-Otro secreto del universo: algunas veces el dolor era como una tormenta que provenía de la nada. El más despejado de los veranos podía terminar en una tormenta. Podía terminar con relámpagos y truenos.

Aristoteles y Dante descubren los secretos del universo.

Era una noche fría para ser la última noche de ese verano, un verano que había iniciado con la tradición de cada año, en la casa de los Bane, aquel chico de extremadamente brillante, claro que a parte de listo era literalmente brillante, se debía tal vez a la gran cantidad de purpurina que usaba en cada atuendo que llevaba a cualquier lado, la única ropa que se libraba de eso era las pijamas, que no dejaban nada a la imaginación o simplemente era de satín.

- No, no me mires de nuevo - el chico moreno, con ojos gatunos, aficionado a la magia, ahora tenía los ojos hinchados de tanto llorar con esa película de nuevo, que si bien sabía que no era ninguna ganadora de Oscares, le encantaba verla, un obsesionado con Disney era poco, Magnus Bane podía recitar cada dialogo, de cada cinta de la misma franquicia.

-Vamos, ya habías superado el amor a esta película- La voz tan familiar a oídos del moreno provenía de un chico con ojos azules como el cielo despejado de las mañanas, de piel blanca como la misma luna que entraba por la ventana del cuarto de Magnus, reflejada en la escalera de metal que había estado ahí aproximadamente 6 años, desde que ese joven tenía un nuevo hermano y su padre... se había ido cuando su madre había muerto, Alexander lo llamaba, aunque la mayoría le llamaba Alec.

-No, no lo hice, debes admitir que es hermoso cuando los ratones cosen su vestido, pero el príncipe la hubiese amado aunque ella hubiera ido con las peores prendas - el chico con ojos gatunos tenía hoy su inusual pijama que constaba solo de una playera, pero tenía estampado la frase "Cojeme o vete", mostrando su piel de las piernas con una tonalidad aún más hermosa bajo la luz.

-Bueno debo irme- Alec no espero esta vez a que la película terminara, porque había querido decirle a Magnus todo el verano que ya no podría quedarse más en su casa como acostumbraban, iban a iniciar su último año de bachillerato, no podía seguir durmiendo en el cuarto de su mejor amigo, más aún siendo un recién "destapado" por ser una forma de decir.

El corazón del moreno se detuvo, porque la última vez que Alexander se había ido de su casa así fue cuando descubrio que su erección había sido causada por Flynn en enredados, pero sabía que el príncipe Henry no era su tipo, así que eso hizo que Magnus le pusiera pausa a la reproduccion de esa noche y sus lagrimas de cocodrilo por así llamarlas se secaran.

-Quedate, siempre lo haces, incluso puedo prestarte una de mis playeras - dijo el mayor (por solo 4 meses) como si eso fuese un premio, en su mente lo era.

Pero el pelinegro ya estaba fuera de la cama buscando sus botas militares, que habían sido regalo del moreno para cuando lo fuera a ver se viera con estilo, un estilo oscuro, porque iba  a juego con los tatuajes que adornaban la piel blanquecina del menor.

-No, eso es lo que quería decirte el otro día, ya no podemos hacer esto, Magnus, crecimos ya, los sentimientos de aquellos niños que se escabullían en las noches a ver peliculas y a leer poemas por las mañanas no son los mismos ahora, con estas hormonas - Explicaba mientras se peinaba antes de acercarse a la ventana.

-Vamos, somos nosotros, Alexander y Magnus, eso no va  a pasarnos, porque siempre seremos amigos, vamos Alexander, hoy es la última noche del verano, regresando a la escuela solo podremos ver películas tres veces a la semana, y leer cuatro, para poder salir solo una, así que por favor.- Magnus se apoyaba de sus ojos felinos para hacer la cara más tierna que Alec había visto, pero estaba decidido porque su corazón todo este verano se le había acelerado con cada roce de Magnus en su piel.

-No, Magnus, a parte le prometí a Jace llegar temprano y planear una estrategia para que Isabelle le consiga una cita con la amiga de su novio.- Alec estaba ya en la ventana, por primera vez le pesaba el irse en la noche, y si pasaba un minuto más ahí probablemente no se iría - Pero prometo venir mañana después de la escuela, nos toca leer poemas mañana.

No hubo tiempo para más replicas, porque de un salto Alec bajo la mitad de la escalera, con otro llego al suelo, cuando Magnus logró llegar a la ventana el pelinegro ya estaba desapareciendo entre los arboles.

El viaje que hacía el Lightwood era admirable, para poder llegar a su casa tenía que cruzar un lago, era pequeño pero la diferencia era abismal, ese lago separaba el barrio pobre del pueblo, con el lado rico, los nephilim y los subterráneos los llamaban, pero Alec lo hacía con un bote que Magnus, o más bien los padres de Magnus lo habían comprado, no le gustaba que Alec se fuera en las noches solo por el camino llegando tarde a su casa, de esa manera era más fácil.

Le daba tiempo de pensar, desgraciadamente esa noche solo podía pensar en la estúpida playera que Magnus utilizaba y como había producido una cosquilla en su entrepierna, pero iba a bloquearlo de su mente porque ya estaba afuera de su casa y sus mejillas de seguro ya estaban sonrojadas, así que cuando entró se llevo una sorpresa cuandovio que Izzy, su hermana menor, que había dejado la escuela normal, siendo la única de los hermanos que se encargaba del restaurante todo el día, estudiando a distancia, era una chica perfectamente hermosa, pelinegra como su hermano, pero en sus ojos solo había un cielo nocturno sin estrellas, siendo preciosa a un nivel distinto, estaba sentada en el regazo de Simon, su novio demasiado nerd para funcionar que era de cabello castaño, con tes blanca, judio y claramente del mundo subterraneo, aunque la gente no los aceptaba del todo ya que Simon ya era rico a sus 19 años, lo cual a todos se le hacia sorprendente, pero en apariencia no tenía nada del otro mundo, pero era a penas tolerable. Junto con un Jace, un rubio que si no viviera con él juraría que había sido cstaño antes, ese rubio era dificil de creer;  su hermano adoptivo que aunque no pertenecía a la familia como tal llevaba tatuajes similares como los Lightwood que lo miraba con sus ojos color dorado, cargando al pequeño Max un chico de pelo castaño más parecido a Izzy de lo que le gustaba admitir  a Alec, pero con un gran sentido de familia, a pesar de tener solo seis años.

-¿Que rayos hacen levantados? Izzy mañana tienes que abrir el restaurante temprano..- Pero no termino de hablar cuando un puñetazo le llego de Jace directo al hombro.- AUCH ¿QUÉ RAYOS TE PASA?

-¿Por que tenías que regresar? Me hiciste perder un turno libre, tenías que quedarte con tu novio - Las mejillas del mayor de esa casa se sonrojaron, de inmediato de un color carmesí

-Te dije, Alec estaba decidido, a parte es bueno que venga a dormir a casa una vez a la semana - Izzy se llevaba a un Max de seis años diciendo "Magnus tenía que venir, ¿o era mañana?" casi dormido.

Alec estaba en blanco, no sabía que había pasado pero esa noche no durmio como lo había hecho todo el verano, durmió solo antes de poder ir a la escuela, sin saber que el moreno no había podido dormir pensando que tal vez la noche anterior había sido la última con su mejor amigo a lado.

Y aún no había empezado su primer día en la escuela.

Ufff, espero lees guste, los quiero :)