Parte 5
—Gracias por guiarnos a Atlantis, Dr. Senku.
Senku miró fijamente a Xeno, luego a Stanley, que era quien le apuntaba con un arma.
Detrás de ellos, Charlotte, Tsukasa, Minami, Ukyo, Gen, Nikki y Ryusui lo esperaban también, todos con los brazos cruzados y miradas distantes, todos mostrando que estaban del lado de Xeno.
Chrome también estaba allí, pero él parecía confundido, al igual que Kaseki.
Senku podía notar a Suika escondida detrás de unos escombros, con rostro temeroso.
En ese momento, Kohaku salió del agua, cuchillo en mano a tratar de atacar a Xeno, Charlotte se adelantó y disparo varias veces al aire antes de ponerle el arma en la cara.
—¡Kohaku, quieta! —gritó Senku, tomando sus brazos para que no hiciera nada impulsivo ni arriesgado.
—Me alegra que seas lo bastante sensato para detener a tu noviecita —dijo el Dr. Xeno con completa calma—. Y supongo que también eres lo suficientemente sensato para aceptar ponerte del lado correcto... Porque quiero esto. —Le enseñó la página faltante del diario, con toda la información del corazón de Atlantis—. Y sé que tú puedes conseguirlo.
Senku miró de reojo a Stanley y Charlotte, que tenían sus armas listas.
Vio que Tsukasa también tenía un arma en la cintura, al igual que otros miembros de la tripulación que se habían quedado atrás antes y ahora reaparecieron para lo que obviamente era un atraco a la ciudad.
Kohaku se revolvía en sus brazos, pareciendo dispuesta a soltarse y atacar, pero las armas apuntándola la detenían, ya que no era tonta y sabía lo que esas cosas podían hacer.
—No es lo que crees, Xeno —murmuró Senku con cautela—. No es solo una fuente de energía eléctrica. La energía ilimitada no se consigue de la nada, este cristal está unido a los atlantes, se alimenta de... de algo de ellos, eso no lo tengo claro, pero dependen el uno del otro. Si lo alejas de ellos, todos van a morir. Será un genocidio.
Muchos flaquearon al escuchar eso, mientras que Chrome pareció horrorizado y Kaseki muy preocupado.
Xeno esbozó una sonrisa cruel.
—No puedes decirme eso y esperar que no quiera averiguar más al respecto, Dr. Senku. ¿Cómo es que tú no sientes deseos de llevártelo y desentrañar todos sus secretos? Y además... sabes las historias del pasado. Atlantis fue el mayor imperio de su época, conquisto todo lo que estuvo a su alcance. Solo imagina todo el poder que podré tener con una fuente de energía de este calibre, imagina...
—Sería a cambio de un genocidio —lo interrumpió Senku con dureza—. Niños, mujeres, ancianos, todos morirán si te llevas el cristal, no está a discusión.
—¿Acaso no eres un verdadero científico, Senku? Unas pocas vidas no valen nada en comparación al gran avance científico al que nos puede catapultar este cristal. —Extendió los brazos, con una mirada llena de ambición—. ¡La humanidad podría llegar a desarrollar tecnologías solo soñadas por la ciencia ficción, crearíamos nuevas armas que me colocarían como el dictador supremo de este mundo, y todos los escépticos no tendrían más opción que ceder ante mi poder y darle a la ciencia el foco que siempre ha merecido! ¡Solo piénsalo, el mundo sería controlado por y para la ciencia! ¡Seríamos una especie infinitamente superior!
Senku lo miró con la mandíbula firmemente presionada.
—No me voy a llenar las manos de sangre por el avance científico. No es la forma de hacerlo... Le pediré al rey estudiar el cristal desde donde quiera que esté, sin perturbar la paz de los atlantes... y avanzaré la ciencia poco a poco, en la medida de lo posible, incluso aunque lleve décadas... o siglos... La ciencia es el avance lento pero constante de la civilización, transmitido de generación a generación, con el objetivo de mejorar la vida del ser humano... de cada vida. —Sonrió ladinamente—. La ciencia no sacrifica a nadie. Ayuda a todos, esa es la verdadera ciencia.
Kohaku lo miró con los ojos muy abiertos, mientras que Xeno estrechó los ojos peligrosamente.
—Creí que eras más inteligente... pero resultaste ser tan ingenuo e idealista como tu padre. —Lo miró con profunda decepción y cinismo—. Es una lástima... Tendrá que ser por las malas. —Chasqueó los dedos y sus soldados se lanzaron para intentar sujetarlo.
En ese momento, al ver a Senku siendo amenazado, Kohaku se volvió loca y no le importó las armas que la apuntaban, sacó su cuchillo y derribó a todo aquel que se le acercara, rasgando sus manos con su cuchillo para que soltaran las armas, noqueandolos con sus poderosas patadas y fuertes puñetazos, hasta que, de un disparo, Stanley le arrebató el cuchillo de la mano, y Charlotte apuntó directamente a Senku.
—Quieta o lo mataré —dijo, espantando completamente a Kohaku, que finalmente se calmó, por lo que varios soldados la tomaron de los brazos y la inmovilizaron, llevándola lejos de Senku.
Senku miró amargamente a Xeno, pero luego miró con desdén a los demás, a Tsukasa, Minami, Nikki, Ryusui, Gen, Ukyo.
—¿Lo que les paga justifica un genocidio? —preguntó con completa sequedad—. ¿No les importa matar a toda esta gente mientras reciban unos cuantos billetes?
—Es lo que somos~, mercenarios~, no nos importa nada más que nosotros mismos~ —canturreó Gen, aunque la sonrisa no le llegó a los ojos.
—Apostamos demasiado a esta misión —dijo Ryusui, luciendo contrariado—. Sabíamos desde el principio a qué veníamos.
—¿De qué rayos están hablando? —gruñó Chrome, acercándose a ellos con el rostro lleno de rabia—. ¡Dijeron que solo venderían el cristal, nunca dijeron nada de matar gente y pensé que luego de ver que esto estaba poblado ya no iban a robarles!
—Tú calla, te contrataron para obtener un tesoro que estudiar, eso te emocionaba, ¿o no? —Nikki lo miró con frialdad.
—¡No, ahora es diferente! ¡Todos ellos son personas tal como nosotros! ¡No pueden matarlos!
—Veo que te pondrás del lado de Senku. —Xeno chasqueó los dedos y de inmediato un par de armas apuntaron a Chrome y Kaseki—. Ahora... —Xeno volvió a mostrarle la página—. Llévame hasta el cristal.
Senku hizo una mueca.
—Podemos hacer un trato... podríamos fabricar armas para ti desde la ciudad o...
—Tú no eres el que pone las condiciones. —Xeno miró a Tsukasa que, con el rostro en blanco, apuntó su arma hacia Senku—. No te estoy dando opciones. Dime o será peor para ti.
Senku bufó, mirando desafiante a Tsukasa y luego a Xeno.
—Hazlo, a ver quién traduce esta basura para ti. Ellos perdieron esta antigua escritura hace años.
Xeno lo miró oscuramente.
—Veamos si continúas pensando lo mismo sin un ojo...
—¡Alto, alto!~ —Gen se acercó a Xeno con una sonrisa nerviosa—. Senku-chan es un hombre firme, y los hombres firmes no caerán por más que se los torture, pero~... tienen otras debilidades~. —Miró de reojo a Kohaku.
De inmediato, Charlotte presionó un arma contra la cabeza de Kohaku.
Senku se tensó de inmediato, pero lo disimuló.
—No creas que eso me importa... apenas la conozco desde hace unas horas...
—¿Y crees que a mí me importa? —Xeno rio—. Veo tus manos temblar, Dr. Senku. Y tengo otra princesa para amenazar al rey si mató a esta, pero esta es la que te gusta a ti, ¿no es cierto? —Sonrió con crueldad.
Mordiéndose el labio con fuerza, Senku le arrancó la página de la mano, con sus ojos llenos de odio mientras Xeno sonreía con satisfacción.
.
Entraron al palacio con un estallido producto de la dinamita que le quitaron a la fuerza a Chrome, sobresaltando al rey Kokuyo, la princesa Ruri y sus guardias.
—¡Dígales que bajen sus armas! —gritó Charlotte hacia el rey, apuntando su pistola hacia el cuello de Kohaku.
El rey se levantó con furia evidente, pero ordenó a sus guardias bajar sus armas.
De inmediato, los soldados invadieron la sala del trono y comenzaron a romper e inspeccionar todo, apuntando con sus armas al rey y a la princesa para que no intentaran nada.
—Dijiste que la ubicación es el palacio —murmuró Xeno, barriendo con la mirada la sala del trono—. ¿Dónde exactamente?
Senku hizo una mueca, negándose a decir nada, hasta que Charlotte volvió a presionar su arma contra el rostro de Kohaku.
Suspiró.
—Aquí solo dice... que el corazón de Atlantis está en los ojos de su rey. Es una metáfora, no dice la ubicación exacta.
—Entonces supongo que su alteza nos podrá ayudar más. —Xeno se acercó al rey y le hizo una seña a Stanley, que de inmediato apuntó su arma a Ruri.
—¡Oye! —Chrome quiso correr a ella, pero Ryusui y Gen lo detuvieron.
—No sabes con lo que te estás metiendo —advirtió el rey Kokuyo, su mirada llena de ira—. No sabes a lo que te enfrentas, ni nunca serás capaz de manejar su poder.
—Ah, eso solo lo hace mejor, si no fuera desafiante, no sería elegante. —Sonrió oscuramente—. Será mejor que comience a hablar antes de que su hija pague el precio, majestad.
—Insensato, ¡nunca podrás controlarlo! —Tomó el cuello de la bata de Xeno, alterando de inmediato a Stanley, que se acercó a él a toda velocidad y lo golpeó directo en el cuello con el reverso de su arma, haciéndolo caer al piso, donde comenzó a toser sangre desesperadamente.
—¡Papá! —gritaron ambas princesas, Ruri pudiendo arrodillarse a su lado.
Al ver eso, Tsukasa finalmente tiró su arma y corrió a atender al rey, chequeando sus signos vitales.
—¿Ahora te compadeces de un anciano? —preguntó Xeno con indiferencia.
—Estas personas son una civilización pura, inalterada por la podredumbre de la superficie —murmuró Tsukasa con rostro solemne—. No merecen morir.
—Qué poco elegante. —Xeno miró con apatía al rey allí echado en el suelo, antes de sentarse en su trono con toda la frialdad el mundo—. Aunque este es un palacio lo suficientemente elegante, a pesar de estar en ruinas. —Ojeó el lugar con agrado, hasta que sus ojos se detuvieron en el lago justo frente al trono.
Notó que el lago tenía un camino de piedras que él mismo usó para llegar hasta el rey, pero las piedras... estaban colocadas en forma de espiral... el mismo espiral que había en la portada del diario del pastor.
—"El corazón de Atlantis está en los ojos de su rey"... —repitió las palabras de Senku, parándose lentamente.
El rey Kokuyo, aún tosiendo sangre en el piso, cerró los ojos con pesar.
Eso le confirmó a Xeno que su suposición era correcta.
—Síganme, y lleven a las princesas, es una garantía de que no intentaran nada. —Xeno caminó hasta el centro del camino de piedras y Stanley lo siguió jalando a Ruri, sin importarle que ella no dejara de llorar e intentar ir con su padre.
Charlotte jaló a Kohaku hacía el centro y Senku no estuvo seguro de si seguirla o ir hacia el rey.
—También debes venir, Dr. Senku —exigió Xeno, a lo que Ryusui, también jalando a Chrome, le dio varios empujones para que caminara.
Gen se coló con ellos a último momento.
Al pararse en el centro, una especie de plataforma se activó, el suelo se abrió y el agua se precipitó hacia abajo, seguido de la plataforma que bajó a todo el grupo hasta una especie de cueva subterránea.
En cuanto la plataforma bajó lo suficiente, Senku finalmente vio lo que ya había visto en dibujos, eso de lo que tanto le habló Kohaku, la estrella en el cielo, la fuente de increíble energía, el poderoso cristal que llevaba el nombre del "Corazón de Atlantis".
Flotaba a quince metros del suelo, brillante como una estrella, de un fuerte color celeste o azul eléctrico, con destellos blancos, y una fila de rostros gigantes de madera tallados exquisitamente con técnicas notoriamente milenarias.
Cuando la plataforma terminó de descender, Senku notó como las princesas se quedaban mirando boquiabiertas al cristal.
—Esos son... —susurró Kohaku.
—Son los reyes de nuestro pasado... —murmuró Ruri, mirando con lágrimas en los ojos los rostros tallados en madera, para luego caer de rodillas, con la cara en el suelo, y comenzar a rezar en su idioma.
Kohaku simplemente cerró los ojos y se arrodillo con las manos en alto, también rezando.
—Avancen —ordenó Xeno con dureza y Charlotte casi le da una bofetada con su arma a Kohaku, pero Gen la detuvo.
—Eh... Creo que sus noviecitos deberían decirles que continúen~ —canturreó Gen, mirando a Chrome y Senku.
Senku tomó la mano de Kohaku, sacándola de su trance, y la hizo pararse y continuar caminando.
Chrome se tomó mucho más tiempo en pedirle a Ruri que se levantara también, pero todos siguieron avanzando hasta llegar al borde de un lago bastante profundo.
—¡Es verdaderamente elegante! —Xeno extendió los brazos, riendo de forma levemente desquiciada.
Senku normalmente lo hubiera imitado, pero estaba demasiado preocupado de lo que quisieran hacer con esa cosa que le daba vida a toda una civilización.
—¿Y cómo lo bajamos de ahí? —preguntó Stanley con desinterés, pateando una piedrita al lago.
Con solo esa pequeña perturbación, la luz celeste del cristal de repente se tornó roja y rayos de luz carmín comenzaron a circular por toda la cueva.
—Es justo como ese día... —susurró Kohaku, mirando con los ojos muy abiertos el cristal.
—Como el día que perdimos a nuestra madre... —comentó Ruri, derramando varias lágrimas.
Chrome colocó una mano en el hombro de Ruri, y Senku pensó en decirle algo a Kohaku al ver sus ojos cristalinos fijos en el cristal, pero entonces Charlotte jaló su camisa para ponerlo delante de Xeno.
—Muy bien, Dr. Senku, necesitamos averiguar cómo sacar ese cristal. Acepto sugerencias.
—Claro, deja que repase mi libro de la física de cristales súper hiper cargados de energía y su capitulo especial de cómo bajar un cristal gigante y mortal de una altura imposible. —Lo miró con sequedad.
—Muy gracioso, y luego dices que no te pareces a tu padre... —Xeno bufó.
—No te atrevas a hablar de mi padre. —Ante eso, Senku lo miró muy serio—. Eras su amigo, y así pagas su confianza en ti.
Xeno flaqueó por un momento, pero luego le quitó el arma a Stanley y lo apuntó directamente.
Mientras eso pasaba, de repente uno de los rayos de luz del cristal se topó con el cristal en el cuello de Kohaku, y de un momento a otro el cristal y su luz volvió a ser celeste.
Al recibir ese rayo de luz celeste, los ojos de Kohaku de repente se tornaron de un blanco celestino, perdiendo las pupilas e irradiando un suave brillo.
—Mamá... —susurró, caminando lentamente hacia la orilla.
Mientras Senku miraba impasible a Xeno, demostrándole que no le tenía ni un poco de miedo a su arma, de repente Kohaku pasó caminando lentamente por en medio de ellos, como en trance, con su mirada clavada en el cristal.
Senku se olvidó por completo de Xeno y trató de ir tras ella, pero Stanley sacó su escopeta y la colocó frente a él, impidiéndole el paso.
Ruri también quiso seguirla, pero Chrome tomó sus hombros.
—¿Qué se supone que le pasa? —preguntó Xeno, mirando interesado a la chica y luego al cristal—. ¿No dice nada en el libro? —Miró a Senku como si hace un minuto no lo hubiera amenazado de muerte.
—Nop, nada. —Él también hizo como si nada, rascando su oído con el meñique para disimular sus nervios—. Solo dice alguna tontería de que el cristal posee vida o algo así... que toma de ellos, a la vez que ellos toman de él. Están conectados, el cristal es parte de los atlantes, y los atlantes son parte de él. —Miró a Ruri—. ¿No sabes algo de eso?
—No, pero... —Se llevó las manos al pecho, llorando suavemente—. Lo mismo le pasó a mi madre... Y ella nunca volvió...
Cuando dijo eso, Senku intentó una vez más correr hacia ella, pero ahora Charlotte lo empujó al piso, impidiéndoselo.
Antes de que pudiera volver a intentarlo, de repente Kohaku se volteó hacia él, con la mirada completamente perdida.
—SOH-lesh MAH-toh-noat Senku. Kwahm TEH-red-seh-nen —dijo ella en una voz completamente fantasmal y distorsionada.
—¿Qué dijo? —preguntó Xeno.
—No lo sé, no entendí... —mintió Senku, todavía recuperándose del golpe de haberla escuchado hablar así.
Aunque por supuesto que si entendió... y eso fue más duro aún porque... incluso en ese estado tan extraño en el que se encontraba, ella le dijo que todo estaría bien, que no se preocupara...
Y una parte de él quería reclamarle cómo demonios se suponía que no se preocuparía, pero ella volvió a darse vuelta de inmediato y continuó con su camino.
Al posar un pie en el lago, en vez de hundirse, su pie flotó en el agua como si esta fuera tierra sólida.
Y dio otro paso... y otro... y otro... caminando en agua hasta que llegó justo debajo del cristal.
De repente, todos los rayos de luz se unificaron sobre el cristal en su cuello y Kohaku cayó lánguida hacia atrás, sus ojos cerrados, su cuerpo perdiendo fuerza y dejándose caer hacia las aguas... pero no cayó... sino que su cuerpo entero floto como si estuviera sumergida... con su cabello danzando como los rayos del sol en el reflejo del mar...
Sus pies se despegaron de la superficie del agua, sin dejar caer ni una gota, y su cuerpo se elevó lentamente hacia lo alto... hacia el cristal...
Fuertes ráfagas de viento fueron expulsadas en todas direcciones, haciendo que todos ellos tuvieran que entrecerrar los ojos mientras Kohaku era absorbida por esa sobrecargada fuente de energía, que la envolvió en un cegador halo de luz que por un momento hizo que todos cerraran los ojos.
Para cuando pudieron ver una vez más, notaron que la esfera de luz ya no era una esfera, sino un delgado diamante que pronto se moldeó hasta una delgada figura femenina... con una coleta con la forma del sol...
Senku se quedó sin aliento.
Finalmente, la luz se moldeó por completo en la forma de Kohaku... su falda flotando y ondeando, al igual que su cabello, sus brazos extendidos y sus ojos cerrados...
Ella parecía una estatua... una escultura de hielo brillante... El cristal la había consumido...
Senku podía notar como los rayos y estallidos de energía a su alrededor eran inestables, estallando por todas partes, como si no bastara su pequeño cuerpo para contener todo ese poder.
Kohaku lentamente descendió hasta el suelo, y la energía que la rodeaba era tanta que era como si un campo de fuerza la rodeara, las aguas se abrieron en un circulo perfecto, como si fuera esa esfera gigante y no Kohaku la que había descendido.
Senku quiso correr hacia ella, pero Xeno se lo impidió.
—No tan rápido, joven enamorado... Veamos qué hace. —Miró intrigado a la princesa, sin hacer caso al rostro repleto de odio de Senku, que pronto volvió a mirar a Kohaku.
Ella parecía tan tranquila... pero... ¿era realmente ella?
¿Ya la habían perdido... para siempre?...
—Kohaku —susurró y, para su sorpresa... ella abrió los ojos.
Sus ojos, al igual que el resto de su cuerpo, ahora eran completamente celestes, ya no había pupila, iris, nada... ella era pura energía. Ella y el cristal eran uno solo.
Ya no era ella...
—Kohaku... —Negó con la cabeza, sintiendo un dolor indescriptible en el pecho al pensar que él era el culpable de todo esto.
Él llevó al peor grupo de mercenarios a estas tierras sagradas... y ahora la persona más maravillosa que había conocido nunca estaba perdida en algo desconocido... y quizás para siempre...
De repente, ella comenzó a caminar de regreso a la orilla, con los rostros gigantes tallados en madera cayendo a su alrededor, salpicando grandes cantidades de agua que no llegaron a tocarla ni por ni una sola gota, todo se deslizaba a su alrededor como si la esfera fuera un campo de fuerza invisible a su alrededor.
Cuando llegó a tierra nuevamente, Xeno estiro una mano con curiosidad, pero esta vez fue Senku el que lo obligó a retroceder.
—No la toques —exigió con dureza, para luego mirar preocupado como Kohaku se acercaba a su hermana, que la miraba con lágrimas imparables corriendo por su rostro.
—Kohaku... —Ruri extendió ambas manos hacia ella, pero finalmente no se atrevió a tocarla.
Sin embargo, fue la misma Kohaku la que extendió su propia mano, posando su palma contra el pecho de Ruri, justo debajo del cristal de su cuello.
Ruri jadeo, cerrando los ojos mientras un brillo celeste se iluminaba por todo su cuerpo, remarcando sus venas y sus pulmones, y entonces ella cayó desmayada en brazos de Chrome.
Su respiración se agitó por completo por solo unos segundos, antes de normalizarse por completo.
—¡¿Q-qué le hizo?! —preguntó Chrome con pánico.
—Ella la curó... —afirmó Senku, sin ni una pizca de duda—. Es lo que tanto había deseado Kohaku... pero a cambio de un terrible precio... —miró con frustración como Kohaku bajaba el brazo y se quedaba allí, inmóvil... completamente ausente y perdida.
Ya no era ella.
Quizás nunca volvería a ser ella...
Y Senku estaba convencido de que era su culpa.
Continuará...
Holaaaa :D
Muchas gracias a King of the Nothing por pedir de comisión este segundo capítulo! :3
Probablemente ya en el siguiente cap este fic llegue a su fin :'D
Gracias por su apoyo! Espero q les haya gustado!
No olviden q se les ama y me despido!~
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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