —Miró con rencor a Stanley, que simplemente prendió otro cigarro y se mantuvo cerca de Xeno.

Claramente a Charlotte no le hizo gracia que Stanley la dejara en un avión a su suerte para ir a rescatar a Xeno, casi costándole la vida, pero no hizo ningún comentario, simplemente observaron a Charlotte marcharse sola y les aseguraron que ella no hablaría, ya que solo le interesaba el dinero y su otro interés solía ser Stanley... pero luego de su traición ya no le interesaba más.

Para Charlotte fue claro que Stanley escogió a Xeno.

Senku confiaba en que no diría nada, desde el principio nunca la vio del todo contenta con matar a todos los atlantes, pero su lealtad a Stanley le pudo más. Charlotte era inteligente, sabía lo que implicaría revelar descuidadamente el secreto, así que no se preocuparía.

Xeno le aseguró que controlaría a todos sus empleados, que de todos modos solo había llevado a los más leales.

—Aun así, no podrás mantener este imperio perdido en el tiempo en secreto por mucho tiempo —le recordó Xeno—. Si quieres devolverlo a su antigua gloria y aprovechar su tecnología para el avance de la humanidad, tarde o temprano el resto del mundo lo va a saber.

—Lo sé... pero será solo cuando tenga totalmente descifrados sus secretos, será solo cuando pueda proteger a este pueblo y asegurar que nadie quiera pasar por encima de ellos. Una vez me asegure de eso, Atlantis se convertirá en el faro tecnológico del mundo. —Sonrió decidido—. Impulsara a la humanidad a limites insospechados, lo sé.

—Eso nos gustaría —dijo Kohaku con una sonrisa tranquila mientras se acercaba a ello, con un gran puñado de collares con cristales amontonados en sus manos. Ruri venía detrás de ella también cargando muchos collares—. Queremos que Atlantis comparta su riqueza con el mundo, y a su vez, que el mundo nos comparta su riqueza. Todos unidos, la humanidad entera podrá prosperar.

—Es una idea realmente hermosa. —Ruri asintió—. Digna de la futura reina...

—¡R-Ruri! —Kohaku miró sorprendida a su hermana—. Tú eres la siguiente en la línea...

—Cuando me tocaste estando fusionada con el cristal... me diste una segunda oportunidad para vivir. —La miró con dulzura—. Tu pasión por ayudar a nuestro pueblo fue la que nos trajo aquí, de nuevo a la superficie... y ahora yo te voy a apoyar como tu consejera, sabiendo que harás un gran trabajo reinando. —Ambas se sonrieron.

Gen se acercó a Senku y lo codeó levemente.

—Parece que sí serás el futuro rey, ¿eh?~

Senku bufó y prefirió no hacer ningún comentario, ignorando su risa y la de Ryusui.

Esos dos eran unos idiotas... pero los echaría de menos.

Y... hablando de echar de menos...

—Nikki. —Se acercó a la fuerte mujer, que lo miró sorprendida—. Tengo una tarea para ti...

—¡Muy bien, muy bien todos! —llamó Minami a los pocos minutos, con lágrimas en los ojos, preparando su cámara—. ¡Prepárense para la foto! ¡Este es quizás... nuestro último momento todos juntos!

Senku y su grupo de amigos que lo habían apoyado desafiando a Xeno posaron frente a la nave junto con las princesas, Suika, Kinro y Ginro.

Xeno se mantuvo al margen, pero luego, para su sorpresa, Senku se le acercó junto con Kohaku y ambos le tendieron cada uno un collar con un cristal.

—Para ustedes —dijo Senku, mirando con una sonrisa los rostros levemente sorprendidos de Xeno y Stanley—. Fueron un dolor en el culo, pero me tomo muy en serio eso de que ahora serás nuestro aliado, Dr. Xeno, más te vale traer tu trasero de regreso a Atlantis en unos años para que veas todo el progreso que haré en esta ciudad antigua.

El Dr. Xeno rio para sí mismo, tomando ambos cristales.

—Será un honor, Dr. Senku. —Le colocó su collar a Stanley, ignorando su sonrisita complacida, y luego se colocó su propio collar—. Espero que no me decepcione.

—¡Ja, claro que no lo hará! —Kohaku tomó la mano de Senku en la suya, sorprendiéndolo—. Yo confió en él... Atlantis confía en él.

Senku sonrió, entrelazando sus dedos con los de Kohaku, sin darse cuenta que en ese momento Minami tomó otra foto.

.

Lillian abrió la puerta de su departamento luego de varios toques firmes, y se topó con el rostro maravillado y sonrojado de Nikki.

—Li-Lillian... —Nikki sonrió con ojos llorosos, pero pronto se recompuso y le tendió una caja—. Soy tu mayor fan, y por eso tu hijo Senku me encargo esta misión... pero quiere que sepas que este no es un adiós, solo un hasta luego...

Confundida, Lillian dejó pasar a Nikki y, al ver que era seguida por más gente, los invitó a pasar a todos, acabando con Minami, Tsukasa, Ryusui, Gen, Ukyo y una joven rubia que se presentó como Mirai.

Todos habían querido conocer a la familia de Senku, todos estaban bastante agradecidos con él por haberlos guiado por el camino correcto y mantener la paz de sus consciencias al lograr sus objetivos de vida.

Ryusui finalmente había fundado su propio negocio y se ganó el respeto de su padre, que le propuso trabajar juntos, también uniendo a su hermano Sai al proyecto.

Gen tenía su propio programa y estaba rodeado de mujeres, aunque últimamente comenzó a interesarse mucho más en una en particular llamada Elise Coutta, que curiosamente también estaba levemente interesada en Atlantis.

Ukyo, con interés en ayudar a futuro a los planes de Senku para incorporar a Atlantis al mundo, se había interesado en la diplomacia, y allí había conocido a una joven sudamericana con muchos rizos que había llamado mucho su atención.

Tsukasa, con el poder de los collares con cristal, había logrado sanar la enfermedad de su hermana Mirai. Al principio intento solo con su cristal, pero no fue suficiente, sin embargo... unidos los cristales de todos ellos, lograron curarla por completo, y finalmente hermano y hermana pudieron comenzar su vida tranquila, Mirai incluso lo estaba convenciendo para salir más seguido con Minami.

Y Nikki, después de semanas juntando el valor, finalmente tuvo la oportunidad de conocer a su ídola, Lillian, y contarle todas las maravillosas aventuras que vivieron junto a Senku, la admiración que sentía por su ingenio, y sus deseos de que pronto pudieran volver a reunirse.

Lillian y los hermanos de Senku les agradecieron a todos ellos de todo corazón que los hubieran visitado, y agradecieron más al haber recibido las fotos y sus propios collares con cristales atlantes.

Sin embargo, Lillian recibió un collar extra, mismo que colgó suavemente del marco de la última fotografía de Byakuya.

—Sé que te habría encantado estar aquí —susurró Lillian, mirando amorosamente la fotografía—, pero también sé que, allá donde estés, debes estar muy feliz de ver a Senku cumplir su sueño... tu sueño... —Acarició la fotografía con cariño—. Sé que él volverá pronto, para continuar avanzando la ciencia e impulsando a la humanidad... y aquí estaré para apoyarlo... como tú lo estás desde el más allá...

.

La escultura de madera en forma del rostro del rey Kokuyo fue terminada, y ese mismo día Kohaku fue coronada reina.

Con un toque de su collar, iluminó la estructura de madera, sabiendo que allí se contendrían las emociones y recuerdos de su padre... y vio esa estructura elevarse al cielo.

Sonrió suavemente, mirando de reojo a Ruri abrazada a Chrome, antes de voltearse hacia Senku, que había dejado de lado sus estudios a las antiguas escrituras para asistir a la ceremonia.

Su sonrisa se agrandó y tomó la mano de Senku, arrastrándolo a escalar la misma estatua que escalaron el primer día de su llegada, subiendo casi a la par del rostro tallado en madera que se elevaba lentamente, llegando a la cima poco antes de que la estructura alcanzara su punto máximo junto con las otras esculturas de todos los reyes atlantes...

—Los reyes de Atlantis viven por siempre a través del cristal, a través de su pueblo... eso dicen las antiguas escrituras... —murmuró Senku, mirando al Corazón de Atlantis elevado en el cielo como su sol personal, uno que todavía intentaba descifrar.

—Lo sé, mi madre también me lo dijo... cuando estuve unida al Corazón de Atlantis —susurró ella, parándose más cerca de Senku y tomando su mano—. Ahora, es mi deber cuidar de mi pueblo... y te quiero a mi lado, Senku.

Él sonrió levemente.

—Sabes que puedes contar conmigo, soy tu científico real, después de todo.

—Ja, sabes de lo que habló. —Volteó a verlo con una sonrisa divertida y él rio por lo bajo.

—Sí, lo sé. —Acunó su mejilla en su mano, mirándola fijamente a los ojos—. Protegeremos a Atlantis juntos... e impulsaremos el desarrollo de la humanidad poco a poco, paso a paso... porque así es la ciencia.

Kohaku tomó su rostro en sus manos, alzándose sobre la punta de sus pies descalzos para acercar sus labios a los suyos, a lo que Senku inclinó la cabeza y lentamente la besó.

En ese momento, una nueva historia comenzó a escribirse.

Fin.

Holaaaa :'D

Es el final... y una vez más le doy muchisimas gracias a King of the Nothing por comisionar el fanfic entero de principio a fin! QwQ

Ojala q te haya gustado, muchas gracias por tu confianza y tu apoyo :'3

Fue muy lindo escribir este fic, amo mucho esa película TwT En verdad espero q les haya gustado!

Bueno, en serio muchas gracias a todos por su apoyo y q viva el SenHaku y Atlantis!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!