Capítulo 21 - 2 Foráneos en Tokio
La última perspectiva del día del incidente. Protagonizado por mi dúo favorito que duró muy poco en el canon, pero la mera verdad yo les voy a dar más importancia en la historia porque sus diseños están bien geniales.
El siguiente capitulo será el retorno del protagonismo de Kobeni y de Denji. Una disculpa por la demora, pero me quería reír un rato. Tendō y Kurose apenas tienen personalidad en el manga, así que les puse unas que me dio más gracia.
otra cosa. Un agradecimiento especial a User41034705 Por haberle pedido al artista Gurumo (así lo encuentran en Twitter, muy bueno su trabajo, por cierto) este pequeño sketch de una escena que sucedió en el capítulo 14 o 15 de este fanfic.
Así si dan ganas de darles un final feliz jajaja... o quien sabe.
Hay otro que está más gracioso, pero lo dejaré al final del capítulo.
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Tres compañeros del trabajo se encontraban en la entrada del hospital donde Hayakawa Aki fue atendido luego de su pelea en contra del hombre Katana. Las heridas del cazador no fueron mortales pero su alta médica demorará unos días por precauciones. La organización cubrirá los gastos médicos.
Kurose no era afín a los hospitales o lugares que estuvieran relacionados con el equipo médico, desde siempre le dieron pánico las inyecciones y algunas cirugías; el cazador de Kioto pasó por una apendicectomía y lo traumó más que en uno que otro combate en contra de demonios.
-¿Y tenemos que empezar en un hospital, señorita Makima?
-En efecto, señor Kurose ¿Hay algo de malo?
-Nada, nuestro amigo aquí presente es un cobarde incluso cuando no lo atienden a él- Tendō interrumpió a su compañero cuando éste estaba a punto de hablar.
-¡Cállate! No le haga caso a esta vieja demente. No hay ningún problema que comencemos en un hospital para ayudar a...- Kurose había olvidado a quien tenían que ayudar.
-Su nombre es Hayakawa Aki. Es mi mejor hombre. Claro, solo denle asesoría en caso que decida continuar con nosotros. Me reportaron que entre las bajas de nuestra división la cazadora Himeno fue una de las víctimas, me temo que sea un tema sensible para el chico.
Pese a la seriedad de las palabras que pronunciaba la jefa de la cuarta división, Makima no dejó de tener una expresión más orillada al optimismo. Tenía la certeza que incluso tras la pérdida de la amada de Aki, él seguiría trabajando para ella.
«Pobre. Supongo que eso nos ayudará a nosotros, si renuncia nos haría trabajar menos e irnos a casa rápido. Quizá debemos darle unas palabras de aliento.» - Tendō pensó. Sintió pena por lo que escuchó. Pese a su actitud y apariencia, es una chica que tiende a empatizar más que su compañero.
«Creo que olvidé comprar leche y huevos, ni modo, mi novia me va a regañar cuando regrese a casa» - Kurose no ignoró lo que Makima dijo, pero tampoco le dio tanta importancia.
Los cazadores se adentraron al hospital, al igual que los demás en el interior de Tokio, el personal estaba un tanto agitado, no estaban acostumbrados a tantos civiles con heridas de bala o por excesiva violencia. Aun así se dirigieron a recepción en búsqueda de la habitación donde Aki quedó asignado.
-Sé que es un mal momento para un "Buenas tardes" pero le pido de forma atenta por parte de seguridad pública que nos informe sobre el paciente Hayakawa Aki- Makima se dirigió a la recepcionista.
-B-buenas tardes señorita... Sí, cómo verá ha sido un caos y creo que usted sabe mejor que yo... Sobre cuántas pérdidas tiene su organización, cuánto lo siento.
-También me encuentro consternada, perdí a muchos colegas el día de hoy, no era posible prever una situación así. (mentira)
-Lo entiendo. Es un día horrible para Tokio, enseguida le informo sobre el paciente que me pregunta- La recepcionista buscó en la base de datos de su computadora información sobre el cazador - Muy bien, se encuentra en el piso 5, es la unidad 505.
-Muchas gracias por su amabilidad. Continuemos.
Los pasillos eran un ambiente que ponía un poco sensible a Tendō aunque lo intentase ocultar, veía a algunos civiles preocupados por el estado de sus familiares, algunos no corrieron la misma suerte, lloraban por la pérdida de algún hermano, padre o hijo.
«Santo Dios... ¿Cómo fue posible que nuestra propia gente hiciera algo así? Ya teníamos suficiente con los demonios» - Mientras pensaba esto, la chica intentó secarse una lágrima que empezó a brotar
-Llorona- Susurró Kurose, en tono de burla hacia su compañera.
-¿Eh, ¿Qué dijiste desde ahí abajo? No logré oír- Tendō mentía, pero recibió el balón y lo devolvió con mayor fuerza.
-Culera...
-Pendejo.
-Puedo oírlos bastante bien, chicos. Sean más empáticos en una situación así.
Makima les llamó la atención a ambos cazadores un tanto apenados por ser corregidos en medio de tantos civiles. Las miradas no se hicieron esperar, incluso si no estaban heridos o se encontraban presentes en la ciudad, eran vistos con lástima, los cazadores de demonios fueron la víctima de este día.
Cuando apenas estaban entrando al elevador para dirigirse al piso 5. Un celular empezó a sonar desde el saco de Makima. La pelirroja contestó la llamada. Sus dos acompañantes seguían desconfiando de su compañera, su actitud tan relajada en un momento tan crítico y su forma de actuar los hacía pensar que ella tenía más información de la que decía. Kurose y Tendō quienes estaban fuera de la vista de Makima chocaron puños, serán conflictivos entre ellos, pero sabían trabajar en equipo.
-¿Hola, Señorita Makima? ¿Es el número correcto?
-Buenas tardes. Es correcto ¿Con quién tengo el gusto de hablar?
-¡Ah, hola! Soy el señor Tezuka, padre de Suguro. Me hicieron el favor de pasarme su número... Lamentablemente mi hijo falleció en el atentado, solo quería decirle que el tenía preparado un regalo para la jefa Makima.
-Ou. Cuánto lo siento señor Tezuka. Sí, su hijo fue un gran hombre... Es una verdadera lástima, pero ahorita mismo estoy ocupada, me encuentro en el hospital Aikku por unos asuntos pendientes.
-¡Oh! Descuide, yo estoy cerca del lugar ¿Puedo reunirme con usted cerca del estacionamiento? Le haré entrega del obsequio.
-Claro ¿En cuánto tiempo estaría llegando?
-No me tardo, 2 o 3 minutos...
-Claro, iré de inmediato, tampoco quiero quitarle tiempo, el tema de su hijo es... Más importante...
La llamada terminó, Kurose y Tendō no pudieron detectar algo más que solo un padre haciendo la última voluntad de su hijo. A sus ojos, quizá Makima solo sea rara, pero no una mala persona.
-Lo siento ¿Pueden adelantarse ustedes dos? Yo iré por un encargo y luego los veré en seguida.
-C-claro... Comprendemos la situación.
-Muchas gracias, recuerden que es la unidad 505.
Los cazadores separaron caminos, ahora la pareja de Kioto estaba en búsqueda de la habitación de Aki mientras que Makima debía recibir un encargo de un difunto compañero. El ascensor hizo su trabajo y los transportó al quinto piso.
-¿Crees que haya sido algún chico con el que ella tenía algún tipo de noviazgo o romance?
-¿Noviazgo con Makima? De solo pensarlo me da una especie de escalofrío. - Respondió Kurose.
-Seh. Incluso yo no puedo ser tan inexpresiva como lo es ella con cualquiera.
-¡Ja! Eres de las chicas más sentimentales que conozco... Agh ¿Tendrás un cigarrillo?
-Estúpido, estamos en un hospital no pienses en fumar todavía... Pero sí, lo que no tengo es encendedor.
-Sigh. Solo acabemos con esto, no quiero seguir dentro de un hospital por tanto tiempo.
Las puertas del ascensor se abrieron, llegaron al piso indicado y lo único que tenían que hacer era recorrer el pasillo y dar con la habitación correcta. Los cazadores caminaron a paso lento, este lugar no era tan triste como el primero.
En su camino vieron a dos chicos rubios, la chica rubia estaba intentando la forma de cómo recibir dulces o comida sin pagar de una máquina expendedora mientras que el chico rubio solo se veía pensativo mirando la puerta de la habitación que tenían que visitar. El rubio se apartó, tenía una mirada pensativa.
«Supongo que son amigos del chico Hayakawa... se ven muy jóvenes como para trabajar aquí» - Pensó Tendō
«¿Esa chica me dejará recibir algo de la máquina si la ayudo?... no, no creo, ya está pateando esa cosa, la van a regañar... entremos mejor.» - Kurose prefirió ser prudente.
El dúo de Kioto se adentró a la habitación del cazador Hayakawa. Era un tanto incómodo porque aún se escuchaba el llanto Aki, estaba desolado. Siempre se imaginaba morir antes que Himeno... Pero su realidad le jugó una mala broma, ella se adelantó y él sigue con vida gracias a ella.
- Em... ¡Hola! Somos de la primera división de Kioto, venimos a ases...- Kurose recibió un leve codazo de parte de Tendō, o eso creía ella, el golpe si le dolió al chico- ¡Auch!
Cuando el cazador dirigió su mirada hacia su compañera, observó la seriedad en los ojos de Tendō. La cazadora estaba consciente que el chico que les encargaron estaba pasando un momento difícil.
Aki los ignoró, seguía en su asunto personal. Su llanto era más ligero, buscaba tranquilizarse para poder hablar con los chicos que entraron con mayor calma. Secó sus lágrimas y los miró, su rostro estaba cansado, desanimado porque ahora ya no había nadie quién lo quiera realmente. Incluso en compañía de más gente, se sentía solo.
«Maldita sea, esté chico está guapo incluso mientras llora» - ambos pensaron lo mismo. Aunque bajo distinta perspectiva.
Tendō observó al chico que debían asesorar, buscó un asiento y se sentó. Le intentó sonreír pero sabía que no era el momento indicado, solo decidió hacer que se tomara su tiempo.
-Estaremos aquí, tómate tu tiempo para relajarte. Cuando te sientas listo continuaremos.
-Lo que ella dijo- Dijo Kurose mientras descansaba su espalda en la pared de la habitación.
Cuando Aki finalmente se tranquilizó, habló con seriedad.
-¿Qué es lo que quieren?
-Tranquilo, no somos la policía para interrogarte. Verás, estamos obligados a dar asesoría a los cazadores que aún quieran seguir en nuestras filas- Respondió Kurose con un tono más serio.
-Si... No es necesario que debas seguir en activo. Probablemente hubo pérdidas que dolieron mucho el día de hoy. Puedes renunciar si este es el caso... La señorita Makima, nos dijo que no habría problema si llega a suceder- Tendō intentó convencer su renuncia.
-Ajá. No, seguiré siendo un cazador- dijo Aki mientras se intentaba acomodar con mucha dificultad. Sentado, aunque adolorido, pudo ver más cómodamente a sus dos invitados sorpresa. Se percató de las cicatrices compartidas de ambos.
-Supongo que así será. No era mala idea pensar en el retiro, saldrías con chicas lindas de a montón, una indemnización envidiable e incluso pensar en estudiar, 4 años no son mucho y varias carreras acaban en ese tiempo- Kurose continuó con la plática.
-No me quedan 4 años. Seguiré siendo un cazador.
-Vaya... eres duro de convencer. En fin, no queríamos quedarnos más tiempo aquí, pero supongo que no tendremos de otra-Kurose vio el encendedor en la cama de Aki -¿Me prestas tu encendedor? Si nos tomaremos nuestro tiempo que sea estando tranquilos.
Aki se lo entregó, Kurose le pidió los cigarrillos a Tendō y ella de mala gana se los dio. El chico de la cicatriz empezó a fumar en la habitación. Decidió abrir un poco la ventana de arriba. Era un tipo con buena visión, vio hacia abajo en el exterior del hospital, tenía una amplia perspectiva del estacionamiento, incluso pudo visualizar a una mujer de cabello rojizo, obviamente sería su compañera Makima... Su acompañante no parecía un hombre mayor como sonaba en la llamada.
Tendō observó la inquietud en Kurose, pero prefirió seguir con el tema. Ella comenzó con el asesoramiento.
-¿Tu contrato te quitó años de vida?
Aki solo asintió.
-Ya veo. Sí, es una pena que estos hijos de perra hagan eso... ¿Puedes contarme más sobre eso?
-¿Qué deseas saber?
-¿Cuáles tienes y que tanto son útiles actualmente?
-Dos... pero hablando de utilidad, ya ninguno.
-¿Puedo saber con quienes eran?
-El zorro y el de la maldición. El día de hoy ambos me notificaron que ninguno continuaría prestando sus servicios.
-Es una pena... ¿Podrías... confirmarme su finalización del contrato?
Aki señaló hacia el suelo, Tendō visualizó la espada en forma de clavo donde se resguardaba el poder de la maldición. Tremenda falta de respeto tenerla tirada le confirmó que esa espada ahora meramente un pedazo de metal.
-Entiendo. Pero ¿Y el zorro?
Aki formó con su mano la cabeza del canino como lo hacía típicamente. Buscó algún blanco que no valiera la pena llorar por él. Así que apuntó hacia Kurose. Tendō no dijo ni una sola palabra, solo se quedó sudando, pensando que pasaría una desgracia.
Kurose cuando se percató de eso, sabía que esa era la forma de invocación del demonio del zorro... con voz algo fuerte dijo "¡Espera!"
-Kon.
Nada había sucedido.
Tendō suspiró de alivio mientras que Kurose estaba temblando, luego continuó fumando mientras veía como Makima permanecía hablando con el sujeto sospechoso.
-Está bien, con esto confirma que ninguno de los contratos está activo-Tendō intentó permanecer sería, pero posterior a esas palabras soltó una pequeña carcajada- jajaja ¡Espera!
Aki continuó inexpresivo. Kurose estaba irritado.
-Sin un contrato con un demonio, los cazadores somos una presa fácil para estos idiotas ¿Estás seguro de que no prefieres el retiro? En tu condición actual, eres un peso muerto para la organización. No me mal entiendas con lo de tu pequeña broma, pero será un cargo de consciencia que no estoy dispuesto a tener si dejamos que estés por ahí y ser asesinado por negligencia nuestra- Kurose habló.
-Mi compañero tiene razón. No es ideal que sigas en este negocio si no posees el contrato de algún demonio... de preferencia, yo me negaría a tener otro si no puedo ofrecer lo necesario.
-No hay problema con eso. Estos hombres, los que asesinaron a... - Aki no pudo finalizar esa oración- Estos criminales tenían armas de fuego e hicieron mención al demonio pistola. Si no lo detengo... más desgracias así seguirán ocurriendo.
Kurose apartó su mirada de la ventana y observó al chico. Un idiota decidido a enfrentar al pistola, la historia más común y trillada dentro de la organización. El también había entrado a la organización por venganza y se quedó por el dinero, pero en fin, la asesoría debe acabar y continuar con los siguientes cazadores.
-¿Matar al demonio pistola? Buena suerte con eso. Pero, necesitarás un cierto apoyo, mi compañera y yo buscaremos a un demonio que sea indicado para este tipo de estupideces.- Kurose estaba cansado y quería finalizar esto.
-Lo que él dijo. Es nuestro deber por el momento. - Tendō replicó.
-Gracias.
-Cuando te den de alta, no dudes en hablarnos lo más pronto posible. Iremos a ayudarte con el contrato- Tendō entregó una tarjeta de presentación que tenía guardada en su traje, contenía el número de ella y el de su compañero con el apodo de "mono ayudante"- Te dejo nuestro número.
-Creo que sería todo por hoy. Si no es mucha molestia, pasamos a retirarnos, tenemos encargos en otros lugares- Kurose apagó su cigarro y se guardó la colilla luego de verificar que estuviera fría.
-Está bien. Váyanse con cuidado.
-Gracias. Eh... también puedes hablarnos si necesitas ayuda o desahogarte si quieres, comprendemos que esto debió ser muy fuerte.
-Lo tomaré en cuenta- Aki respondió a esta oferta con una sonrisa que borró igual de rápido como la puso.
Kurose estaba confundido con esa oferta. Pero prefería que si este chico llamara a alguien, que mejor sea a su compañera... la mente de Kurose por fin lo procesó. Iba a molestar a Tendō saliendo de la habitación.
Tendō se puso de pie y colocó la silla en su lugar. Se despidió de Aki y acompañada de Kurose, procedieron a salir del cuarto. El cazador hospitalizado, pudo seguir con su luto. Aunque casi de inmediato, vio como la pequeña Kobeni entró a su habitación. Observó cómo su compañera estaba igual de destrozada que él...
Después de una serie de sucesos, la cuarta hija le pidió que le diera la mano a su compañero sin ninguna palabra de por medio. Ambos se la dieron y miraron hacía abajo, eran los únicos cazadores que podrían acompañarse en su duelo por haber perdido a una amada amiga.
En el camino hacia el ascensor. Tendō estaba temblando, se habían topado con el mismo rubio, pero ahora abrazando a una pequeña chica pelinegra. Cuando se alejaron de ellos, se sintió observada y unos escalofríos que comenzaron desde su espalda se hicieron presentes.
-Oye estúpido... ¿No sentiste que una mirada lasciva te estaba observando?
-Todo el tiempo. Chicos atractivos como yo estamos acostumbrados a ese tipo de miradas. Las feas no tienen esa maldición, por eso te sorprendió.
-Solo tú abuela y quizá tú madre te dicen guapo y lo más seguro es que es por lástima.
-Y mi novia. No olvides a mi novia en esto.
-Lo que digas.
-Lo digo en serio. Este chico Aki también lo podría confirmar, los ojitos que le pusiste y "ay no dudes en llamarnos si quieres desahogarte" ¿Que fue eso? Jaja
Tendō se avergonzó, había poca gente, pero escuchaban la burla que su compañero le hacía.
-Estaba siendo amable. Se llama tener empatía, es algo que tú no tienes.
-Si claro... ¿Y cuándo se murió mi abuelo, por qué no me llamaste?
-Le di mis pésames a tu madre y a tu abuela, ¿Tú? Aprovecharías para que te compre comida supuestamente en tu duelo.
-Touché. En fin, tengo hambre, pero quiero tener más hambre, bajemos por las escaleras.
-Idiota, estamos cerca del elevador.
Kurose agarró la muñeca de Tendō y la jaló para que se fueran directo a las escaleras y no por dónde subieron. Cuando llegaron ahí, el ambiente y la conversación cambió drásticamente.
-No había ningún señor Tezuka.
-¿De qué hablas? - Preguntó Tendō
-En la ventana. Vi a Makima y a lo que parecía un exterminador de plagas sin... lo que sea que pongan en la cabeza.
-Quizá a eso se dedica.
-Si imbécil, pero no lo llevas puesto cuando estás viendo lo de tu hijo muerto, después de un atentado terrorista y menos cuando pareces un adulto joven.
-¿Qué?
-Que eres imbécil, Tendō
-Eso no, lo del adulto joven.
-Ah si, la persona que estaba hablando con Makima no era un viejo, parecía más un tipo como de nuestra edad.
-Y estamos aquí, para no toparnos a Makima- Tendō intentó concluir
-Exacto. Esta señorita sabe más de lo que nos quiere hacer creer... ¿Sabes algo de Tsukasa?
-Mmm... Nope, cuando regresemos deberíamos preguntar por él.
-Ese es el problema, nosotros éramos sus compañeros y nos hubieran llamado para darle la noticia a su familia o algo. A cambio nos alejaron de la escena y ahora estamos dando asesorías estúpidas a idiotas deprimidos.
-Yo... creo que pueden ser útiles.
-Si el chico siquiera acepta hablarte. Cosa que dudo. En fin, bajamos deprisa, con suerte aún nos encontraremos al supuesto señor Tezuka o alguien que lo haya visto.
-Deja de suponer cosas, idiota, Pero, en fin, tampoco es como que quiera reunirme nuevamente con Makima, me da mala espina.
Fuera del hospital.
Makima se reunió con un chico relativamente joven su apariencia aparenta ser la de un hombre de 19 a 25 años. Cabello negro y mirada relajada. Cómo Kurose había mencionado, tenía un traje de protección de daños biológicos y no de fumigación; de igual forma su rostro era reconocible y se encontró hablando tranquilamente con la jefa de la cuarta división.
-Señor Suguro, me impresiona mucho su habilidad de imitar voces.
-Justo cómo me lo pidió usted, señorita Makima. En fin, hemos conseguido todos los "paquetes" que le podrían interesar. Algunos están un tanto rotos, pero no somos esos "mocosos" para andar escogiendo cuál se ve mejor.
-Si ¿alguna noticia de cuántos "niños" quedaron en la "guardería"?
-No muchos, varios de esos intrusos acabaron con la vida de los más "prematuros", los cuidadores también fueron asesinados en su totalidad, solo algunos de sus más fieles hombres quedamos en pie.
-Me alegra mucho señor Suguro- Posterior a esto, Makima sacudió el cabello del hombre. El hombre se estremeció y quedó sonrojado.
-S-si... qué no haría por usted... En fin, llevaremos todos los "paquetes" a los lugares que nos indicó. Solo una pregunta ¿Sabe qué sucederá con los que se debería reportar su fallecimiento?
-Los dejaremos como desaparecidos en combate o secuestrados. Realmente no tendremos que hacer mucho esfuerzo en ello.
-Ya veo... En fin, aquí tenga el regalo- Suguro le hace llegar el obsequio y razón por la llamada según Tendō y Kurose, eran unos chocolates con la nota de "la mejor jefa del mundo"
-Es un lindo detalle, Señor Suguro.
-Por cierto ¿Le gustaría salir en.... alguna ocasión?
Dicho esto, Makima únicamente dirigió una cálida sonrisa a su acompañante. Hizo una reverencia, para despedirse y se marchó del lugar.
-Lo dejaremos para la próxima. Quizá cuando ladre más fuerte.
-E-está bien... Sólo dígame, en cualquier momento pasaré por usted.
Después de esto, el señor Suguro buscó un lugar cómodo para fumar. Estaba enamorado de la señorita Makima y quería buscar otra forma para poder llegar a su corazón. No se esperaba el éxito.
Kurose había acertado en usar las escaleras, ninguno de los dos cazadores coincidió con Makima. Esperaron salir rápido del hospital, el chico ya no estaba para nada cómodo dentro del lugar. Cuando salieron y buscaron en los alrededores del estacionamiento, no había nadie. Era extraño, se habían apresurado y aun así, parecía como si hubiera rastros en donde el chico vio la escena de conversación.
-Supongo que acá acaban las sospechas sobre Makima ¿Cierto? - Dijo Tendō
-Agh. No te podía decirlo en la habitación de ese chico, ella misma había dicho que era su mejor hombre. Podría avisarle a su jefa.
-Tienes un punto. Pero solo era necesario avisarme y ya, no ser un estúpido chismoso que solo miraba a la ventana.
-Puede ser, aún no sabemos qué tan de confianza es este chico Aki. Me parece extraño que incluso Makima parecía confiada que él seguiría entre sus filas. Intentamos convencerle en el retiro y no funcionó.
-Odia al demonio pistola, supongo que eso lo justifica. Digo, lo vimos recientemente, hay demasiada gente víctima de un atentado terrorista... Dios, muchas familias se rompieron hoy.
-Sigh. Tiene un punto. Supongo que dejaremos pasar por esta ocasión la poca confianza que nos inspira Makima.
-Seh... deberíamos ir al siguiente punto. Tendremos que ir al cuartel, había algunos miembros aún ahí, con suerte la mayoría renunciará o no necesitará nuestra ayuda.
-Pero antes ¿Un cigarro? - Kurose sacó el encendedor que era propiedad de Aki.
-¡Idiota, lo robaste!
-Nu-huh. Lo pedí prestado, cuando nos vuelva a llamar; además que probablemente te emocione volver a verlo. Le devolveré su encendedor... o mejor aún, tú se lo devuelves.
-Estás dañado de tu cabeza ¿Quieres hacerme ver cómo la ladrona?
-O la Robin Hood. No me interesa hacer amigos con más gente de Tokio, tengo suficiente con Tomono. Pero si quieres un "amigo" de la capital, ahí está tu oportunidad.
-A veces me pregunto qué fue lo que le gustó a tu novia de ti.
-Soy un completo encanto.
-Seguro que es eso, la altura no lo compensa, estás feo y supongo que lo de abajo tampoco ayuda.
-¡¿Y tú qué sabes?!
-Nos conocemos desde hace mucho, idiota. Además, que eres tan desprevenido que siempre tiras la toalla que te cubre cuando estamos de vacaciones.
-Pendeja, deberías verte en un espej...
Kurose no completó lo que dijo, vio como un vehículo estaba entrando en el hospital. En él estaban dos personas, un señor de apariencia avejentada y una mujer joven, la tonalidad de su cabello era azulada similar a la de cierta difunta cazadora, era una completa belleza para los ojos de Kurose.
-Wow. Es... bellísima.
-Le diré a Misa sobre esto.
-¡¿Qué?! Solo dije un cumplido, no es como que vayamos a verla nuevamente...
-Ajá, continúa- Tendō estaba sacando su celular para llamar a la novia de su compañero, aunque no había señal.
-Tch. Bien, yo invito la comida.
-Y cena. Que sea caro el lugar.
-Bien. por lo visto no dará tiempo a irnos a Kioto temprano y no quiero hacer tantos viajes entre ciudades, le avisaré que no podré estar en casa.
-Bien hecho, eres un cachorrito bien entrenado. Misa hizo un excelente trabajo.
-Ya cállate. Vámonos de aquí, odio los hospitales.
Tendō y Kurose continuaron con sus actividades hasta el anochecer. No había mucha oferta gastronómica por obvias razones, pero un McDonald's aún seguía abierto de forma irónica.
La jefa de la cuarta división estaba ascendiendo por el elevador del hospital. No tenía planeado visitar a Aki, le daba igual de cierto modo el estado mental de su hombre más efectivo. Tenía información de contactos desconocidos sobre la ubicación de Denji, su persona favorita.
Makima observó los destrozos que causó un ataque terrorista de esta magnitud, fue víctima y también victimaria. La jefa caminó con calma y una mirada concentrada hacia la ubicación de su mascota.
Cuando llegó al pasillo donde también estaba la habitación de Aki, visualizó a Denji. El chico estaba moviendo con algo de fuerza la máquina expendedora.
-¡Vamos! Tengo antojo de unas papitas... maldita cosa cuadrada.
Makima reía un poco, la situación era un poco chistosa y ver cómo su pertenencia se desenvuelve en un mundo totalmente desconocido para él era fascinante. Le estaba brindando lo que pudiera, casa, compañía y un pago fijo. Aun así, Denji no perdía sus hábitos callejeros buscando gastar lo menos posible incluso si eran actos delictivos.
Denji era más rudo con la máquina, la sacudía con más fuerza y casi una bolsa de papas estaba por salir. Para su desgracia, una enfermera llegó a su lugar, seguido de otra y luego otra. Cuatro enfermeras empezaron a regañar al pobre cazador.
-¡Eres un maleducado! Los jóvenes como tú no tienen éxito en la vida, consigue un trabajo y compra dignamente tu comida.
-¡Ya lo hago!
-Pues no se nota ¿Qué es está tontería de dañar la máquina? Si la rompes, la vas a tener que pagar.
Denji solo imaginó nuevamente tener otra deuda en su vida. Ya tenía suficiente con la deuda que su papá le dejó en su infancia y los trabajos forzados para seguridad pública.
-P-perdón... Y-yo no sabía... Creo que tengo dinero ¿Les interesa unas papas?
-¿¡Intentando sobornarnos!? Eres un criminal, ahorita llamaremos a seguridad, para que te saquen del lugar.
Makima vio un poco del problema que Denji se metió y prefirió entrometerse. Decidida a sacarlo del aprieto, se aproximó hacia el rubio y las enfermeras. Las mujeres quedaron atentas ante la imponente presencia de la jefa de división.
-Les debo una enorme disculpa de mi parte. También mi subordinado quiere pedirles disculpas por hacer este pequeño malentendido.
Makima hizo un gesto a Denji para que lo imitara, ambos se inclinaron para pedir disculpas a las enfermas que estaban presentes.
-Hasta que llega un adulto. Vigile más a ese joven criminal, gente como el es la razón por la que suceden crisis como las de hoy.
«¿Me está comparando con los yakuza y el pedófilo ese?» - Denji quedó en shock, pero prefirió pensarlo que decirlo.
-Lamento la conducta ¿Gusta que les compre algo de la máquina? Véanlo más como parte de nuestras disculpas- Ofreció Makima.
-No hace falta. Nos retiramos, solo no hagas que este mocoso siga haciendo desastre.
-Lo tomaré en cuenta- Luego de decir esto, Makima agarró un hombro de Denji, fue un tacto suave y terminó estremeciendo al chico...
Las enfermeras se fueron y Makima estaba a solas con el chico motosierra.
-Una muy buena primera impresión ¿No crees, Denji?
-M-muy buena broma, Makima jaja. Sí, creo que no me olvidarán en un rato.
-No las culpes, un día como hoy es bastante agitado para ellas. Supongo que te usaron como saco de boxeo para desestresarse.
-E-eso... es una completa mierda.
-Un poco. Pero ya que estamos solos ¿Te interesa algo de la máquina?
-¡Claro! ¿Puedo pedir unas papitas?
-Ya sabes las reglas ¿Cómo se pide?
-¡WOOF! - Denji ladró.
-Buen chico. En seguida te daré tu premio.
Mientras Makima estaba comprando la petición de su mascota. Veía como Kobeni llegó a observar de reojo a ella y a Denji. Luego la pequeña Higashiyama caminó por otro rumbo y se retiró del lugar.
La pelirroja le entregó el premio a Denji. El gustoso abrió la bolsa y empezó a comer, aunque también le ofreció a Makima. Amablemente rechazó la oferta, ella compraría solo una goma de mascar.
-Dime Denji... Esa chica que salió de la habitación ¿Es la misma que estuvo en la reunión de bienvenida?
-Ah... ¿Kobeni?
-Sip
-Si, es ruda a pesar de su tamaño. Sobrevivió a estos hijos de perra de los criminales y creo que le pateó el trasero a más de uno. No sé, cuando me di cuenta ya estaba con nosotros.
-Oh. ¿Habían más contigo?
-Seh, la idiota de Power, el molesto de Aki y pues Himeno.
-Cierto, lamento lo de Himeno.
-Meh. No es que me pese tanto como a Aki o a Kobeni. Lamento sonar como una mala persona por no llorar por ella... pero tampoco es que tenga ganas de hacerlo.
-No eres mala persona si no lloras por alguien. A veces necesitas que esa persona impacte en ti y luego, si la dejas de ver, puedes llorar. Es parte de estar vivo.
-Usted es una persona muy sabía señorita Makima.
-Qué halagador de tu parte.
-Y muy guapa.
-Solo por eso, te ganaste otra bolsa de papas.
-Woof.
-Eres un buen chico... ¿Y dime, eres cercano a ella?
-¿Seguimos hablando de Kobeni?
Makima asintió con la cabeza mientras masticaba su goma de mascar.
-Un... poco, no sabría qué decir. La odiaba por intentarme matar en ese hotel de mierda, pero ahora me agrada.
-Wow. Si que estuve fuera mucho tiempo ¿La consideras una amiga?
-Si... puede decirse que sí, ella es agradable cuando la conoces bien. Es nerviosa y a veces tartamudea, pero cuando comes con ella, sabe mejor la comida.
-No tendré más remedio que invitarle a un almuerzo algún día.
-¡También a mí!
-Está bien, también a ti.
Makima entregó la bolsa de papas y luego continuó hablando.
-No he tenido la oportunidad de hablar con ella. En teoría, ha estado trabajando sin que se reporte conmigo - dijo la jefa
-Himeno era quien la cuidaba.
-Entiendo. Supongo que es comprensible porque no he hablado con ella.
Himeno de forma un tanto arriesgada, hizo lo suficiente para que Makima no se acercara a su mejor amiga. Ahora, ella ya no lo puede impedir.
-Me tengo que retirar Denji. Hay otros asuntos que debo revisar, es un caos.
-Te creo. Hay pendejos con espadas en los brazos.
-Es lo que oí. Te mantendré informado sí consigo información de los responsables. Supongo que amarías patear traseros.
-Nah, no le tengo rencor a ese idiota, solo no me gusta que se me acerquen hombres.
-¿Y por una recompensa si le ganas?
-¡Claro! Cortaré sus estúpidas katanas ¿Puedo saber cuál sería recompensa?
-Mmmm... lo pensaré bien en el camino. Por lo mientras, entre mis contactos debe haber alguien que te ayude a hacerte más fuerte. - Makima se despidió de Denji.
Denji aunque estaba comiendo su segunda bolsa de papas, estaba un tanto pensativo. Fue derrotado de forma fácil por un tipo con apariencia de enfermo mental. Pero al menos Makima no cree que sea alguna clase de mala persona y además, podría recibir una recompensa si le gana al idiota de las katanas.
-Ni modo, no tengo de otra más que patearle el culo al idiota ese y conseguir la recompensa de la señorita Makima ¿Será un beso de verdad? -Unas risas de pendejo salieron de él- Ojalá sea de lengüita.
Denji observó a la mujer que momentos antes había recibido un cumplido de parte de Kurose y confundida por Kobeni. Su rostro era lindo, pero eso no era lo que le importaba al motosierra, su ojo derecho. Estaba intacto.
-Oye.
-¿Disculpe? - la mujer, quién sostenía un bolso con sus dos manos, detuvo su paso y observó al chico.
-Tu ojo...
-Creo que me estás confundiendo con alguien más.
-Seh. Te pareces a una loca con parche que solía invitarme a comer.
-Era... mi hermana...- La mujer reveló su parentesco con Himeno.
Denji no respondió ante eso. Prefirió voltear su vista y fingir que otra cosa llamó su atención, le faltaba poco para acabar su bolsa de papas.
La hermana de Himeno se adentró en la habitación de Aki. Denji quedó sorprendido.
-La chica de buen trasero, Kobeni y ahora la hermana de Himeno... bastardo imán de chicas. Que fastidio.
Denji no tuvo de otra más que sacudirse su propio cabello y bostezar. Quería ir a casa, pero no sin su manga. No quería escuchar lloriqueos así que esperaría que la visita finalice y luego se retiraría del lugar.
En la habitación de Aki. El chico no tenía descanso, nuevamente había otro invitado sin pedir permiso. Un tanto harto de la situación, decidió regañar a la persona que había entrado, creía que eran Denji.
-¡Oye bastardo! ¿Podrías dejarme en paz...
La hermana de Himeno se espantó por la reacción violenta de Aki. El cazador se calmó y pidió disculpas. Se sentía arrepentido por tan agresiva reacción.
-L-lo siento por no pedir permiso para entrar... apenas me... confundieron con Himeno- La chica estaba lagrimeando, le dolía saber que nunca más volvería a ver a su extrovertida hermana.
-Lo siento Nozomi... fue un error de mi parte... Yo, quería que ella siguiera con nosotros.
-No te culpes por ello. Fue algo que nadie sabía que podía ocurrir.
-Himeno siempre me había dicho que el demonio pistola probablemente nunca vuelva a atacar. Ahora estoy aquí, respirando cuando no lo merezco.
-N-no seas tan duro. A ella no le hubiera gustado verte sufrir así.
-Si, creo que tienes razón... pero, duele... d-duele mucho...
Ambos chicos estaban a punto de llorar, seguían lastimados, no soportaban saber que Himeno ya no estaría presente. Ella era la divertida, la que siempre abría la conversación, la de los planes que a veces fracasaban exitosamente. Era un desastre, pero era fácil de hacerse querer.
-¿Cómo me encontraste? Casi no nos hablábamos mucho.
-Vi las noticias. Hablaban sobre unos supervivientes en el restaurante que me dijo mi hermana... pude visualizar un poco tu figura, pero no veía a mi hermana, me temía lo peor. Recibí una llamada de parte de la organización, m-me dijeron que m-mi hermana h-había muerto...
-L-lo siento mucho, lo intenté, créeme que lo intenté, quería que ella saliera viva de ahí, ella merecía seguir viviendo, estaba luchando consigo misma, dejó de beber, quería ser una mujer nueva.
-Lo sé, lo sé muy bien. Ella me enviaba cartas sobre eso. Una chica le estuvo ayudando, por lo que vi. Quisiera agradecerle.
-Ella ya se fue, probablemente esté en su casa.
-¿Sabes si le puedo hablar?
-No creo que sea un buen momento para llamarla, no hay línea telefónica en la ciudad por el momento. Tengo su número aquí.
Aki sacó de su caja de cigarros, el número de Kobeni. Tenía la letra de Himeno, lo que terminó hiriendo más al cazador.
-Ya lo registré, quédatelo.
-Muchas gracias.
Nozomi se tranquilizó, estaba aún dolida, seguía sin concebir la idea de que ahora tenía una hermana muerta. Su compañera de la infancia y adolescencia, la que hacía las bromas y las travesuras. Ella era la determinada a todo, Nozomi en cambio solo la seguía. Nunca la acompañó a ser cazadora como Himeno, le daba terror ser asesinada por un demonio. Su hermana estuvo de acuerdo, tampoco quería que un ser amado terminara con ese destino, solo era un plan de unos meses, meses que se volvieron años y que inevitablemente la llevaron a este punto.
-Vine a dejarte esto. Himeno nos hablaba sobre ti y algunas otras cosas. Supongo que te tenía en alta estima.
Del bolso que llevaba la hermana menor de Himeno salieron unas cartas guardadas cuidadosamente, estaban apiladas y las dejó en la mesa que también contenía el manga de Denji.
El chico interesado por las cartas de Himeno, decidió echar un vistazo a una. En ella podía ver cómo ella preguntaba por la salud de su padre, su preocupación por la integridad de Aki y siempre se preguntaba cómo buscaría la forma de que ya no trabaje para los cazadores. Leyó la siguiente, hablaba de algunas bromas que Himeno le hacía al cazador. La tercera carta era de ella hablando sobre Kobeni, era un nuevo faro de esperanza en tanta oscuridad que ella estaba sumida.
La última carta que decidió abrir era de ella, celebrando que llevaba casi dos semanas sin beber alcohol y que estaba dispuesta a cambiar por completo, se disculpará con Aki y no volvería a estropear su camino. Se había rendido y tenía nuevos planes, quería ayudar a Kobeni con sus estudios y deudas.
-Maldita sea...
-Esa fue su última carta. Creo que... para ella no tenía razón seguir buscando la forma de sacarte, pero a la chica Kobeni, no le pudo decir que le iba a ayudar.
Aki estaba recibiendo apuñaladas de múltiples lugares. Su amada era una persona con muchísimos errores, su vida basada en el alcohol y el tabaco la hacia un desastre. Incluso se había enterado de las ocasiones que Himeno se había acostado con otros hombres. Razón por la que la relación de los dos quedó truncada en solo una profesional con algunas muestras de afecto.
Pero por fin estaba demostrando su cara más honesta, la atormentada por todo ello, se había disculpado con Aki de corazón, seguía reviviendo cada perdida de sus compañeros anteriores a el. Hizo el máximo sacrificio, logrando que Denji, Power y Aki siguieran con vida. No tenía razón de recriminarle algo a ella. Solo sentía que el no se merecía el perdón.
Aki miró a la hermana de Himeno a los ojos, con seriedad pronunció unas palabras que desilusionaron a la menor.
-Acabaré con los bastardos, incluso al demonio pistola. No se tendrá que quedar así.
La hermana no esperaba esa respuesta. Sabiendo que Himeno sacrificó su vida para que su amado reflexionara sobre lo ocurrido, lo que menos esperaba era una respuesta tan trivial como esa.
-Cuídate Aki. Si quieres, puedes volver a leer las cartas. Creo que no has entendido todavía el punto de esto.
Aki no sabía qué responder.
La hermana de Himeno además de visualizar al amado de su fallecida hermana, vio en la mesa el dibujo que Kobeni le había regalado a su ahora nuevo superior.
-Perdón... ¿Puedo verlo? - preguntó Nozomi.
-C-claro.
La chica vio primero el dibujo, era su hermana sonriendo con una mirada serena. Notaba que era en la sala de su departamento y había una nota en la esquina inferior izquierda "Espero de todo corazón, que estás 2 semanas se vuelvan, meses, años y décadas. Gracias por ser una gran amiga. Atentamente, Kobeni" seguido de unos corazones y caritas felices.
Nozomi retornó al llanto, ver a su hermana mostrando una faceta tan dulce era algo que la estaba lastimando. No volvería a ver ese rostro nunca más, pero al menos alguien tuvo la oportunidad de recrearlo en una hoja de papel
-Puedes quedártelo, Nozomi. Tu familia merece ese regalo más que yo.
-¿No lo dices en serio?
-Hablo en serio. Cuando tenga la oportunidad volveré a visitar a tus padres y veré ese dibujo, por lo mientras cuídenlo por mí. Kobeni fue la luz que necesitaba Himeno en su vida, no yo.
Luego de eso, Aki solo miró hacia abajo. Aún seguía reflexionando sobre lo ocurrido y como decepcionó con sus palabras a la hermana menor de Himeno.
Nozomi en cambio solo sacudió el cabello de Aki, le deseó mucho éxito en lo siguiente que hiciera y dijo que podía quedarse con todas las cartas.
Ambos se terminaron despidiendo. Lo que dejó pensativo al hombre, la que menos merecía este sufrimiento era la novata que estaba bajo el cuidado de su amada. Estaba sufriendo, probablemente era la primera vez que ella pasaba por un tormento así. Cuando Aki perdió a su primer compañero, lloró demasiado. En ese entonces Himeno fue quien le dio consuelo.
La diferencia es que a Kobeni no le quedaba nadie. Kei estaba muerta. Arai probablemente también lo esté. Él mismo no estaba en las condiciones para visitarla, todo era una vil mierda, alguien como ella no se merecía lidiar con una carga de ese tamaño. No sabía qué hacer, tenía su número, pero probablemente ninguna llamada que él haga termine entrando.
En su inundación de posibilidades. Hayakawa volvió a ver qué la puerta de su habitación se abría. Era Denji, indiferente a la situación que vivía el cazador. Solo buscó su manga y preguntó por la manzana que había dejado ahí. Estaba un poco molesto por no verla.
-Se la invité a Kobeni.
-Ah. Está bien, lo dejaré pasar. Me voy a casa, cuando te dejen ir intenta a hacer comida picante.
«Idiota. No sé por qué a Kobeni le terminó gustando este imbécil.» - Aki tuvo una idea. En medio de tanto caos, aún quedaba alguien que podía calmar la desolación de la cuarta hija.
-Oye imbécil.
-¿Y a ti qué rayos te picó?
-¿Sabes dónde vive Higashiyama?
El resto es historia.
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Extra
Los cazadores de Kioto no tuvieron más remedio que buscar un hotel para pasar la noche en Tokio. Era un tanto incómodo, muchos seguían diciendo cuando lamentaban lo ocurrido. Algunos buenos ciudadanos querían ofrecer comida y hospedaje a Tendō y Kurose. El chico había aceptado de buena gana, pero Tendō tenía que hacer lo correcto y no aprovechar la buena voluntad de las personas.
-Tarado ¿Quién te crees para hacer algo tan miserable como eso?
-Nos están ofreciendo comida y cama gratis ¿No crees que deberíamos aceptar? En nombre de la buena gente que cayó.
-Eres un idiota sin remedio Kurose. Vamos a ese jodido hotel. Pagarás mi cuarto si no quieres que le diga a tu novia que intentaste ligar a una chica que conociste en el hospital.
-¡La bastarda eres tú por hacerme chantaje!
-Jodete. Ella sabrá quién es la persona que miente.
-Agh. Bien, pero te quedarás con el cuarto pequeño, yo quiero el que tiene doble cama.
-Eres tú el que invita. A mí me da igual mientras no vea tu fea cara.
-No soy espejo, imbécil, para que digas esas cosas.
Ambos chicos entraron al hotel y en recepción vieron la misma cara de lástima de parte del recepcionista. Fue un tanto incómodo, ambos no fueron víctimas y llegaron cuando todo había acabado. Tendō se intentó disculpar por el malentendido, pero Kurose viendo que el recepcionista les iba a hacer un descuento, aceptó la buena voluntad del hombre.
Kurose con su cara de perrito triste más convincente, pagó una habitación de lujo. Era lo suficientemente grande para no ver de cerca a su amiga y también tenía un balcón de buen tamaño.
-Qué la pareja tenga una linda noche- dijo el recepcionista del hotel en un lindo modo
-¿Pareja?
-Eh... ¿Hermanos? Lo siento mucho.
-No gracias, tengo la fortuna de no tener ningún porcentaje de cercanía con un imbécil como él- Tendō respondió.
-Hey, te gustaría tener algo de la realeza que hay en mi familia.
-Pero de los estúpidos. Quitando de lado a tu madre y a tu abuela, son un amor ellas, tú en cambio eres el desecho biológico.
-Al menos a mí las chicas si me corresponden, no como a señorita "empatía".
El recepcionista estaba viendo el ridículo que el dúo de Kioto estaba soltando.
-Disculpen... ¿Podrían retirarse a su cuarto?
Tendō pidió un poco de tiempo y empezó a atacar nuevamente a su amigo.
-Al menos yo conozco lo que es ponerse en los zapatos de los demás. Tú le robaste un encendedor a un chico hospitalizado.
-¡Se lo pedí prestado!
-Para la ocasión, pendejo, no para todo el día.
-Da igual. Al menos a mí sí me hacen caso ¿O no "por si quieres desahogarte"?
-Te apuesto que soy mejor hombre para Misa, de lo que tú eres.
-¡Retráctate!
-¡Oblígame!
Los dos cazadores de Kioto se empezaron a jalar del cabello y empujarse. El recepcionista y los maleteros no podían creer el ridículo que estaban viendo sus ojos. Tokio vivía un caos tremendo, cazadores de demonios murieron y civiles también resultaron involucrados. Pero ellos estaban presenciando el conflicto de dos amigos por haber sido confundidos como pareja.
Algunos maleteros apostaron por la chica. El recepcionista solo quería que se calmara la situación, pero le daba risa ver cómo la chica usó su ventaja de la altura para alejarse de Kurose.
Cuando vio que este ridículo no paraba, incluso aguantando la risa, decidió llamarle la atención al par de Kioto.
-¡DETÉNGANSE! ¡Son unos chicos conflictivos, vayan a su habitación y no vuelvan a hacer algo así! - El recepcionista se empezó a reír y luego siguió- De lo contrario me veré obligado a vetarlos del lugar.
-Lo sentimos mucho. - dijeron ambos cazadores al mismo tiempo mientras hacían una reverencia muy pronunciada.
Ambos cazadores comenzaron a seguir el camino que el maletero más serio les indicaba, llegaron al último piso y vieron lo linda que era la habitación que habían pedido, era más grande que sus habitaciones y además tenía camas separadas de gran tamaño. Kurose quedó sorprendido mientras que Tendō corrió y pidió primero el baño.
Pasaron las horas. Los dos chicos cenaron y se turnaron para bañarse. El primero en descansar fue Kurose, quién estaba roncando en su respectiva cama.
Tendō, aún en sus prendas del día, aunque recién bañada, salió al balcón a fumar un poco. Se sentía culpable por haber robado el encendedor de Aki, pero tampoco iba a ser una moralista y dejarlo intacto, luego compraría un encendedor para sus cigarrillos restantes.
El clima de la capital era cómodo, no hacía tanto frío ni tanto calor, era el ideal para que ella no se enfermara. Seguía un tanto pensativa ¿Seguía valiendo la pena mes tras mes recibir un buen salario a cambio de morir de forma tan poco digna? Muchos cazadores murieron ayer, ninguno fue por demonios como de costumbre, fue el propio hombre quien estuvo dispuesto a acabar con su más grande aliado.
Necesitaba fumar otro cigarro, tranquilizarse y no saber más de ese planteamiento. Le daba terror, al menos no estaría mucho tiempo en Tokio. Tuvo la fortuna que muchos cazadores renunciaron y otros aún sus contratos seguían en activo. El único problema real era Aki.
Solo buscó estar serena el poco tiempo que le quedaba despierta. Luego dormiría plácidamente.
De su bolsillo sonó el tono de su teléfono, era el Opening de un anime popular que hablaba un poco de la cultura griega y cosas del zodiaco.
Tendō se sorprendió por tener recepción. Suponía que había vuelto a tener servicio luego de estar incomunicada tanto tiempo hacia Kioto, necesitaba hablarle a su familia, pero las llamadas nunca entraban.
-¿Quién habla? - Tendō contestó.
-Mis disculpas por llamar tan tarde. Soy Hayakawa Aki... eh, hace unas horas me ofreciste una pequeña ayuda, señorita...
-Tendō... Puedes llamarme así. Sí, claro, estoy atenta a lo que me diga.
La chica buscó un asiento de adentro y lo sacó hacia el balcón.
Aki desde su posición seguía deprimido, Power no volvió y ya no le quedaba nadie con quién hablar. Decidió hablarle a la chica, "mono ayudante" no le agradaba mucho.
-¿Tiene usted tiempo? no quiero ser una molestia.
-Descuide. La noche sigue siendo joven ¿De qué quiere hablar?
-Sigh. Perdí a alguien importante...
La llamada duró unas horas, Tendō le dio sueño luego de cierto momento y se quedó dormida afuera de la habitación. Aki por su lado solo agradeció el tiempo que ella le brindó.
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Dios, esto sucedió en el capítulo 12 creo, pero de una mejor manera. Literalmente es arte.
Muchas gracias por llegar hasta acá. Ya la historia continuará su curso normal de las cosas, pero me agradó la idea de que Tendō y Kurose tuvieran más participación en la historia, sigo pensando en la forma en la que su contrato con el demonio del castigo va a actuar e incluso hablar sobre el origen de sus cicatrices, pero sigue muy verde esa idea.
Tengan una linda mañana, me encanta no tener un horario fijo para estas historias, simplemente las lanzo como chingaderas random jaja
Alch. Nueva waifu que recibirá más cariño que el que tuvo con Fujimoto.
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