Capítulo 7
Hola. Estaré actualizando la historia dos veces por semana. Al igual que las otras, o eso es lo que espero. Disfruten.
Chiara
Desperté antes que los rayos del sol penetraran en mi habitación por la ventana. Según dicen, el que madruga Dios le ayuda y bien sé que necesito toda la ayuda necesaria, puesto que debo enfrentarme cara a cara a mi tía. Quien desde el día del suceso no ha proferido una palabra contra mí. La verdad es que su silencio me asusta.
Suspiro contenta cuando me percato que tengo el tiempo suficiente para llegar a mi trabajo puntualmente. Lo que últimamente estoy tratando de hacer un hábito, aunque no siempre lo logro, pero ahí vamos.
Mientras iba en el taxi recibí un mensaje de mi jefa, ordenándome que una vez que llegara me dirigiera hacia su despacho. Luego de leerlo un par de veces, esa sensación de que se avecina una tormenta no dejaba de dar vueltas en mi cabeza. Mis mayores temores cobraron vida en mi mente, no paraba de pensar que es probable que quiera regañarme por las mentiras de ese rabo verde.
Cuando llegue al edificio continúe mi camino, aunque parecía que tenía todo bajo control en mi interior la curiosidad y el miedo a lo incierto me estaba carcomiendo el alma. Una vez que subí el ascensor me dirigí hacia la oficina de mi jefa Margarita. Me detuve en la puerta, para luego tocar y esperar que me permitiera el pase.
—Adelante—me ordenó con voz autoritaria y fría. A lo que me persigne antes de pasar, aunque no entiendo porque hoy me ha dado por recurrir a cosas que no hago regularmente, por no decir nunca.
—No pretendo perder el tiempo contigo, puesto que te he tenido consideración desde que entraste a trabajar en la galería. Ya anteriormente te había advertido sobre el inminente despido. —Ni bien entre a la oficina sus palabras cayeron sobre mí como el granizo contra los techos y todo lo que encuentra a su paso. Me quedé estática tratando de descodificar el significado de su mensaje. —Puedes pasar a recursos humanos y...
—¿Qué? No entiendo porque estoy siendo despedida.
—¿En serio? ¿Además de golfa eres estúpida? —Me sorprendo por las elecciones de palabras que ha proferido en mi contra—No quiero y no voy a seguir trabajando con alguien que no tiene valores ni principios. Déjame decirte Chiara, que no hay nada que puedas hacer, ya los tramites están en funcionamiento. Desde hoy ya no trabajas más para nosotros, hemos prescindido de tus servicios. Por lo que te recomiendo que abandones el edificio inmediatamente.
—Esto es injusto—declaré con ímpetu—Me parece un movimiento muy bajo de tu parte tía. Pero mucho más el motivo detrás de todo esto.
—No me importa lo que creas. Tampoco me importa discutir tus acciones de anoche. No voy a tolerar tenerte en el mismo lugar que trabajo. Ya todo está dicho, nada de lo que diga cambiara nuestra decisión. —Clava su mirada gélida sobre mí, siendo la primera vez en este día que dirige su vista hacia mi rostro.
—Entiendo. Sé que será una perdida de tiempo tratar de razonar con usted, razón por la cual le ahorrare tener que escucharme. —A pesar que quería llorar por tremenda injusticia, me repetía que debía ser fuerte y no derrumbarme frente a ella. — Pero quiero que sepa que es una lastima que crea más en una persona que nunca le ha demostrado respeto y que piense lo peor de mí. Siempre he sido sincera en cuanto a mis gustos y forma de vida, por lo que me da igual que me juzguen, pero me molesta que lo hagan con algo que no tengo nada que ver.
—Chiara, si ya terminaste puedes irte.
—Espero que cuando sepa quién es verdaderamente su esposo no sea demasiado tarde. —Es lo último que le expreso antes de salir de su presencia. Con cada paso que daba sentía como si mi ser se estuviera desquebrajando en mil pedazos.
En estos momentos perder este trabajo es como si hubiera fracasado y perdiera el rumbo de mi vida. Todo lo que he soñado, trabajado y sacrificado en un solo segundo ha perdido el valor y sentido. Ahora me pregunto, ¿qué será de mi vida y mi futuro después de perder el camino hacia mi sueño?
Semanas después
Después de perder mi trabajo, que en parte me esperaba, ese día regresé a mi casa como alma en pena. Le di el paso a la autocompasión, además de que permití que la negatividad se apoderara de mi ser. Hasta que Azul me hizo entender que a pesar de que mi sueño ha sufrido una interrupción, pero no es el punto final, que lo tome como una oportunidad de modificación de planes. Me hizo considerar su ejemplo, ella tenía más razones por la que echarse a morir, sin embargo, esta de pie y triunfante.
Por lo que, puedo seguir hacia mi destino, pero tomando otro rumbo en mi camino. De modo que, si no puedo seguir en esta galería, hay otras en las que puedo estar. Puesto que el propósito fundamental es tener experiencia para saber dirigir una galería de arte.
Como todo en la vida toca aprender de las lecciones que se nos presenta, aunque tengamos o no parte de la culpa hay que saber afrontar cada obstáculo. Tuve días donde sentí que todo carecía de sentido, hasta que me levante de mi lamento y con la frente en alto recibí el golpe, pero prometiendo que el mío será más contundente porque lograré mis sueños. Agradezco esto porque entendí que debo de disfrutar el proceso mientras construyo mi futuro.
Mi nueva rutina mañanera es ayudar a mi madre en los quehaceres antes de salir a buscar trabajo, hace unos días que ha comenzado con su critica porque aun no tengo éxito. Además de sus recriminaciones por mi comportamiento, muchas veces me hacen dudar de mi capacidad. Por lo que ya sé que me espera al traspasar el umbral de mi casa.
Otro día que he fracasado en mi misión, tal parece que tendré que aceptar la oferta de Azul. No es por ser orgullosa que no acepto, es más bien que no es el rumbo que quiero tomar, pero tocara para salir de las presiones de mi señora madre.
—Chiara, ¿Conseguiste algo? —como me lo esperaba es el saludo que recibo de parte de mi madre.
—Mujer, pero deja que nuestra hija se siente por lo menos antes de que comiences con lo mismo.
—Como siempre de apoyador, por eso es como es. Tu tienes la culpa de que sea una sinvergüenza que anda por ahí destruyendo hogares.
—Ya no más. ¿Cuándo dejaras ese tema de lado?, bien sabes lo que paso realmente que no lo aceptes es otro asunto—enuncio mi padre—Ahora bien, ¿mi todo, como te fue?
—No encontré trabajo—declaré dejándome caer en el sofá, mientras mi padre se sentaba conmigo y me abrazaba.
—No importa, ya encontraras algo.
—¿Eso es todo lo que le vas a decir? —grito enojada.
—No, claro que no—aclaro Hija, tú concéntrate en buscar trabajo, pero con calma. Todo a su tiempo. ¿Si te mantuve durante años, porque no seguir haciéndolo? —Concluyo con su sonrisa y besando mis mejillas, reconfortando mi alma. Sin embargo, mi madre no tomo muy bien sus palabras y salió echando humo del lugar.
—La hiciste enojar.
—¿Y? Ya estoy harto de sus quejas. —pronuncio antes de ponerse en pie para ir a hablar con mi madre.
Antes de que comenzaran a discutir otra vez, corrí hacia mi habitación. Mientras cerraba la puerta busqué mi celular, apresurada lo saqué de mi cartera para comprobar lo que hace unos días he estado posponiendo. Por lo que abro la aplicación que me ayuda a seguir mi periodo menstrual.
—¡Mierda! —Exclamo cuando miro la fecha en la maldita aplicación—Cálmate, Chiara. Puede que sea un simple retraso, tampoco es como si fueras muy regular. Tan solo son unas semanas, no hay que temer—Intento razonar para calmar los nervios que se quieren apoderar de mí.
Es que esto no puede estar pasándome a mí. Tengo que hacer algo para descartar esa idea loca que esta echando raíces en mi mente, pero no me siento con el valor de hacerlo. Sin embargo, debo saber a ciencia cierta si es una falsa alarma. Mientras más rápido salga de la duda mejor, por lo que con mis manos temblorosas le envíe un mensaje a Tim para que me comprara las pruebas de embarazo. Es el único en el que puedo confiar para esta tarea, puesto que mi mejor amiga se encuentra en otro país.
Después de lo que pareció una eternidad, vi el auto de Tim acercándose y antes de que parara me aleje un poco de mi casa.
—Aquí tienes Chiara. Salí apurado y sin permiso de mi trabajo solo para traerte esta cosa, porque se lo nerviosa que debes de estar. Cualquier novedad me avisas, sabes que no te voy a juzgar y que estaré contigo para lo que necesites. —Justo por esto es que, a pesar de terminar nuestra relación abierta, seguimos siendo amigos, ante todo. Porque es de las pocas personas que me acepta como soy.
Lo sé, muchas gracias por todo lo que haces. Eres un sol. Ya vete que no quiero ser la culpable de que te boten de tu trabajo.
—Ah úsala todas porque no son muy confiables en mi criterio. Para mí es más efectivo si vas a un hospital.
—¿Estás loco? No quiero que mi madre se dé cuenta.
—Bueno, tú eres la que sabe. Nos vemos. —Asiento mientras lo veo alejarse.
Ahora que tengo las pruebas en mis manos el miedo me carcome y con paso lento me encamino hacia el baño. Con cada pisada siento que la carga se hace más pesada. Una vez cerrada la puerta me dispuse a leer las instrucciones porque no quería cometer un error, puesto que es la primera vez que me sucede algo así. Me llevo del consejo de Tim y utilizo las tres pruebas esperando que todas den negativo.
Las coloque encima del lavamanos, mientras me lavaba las manos y esperaba que el tiempo pasara. No se me da bien la espera, siento que voy a morir con cada segundo que pasa tan lento. Hasta que el tiempo se agotó y las pruebas me brindaban el resultado, pero no quería verlo.
—Vamos tú puedes Chiara. —suspiré antes de fijarme en los palitos esos, quienes se burlaban en mi cara por mi irresponsabilidad y el símbolo de positivo brillaba en ellos. Aunque pensándolo bien nos protegimos, de modo que algún preservativo estaba defectuoso.
Tome una en mis manos para verla mejor, cuando comprobé que no estoy ciega la deje caer al suelo y la patee sin percatarme en qué lugar cayó.
Justo en este momento sentí como si el mundo se me cayera encima. ¿Qué voy hacer ahora? Si ni siquiera tengo un trabajo, ¿cómo haré para mantenernos?
—¡Ay! Necesito respirar aire puroTomo las pruebas de embarazo que dejé en el lavabo y las introduzco en la bolsa, para después salir presurosa de mi casa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro