Capítulo 11
Louise
Anouk detiene su auto frente a la clínica y me mira sonriente. Ha apartado una cita esa mañana para retomar mis anticonceptivos. Los usaba cuando estaba con Adrien, aunque nunca llegue a necesitarlo, mi madre insistía en que debía hacerlo. Solía decir que cuando el lívido se alborotaba no importaba nada.
—Tienes pareja Louis, lo correcto es retomarla, ni siquiera debiste dejar de hacerlo—señala Anouk y muerdo mis labios.
—No he tenido sexo con Gael...
—Estuvieron a punto dos veces Louise —dice sacando la llave del auto —en ninguna de ellas has pensado en que no te proteges y él menos. Fueron irresponsables...
Mi amiga gira su cuerpo hacia mí y apoya sus manos en el asiento. Desde que le conté lo sucedido y quien era el hombre misterioso, no ha dejado de reprenderme. Asegura que un hijo nunca es un problema, pero en mi caso es distinto. No llegaría en un buen momento, cuando mi vida aún era un desastre y no conocia muy bien a Gael.
—Voy a llegar tarde Anouk y ya sabes cómo es Jolie...
—Olvídate de esa perra egoísta y envidiosa. Te ha hecho trabajar el doble, llevas trabajo a la casa si Gael ve tu rostro en estos momentos saldrá corriendo —interrumpe y me indica bajar sale rodeando el auto.
—Necesito el empleo y ella es mi jefa —respondo saliendo del auto.
—Sí, pero excede en humillaciones y trabajo. Estas haciendo su trabajo Louise, deberías hablar con Gael—niego, porque no me gusta la idea de poner quejas.
—Lo nuestro no tiene que ver con la empresa, son dos cosas distintas —hablo leyendo la placa con el nombre de la ginecóloga —No hay mentira que prevalezca por mucho tiempo, en algún momento todo se sabrá— respondo y Anouk niega indignada me toma por un brazo entrando conmigo al edificio
—Eres demasiado noble y buena trabajadora por eso se aprovecha de ti —apoyo la mano en la que sostiene mi brazo y la veo antes de entrar —Te guardaré el secreto, sé que no quieres defraudar a tus padres, pero es evidente que se atraen y tienes muchos problemas, como para sumarle un embarazo. El jefe no tiene cabeza para eso, sabes que lo que sucede en Edimburgo le afecta y lo de su hermano mayor. Y están muy jóvenes Louise.
Tenía razón en muchos aspectos, pero al terminar con Adrien pensé que no los necesitaría, mi mejor anticonceptivo era la abstinencia. Mi astuta amiga pensaba en todo, al decirle lo que sucedió esa noche, me recordó que debía visitar a un ginecólogo.
Se dice que los amigos, son la familia que Dios te permite escoger y yo me sentía dichosa de tener en mi vida a Anouk y a Anne Marie. Ambas escogieron un buen lugar, serio, confiable y lejos de conocidos.
—Nuestro jefe sabe que estoy en consulta y que tú me acompañas, —comenta y la miro intrigada —le dije que era un examen que requería acompañante... cosas de mujeres y que tú te ofreciste.
Aprieta mis manos y avanzamos por los pasillos del lugar. Llegamos justo en el momento en que mi nombre era anunciado. Sé que al llegar voy a tener problemas con Jolie, pero esto era prioridad. Anouk tenía razón "—¿Qué sucede si un día de estos se calientan tanto que acaban teniendo sexo? El post Day es una solución en caso de urgencia, pero nuestro deber es ser responsable." Fueron sus palabras.
Tengo ginecóloga una vieja amiga de mamá y sé que estoy sana porque pese a nunca tener intimidad mamá y yo acudimos juntas a controles. Sin embargo, me daba vergüenza acudir de nuevo a ella y aunque mi amiga decía era lo más natural del mundo y que ella debería guardar el secreto, yo no quería arriesgarme. Mis padres aún no saben que he empezado a salir con Gael y creo voy a durar un largo rato en decirlo.
Quiero asegurarme que la relación es seria o que va más allá de una atracción. Cuando empecé a salir con Adrien mi madre se sentó conmigo, me aclaró era un desconocido, yo no sabía mayor cosa de él más que era hijo de Le Blanc y me pidió esperar un tiempo para estar con él. Siendo Gael casi tan desconocido como Adrien (quizás más), me diría exactamente lo mismo, asi que necesitaba estar segura de lo que sentía.
Adrien nunca pareció interesado en algo que no fuera conocerme, mis gustos, hobbies, problemas o los negocios. La mayor parte del tiempo viajaba y las cuando estaba en la ciudad, no tenía mucho tiempo disponible para verme. Nuestra relación fue más espiritual que física era mi calma y apoyo en todo momento.
Cuando Anne me dice que aquello que extraño es lo que nunca llegó a ser no estaba del todo equivocada. Me hice tantos planes a futuros con él, que al verlos truncados me afectó, tanto o más que perder mi posición. Lo idealicé como el hombre perfecto, que al desboronares esa imagen, no pude soportarlo.
—¿Ya? —me pregunta Anouk al verme salir y asiento. —Mi primera clase de educación sexual ha acabado, tienes que apartar cita para las siguientes.
—No sé si desee escucharlas, las tuyas o las de Anne —en respuesta alza las cejas una y otra vez.
Veinte minutos después cruzaba los pasillos de la oficina con Anouk burlándose de mí. Según ella ya podía fornicar todo cuanto quisiera, en el ascensor, oficina o incluso en el restaurante. Aún tenía riesgo de salir embarazada, pues los fallos existían, pero en caso de ser así, no sería señalada de cazar a Gael. Tan sumergida estamos en nuestra platica que no nos damos cuenta que Jolie esta frente a la oficina.
—¿Cuánto tiempo crees que voy a esperarte? —ambas nos detenemos al ver a la mujer que en pie de la puerta de mi oficina me esperaba molesta.
¿Por qué algunas personas cuando tienen un mal día no se alejan? ¿Cuál es la finalidad de acercarse a los demás y mostrar su irritación? Mi jefa era una de esas tantas personas. Solía acercarse a mí y soltar toda su cólera en contra mía. Fue tanto el antagonismo conmigo, que los corrillos empezaron a formarse. La gran mayoría aseguraba que Jolie y Louise se disputaban el amor de Gael. Lógico eso fue antes de...
Lo que sea hubiera entre él y yo.
Desde que entré fue notorio que a Jolie no le caía bien, pero con el festejo de mi cumpleaños empeoró. Los motivos por los cuales le caía mal desde que ingresé son desconocidos para mí. Ante la imposibilidad de controlar la furia de la economista, (título que ostentaba Jolie) y aburrida de las quejas, la jefa de recursos humanos optó por alejarme de ella.
Funcionó por unos días, ambas respiramos aliviadas, ella no me veía y yo no recibir una orden tras otra como si fuera un robot. Valerie decidió que lo mejor era mantener al margen a Gael, haciendo entender que quizás yo pudiera quejarme directamente con él jefe, pero ello nunca pasó por mí mente.
Entra en la oficina y le sigo los pasos en silencio mi amiga se despide con una sonrisa mientras me dice que tenga paciencia. Mi jefa lanza en mi escritorio archivos de ventas y cuentas de la sede en general, una revisión fugaz encuentro los gastos de cada dependencia. No los envió con el mensajero o un correo diciéndome las nuevas directrices, estaba de mal humor y quiso que yo lo supiera al traer personalmente los archivos.
—Buenos días Jolie —saludo cordial dejando a un lado mi bolso y los archivos que me había llevado la noche anterior, —¿Qué traes allí?
—Esto es urgente. —suelta en tono gélido y sé que estoy en problemas.
—Como todo lo demás que has enviado, —respondo mostrándole lo que traje de casa —esto ya está para entregar, falta la revisión y el oficio... en media hora te lo envió—le digo y toma las carpetas.
—Yo lo entrego. —realmente no me importa que se lleve los créditos. —Has esto hoy, es urgente.
La gran mayoría me ve que trabajo el doble, mientras ella solo se limpia las uñas y firma. Su único trabajo es elaborar el oficio que adjunta con mi trabajo y enviarlo a Gael. Viste hoy de blanco, su cabello rubio recogido en un elegante peinado a la altura de su cuello, manicura de un color carmesí y largas, que me obligan a esconder las mías. No las tengo hecha un desastre, pero no son tan largas como las de ella. Jolie es una mujer elegante y hermosa, es una lástima que la mayor parte del tiempo este furiosa.
—¿Más que lo de marzo? —pregunto sin despegar la mirada del grupo de archivos —pregunto para priorizar...
—Si dejaras de llevar quejas al jefe, o te esforzaras por llegar temprano te rindiera un poco más—su respuesta me hace soltar el aire y morderme la lengua.
Hace un mes había ocurrido lo del ascensor y Gael descubrió que estaba en su mismo piso. No di quejas de ningún tipo y me limite a decir la verdad, me sentía más cómoda y trabajaba mejor. En adelante y pese a seguir existiendo los roses, he mantenido mi relación con Gael, por fuera del trabajo. De nada valía decirle que no di quejas había descubierto en el silencio ante los señalamientos en mi contra, mi mejor argumento.
—Tengo excusas Jolie y mientras tú te vas a casa a... Descansar, te recuerdo yo me quedo trabajando y llevo documentos los fines de semana a casa —me defiendo y sus ojos lanzan fuego.
Es una verdad que ella no puede negar y que cualquiera que me haya visto salir tarde de la empresa podría corroborarlo. Amo mi trabajo, porque me ha brindado la estabilidad que mis padres necesitan y me permitió conocer a Gael, pero de allí a permitir que ella me pisotee hay un trayecto extenso.
Normalmente no suelo defenderme, hoy es distinto ella se está metiendo en un territorio que no le concierne. Porque mi trabajo es una cosa y mi vida personal otra, tengo suficiente con que se burle de mi estado financiero.
—Será mejor si dejas de quejarte o venderte al mejor postor —mis manos se aprietan en un puño al escuchar aquello, y avanzo hacia ella. —Gael estará aquí solo dos años, de los cuales ha pasado uno.
—¿No estabas tú detrás de uno de los Doyle? —le pregunto enfrentándola — No te preocupes por mi virtud, deberías preocuparte por tu rendimiento laboral.
Sonríe mordaz negando mientras apoya la mano en la fila de documentos que ha dejado en la mesa. Hemos sido lo suficientemente discretos, para que nuestra relación no diera más de que hablar, algo lógicamente imposible, porque ya empezaba a hacerlo. En la empresa no solíamos cruzarnos más que lo estrictamente necesario y el últimamente estaba de viaje y todo transcurría con normalidad.
— Deberías pedir un ascenso si vas a ser la amante del jefe, por lo menos te deje algo de beneficio. —sale de la oficina en medio de risas, dejándome con la necesidad de golpearla.
Necesito el empleo y no puedo permitirme un escándalo, Gael me lo dejó claro, nuestra relación era ajena al trabajo. Dentro de la oficina yo seguía siendo una empleada más. Él tenía suficientes problemas en casa, como para lidiar con los celos de Jolie. Además, nuestra relación se limitaba a un puñado de salidas, pues el dividía su tiempo en Edimburgo y París, eso hacía difícil que pudiéramos pasar tiempo juntos.
Solo tendría que llamar a Anouk y preguntar qué es lo prioritario para entregar, pero ello pondría en aprietos a mi amiga y me dejaría a mi como la que aprovecha su cercanía con el jefe o su asistente. Sin más por hacer dejo todo en un lado, busco el letrero de No molestar y paso seguro a mi oficina.
(...)
Unos toques en la puerta me hacen alzar la mirada del grupo de documentos y me incorporo del escritorio. Mis piernas están entumecidas y mi espalda cruje al estirarme. He perdido la noción del tiempo, Jolie ha enviado el resto de documentos, después de irse esta mañana junto con una notificación de Edimburgo que teníamos hasta el 20 de marzo para entregar los extractos de ventas.
Desconozco cuando recibió esa información, muy seguramente hace mucho tiempo, a mis manos llegó esta mañana. No tenía dudas que esconderlos hizo parte de su plan para hacerme quedar mal con Valerie, pero me negaba a permitirlo. Le doy imprimir al último paquete y enviar por correo el resto y sonrío. Solo falta enviar en físico firmados por Gael y ella y listo.
—¿Louise? —dice una voz detrás de la puerta.
—Voy Daniels —le digo al reconocer la voz del guardia, una vez abro la puerta lo observo mirarme de arriba abajo preocupado. —¿Qué sucede?
—¿Has visto la hora? —me pregunta alzando su muñeca y mostrando su reloj de pulso.
—¿Qué tiene? —señala detrás de él, el reloj digital y me quedo viendo la hora por largo rato sin poder creerlo.
La buena noticia es que había logrado elaborar el jodido informe, lo malo era la hora.
04:30 am.
Abro los ojos por la sorpresa y llevo mi mano a mis labios, mi compañero me dice que es hora de irme a casa. Necesito reunir los últimos balances y dejarlos en la oficina de Jolie le digo a mi compañero.
—Déjalos en tu oficina y que pasé por ellos. —me aclara seguro y dudo un instante —Debes descansar Louise, no te ves bien, todos hablan de lo mismo. Vas a colapsar un día de estos.
Sonrió negando y diciéndole que eso haré, entro a la oficina y como si la vista de la hora trajera consigo todo el cansancio los minutos que siguen arrastro mis pies. Tengo claro que Jolie me ha declarado la guerra y no deseo darle oportunidad que dañe mi trabajo o eleve una queja por entregarlo en mal estado. Tomo un papel y lápiz, escribo una nota a Anouk en donde le pido que le entregue a Jolie y que le haga firmar el recibido. Termino la nota diciéndole que salgo de la oficina a las seis de la mañana, no he comido o dormido, pero que me gustaría ver si rostro al darse cuenta que hice mi trabajo.
Son casi las siete de la mañana cuando espero un taxi y algunos compañeros me ven con la ropa del día anterior, algunos me miran preocupados y otros sonríen diciéndome que el cambio de oficina no se sirvió de mucho. Le envió un mensaje a Anouk, pidiéndole que recoja los documentos y que me guarde la carta.
Mi móvil está por apagarse cuando llego a casa y alcanzo a enviar un mensaje a mis padres diciéndoles que he llegado. Me despojo de todo lo que tengo encima y entro a la ducha, sé que después de hacerlo poder dormir como un bebé. El agua tibia aleja el cansancio y cierro los ojos para que se lleve el resto de la noche de mierda que he pasado.
El timbre de mi apartamento me hace salir de la ducha y es tanto la insistencia que termino saliendo a medio bañar.
—Anne, Anouk ¿Qué sucede? —les pregunto al verlas a ambas allí con su rostro pálido y nerviosa siendo son las casi las ocho.
—Linda... no hay documentos u oficios, no hay nada —me hago a un lado para hacerlas pasar y mi mundo se viene abajo —Jolie llegó temprano, pero insiste en que ella no ha tomado nada...
—No le creemos
—Yo trabaje toda la noche —hablo más para mí y corro al cuarto a cambiarme.
—Te ayudamos —dicen al tiempo.
Mientras yo entro al baño y termino de bañarme, ambas hacen un caos con mi ropa sacando lo que usaré esa mañana. Una hora después las tres atravesamos las oficinas y la noticia se ha regado porque no hay un lugar en donde no me vean y hablen entre sí.
Encontramos a Jolie cruzada de piernas en mi oficina y charlando amena con un hombre mayor de cabello rubio.
—Déjenos solos —ordena el hombre y mis amigas salen —¿Louise Le Brun?
—Lamento conocerlo en estas circunstancias —me excuso y sonríe.
—Gael Doyle Walsh —se presenta, no puedo creer que conozca al padre de Gael de esta manera.
Bastante alto, incluso más que su hijo y más fornido, espalda ancha varias arrugas de expresión en sus ojos que me hablan de alguien acostumbrado a reír.
—¿Qué sucedió exactamente Louise? —me pregunta —conozco la versión de la señorita Jolie Fleury, me considero un hombre justo. Deseo conocer ambas versiones, de otra manera no podré dar un juicio justo en todo esto.
—Yo hice ese balance, estuve todo el día de ayer y la noche, Daniels se vio puede corroborarlo —inicio diciendo y afirma mirándome atento —lo dejé aquí ... por favor Jolie solo entrégalo —le ruego y en respuesta me mira indignada.
—Te dejé esos documentos hace más de un mes, hice mi parte te di concesiones y no aprovechaste ninguna —palidezco ante los señalamientos de Jolie y miro al hombre quien no muestra emoción alguna —hace veinticuatro horas exactamente te di un consejo y no lo tomaste...
—¿Cómo puedes decir algo asi? Nunca me diste ese documento... ¡Lo hiciste ayer! —hablo perdiendo el control —porque no puedes ser honesta ¿Qué ganas con dañar el trabajo de ambas?
—Siéntese señorita Le Brun —niego con los puños apretados y mirando a Jolie.
¿Cómo podía hacerme esto? Con rostro apenado la escucho decirle al señor Gael que ella ha estado elaborando ambas cosas.
—Sabía que ella no lo haría —habla y no puedo más.
—Eres una maldita mentirosa —exclamo lanzándome sobre ella, pero una voz me detiene.
—¡Señorita Le Brun! —la voz de Gael me obliga a retroceder y mis lágrimas amenazan con salir —perdón por la demora ¿Todo bien papa? —le pregunta al hombre que sonríe.
—Me dejaste dos horas en este lugar, asi que tuve que hacer mi propio tour —se queja mirando a su hijo quien sonríe.
—¿Tiene algo más que decirme? —le pregunta Gael a Jolie y niega—¿Estas seguras? —insiste
—No la que tiene mucho que explicar es Louise —insiste y suelto un sollozo sentándome de golpe.
—Debo hablar con los abogados, —el hombre mayor se levanta y extiende su mano a Jolie y luego a mí —fue un placer conocerlas lamento que sea en estas circunstancias.
—Necesito hablar con ambas en mi oficina... —sin decir más sale dejándonos solas.
—Fue un placer trabajar contigo Louise, aunque siempre te queda el puesto de amante...
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