Capítulo 22
Nota: Espero que les guste y pedirles que me tengan paciencia, puesto que muy pronto saldré de vacaciones y podre escribir con libertad, aun tengo tres semanas de trabajo y después de eso me pondré al día.
Chiara
No, no me voy hasta que no me aclares porque estas molesta. —Enuncia con firmeza. Mientras el quiere una respuesta sobre mi actitud, por el contrario, yo solo quiero que se vaya para que mis malditas hormonas se den riendas sueltas.
¿Por qué rayos me debe importar que el duerma en otra habitación? se que yo fui quien propuso la regla de no tocarnos íntimamente, pero pensé que todo había quedado atrás cuando el día de nuestra noche de bodas cambie todo entre nosotros y desde ese día se anulo esa parte. Sin embargo, al parecer Zabdiel no piensa lo mismo.
—Tengo sueño, Zabdiel. Vete a dormir que mañana tenemos un compromiso. —Logro suprimir mis emociones para que no note lo alterada que estoy.
Luego de unos intensos y largos minutos, escucho sus pisadas que se dirigen hacia la puerta. Justo en este momento mis lagrimas quieren desparramarse, pero he jurado que no lloraría otra vez por un hombre y Zab no será la excepción.
—¡Que rayos! grito, puesto que no sentí cuando Zabdiel se subió a la cama y con delicadeza, pero con firmeza, me hizo darle la cara y me aprisiono en sus brazos. De modo, que nuestras miradas estaban conectadas, a pesar que podía esquivar su penetrante observación no lo haré porque el orgullo no me lo permitiría. Puedo ser lo que sea, sin embargo, no soy una cobarde.
—Si ya se te paso el enojo podremos hablar. Mis padres siempre han dicho que para que un matrimonio sea feliz y duradero no pueden ignorar los problemas. No has escuchado que la comunicación es la base fundamental de los matrimonios. —empieza con su perorata que en vez de apaciguarme me enoja más.
—No tenemos ningún problema, ya lo resolvimos. Puedes ir tranquilo a dormir a aquel cuarto. —enuncio con la mayor claridad que puedo emplear en estos momentos.
—Chiara, discúlpame si te molestó. Era justamente lo que no quería hacer—Suspira cansado. —Sé que actúe mal por no preguntarte, pero considere que no seria bienvenido a dormir contigo en la misma cama. Estoy confundido con todo esto, la verdad es que no sé que tenemos y que puedo hacer entorno a ti puesto que no deseo que decidas que cometimos una locura y quieras tu libertad para regresar a España, porque sé que no podría detenerte o impedirte que hagas lo que quieras. —Su mirada no esconde lo abrumado que se siente, y cierra sus ojos. —La verdad es que tengo miedo de perderlas a las dos. Eres más importante para mí de lo que crees, Chiara. —Cuando termina de decir esto abre sus ojos y es cuando entiendo la magnitud de sus sentimientos hacia mí, porque yo también siento lo mismo.
Sin esperar nada más, acerco mis labios hacia los suyos. Porque en estos momentos no soy capaz de poder pronunciar ni una jota. De modo, que lo que no puedo decírselo en palabras se lo quiero demostrar.
Llevo mis manos desesperadamente hacia su tshirt para quitárselo, pero para ello tuvimos que interrumpir momentáneamente nuestro beso para cumplir nuestro cometido. De ese modo, cada una de nuestras piezas escasearon en nuestros cuerpos permitiendo que tuviéramos el libre acceso que necesitábamos.
Es tan fácil perder el sentido y la noción del tiempo cuando sus labios se apoderan por completo de los míos. Zabdiel es capaz de hacer que olvide que somos tan diferentes y que venimos de mundos opuestos, sin embargo, todo eso queda al olvido y desvanece todas las inseguridades hasta que solo somos el y yo, bueno y nuestra bebe.
Zab nos giró, el quedando debajo de mí. Sus manos ahuecaron mis senos amasándolos lento y suave, produciendo que mis pezones se endurezcan por su toque. Sus labios se dirigieron hacia mi cuello, mientras mi centro de placer buscaba esa pieza del rompecabezas que ansiaba que lo complete. Nuestros cuerpos estaban en un nivel que no podíamos, o no queríamos esperar mas para unirnos, por lo cual lentamente descendí sobre su miembro. Una vez que su polla estuvo profundamente clavada dentro de mi coño, gemí llena de felicidad mientras con mis ojos entrecerrados veía el hombre que se esta convirtiendo en el centro de mi vida, lo cual aun me asusta, pero no soy de las que huye, ya no más.
Las palabras escasearon mientras dejamos que nuestros cuerpos se movieran al mismo ritmo, sus dedos se movieron con fuerza y rápido sobre mi clítoris, gemí mas fuerte porque todo se sentía mas intenso. Grite cuando el inevitable clímax me alcanzo, haciendo que mis músculos vaginales se apretaran con fuerza alrededor de su miembro y que colapsara sobre su cuerpo. Zab dio unas estocadas mas antes de que sintiera su liberación en mi interior, mis manos se aferraron a su cuerpo, mientras las suyas me rodearon y permanecimos unidos por un largo momento.
Mis parpados estaban cerrándose cuando zab me acomodo en la cama, y se apresuro hacia el baño. Solo sentí cuando regreso y me limpio, para después de eso volver a mi lado y acercarme a su cuerpo. Dejé que me arrastrara a su lado, y cerré por completo mis ojos, antes de que me dejara vencer por el sueño creí escucharlo decir algo, aunque no lo entendí.
POV ZAB
—¡Te amo! —fueron las ultimas palabras que le dije antes de que me percatara que se quedo dormida, o puede que simplemente me haya ignorado. Sin embargo, no me importa. Amo a esta mujer que esta en mis brazos con todas mis fuerzas. Desde la primera vez que la vi, supe que había perdido mi corazón cuando sus ojos me escudriñaron y solo espero poder ganarme su corazón.
Con este pensamiento me duermo y mis sueños son invadidos por ella haciendo que mi despertar sea gratificante.
Las horas de la mañana estaban pasando muy rápido, muy pronto serian las diez y debíamos llegar puntuales a la cita. De modo, que apresure a Chiara y una vez estuvo lista nos dirigimos hacia la galería West donde el dueño nos recibiría.
Llegamos justo a tiempo, y rápidamente fuimos atendidos. Antes de poder hablar con el señor West, su secretaria nos dio un recorrido por la galería. Chiara estaba muy emocionada y en cada parada tenia una pregunta. Antes de terminar con el recorrido, recibí una llamada de mi representante, quien no había sido invitada por el dueño. Por lo que tuve que explicarle, no se si se lo tomo bien, pero no hay nada que hacer si así él lo había querido.
La secretaria nos llevo a la oficina del señor West, donde él nos saludó con alegría y no pidió que nos sentáramos.
—Me disculpo con ustedes por no haberles dado yo mismo el recorrido, pero se presentó una emergencia.
—No se preocupe, nosotros entendemos. —le comunique contento.
—Señor West, —lo llama su secretaria, captando su atenciónDisculpe, me puede dar unos minutos.
—Sí, claro. Discúlpenme chicos, ahora regreso.
—Ok, no hay problema. —anunciamos Chiara y yo al mismo tiempo.
Estaba tan nervioso por su respuesta que se me hizo eterno los minutos que estuvo hablando con su secretaria. El señor West, entro a la oficina y luego de estar sentado tomo la palabra.
—¡Muchas felicidades! —enuncia mientras extiende sus manos, la cual se la estrecho—Me alegro poder anunciarles que formaremos la sociedad.
—Pero, no nos va a preguntar algo o...—estaba tan confundido, porque no esperaba que tan solo sentándonos en su oficina nos iba a hacer socios. Pensaba que iba a preguntarnos sobre nuestra relación o lo que planeamos hacer con la galería.
—No es necesario. Ya he analizado lo suficiente, y además pasaron satisfactoriamente la prueba.
—¿Cuál prueba? —pregunta Chiara igualmente de confundida como lo estaba yo.
—Mi secretaria se encargo de ello. Su deber en el recorrido era ponerlos a prueba y ver que tato les interesa la galería. Ella quedo gratamente satisfecha con su interés Señora Morgan. —explico muy sonriente—Ahora, solo debemos firmar el acuerdo y todo quedara listo. ¿Qué tal si nos reunimos mañana? De ese modo, mis abogados tendrán listos los papeles y discutiremos en conjunto las condiciones.
—Por supuesto, mañana nos reuniremos—contesta Chiara, porque es tanta mi emoción que no pude responder. Pero me compongo y terminamos de agendar la cita para mañana. De modo, que nos despedimos.
—Aun no me lo creo—comento una vez que nos pusimos en marcha para regresar a casa. —Hace tiempo que hemos estado tratando de hacernos con esta sociedad y siempre nos negaba el reunirnos, por lo que ahora ver que esto esta tan cerca me causa confusión.
—Te entiendo—dice mientras posa su mano en mi muslo—Pero todo sucede a su tiempo, y muchas veces lo que en verdad deseamos dura en llegar, sin embargo, llega. —Me sonríe, mientras sopeso sus palabras y termino en coincidir con ella.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro