Mirando por la ventana
Jungkook veía fijamente al hada que volaba frente a su rostro, sonreía mostrando sus hoyuelos a medida que agitaba sus diminutas alas, el humano estiró la mano indicándole que se parara en ella; el hada lo hizo.
—¿Eres Kim? —preguntó Jungkook.
—Kim Taehyung —contestó sentándose en la mano del muchacho.
—¿Por qué no habías aparecido desde aquel día? Creo que fue la primera y última vez que nos vimos.
—Eras feliz con tu deseo, además no me volviste a buscar y yo estoy aquí para ayudarte.
—¿Mi deseo?
—Park Jimin, tu amigo... —dijo entrecerrando los ojos porque sabía que habían peleado.
—Oh bueno, ya no somos amigos. —Jungkook suspiró.
—¿No, por qué? —preguntó para ver si el humano le decía la verdad.
—Peleamos... Por una tontería en realidad.
—¿Y ya no tienes amigos? Yo puedo ser tu amigo. —Sonrió mostrando todos los dientes.
—¿De verdad? —preguntó Jungkook mostrando una leve sonrisa— Que adorable...
Ese día Jungkook hizo sus tareas acompañado del pequeño Taehyung revoloteando en su habitación, cuando no comprendía algo el hada le ayudaba con las respuestas. Juntos rieron, jugaron y bailaron.
Pasaron el fin de semana juntos divirtiéndose en la habitación de Jungkook dibujando en el aire con la magia de Taehyung e incluso haciendo que distintos objetos volaran en el aire. La sonrisa radiante del joven cautivaba el corazón del hada porque su misión era hacerlo feliz y ver que lo estaba logrando lo llenaba de dicha.
Juntos jugaron videojuegos en los que el hada siempre ganaba porque hacía trampa con su magia, cuando Jungkook lo descubrió le lanzó una palomita de maíz que el pequeño ser tomó con sus dos brazos abrazándola con fuerza. Ambos reían a carcajadas pero al caer la noche, cuando las luces se apagaban Jungkook extrañaba a su amigo rubio pues su amistad había durado muchos años, además quería contarle acerca de la existencia de las hadas. Con nostalgia se puso de pie mirando por la ventana hacia la casa de Jimin suspirando por la amistad perdida.
Jimin se sentía solo y triste. Desde el día que discutió con Jungkook por una tontería, por un beso, se arrepentía de haberle confesado sus sentimientos. Quería pedirle perdón y decirle que fingiera que nunca le dijo eso, pero no sabía cómo.
Estaba sentado en la ventana de su habitación, mirando el cielo nocturno. Las estrellas le recordaban a los momentos felices que había pasado con Jungkook, las risas, las bromas, los abrazos. Se preguntaba si Jungkook también estaría pensando en él, si también le extrañaría, si también querría volver a ser amigos.
Jimin tomó su celular y buscó el número de Jungkook. Estuvo a punto de llamarle, pero se detuvo. ¿Y si no quería hablar con él? ¿Y si le colgaba o le rechazaba? ¿Y si había encontrado a otro amigo mejor que él? Jimin sintió un nudo en la garganta y soltó el celular. No se atrevía a dar el primer paso.
Pero entonces, escuchó un sonido en la puerta. Alguien había tocado el timbre. Jimin se levantó y fue a abrir. Se quedó sorprendido al ver a a la persona parada frente a él, con una sonrisa nerviosa y una caja de chocolates en la mano.
—¿Qué haces aquí? —preguntó dando un paso hacia atrás.
En realidad a Jimin le hubiera gustado que la persona del otro lado de la puerta fuera Jungkook, pero sintió un nudo desagradable en el estómago cuando se dio cuenta de que era su ex: Min Yoongi.
—Salí de prisión la semana pasada —dijo con una sonrisa nerviosa.
—Eso no me importa, largo. —Jimin iba a cerrar la puerta pero Yoongi la detuvo con la mano.
—Lo siento, ¿okay? —Se rascó la barbilla— No debí tratarte de esa manera porque tú siempre fuiste amable conmigo y...
—Yoongi, nada de lo que digas podrá reparar el daño. —Suspiró con mirada triste— ¿Puedes dejarme tranquilo?
—Solo toma los chocolates, si no los quieres tíralos a la basura pero no hagas que regrese a casa con las manos llenas.
—Bien, los tomaré. —Estiró la mano para tomarlos.
—Gracias. —Sonrió con tristeza.
—Ya puedes irte.
Yoongi asintió dándose la media vuelta y Jimin cerró la puerta apresuradamente colocando todos los seguros en la casa. Sus padres como siempre estaban de viaje y tenía miedo de que su ex novio loco entrara por alguna puerta o ventana mal cerrada. Ya no tenía a Jungkook de su lado, el único amigo que lo defendía.
Suspirando tiró los chocolates a la basura yéndose a su habitación para dormir porque al día siguiente tenía clases.
El rubio se quedó dormido.
Jimin llegó a su casa después de la media noche porque la película que miró en el cine con Jungkook había durado más de lo esperado. Al entrar a la sala se sobresaltó porque su novio, Min Yoongi estaba sentado en medio de la oscuridad bebiendo coca cola.
—Yoongi, ¿qué haces aquí? ¿Cómo entraste?
—Eso no importa. —Dejó el refresco en el piso— La pregunta aquí es ¿Dónde estabas?
—Mmm en el cine, te dije que iría con Jungkook
—¿Te refieres al amigo que te dije que me ponía nervioso? —Alzó las cejas acercándose a Jimin.
—Es mi amigo desde los doce, no puedo cortar la amistad solo porque tú me lo pides. Además no deberías ponerte nervioso.
—¿Y por qué no me contestaste el teléfono ni los mensajes? ¿Y por qué vi una foto de ustedes dos abrazados en las redes sociales?
—Porque estaba viendo una película, The avengers tú dijiste que no te gustaba y el abrazo fue como cualquier otro.
— ¿Amigos? ¿Seguro que solo amigos? Porque a mí me parece que hay algo más entre ustedes. ¿Me estás engañando? —Entre cerró los ojos
—¡No, claro que no! ¿Cómo puedes pensar eso? Te quiero, solo a ti. Él es mi mejor amigo, nada más.
—Pues no lo parece. Me parece que me estás mintiendo. Me parece que no me respetas. Me parece que no me quieres.
—¡No digas eso! ¡Claro que te respeto! ¡Claro que te quiero! ¿Qué tengo que hacer para que me creas?
—No sé, tal vez dejar de verlo. Tal vez borrar esa foto. Tal vez demostrarme que soy tu prioridad.
— ¿Qué? ¿Me estás pidiendo que renuncie a mi amigo por ti? ¿Me estás pidiendo que cambie por ti?
—No, no te estoy pidiendo nada. Solo te estoy diciendo lo que siento. Si tú no eres capaz de entenderlo, entonces tal vez deberíamos terminar.
—¿Terminar? ¿Así de fácil? ¿Después de todo lo que hemos vivido juntos?
—Sí, terminar. Porque no puedo seguir así. Porque no confío en ti. Porque no soy feliz contigo.
—¡Yoongi, no digas eso! —Jimin hizo puchero.
—Entonces demuéstrame que eres mío. —Yoongi se acercó a Jimin tomándolo por las mejillas y besando sus labios habilidosamente.
—Yoon...
—Quítate la puta ropa.
—Vamos a mi habitación, hagámoslo allá porque mis padres pueden entrar en cualquier momento...
—Te sigo.
Jimin tenía miedo, así que subió a las escaleras corriendo para encerrarse en su habitación con llave escuchando detrás de él los gritos insultantes de su novio. No iba a tener relaciones en contra de su voluntad, el amor no era así.
Jimin despertó de madrugada abruptamente tras soñar un recuerdo y lloró amargamente abrazando una almohada musical que su antes amigo Jungkook le había obsequiado.
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