Capítulo 6
Zabdiel
Otro día gris para mí. Todos se han colado en esa categoría, desde aquella mañana que me di cuenta verdaderamente cuánto amo a Chiara. Pero nada de eso importa porque ella no siente lo mismo y no creo que algún día eso cambie. Por lo que ya he aceptado mi destino, vivir sin el amor de mi vida.
Mis primos y hermanos, algunos me dicen cobarde y otros que lo mejor que puedo hacer es alejarme de ella. Sin embargo, no estoy de acuerdo con ninguna de sus afirmaciones, porque para mí Chiara es una ave que extiende sus alas para continuar su vuelo y no quiero ser quién le impida cumplir con sus deseos. En fin, es un alma libre que debe ser y vivir a su manera.
No soy cobarde, estoy tratando de ser práctico. Lo que otros piensen o dejen de pensar me tiene sin cuidado.
—Zab, ¿ya revisaste las facturas?—Mi socio me llama la atención para que me concentre en lo que en estos momentos nos atañe.
—Estoy en ello. Todo esto nos va a tomar un tiempo, ¿por qué no llamamos a tus hermanos, Adler y Chester? Ellos sabrán que buscar.
—No, debemos resolverlos nosotros—Suspiro pesadamente, todo esto me esta estresando y sinceramente nunca he sido muy bueno con los números.
A pesar que no me dice cual es la razón de su negativa, lo sé, y es que para él es vergonzoso tener que pedirle ayuda a sus hermanos menores. Piensa que como es el mayor debe dar el ejemplo, pero está equivocado en algo y es que para ser ejemplo a seguir no tenemos que mostrarnos perfectos y que todo está en orden. Por lo que seré quien tome la iniciativa entonces.
—Más que socios y primos somos un equipo. Por lo cual te pido que reconsideres tu posición respecto a ello. Solo deseo que Adler nos asesore como abogado que es y que Chester nos ayude con los números ya que sabe de finanzas.
—Pero...—lo interrumpo, porque sé que intentará rebatir con excusas.
—Es lo mejor, Spenc. Hemos invertido mucho en este negocio para permitir que Cole nos arruine.
—Es mi culpa que estemos en esta situación.—Ahí está la verdadera razón, puesto que se culpa porque fue quien contrató a su amigo. El cual terminó robándonos.
—No es así, tú confiaste en él. ¿Cómo ibas a saber que nos robaría?
—Está bien. Voy a llamarlos para que se hagan cargo de la situación.—Asiento, mientras doy gracias a Dios que dejó su terquedad.
Después de que mis primos se hicieron cargo del problema, pude respirar tranquilo porque nos deshicimos de una gran piedra que llevábamos acuesta. De modo que me concentraría en mis reuniones de trabajo y en el boceto que debo preparar para mis proyectos.
Me comunique con Rebecca mi representante, quien concertó la reunión con los dueños de la Galería West para mañana en la tarde. Tiempo que espero sea suficiente para poder terminar con los bocetos que les voy a presentar para que puedan exhibirlo en su próxima exposición. Poder lograr que ellos accedan será como alcanzar una de mis más grandes metas.
Espero que de ahora en adelante todo me sonría favorablemente.
***
Chiara
Viví una de las peores noches en toda mi existencia. Mis lagrimas no se detuvieron, fluyeron hasta que me quedé dormida. Tim estuvo conmigo en todo momento, tratando de consolarme.
Anoche no fui a casa de mis padres porque no estaba preparada, aunque aún no lo estoy, para enfrentarme a mi padre. Él va a creer en lo que mi madre le diga, porque en cierta forma fue testigo de la escena. ¡Ay, cuánto odio a ese viejo sucio!
Sin embargo, debo hacerle frente a mis progenitores y tratar de que me escuchen. Por lo que Tim se ofrece a llevarme, lo cual aceptó gustosa puesto que se me hace tarde para ir a trabajar.
Ni bien entré a la casa cuando mi madre sale de su habitación y me dirige su mirada gélida.
—Hasta que te dignas a llegar—sus palabras casi escupidas sonaron con tanto reproche y desprecio. Tan rápido como las concluyo, me ofrendo una bofetada que viro mi rostro hacia el lado derecho e instintivamente lleve mi mano al lugar afectado.
—¡Paty! ¿Qué haces?—Escucho a mi padre muy enojado, quien le exige a mi madre una explicación.
—Solo estoy corrigiendo a tu adorada niña. Sabes muy bien lo enojada que estoy con ella, por la vergüenza que nos ha causado.
—Estas no son maneras de solucionar las cosas. La violencia nunca lleva a nada bueno y eso lo sabes muy bien—Mi padre le da una mirada significativa, mientras yo estoy confundida respecto a lo que se refiere—Ahora, ¿podrías dejar que nuestra hija cuente su versión de los hechos?
—¿Su versión? ¿Quieres que te cuente cómo lo sedujo?—manifestó a gran voz—Ella se le metió por los ojos a mi cuñado.
—Paty, no armes juicio de valor si no conoces las dos versiones. Eso es lo que dice tu cuñado, pero quiero saber que dice nuestra hija.—Me sorprendo por el énfasis de pertenencia que mi padre le dio a sus palabras—Cuéntame qué sucedió mi todo.—Me miro con tanta ternura y comprensión que comencé a llorar, mientras permitía que él me abrazara. Escuchar el apodo que nos tenemos me infunde aliento y fuerza para contarle lo sucedido.
—Papi, yo no lo seduje—fue lo primero que dije una vez me pude calmar. Terminé contándole lo que ese viejo sucio quería hacer.
—Eres una mentirosa—vociferó mi madre.
—¿Cómo puedes creerle a él y no a nuestra hija? Es absurdo.
—Absurdo es que le creas a ella. Para nadie es un secreto lo facilona que es Chiara.
—¿Cómo te atreves? Chiara no está casada, ni comprometida y por lo tanto no le hace daño a nadie que viva su vida a su modo. No somos quien para juzgarla. No estoy de acuerdo con la manera en que vive, pero respeto sus decisiones. El día que decida asentarse ese día la apoyaré y si nunca llega, pues no me importa porque nunca la abandonaré a menos que muera.
—Eres el culpable de que ella sea así, porque siempre estás apoyando sus decisiones. —Espetó para después desaparecer en su habitación.
—Mi amor, mi todo quiero que sepas que confío en ti y si me dices que él fue quien intentó propasarse, pues te creo. Porque yo te conozco mejor que nadie y sé que eres capaz de hacer.—Sus palabras me consuelan, como lo hacen sus brazos que me encierran en un abrazo reparador de esos que son capaces de reconstruirte el alma hecha pedazos.
Saber que mi padre cree en mí es lo mejor que me ha sucedido en este día. Entender que su amor y comprensión son más grandes que cualquier cosa que puedan decirle para que dude de mi integridad me hace darme cuenta que tengo el mejor padre del mundo.
Creyendo que todo me iba a salir bien, porque mi héroe confía en mí me prepare y fui a trabajar. Sin embargo, nada fue como lo esperaba y me trae al punto de partida sin saber qué esperar del futuro.
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