Capítulo 29 - Tan cerca
Lo acepto, me he demorado en las entregas, pero miremos el lado positivo de las cosas, al menos no lo he dejado de lado. Este capítulo quiero que sea una disculpa por lo corto que fue el anterior. Así que, podremos seguir adelante como lo habitual.
Quiero decir que algunas cosas si las tendré que modificar debido a que hay cambio gigantesco en lo que quería plasmar en la obra jajaja, hay una parte del capítulo que debía ser más tranquila, pero...
Espero lo disfruten.
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La determinación de ambas mujeres se vio truncada. Incluso en plena desesperación y necesidad de escapar de un peligro inminente. Kobeni hizo un esfuerzo por mantener sujeta el arma en sus manos empapadas en sudor, la pequeña no paraba de temblar y reflexionando por cada segundo que pase cada acción equivocada en su vida. Volvió a odiarse a sí misma, a la propia muerte y a necesitar un trabajo tan peligroso para poder pagar deudas de las que no tenía culpa.
-¿¡Qué esperas?! - Power se dirigió hacia su acompañante y la jalo del brazo despabilado a Kobeni, el estado de alerta de ambas era lo único que tenían de apoyo, escuchaban ruidos, algunos objetos metálicos cayéndose y el movimiento brusco de los animales que habitaban en las instalaciones de la fábrica. No ayudaba el hecho que solo había cuatro personas en su interior, siendo Denji el único incapaz de entrar en acción.
Power tomó un ligero liderazgo, inspirada en algunos personajes que veía en televisión hizo de provecho de sus conocimientos de sigilo, caminando lo más ligero y silencioso posible. Escuchaban las pisadas lentas y bruscas de su maestro. El anciano miraba a su alrededor, se fijaba en algunos puntos de interés y continuó su desplante, todo mientras aumentaba su nivel de alcohol en su organismo. De algún modo necesitaba facilitarles el trabajo a las chicas.
-Okey. Lleva esa estúpida pistola contigo y no la sueltes ¡¿Me entiendes?! - Susurrando, Power necesitaba una estrategia rápida para poder acabar rápido con Kishibe y poder regresar a la habitación donde se encontraba Denji.
¿¡Qué?! ¿Y qué quieres que haga? - preguntó Kobeni, entrando en pánico por lo que se le pudiera ocurrir a su poseída amiga.
-Tú y yo sabemos que no le harás ningún rasguño al maestro, eres una pendeja y solo tienes una oportunidad si llevas ese juguete. Así que lo que tienes que hacer es dispararle una vez yo diga la señal.
-¿En qué momento te volviste en la que hace los planes?
-El mismo día que descubrí que soy una super genio.
-No tiene sentido.
-Si lo tiene, tu eres estúpida y no eres capaz de entenderlo. Así que ve por ese lado. - Power señaló en un pasillo que daba vuelta hacia la dirección de Kishibe. - Yo iré por el lado contrario. Le vamos a partir su madre al maestro.
Kobeni no tuvo otra opción. Era eso o recibir antes la paliza que Kishibe tenía pendiente a su persona. La cuarta hija solo suspiró y aceptó. Agachada y haciendo la menor cantidad de ruido posible caminó en dirección contraria a la de Power. La poseída quería una revancha en contra de Kishibe, sus nudillos los recubrió de picos y generó un bat con púas al final de su arma. Hizo un swing de inmediato y lo consideró perfecto.
Sin ocultarlo, los pasos de Kishibe cada vez eran más pesados. Tambaleando y con una vista cada vez más cansada, el anciano consideró que ya había disminuido su nivel lo suficiente para que al menos las chicas se entretengan. Escuchó sus alrededores, no había nada que fuera de orden y aunque visualizó algunos ratones huir hacia el exterior gracias a algunos agujeros, continuó sus rumbos.
『¡CHINGA TU MADRE, KISHIBE!』
¡CRACK!
Las ventanas que aún se encontraban intactas en las abandonadas edificaciones de la fábrica empezaron a romperse, Kishibe se percató que distintas piedras eran los proyectiles que las destrozaban. Dejó de lado su lento caminar y empezó a correr para evitar el vidrio.
Power había comenzado con pie derecho la operación, "A la mierda Kishibe, quiero comer una pizza y volver a ver a Nyako con mi asistente la enana estúpida"
Power agarró más proyectiles y suspendiéndolos en el aire, dio golpes certeros que impactaron en las paredes y otros vidrios que terminaron siendo destrozados. La rubia necesitaba alejarse de su posición, un salto rápido y se elevó hacia el techo de una fábrica. Intentó buscar a la enana, sin ningún tipo de éxito. La pequeña se había ocultado en el interior de una de las áreas de la fábrica, casi era cortada por una de las ventanas afectadas y perdió la posición de Kishibe.
-Esto no está ayudando, power. - Entre murmullos, la cuarta hija seguía mentalizando una sola cosa y era ayudar a su chico. Se levantó aún en silencio y consideró que lo mejor era dejar a su suerte a su compañera. De nada servía que ambas se enfrenten a su maestro si sabían cuál sería el resultado, con la ayuda de Denji tendrían un pequeño porcentaje más a su favor.
Power usando el beneficio de la altura revisó los pasillos desde lo alto. En ninguno se encontraba Kishibe para emboscar. Sus nervios empezaron a incrementar, no había tantas áreas disponibles donde se pudiera recorrer en la fábrica y ya había hecho suficiente ruido para dejarlo un tanto desubicado a su maestro.
-¿Dónde estarás? - preguntó Power mientras ajustaba su propia visión.
-¿Ya buscaste en esa dirección? - preguntó el mismísimo hijo de perra de su maestro mientras señalaba al lado sur de la fábrica.
-¡¿PERO QUÉ?! HIJO DE... [CRACK]
Power no pudo finalizar su oración. Una patada directa en la cara la lanzó directo al suelo en un pasillo que estaba cubierto por los vidrios que ella misma rompió.
-¡AAAAGH! - El dolor que Power sintió al sentir las incrustaciones de vidrio no le permitió pensar claramente. Se retorció de dolor, la rubia quería levantarse y enfrentarlo con su bat. Sin embargo, Kishibe pateó su herramienta y observó detenidamente a su alumna.
-Ocupar la altura para vigilar. Usar tu entorno como distracción. Caminar sin ser detectada por demasiado tiempo. Quién lo diría, Power, en verdad que eres una genio.
-¡Las vas a pagar!
-Ajá. Sabes, los demonios que me he enfrentado en el pasado han dicho cosas más brutales, meterse con una familia inexistente, acabar con mis amigos fallecidos o dañar lo suficiente a alguien tan roto como yo. Eres de cierto modo blanda, Power. Me da hasta una cierta lástima hacer esto.
Del mismo modo que hizo con Kobeni, Kishibe presionó la cabeza de Power hacía dónde estaban los vidrios más afilados. Incrustando en su mejilla y demás zonas aledañas, Kishibe no expresó ninguna emoción más que ver cómo su alumna se encontraba retorciendo y gritando por ayuda.
¡UGGHGGGHHH!
¡AAAAAAAGH!
¡PUTA MADRE!
¡ENANA!
¡ENAAAANAAAAA!
Los gritos empezaron a alcanzar la zona de Kobeni. La pequeña empezó a caminar en dirección a la habitación donde quedó moribundo Denji. Sin embargo.
¡DEEEENTEEEENTEEEE!
¡POR FAVOR!
Power no paraba de gritar. Las quejas de la rubia pasaron a ser súplicas. Le estaba pidiendo al propio Kishibe que se detuviera y su maestro no tenía ninguna intención de mostrar clemencia. Kobeni abrió por completo sus ojos. Escuchaba como la rubia le pedía ayuda. Cómo pasó de insultarla a decir su nombre.
¡KOBENI!
¡KOBENI!
¡KOBENI!
Repetidamente lo escuchaba. Ya no había apodos. No había insultos. Su compañera había ideado un plan para que ambas le partan su madre a su maestro y la cuarta hija tenía planeado abandonarla. Kobeni estaba más que decidida a dirigirse primero por Denji hasta...
¡TE LO SUPLICO!
¡AYÚDAME!
¡SÁLVAME KOBENI!
El paso seguro de Kobeni, su disposición de correr hacia la dirección de su chico se empezó a detener. La cuarta hija necesitaba aclarar nuevamente su mente. Sabía el poco tacto que tenía Kishibe con sus alumnos y a pesar de todo, con los demonios no se contenía. Un suspiro mientras aún los gritos de su colega seguían ambientando el lugar. Incluso se preguntaba si desde el exterior la podrían escuchar.
«Denji tendrá que esperar.» - Pensó Kobeni.
Aprovechando su velocidad, la cuarta hija se dirigió al origen de los gritos. Kobeni tenía que asegurarse que Power estuviera fuera de peligro. Observó todo el desastre que ella hizo y el que también hizo Kishibe.
Un camino de sangre era lo único que veía la cuarta hija. Las súplicas de ayuda de Power se estaban haciendo más débiles y no lograba localizarla. Su maestro era tan bueno siendo peleador como escurridizo. El recorrido duró otros pasillos hasta dar en el blanco.
Power estaba suspendida en el aire. Sostenida con solo la fuerza de un brazo de Kishibe. El maestro tenía los nudillos ensangrentados así como los de Power. Ella resistió un poco hasta quedar prácticamente inconsciente tras la paliza que el maestro le dio.
Kobeni estaba aterrada. Caminó hacia la dirección de su profesor, su paso se fue deteniendo en el mismo momento que ambos hicieron contacto visual.
-Por poco creí que la dejarías abandonada. Es un tanto molesta, pero ha demostrado ser más inteligente de lo que parece ¿No crees?
-S-sueltala.
Kobeni pidió a su maestro tímidamente que dejara libre a su compañera. Kobeni observó el rostro de su colega, manchado de sangre y con algunas heridas abiertas que mantenían un flujo constante de ese líquido.
-¿Qué dijiste? Juré haber escuchado algo. - Kishibe hizo oídos sordos a la petición de su alumna. Prefirió observar hacia qué dirección se veía más firme, dio con unas paredes y sin siquiera darle tiempo a Kobeni.
-¡ESPERA!
¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAM!
Usada como proyectil. La poseída fue lanzada con todas las fuerzas del cazador veterano hacia una pared, el impacto dejó algunas fracturas superficiales y dejó al borde de dejar inconsciente a Power. La rubia intentó pronunciar algunas palabras sin ningún tipo de éxito, moverse tampoco le era posible, Kishibe la dañó lo suficiente para que solo un brazo pudiera hacer limitadas acciones, buscaba algo entre los escombros.
-¡AGFH! ¡AAAAAGH! - gritos qué se empezaban a intensificar de parte de la rubia al recibir un pisotón proveniente de su maestro en la última extremidad sana que le quedaba.
-¡Déjala!
-¿O qué?
-¡HE DICHO QUE LA DEJES!
Kobeni no tenía alternativa más que apuntarle con la pistola cargada. La joven alumna no se quería ir con fintas, cometía un error y el combate se daría por finalizado. Quitó cualquier tipo de seguro y preparó el arma en dirección hacia su maestro. Con un rostro retador, Kishibe observó el posicionamiento de su alumna.
Debía aceptarlo, un poco de la determinación de la cuarta hija le permitió tener una postura correcta para apuntar hacia él. El maestro dejó de torturar a Power. La mano herida de la poseída se encontraba sangrando, al igual que el resto del cuerpo de la rubia, se encontraba llena de vidrios rotos. El tiempo que Kobeni le proporcione será vital.
El paso seguro de Kishibe se veía contrastado al los desplantes de una persona aterrada cómo Kobeni. Nuevamente su valentía fue superada por el miedo de ver a una figura amenazante frente a sus narices. Kishibe parecía no parpadear, no había forma de predecir su siguiente movimiento, aparentaba estar desprotegido y eso le daba aún más miedo a la joven Higashiyama. Si esto salía mal, sería otro error que pondría en su lista.
-D-detente.
-Eres la del arma y aun así no estás segura de tus palabras. Cada segundo es vital, dejar espacios y puntos ciegos es lo que te determina de la vida y la muerte. Has aprendido bien tener una excelente postura para apuntarme, pero cuando te mueves solo encuentro a una presa fácil de matar.
-¡Voy a disparar!
-Espero que no sean solo palabras vacías.
-¡E-ESTOY D-DISPUESTA A-A HACERLO!
-Un demonio escucharía esto y se reiría en tu cara.
-Lo puedo confirmar. - dijo Haka quien se encontraba recostada en el techo de una de las edificaciones. Observó las aves y su extraño comportamiento. - ¡Ya disparale! Si el pendejo quiere morir, pues ayúdalo. Me conviene a mí, voy a reclamar su cuerpo como mío.
-No ayudas. - Kobeni dijo con la esperanza de que Kishibe no la percibiera como loca.
-Hazlo de una vez. Mata a ese idiota y salva a tu novio.
-¡NO QUIERO VOLVER A MATAR!
-Estoy seguro de eso Kobeni. Serás la siguiente víctima de un demonio cuando te vea. Eres tú o ellos. - Kishibe siguió su caminar en dirección a la pequeña.
-¡NO PUEDO! ¡No puedo! No puedo... no quiero... Lo odio. Odio hacerlo, solo quiero que todo esto termine y poder por fin abandonar esto.
-No creo que eso pueda ser posible. Los demonios cada vez se harán más presentes y cuando más necesites sobrevivir, esa duda será la que te asesine.
-¡Ya basta! No te quiero hacer daño.
-¿En serio crees que un simple disparo me hará daño?
Kobeni se quedó sin respuesta. Se encontraba cada vez más orillada a disparar, la dirección hacia donde ella caminaba estaba sin salida. Era eso o recibir una paliza.
-P-perdóneme, maestro...
¡BANG!
『¡LEVÁNTATE!』
¡WHOOSH!
Sin que Kobeni lo pudiera prever, solo observó como su maestro estaba intacto y el proyectil dirigido hacia su pecho impactó hacia una pared a la derecha del anciano. La cuarta hija mantuvo firme su arma y apuntó nuevamente a él. A pesar de aparentar mantener su compostura, Higashiyama Kobeni estaba sorprendida de la hazaña de su profesor.
Lo observó detenidamente y vio como en su mano dominante tenía en su poder un cuchillo de caza. El anciano observó fijamente la hoja de su herramienta y se cercioró de no haberla desgastado en ese simple movimiento.
-¿C-cómo?
-Cuestión de práctica. Algunos demonios y una vieja asociada me forzaron a agudizar mis sentidos y mi velocidad de reacción. Lástima que estoy llegando a cierta edad donde cada vez se me dificulta ver sin que se canse la vista, en mejores tiempos hasta la hubiera atrapado con las manos.
-¿Es broma, verdad?
-Si te refieres a lo de mi vista cansada, no. Necesito ir al médico.
-N-no, lo otro.
-Ah. Puede ser que sí, puede que no. Eso ya no te lo puedo comprobar... Si ya no tienes más dudas ¿No crees que deberíamos continuar? - Kishibe hizo la repentina transición de una postura relajada a una preparada para la pelea.
-No se acerque.
-Recuérdalo bien. Eres la cazadora y yo la presa, tienes la ventaja. Solo estás limitada por tus propias dudas, maté a Denji y dejé inhabilitada a Power ¿Vas a ayudarlos o abandonarlos?
-Y-yo...
-¿Qué es peor en este momento, no poder ayudar a tus compañeros o querer tomar una vía tan patética como la pacifista?
¡BANG!
Kishibe esquivó un disparo que se dirigía a su rostro, un movimiento arriesgado de parte de su alumna quien cada vez más mostraba menos su rostro inseguro. La mirada de desesperación de la cuarta hija estaba desapareciendo, se encontraba cansada de las provocaciones de su maestro. Odiaba todo.
Si en un momento de su vida quería tener éxito por primera vez, debía ser en contra de un perro loco como lo era el anciano que tenía enfrente.
Cuatro disparos sucedieron luego de una breve pausa entre maestro y alumna. Kishibe desvió sin problema los tres proyectiles que iban a su dirección. Sin embargo, no pudo prever que el último disparo de Kobeni se dirigió al interior del lugar donde Power estaba tirada. La poseída estaba batallando para mantenerse consciente.
-Interesante.
-Solo no me haga daño en el rostro, me será más difícil ocultar lo que hago si mis hermanos me miran toda herida.
-Trato.
El último disparo se dirigió a unas ratas que estaban buscando un sitio donde refugiarse. El ruido las alarmó, buscando refugio casi salieron del interior del lugar hasta que el disparó las orilló a buscar refugio en una caja que se encontraba vacía. Kobeni si trataba de matar alguna y sin embargo, no se sentía con el valor de nuevamente arrebatar una vida.
-¿Y ese último disparo?
-Simplemente me arrepentí. Siempre me arrepiento de todo lo que hago.
La cuarta hija puso sus brazos en posición y cerró sus puños. Un ceño fruncido se hizo presente en su rostro y miró al anciano prepararse para darle una lección.
La mujer hizo un suspiro a sabiendas de lo que le esperaba. Inmediatamente hizo gala de su velocidad y sus desplantes largos acortaron su distancia en contra del cazador. Kishibe la tenía en la mira, observó como ella se dirigió a su derecha en lo que ella creía que era un punto ciego. Kobeni soltó el primer golpe, apuntando a las intercostales del viejo.
El primer golpe logró acertar en el blanco y un quejido de Kishibe salió de inmediato. El anciano mostró una mueca de molestia, siguió observando como su alumna buscaba conectar otro golpe. Sin éxito su muñeca fue atrapada y la presión ejercida por el agarre del hombre era tal que sacó un grito de la pequeña.
-¿Solo eso?
-¡Aún no!
La pierna débil de Kobeni se elevó y apuntó hacia el brazo de Kishibe. Conectó y logró librarse de él.
«¡AUCH! Esto duele.» - Kobeni pensó mientras sostenía su muñeca, la cuarta hija ignoró por un segundo a su maestro.
¡FUSH!
-¡DIOS MIO! - Gritó Kobeni luego de esquivar una patada que iba directo hacia sus dos antebrazos.
-No te distraigas.
El combate continuó. Kishibe marcaba el paso y el progreso lento de Kobeni por fin estaba dando frutos. Sus constantes palizas en el cementerio dejaban ver cómo el anciano se movía. Cada vez la cuarta hija se ajustaba al ritmo del enfrentamiento.
El anciano mantuvo una ligera compasión hacia su nueva alumna. Después de todo era el último remanente que le quedaba de Himeno. Verla soportar este dolor y aún así intentar nuevamente responderle con la misma fuerza. Hizo que soltara una pequeña sonrisa, expresión que Kobeni ignoró.
¡UGGGHH!
Kishibe había conectado un golpe en el abdomen de Kobeni. La cuarta hija no tuvo más remedio que apretar fuerte en la zona afectada, su sudor y sus gestos de dolor mostraron que aún seguía siendo una simple molestia para el cazador. Kishibe observó detenidamente a su alumna, su postura perdió firmeza, su rostro solo podía observar el sueño y estaba a nada de caerse por culpa de su propio peso.
-¿Esto todo?
-A-... A-Aún... N-no... - Kobeni no pudo permanecer de pie, se arrodilló mientras aún estaba apretando fuerte su abdomen.
Kishibe sacó de entre sus bolsillos otra botella que tenía guardada. Empezó a beber mientras esperaba con paciencia a su alumna recobrar el aliento. Se había excedido y lo sabía bastante bien. En su mente le había dejado claro que con Denji o Power era más divertido, lo único que sostenía a Kobeni era una ligera presencia de determinación. Que aparece y desaparece para castigo de la mujer.
La joven Higashiyama volvió a levantarse y le señaló a su maestro que se encontraba bien. Hizo un pulgar en alto. Kishibe respondió de la misma forma y continuaron con lo pendiente. Al momento que el anciano lanzaba un golpe, Kobeni lo intentaba esquivar, algunos con éxito y otros no tanto, solo podía verse el sobreesfuerzo de la cuarta hija por mantenerle el ritmo a un veterano como él.
-Intenta arruinar el baile.
-¿Eh?
-No solo sigas mis pasos. No tratas de esquivarlo creyendo que esto es una clase de coreografía, busca el momento y detén mis golpes.
-Pero usted...
-Ya estoy ebrio y sigue siendo temprano, no hay mejor forma de ganar que esta.
Kobeni asintió. La cuarta hija seguía recibiendo cada golpe que daba Kishibe, sentía un tormento tras otro, como los golpes de su maestro se dirigían en distintas partes de abdomen, torso y extremidades. El anciano se había dado la razón, cada vez sus movimientos se volvían más lentos y estaba dándole la oportunidad a su alumna para la respuesta.
-Si lo logras, no te contengas en lo más mínimo.
Kishibe lanzó una patada recta nuevamente hacia el abdomen. La cuarta hija logró esquivarlo a duras penas e interceptó la extremidad. El anciano haciendo uso de su propio peso derribó a la pequeña.
Una patada estuvo a punto de conectar con el hombro de la peli oscura, la cuarta hija saltó hacia adelante y buscó alejarse lo suficiente de Kishibe hasta que se logró levantar.
«¡Es difícil!» - Pensó la cuarta.
El cuerpo de Power estaba hecho un desastre. En todas partes se encontraban incrustaciones de vidrios, su propia sangre empezó a brotar de múltiples sitios y sentía como su vista se nublaba. Con esfuerzo buscó cerrar cada hemorragia y con la última oportunidad que tenía, empezó a fabricar un cuchillo cómo el que tenía su maestro.
-P-pendejo... me las vas a pagar... Te patearé también las bolas.
Power hizo un juramento. En el momento que ella tuviera la oportunidad le patearía las bolas a su maestro. Ella escuchó con dificultad como Kobeni estaba recibiendo su merecido, para Power el sufrimiento de su compañera es en parte divertido o lo era, hasta que la vio siendo destrozada por Kishibe una y otra vez. Se repetía la ocasión, escuchó sus quejidos, cada vez más intensos.
¡POOW!
Kishibe arrojó a Kobeni a solo un metro de distancia de Power. La cuarta hija se estampó contra la pared, quedó sentada y al borde del colapso. La pequeña podía notar como su brazo derecho dejó de responderle, mientras que Kishibe miraba a sus dos alumnas fracasando en su misión de confrontarlo.
Kobeni empezó a sangrar de la nariz. Intentó levantarse aunque sus esfuerzos eran en vano, destrozada y lamentando nuevamente confrontarlo directamente, sabía que era una pérdida de tiempo intentar ganarle. La cuarta levantó un poco su mirada en dirección a Power, recostada y temblando, observó cómo ella había hecho un cuchillo carmesí. Idéntico al de su maestro. Sus ojos se abrieron.
La pequeña volvió nuevamente a ver a su maestro, bebiendo de otra botella donde no se podría explicar de dónde la sacó. Kobeni vio una oportunidad. Quedaban 5 balas en su cargador y un juguete nuevo que probar.
Usando el único brazo bueno que tenía, se impulsó desde el piso para levantarse, lentamente caminó en dirección donde la rubia se encontró tirada y al ver cómo su maestro se empezó a mover, saltó hasta estar en frente de ella.
-¿Qué... Q-qué estás haciendo pendeja?
-Tratando de salvar nuestros traseros. - Kobeni sujetó el cuchillo y de forma inesperada se lo clavó en su antebrazo. Power abrió incrédula sus ojos, al ver cómo del cuchillo brotaba la suficiente sangre para sanar.
¡AAAAAAGH!
-¿¡Pero qué mierda?! - Hasta Power se sorprendió.
-¡SOLO HAZLO!
Kobeni sacó el cuchillo de su brazo y dejó brotar la sangre, Power se apresuró y bebió directo de la herida. La rubia empezó a recuperar sus fuerzas y todas sus heridas desaparecieron.
-¡SU PUTA MADRE! ESTOY COMO NUEVA Y TODO GRACIAS A TI ENANA PENDEJA.
-¡Podrías cerrar mi herida!
-Oh. Cierto, pero sigo sin ser buena en eso. - Power puso su mano en el antebrazo de Kobeni y pese al dolor que ella expresó, algunos chillos y pidiendo que sea rápida, Power con esfuerzo cerró su herida. Kishibe solo observó la cooperación de las dos.
-Bien. Creo que ya está, ahora deberías dejar de llorar como una perra.
-¡Ya sé!
-Por cierto, solo me encontraba cansada con solo cortarte un poco ya me sentiría como nueva o aventarme una de esas ratas. Estás loca, ya sé porque le gustas a Denji.
-¡Eh!
-(...) Tonta. En fin, yo pido patear sus bolas al profesor.
-Ni lo sueñes. - respondió inmediatamente Kishibe.
-Yo... solo quiero que salvemos a Denji.
『Salvando al cazador Denji』
Kobeni y Power se levantaron al instante. Ambas se prepararon, la rubia además del cuchillo le preparó un hacha a la cuarta mientras que ella volvió a usar su bat. Estaba emocionada por su revancha.
-¡Te crees demasiado solo porque me destrozaste 50 veces! - Gritó Power
-Fueron 65. - Kishibe corrigió.
-¡Y ni una más! Te voy a partir tu madre.
-¿Podemos solo apresurarnos y llegar hasta Denji?
-Ya, ya. Tu a la izquierda y yo a la derecha.
-Hecho.
Las dos chicas se dirigieron hacia donde estaba su maestro. Kishibe las recibió como se esperaba, defendiendo su integridad y esquivando cada ataque que ellas daban. Cada vez le daban menos espacio y tiempo de reacción, Power estaba cerca de conectar un swing hacia el rostro de Kishibe. Mientras que Kobeni se aproximó a cortar en alguna zona al anciano.
Cuando Kishibe respondió golpeando al rostro de Power. Kobeni devolvía con pateando directamente hacia su profesor. Las dos chicas no permitían que la otra sea derribada.
-Bien. El paso uno ya está hecho. - dijo Power.
-¿Paso uno?
-Si, imbécil. Otra vez estamos teniendo un plan, acá la genio soy yo y tú la que sigue mis órdenes. El paso uno era hacer pendejo a Kishibe y dejar que estemos al aire libre.
Kobeni se percató que era verdad. Ahora las dos no se encontraban acorraladas. Kishibe las observó hablar y simplemente las dejó continuar con su conversación.
-Paso dos y el más horrible.
-¿Cuál?
-Corre hacia Denji. El idiota recibió un disparo, pero no creo que necesite que te cortes como loca otra vez. Activa su correa y espera que se convierta en demonio. Tráelo acá y que le corte el pito a Kishibe.
-¿Estarás bien?
-Nope. Va a doler.
-Power...
La rubia sujetó bruscamente a la pequeña y la volteó en dirección hacia donde se encontraba Denji. Levantó su pierna y le dio una patada en el trasero lo suficientemente fuerte como para que avance aunque luego de eso se tropezo.
-¡SOLO TENÍAS QUE DECIR YA!
-¡Ya!
-¡ASÍ NO CUENTA! - Se levantó Kobeni mientras se sobaba el trasero. La pequeña se fue del lugar.
Power y Kishibe se miraron.
-Creí que te agradaba. - Comenzó Power.
-Claro que me agradas. Nunca le invitaría a cualquier idiota comer cuatro pizzas a expensas de mi bolsillo. Solo que necesitas un poco más de corrección.
-¿Qué?
-Procura no morir después de que todo esto termine.
-¡Yo nunca moriré! Soy inmortal.
-Semi-inmortal. Sigh. Eres una poseída, pero te has vuelto en otra alumna que tengo, no seas imbécil y cuídate.
-¡Bien!
La pelea de ambos comenzó. Power se preparó rápidamente y lanzó distintas estrellas ninjas hacia Kishibe. El anciano no tuvo problemas en desviarlas y poder atrapar a power. La poseída se esperaba el movimiento de su profesor y atravesó su brazo con una púa gigante. Kishibe se alejó y observó como su brazo empezó a sangrar. El anciano esbozó una ligera sonrisa. Power estaba cada vez más preparada para defenderse.
De la misma forma siguió aproximándose hacia la posición de la rubia y dio tan fuerte golpe en su rostro que la sacó volando.
-Te felicito. Por fin hiciste que sangrara.
Power no podía responder. El golpe le rompió la mandíbula.
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La cuarta hija empezó a volver a agarrar ritmo, empezó a correr luego de tanto tiempo solo quedándose quieta. Intentó apresurarse lo más posible para poder regresar donde esté Power, no tendría mucho tiempo de sobra.
La pequeña saltó y buscó atajos hasta ver la entrada de la habitación donde ellos dos durmieron. Llegó hacia donde se encontraba Denji.
La cuarta hija se adentró al sitio. Vio todas las camas hechas mierda, las ratas infestando el lugar y algunas yendo a comer trozos de la carne del motosierra. No fueron estúpidas y aprovecharon la carne más fácil de conseguir. Kobeni las espantó y observó que Denji tenía los ojos abiertos con expresión de sorpresa. Al igual que vio ese orificio por dónde se incrustó el proyectil que le dio fin al imbécil motosierra. Intentó seguir las instrucciones de Power por más ilógico que suene e intentó desabotonar su camisa.
Comenzó por el cuello y creía que todo estaba bajo control hasta que escuchó los pasos de un hombre que ya sabía identificar sin siquiera verlo. Kishibe apuntaba directo a Kobeni y ella volvió a sudar del terror de tener que volver a enfrentarlo.
-Tengo que felicitarte. Hacer que Power sea una distracción para que llegues donde se encuentre este imbécil es una estrategia peligrosa, pero sirvió. Una lástima que ella no te pudo dar más tiempo.
-Y-yo...
-Déjalo donde está. Hace falta que practiques más cosas, esos demonios no se van a asesinar con palabras. - Kobeni dejó de desabotonar la camisa del motosierra, arrancó de una la tela y dejó expuesto su pecho.
-Y-yo no necesito pelear otra vez...
-Volveremos a lo mismo. Ya lo estás teniendo Kobeni. Saca a esa persona que disfruta de asesinar demonios.
-Y-yo no soy así, y-yo no disfruto de matar a los demonios. Yo no disfruto de nada de esto, yo no quiero matar a nadie más, yo solo quiero volver a estudiar y ayudar a mis hermanos... - La cuarta hija sujetó la agarradera de la cadena de Denji.
-Que tierno y qué desperdicio de potencial.
-Yo solo quiero que alguien me ayude...
-¿¡Eh?!
-¡AYÚDAME DENJI! - De un fuerte tirón, la cadena del motosierra fue puesta al límite.
¡BBBBBBRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!
-Lo que faltaba. Y yo quería dejarlo para más tarde. - Kishibe observó como la motosierra de Denji salía de su cráneo.
Kobeni se alejó al ver la transformación tan de cerca de su chico. Observó la sangre brotar de sus brazos y su cráneo, las motosierras partiendo sus extremidades y como una extraña cabeza metálica reemplazaba su rostro.
¡GYAAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH!
-¡AHORA SÍ, PUTO IMBÉCIL DE MIERDA! VOLVÍ Y LISTO PARA MANDARTE POR PIEZAS A LA CUARTA DIVISIÓN.
-Wow. ¿Besas a esa niña con esa boca tan sucia?
-A veces. Ya hasta lo hemos hecho de lengüita.
-¡OYE! Eso es secreto. - Kobeni respondió.
-Lo siento, el preguntó. - Denji observó a su compañera, toda apaleada por culpa de su maestro. Vio también el antebrazo ensangrentando. - ¿El te hizo eso?
Kobeni solo afirmó con su cabeza. Kishibe vio la respuesta de la chica y solo pudo pensar en lo mentirosa que fue en esta ocasión. El sonido de las motosierras se intensificaron. La cuarta hija se quedó pegada en la pared con el miedo de ser rebanada por alguna estupidez de su amigo.
-¡BIEN! ¡NO SENTIRÉ NINGÚN REMORDIMIENTO PORQUE LE HICISTE DAÑO A MI CHICA!
-¡¿Tu qué?! - Kobeni quedó sorprendida ante lo que dijo Denji, boquiabierta mientras Denji le daba la espalda para enfocarse en el maestro.
¡BZZZZZZZZZZZZZZZ!
Kishibe detenía con dificultad el corte de su alumno usando el mismo cuchillo con el que desvío las balas.
-¡QUE CHINGADERA MAS PEQUEÑA!
-Este objeto corta mejor que tus tontas motosierras.
-¡Ya lo veremos!
Kishibe no necesitaba prolongar el combate. Observó a su alumno intentar rebanarlo sin mucho éxito. Esquivando en distintas direcciones al ver el comportamiento errático de su alumno.
¡BRRRRRRRRR! ¡BRRRRRRRRR!
El motosierra usó ambos brazos para intentar cortar de forma más rápida a Kishibe. El cazador retrocedió y se dio cuenta que necesitaba algo más práctico. El cuchillo lo dejó atras, corrió en dirección a rumbos desconocidos y el motosierra empezó a perseguirlo.
-¡VEN PARA ACÁ, AÚN NO TE HE PODIDO HACER TROZOS! - el motosierra observó como Kishibe se adentraba algunos sitios cerrados de la fábrica. Sin problemas el híbrido estaba decidido a hacer destrozos en el antiguo orgullo de la ciudad de tomioka.
¡CRUNCH!
Denji atravesaba la pared de todas las estructuras por las que pasaba Kishibe. Rebanando las puertas o simplemente impactando con su propio cuerpo hasta llegar donde se dirigiera el anciano. La velocidad de Kishibe se mantenía formidable pese a su edad.
-¡QUISIERA LLEGAR A SER IGUAL QUE TÚ CUANDO SEA VIEJO! PERO SIN LA PARTE DONDE GOLPEO MUJERES.
-No me lo recuerdes. Tendré que pedirle disculpas a Power y a...
-¡Ella qué! Discúlpate con Kobeni maldito imbécil.
Kishibe se dirigió al sitio de su interés, la propia entrada de la fábrica. De ahí encontró la funda de una espada y simplemente desenvainó. El anciano tenía una mejora frente al motosierra.
-¡¿Y eso?! Esa mierda no me hará daño.
-Te recuerdo que un imbécil con cabeza de Katana te destrozó.
-¡ESTABA DISTRAÍDO!
-Entonces más te vale que te concentres.
¡VETE A LA MIERDA!
Falla tras falla. El objetivo del motosierra estaba frente a sus ojos y pese a sus ataques sin ningún tipo de remordimiento, en todos fallaba para darle a Kishibe. El anciano incrustó su espada en el hombro derecho del héroe. Denji solo expresó una pequeña queja, se alejó de su profesor y marcó una pequeña distancia de él, se sintió insultado consigo mismo. Una espada le había hecho retroceder, el motosierra puso en marcha la velocidad de sus cadenas y se dirigió al anciano. Kishibe desvió los ataques de Denji con la mera hoja de su cuchillo.
Asomándose Kobeni observó como a Denji se le complicaba la pelea contra Kishibe. La pequeña observó su brazo, malherido y ensangrentado, el resto de su cuerpo no se sentía mejor. Sintió pesadez y cansancio, incluso sus párpados le costaban mantenerse abiertos. Quería volver a descansar y el día aparentaba seguir siendo largo. Miró desde un espacio seguro la pelea entre Kishibe y su compañero, el anciano pudo volver a sostener la empuñadura, sacando la hoja del cuerpo de Denji y volver a incrustarla ahora en el abdomen del chico.
Kobeni se tuvo que sentar. Su respiración pesaba y el efecto de la adrenalina en su cuerpo se estaba disipando. Sentía dolor. Demasiado, los golpes de su maestro le estaban pasando factura y solo se podía imaginar el dolor que vivían Power y Denji con quién el profesor tenía menos compasión. Evidente a sus ojos al observar a Kishibe cortar la totalidad del brazo izquierdo de Denji.
-¡Tu puta madre! ¿¡Por qué chingados eres tan difícil de matar?!
-Que sorpresa, hasta yo me he hecho esa misma pregunta. Quizá porque yo no soy un jodido idiota que no piensa sus ataques.
La cuarta hija solo le quedaba escuchar el cómo Denji no podía seguirle el paso a Kishibe. Parecía todo perdido hasta que llegó su mayor grano en el trasero.
-¿Siempre has lúcido así de patética? - preguntó Haka quien se encontraba sentada al lado de socia.
-¿Qué quieres? - la pregunta de Kobeni hizo que la propia muerte cierre la boca de la pequeña con la palma de su mano, a diferencia de otras situaciones, el demonio no había puesto fuerza en el rostro de la chica, simplemente le pidió silencio mientras ambas escuchaban los gritos de Denji, muchos de ellos de dolor y cansancio.
-Ya. - Haka quitó la mano que le impedía hablar a Kobeni. - Es un gran día ¿No te parece? Estamos teniendo un entretenimiento de primera y ni siquiera te lo exigí. Este anciano es peculiar, incluso enfrentándose a alguien tan peligroso como lo es el motosierra no puedo percibir un riesgo de muerte en él, sin duda alguna el imbécil es un caso espacial.
-¿Y eso tiene algo de bueno?
-Quizá. Es entretenido ver cuándo el enemigo hace lo posible para volverse fuerte y luego conoce la cruda realidad. Tarde o temprano habrá un muro difícil de sobrepasar y yo me estaré regocijando.
La cuarta hija asintió con la cabeza. Buscó darse un poco de consuelo pellizcandose las mejillas e implorando que sea solo un sueño. Las dos socias observaron la pelea y cómo no había un resultado definitivo, el dominio del anciano estaba a la par que la insistencia de Denji de hacerlo trizas. Kobeni soltó una pequeña risa mientras veía como su amigo se esforzaba en la pelea.
-¿De quién te estás burlando?
-De mí misma. Cómo si pudiera hacer estas cosas, quería un trabajo para conseguir dinero y ahora estoy haciendo un tipo de entrenamiento para enfrentar lo que sea que nos haya atacado. Perdí a mi mejor amiga, a Kei, a todas esas personas y ahora tenemos que hacer este ridículo.
-¿A qué quieres llegar?
-Solo dime ¿Estoy cerca de cumplir con nuestro contrato?
-Nope. Tú solo sigue, que confío en ti.
Kobeni y Haka se observaron. La sonrisa tranquila del demonio era un total contraste con la seriedad que Kobeni se estaba tomando la situación, parecía un chiste mal contado lo que vivía y no estaba próximo el remate. El demonio desapareció de la vista de la cuarta hija y dejó en su posición un cargador extra para la pistola que la cuarta tenía en su poder.
La cuarta no tuvo más opción que aceptar su regalo y colocarlo en su bolsillo del pantalón. La pequeña solo observó su arma y miró cuántas balas le faltaban por disparar, las suficientes para hacer la jugada más arriesgada. Se levantó y quitó todo seguro para usar el juguete que le prestó Kishibe.
Pese a sus heridas. La cuarta hija tenía un segundo aire, estiró sus brazos y piernas hasta estar por fin libre de hacer cualquier movimiento. Ya no importaba nada, Denji estaría acompañándola y eso era un agregado que tener a Power como socia. Mientras ella estaba preparándose, Kishibe no paraba de masacrar con su espada a tan pendejo demonio. Sin esperar la cuarta estaría por actuar. El sonido de la detonación de un arma se hizo presente.
Cuatro disparos salieron del arma de Kobeni apuntando a Kishibe. Como parecía costumbre, el anciano los detectó a tiempo y pudo esquivarlos y desviar uno en dirección al propio cuerpo de Denji. Denji se quejó del piquete que sentía su cuerpo y Kobeni expresó su arrepentimiento.
-¡PERDÓN! ¡No fue mi intención Denji!
-N-... No fue tu culpa, este pendejo me la lanzó a mí. - Todo mientras el chico perdía su estado cómo demonio. Denji cerró los ojos y quedó desmayado luego de tantas hemorragias que le provocó Kishibe.
-Sabes, tu novio necesita aprender a respetar a sus mayores. No puede vivir insultando a todo aquel que lo intenta adiestrar. - Concluyó Kishibe.
Kobeni vio al chico reposando en una pared cercana, sentado mientras lo que quedaba de su camisa estaba repleta de sangre y sus ojos cerrados, sin dar respuesta de algún estado mínimo de consciencia. Kishibe lo había destrozado en tan poco tiempo. La cuarta hija tuvo la confianza de responderle a su maestro mientras el motosierra estaba dormido.
-A-aún no somos novios... Digo, no es como si no nos besáramos y esas... cosas... pero no somos novios aún.
-Oh. Amor joven.
-¿Eh? P-podría decirse que sí, no lo mal piense y-yo... podría esperar a que se haga m-mayor de edad y p-por fin h-hacer las cosas bien con el. Y-yo solo quiero que él esté bien.
-Me conmueves Kobeni. Solo una idiota podría sentir atracción por otro idiota que es capaz de convertirse en una clase de demonio.
-El... N-no es un demonio, sigue siendo un humano... es solo un chico.
-¿Y luego qué? - Kishibe se puso cómodo reposando en otra pared mientras observaba a una insegura Kobeni con sus palabras, ella estaba con todas las intenciones de ser alguien especial para el motosierra, pero Kishibe necesitaba hacer que su alumna se concentre.
-P-pues que haga cosas cómo las de un chico normal hace... y-ya sabe, ir a la escuela, un trabajo normal y... lo qué sea que él quiera después.
Kishibe también se aseguró de ver el estado de Denji. Seguía sin dar ningún tipo de respuesta mientras ambos discutían.
-Voy a ser lo más franco y claro posible, Kobeni y espero que no lo tomes a mal. Denji no es normal y si alguna vez lo fue, entonces quedó eso en el pasado. Un chico normal no está obligado a trabajar en una mierda de lugar como lo es seguridad pública, no se le deja claro cada día que es propiedad de una organización gubernamental, ni tampoco se le explica que sus derechos como humano han sido revocados luego de que un demonio pareciera apoderarse de su cuerpo.
-Sigue siendo alguien que piensa cómo nosotros.
-No me hagas reír. Denji no piensa en lo más mínimo cómo nosotros, es un potencial peligro y solo necesita encaminar ese potencial daño en algo que no seamos nosotros. No creí ver otro caso, pero da gracias que existe el hombre katana cómo nuestro objetivo.
-¿Ese tipo?
-Un caso totalmente idéntico al de Denji, idiotas que son capaces de controlar un estado demoníaco mientras aún aparentan ser humanos. A diferencia de poseídos como Power, Denji aparenta ser cómo nosotros en su totalidad. Este caso lamentablemente lo he visto antes.
-¿Denji no es el primero?
-Ni creo que sea el último. Tienes suerte de haber escogido entre tantos imbéciles sin futuro al único que no puede morir.
-Es... C-casi indestructible ¿Cierto? No me gustaría verlo morir.
-Y creo que nunca lo harás. Es un hecho lamentable cuando ya has visto casos similares al de este chico. Un idiota condenado a vivir, sin importar lo que pase, el tiene la bendición o más bien la maldición de siempre regresar a la vida sin poder descansar. Doy gracias que estoy viejo, a diferencia de él, yo sí estaré cerca de mi muerte.
-¿De qué habla?
-No creo que te guste saber un poco más de lo que es Denji, pero eso es información más clasificada. Solo ten en cuenta que estás perdiendo tú tiempo con él.
-¿Y-y por qué no me lo dice?
-No nací ayer jovencita. No tendría sentido decir algo tan confidencial a una cazadora que tiene tan poco tiempo sirviendo, pero si te sirve de consuelo, Denji será lo único que te quedará si es que decides continuar con él.
Kobeni quedó un momento en blanco. Un secreto tan confidencial para que un hombre tan irreverente a sus superiores no sea capaz de contarle. La cuarta hija preparó su cuerpo, estiró sus brazos y sus piernas. Quisiera o no tenía que prepararse para el siguiente round en contra del anciano.
Los dos cazadores se prepararon, pese a la gran diferencia de altura, Kishibe reconoció el atrevimiento de Kobeni para poder plantarse cara sin importar si fuera por mantener su empleo o para poder salvar a su potencial novio. La chica se ganó la simpatía del anciano, un logro que muy poca gente puede presumir.
La cuarta hija se había preparado para su fin.
『Mundano』
A pesar de poder considerar sus últimos días como una nueva normalidad, las costumbres en Hayakawa Aki tardaban en cambiarse. Nuevamente para su desayuno preparó comida para tres personas, no era fanático de las Gyozas, Power había adquirido ese gusto y ahora tenía consumirlas en su totalidad.
Su compañera del hogar y extrañamente la mejor portada de sus inquilinos, Nyako se la pasaba reclamando caricias mientras el joven continuaba consumiendo sus alimentos.
-¿Realmente me estoy ganando tu afecto o solo quieres otra ración de comida?
La gatita observó con sus penetrantes ojos al cazador, ambos se miraron fijamente hasta que Aki le soltó una pequeña sonrisa. La gata se dirigió a su plato de comida y a pesar de su fría forma de ser, no se pudo negar a servirle una pequeña porción extra de comida a su (a veces) fiel amiga gatuna. Estaba extrañado, no había recibido informes de ambos demonios, Makima nuevamente estaba ausente y el resto de las divisiones seguía en restructuración.
Aki continuó con su rutina, arreglando cualquier desperfecto de su hogar, limpiando la suciedad que dejó en su paso y en su pequeño momento de ocio decidió prender la televisión, puso un canal sin importancia y la programación era un simple noticiero matutino. La presentadora comunicó a los ciudadanos sobre desapariciones en distintas zonas de la ciudad y alrededor de Tokio, la suerte era distinta entre cada persona que se había reportado como extraviadas.
Los más afectados fueron familias que residían en barrios azotados por la constante actividad de demonios y de bajas oportunidades laborales, gente de la que Aki tenía noción que recurrían a las mafias para pedir préstamos impagables. Las desapariciones eran reportadas sin mucha preocupación mostrada por parte de quien conducía el programa.
¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!
El celular del joven cazador empezó a sonar mientras él estaba invadido por su pensamiento más recurrente, una venganza personal . Contestó el teléfono y preguntó por quién.
-¡Heeeyy! ¡¿Cómo te encuentras? - preguntó una voz femenina al otro lado de la línea.
-No me quejo. Hacía tiempo que no conocía el pacifico silencio de una casa vacía ¿Y qué tal te va a ti, Tendō?
-¡Mmmmm! No hay muchas cosas que actualizar desde aquí, Kurose y yo llenamos los informes sobre un demonio que cazamos, al parecer hay personas que son capaces de tenerle miedo al café ¿No te parece absurdo?
-La verdad, no me sorprende. En una ocasión Himeno y yo tuvimos que cazar al demonio payaso.
-¡JAJAJAJAJAJA!
Aki no dio réplica a la carcajada que soltó Tendō luego de que este empezara a contar su anécdota.
-¡Oh! ¿Espera, no era un chiste?
-No. Realmente sucedió.
-¡Dios!
-Los payasos siempre me han parecido espantosos y para mala suerte nuestra, Himeno siempre había sido una persona con un sentido del humor un tanto pésimo, le fue contraproducente pelear con alguien así.
-¡Wow! Es... Impresionante. Digo, los payasos eran divertidos cuando era niña, te hacían reír y te regalan globos, pero tienes algo de razón y creo que si te enfrentas con uno así sería imposible para mí poder neutralizarlo. - Aki solo soltó un pequeño "ajá" - Veo que ya puedes hablar un poco más de ese tema ¿Está todo bien, quieres hablar sobre eso? En este momento tengo tiempo de sobra. El idiota de Kurose se largó a casa de su novia.
-Supongo que todo sigue en orden. En este momento mi único enfoque sería saber si los dos idiotas que tengo como inquilinos van a regresar o no, si me dicen que están muertos hasta podría aprovechar para tirar sus cosas.
-¿Incluyendo al gato?
Aki observó a Nyako. No sabía si era propia autosugestión suya o realmente la pequeña felina estaba mostrando un rostro de preocupación ante la afirmación soltada tan a la ligera de parte de su actual dueño.
-Creo que Nyako será la única que se quedaría en caso de que los otros dos hayan sido destrozados por Kishibe.
-¿¡El perro loco?!
-Ese.
-¡Dios! Me acuerdo de que durante mi formación en la primera división nos aconsejaron nunca acercarnos a él para entrenar, no digo que sea una mala persona ni nada, pero se sabe que él además de compartir sus conocimientos de lucha, también contagiaba sus malos hábitos.
-Seh. No es como si no lo conociera. Él me recomendó con Himeno porque tenía que salir al extranjero. Tiene todo mi respeto y reconocimiento, pero es una lástima que ese último rumor no lo sea tanto. Himeno fue su alumna.
-Y-yo... creo que estoy un tanto dispersa jaja. No estoy ayudando mucho...
-Tranquila. Si te soy sincero, me hacía falta hablar con alguien que no sea un idiota.
-¡Pfff! Estoy igual que tú. Todos los días tengo que aguantar al idiota de Kurose y su cara de retrasado, no hay un solo día que no sea un grano en el culo.
-Al menos es uno y no dos. En mi ausencia Power o Denji hicieron un asqueroso tiradero en mi casa, no querrás saber lo que encontré en la habitación de Denji.
-¿Un cadáver?
-Créeme que me hubiera gustado más eso. Quizá hasta sería problema de otro, pero no, tuve que limpiar ese lugar y ahora no puedo pasar ni un segundo sin recordar ese horrible hedor.
-Sí que tienes mucho que hacer para que ambos chicos se vuelvan más educados, quizá... ¿Algún estímulo?
-¿Tienes algo en mente?
-Quizá como algún regalo cada vez que se porten bien o hacerlos competir para que hagan los deberes.
-Ni que fueran niños chiquitos... - Aki pensó de nuevo lo que iba a decir, cerró su boca y concluyó que, en efecto, ambos eran niños chiquitos en cuerpos de adolescentes hormonales. - Mierda tengo a dos niños chiquitos en mi hogar.
-Ajá. Los niños chiquitos siempre quieren ser recompensados por lo que hagan, quizá darle dulces...
-Nope. Ya lo intenté, los idiotas me dejaron excremento en un lugar que no quiero decir.
-Oh... quizá juguetes o comida, algo mejor y más elaborado, ya cuando sean más responsables será menos obligatorio que les des eso.
Aki sostuvo su frente con su mano. El cazador pensó que había caído demasiado bajo para volverse en una especie de mamá para ese par de idiotas.
-No puedo creerlo. Me volveré la madre de esos dos.
-O quizá...
Un hermano mayor.
Tendō no recibió un tipo de respuesta pronta de parte de Hayakawa. El chico quedó un tanto paralizado al escuchar esa última parte del mensaje, del otro lado de la línea la chica preguntaba continuamente si él aún se encontraba en la llamada. La chica se despidió no sin antes decirle que contaba con su apoyo.
El cazador quería volver a llamarla y disculparse. Su intriga ante tan fuertes palabras hizo que volviera a ser invadido por todos sus pensamientos y recuerdos. Inseguro de cumplir el deseo de Himeno, se dirigió a su habitación y buscó entre los cajones de los muebles una foto en la que se observaba a su familia, un amor genuino que le fue arrebatado y que ahora tenía la oportunidad de recuperar.
-Tch. - Su desprecio ante las personalidades de Denji y Power no parecía cambiar mucho. - Siguen siendo demonios. No puedo actuar tan a la ligera con ellos.
Sin tener la intención de volver a reflexionar sobre está oportunidad, el cazador se preparó para servir nuevamente al deber. Sin dilación vistió su uniforme y recogió cabello para hacer su característica coleta. Agarró su espada y se despidió de Nyako. El joven cazador acarició la cabeza del animal y aconsejó a su compañera felina que sí no regresaba, podía salir al balcón ya que la puerta corrediza estaba abierta.
Hayakawa se retiró de su hogar y sin mucha prisa se dirigió a los cuarteles de su división. Cómo de costumbre saludó a sus compañeros con los que se topaba. Muchas nuevas caras, realmente tenía que asimilar lo más pronto posible que la gente que alguna vez conoció ya no estaba a su lado. Preguntó por la señorita Makima y también como le era habitual, estaba ausente. Sin embargo su deber como cazador había iniciado, solicitaron refuerzos en contra de un demonio cerca del barrio de Minato. Sin dudar Hayakawa aceptó.
Consiguió un vehículo de la organización y dio marcha hacia el lugar.
No tuvo que hacer una búsqueda exhaustiva para poder localizar a su enemigo. Cerca de un hospital universitario logró avisar a la criatura de la que le notificaron que estaba causando peligro en plena luz del día. Dos de sus compañeros habían sido devorados por una criatura amorfa y de aspecto lodoso. Su cuerpo empezaba a cubrir la calle entera y antes de que se llegase a endeudar con sus superiores, el cazador alejó el auto para que recibiera la mínima cantidad de daño posible.
Aki desenfundó su espada. Podía notarse un cierto cansancio de parte del cazador, se ahorraría muchos problemas si se hubiera mantenido su contrato con el demonio zorro, se detuvo de sus quejas y continuó directo al combate.
Los apéndices móviles del demonio eran lentos, pero sus ataques cubrían grandes dimensiones, Aki intentó cortar su interior con el filo de su espada y a pesar de la fuerza del cazador, no lograba hacerle un daño significativo. Solo cuando veía que el demonio estuviera a punto de entrar en contacto con él podía visualizar su futuro a simples milisegundos de haber evadido la piel del demonio. Aki moriría desintegrado si volvía a actuar tan confiado.
Hayakawa marcaba su espacio y esperó cada ataque del demonio, cuando volvía a atacar al joven cazador, la respuesta de Aki era un corte limpio a cada apéndice del ser amorfo. Separando los apéndices del demonio del cuerpo principal y notando que dejaban de responder una vez los rebanaba. La estrategia parecía tardada, pero funcionaba hasta qué llegó una sorpresa.
¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
¡CRAAAAASH!
El cuerpo del demonio explotó y sus restos quedaron regados en toda la calle. Hayakawa tuvo la suerte de ver ese futuro aterrador y se pudo cubrir detrás de un vehículo. Su respiración agitada y sus ojos abiertos no daban crédito al hecho de ver cómo ese demonio había sido asesinado tan brutalmente. Se levantó y buscó quien era el responsable de tal acto tan irresponsable.
Los vapores que desprendía el cadáver del demonio impedían visualizar en primer lugar a quien se encontraba de pie aún sobre el corazón del demonio.
Y fue ahí cuando Aki pudo notar su presencia. Un hombre con una máscara de gas de la época del medievo estaba parado y posando cómo si fuera alguna clase de superhéroe mientras su uniforme poco a poco se degradó hasta quedar prácticamente desnudo.
-¿Quién rayos eres?
El verdugo del demonio recuperó la compostura y observó a su compañero de armas, se intentó acercar a él pero Hayakawa Aki se puso en guardia hasta recibir respuesta.
-¡Soy el poseído de la Violencia! Tu nuevo compañero de la cuarta división... ¿O como era? Creo que era así, división especial, algo así.
-¿Huh?
-¿Hay algún problema, superior?
-Makima no me habló de esto. No sabía que había nuevos demonios en sus filas.
-Puede ser un tanto incómodo, pero descuida ya nos vamos a conocer mejor... ¡Ah! Perdone mis modales, es un placer conocerlo. - Violencia extendió su mano para poder saludar propiamente a Aki. El cazador no respondió a su saludo y solo observó que la desnudez del poseído era total. - ¡Oh! Perdón, no debí haber hecho eso. Jaja. Descuida voy a buscar... una tienda de ropa.
-¿Y no acabarás con él? - Aki señaló al corazón del demonio que veía a los pies de Violencia.
-¡Descuida! Si quiere usted puede hacer los honores, yo creo que estoy empezando a sentir frío.
-Bien. - Aki incrustó la punta de su espada en el corazón de su nueva víctima. Asesinando al demonio y considerándolo una cacería exitosa. Aki no se encontraba del todo satisfecho con este trabajo, después de todo un demonio lo sacó del apuro.
-¡AAAAAAAAAA! ¡DEGENERADO! - Se escuchó a una mujer gritando a lo lejos, en sus cuarenta años perseguía con un palo de golf a violencia quien cubría su entrepierna mientras la mujer seguía insultando.
-¡Superior! ¡Superior! ¡Una ayudita!
Aki no podía creer lo que estaba viendo. Decepcionado por la imagen de su compañero, interceptó a la señora quien al ver el uniforme y todo el caos de la calle, dejó de actuar de forma tan hostil.
-Disculpe el comportamiento de mi compañero. Sigue siendo un novato en este trabajo.
-¡¿Cómo se le ocurre mostrar sus miserias en mi negocio!?
-Si, lo sé. Lamentamos lo ocurrido, el demonio al que nos enfrentamos era uno que disolvía tu ropa... O tu piel.
-¡Eso no le da derecho a ir libremente enseñando su triste y pequeña existencia!
Violencia no comprendía el ataque que le dio la señora, por simple modestia dijo que lo sentía y solo quería buscar ropa en su local. La señora seguía con ganas de golpearlo con el palo mientras Hayakawa la detenía.
-¿Qué le parece esto? Yo pago un conjunto de su ropa para mí compañero y también un extra por los daños causados a su vista.
-¡Está bien! Pero le saldrá el doble de caro.
Un pequeño tic nervioso se hizo presente en el ojo derecho de Aki, amablemente aceptó y dejó que violencia pudiera escoger la ropa que más le guste. Pagó a regañadientes por el conjunto y se marchó del lugar.
Hayakawa Aki llamó a Violencia quien ahora vestía ropa un conjunto completo de ropa deportiva, reconocía la resistencia de esa máscara y preguntó el hecho de tenerla en vez de solo mostrar su rostro.
-No creo que sea una buena idea, superior. Esta máscara está diseñada para que yo pueda controlar mi fuerza, si me la quito posiblemente le termine haciendo daño a gente inocente.
Aki, quien aún no había accionado el motor del vehículo, observó escéptico a su compañero demonio. Miró de reojo nuevamente su máscara y se quedó impresionado por la elección de palabras que hacía el poseído de la violencia.
-¿Esperas que me crea que tú eres capaz de distinguir a gente inocente de alguna otra presa? No me hagas reír. - Hayakawa encendió el vehículo y empezó a conducir en dirección al cuartel. - Conozco a los de tu tipo, monstruos despreocupados por la vida de las personas inocentes. Te estaré vigilando.
-¡Eh! Nada de eso. A mí no me gusta ser alguien agresivo, si ataque al demonio de esa forma fue para evitar hacer daño innecesario, la verdad vi que te complicaba las cosas y te quise ayudar.
-Pues gracias. Podía arreglármelas solo.
-No está demás recurrir a ayuda cuando la necesitas, acabamos rápido el trabajo y también ahora tengo ropa nueva, en serio muchas gracias por su amabilidad, superior.
-Ni lo digas. Esa señora estaba con ganas de golpearte, se veía bastante energética para su edad.
-¡Si! Quizá debí dejar que me golpeara, así no hubiera pagado más de lo que costaba en realidad.
-Descuida. En este momento el dinero no es algo que me falte, aunque tampoco es que quiera hacer compras innecesarias, justo apenas compré un televisor porque un pendejo cortó a la mitad el que yo tenía originalmente.
-Eso... fue muy irresponsable y tonto.
-A saber lo que viva actualmente, pero sí está sufriendo entonces por mí bien.
-Eso fue cruel.
-Creeme, ese idiota se merece vivir un infierno como no tienes idea. Hace que mis días siempre sean difíciles, al menos ahora estoy disfrutando un poco de mi soledad antes de que vuelva él y la otra estúpida.
-Wow... sí que les tiene rencor.
-Un poco. - Aki miró a la calle para asegurarse que no hubiera algún otro demonio haciendo de las suyas. - ¿Eres nuevo?
-Si, recién he sido asignado a hacer patrullajes individuales gracias a la señorita Makima.
-Con qué Makima te dio su voto de confianza, es un tanto difícil y más cuando recién ingresas a las fuerzas. Supongo que es de reconocerse ¿Vas a querer algo de comer?
-¡Así está bien! No tengo necesidad de comer y como te digo, esta cosa es importante que la mantenga siempre conmigo, de lo contrario quizá les pueda hacer daño.
Aki continuó manejando, gesticuló una pequeña sonrisa y respondió con un "Sería interesante comprobarlo"
-La verdad, no me gustaría ser así de agresivo, prefiero simplemente escribir un poco y disfrutar del aire libre.
-Supongo que tienes que mantener tu buena conducta. - Faltaban 5 minutos para que llegara a los cuarteles y de su informe. - Siendo honesto no me agradan los demonios, pero si eres de utilidad para nuestro fin podría hacer una excepción contigo.
-¿En serio?
-Te mantendré vigilado, no creas que simplemente por el hecho de hablar con amabilidad termines creyendo que tienes mi confianza. En el momento que demuestres ser lo mismo que los demás demonios, yo me haré responsable de ejecutarte.
-Oh. Bueno, espero serle de utilidad, superior.
-Bien. No te despegues de mí, vamos a hacer el informe de esta horrible cacería.
『Refrescante salida』
Los días no pasaron en vano. Kishibe decidió no perder ni un solo segundo con los novatos. Forzó a Kobeni a practicar tiro con los juguetes que él mismo le entregó. Obligó a Power a generar la mayor cantidad de armas escarlata incluso cuando estaba anémica. Denji se vio en la misión de mejorar sus habilidades con sus motosierras. En ningún momento los tres tuvieron una oportunidad de derrotar a Kishibe.
El anciano descansaba sentado sobre un bote de pintura ya vacío. Comió una hamburguesa que él mismo ordenó y dejó las demás a la vista de sus alumnos. Una recompensa que para los ojos del veterano no se merecía, los chicos se encontraban cansados y tirados en el suelo.
La transformación de Denji se había acabado. Mirando a su derecha donde se encontraba su amiga, la cuarta hija colapsada y su vista puesta al cielo. Su respiración evidenciaba lo complicado del entrenamiento, costándole inhalar así como moverse. Power estaba más alejada del par, su rostro estaba en contacto con el sueño y necesitaba sangre con urgencia, para su mala suerte las ratas habían escapado.
El motosierra buscó acercarse a la pequeña Higashiyama. Lentamente acomodó sus brazos y piernas para arrastrarse en su dirección. Kishibe hizo la vista gorda mientras observó como Power también hacia un esfuerzo por levantarse. No podía creer que después de tanto tiempo, el único que se veía fresco del entrenamiento era él.
Denji se acomodó para estar en paralelo a Kobeni. La cuarta hija sintió su presencia, intentó moverse para poder abrazarlo sin ningún éxito, le movía partes del cuerpo que no creía que le pudieran doler. Sus manos estaban destrozadas y estaba al borde de las lágrimas. El motosierra aproximó su mano hacia su rostro y pese a los quejidos de la cuarta, su intención por llorar se apaciguó.
Con esfuerzo y algo de tiempo, la cuarta hija pudo alzar su brazo y llegar al torso de su amigo. Ejerció un poco de fuerza para acercarse y poder abrazarlo como era debido. Los dos chicos, pese a sus heridas intentaron recuperar el estado de ánimo proporcionando algo de cariño entre ellos.
-Ridículos. - Afirmó Kishibe mientras continuaba comiendo su hamburguesa y las papas fritas que venían incluidas. Luego de finalizar sus alimentos, se acercó al par y observó a sus dos alumnos, ambos mostraban heridas abiertas, contaba que Kobeni no tuviera algún hueso roto debido a que fue más suave con ella. Denji y Power no tuvieron esa misma suerte, incontables muertes sufrió el motosierra mientras que lesiones mortales Kishibe le produjo a su alumna poseída.
Ahora observaba a un par de enamorados dormir cómodamente en su propia inmundicia. El uniforme de los dos estaba destrozado, impresionado por el de Denji que estaban destrozados sus pantalones y calzado. La blusa alguna vez blanca de Kobeni había sido colorada a un rojo oxidado. Power seguía tirada en el suelo.
¡PAF!
-¡AGH! ¿¡Qué te sucede, anciano?!
-Ya levántense. Se está haciendo de noche y realmente estoy empezando a odiar dormir en esas camas que ustedes encontraron, son horribles y arruinan mi postura. Vamos a un hotel, yo lo pago. Su entrenamiento por el momento ha terminado, felicidades, trío de inútiles.
-¡Genial! Luego de morir 43 veces...
-Yo había contado 51, Denji.
-Ay, jodase.
¡BANG!
Kishibe nuevamente disparó en el rostro del motosierra.
-52.
Los ojos de Kobeni se abrieron en su totalidad y nuevamente como desde el inicio del lamentable entrenamiento, volvió a gritar por su amigo. Asustada y sin poder acostumbrarse a ver a su amigo morir de forma incontable. El dolor de sus brazos dejó de ser una limitante y forzó que Denji le mordiera su antebrazo para que le saque un poco de sangre.
Kishibe por su lado cargó a Power quien estaba exhausta y al borde del sueño. Cómo si fuera un costal de alimento, le dijo al par que aún se encontraba tirado que los esperaría en el auto y que se dieran prisa, odiaba la idea de que lo hagan esperar.
Denji recuperó el conocimiento y sacó el proyector incrustado en su cráneo. Kobeni se aterró de ver cómo ahora le era más fácil a denji asimilar el dolor incluso en zonas tan sensibles como su cráneo.
-Gracias, Kobeni. En serio nunca podría salir de muchas de no ser por tú ayuda. Ese imbécil no nos puede dejar tranquilos ni un solo segundo.
-N-no es para tanto, simplemente me encanta ayudarte.
-¡Bien! Vámonos de aquí, no quiero volver a ver una rata en mi vida o por lo menos en dos días, me dan asco.
-A mi igual, tampoco quiero estar de nuevo en una fábrica. Que miedo.
-Andando. - la facilidad que tuvo Denji en levantarse contrastada a lo masacrada que estaba Kobeni, la pequeña no podía ponerse de pie ni mucho menos moverse sin quejarse del dolor. El anciano cumplió su promesa, dejó el rostro de Kobeni casi intacto mientras que casi todo el castigo lo recibiría el resto de su cuerpo.
-¡Ay! N-no me puedo mover.
El motosierra se percató de cómo Kobeni no podría ser capaz de salir del lugar sin ayuda, con la mayor delicadeza que pudo hacer. Sostuvo primero el brazo menos lastimado de Kobeni, le ayudó a levantarse y pese a los quejidos de la chica, ella aceptó la ayuda y soportó el dolor. Kobeni con un pequeño impulso se agarró fuerte del cuello de Denji, el híbrido volvió a cargar a su amiga en su espalda. La cuarta hija cerró sus ojos y ambos se dirigieron al vehículo del vejete.
Kishibe estaba esperando a sus dos alumnos ya en el asiento del conductor, fumando un cigarro para tranquilizarse. Power se encontraba durmiendo en la fila de atrás del lado del cazador veterano. Denji intentando ser delicado ayudó a Kobeni a sentarse al otro lado de la parte de atrás aunque...
-¡Auch! - Kobeni se golpeó con el borde de la puerta, la cuarta hija quedó totalmente despierta y sobó en el lugar donde se golpeó. Denji pidió disculpas.
-¿Te podrías dar prisa? - reclamó Kishibe quien se encontraba más malhumorado.
-Ya voy. - Denji colocó el cinturón de seguridad en su amiga y por fin se dirigió al asiento del copiloto. Los cazadores habían finalizado su travesía en tan horrible lugar.
El camino comenzó siendo silencioso, sin quejas o reclamos de parte del maestro o de su único alumno que se encontraba despierto. Denji se encontraba aburrido y observaba al exterior, calles cada vez más iluminadas y algunos puestos de comida abriéndose, su estómago no pudo contener el hambre y deseoso por algo le preguntó a Kishibe si se podían detener.
-¿Me ves con cara de beneficencia? Ni hablar, además en el hotel seguro habrá servicio al cuarto o veré cual es tu premio adecuado como una insignificante recompensa, ya sabes por lo de...
-¿Lo de las piernas?
-Eso. No me lo pude esperar ¿Ya lo habías intentado antes?
-Nunca. Si lo hubiera sabido antes quizá ese hijo de perra que tiene cara de pedófilo se habría muerto más rápido.
-No hay tiempo de lamentos. Al menos logramos perfeccionarlo a tiempo, Makima logrará dar con ellos. Es cuestión de tiempo para que el operativo empiece, tomen un descanso, lo necesitarán.
-Ajá. Que horrible es todo esto, quisiera simplemente estar en casa y poder comer lo que se me hinche los huevos.
-Mal hablado.
-Como sea. La verdad también quedé un tanto impresionado. No sé cómo lo haré pero prometo partirle la madre a ese imbécil de mierda.
-Cuento con ello. De todos modos estaré siempre al pendiente por si me terminas decepcionando, aunque toma en cuenta que en el informe se dijo que te intentaron secuestrar, no te confíes demasiado.
-Puras mamadas. Seré capaz de hacer lo que me plazca contra ellos, gracias a ti maestro.
-No me hagas tener expectativas en un inadaptado como tú. De todos modos, si no tienes motivación suficiente, puedes pensar en la chica de atrás ¿Te gusta, no?
Denji no dijo nada en un comienzo. Su rostro se ruborizó lentamente mientras que Kishibe mantenía su fría reacción ante todo.
-Seh. Ni como decir que no. Es confuso, también me gusta Makima, pero ella... es distinta.
-Pierdes tu tiempo si quieres ir tras Makima.
-Ella me prometió cualquier cosa a cambio que le parta su madre al idiota de la katana. - Denji sonrió. - No sería malo pedirle que... qué... ¡Hmmm! Aún no lo he pensado.
-Como digas. Es un completo desperdicio de tiempo, pero creo que a alguien como tú lo que menos le falta es eso. En fin, estamos cerca.
Kishibe había salido de la prefectura de Gunma e ingresó a la prefectura de Saitama. Cansado al igual que sus alumnos se detuvo en la ciudad de Honjo. La búsqueda de un hotel no fue complicada. Tenía una frecuente comunicación con una cadena hotelera y quiso aprovechar su contacto.
El veterano se estacionó muy cerca de la entrada, esperó que Denji saliera del vehículo y ayude a Kobeni a bajar del auto, la pequeña Higashiyama seguía adolorida y el descanso a duras penas le ayudó a recuperar un poco del aliento, seguía sin poder moverse. El motosierra volvió a cargarla y Kobeni en agradecimiento acarició su cabello con ternura. No podía hacer más que eso.
Power por su lado estaba roncando. La rubia al igual que su compañera cazadora se encontraba descansando luego de tan cruel entrenamiento. Kishibe fue a por ella y la obligó a bajarse, ella se negó por pereza y pidió que el anciano la cargue. El veterano no tuvo de otra más que hacer caso, bruscamente la levantó de su asiento y la cargó como si fuera un bulto de cemento.
-¡Eeeaha! ¡Bájame! - Exclamó la poseída.
-Tu querías que te cargara.
-¡Pero así no! - Power empezó a patalear, sin embargo, el cazador la mantuvo en su lugar hasta que ella se rindió y aceptó su destino como una vergonzosa carga.
-Tú querías esto. Ahora te aguantas.
El grupo de cazadores ingresó al hotel donde Kishibe ordenó a Denji no hacer ninguna estupidez, solo él podía hablar y arreglar el asunto de las habitaciones. Hablando con la recepcionista, la mujer mostró una clara preocupación al ver a tres de los cuatro integrantes malheridos y con manchas de sangre en sus prendas.
-Somos cazadores de demonios. Se nos ordenó hacer una visita a la ciudad de Tomioka como refuerzo para las divisiones de allá, acabamos y estamos haciendo una parada momentánea para descansar.
-Ya veo.... ¡E-es un honor! ¡En serio muchas gracias por arriesgar su vida!
-Basta de formalidades y halagos. No somos ninguna clase de héroes, mis tres compañeros son unos completos idiotas y haraganes. Se merecen dormir en la calle, pero soy muy noble como para aceptarlo.
«No lo es.» - pensaron los tres novatos luego de tal blasfemia que escupió Kishibe.
-Vamos a necesitar tres habitaciones. Dos económicas y una para fumadores.
-¡Entendido! - La recepcionista sacó las llaves de las tres habitaciones y les dio una cálida bienvenida a los cazadores. - Sus habitaciones se encuentran en el quinto y sexto piso.
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El grupo de cazadores había subido al quinto piso. El anciano le entregó la llave al cuarto que le pertenecía a Kobeni. Por su parte Kishibe abrió la habitación que le correspondía a Power y Denji, ambas habitaciones se encontraban separadas por otras dos que ya estaban siendo ocupadas.
El anciano una vez se acercó a la cama que le correspondía a la rubia, la arrojo sobre el colchón, le dio las buenas buenas noches y se fue. Power no tenía muchos impulsos de hacer un desmadre, realmente estaba cansada y empezó a roncar. En paz con el universo, Power realmente disfrutó no hacer el más mínimo esfuerzo por haber llegado a su cuarto.
Del lado de Denji, el chico abrió la puerta y cuando ingresó sintió una acogedora sensación que le transmitía la habitación. Con las cortinas abiertas podía ver el paisaje nocturno que le brindaba la ciudad de Honjo. Las paredes de la habitación estaban pintadas de un amarillo un tanto opaco, la cama estaba al fondo de la pared a la derecha del motosierra, una televisión pequeña adornaba el tocador y debajo de este vio un Frigobar.
Similar a como era el otro hotel donde se enfrentó al demonio eternidad con la grata diferencia que ahora podía descansar. El chico sentó a Kobeni y esperó que ella pudiera acomodarse para dormir plácidamente. La cuarta hija no abría los ojos, sin embargo, estaba parcialmente consciente de lo que estaba a su alrededor. El chico se intentó alejar un poco para ver qué tenía ese frigobar.
-Denji... - Dijo Kobeni quien sostenía de la muñeca a Denji sin la suficiente fuerza para hacer mucha presión. - No siento las piernas.
Denji entendió lo que dijo. O parcialmente.
El rubio volteó y retornó a su posición donde se encontraba en frente de Kobeni. Se agachó y observó las piernas de su amiga. Su mano derecha agarró el muslo izquierdo de la mujer y ejerció un poco de fuerza.
-¡AGH! - La pequeña se quejó.
-¡Hmmm! Yo creo que aún puedes sentirlas. - respondió Denji con una sonrisa.
-¡No! ¡Tonto! Me refería a que no me podía mover. -Kobeni le reclamó mientras se retorcía de dolor. La cuarta hija apretaba los párpados con fuerza. - Solo ayúdame, necesito... Necesito ir al baño.
-Oh...
Denji hizo el esfuerzo por no volverla a lastimar. Ayudó a Kobeni a levantarse y caminar lentamente hacia el baño. El baño era pequeño, pero bonito y contaba con todas las amenidades, el rubio sentó a Kobeni sobre la taza del baño. Se quedó parado viendo al techo.
-¿Qué haces Denji?
-Espero que termines para que te ayude a salir.
Kobeni meneó la cabeza de izquierda a derecha mientras ambos se miraban.
-No, tú esperas afuera y yo te llamo para me ayudes. Pervertido.
-¡Ah! ¡No lo soy!
-¿Entonces por qué sigues aquí?
-¡Por qué te quiero ayudar!
-Desde afuera. Shu shu.
El rubio salió del baño y cerró la puerta. El sueño también lo invadía al igual que el hambre, curioso de lo que contenía el frigobar siguió sus instintos y abrió su pequeña puerta en búsqueda de contenido. Por desgracia no pudo inspeccionar a gusto porque Kishibe se encontraba afuera de la habitación.
-¿Se podría saber que estás haciendo, mocoso?
-Tengo hambre ¿Vas a querer algo?
-No. Por cierto ¿Alguna vez has estado en algún hotel? - preguntó Kishibe mientras descansaba su hombro en el marco de la puerta.
-De hecho, sí. No de la forma como me hubiera gustado, un jodido demonio quiso matarnos y el estúpido nos encerró en el hotel.
-Cierto. La historia de cómo casi todos se pusieron de acuerdo para matarte.
-Igual esa es mierda pasada. La estúpida de Power y el pendejo de Aki se pueden ir a la mierda, pero al menos ya perdoné a Kobeni.
-Se nota que son muy cercanos.
-¡Eh! No tanto.
-Claro. - Kishibe observó como Denji quería volver a abrir el frigobar. - Cada cosa que tomes de ahí se nos va a cobrar una vez salgamos de este sitio, a menos que traigas dinero lo mejor es que no andes husmeando donde no te incumbe.
-Carajo.
-Sigh. Ven acompáñame y vayamos a buscar algo que comer.
-Tengo que esperar a que Kobeni salga del baño, necesita ayuda para salir.
-No nos vamos a tardar. Además, podrías ganar puntos con ella si es que le compras algo para comer, seguro ella también se muere de hambre.
Denji pensó y analizó con palitos y manzanas el hecho que Kishibe le podría ayudar a ganarse el corazón de su pequeña amiga. El motosierra aceptó y pidió que se apresuren para que ella no se percate que no estaba en la habitación.
Los dos cazadores caminaron en dirección hacia la salida del hotel. Tomaron el ascensor y se marcharon a un McDonald's, aconsejó Denji que ese lugar era uno donde a Kobeni le gustaba comer, pero no trabajar. Kishibe aceptó.
Dentro del baño, Kobeni había finalizado de hacer sus necesidades. La cuarta hija estaba lista para salir, pero seguía débil para hacerlo por su cuenta.
-¡Denji, ya estoy lista! - la cuarta hija cerró un poco sus ojos para descansar, sin embargo, no hubo respuesta de su amigo, tampoco se escuchó que el toque la puerta. - ¡Denji, ya puedes entrar!
Seguía sin suceder nada. La cuarta hija preguntó nuevamente por su amigo.
-¿Denji? ¿Sigues ahí? ¡Oye! ¡OOOYEEE! ¡DENJI! ¡DEEENJIIII! Ay rayos.
Kobeni se vio en la necesidad de hacerlo por su propia cuenta. Se intentó levantar apoyándose del lavamanos, sin éxito al no poder soportar su propio peso. La cuarta hija volvió a pedir ayuda.
-¡Maestro! ¡POWER! ¡TE NECESITO, POWER! ¡Denji! ¡Alguien me ayuda! ¡¿Hola?! ¿Hola? ¡Ay no de nuevo!
La cuarta hija se quedó en su propio sitio. No podía ni quejarse ya que nadie la iba a escuchar, se quedó sentada hasta que el sueño la consumió.
Denji y Kishibe se demoraron más de la cuenta. El restaurante de comida rápida más cercano estaba atiborrado de gente, la cajita feliz había hecho colaboración con la franquicia de Dragon ball Z. Denji quería al protagonista, pero Kishibe le dijo que ya estaba grande para esas cosas. Aun así compró una cajita feliz para Power.
-¿¡Por qué a ella sí y a mí no?!
-Me hace reír.
-Pero si nunca cambia de expresión en su cara.
-Internamente.
-Que mamada. Bueno Kobeni y yo vamos a querer 2 Big Macs.
Los dos cazadores salieron con su pedido y se dirigieron al hotel. Kishibe le dijo a Denji que había servicio al cuarto, pero la verdad eso supondría un gasto extra para el cazador y no confiaba en lo que pudieran pedir dos niños hambrientos como lo eran Kobeni y Denji.
-¿Me hiciste caminar para simplemente ahorrarte dinero?
-Seh. Básicamente, no es como que me guste la idea que gasten mi dinero para su propio beneficio, además ya le pagué una puerta a tu novia.
-¡Pero qué mierda dices! La comida sabe mejor cuando alguien más la paga.
-Qué filosofía tan extraña.
-Kobeni me enseñó eso y, además, tiene mucha razón.
-¿Y por qué lo dices, mocoso?
-Obligamos a Himeno a pagar por todo lo que comiéramos, nos lo debía la pendeja. Ahora que no está, quizá nos puedas ayudar con eso.
-Ni hablar. Preferiría antes morir que tener a dos parásitos encima de mi dinero.
-Aunque sea una sola vez. Así podría compensar por partirnos la madre a Kobeni y a mí.
-déjenme renegociar eso. Si alguna vez, ustedes me llegan a derrotar en una pelea, tan siquiera una vez me derriben, acepto pagar toda la comida que quieran en donde quieran por un día. Si no lo hacen, entonces jodanse.
-¡Trato hecho! Será mejor que vayas preparando la cartera, no te saldremos baratos.
Los cazadores ingresaron al hotel y se dirigieron a sus habitaciones. Kishibe se dirigió a ver a Power para entregar su comida mientras que Denji colocó la comida de su amiga y él sobre la cama. El chico golpeó la puerta para avisar que había vuelto.
-Kobeni, Kobeni. Hey ¿Sigues ahí?
No había una respuesta de parte de la cazadora. El chico motosierra volteó hacia la puerta principal, esperando a que nadie entrara sin permiso y cuando pensó que era seguro abrió la entrada del baño. Sin sorpresa alguna, la cuarta hija se encontraba descansando aún sentada sobre la taza del baño. La pequeña estaba tan mal posicionada que empezó a roncar mientras Denji la observaba. El chico agitó suavemente su hombro esperando a que despierte. Kobeni seguía roncando profundamente.
-¡Kobe! ¡Kobeni! Ya estoy aquí, perdón, el pendejo de Kishibe me obligó a ir a una misión para cazar a un demonio, pero mira tengo comida.
-C-comida...
-¡Si! Traje lo que te gusta, unas hamburguesas y unas papas fritas. Solo déjame... - Denji levantó a su compañera lentamente, puso el brazo de la pequeña cazadora alrededor de sus hombros y la asistió para que fueran a la cama. Sentó a la pequeña en la cabecera del mueble y ella poco a poco despertó.
-D-denji...
-Hasta que, por fin despiertas, dormilona.
-Me dejaste en el baño...
-¡Eh! ¡Eso fue culpa de Kishibe!
-Si, claro. - La cuarta hija hacía el esfuerzo por quedarse despierta. - ¿Por qué huele tan bien la habitación?
-¡Ta-dah! Unas hamburguesas de tu lugar favorito, McDonald's.
-Ay no...
-quitando el hecho que trabajaste ahí y te despidieron...
-No sigas...
-Y creo que rompiste récord en el despido más rápido en la historia.
-Y-ya no sigas...
-¡Por dios! ¿Quién chingados dice McMamadas mientras atiende a una familia?
-Esto es vergonzoso. - la cuarta hija solo pudo cerrar los ojos para evitar ver a Denji reírse de las cosas que le pasaban a ella.
-¿Te puedes mover?
-Todavía no. - Kobeni estaba cansada. Lo suficiente como para dejar de esforzarse a la hora de mover sus brazos.
Denji quería seguir avanzando con ella. Abrió la bolsa donde tenían su comida y sacó las papas que le correspondían a Kobeni. El chico sujetó unas cuantas y le pidió a la pequeña que abriera la boca.
-¿Me vas a alimentar? - preguntó Kobeni.
-Solo si tú quieres. - dijo Denji quien se estaba ruborizando. El chico mantuvo firme su mano en dirección al rostro de Kobeni, la cuarta hija abrió un poco su boca para poder comer las papas. El motosierra devolvió el favor que Kobeni le hizo en la fábrica.
-¿Cómo le harán estos señores que siempre saben tan buenas? - preguntó la cuarta hija.
-Quizá tienen un contrato con el demonio del sabor y matan a distintos trabajadores y animales para hacer más deliciosa la comida que venden. - teorizo Denji. Kobeni abrió los ojos luego de tal comentario mega pendejo que lanzó su amigo y aún así, con algo de coherencia.
Kobeni abrió la boca un poco asqueada luego de lo que dijo Denji, enseñando las papas que aún seguía masticando.
-Ay que asco, comete eso jaja. - Denji lo tomó con humor mientras que Kobeni seguía sorprendida por lo que decía el chico. -Y no quiero que te imagines lo que hacen con los hot dogs.
-No seas así.
-Tú solo sigue comiendo jaja.
Así pasó el rato. La cuarta hija aceptando cada cosa que le ofrecía Denji, luego de terminar con sus papitas, el motosierra le ofreció la hamburguesa y ella con gusto aceptó comer. Para Kobeni no solo esta comida sabía deliciosa porque no la pagó, también porque incluso tenía a alguien que se la sirviera. Acompañado con el hotel donde se hospedó, se sentía como una auténtica famosa de televisión.
Kobeni jamás había tenido una vida de lujos. Incluso antes de esto había sido apaleada múltiples veces por el veterano, así que podría decirse que para ella esto era una pequeña victoria personal.
Denji se encontraba finalizando su comida cuando Kobeni le llamó.
-Denji. - Nombró a su amigo mientras la cuarta hija cada vez tenía menos energía para mantenerse despierta. - Acércate...
La cuarta hija alzó sus brazos, su mano derecha hacia un gesto para pedir que el rubio se acerque a ella. Denji no opuso resistencia ante la petición. Se acercó hasta aproximar su rostro con el de ella. Sentía el calor de su amiga. Así como los brazos de ella rodeándolo. Ella delicadamente atrapó a Denji en un frágil abrazo donde el rubio se podía escapar, pero del que él se negaba a retirarse.
Denji disfrutaba del afecto que le proporcionaba la cuarta hija. Kobeni acercó aún más a Denji hacia ella, giró un poco la cabeza del chico para que ella pudiera acercarse una de sus mejillas y darle un beso.
-Muchas gracias, Denji. En serio tenía mucha hambre.
-No hay de qué. Al menos es algo bueno en este día de mierda.
-Todos los días son una basura, pero al menos se sienten menos horribles cuando puedo pasar tiempo contigo. - le dijo Kobeni a Denji con una cálida sonrisa.
La cuarta hija mostraba algunos pequeños moretones en distintas zonas de su cuerpo, muy pocas en su rostro, sin embargo Denji no podía negar que le molestaba ver tan linda cara ser afectada por la brutalidad de Kishibe, el rubio sostuvo un poco la mano de Kobeni.
-Será mejor que vayas a dormir.
-¿Eh? ¿No quieres que duerma contigo?
-Jaja. Me estás tentando, pero no será hoy. Me iré a bañar y... no quiero que me mires.
-Puedo tener los ojos bien cerrados. - Denji tapó ambos ojos con sus manos, aunque luego deslizó su mano izquierda para que uno de sus ojos tenga visión.
-¡Ah! ¿Lo ves? Por eso deberías ir con Power, además tú también deberías bañarte.
-¡Nah, no creo necesitar un baño! - Denji olió un poco su axila y luego notó que sí, apestaba. - Okey, quizá si apesto un poco, pero tampoco es para tanto.
-Apestamos. - Kobeni se levantó lentamente. - ¡Nnngg! B-bien, será mejor que te vayas. Yo ya podré caminar por mí misma...
Denji aceptó sin muchas ganas. El rubio se retiró de la habitación de Kobeni y escuchó como el seguro de la puerta se había puesto. La pequeña Higashiyama se desnudó lentamente y entró con calma para tomarse una larga ducha.
Por su parte el motosierra se introdujo a la habitación que tenía que compartir con la poseída. Cuando entró vio como ella también estaba sentada al frente de la cabecera, disfrutando de su comida y cantando un poco el primer opening de Dragon Ball Z mientras jugaba con su juguete. Cuando vio que el motosierra entró a la habitación le compartió una sonrisa y luego continuó con su comportamiento habitual.
-¡Ja! Mira bellaco, el maestro me regaló una cajita feliz con un Goku haciendo un Kamehameha.
-Wow. Que lindo. - Realmente a Denji no le interesaba mucho lo que le cuente Power, la poseída estaba feliz de seguir comiendo sus frituras. - ¿No sería mejor que te duermas ya?
-¿Y tú no sería mejor que también tuvieras una figurita de estas?
-No me interesa. - A Denji si le interesaba.
-¡Jajaja! Es porque el maestro si me quiere y a ti no.
-Estoy seguro que te tiene lástima porque pareces una retrasada mental y a mí me trae a punta de chingadazos porque soy más cabrón que tú.
-En lo único en lo que estás cabrón es en lo pendejo. Ya puedes irte yendo mucho a la mierda porque no te voy a dejar jugar con mi muñeco.
-¡Vete a la mierda!
-No, tú vete a la mierda.
Ambos chicos se miraron con odio. Aunque después se les pasó porque realmente no tenían muchas energías para hacer desmadre y con el maestro presente ambos les podía salir mal la jugada.
-¿Al menos me lo podrías prestar un rato?
-¡Toma! - Power se lo arrojó a Denji y cuando este lo atrapó, Power continuó comiendo su hamburguesa. - Nada más no lo rompas, conociéndote eres capaz de hacer una estupidez como cortarlo a la mitad.
-¡Solo sucedió una vez!
-Y esa pendejada hizo que yo ya no pudiera ver al detective Conan.
Los dos chicos quedaron en distintas áreas de la habitación. Power ya se estaba preparando para dormir mientras Denji no tenía mucho que hacer además de apreciar el juguete que le dieron a su amiga. Profundamente, quería también una figura de Dragon ball, quizá a Vegeta o a Gohan.
El chico jugó un poco con el muñeco y también lanzó un Kamehameha en dirección a la poseída. Se rió un poco y lo dejó en la mesa antes de irse al baño, de la misma forma que su amiga tomó una larga y refrescante ducha.
La parejita que se negaba a reconocer que era una pareja hacían prácticamente lo mismo. Los dos estaban despejando todo el estrés de los últimos días en una profunda ducha que les quitaba todos los males. Mugre, sangre seca y polvo era removida del cuerpo de ambos chicos. Kobeni tarareaba una canción que le gustaba a Himeno. Mientras que Denji estaba silbando en la ducha, Power lo mandó a callar y Denji para evitar que haga una estupidez, hizo caso.
Cuando finalizaron su ducha, los dos agarraron del baño unas batas que encontraron; cortesía del hotel. Se las colocaron y al menos Kobeni si se vio al espejo, en su mente se imaginó como una especie de famosa que estaba descansando luego de un gran día de trabajo.
Luego recordó su miserable vida y se salió del baño, pudo estar más tranquila ahora encendiendo la tele y viendo un rato la televisión. No podía hacer mucho más, su teléfono llevaba horas que se había descargado y olvidó su cargador en casa, no se podía comunicar con ninguno de sus hermanos.
La cuarta hija podía disfrutar esto tanto como quisiera y aunque se lo negó a su chico, ella si quería que se quede, pero no que anduviera de fisgón. Siguió viendo los programas, buscó alguno interesante y logró ver un programa de comedia, Kobeni no se contagió de risa, pero mantuvo el ruido para poder escuchar algo.
El rubio se quedó mirando las caricaturas junto con Power. Realmente los dos no tenían ganas de volver a compartir habitación, aún así habían acordado no hacer ningún desmadre para que Kishibe no se la tome en contra de ellos.
-Power...
-Ajá ¿Qué quieres?
-¿Puedes crear unos picos para que yo pase de esta habitación a la de Kobeni?
-¿Qué ella no te echó en primer lugar de ahí?
-Si, pero... quiero darle la sorpresa de que se puede dormir conmigo.
-Enfermo.
-¡Qué! Mira el lado bueno, tendrás la cama para ti sola y tú puto olor a culo.
-Y te irás a ver a una cabrona que tiene un potente olor a sudor. Me dan asco ustedes dos.
-Jodete.
-Pero bueno, tienes razón. Quiero tener está habitación para mí sola y no quiero que andes jodiendo cuando roncas.
-¡La que ronca eres tú, pendeja!
Power creó dos piolets para Denji mientras el motosierra vestía su ya desgastado uniforme. Se las tiró al suelo y luego volvió a su cama. Ella advirtió que, si alguna pendejada sucedía con Denji, sería totalmente su culpa y no debía meterla con él. La rubia se acostó y giró bruscamente al otro lado para ignorar cualquier cagada que hiciera el motosierra.
-Bien, es hora de trabajar. - Denji abrió la ventana y observó lo plana que era la pared, le dio las gracias a Power por las herramientas y la poseída le contestó con un "¡Ya cállate!", el motosierra no se la pensó mucho y clavando uno de los piolets a la pared, el chico la incrustó tan duro que era difícil de sacar.
-Kishibe nos va a matar mañana. - Se dijo así misma Power quien miró al techo mientras se arrepentía de ayudar a Denji.
Se escuchaba como el motosierra se esforzaba para llegar a la otra ventana. Pisó su marco y con fe, esperó que las personas que descansen ahí no se dieran cuenta que Denji pasaba por el lugar. Power se levantó y cerró la ventana. Prefería ignorar lo que le pase al motosierra.
El rubio cegado por su estupidez, mantuvo paso constante hasta llegar a la habitación de Kobeni. La chica estaba cerca de dormir mientras aún veía la televisión sin hacerle mucho caso, sus párpados entrecerrados estaban batallando para no caer rendidos.
Power se imaginó un escenario ficticio con su juguete nuevo. Por otro lado, Kishibe en su habitación estaba pidiendo servicio a la habitación.
-Voy a querer su mejor Sake. - El cazador al igual que sus dos alumnos también había tomado su respectiva ducha y se encontraba secando su cabello mientras estaba aún en la línea. - Si, también qué el filete sea término medio.
¡CRAAAAAAAAAAASH!
El motosierra se había caído del edificio.
-Ese pendejo no aprende. - Power se cubrió sus cobijas y fingió dormir en caso de que Kishibe abriera la puerta.
Kobeni también escuchó el gran sonido del impacto. Se despertó y con el miedo de que haya sido un demonio también se cubrió en sus cobijas.
-K-Kishibe o D-Denji se e-encargarán, yo no tengo porque salir, ya me bañé... ¡Ay Dios mío! Ya no quiero salir a trabajar.
-Si no hago caso, no hay problema. Mañana veré qué mierda hicieron. - Kishibe estaba esperando su comida mientras escuchaba como la alarma de un vehículo empezaba a escucharse.
Un hombre de mediana edad, calvo y con unas cuantas arrugas se estaba acercando a toda velocidad al escuchar el sonido de su vehículo cuando vio como un tipo de caía de este.
-¡¡¡¡NOOOOOOOO!!!! ¿¡QUÉ MIERDA TE PASA?! APENAS ACABO DE HACER EL PRIMER PAGO DE MI COCHE.
El vehículo en cuestión era un Honda Civic recién comprado. Denji había caído del techo del vehículo boca arriba, con sus piolets cada una en cada mano. El rubio se encontraba al borde del colapso hasta que escuchó cómo el dueño del vehículo empezó a llamar por teléfono.
-¿¡Qué cree que hace?! - Recuperando el conocimiento, Denji gritó al señor mientras intentaba levantarse. Le costó salir de la abolladura que dejó en el auto y hasta le pidió ayuda al dueño. - ¡Hey! Deja ese puto teléfono y ayúdame, hay un demonio allá arriba.
-¡No creas que voy a caer en esa mentira tan baja como esa!
-¡No te estoy mintiendo, maldito calvo!
-¡¿Cómo te atreves a decirme calvo?!
-¡Por qué tienes una maldita cabeza de bola de boliche! Ahora deja de llamar a la policía y mejor ayúdame a salir de aquí.
Sin conveniencias argumentales, las palabras de Denji se hicieron realidad. Un demonio de un tamaño similar al de una camioneta se estaba acercando peligrosamente desde su espalda al calvo mientras seguía su acalorada discusión con el rubio quien intentaba salir por su cuenta.
«¡Cómo me caga tener siempre la razón!» - Dijo Denji una vez de pie portando las dos armas que le dio Power.
Con una forma similar al de una oruga con la piel expuesta en todo su cuerpo, un color rojo carmesí y múltiples cabezas salientes en lo que aparentaba ser su columna vertebral. El demonio oruga había hecho un acto de aparición inesperado. Denji se está a quejando nuevamente por nunca equivocarse mientras que el calvo se escondió detrás de él.
-¡Mátalo! - Gritó el hombre de la mediana edad desesperado por sobrevivir.
-¡¿TE PUEDES CALLAR!? NO PUEDO CONCENTRARME TENIENDO A UN JODIDO IDIOTA GRITANDOME AL OÍ... - La cabeza del demonio había devorado en su totalidad a Denji. Nuevamente el rubio desapareció de escena.
El calvo miró con asombro como la boca del demonio se abrió tan rápido como se cerró engullendo al cazador. La expresión de su rostro cambió al terror absoluto, boquiabierto y temblando de miedo, sacudió sus brazos extendiéndose hacia adelante mientras gritaba qué a él no lo devore. Sollozó y suplicó por su vida.
¡VROOM!
¡¡VRRRROOOOOOOMM!!
¡¡¡VRRRRRRROOOOOOOOOOMMMMM!!!
¡GYAAHAHAHAHAHAHAHA!
El señor escuchaba como del interior de la criatura el sonido de múltiples motosierras invadía el lugar, así como el de una risa eufórica.
¡¡¡¡GGGGRRRRCHCHCHCH!!!!
¡SCCCHCHCHK!
Y así como inesperada fue su aparición, su muerte llegó de imprevisto. Demonio estalló y sus pedazos quedaron repartidos en el estacionamiento del hotel. Una neblina rojiza hizo que ese hombre no pudiera ver más que la silueta de un hombre frente suyo que era también el origen del sonido tan estruendoso idéntico al de las motosierras.
-¡Vaya! Eso fue fácil. Ese jodido anciano si que hizo más fácil las cosas para mí. - La transformación del motosierra se había acabado y su forma humana recobró el protagonismo. Cuando por fin comenzó a dirigirse a la entrada del hotel, el mismo hombre le gritó.
-¡T-tú! ¡TÚ! ¡TÚÚÚ!
-¡YO! Ya té escuché pendejo.
-¡Te vi morir! ¡¿Por qué mierda sigues con vida?!
Denji elevó los hombros sin saber dar una respuesta que pudiera convencerlo o a él mismo.
-Simplemente sucedió. No es como que ese cabrón deforme me haya podido matar, aquí estoy y ya me largo, lo siento por lo de tu vehículo, culpa al demonio o yo qué sé.
-¡Cabrón de mierda! ¡Tú caíste sobre mi auto!
-¡Y también te salvé tu puta vida! Así que deja quejarte conmigo y empieza a gritar como perra loca a ese puto cadáver. Llama a la policía o sepa a quién chingados, pide dinero y compra otro puto auto nuevo, el que tenías se veía como la mierda.
El calvo se quedó callado. Simplemente miró su auto mientras que algunos del personal empezaron a salir luego del ruido del exterior. Denji estaba bañado en sangre, aunque realmente era lo que necesitaba para sentirse rehabilitado. Un demonio que destrozar.
Cuando entró a la recepción, la mujer que lo atendió lo reconoció y preguntó por lo sucedido afuera. A grandes rasgos explicó que había escuchado como un pendejo gritó por su auto y se percató que había un demonio a punto de comerlo, fue difícil de matarlo, pero ya estaba terminado el trabajo. La mujer quedó asombrada con la historia y le ofreció de recompensa el desayuno en el buffet del hotel que Kishibe se negó a que le incluyeran. Denji aceptó, pero también pidió ropa nueva.
La mujer le hizo caso y pidió a uno de los empleados que compre algo de ropa extra al cazador. Pasaron los minutos y se le permitió pasar a su habitación y cambiarse. Denji se dirigió al quinto. Cuando entró se encontró a Power con los ojos abiertos y con un rostro irritado. Ignoró a denji y el chico tampoco le prestó atención. El motosierra se volvió a bañar, se cambió y se largó no sin antes insultar a Power.
-¡Vete a la mierda maldito pendejo manos de mantequilla!
-Por lo menos mañana comeré en el buffet y no te invitaré.
-¡Genio! Siempre supe que eras alguien superdotado.
«Wow. Esta pendeja sí que siempre busca ganar.» - Denji se quedó mirando el cambio de pensamiento de su compañera. Cerró la puerta y sin que se diera cuenta, Power lanzó un ofensivo dedo de en medio dedicado a él.
El chico caminó en dirección a la habitación de Kobeni. Dio unos pequeños golpes a la puerta para revisar si ella aún se encontraba despierta. Quería darle una pequeña sorpresa.
La cuarta hija debido a sus heridas no se podía mover con rapidez. Apenas tenía puesto el pantalón de su uniforme mientras que su blusa totalmente rasgada seguía sin abotonarse. Se dirigía en auxilio del motosierra cuando escuchó su voz gritando en contra del calvo.
Abrió la puerta y observó el nuevo vestuario de Denji. Simple como siempre con una playera blanca, unos jeans y sus tan confiables tenis. La cuarta hija tenía visiblemente la blusa abierta dejando notar su sostén. El motosierra se sorprendió e intentó mirar a otro lado. Kobeni quiso saludarlo hasta que notó ese extraño actuar del rubio. Luego notó la razón y se cubrió.
Ya cubierta le preguntó a Denji lo que sucedió afuera. Denji no dio largas y explicó que ayudó a un pendejo a conseguir un auto nuevo, ahora mañana comerán en un buffet. Ella se emocionó ya que no tendría que limitarse a la comida y sería su primera vez en un buffet.
Los dos chicos sonrieron y se abrazaron. Kobeni le dio las gracias. Ella le ofreció entrar ya que por fin el motosierra se encontraba bañado.
(Me dio flojera recortar)
『Tan cerca de la gloria』
Sentados en el borde de la cama. Los dos amigos se la pasaban hablando de lo que quizá puedan encontrar en ese lugar, Denji pensó en pan tostado y las combinaciones que podrían hacer.
-Si le pones, mantequilla, miel, Mermelada y crema de Maní te saldrá el más magnífico manjar que puedes encontrar en la porquería de casa que tiene Aki.
-¿No son muchas cosas?
-¡Nah! El tipo a duras penas compra dulces o comida chatarra. Todo lo quiere preparar él. Aunque no lo niego, su curry es delicioso.
-Deberíamos comerlo, quizá hay que convencer a Aki que de alguna forma cocine seguido para que todos podamos comer.
-¿Y qué propones?
Kobeni miró con calma y aprecio a su amigo. La chica lentamente agarró la mano de Denji y pese a la sorpresa que tenía el chico en su rostro, no se notaba como un acto romántico. Simplemente esperó a lo que Kobeni tuviera que decir.
-El... ha estado pasando por muchas cosas últimamente y creo que lo comprendo de cierto modo. No perdí a mi familia como él, pero ambos perdimos a nuestra amiga. Himeno... quizá no era un pan de Dios, pero él la quería mucho y yo también.
-¡MMMMMM! No voy entendiendo... - Denji no procesaba a que quería llegar Kobeni con todo eso.
-Solo piénsalo. Si vas a seguir viviendo con él, quizá lo ideal sería qué ambos se lleven bien. Ya sabes, que sean amigos.
-¡Ugh! Ese idiota es muy pendejo. Créeme que te digo que nos prefiere muertos antes que otra cosa. Es más, le debería decir a Makima que me mande a vivir contigo.
-¡E-eh! ¡E-este! ¡N-no... N-no creo que eso sea...
-¡Yo creo que nos iría bien, te ayudo a limpiar, tú me enseñas donde ir a comer y ambos matamos demonios! Lo veo como un plan sin fallas.
-N-no creo... qué eso sea posible... quizá me podrías seguir visitando, pero si te quedas a vivir conmigo no sería capaz de pagar por... ¡Esto! - Kobeni se dirigió rápidamente al abdomen de su amigo y empezó a picotearlo, escuchó las risas que soltaba Denji.
Ambos se detuvieron. Simplemente Kobeni aproximó su frente al hombro de Denji y lo chocó delicadamente.
-Solo piensa en lo que te dije. Quizá si se empiezan a llevar bien, Aki... no será tan difícil de cuidar.
-Lo pensaré. Por lo mientras, creo que no me importa lo qué suceda con él, ni con Kishibe o Power, bueno ella quizá un poco. Sólo... tú me importas sí te soy honesto...
Kobeni se sonrojó mientras escuchaba eso. La cuarta alejó su rostro lentamente de Denji mientras ella balbuceaba por querer decir algo, pero le era imposible.
-¡Ah! ¡Y-y! ¡T-también Makima! Ella igual... creo que... ustedes dos... comparten lugar. Jaja.
Aún ruborizada. Las palabras de Kobeni por fin volvieron. No sabía cómo tomar lo que dijo el motosierra, aceptaba nuevamente que tenía que compartir lugar con Makima. A pesar de que ella hacía el esfuerzo por hacerle bien a Denji y Makima simplemente desaparecía de su vista. La cuarta hija se resignó por el momento. Pero en lo más profundo de su mente, ella deseaba que Makima no estuviera tan presente en la mente de Denji.
-Supongo que es hora de que vayamos a dormir. - Dijo Kobeni mientras retomaba su sonrisa hacía Denji.
-C-claro... - Denji la había cagado y lo sabía. - Pero crees que.... ¿Yo pueda quedarme aquí?
Kobeni pensó por unos segundos. Observó la mirada arrepentida por sus propias palabras de Denji. Había algo en ese chico, su cara de perro abandonado o simplemente lo atractivo que le parecía a la cuarta hija, pero no se pudo negar a la petición de su amigo.
-Bien. Al menos ya te bañaste.
-dos veces, maté a un culero y además Power me dejó jugar con su figura de Goku. - Denji se levantó y se dirigió al frigobar, después de tanto tiempo por fin logró averiguar que había dentro. - Botellas de agua. Latas de refresco. Hmm. Onigiri empaquetado. ¡Wow! ¿Y está botella?
Agarrando el onigiri y la botella de vidrio misteriosa. El chico cerró el frigobar y regresó donde estaba Kobeni, le regaló el pequeño alimento y ella lo aceptó sin dudar. Mientras ella comía, Denji le preguntó qué decía esa botella misteriosa. La cuarta hija revisó la etiqueta y vio que era un vino tinto proveniente de Yamagata. La pequeña se encontraba asombrada al ver el bonito diseño del etiquetado.
-¡Wow! Esto debe ser carísimo. - Kobeni se asombró.
(No lo era, quizá para ella sí.)
-¿Verdad? Se nota en los detalles. Quizá el maestro no es tan malo y nos pidió unas habitaciones de lujo. - concluyó el motosierra.
(No lo hizo. Se ahorró lo de sus habitaciones y lo gastó en una sesión de masaje.)
-¡Tienes razón! Quizá nos deberíamos disculpar con él por pensar tan mal de su persona, vamos a invitarlo a comer en algún buen restaurante. - fue lo que propuso Kobeni.
(No lo van a hacer. Ni Denji ni Kobeni querían gastar tanto en alguien que no les agrada todavía)
-¡En serio que siempre tienes buenas ideas! Deberíamos tomar esta botella.
-¡E-eh! ¡Denji! ¿Esta cosa está incluida con la habitación?
-Yo creo que sí. Les salvé el culo a esos idiotas hace rato, deberían perdonar a su héroe si quiere tomar una botella de vino de su habitación.
-B-Bueno, supongo qué tiene sentido... De algún modo. Solo debemos buscar con qué destapar eso. - Con esfuerzo la cuarta hija se levantó de la cama y buscó entre los cajones que había en la habitación. A pesar de tardar, encontró un destapa corchos. - ¡Listo! Solo será un pequeño trago.
La cuarta hija enterró la herramienta en el corcho de la botella y le pidió a Denji abrirla. Cuando el rubio logró destaparla, ambos percibieron ese dulce aroma proveniente de la botella. Kobeni buscó un par de copas. Denji sirvió el contenido dentro de ellas, se excedió.
Ninguno de los dos había tomado algo así.
Todo estaba bien hasta qué Kobeni recordó un pequeño detalle. Uno que estropeaba todo este ambiente que ambos disfrutaron a lo largo de los pocos minutos que Denji estaba dentro de la habitación. El chico es menor de edad.
-¡A-alto! - Asustada, Kobeni lanzó un grito con voz asustada. - N-no puedes tomar eso, t-tú sigues teniendo 17 años.
El motosierra estaba listo para tomar hasta que Kobeni lo detuvo. Él observó el contenido de su copa, la meneó suavemente y notó la tonalidad roja que trataba de impregnarse en el vidrio de la copa. Sin hacerle mucho caso a Kobeni en esta ocasión, tomó un sorbo.
-¡Denji! Te dije que no podías hacer eso. - La cuarta hija quiso arrebatarle la copa a su amigo. El chico alejó sin esfuerzo su copa de las pequeñas manos de Kobeni. Su mano libre tomó la muñeca de la chica delicadamente.
-N-no sabe tan mal. Creí que sabría igual de horrible que esa cerveza que tomaba Himeno. - El chico volvió a tomar otro sorbo. - ¡Ah! Sabes... esta mierda no sabe nada mal.
-¡Denji deja eso! ¡Nos vamos a meter en problemas si saben que tomaste vino!
El chico soltó la muñeca de Kobeni. Su mano pasó a un lugar que más dejó estremecida a la chica, su cuello. La mano de Denji no fue discreta a la hora de tocar la piel de su amiga, la cuarta hija se asustó al ver un rostro distinto en su amigo. Podía ver el deseo que Denji tenía. Ella estaba asustada por lo que hizo de su amigo, no quería meterse en problemas porque un menor de edad tomó alcohol en su presencia.
Se imaginó múltiples escenarios. La decepción de Kishibe, el repudio de su familia y ella metiéndose en prisión por dejar que Denji estuviera cada vez más ebrio. La copa que el chico sostenía estaba totalmente vacía. Las pupilas de Kobeni se contrajeron, aterrada de ver cómo el chico quería levantarse por más.
-¡Denji! ¡Maldita sea, Denji! Eso no se hace.
La cuarta hija sostuvo el brazo del chico e impidió que siguiera acercándose a la botella que se encontraba sobre un mueble al lado contrario de su cama. Denji terminó cediendo a los deseos de Kobeni, era malísimo soportando el alcohol y tan pronto ingirió, sentía como su cabeza empezó a sentirse más ligera, su mente se despejó y solo se podía concentrar en lo único que tenía frente a sus ojos.
La cuarta hija dejó su copa en el piso y le pidió a Denji que se siente, necesitaba que el efecto del vino se estuviera pasando. El rubio siguió un poco las órdenes de su amiga. Se sentó a su lado, pero siguió concentrado en el rostro de ella.
-¡Maldición! En s-serio que eres linda.
El chico no podía detener sus movimientos. Siguió aferrado a la idea de conquistar a Kobeni en ese mismo instante. Denji la derribó con facilidad.
-¡Denji!
-¿Sucede algo? - El chico ya se encontraba sobre Kobeni.
El rostro de ambos se encontraba demasiado cerca, el motosierra podía notar los lunares que tenía su amiga. Con algo de esfuerzo hizo que una de sus manos empiece a acariciar ese rostro que lo dejaba tan atontado. La cuarta hija no soportaba como Denji se estaba comportando, jamás había pensado que su amigo fuera tan débil ante el vino ni mucho menos que se volviera así de seguro de sus acciones. Aún así, no era lo que más le daba miedo.
Le aterraba aceptar que esto le había gustado.
Solo podía sentir como Denji acariciaba su cabello y su rostro. La mano derecha del Denji conectaba los puntos de hacían los lunares de Kobeni. Suavemente presionó en donde se ubican los lunares que estaban por debajo del ojo izquierda de Kobeni. La mujer se estremecía al ver a Denji cómo estaba tan centrado en observar su rostro. Los dos chicos se miraron directamente, si ella tenía algo que decirle entonces había perdido su oportunidad, las palabras se escaparon de su boca.
El chico siguió su curso. Su dedo índice y pulgar sentían la suave piel de su amiga. Descendieron paulatinamente hasta llegar a los dos lunares que estaban tan cerca de los labios de Kobeni. El rostro de la cazadora estaba al rojo vivo al notar como Denji quería acercarse más a ella.
Denji con delicadeza acarició los labios de su amiga. El deseo lo estaba consumiendo y cada vez era más difícil contener esas ganas de besar a su amiga. La cuarta hija en su negligencia, permitió que Denji tomara tanta ventaja de la situación. No estaba procesando bien la situación, por no decir que su mente estaba vacía. Kobeni agarró la mano con la que Denji estaba acariciándola y la alejó de ella. El chico se veía levemente confundido.
La mayor de los dos cedió al deseo. Lenta pero segura, cerró sus ojos y sus labios se elevaron tímidamente, esperando que Denji por fin hiciera lo correspondiente. El chico estaba sonriente al ver como ella estaba dispuesta a hacer lo incorrecto.
Sin hacerla esperar, Denji descendió su rostro hacia él de ella. Kobeni estaba siendo consumida por los nervios y terror de ser en cualquier momento descubierta por su maestro o algún trabajador que note los ruidos. Miedo que se terminó disipando cuando sintió los labios de Denji en contacto con los suyos.
Todo se había ido.
Las caricias de Denji estaban a la orden del día. El chico por fin dejó de lado el rostro de su amiga y empezó a acariciar su cabello suelto y liso. Los dos estaban dominados por su instinto. Kobeni hizo su parte abrazó el cuello de denji, ambos estaban emocionados por tal acto correspondido.
El chico acomodó a Kobeni quien aún seguía acostada, elevó la pierna que se encontraba aún suspendida al borde de la cama. Denji dejó que Kobeni estuviera cómoda boca arriba. El chico regresó a su posición y siguió besando a su amiga. Ninguno de los dos se despegó, beso tras beso, el chico simplemente se encontraba eufórico por tal suerte, después de tantos días de mierda por fin sentía que ganaba la lotería.
La protagonista de esta historia cada vez era más permisiva con su amigo. Sentía como el cuerpo de Denji se aproximaba más y más al de ella. Aún con el esfuerzo de Denji de no caerle encima. Sentía su torso, sus brazos, sus muslos y su entrepierna tan peligrosamente cerca de ella. La cuarta hija torpemente intentó despegarse sin ningún tipo de éxito, su acompañante no permitía que ella se alejara.
Los besos continuaron. Los poquitos, besos más duraderos y los de lengüita estaban a la orden del día. Los dos chicos no podían decir una sola cosa, estaban tan concentrados en darse placer y Kobeni no estaba tan descarriada hasta que sintió como su amigo empezó a desabotonar su blusa. La cuarta hija estaba al borde del colapso mental. Denji en serio estaba sacando ventaja de toda la situación.
De arriba para abajo, Denji liberó cada botón de la blusa de Kobeni y dejó al descubierto todo el torso como el abdomen de la chica. Denji se levantó brevemente desde su posición. Observó a Kobeni quien aún estaba procesando todo lo que estaba ocurriendo, la mirada de ella se enfocó tanto en el techo que no pudo ver cómo Denji se removía su nueva playera. Al ver cómo esa prenda voló hacia el frigobar, la cuarta dirigió su vista directo a su chico.
-¿Q-qué... qué estás haciendo?
-N-nada, nada de nada.
Todo estaba escalando. Observó el torso desnudo de Denji, su cadena en el pecho y cómo a pesar de tanto daño recibido, podría considerar que el chico estaba prácticamente impecable, sin cicatrices o moretones. Con el pasar del tiempo, el chico cada vez pasaba de tener un cuerpo delgado a uno en mejor condición. La propia mujer puso su mano en el pecho de Denji acercándose a su cadena.
El rubio tampoco perdió el tiempo. Deseoso de tocar el cuerpo de la cuarta hija, repitió el mismo proceso que hizo en el rostro, había encontrado unos cuantos lunares repartidos en su abdomen y los fue siguiendo con sus manos, toda su palma empezó a invadir la piel de Kobeni y cuando ella se estaba dando cuenta. La mano de Denji ya estaba a nada de acercarse al borde de su pecho.
¡EEP!
Kobeni soltó un pequeño chillido, tenía cierto temor de esto. Veía como Denji se centraba tanto en sus pechos, en la mente del rubio quería ver cómo eran, con la oportunidad de poder tocarlos. Pero simplemente negó esa oportunidad al ver cómo su chica no reaccionó cómo el lo hubiera deseado, apartó mano y le lanzó una sonrisa en confianza con su chica.
-No lo haré si no quieres.
Kobeni asintió. Abrumada por todo lo que estaba pasando, le pidió a Denji que se volviera a acercar a su rostro. La cuarta chica agarró ambos cachetes del rubio y lo acercó hasta ella. La pequeña aunque al principio volvió a temer darle un buen beso en los labios y limitarse a las mejillas. Denji no se quedó con las ganas, el chico le mostró a ella donde quería que lo bese. La cuarta hija cedió y volvió a besarlo en los labios.
Debajo de la cintura de ambos también estaba una cuenta pendiente. Los dos chicos se frotaban suavemente mientras ambos se encontraban compartiendo un momento íntimo y cariñoso. La perversión y lujuria se estaba desarrollando en donde ambos no tenían control.
Sin que lo pudiera evitar, el motosierra empezaba a manifestar una erección. Abultando su entrepierna y frotando la de Kobeni, poco a poco rozando más y más, queriendo acercarse a ella y tomarla como suya.
La cuarta hija le pidió a Denji un cambio. Ambos acordaron que ahora Kobeni podría estar sobre él. Efectuando el cambio, Kobeni apagó la luz de la habitación. El chico estaba boca arriba y Kobeni sin molestarse por lo que sentía debajo de su cintura, se levantó en su posición. Del mismo modo que su pareja, removió su blusa y la arrojó al suelo.
Mientras Kobeni se dedicaba a besar a Denji, el motosierra recorría la espalda de la mujer. Quería conocer cada parte de ella, la suave textura de su piel, a veces escucha algunos quejidos por parte de la cuarta hija, sin embargo en ningún momento detuvo lo que hacía Denji. Sus manos se acercaron a las bandas del sostén de la pequeña.
Tentado a sus impulsos. El chico torpemente buscó la forma de desabrochar la prenda. Kobeni sintió el movimiento de sus manos. La cazadora tuvo que impedir lo que deseaba Denji, juntó su frente con la de él y suavemente le dio una negativa. No quería enseñar esa parte de ella. El chico suspiró y aceptó el deseo de la mujer. Las distracciones volvieron a desaparecer y el cariño mutuo reapareció.
Habían pasado unos minutos. Los dos idiotas ya se encontraban dentro de las sábanas, continuaban los besos y las caricias. El chico se encontraba cómodo con su cabeza siendo apoyada por una almohada mientras que la cuarta hija besaba donde pudiera a su acompañante en su rostro. A pesar de estar invadidos por la absoluta oscuridad de su habitación, los chicos percibieron la felicidad del otro. Al punto que su actuar empezó a ser sincronizado.
La emoción nublaba la mente de la pequeña y los efectos del alcohol se mantenían en Denji. La cuarta hija y el motosierra desabrocharon sus pantalones. Se apartaron un poco para que ambos se los pudieran remover y tirarlos al suelo. Los dos cazadores estaban tan cerca. Tan cerca de subir el nivel de su relación.
Montada en su pareja, la cuarta hija sintió el torso de su amigo con sus manos. Disfrutaba de explorarlo y el motosierra cooperaba demasiado. El chico sujetó de la cintura a Kobeni. La pareja no se movía en lo absoluto, hasta que la cuarta hija volvió a aproximar su rostro con el de Denji. Los besos se intensificaron, no podían detener lo inevitable.
Las manos de Denji no cedían ante el deseo de seguir explorando a su pequeña amiga. Descendiendo hasta casi alcanzar el trasero de Kobeni.
Cómo un rayo, Kobeni interceptó las manos traviesas de su compañero. El chico se rió y nuevamente se rindió de su intento de llegar más allá de los límites permitidos. La cuarta hija también soltó una pequeña carcajada.
-Eres un pervertido.
-Podría decir lo mismo de ti...
La cuarta se elevó desde su posición. Cuál vaquera montando a su amigo. La pequeña se había rendido a la hora de ponerle límites a su acompañante. Sintiendo la entrepierna de Denji frotándose con la suya, el rubio no podía encontrarse más excitado que teniendo a la chica que tanto deseaba sobre él. Torpemente Kobeni intentó lanzar leña al fuego, meneando de adelante hacia atrás.
Lo único que impedía la unión de los dos imbéciles eran unos pedazos de tela.
Pasaron los segundos. La pequeña mujer al igual que el resto de sus aprendizajes, empezaba a dominar este pequeño, pero emocionante movimiento. La sensación de humedad entre los genitales de ambos, simplemente era un moment o magnífico para los dos. El motosierra se rendía ante su pequeña compañera. Cerró sus ojos conteniendo esa emoción y el impulso de cometer algo estúpido. Su respiración pasaba de agitada a calmada.
La cuarta hija retornó al rostro de su amigo y preguntó una cosa sencilla, pero directa.
-Denji... ¿Quieres hacerlo? - El rostro de los dos estaba pegado, luego de dicha pregunta la pequeña volvió a besar el rostro de su chico. Sin respuesta alguna. - ¿Denji?
ZZZZZZZZ
El motosierra cayó rendido.
-¿En serio te dormiste? - La cuarta hija encendió la luz. El motosierra había cerrado los ojos y su boca abierta exponiendo sus dientes afilados, el chico descansando plácidamente mientras que la cuarta hija al ver a Denji solo se percató de lo cerca que estuvo de perder el control. Se levantó sin molestar a su amigo y volvió a colocarse la ropa que se removió. Abotonó su blusa y sentada al borde de la cama no hizo más que pensar lo que casi sucedía.
La cuarta hija sostenía su cabeza con ambas manos mientras se agachaba más y más, encorvada y pensativa reflexionó sus acciones con Denji.
-D-debo tomarlo con más calma.
La cuarta hija se levantó y agarró la copa que le correspondía a ella así como el resto de la botella. Se dirigió al baño y en el lavamanos vertió todo el líquido que ella consideraba problemático. Odiaba desperdiciar cualquier alimento incluso si era alcohol, pero aceptaba que esto no debía suceder, al menos no de esa forma.
Tiró todo en el bote de basura. Regresó a su habitación y observó a su amigo descansando tan cómodo qué podía olvidar como por su culpa casi Kobeni cometía una estupidez. Se acercó al rubio y tapó la totalidad de su cuerpo. La cuarta hija se sintió relajada que todo eso había acabado y se acostó cerca de él.
En el fondo, la cuarta hija tenía miedo de hacerle algún daño a Denji. Ser un arrepentimiento del chico y no una ayuda. La cuarta hija acercó su mano izquierda al cabello del chico y lo sacudió, con ternura en sus movimientos observó cómo el chico seguía tranquilo y cuando ella por fin tenía disposición para descansar, se acostó y apagó la luz.
No lo abrazó. Prefirió no escuchar sus latidos en esta ocasión. No quería confundirlo más de lo que ella también lo estaba. Le deseó una linda noche y cerró sus ojos para por fin finalizar el día.
Tan cerca...
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Extra - 1
Cansado de un día agotador. El cazador Hayakawa Aki había librado un peso de encima cargando como bulto el saco de su uniforme. Ingresó a su hogar y fue recibido por Nyako. La pequeña felina estaba solicitando sus típicas caricias mientras ella lo seguía.
El pelinegro no tuvo ningún problema en cargarla y que ella se coloque en su hombro. Los dos individuos con aura tan serena continuaron su noche. Hayakawa sacaba del refrigerador las gyozas restantes de la mañana y las calentó.
Ambos se dirigieron a la sala mientras Aki buscaba de su teléfono el número de contacto de Michiko Tendō. El cazador estaba descansando en el sofá mientras Nyako reposaba encima de las piernas de Aki.
Con su características rectitud ahora con un gato de por medio, el chico consumió sus alimentos tranquilamente, miraba su teléfono mientras conectada la llamada. Era noche y no esperaba que la nativa de Toyooka le conteste.
Pero lo hizo.
-¿Aki, sucede algo?
-Realmente no. En sí todo está tranquilo, más que de costumbre. - Aki acariciaba el suave pelaje de Nyako mientras ella ronroneaba. - Solo me quería disculpar.
-¡Oh! - Tendō se sorprendió. En verdad lo hizo, no sabía porque Aki estaba haciendo eso. - ¿Y por qué?
-Huh. ¿Cómo qué por qué?
-¡Mmm! Sí ¿Por qué la disculpas? ¿Es acaso algo de... lo sucedido o simplemente estás disculpandote en general?
-Nada de eso. Me concentré en otras cuando estábamos hablando y creo que no me percaté que la llamada ya había acabado.
-¡Ah! Por eso... sí, estaba muy furiosa. Cómo es posible que Aki me haya ignorado de esa forma. Jaja.
-¿En serio?
-¡No! No hay problema con eso. Realmente yo después de eso me terminé saturando de trabajo, últimamente han estado habiendo algunos avistamientos de un demonio volador no identificado.
-¿Ha estado causando problemas?
-No se quiere reportar en las noticias para no causar un escándalo, simplemente en los últimos días han desaparecido tres niños de familias distintas, pero compartiendo el mismo modus operandi.
-¿Los toma y se los lleva volando?
-¡Mmmm! Casi, si fuera ese caso creo que sería hasta más sencillo resolver esto e irnos a casa. El asunto es que este demonio los suspende en el aire. Un momento se encuentran estáticos y cuando te das cuenta ya los tiene en sus manos, está totalmente oscuro su cuerpo así que realmente no te sabría decir que es.
-Vaya problema.
-¡Uno muy jodido! Quizá si yo lo pudiera atrapar, podría acabar con él. Son tres secuestros y si puedo probarlo, asesinatos. Suena bastante frío cuando lo digo, pero es necesario comprobar ese tipo de cosas.
-Supongo. Es mejor saber la verdad antes que una incertidumbre.
-Exacto. Y darle su merecido a esa cosa. Por lo mientras ¿Qué tal tu día?
-Como la mayoría desde hace un buen rato. Extraño y que no me dan ganas de recordar, pero aquí estamos. Conocí a uno de mis nuevos compañeros.
-¡Genial! ¿Es agradable o es como el pendejo de Kurose?
-Agradezco que no sea como tu amigo. - dicha respuesta le dio gracia a Tendō. Ella juró que su mala suerte nunca se ha ido teniéndolo a él. - De hecho era un tipo agradable.
-Quizá puedas hacerlo tu amigo.
-De eso nada.
-Ou. ¿Algo estaba mal con él?
-Era un poseído. El poseído de la violencia, para tener un nombre tan agresivo se comportaba muy pacifico.
-¿Y eso te genera desconfianza?
-Si. No puedo tener la guardia baja cuando ellos aparentan ser pacíficos.
-Tienes un punto. Aún así, creo que no puedes ser así todo el tiempo, realmente aunque no sea relacionadote con él, muestra quizá algo de amabilidad y puede que él la replique.
-Lo tomaré en cuenta.
-¿Sabes algo de tus conocidos?
-No. Mañana Makima nos tendrá un anuncio al parecer. Por lo que supongo que ellos y Kishibe deben estar de vuelta.
-Eso es bueno.
-Supongo que mis días de tranquilidad acabaron. Sigh. Fue bueno mientras duró.
-Sabes, si algún día quieres estar tranquilo y alejado de la gran ciudad, ven a Kioto. Yo te daré un tour por la ciudad.
-Claro. No me vendría mal hacer una visita.
-Exacto. Incluso podríamos ir a mi ciudad natal, solo... tu dime.
-Lo tomaré en cuenta. Gracias. Tengo que irme, mi gata necesita ya tomar un buen descanso.
-Si, entiendo. No dudes en llamarme si es que lo necesitas.
-Gracias. Hasta luego.
La llamada finalizó. Aki había terminado de comer y Nyako estaba descansando en paz. La tuvo que mover sin que ella se despierte y la dejó en el sofá. Cómo de costumbre Aki mantuvo ordenada su casa. Lavó sus platos y los puso en su lugar. El silencio era algo que necesitaba, pero extrañaba un poco el ruido que los dos demonios asignados a su cuidado hacían. Los insultos, las risas y las bromas. Los odiaba, pero ya se había acostumbrado un poco a ellos.
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Extra - 2
¡Toc! ¡Toc!
En repetidas ocasiones Kishibe tocaba la puerta de Kobeni. El anciano estaba se estaba impacientando debido a la nula respuesta de su alumna. En un acto de buena fe y como disculpas, quiso invitarla a ella y Denji a una sesión de masaje. La única que ya estaba de pie era Power quien cansada de tanto golpe y sensación de vidrio, aceptó sin mucho problema acompañar a su maestro.
-Idiotas.
-Por difícil que parezca, estoy de acuerdo con esa afirmación Power. Odio que me hagan esperar y más cuando son dos patéticos adolescentes llenos de hormonas.
-De hecho la enana tiene 20 o 22 años.
-Se ve incluso más joven que el idiota de Denji. Bien, basta de esperar. Realmente quería hacer las paces con esos idiotas.
-¡¿En serio?!
-La verdad no, pero así no andarían de llorones el resto del regreso.
Maestro y alumna se largaron hasta detrás del hotel, no tenían que hacer ninguna espera a diferencia del resto de personas que se hospedaron en el hotel. Los contactos de Kishibe hicieron que él fuera el primero en la lista para recibir un gran masaje. Los trabajadores del hotel lo recibieron con una gran sonrisa y Power no podía resistirse ante tanto lujo, ordenó una coca cola fría de forma ególatra a una trabajadora.
-Solo estás pagando una sesión de terapia. No eres famosa ni nada, comportate o tendrás que esperar en el auto.
-¡Mierda! - Power volteó a ver a la trabajadora asustada por su comportamiento. - ¡Cancela mi orden!
Los dos cazadores entraron a la habitación donde los esperaban las masajistas.
Durante la terapia, ambos no podían estar más que relajados. La poseída y el cazador veterano estaban complacidos por el masaje. Ambos se encontraban tensos y poco a poco liberar ese estrés acumulado entre sus músculos. Power por recibir múltiples golpes, cortes y hasta disparos y Kishibe por darlos.
Una de las masajistas preguntó por el origen de sus cuernos, Power se quedó bastante quieta y tranquila, sin ánimos de conversar o de insultar, estaba disfrutando de las suaves manos y movimientos relajantes que le proporcionaban.
Lo mismo que Kishibe. No podía estar tranquilo, era una carrera a contrarreloj donde tenía que mantener al margen a tres cazadores ineptos y volverlos lo suficientemente capaces para derrotar a múltiples enemigos. Consideraba que tenía un trabajo hecho a medias, pero era lo único que contaba.
Power se durmió. Sus ronquidos sonaron en toda la habitación mientras que Kishibe seguía pensando en ciertos detalles de esta operación. Ya tenía comunicación con el cuerpo de policías y otras divisiones de la organización con las que tenía buenos términos. Estaba prácticamente todo preparado de su parte para el gran asalto.
¡RING! ¡RING! ¡RING!
Kishibe solicitó que las masajistas aproximen su celular para que pudiera contestar la llamada. El anciano no revisó el número de contacto y simplemente contestó.
-¿Diga?
-Señor Kishibe ¿Estoy llamando en un momento inoportuno? - Una voz femenina al otro lado de la línea comenzó a hablar, su serenidad en medio de un coro de lamentos hizo que Kishibe identificara quién es.
-Siempre es inoportuno cuando me hablas. Suelta de una vez la información, Makima.
-Bien. Necesito que te vayas a la prefectura de Kanagawa. De inmediato, por fin está localizado.
-¿Cómo lo conseguiste?
-No creo que te interesen los detalles. Simplemente, llegamos a un acuerdo.
Kishibe se levantó y pidió una gran disculpa a las masajistas que lo vieron en paños menores. Levantó a la poseída y también estaba en las mismas. Le exigió que se ponga su ropa y ambos se apresuraron a salir. Subió por Denji y Kobeni, pero al ver su habitación solo estaba vacía.
Llegando a recepción preguntó por ambos idiotas y dijeron que se habían ido a cobrar su recompensa por el desayuno buffet que se les ofreció. Kishibe fue a encontrarlos ahí y cuando por fin ambos estuvieron a punto de entrar al lugar, el maestro los tomó del cuello y se los llevó.
Estranguló aún más fuerte a Denji porque se le cobró lo que tomó del frigobar.
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Extra - 3
-¿Segura que no quiere que le acompañe? - preguntó Prinz quien, sentada al lado de su jefa, soltó un comentario en tono de preocupación por no seguir a Makima.
-Descuida. Prefiero que una vez me digan el lugar donde sucederá el asalto vayas y apoyes a los demás de momentos. Me las apañaré sola.
-Sí señora.
Makima conducía un vehículo de la organización, se le exigió ir en solitario y escoltada por múltiples vehículos de la Yakuza.
En medio de la nada más que de una vista preciosa de la naturaleza y a lo lejos de la ciudad, la cazadora se dirigió a la boca del lobo rumbo a una casa solitaria perteneciente al legado familiar del jefe. Arraigado a su cultura, su hogar mantenía la arquitectura típica de una casa del Japón feudal con unas pinceladas de modernidad occidental.
El grupo delictivo liderado por Kazuo no tenía más remedio que seguir las indicaciones que Makima había puesto no sin antes colocar las suyas. Una negociación era lo que ella quería y estaban dispuestos a entrar en diálogo con la ley.
Kazuo esperó en la sala principal sentado. Protegido por una escena de hombres repartidos alrededor de la sala. Makima una. Estacionada dejó a Prinz dentro del vehículo no sin antes pedir el paquete crucial para la negociación. El demonio siguió sus órdenes y con el respeto merecido le fue entregado.
Al salir preguntaron por el contenido de esa bolsa. Makima dijo que era parte fundamental de este encuentro y debía ser respetado su contenido. Se hizo una detección de metales y pasó la prueba. La jefa de los cazadores entró a la sala principal donde se le ofreció un asiento en un sofá que se encontraba en paralelo al de Kazuo, separados por una mesa de centro.
Kazuo chasqueó los dedos y sus órdenes fueron escuchadas. Trajo consigo a Daiki, fiel seguidor del jefe y quién por desgracia tuvo el infortunio de organizar está reunión inesperada. También se le ofreció una taza de té a la pelirroja. Sonrió ante el gesto, pero no devolvió la mirada a la mujer que se lo sirvió. Simplemente levantó la caliente taza y sin que nadie se lo espere hizo una pregunta.
-¿Alguien gustaría beber mi taza primero? Solo necesitamos mantenernos seguros, no me molesta tomar después.
Ninguno se atrevió. Makima cruzó las piernas y los brazos, su paquete se encontraba a su lado derecho. Kazuo y la jefa tuvieron una gran pausa donde ambos se miraron fijamente y luego la charla inició.
"Me imagino que vienes a preguntar por nuestros muchachos"
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Y eso finalizamos. Un agradecimiento si llegaste hasta aquí, yo todo feliz de que estén leyendo esta mamada. jaja. Y como agradecimiento por su ardua labor leyendo esto mi compa DibujosRandom1 (En twitter) o Neo para los amigos nos regala este pequeño mini comic de la escena cuando Denji le regala un dibujo a Kobeni... Y a Power.
Y un extra
En serio que me encanta ayudar a crear contenido de este ship, les juro que me fascina al punto que literalmente una escena Hot con ellos dos casi fue escrita por ellos mismos. XD
Muchas gracias y Hasta la próxima.
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