Capítulo 3
¿Quieres darme un beso o conservar nuestra amistad?
Jungkook despertó muy temprano esa mañana, desayunó leche con huevos revueltos, se puso el uniforme escolar y corrió a la casa de Jimin quien vivía al lado para irse juntos a la escuela como era de costumbre. Pero Jimin no salió.
"Estoy afuera, sal"
Escribió Jungkook a Jimin por mensaje de texto.
"Adelántate, creo que voy tarde."
Frunció el ceño cuando recibió el mensaje de Jimin.
Sin decir nada dio media vuelta y llamó al chofer para que lo llevara a la preparatoria. Al llegar saludó a sus compañeros.
—¡Hey Jungkook, no nos invitaste a tu fiesta de fin del semana pasado! —le reprocharón algunos a medida que caminaba hacia su salón.
—¡Pronto haré otra! —Prometió.
Cuando llegó a su salón se sentó en el mismo banco de siempre; atrás de el de Jimin. Una de sus compañeras, la más linda del salón le colocó una cajita de leche en el pupitre que tenía una nota color rosa pegada en ella.
—Es para ti —dijo la chica, su nombre era Haneul.
Ella tenía el cabello lacio, negro y largo hasta las caderas, era delgada, su piel blanca en extremo, un par de ojos negros que brillaban cuando sonreía.
—Gracias. —Jungkook agradeció tomándola entre sus manos y guardándola en su mochila porque no quería que nadie la viera.
—¿No vas a leer la nota? —preguntó Haneul.
—La leeré después.
En ese instante Jimin entró al salón haciendo un gran alboroto riendo con sus compañeros. Jungkook se puso de pie al verlo dejando a Haneul parada frente a su pupitre.
—¿Por qué me dijiste que vendrías tarde? Todavía es temprano —Jungkook cruzó los brazos esperando la respuesta de Jimin.
Ambos hicieron contacto visual, pero el rubio no contestó su pregunta. Él borró la sonrisa de sus labios y se fue a sentar a su lugar.
—¿Me estás ignorando, Jimin?
—No lo hago... —dijo sacando sus cuadernos de la mochila.
—Lo haces, ¿por qué?
El profesor Namjoon entró al salón, Jimin agradeció porque de esa manera Jungkook dejaría de atacarlo con preguntas. No quería que supiera que tenía sentimientos románticos hacia él.
Las clases fueron igual que siempre, la única diferencia era que Jimin estaba muy callado y poco participativo. Y cuando sonó la campana para salir a almorzar se quiso escabullir para huir de su amigo, pero Jungkook lo alcanzó en el pasillo par sentarse juntos en el comedor.
—Pareciera que quieres evitarme, Jimin.
—No, estás confundiendo las cosas —Mintió nervioso.
—Fingiré que te creo.
El par se sentaron en una mesa al centro de la cafetería, comieron entre risas olvidando las incómodas conversaciones que tuvieron ese día.
—Hoy en la mañana te perdiste algo interesante —dijo Jungkook.
—¿Qué cosa?
—Al parecer le gustó a Haneul. —Jungkook metió la mano en el bolsillo de su pantalón sacando la caja de leche que Haneul le entregó en la mañana.
—¿Qué es eso? —preguntó Jimin con arroz en la boca.
—Pareces ardilla —Jungkook rió al verlo.
—¿Qué es eso? —volvió a preguntar.
—Es una leche que me obsequió Haneul y trae una nota que...
Jimin tomó la nota de inmediato leyéndola a medida que masticaba el arroz tratando de no atragantarse. Cuando terminó de leerla se pasó el arroz por completo y la colocó en la mesa haciendo un ruido al dejarla caer.
—Le gustas —afirmó.
Jungkook tomó la nota entre sus manos leyendo lo que decía "Espero que te encuentres bien, no me gustó ver a ese tipo golpeándote."
—¿Se refiere a Yoongi? —preguntó Jungkook y Jimin asintió.
—¿Quién más te ha golpeado aparte de él? —preguntó Jimin recargando los codos en la mesa.
—Nadie, por cierto. ¿Cómo estás? Yo sé que lo querías bastante.
—Estoy bien, lo superé. Él —Jimin suspiró—. Tú sabías que era violento conmigo, por eso lo terminé.
—Eso sí, pero Jimin desde el día de la fiesta no me hablas y hoy me estuviste evitando. ¿Te molestaste conmigo porque le rompí la cara o porque le dije a mi abogado que lo metiera a la cárcel?
Jimin suspiró.
—Nada de eso, es que...
—¿Es que? —Jungkook alzó las cejas.
—No vuelvas a hacer algo así por mí nunca más. ¿Comprendes? Ya no quiero que alguien te lastime por mi culpa.
—Entiendo pero no te alejes de mí.
—Ay Jungkook, es muy difícil ser hetero contigo —Jimin se puso de pie levantando su bandeja de comida y dejando a Jungkook solo en el comedor.
Luego de un par de minutos Jungkook se puso de pie siguiendo a Jimin al patio de la escuela, lo buscó por todas partes sin lograr encontrarlo, hasta que uno de sus compañeros le dijo que estaba en los columpios para niños. Es que esa era una escuela en la que anteriormente aceptaban infantes, pero luego del coronavirus se redujeron los estudiantes a solo preparatoria.
—¿Por qué huyes de mí? —preguntó cuando llegó ante Jimin.
—Jungkook, tú sabes mi secreto...
—¿Cuál? ¿Qué no te bañas todos los días o qué te apestan los pies?
—¡No me apestan los pies! —se quejó.
—Bueno, ¿Cuál secreto?
—Que me gustan los hombres.
—Ah ese. —Encorvó los hombros restándole importancia— ¿Qué tiene que ver tu secreto con tu extraño comportamiento?
—Me gustas, Jungkook.
Jungkook se quedó quieto como estatua parado enfrente de Jimin, quien se puso de pie para verlo a los ojos.
—Ya no puedo controlar mis sentimientos por ti y sé que tú no sientes lo mismo por mí porque adoras a las mujeres pero desde la fiesta cuando golpeaste a Yoongi, cuando me salvaste por onceava vez de él...
>>Jungkook, esa noche quería besar tus labios y he soñado que lo hago, ¿comprendes la gravedad del asunto? Por eso no quería verte en la mañana, por eso huyo de ti... Porque me gustas, porque quiero besarte, pero si lo hago sé que perderé nuestra amistad.
Jungkook no podía creer las palabras de Jimin, y no era porque no le gustara, sino que él creía que lo veía como un amigo y nada más. Pero verlo ahí tan frágil exponiendo sus sentimientos ante él le provocó que quisiera besarlo.
—¿Quieres darme un beso o conservar nuestra amistad? —preguntó Jungkook.
—¡Te burlas de mí! —Jimin lo empujó.
—No me burlo, ¿quieres besarme? Adelante; hazlo, no pondré resistencia.
—Bastardo, mentiroso. ¡No quiero volver a verte!
Jimin se fue corriendo lejos de Jungkook porque creía que se estaba burlando de él.
Así pasaron días, semanas e incluso meses y el par de amigos inseparables dejaron de hablar.
Jungkook estaba triste en el jardín de su casa, sentado abajo del árbol en el que conoció a Jimin. Recordó con nostalgia el hada que según él se había inventado a la edad de doce años.
—Un hada... —Sonrió— Como si esas cosas existieran.
Jugó con sus dedos mirando al cielo.
—Si esa hada fue real quiero que aparezca de nuevo —dijo riéndose— Ya no sé ni lo que estoy diciendo. —Se puso de pie.
—¿Me hablabas? —preguntó Taehyung.
Era la misma hada que Jungkook miró a la edad de doce años, la misma hada que le concedió el deseo de entregarle un amigo. De entregarle a Park Jimin.
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