Capítulo 9
GAEL
Cada uno tenía en sus manos papel y lápiz, previamente papá ordenó reescribir el contenido de la carta que la abuela Lessie le había dejado a mi primo. Lo único que pensaba es que en todas las locas teorías que solíamos decir, sobre el silencio de nuestros padres al no mencionar a la abuela.
Se había quedado corto. Papá parece esperar que alguien salte al leer el papel, pero casi todo el sitio está en silencio. Lo que sigue es realmente sorpresivo, alguien había dicho que uno de nosotros era quien le estaba dando información al hombre que amenazaba a Gino. Mientras Gerald se niega a escribir y el tío Gino exige respuestas, descubren que la lista de invitados y la carta tienen la misma letra.
Con evidencia en mano empiezan los cuestionamientos, y aunque yo no he estado en la ciudad tampoco varios de mis primos o hermanos, eso no nos exime de ser señalados. En ese punto, cada padre sale en defensa de su hijo, mientras yo solo sé que nadie es capaz de dañar a su propia sangre, menos ninguno de nosotros.
Debe existir una explicación por los cuales la carta de la abuela y la lista de invitados tenga la misma letra. Curiosamente ninguno de las madres creía a su hijo capaz de algo de esa naturaleza, pero papá parecía no tener dudas de hallar el culpable dentro de la casa o de esa habitación.
—¿Gabriela ¿Tienes algo que decir? —pregunta el tío Gino al notar el nerviosismo de su hija y la tía Veruzka hace lo mismo.
El llanto incontrolado la delata todos levantamos contrariados ante la evidencia y rodeándola en un intento que la furia de su padre no sea tan destructiva como se ve.
—Hace unas horas la cabaña de Veruzka, lugar en donde iban a pasar la luna de miel Gino y Rose hizo explosión —la calma con la que dijo aquello me hizo esperar por más explicación, si Gino estuviera en peligro no estuviera tan calmado —Claid se ofreció ir en el auto y fingir ser ellos, está bajo peligro
—¿Dónde está Gino y Rose? —preguntamos todos y solo nos responde.
—No estaban allí, me contó en medio de la boda, que no quería ir, fue el quien descubrió que la carta y ese libro tenían la misma letra.
—¿Dónde está mi hijo? —insiste Veruzka al ver que su cuñado evade la respuesta.
—A salvo —responde.
Los cuestionamientos que siguen la obligan a decir la verdad, fue usada. Compartió fotos intimas con alguien que conoció en redes, luego el malnacido usó esa foto para sobornarla. Ella tenía que decirles en donde estaba Gino todo el tiempo, lo que sucedía en la casa y hasta cumplir ciertas cosas. No obstante, las fotos por más que se esforzaba en hacer todo al pie de la letra, se negaban a darla.
Nos hacen salir con la llegada del tío de Gino y yo solo deseo salir de ese lugar. Nos dicen que debemos tener escoltas en adelante y que en cada sitio al llegar debemos contratar servicios especiales.
—Hasta tanto esto no se resuelva asi será —aclara papá —ese hombre está allá afuera y alguien continúa siendo amenaza dentro de nosotros.
—Debo salir —le digo a todos —todo esto me esa asfixiando —confieso yendo a los jardines.
Entro al vehículo sin saber en realidad a donde dirigirme, termino yendo a casa porque no tengo ganas de encontrarme con Odette. Llevo cinco días aquí y ya encuentro mensajes suyos con los empleados de su casa o en el buzón de mi móvil. El sonido de mi móvil antes de entrar a casa me obliga a detenerme en las rejas y descubro es una llamada de Anouk.
—Señor, sé que está en mini vacaciones, pero necesito su ayuda...
—En unas horas me reintegro Anouk ¿En qué te puedo ayudar? —pregunto apagando el auto en la entrada.
—Louise cumple años el sábado y algunos de nosotros queremos festejarlo mañana viernes —empieza a decir y la mención de Louise hace que tenga toda mi atención —ella no tiene móvil, ni Laptop en casa y estamos reuniendo dinero...
—¿Cuánto te falta? —le pregunto a quema ropa y la escucho reír.
—Sabía que podía contar con usted...
—Hablaré con Valerie ¿Necesitas algo más?
—Nada más —responde —Está usted invitado señor, le enviaré la dirección.
—No sé si llegue a tiempo —confieso —y Anouk...
—Señor...
—Asegúrate que sean de buena calidad —cuelgo la llamada y me quedo un instante pensando en lo que me acaban de decir.
Unos golpes en la puerta del auto me hacen girar y me encuentro de frente con el rostro de Odette. Como no estoy dispuesto a hacerla entrar a la casa decido recibirla en ese lugar. Me bajo del vehículo entregándole las llaves a uno de los guardias para que lo ingrese.
—¿Crees que huir de mi es la solución? —me pregunta una vez quedamos solos.
Podría decirles que no me afecta verla, que la considero repulsiva por lo que me hizo. No es así, porque se esforzó en vestir como amo verla, como adoro desvestirla.
—¿Qué deseas Odette? Tengo poco tiempo en casa y deseo compartirlo con quien vale la pena —digo.
Apoya una mano en su pecho y se acerca lentamente, sus dedos se posan en mi cuello rozando suavemente. Cierro los ojos al sentir ese contacto, le echo la culpa a todos los meses que he pasado en Paris sin estar con nadie.
—¿Por qué tenemos que sufrir uno lejos del otro? —pregunta ya cerca a mis labios. —vamos Gael, sabes que te amo ¿Le has preguntado a Gadien?
Retrocedo ante esas palabras y la veo sonreír, lo que dice no tiene ni pies ni cabeza. Asegura Gadien era el hombre que estaba con ella esa mañana, la llegada de un segundo auto me hace girar y veo al mencionado acercarse.
—¿Debo sorprenderme? —es todo lo que dice al vernos y mira a Odette —¿Qué sucede?
—Nada, será mejor entrar —le digo avanzando a su auto y me toma de las manos.
—¿Por qué temes Gael? —pregunta y mira a Gadien —¿Le dijiste a tu hermano la verdad?
Confundido mira a Odette y luego a mí, estoy seguro que mi hermano no fue y no solo porque sé dónde estaba ese día, también porque tiene sus límites. Su rostro contrariado me daría la respuesta en caso de no conocerla, Gadien no sería capaz de hacerme algo de esta naturaleza. No, cuando sabía lo importante que era Odette para mí.
—Fue antes de empezar a salir contigo, teníamos 20 años. No funcionó... esta está loca —responde y claramente no tiene idea de lo que se le acusa —es celosa posesiva y no dejaba de enviar miles de mensajes diarios. Cuando empezó a salir contigo te lo advertí ¿A qué viene eso ahora? —exclama molesto señalándome y miro a Odette.
—Sabes que mientes Gadien... —insiste de brazos cruzados.
Alzo la mirada al cielo y apoyo mis manos en mi rostro, me hubiera gustado venir de la mano de una chica. Creo que sería la mejor manera de ahuyentar a Odette de mi vida, porque de otra manera es imposible. Ella se acostumbró a la idea de ser una Doyle y estará dispuesta a todo para cumplirlo.
—¿No te da vergüenza decir esto? —digo y me mira impasible —¿Crees que acusar a mi hermano soluciona algo? Se acabó Odette... —señaló mi sien y me mira con una sonrisa.
—Esto no ha acabado Gael, creí que sí... pero he visto tu rostro al verme y como reaccionaste... —Sonríe negando —si deseas mentirte es tu problema, pero yo esperaré por ti Gael. Gadien, no es justo que solo yo cargue con la culpa.
—No se puede —insiste mi hermano con una sonrisa — a no ser que mamá tuviera trillizos, lo que en un comienzo pudo ser asi, pero murió en el cuarto mes de embarazo —explica sin dejar de reír —cuando tu desfogabas tu pasión con tu amante en turno y Gael descubría que de inocente no tenías nada....
—Gadien estaba con mis padres, —le explico y su rostro palidece — en una video llamada con Gerald. Ahora hazte a un lado y déjanos pasar... Lo lamento mucho Odette, pero ya no eres titular.
—¿Qué quieres decir?
—Ya hay futura señora Doyle Odette, en este viaje no pudo llegar, pero me aseguraré que la conozcas en el próximo —entro al vehículo mientras Gadien enciende el auto.
No tiene pensado rodarse puedo ver la decisión en sus ojos, pero paciencia no es una virtud que Gadien tenga.
—No tienes por qué mentirle, ella debe entender que te fue infiel y que con eso perdió toda oportunidad Gael...
—¿Quién dijo que le mentí? —respondo saliendo del auto —Dile a Sam que necesito un vuelo para esta noche —comento al hombre que sale de la casa.
—¿Quién es? Si vas a casarte debo saber quién es... —giro antes de entrar a casa y lo encuentro apoyado en el capo del auto —para no confundirme, ser novia no es lo mismo que prometida...
—Louise Le Brun —respondo y su rostro mira el auto un instante luego a mí. —¿Por qué ese rostro?
—¿La contable? —atónico espera respuesta y yo solo sonrío, solo que él no se ve feliz —¿Estás seguro?
—¿Por qué lo dudas? —niega sin decir nada y sonrío. —es perfecta, lo veras al conocerla.
Louise
—¡Ya vámonos! Son casi la nueve —insiste Anne y resoplo —deja eso para el lunes, el señor Gael nos dio permiso.
—El señor Gael no está y desconoce todas mis obligaciones —me quejo. —Jolie se va a enojar.
—Fue la primera en largarse, cuando supo que el jefe podría estar allí —comenta y la miro un instante —mentí, solo quería que se fuera para que pudieras salir.
—Te va a salir el diablo por mentirosa...
—Si es Tom Ellis, que me lleve —responde haciéndome un guiño.
Mañana era mi cumpleaños número 25, pero las chicas decidieron (por mi), que lo festejaríamos hoy, en vista que quizás mis padres querrían pasarlo conmigo. No lo creía posible, lo pasaríamos en el restaurante un día como cualquier otro. La llegada de Anouk hizo imposible que siguiera trabajando pues entró y apago el PC.
—¡Arriba! —ordena —es hora de divertirnos.
—Odio esos lugares, no se bailar y menos beber—le digo tomando el bolso y abrazándome a él. —soy demasiado torpe sin copas ¿Se imaginan borracha?
Aseguran no ser tan insensatas para emborracharme en la primera salida. No tengo más que creerle y las tres salimos a la calle, nos vamos en el auto de Anouk y el camino es en medio de risas. No puedo evitar reír al verlas darme trucos de baile, pierden el tiempo, porque nunca he podido aprender.
—Tengo dos pies izquierdos en eso —confieso —Adrien se aburrió de enseñarme.
—Quizás fue un mal profesor —comenta Anne —yo te voy a enseñar y veras lo fácil que es.
—Es aquí —Anouk detiene el auto y miro a todos lados.
—¿En un estacionamiento? —pregunto incrédula y ambas empiezan a burlarse de mí.
—¿Cuánto haces que no visitas estos lugares? —recrimina Anne —debemos sacarte más Louise, eres un caso perdido.
—Sal linda, no vas a quedarte aquí —las dos salen del auto, mientras yo sigo aferrada a mi bolso.
Abren las puertas y se asoman sonrientes, algo dentro de mi teme salir. Ha pasado mucho tiempo desde que casi fui secuestrada y aunque el evento no ha vuelto a repetirse... sigo teniendo miedo a ciertos lugares.
Resignada salgo del vehículo, ambas deciden tomarme de las manos, casi ocho personas habían confirmado, la mayoría iban con pareja, incluso estas dos esperaban las suyas en la disco.
—No es tan oscuro —digo al estar dentro del lugar y ambas me miran intrigadas.
—¿A dónde has estado metida pecadora?
—Nuestro ángel, termino siendo un demonio.
Nerviosa porque no sé qué responder me dejo guiar la interior del lugar. Sonrío al grupo que me recibe aplaudiendo al verme y la música del lugar se detiene. Han pegado cinco mesas y se ubicaron en un rincón de la disco.
—Louise, esto es para ti —Daniels trae en sus manos un paquete.
—Feliz cumpleaños preciosa —me felicita Valerie.
Sonrió a cada uno de ellos y hasta mi jefa fue amable, mientras escucho el feliz cumpleaños destapo mi regalo y me quedo en una pieza al verlo. Alzo la mirada a todos y solo Jolie luce contraída pues los demás solo sonríen al verme mi rostro confundido.
—Esto vale una fortuna...
—Recibimos ayuda —responde Anne y señala a Anouk —un contacto en presidencia nos dio lo que faltaba.
Sorprendida reviso ambas cajas sin poder creer lo que tengo ante mí, no puedo evitar llorar al ver la laptop y el móvil. Ambas cosas carecían de importancia para mí, por estar a mi alcance, hoy día es distinto. La ausencia y muchas deudas, prioriza mis gastos y ha hecho imposible tenerlo.
—Nos harás llorar y es un día para celebrar —habla Valerie y me presenta a su esposo.
—Lo bueno de los malos tiempos es que sabes quién es familia —responde el elegante hombre que se presenta como el esposo de la jefa de recursos humanos —porque todo el que te tiende la mano en esos momentos se convierte en familia.
El resto de la noche transcurre entre risas y tragos que pasan de mano en mano, casi la gran mayoría baila en la pista. Anne y Anouk han logrado enseñarme ciertos pasos y solo Daniels ha sido valiente en invitarme a bailar.
—Perdón por la demora—la voz de mi jefe me hace despegar la vista de la pista.
Jamás lo había visto en traje informal, viene vestido totalmente de negro. Si en traje parece un modelo, de negro parece un dios griego, no hay ninguna mujer en ese lugar que no haya girado a verle. Saluda a todos de forma cordial y escucha todas las presentaciones de las parejas de sus empleados, bromea con una y sonríe a otras haciendo que algunas lleguen a sonrojarse.
—Aun no es su cumpleaños —dice mirando la hora —asi que solo le daré las buenas noches —comenta.
Sus ademanes son lentos al llegar a mí y se sienta en la silla a mi lado, cuando Jolie le ha abierto un puesto justo a su lado.
—Es su fiesta ¿Usted no bailara? —me pregunta inclinando su rostro hacia mí y niego.
—No se bailar, es decir soy torpe —empiezo a tartamudear —pise a Daniels tres veces.
Se incorpora y extiende su mano hacia mí, misma que veo con horror. Anne me quita la caja de regalo, aquella con la que he estado impidiendo levantarme. Nerviosa y consciente que todos los ojos estarán dispuestos en mí, apoyo la mia sobre la suya.
—Será mejor que sepa lo que hace —murmuro y sonríe divertido —mamá dice que soy un peligro para todos.
Me lleva en mitad de la pista y se queda viéndome un instante antes de tomar mis manos. Entrelaza una con la suya y la otra la lleva a su pecho, por un instante no sé qué hacer hasta que se acerca a mí.
—¿Me tiene miedo? —me pregunta al ver que tomo cierta distancia y paso saliva —no deberías Louise, jamás la dañaría.
—Temo pisarlo señor —le confieso y puedo sentir su risa en mi oreja.
—No lo hará—dice seguro apoyando su mano en mi cintura y pegándome a él —solo sienta la música y no ponga esa posición tan firme... relájese y deje que le marque el ritmo. Le dijo a Valerie que sabe obedecer el día de la entrevista.
—No mentí.
—Lo sé —responde cerca de mi cuello y su aliento fresco eriza mi piel —este es un buen momento para hacerlo.
Empieza hablarme tan suave en mi oído que me es imposible no relajarme, no se en que momento sucede, tampoco si lo hago bien o mal, solo descubro que ha logrado relajarme y hasta puedo seguirle el ritmo.
—Usted baila muy bien —me atrevo a decir —tampoco es que sea la más experta en reconocerlo.
—Tienes mucha energía acumulada Louise y quieres hacer todo al tiempo, es por eso que sueles fallar —explica y empiezo a ser consciente de su cercanía cada vez más.
Los demás están en las pistas, Anouk me dice que ha guardo el regalo en el auto del señor Gael. No suele tomar y es quizás la persona indicada para llevarme a casa, ni ella ni Anne estarán disponibles. Me imagino el motivo, pienso al verlas bailar pegadas a sus parejas y sonrío.
—¿No le gusta beber?
—No lejos de casa, ninguno de nosotros es amante al licor —alejo mi rostro de su pecho y lo veo mirarme fijamente, su mirada es tan intensa que mis labios se recesan y me obliga a desviar mi mirada—tampoco solemos estar en disco o en fiestas, hay muchas cosas que nos prohíben.
—¿Por qué? —insisto en saber y sonríe.
—No lo sé en realidad, son de esas cosas que te dicen desde pequeño y aprendes a aceptarlas —afirmo y veo que Jolie nos mira molesta. —¿No suele beber tampoco?
—Ni bailar y en mi caso es por mero gusto —confieso —no me siento cómoda en estos sitios.
—¿No ha tenido pareja? —el ritmo de la música cambia a una más suave y es tan buena compañía que no me siento incomoda cuando el contacto con él es cada vez más cercano.
—Se rindió en enseñarme o intentar que me gustara. —respondo. —se rindió en muchas cosas...
—Es una pena por él —dice y puedo sentir los latidos de su corazón al estar tan cerca, mezclados con los míos —estoy seguro que acabará lamentándose.
La música cesa de repente y él sonríe al alejarse de mí señalándome la hora en la barra. Las doce y un minuto.
—Feliz cumpleaños Louise —dice acercándose a mí y dejando un beso en la comisura de mis labios que hace arder mi piel en esa zona.
El abrazo de Anne y Anouk me hace alejar de él, tiempo que Jolie aprovecha para acercarse. Anne sonríe mientras dice que la paso mal momento en todo el baile.
—Louise no tiene la culpa que el jefe solo tenga ojos para ella. —sonrió de forma nerviosa sin poder evitar que mi corazón se acelere al ver que mientras baila con Jolie no deja de verme.
(...)
Dos horas después Jolie ha tomado de más y la fiesta acabó con ella llorando. Gael solo bailó con ella una pieza y desconocemos que le dijo, solo que ella no volvió a acercarse. En adelante, el ambiente cambió se tensionó tanto que terminé levantándome y saliendo a pedir un taxi.
—Yo la llevo —escucho la voz de mi jefe detrás —no es buena idea que esté sola.
—Jolie también debe tomar uno Tambien y ella necesita más cuidado que yo ...
—Daniels y su esposa la van a llevar —me aclara —vamos —me pide y miro en dirección a mi jefa que no se ve nada bien —No quise ser descortés, pero no estoy en edad de suplir a Gadien.
Me toma por un brazo y avanza conmigo al auto, una vez instalados ambos yo no dejo de ver a Jolie. Se lo que es pasar un mal rato por alguien que no te quiere y no me gusta tener el karma de ser yo quien ocasione su dolor.
—¿Quién es Gadien? ¿Su hermano? —pregunto y asiente.
—Abre la guantera por favor —me pide —hay una foto nuestra allí.
Una vez lo hago saco la fotografía y giro creo que me he llegado a quedarme con la boca abierta. Dos gotas de agua, sonriendo abrazados uno al lado del otro.
—¿Gemelos? —pregunto incrédula y asiente.
—Pudo ser peor, éramos tres uno no sobrevivió —dice en tono jovial—Lo vio en un sitio de estos, lo confundió conmigo y le siguió el juego—empieza a explicarme —le pedí en muchas ocasiones aclararlo, pero aseguró solo habían salido dos veces. No volvió a salir con ella una tercera y Gadien no suele mentirme.
—Ella debe estar pasándola muy mal —digo y asiente pasando su mano por el rostro.
Le explicó que era gemelo antes de irse Edimburgo quien era, incluso Gael fue con él ese día.
—No es agradable despreciar a una dama —confiesa —pero, no estoy interesado en ser el reemplazo de Gadien.
—Creo que usted tiene un poco de culpa, sabía que se hacía ilusiones y callo —recrimino cuando el auto avanza y me mira un instante. —debió decirlo en cuanto lo supo.
—Pedí excusa Louise y ella ya lo sospechaba —se defiende —si va a la página de la familia vera que hay gemelos, en Edimburgo y en Piamonte.
—Pues yo no lo sabía —le digo encogiéndome de hombros.
—Ella sí y lo aceptó... ¿Sabes que me dijo? —niego y resopla antes de responder —que sabe no soy Gadien, porque mi hermano es mejor partido... pero no puede evitar verme sin verlo a él.
—¿Qué le dijo para que bebiera de esa manera?
—Que solo la respetó porque amenacé con Gino Doyle Stewart, si le daba esperanzas —confiesa —es mujeriego, inmaduro y no se toma la vida en serio. Cambiaba tanto de novia que mis padres terminaron por prohibirles llevarlas a casa.
—Fue cruel ¿Lo sabe verdad?
—Si hubieras escuchado todo lo que dijo, no la defenderías—dice deteniendo el auto en frente a mi casa —Jolie está lejos de merecer tu ayuda Louise.
—Solo pienso que pasé por algo parecido y todo lo que dolió —confieso y su rostro se suaviza —gracias por todo lo que ha hecho por mí y mis padres... usted me dio el mejor regalo... papá está muy feliz.
—Solo hice lo que me correspondía —habla apoyando la mano en mi silla —¿Qué hará mañana? —me pregunta y niego alzándome de hombros.
—No solemos festejar los cumpleaños —digo y sonríe.
—Pasaré por usted a las diez —niego, pero no me permite seguir — antes que se niegue ya le dije a sus padres y aceptaron.
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