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Capítulo 24 - Ardillas cariñosas

Las intenciones no eran de hacer un capítulo tierno como los tengo algo acostumbrados, si no hacerlo un tanto incomodo, pero si no lo dividía se volvería el capítulo más extenso (como de costumbre) de la obra. Así que les dejaré un intermedio, alimentando el romance y el debut de Kishibe, que lo tqm. 

Ya el siguiente viene con desarrollo de personaje >:)))

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El incidente en el restaurante fue el comienzo de una serie de inconvenientes en el plan de la señorita serpiente. La ejecución del atentado fue magistral, directamente tuvo a su merced a toda la organización de los cazadores, conocía sus puntos débiles y accesos que únicamente los integrantes de seguridad pública conocían.

Por desgracia, no contaba con la aparición de cierta mujer de baja estatura. Serpiente quedó humillada y su compañero el señor Katana quedó malherido, con la dignidad por los suelos, en segundos recibió una masacre que solo una persona desalmada podía causar.

La mayoría de sus subordinados murieron por culpa de Makima, otros tantos fueron asesinados por Kobeni y por miembros de los cazadores que sobrevivieron. Los pocos que sobrevivieron se refugiaron junto con sus jefes en un hotel de lujo.

Dicho hotel estaba siendo administrado por una banda criminal asociada a la familia del señor Katana. No tenían de otra más que responder a su llamado y brindar hospedaje. El señor Katana cuando se recuperó, empezó movilizar nuevamente a sus subordinados. Ordenó el reclutamiento de nuevos integrantes y el transporte del demonio que alguna vez contrató su abuelo.

La señorita serpiente intentó idear un nuevo plan, pero ninguno le resultaba conviviente. Mientras más pensaba en los problemas, más le venía en la mente la figura de Makima. Necesitaba crear algo más rápido y arriesgado. Citó al hombre Katana a una reunión a solas.

—¿Novedades, Sawatari?

—Te dije que nunca mencionaras bajo ningún concepto mi identidad.

—Tranquila, a nadie le importa en estas instancias.

—Lo que tú digas "Katana" o querré decir Señor Watanabe. — Mencionar parte de la identidad del hombre Katana causó su enojo. La señorita serpiente amenazó a su compañero con matarlo si intentaba alguna idiotez.

—Bien. Señorita serpiente ¿Alguna novedad?

—Estamos atrapados en este edificio. No tenemos alternativas, estuve estudiando nuestras posibilidades y en todas Makima ya se encuentra involucrada, es cuestión de tiempo para que ella de con este lugar e incluso con la familia que te ayuda.

—La familia de Kazuo es otra manada de perros fieles a mi abuelo y por ende a mí.

—Lo dudo, ustedes los Yakuza son como los cuervos. Continuando, el cargamento que solicitaste no generó sospechas, está en el almacén. La mayoría de tus deudores ya fueron capturados con uno que otro familiar extra. Es cuestión de tiempo para que todos sean convertidos.

—Al menos son buenas noticias. Necesitaremos la mayor cantidad posible. Es posible que estos perros de los cazadores usen armas nuevas, como al maldito Motosierra.

—Ese sigue siendo nuestro plan. Hablé con nuestro jefe, seguirá respetando nuestra integridad si conseguimos el corazón del motosierra, matar a Makima dejó de ser un objetivo.

—Da por hecho su derrota, ese jodido animal fue poca cosa cuando lo enfrenté.

—Te confiaste, idiota. Deja de lado tu soberbia y actúa como un verdadero jefe de la mafia.

—Jódete. Descuida, una vez que Kazuo y compañía nos apoyen en la misión, ambos escaparemos con su corazón. Cumplo la venganza de mi abuelo y tú puedes acudir al llamado de tu jefe.

—Hasta que usas la cabeza.

El señor Kazuo se encontraba apartado de la gran mancha urbana de Tokio. Odiaba la idea de ayudar a la familia Watanabe nuevamente, pero entre los mafiosos existía una clase de honor que preferían morir antes que romper, dejó que sus hombres ayudaran en el hotel, pero era consciente que tarde o temprano, ella llegaría.

La jefa de la cuarta división movía los hilos de la búsqueda de los jefes del acto terrorista. Con ayuda de algunos nombres de los criminales que mató en el santuario, buscó su registros, historial criminal y nexos con pandillas. Poco a poco fue contactando con subordinados y jefes, era cuestión de tiempo para que los caminos de Kazuo y Makima coincidan.

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La luz de un nuevo día invadía la casa de Higashiyama Kobeni. El ruido de las calles y de las personas habían demostrado que la sociedad nipona abandonó ese miedo que el señor Katana y la señorita serpiente querían implantar.

El dolor y sufrimiento por el que tuvo que pasar Kobeni no tenía un perdón, gente valiosa en su corazón se había ido y la herida más profunda fue por la partida tan pronta de Himeno. Una persona cuyo potencial fue interrumpido por culpa de crueles personas.

El llanto, los gritos y la frustración de Kobeni eran inconsolables, el propio demonio de la muerte la dejó a su suerte sin interrumpir o molestarla como de costumbre. Solo un chico pudo sacarla de ese tormento, alguien con problemas para leer o comportarse, el hombre motosierra.

Desde el día que murió Himeno hasta hoy, la relación de ellos dos se fue fortaleciendo, la confianza era tal que no les incomodaba dormir juntos, ambos encontraban una calma sintiendo el cuerpo del otro.

Power estaba descansando plácidamente, abarcó toda la cama de Kobeni y roncaba de forma molesta. Esos ruidos terminaron por despertar a un par de amigos que se encontraban abrazados en el sofá de la sala.

—Que... perra tan escandalosa incluso cuando duerme. — Fueron las primeras palabras que pronunció Denji en este nuevo día.

Kobeni no respondió con palabras, delicadamente tapó la boca del chico motosierra y un pequeño "shhh" salió de sus labios. Ella mantenía sus ojos cerrados, pero quería guiarse por medio del tacto en el cuerpo de su amigo.

Dejó libre sus labios y su mano empezó a recorrer su mejilla, quiso sentirla más, la apretó sin lastimarlo e incluso le dio pequeñas palmaditas, estímulos que hacían que el corazón del chico se estuviera acelerando de a poco. Nuestra protagonista podía notarlo perfectamente.

—Denji... ¿Te sientes bien? Tu corazón está latiendo muy rápido.

—Ah sí, sí. De hecho, me siento más que bien, tú... puedes seguir.

Kobeni respondió con una pequeña risa, le gustaba estar cerca de su amigo. En alguna ocasión confesó lo que sentía a su mejor amiga antes de perderla. Denji por su parte tenía una lucha constante al pensar en dos mujeres. Pero la que se encontraba sobre él, era la que mejor lo trataba y más cariñitos le proporcionaba, como los que estaba teniendo en estos momentos.

Kobeni abandonó la mejilla de su amigo, pero no se pudo despegar de su piel, le gustaba sentirla. Llegó hasta su cuello, delicadamente sintió la "manzana de Adán" de Denji, acto que lo dejó nervioso y lo hizo tragar saliva. La cuarta hija preguntó preocupada si se estaba ahogando, pero la negativa del chico hizo que se calmara.

Continuó su recorrido y alcanzó su hombro. Poco a poco bajaba hasta sentir su brazo, Kobeni tenía poca relación con el sexo masculino y este momento era uno que no creía tener el valor de realizar. Apretó un poco, quería sentir los músculos de su amigo.

—Sabes... acabar con uno que otro demonio ha servido de algo. — No tuvo mejor frase que decir, sin que Kobeni se percatara, el chico adquiría un color más rojo en su rostro.

No hubo ninguna respuesta de parte de la cazadora. Continuó bajando hasta llegar a su antebrazo, Denji sentía como su amiga poco a poco perdía su seguridad a la hora de continuar bajando. Él estaba comprendiendo sus intenciones y decidió facilitar el trabajo.

Denji dejó que su mano fuera alcanzada por la de Kobeni, la pequeña mano de la cuarta hija intentaba cubrir sin éxito a la de su amigo. Lentamente la palma de ambos chicos se estaba tocando y se habían alineado para entrelazarse.

—Como en tu dibujo. — Luego de esta afirmación, Kobeni hizo una pequeña sonrisa en su rostro.

—¿Eh? Aki y Power aún no se mueren.

—No, tonto... el otro, donde estamos agarrados de la mano.

—Ah, ese. Solo nos falta mucho dinero y la motosierra.

—No intentes lo de la motosierra.

—P-pero me vería genial, las chicas adorarían ver al hombre motosierra...

—¿Quieres que suelte tu mano?

—N-no... perdón.

Denji sentía que estaba arruinando el momento que Kobeni con esfuerzo construía, ambos chicos eran igual de problemáticos con sus relaciones sociales, Denji las alejaba y Kobeni las evitaba. Pero cuando ambos estaban juntos, querían estar cerca uno del otro, comiendo, viendo la tele o durmiendo, en su compañía todo se sentía más placentero.

El nerviosismo de los dos se hacía más presente, la mano de Kobeni empezó a sudar y su ritmo cardíaco se aceleraba. Denji intentaba pensar en otras cosas, no quería que su potencial novia sintiera una extraña compañía.

Con valor del momento, pero con temor a arruinarlo, Denji abandonó la mano de su amiga. No podía permitir que ella sintiera algo tan vergonzoso como lo que podría salir de él. Sus manos empezaron a abarcar la cintura de Kobeni, poco a poco arrastrándose hacía el nivel de su rostro. Esto tomó por sorpresa a la cuarta hija quién por fin abrió los ojos.

Frente a frente, Kobeni por encima del rostro de su amigo. Su cabello suelto no permitía ver del todo bien al rubio, para el chico esto le daba cosquillas con excepción de uno que otro cabello que rozaba su nariz, con esfuerzo no quería estornudar en la cara de la mujer que más le proporcionaba afecto.

La cuarta Higashiyama recogió su cabello para no estorbar el rostro de Denji, podía verlo claramente, el rojo dominaba en su piel. Desde la perspectiva del motosierra, veía el rubor de su amiga. Ambos disfrutaban del momento, pero no sabían qué hacer para progresar.

Denji no se caracterizaba por tener iniciativa dando cariños. Cedía ese poder a Makima, a Himeno y también a Kobeni. La cuarta hija también tenía problemas con esto, solo había sacado ese valor por el alcohol que tenía en su cuerpo tiempo atrás, pero ahora está en sus cinco sentidos, quería besarlo, pero su valor no era el suficiente.

Kobeni sostenía el rostro de Denji, él cooperaba con ella dejando libre su movimiento. La chica apreciaba cada detalle en la cara de su amigo, apreciaba sus mejillas, la forma de su nariz, el color de sus ojos, sus extraños dientes en forma de tiburón y su cabello despeinado que era acariciado con gentileza.

Sin decir ninguna palabra, Denji apartó la mano de su amiga. No podía pedirle con palabras un beso, pero quería dejarle una señal que tenía la libertad de hacerlo. El chico volteó en dirección a la sala, dejando libre su mejilla. Inflaba los cachetes, acto que le daba risa a Kobeni.

—Pareces una ardilla jaja.

—A ti... ¿Te parecen lindas las ardillas?

—Si... son lindas, llevan bellotas en su boca y a veces las olvidan cuando las guardan en el suelo.

—Mierda, en otra vida si pude ser una ardilla.

—Te creo, yo posiblemente en otra vida fui... un gato, duermen mucho y disfrutan comer.

—¿Por qué no mejor una ardilla?

—Quizás en la siguiente vida. Solo intenta revivir como una también. — Kobeni no sabía que los híbridos son inmortales.

—¿Crees que las ardillas se besan en las mejillas?

La pregunta tomó por sorpresa a Kobeni, percibía el cada vez más rojo vivo en la cara de Denji, le daba pena verla a los ojos y siguió dirigiendo su mirada hacia otro lado.

La cuarta hija se acercó al rostro y aunque ella también tenía pena, entendió el mensaje de Denji con claridad. Un beso de la pequeña marcó la mejilla del rubio.

—¿A...a-así? — La seguridad de Kobeni se iba disipando, también su nerviosismo salió a flote. Pero ambos habían logrado su cometido.

—Creo que sí...

Kobeni le sonreía, ella también quería algo como eso. De la misma forma que Denji lo hizo, Kobeni apartó su mirada, imitó el cómo inflaba las mejillas. Lentamente se acercó a los labios del chico motosierra hasta que la distancia era inexistente.

Denji la besó. Luego de ese contacto Kobeni se alejó rápidamente del rostro de su amigo, los nervios dominaban a la cuarta hija.

Ambos se rieron, Kobeni quería volver a descansar sobre el pecho de su amigo para seguir escuchando sus latidos. Denji no quiso decirle la razón por la cual no podía, así que solo la mantuvo ahí, si quería podía descansar sobre su rostro. Kobeni así lo hizo, no era cómodo, pero a ambos les gustaba estar así de cerca.

La pequeña Higashiyama le quería seguir arrebatando la propiedad a Makima. Sin que Denji se lo pidiera ella le dio otro beso a su mejilla. Los cariños no pararon entre los dos, Denji frotaba suavemente la cintura de Kobeni, cada segundo que pasaba le daba la seguridad de agarrarla con más firmeza.

Pequeñas risas nerviosas ambientaron la sala. Las sonrisas eran imborrables entre los dos, está experiencia era una novedad de la que ambos estaban dispuestos a continuar. Kobeni siguió besando las mejillas del chico, Denji solo pudo darle uno más. La chica nuevamente se despegó de su rostro, quería seguir viendo el rostro sonrojado del chico que alguna vez la odió.

—G-gracias por quedarte c-con... conmigo e-estos días. — Ella no podía ocultar su nerviosismo.

Denji observaba a Kobeni, tragaba saliva. Ambos amaban lo que estaba sucediendo, querían repetir aquel momento.

—N-no hay p-pro-problema, s-somos amigos y e-eso hacemos.

—¿Los amigos tenemos permitidos ser tan cariñosos?

—Si son ardillas quizá sí.

Una risa fue el resultado del comentario del rubio. Kobeni no quería dejar desaprovechada está oportunidad. Sus dudas eran varias, su enfoque principal era conseguir dinero, pero acá se encontraba dándole pequeños besos a su amigo, pensaba en la diferencia de edad, pero no negaba la atracción que el chico le provocaba y sabía lo mucho que él había sufrido en el pasado.

Kobeni no se sentía ninguna salvadora. Pero si tenía la oportunidad de ser un apoyo moral para el Motosierra, no la iba a dejar pasar.

La frente del Motosierra recibió un beso de la pequeña Higashiyama. Cuando Kobeni se alejó y volvió a mirar el rostro de Denji, pudo confirmar que el chico le atraía y él pensaba algo similar, en su mente planteaba esa posibilidad de decirle a Makima que ya había encontrado a alguien más. Una idea muy inocente.

Denji le dio otra señal a su amiga y dejó que tomara el control de la situación, cerró sus ojos y preparó sus labios. A ella le parecía irónico saber que en ocasiones él proclamaba sus labios como propiedad de la jefa de la cuarta división, pero ahora, estaba deseoso de un beso de parte de Kobeni, la mujer que alguna vez intentó matarlo.

Tampoco se lo quería negar. Lentamente el rostro de ambos iba reduciendo la distancia, la respiración y el calor que emanaban emocionaba a sus corazones.

Tanto Denji como Kobeni tenían la intención que este beso fuera especial, no había ninguna sustancia de por medio ni tampoco uno de los dos estaba dormido, sería su primer beso donde estaban en su totalidad conscientes.

Sus labios estuvieron a punto de entrar en contacto, pero el furor del momento se vio interrumpido cuando el tono de llamadas del celular de Kobeni se accionó. De inmediato ambos chicos se separaron, torpemente Kobeni se intentaba levantar.

—¡¿QUIEREN CALLAR ESA COSA PAR DE PENDEJOS?! ¡ALGUNOS SI TRATAMOS DE DORMIR! — Gritó Power cuyos pulsos de sus compañeros y luego el sonido de la llamada la despertaron.

¡Ya vo... ¡AAAAAAAAAHH! —Kobeni estaba a punto de levantarse del sofá, pero su torpeza la llevó a caerse. El celular seguía sonando.

—¿¡Estás bien!? — Denji se levantó y la intentó ayudar. Cómo respuesta, la mano temblorosa señalaba al celular de la chica que estaba en la mesa.

—C-contesta la llamada, yo... Auch, eso dolió.

El rubio no tuvo de otra más que hacerle caso a la petición de su amiga. Odiaba esto, casi lograba repetir el beso y ahora tenía que atender la llamada de algún idiota. Esperaba que fuera Kenji para restregarle en la cara que Kobeni si quiere estar con él. Contestó sin saber quién estaba en la otra línea.

—¡¿Qué quieres cara de amargado?!

—Higashi... — Aki se dio cuenta que la voz no provenía de su subordinada. — ¡¿Denji?! Estúpido, devuélvele el celular a Kobeni.

—Nu-huh. Por tu culpa ella se cayó, pendejo.

—Eso no es posible, déjate de estupideces y pásamela, necesito hablar con ella de un asunto importante.

—¡Vete a la mierda! yo también estaba en medio de un asunto muy importante con ella.

Kobeni escuchó eso y su cara se puso roja, con dolor en su rostro por culpa del golpe, se levantó y le arrebató el celular a Denji. El se quedó perplejo.

—¿H-hola?

—¡Kobeni! Es bueno escuchar la voz de alguien que no es un imbécil ¿Interrumpo algo importante?

—¡Ah... Ah! No, no era nada importante. — Denji quedó sorprendido y algo insultado, estaban a punto de darse un beso.

Dile que no ande jodiendo y volvamos al sof... — Susurró Denji, Kobeni tapó su boca para que no diera más detalles.

Aun así, Aki lo escuchó, quedó un tanto sorprendido, no pensaba que la relación entre ellos dos iba tan... ¿Rápido?

—Perdón si interrumpí algún momento con ese pendejo. Solo quería decirte que Makima estuvo preguntando por Denji y Power.

—Ah. Sí, aquí se encuentran los dos.

—¿También Power?

—E-eh... sí, ella estaba buscando a Denji... y aquí también pasó la noche.

—Entendido. Muchas gracias Kobeni por cuidar de ellos mientras me encontraba hospitalizado. Luego te lo voy a compensar, solo solicito tú permiso para enviar al servicio de transporte a tu residencia, Makima requiere a los dos pendejos para una reunión importante.

—¡C-claro! Pueden venir.

Denji quedó boquiabierto, para él, el pendejo de Aki acababa de arruinar su momento con Kobeni y ahora estaba seguro que no podrían repetirlo.

—Entendido. En unos minutos llegará, muy seguramente hará sonar su claxon cuando se encuentre en tu posición.

—E-enterada... Superior Aki... ¿Podría hacerme un favor... cuando lo vuelva a ver?

—Claro, quedaré a tus órdenes una vez que esté libre. También estoy en medio de una reunión importante.

Ambos cazadores se despidieron, cuando Aki colgó la llamada ya se encontraba uniformado y en compañía de Tendō y Kurose, estaban preparados para abandonar el hospital.

En la casa de Kobeni no quedó más que preparar el desayuno, la chica no sabía muchos platillos así que preparó un poco de arroz y unos sándwiches para sus invitados.

Los tres cazadores comieron en la mesa, ninguno pronunciaba alguna palabra, Power no estaba interesada en nada más que su comida mientras que Kobeni y Denji sentían pena por lo sucedido minutos atrás.

Aún así Denji no se sentía a gusto con ese final, como ambos estaban cerca uno del otro de la mesa. Denji movía su brazo como si un péndulo se tratase, rozaba la pierna de Kobeni, pero su objetivo era su mano. La chica se sentía extrañada, pero la constancia del rubio le hizo entender que el quería algo de ella, le dio su mano y Denji la atrapó.

Aunque torpes sus movimientos, Denji logró sostener la mano de su amiga. Poco a poco ambos se iban de entrelazando. Una sonrisa acompañó al momento mientras seguían con su comida.

Kobeni se preguntaba internamente demasiadas cosas, desde las que la hacían dudas "¿En qué momento los amigos dejan de serlo y se vuelven pareja?", "¿Denji será capaz de dejar atrás la idea de estar con Makima?" Aunque también las que la hacían sentir un poco mal "¿Ella será capaz de no hacerle más daño al chico?" O "¿Estará bien que una adulta como ella inicie algún tipo de relación con un menor de edad?"

Denji no tenía esas dudas, sus pensamientos sobre esto eran más limitados, Kobeni era linda y le daba cariñitos, era suficiente para seguir intentando hacerla su pareja. Pero tampoco olvidaba a Makima, él no conocía bien a su jefa y creía que si se iba con Kobeni estaba la posibilidad de que Makima se pusiera triste.

«Agh. Qué difícil es esto... ¡POCHITA, AMIGO YA RESPONDE ¿MAKIMA O KOBENI?» — Se preguntaba internamente Denji.

—Ustedes dos se quieren aparear ¿Verdad? — Power habló.

—¡Eh! ¿¡Qué dijiste?! — fue expresado tanto por Denji cómo por Kobeni.

—Parche lo decía, tarde o temprano ustedes dos querrían aparearse y la verdad será algo tan asqueroso que no lo quiero ver. Me largo.

—P-pero Power, necesitas quedarte... tienes una reunión.

—¡¿Y tú crees que me importa?! Prefiero correr y ser libre antes que verlos a ustedes jugando a los conejos o reunirme con esos estúpidos humanos.

Power caminaba rumbo a la entrada de la casa, les lanzó tanto a Kobeni y a Denji su dedo de en medio, Denji se sentía feliz, pero Kobeni estaba preocupada por haber avisado que acá estaba su colega.

Cuando Power abrió la puerta, vio una figura conocida pero que intimidaba de la peor forma a la poseída de la sangre. La jefa de los tres cazadores estaba en frente de la entrada. Su porte elegante, su uniforme impecable y sin ningún desperfecto que se pudiera notar en su persona generaba un aura en su alrededor que imponía respeto a la mayoría de sus subordinados.

—M-ma-ma-ma... ¡MAKIMA!

—Tiempo sin vernos, Power. Que gusto volver a ver tu lindo rostro.

—¡S-si... yo también, no sabes lo mucho que quería volver a reunirme con estu... agradables cazadores, como usted...

El sudor se hacía presente en la cara de Power, no pudo percibir a su jefa. Le daba terror observarla, ver su inexpresivo rostro acompañado de un aura de misterio. Makima seguía en su posición, no daba ningún paso, pues esperaba el permiso de la dueña del lugar.

Makima tocó el timbre de la casa de Kobeni. Esperaba pacientemente que la perpleja Higashiyama, se levantara de su asiento. Kobeni estaba también sudando, era la primera vez que interactuaría con ella. Caminó apenada y un poco torpe, no sentía el valor de mirarla a sus ojos.

Cuando ambas estuvieron frente a frente, era el claro el dominio de una sobre la otra. No hacía falta demostrar quién tenía su posición de superioridad, Kobeni mostraba nerviosismo, mientras que Makima solo expresó una sonrisa.

—Mis disculpas, señorita Kobeni. No quiero quitarle mucho de su tiempo.

—N-no hay problema ¿Gusta pasar? D-debe tener hambre, y-yo con gusto puede hacerle de comer y p-preparar u-un café.

—Agradezco tu amabilidad, veo que usted y yo no hemos tenido la oportunidad de hablar. Ha estado trabajando sin haberse reportado conmigo.

—S-si... tiene razón, lo siento por no h-haberme reportado con usted.

—Si me lo permite, quiero reconocer que Himeno hizo un gran papel para suplirme, me he encontrado últimamente más ocupada y las reuniones con los altos mandos demandan demasiado tiempo.

—E-ella era m-muy buena amiga.

—Una excelente cazadora, había escuchado rumores que antes de fallecer intentó hacer de usted una cazadora de lo más capaz.

—Si... ella, era una buena maestra.

—¿No te interesaría volverte una excelente cazadora, también?

—¿Eh?

—Conozco a una persona indicada para gente que quiere llegar más allá de sus capacidades. Denji y Power estarán obligados a asistir a sus clases, pero si tú quieres, podría solicitarle un cupo más. Yo lo aceptaría, serías capaz de ayudar a más personas.

—N-no estoy segura...

—Ya veo, piénselo en estos momentos antes de que nos retiremos, veo que Denji y Power ya han desayunado. Haz entrega de estos uniformes, su instructor prefiere la formalidad en el primer día.

Makima hizo entrega de una pequeña maleta, en ella estaban uniformes de los cazadores hechos a la medida para el híbrido y para la poseída. Power estaba nerviosa de acercarse, así que pidió que se lo aventara y ella se cambiaría en el baño, Denji observaba la figura de Makima y como ella intimidaba a Kobeni. No sabía que hacer, las dos chicas que le gustaban estaban cerca una de la otra.

Makima lanzó una sonrisa a Denji y lo saludó, Denji devolvió el saludo y cuando el chico se quiso acercar. Solo escuchó la voz de su jefa antes de retirarse hacia el vehículo.

—Veo que has hecho una gran amiga, Denji. Me alegra.

Kobeni cerró la puerta suavemente, ella estaba planteando la idea de acompañar a Denji y a Power, le hizo entrega del uniforme a su amigo y posteriormente se dirigió a su habitación. cerró la puerta y en medio de sus pensamientos, tenía la gran duda de ir a dónde le indicó Makima, era una oportunidad para poder hacer más digerible la promesa de cuidar a Aki, pero tampoco encontraba una voluntad propia para luchar.

Se desnudó, todas las prendas que llevaba consigo fueron cambiadas por unas nuevas, cuando ya tenía su ropa interior puesta, tenía sus dudas. Ir informal o ponerse el uniforme.

—Sigh. Supongo qué... no puede ser tan malo.

Kobeni se colocó su uniforme, se preparó lo más rápido posible e intentó verse presentable. Arregló su cabello y se colocó sus característicos pasadores. Esperaba que el día acabara rápido, para volver a casa y descansar. Si era posible, invitar nuevamente a Denji a dormir si Aki lo permitía.

Salió de su habitación, Power y Denji se encontraban listos, el chico que sería despedir hasta que vio a Kobeni también uniformada. El descanso había terminado y tenían que volver a la acción. Ambos se sonrieron y se dispusieron a bajar juntos. Power los miraba con asco, pero le perdonó a Kobeni el mal gusto en hombres, porque al menos ella sabía dónde comprar buenas pizzas.

Avistaron el vehículo de la organización, Makima aún permanecía afuera y le abrió la puerta a Denji, él tenía que ir adelante ya que quería seguir charlando con Kobeni.

El pobre chico motosierra no se pudo sentar ni con una ni con la otra. Una vez todos dentro del vehículo, el viaje había comenzado. Kobeni preguntó dónde irían y Makima solo dijo que es un lugar fácil de reconocer, muchos de los cazadores van a parar ahí.

Makima no le interesaba hacer amistad con Kobeni, solo quiso ser puntual, preguntó cuál era el contrato que la cuarta hija tenía. Kobeni temerosa por lo que Haka le pudiera hacer a Makima, solo dijo que tenía al del mono como Aki había dicho con seguridad. La jefa no creyó nada, sabía que la ubicación de ese demonio estaba fuera de jurisdicción japonesa.

—¿Has estado mintiendo a la organización?

—N-no... no es eso...

—¿Te da miedo?

—... Sí, mucho. No sé qué podría perder y la verdad, no tengo mucho conmigo.

—Comprendo. El instructor tiene unos cuantos contratos que quizá te interesa, él sigue completo, aunque la verdad ya no hay cupo para un contrato más. Será tema de conversación con él. Por lo pronto, reconozco tu valentía.

—M-muchas gracias. — Kobeni se sentía impresionada por la serenidad en las palabras de Makima e incluso su amabilidad.

—Conocí a muchos colegas tiempo atrás, podrías considerarme una vieja lobo de mar, así como a Himeno. Para mí desgracia las responsabilidades han llegado rápido y no he tenido tiempo de divertirme como quisiera, nos conocimos en el bar, aunque no pude hablar contigo.

—S-si... lo recuerdo Señorita Makima... digo, jefa Makima.

—Puedes decirme únicamente, Makima, no es necesario ser tan formal. Me alegra mucho saber que te encuentras bien, Denji decía que eres una chica muy dura, me alivia tener gente así en mi división. Lamento mucho por lo que sucedió con nuestros colegas, estoy trabajando para que no vuelva a ocurrir.

—Y... agradezco su esfuerzo, señorita Makima. De hecho, Denji y yo la vimos en televisión ¿Cierto Denji?

—Ah sí, fue interesante aprender de eso y de aquello.

Algunas risas acompañaron a Makima. Kobeni creía que, en el fondo, su jefa no sería tan fría y difícil de tratar como la hacía ver Himeno.

—¿Desde cuándo estás acompañando a la señorita Higashiyama, Denji?

—Eh... d-desd.. desde... eh ¿Qué día estamos?

—No importa. Te debo una, Kobeni, le encargué a Aki el cuidado de ambos porque es una persona fiar, veo que tú también pudiste con esa labor, eres digna de mi confianza.

—Muchas gracias, señorita Makima, yo... espero estar bajo su cuidado.

—Cuenta con ello. Los demonios no se han vuelto el único de nuestros problemas, que los mafiosos hayan tomado ventaja de nuestras debilidades será un asunto que no estoy dispuesta a repetir. Estoy haciendo mi mayor esfuerzo por localizar a los culpables.

—¿Cree que encontremos a los responsables... qué... mataron a Himeno?

—Doy mi palabra ¿Tienes un asunto pendiente con alguno?

—S-solo... que vayan a la cárcel después de todo esto.

—admiro tu sentido de lo correcto. Yo te informaré, por lo pronto disfruta del paisaje.

Makima se ganaba a Kobeni, a su lado seguía Power quién sudaba constantemente mientras sentía la presencia de Makima más de lo que hubiera deseado.

—¿También eres amiga de Kobeni, Power?

—N-no... Señorita Makima... eh, solo fui a ver a... ¡Denji! Él es mi amigo.

—¡Mentiras! — gritó el rubio

—¡Cállate Granuja! Si no quieres que diga lo de...

Una expresión de preocupación salió del rostro de Denji, sabía a lo que Power se refería. Le pedía de favor que no lo hiciera, no sabía si Makima se pondría celosa o triste.

—¿Qué no debías decirme, Power? Adelante, también adoro los chismes como a cualquiera.

—Eh... — Power estaba sudando, veía el rostro de su jefa, lo desvió un poco y veía al de Kobeni, igual de nerviosa pidiéndole que no dijera nada de lo que ella y Denji hacían.

—¡Denji se echó un pedo apestoso y Kobeni lo mandó a dormir en el piso cómo castigo!

—¡Qué! — Ambos gritaron.

Las risas salieron de la jefa. De juego regañó a Denji diciendo que debía mejorar sus modales cuando visite a colegas mujeres. Le pidió disculpas a Kobeni por lo maleducado que puede ser su subordinado, nuestra protagonista no tuvo de otra más que dar por cierta la mentira de Power.

«¡Maldita perra, la apestosa eres tú! ¡Que asco que dijeras que soy tu amigo!» — Se mentalizada Denji.

El camino cambiaba de escenarios, la ciudad de Tokio hacía una transición de a poco, los grandes edificios eran reemplazados por negocios más humildes, pronto se alejaban de la gran mancha urbana y el verde era lo que lo reemplazaba.

Kobeni le gustaba conocer un poco más de su país, ella siempre estaba atrapada en su pequeña comunidad y por lo regular en su propia casa, un cambio de aires no le venía mal a la cuarta hija. Estaba perdiéndose en el paisaje cuando de pronto su celular interrumpió su momento pacifico.

—Kobe... ¿Mañana crees tener el día libre? Creo que tengo un espacio para tus clases de manejo.

—Kenji. Espera, estoy con mi jefa deja le pregunto.

Kobeni tapó su celular y se dirigió a Makima. La chica tímidamente le preguntó a la pelirroja si podía tener el día libre mañana.

—Con gusto, Kobeni. Es necesario que mis hombres estén relajados y disfruten de lo que aman.

—¿Yo... también... puedo tener el día libre mañana? — Preguntó Denji a Makima.

—Conoces las reglas.

—Woof...

—Eres un encanto. Cuando concluya la reunión, el instructor dirá si tienes el día libre.

—¡Pero yo...

—Sin peros. Lo prometiste.

—Woof...

La llamada entre los dos hermanos había finalizado, Kenji preguntó a su hermana si había algún perro, pero ella dijo que no. Tanto a la cuarta hija como a Power les incomodó el hecho que Makima hiciera ladrar a Denji.

El silencio llenó el interior del vehículo. El frondoso verde de los bosques fue abandonado y reemplazado por las planicies de un verde más apagado, los árboles fueron reemplazados por cruces, cientos de ellas cubrían la planicie. Era un extenso cementerio.

El vehículo avanzó hasta un lugar autorizado. Los cazadores bajaron y empezaron a observar sus alrededores, no veían el fin de las cruces.

El demonio de la muerte hizo una breve aparición. Los cariñitos que Kobeni y Denji se hacían la alejó de la casa. Odiaba ese ambiente, pero adoraba el aura lúgubre donde cientos de cuerpos descansaban.

—Recuerdo este lugar más pequeño. Me gusta el cambio. Deberíamos venir más seguido, idiota.

Kobeni ignoró el comentario de Haka. Nadie era consciente de su existencia más que ella. Makima era quien enseñaba el camino, entre tantas tumbas que pasaban de largo. Avistaron a un hombre de gran altura y de apariencia avejentada, quién estaba dejando unas flores y derramando licor a una de las cruces.

—¡Bien! Les quiero presentar a su instruc...

—Silencio. — El hombre avejentado mandó a callar a la jefa de la cuarta división y jefa provisional de las otras tres. — No son necesarias las presentaciones sin sentido.

La reacción de los nuevos alumnos era distinta entre ellos, Denji odiaba el hecho de que un anciano le faltara el respeto a Makima, Power estuvo feliz que alguien la pusiera en su lugar y Kobeni le aterraba, era el tipo de cazador que le daba miedo coincidir.

—Supongo que estos son los tres idiotas que buscas que ponga en forma.

—Así es ¿Me harías el favor?

—No saldrá gratis, dame el doble del sueldo por hacerme perder el tiempo... Por cierto ¿Quién de ellos tres es el humano?

—Bien. Les deseo éxito. — Makima señaló a Kobeni, lo que hizo que la chica se pusiera nerviosa. — Ella.

—Y-yo... ya no estoy segura de esto, señorita Makima.

—No te precipites, estoy segura de que él estará animado de conocer a la última alumna de Himeno.

Luego de esto Makima se retiró hacia el vehículo. Abandonó el cementerio y dejó a los tres bajo el cuidado de un veterano.

El anciano miró a Kobeni. La analizó de arriba a abajo y luego le pidió que se apartara, ella empezaría después que Power y Denji.

—Ustedes dos. Espero que estén listos para el examen.

«¿Examen?» — Se preguntaban internamente Power y Kobeni.

«¡Puta madre, ya les dije que yo no sé leer!» — exclamó mentalmente Denji

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El siguiente capitulo puede y juegue un poco con la cronología y cosas así, pero necesitaba apartar este escrito de lo demás que quería hacer de lo contrario el capítulo sería muy extenso, prefiero dejarlos en una media de 3 a 8 mil palabras por capitulo, en conjunto pudo superar los 12k y eso.

¡Nos vemos a la próxima!

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