El silencio en la habitación es tan denso que puedo sentirlo en mis pulmones, pesado e imposible de ignorar. La única luz proviene de la tenue luna que se filtra por la ventana, iluminando las sábanas blancas que cubren el frágil y demacrado cuerpo en el centro y crea dibujos en las paredes, contrastando con la oscuridad.
Mi madre. La mujer que me trajo al mundo y a quien vi callar, y soportar los maltratos de su marido; sin emitir queja alguna por años, es tan sólo una ilustración deslucida y en pedazos de un ser humano.
Hoy fue diferente. Hoy mi padre cruzó una línea, ya lo había hecho anteriormente pero hoy sus acciones expresaron que no teme recibir penitencia alguna. Antes, una cachetada era suficiente, o un pequeño empujón, para someterla a través del miedo. Hoy se excedió. La paliza a la que la sometió fue brutal, las heridas expresan ira. Furia cruda y despiadada.
Está dormida, pero no tranquila. Su respiración es entrecortada, su rostro está pálido y marcado por las huellas de los dedos del monstruo que gobierna en sus pesadillas. La imagen de su cuerpo inerte me llena de una furia líquida en estado frío, que circula por mis venas de forma constante y lenta.
Observo su rostro, marcado por el dolor y la tristeza, una imagen que se me grabará para siempre en la memoria. Sus labios están ligeramente entreabiertos, como si estuviera a punto de pronunciar una palabra, una súplica, un grito que se quedó atrapado en su garganta. Me acerco con cautela, sintiendo un nudo en el estómago que me impide respirar. Quiero abrazarla, protegerla, pero el miedo me paraliza. ¿Cómo puedo protegerla de él? ¿Cómo puedo detener la violencia que le destroza la tranquilidad?
-¿Qué harás? -La presencia a mi espalda lleva varios minutos mirándome, se ha quedado ahí desde que me ayudó a cargar a mi progenitora hasta dentro y solo desapareció unos segundos, en los que llamaba a un médico.
-No es tu incumbencia -Respondo cortante.
-Si sólo quieres deshacerte de un hombre, ¿porque no lo pides y ya?
¿Y deberle una vida a la maldita mafia rusa? Ésta gente se mueve por secretos, por deudas. ¿A cuántos jueces o fiscales tienen en su nómina y de que tipo de pecados están enterados?
-¿Y cuanto va a costarme? -Por fin, volteo y lo encaro.
Su ceja se eleva, el primer gesto que le veo, además de su perpetua expresión de hielo.
-¿Cuanto tienes?
No hay mucho que pueda hacer, ya no estoy en la fuerza, ni una multa puedo hacerles desaparecer.
-10 dólares -Ni siquiera lo pienso, digo el primer número que se me viene a la cabeza, un monto insultante.
Baja la mirada y el costado de sus labios se estira hacia arriba.
¿Qué es lo que estoy viendo? ¿Él sonríe, siquiera puede hacerlo?
-¿Cómo resistirme a tan importante cantidad? -Su sonrisa se extiende, no muestra un solo diente pero es una sonrisa-. Lo tomo, deberé de apurarme, seguro habrá una larga lista de asesinos a sueldo dispuestos a ganarse el "premio gordo". Un contrato irresistible.
¿Eso es sarcasmo?
-¿Qué? -El rosto se me tuerce tanto que la frente me pulsa-. No, no lo matarás.
Matar al bastardo sería un obsequio, debe de sufrir en vida.
-Tarde -Se encoge de hombros-. Ya lo hicimos, se ha acordado un contrato.
-¿Matarías a un policía por vengar a una mujer que ni conoces?
Su expresión se torna contrariada.
-Está retirado -Resuelve con simpleza-. Y a nadie les gusta los policías, podría matarlo quien sea.
» Y, estos son negocios. Nada más.
Si, yo asesino personas a diario por centavos. Tiene mucho sentido.
-Si alguien va a matarlo, esa voy a ser yo -Doy un paso adelante y le gruño en la cara-. Me lo he ganado, es mi derecho.
Su imponente altura me hace ver hacia arriba y con un dedo, presiono su pecho. Es aterrador, se lo concedo, pero a mi premio nadie me lo va a arrebatar.
-¿Y podrás con el trabajo, ensuciarás tus pequeñas manos con manicura perfecta? -¿Estaría mal decir que jamás me he hecho manicura en un salón o estética, en un momento como éste?-. Quitar una vida no es sencillo, es un agujero que te succiona el alma, es...
Sus ojos me inspeccionan con cuidado, buscan... y encuentran.
» ...Y ya lo has hecho.
El auto en alquiler pasa desapercibido debido a su simpleza, no es nuevo y de alto kilometraje, pero tampoco un cacharro oxidado y sucio, no, sólo un modelo de cuatro puertas de hace unos cuantos años. Y la casa a mi espalda se ve perfectamente reflejada en el espejo retrovisor.
Volví a escaparme, justo cuando llegó el doctor al complejo. Un hombre en la sexta década de su vida aproximadamente, que sudaba y se estremecía continuamente, mirando "disimuladamente" al aterrador ruso. Quien se ha proclamado guardián de la paciente, ya que gruñia como oso en plena época de apareamiento cada que el doctor movía alguna extremidad de mi madre y ella siseaba del dolor, aún estando inconsciente.
Y como ya había un ente iracundo con deseos de protegerla disponible y a su servicio, me largué lo antes posible, incapaz de seguir viéndola y no hacer nada para vengarla.
Mi primer paso camina hacia su residencia recién acabado su turno, con su uniforme de servicio y frotándose el cuello aparentemente adolorido.
Los secretos son peligrosos y muy poderosos, en las manos correctas y acompañadas de una mente ágil y sin escrúpulos, tengo los míos, a los que protejo con fervor y mi padre, también tiene los suyos.
A diferencia de él, cada pecado con el que cargo, fueron mis acciones y mis decisiones, él prefiere lacayos que cumplan sus órdenes. Algo estúpido, porque podrían traicionarlo pero aún así sigue invicto. No sé cómo lo hace o que secretos conoce pero lo hace. Nadie se atrevería a tal cosa.
El oficial entra en su casa y desde la ventana veo como se desploma en un sofá, dejando su arma de servicio en una mesita a su alcance. La esposa dedicada sale de la cocina con un delantal atado a la cintura y un plato con comida que deja junto a la pistola. Él le habla sin mirarla, sus ojos están pegados a una pared y sostiene un control remoto en la mano. Ella corre devuelta a su lugar de origen, solo para volver segundos después con una botella de cuello alargado que él toma enseguida. Aún sin ofrecerle un solo vistazo.
¿Aún existen matrimonios así, en pleno siglo 21?
-Mínimo un besito o una nalgada de los buenos días -Ella sigue sonriéndole, viendo como se atraganta con la carne y la pasa con cerveza, y como da pequeños brincos en el asiento, con entusiasmo-. Espero que te haya puesto los cuernos con quién les puso el servicio de cable y que lo hicieran una vez por cada paquete deportivo que tanto disfrutas.
¿Será esa la razón de su sonrisa?
No puede ser por contemplar a su marido viendo un partido de fútbol mientras se rasca los huevos, aplastado en el sofá.
Una melodía interrumpe mi diatriba.
La pantalla de mi teléfono se ilumina y se anuncia la llamada entrante de un número bloqueado.
Contesto de inmediato.
-¿Está hecho? -Necesito saber que puedo proceder, que tengo un colchón en donde caer si todo se va al carajo.
-Hay problemas.
Siempre hay problemas, ni una sale de acuerdo a lo que quiero.
-¿Qué? -La impaciencia se refleja en mi voz.
-Se llevaron los expedientes.
¿Qué?
Un año guardando polvo y justamente ahora mueven los expedientes, no es coincidencia. Él lo hizo.
-¿Quiénes?
-Asuntos internos.
¿Por q-...
-¿Porqué "Asuntos internos" se interesarían en los expedientes de las identidades de encubiertos? -No tiene pies ni cabeza.
-Se abrió una investigación de un caso viejo, todos los que participaron serán investigados -Habla en susurro y parece nervioso, sigue en la estación-. No te sorprendas si te llaman para testificar ante el gran jurado.
¿A mí?
-¿Qué caso? -Para que un caso se vuelva a abrir debió de pasar algo groso, ningún fiscal abriría una investigación por nada.
-No tengo la menor idea -Se excusa y quiero agarrarlo de los hombros y sacudirlo. Este momento no es para ser prudente o discreto-. Todos andan muy tensos...
Quiero seguir preguntando, sacarle todos los datos disponibles pero tampoco quiero involucrarme. Ya no es mi mundo, ya no me compete.
-Investiga -Ordeno inflexible-. Necesito esa documentación lo...
Me interrumpe.
-¿Será el caso Ortiz-Valdez? -No he querido pensar en ese caso en mucho tiempo, en serio no quería hacerlo.
-Está cerrado -Por poco se me desborda la espuma por la boca, de la rabia contenida-. Ese caso se cerró.
-A medias, por falta de evidencia -Contesta con deje burlón, como si fuera poca cosa lo que hicimos para mantenerlo-. Y después de que las cosas se fueran al carajo...
Si, todo se desmoronó. Y los culpables ahora pasean en libertad.
-No puede ser ese caso.
Trato de convencerme.
-Están organizando un traslado -Informa de pronto-. Van a mover a alguien, ¿no será a...
-La custodia protectora no dura tanto, él debe estar en otro continente llamándose "Pepe"... y al final, los federales tomaron el control. No nos lo devolverían -Es mi turno para interrumpirlo.
-Pero, ¿si pasó algo? -La interrogante pende entre nosotros-. Lo moverían.
Si llegará a pasar algo... probablemente.
-Deja las teorías e investiga que carajos quieren los malditos de "Asuntos internos" -Termino gritando.
Y cuelgo, para lanzar mi teléfono al asiento del copiloto con fuerza. Y para coronar mi berrinche, aporreo el volante con los puños cerrados hasta que los nudillos suenan y el dolor se asienta.
-¡¡¡Aaahhhh!!! -Lanzo un alarido y me desplomo encima de la pieza en forma de aro-. Te odio, te desprecio, te aborrezco...
El pecho se me comprime, las sienes me pulsan, la garganta me arde y las manos me duelen, todo a la vez, todo con la misma intensidad. Y mi corazón, su ritmo y cadencia superan la intensidad saludable.
Levanto la mirada, a penas. Viendo al frente, pero sin ver. Con la mente en blanco, y las emociones en pausa. El frío del revólver en mi cintura se hace más notorio.
» Debería matarte y ya -Kirill tiene razón. Es sencillo, soy yo quien se complica las cosas.
Regreso a mirar a su lacayo, sigue en el mismo lugar, solo que esta vez tiene el uniforme abierto. La remera blanca debajo se presume sin su chaleco y tiene dos botellas más sobre la mesa, imagino que vacías.
-Aunque el trabajo estaría incompleto.
La melodía de mi teléfono vuelve a sonar, otra llamada. Si son malas noticias, voy a estampar el auto en la sala de mi objetivo y terminar de beberme su reserva de cerveza, mientras me vuelvo irrespetuosa con su esposa y le desordeno la vida. Nos hace falta a las dos.
Me estiro y lo recojo, reconozco el número y respondo.
» ¿Qué? -Mi voz expresa cansancio, ni siquiera me molesto en camuflarlo.
-Te vieron -Me desplomo en el asiento y cierro mis ojos-. Saben que estás en la ciudad.
El señor Franco habla, pero en la niebla que produce el desgaste emocional se me hace difícil entenderlo.
» Te están buscando -Su tono es ansioso, como quien anuncia que el final se acerca-. Herrera te está buscando.
Sólo una palabra, un nombre y es suficiente, todo mi cuerpo entra en tensión, mis ojos se abren con evidente miedo y me voy hacia adelante, hasta chocar mi torso con el volante. El dolor es irrelevante y lo ignoro con facilidad.
-Repítelo -Las alucinaciones auditivas jamás han sido un problema, pero existe lugar para la duda.
-Te vieron Lara, Herrera se enteró y te quiere devuelta.
Hace un año que no me llaman por ese nombre, el escalofrío que me recorre es instantáneo. Cada recuerdo y experiencia de hace un año atrás regresa a mi memoria y me somete, el dolor, la sangre, la pérdida. Quiero gritar, quiero desaparecer, quiero... quiero lo que no puedo tener.
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Uy hace mucho que no actualizo, no me maten.
De todo me ha estado pasando y no he tenido tiempo ni de dormir. Este capítulo fue escrito a las apuradas. Pero les prometo que voy a volver a publicar cada semana.
Creo.
😬🫣🤗
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