Es tu imaginación, es tu imaginación me digo, siento mi corazón acelerado, y me aferro mucho más a Izan, si no lo ves no es real, si no lo ves...
-tranquila -susurra Izan -aquí estoy, te cuidaré de todo.

Quiero creerle, pero siento un vacío en mi corazón, mucha nostalgia, como si de pronto mi alma tuviese forma de asfixiarse.

Unos dulces ojos verdes me observan atento, ya no me encuentro con Izan, estoy en el jardín de enfrente de la casa de mi abuela, es un niño, pero yo lo observo como si fuera mas pequeña que él, lleva su cabello castaño en un corte de melena

-Ten cuidado con tu pelota. -dice y me sonríe.

Estoy jugando con una pelota de color rojo cuando veo que rueda más allá de la banqueta él resopla y va detrás de la pelota un rechinido de un automóvil y el cuerpo del pequeño volando y cayendo a unos metros, veo como corren de detrás de mi algunos adultos y yo solo me quedo congelada en mi lugar...

Escucho llorar a Sophie, ella es todavía una bebé, pero nadie le presta atención, yo sigo en donde me quede, intento moverme pero no puedo, mi cuerpo no me responde. Esto es un sueño, yo no conozco a ningún niño, yo nunca tuve un amiguito de pequeña, no hubo ningún niño cerca de mi jamás, sin embargo ha aparecido tantas veces en mis sueños.

-Faren, Faren... Me estás asustando -dice Izan, puedo solo visualizar su silueta todo es tan borroso y el olor a alcohol inunda mis fosas nasales.
-Parece que la tenemos de vuelta -dice Alice quién parece estar deteniendo mi cabeza. Sobre sus piernas.
-¿qué pasó? -pregunto pero mi cabeza duele mucho.
-¿Estás volviendo a tener esas pesadillas? -mi mejor amiga me interroga.
-¿qué pesadillas? -Izan la observa.
-Cuando era más pequeña tenía pesadillas acerca de un niño.
-Un niño de ojos verdes que no conozco - respondo -y que como dice Alice, son sólo pesadillas.

Alice me acomoda en la cama, veo que la recamara está alumbrada por una pequeña lámpara que alguien ha traído.

-¿Quieres que me quede a dormir contigo Faren? -pregunta ella y yo niego. - No es necesario.
-Yo me quedaré con ella -responde Izan, yo la cuidaré. ¿Tienes alguna entrega Faren?
-Solo las de las fotos que ibas a editar.
-Yo lo hago, ¿algo más?
-No, sólo eso.
-Bien... Tranquila Alice, yo me quedo aquí. -Adam solo observa desde la puerta y toma de la mano a la rubia para llevarla con él.

Izan se recuesta a mí lado con la computadora en sus piernas, me dice de vez en vez que lo asusté que simplemente sintió como de pronto me desplomé entre sus brazos y no regresaba en mi, por más que me insistía, comienza a ver las fotografías que le explico debe de editar.

-Faren -dice en susurros.
-Si Izan...
-Nos vamos -levanto la mirada y me observa de manera seria.
-¿qué?
-No nos vamos a quedar en casa esta noche.
-¿por qué? -él suspira.
-Necesito mantenerte a salvo.
-¿mantenerme a salvo de qué? -él sólo niega con la cabeza.

Cierra la computadora veo que va a mi closet y toma un poco de ropa, me levanto pero inmediatamente me mareo, me alcanza a detener, pone mi mochila en sus hombros y me toma entre brazos.

-¿Qué pasa Izan, ahora eres tú el que me está asustando, entramos a su recamara e igual toma un poco de ropa que como puede pone igual en mi mochila sin siquiera soltarme; esto comienza a frustrarme y trato de soltarme de su agarre. -Déjame bajar no voy a ir a ningún lado contigo.
-Carajo Faren no es momento de que hagas ningún berrinche.
-¿berrinche? Yo no estoy haciendo un berrinche, tú estás prácticamente secuestrándome.
-Te diría todo lo que sucede si no tuvieras esa estúpida idea de que no existe algo más allá.
-No creo en ello.
-Qué no creas no significa que no existe. -dice en un grito, logro bajarme de sus brazos, aun me siento tambalear y solo observo que sigue poniendo cosas dentro.
-¿y Así quieres que te acompañe a algún lugar? - digo molesta
-Te irás conmigo aunque tenga que obligarte -un trueno retumba y yo corro a los brazos del pelinegro. -Nos tenemos que ir. -Se agacha para tomarme entre sus brazos y subirme a su hombro como si fuera un costal de papas.
-Izan no... -grito. -Alice, Adam. -trato de que mi amiga y su novio traten de salvarme de la idea de Izan de llevarme a quien sabe donde pero ellos parecen no escuchar absolutamente nada, escucho el agua correr de la regadera y comienzo a entender porque ninguno de los dos sale al pasillo; a buena hora se les ocurre "ahorrar agua".

Izan baja las escaleras, conmigo en sus hombros intento patalear pero él evidentemente es mucho más fuerte que yo y termino por rendirme, no me siento completamente bien, y estoy lo suficientemente cansada como para dejarme llevar, al final, si algo he deseado desde hace semanas es estar a solas con él.

**************

Izan abre la puerta de una habitación de hotel que acaba de rentar, mi corazón late nervioso porque en todo el camino se mantuvo callado y hermético como suele hacerlo cada que sucede algo extraño alrededor de nosotros.

-En la mochila puse una de tus pijamas -dice mientras me la entrega.
-¿Por qué me trajiste aquí? -pregunto en un susurro.
-No podíamos quedarnos en la casa.
-¿por qué?
-Vera...
-¿otra vez con eso Izan? -pregunto.
-Tú la has visto Faren.
-¿cómo voy a ver a alguien que está muerto?

Izan lleva sus manos hasta su cabello y parece querer salir de sus cabales pero solo me voltea a ver, va directo hacia la cama y toma la computadora, con su mano derecha me pide que me acerque a él.

-¿Has visto esta fotografía? -me observa.
-Si, yo la tomé.
-¿Ves esta chica?
-Si, es la misma chica que veo cerca de ti en la universidad
-Faren... Ella es Vera... De alguna manera se está manifestando, estoy tratando de descubrir cómo y porqué... Tu celular prácticamente derretido anunciando la hora en la que ella falleció, los cambios de conducta de Alice, lo que escribió en el baño, la fotografía que dejó en mi recámara cuando regresamos de la cabaña, todo eso lo ha hecho ella...
-Izan, pero ella está muerta -insisto porque lo que dice me parece una locura.
-Faren, lo sé, pero entonces... ¿Qué lógica le das a todo lo que sucede alrededor de nosotros cada vez que estamos cerca?.
-¿casualidad?
-No seas ingenua. -hago una mueca porque sé que está molesto y parece querer desquitarse conmigo en estos momentos. -Faren, quisiera decirte que si, que es casualidad pero no.

Izan se levanta, observo el reloj, pasan de las 2 de la mañana, se recarga sobre la pared y se desliza sobre este hasta quedar sentado sobre la alfombra.

-Antes de ti hubo más chicas, un par, y siempre sucedían cosas similares cada vez que ellas visitaban la casa, en esos momentos siempre elegí por encima a Vera, mantenerla tranquila, pensé que quizá yo me estaba volviendo loco, pero Adam es testigo de todo lo que sucedía alrededor de mi cuando ellas estaban en la casa, pero contigo ha sido mucho más intenso; Y es de esa manera porque sabe que de verdad te quiero que no te estoy tomando como un juego, que desde que te vi me encantaste y que desde ese día no he podido dejar de pensar en ti. -sus ojos verdes me observan, me acerco hasta él, no se ve bien, está desvariando, me quedo en cuclillas frente a frente.
-Esto no es posible Izan y lo sabes -digo tratando de calmarlo.
-no estoy loco Faren.
-Nunca dije que lo estuvieras
-Entonces si tienes todas las pruebas ¿por que aun no crees en todo lo que está sucediendo?

Cierro mis ojos, y me veo de pequeña.

-Mamá dice que eso no existe, que yo no veo a ese pequeño niño de ojos verdes, que estoy loca, me encierra en un pequeño closet con llave diciéndome que no hay nada en la oscuridad y que debo superarlo -siento como comienzan a salir lágrimas de mis ojos. -abuela dice que puedo verlos y que tengo un don, pero mamá me dice que abuela es mentirosa, que ella es mi madre y que ella sabe que es lo mejor para mi, y que convencerá a papá para que me lleve a un psiquiátrico, Izan, yo no estoy loca, yo veía juro que veía a ese niño, pero no sé quien sea, no sé si es un amigo imaginario o que es... Sé hasta como murió, él siempre me cuidaba, me protegía, lo vi hasta cuando tenía como trece años... Lo dejé de ver porque supongo me obligué a hacerlo.
-Faren -dice mi nombre mientras me jala hacia él.
-Abuela decía que ella me podía mostrar a manejar el supuesto don, pero mamá siempre decía que eso era pura charlatanería... Hasta que supongo terminé por creerlo, me he aferrado tanto al... Si no lo veo, no creo, pero... Están ahí Izan... Sobre todo en los días de tormentas... Ellos parecen buscarme y yo... Yo solo creí que era verdad lo que mamá decía que yo estaba loca.
-No lo estás Faren... -levanto mi rostro y me encuentro con esos hermosos ojos.
-yo te creo, nunca la he visto físicamente pero sé cuando la tengo cerca, siento esa pesadez, pero como te digo, ha sido mucho más fuerte desde que has aparecido en mi vida, por eso intento alejarme de ti, para mantenerte a salvo, pero no puedo, Faren, tú de verdad me interesas, yo de verdad te quiero, yo no quiero cargar con su fantasma, ya no, no más.
-Izan... Matthew -digo en un susurro.
-Claro se me olvidó el perfecto novio... - Izan se levanta y yo lo sigo, va hacia la puerta, y voy detrás de él.
-¿a donde vas? -él se gira hacia mí, me toma de la cintura y me acerca a él puedo verme en sus ojos reflejada, intentó descifrar lo que está pensando pero sólo me observa con la misma mirada que odio, esa que parece no decir absolutamente nada, y en un movimiento rápido se acerca a mis labios.

Quisiera decir que odio sus puntos extremistas el querer alejarse y después pareciera necesitar de mi, su boca besa la mía con desesperación y yo le respondo de la misma manera, disfruto del calor de su cuerpo, mis manos se posicionan sobre su pecho y siento una ligera sonrisa sobre mis labios.

-¿besas a tu perfecto novio con la misma desesperación con la que me besas a mi? - lo dice sin despegarse de mi.
-No... Mi perfecto novio no me hace sentir como tú... -Sus ojos parecen brillar -me toma entre sus brazos y mis piernas se enredan en su cintura; vuelvo a besarlo y él sigue el ritmo del beso Izan comienza a caminar pero no me interesa indagar hacia dónde va porque me encanta estar así con él, besándolo de esta manera, mi cuerpo cae en la suavidad del colchón, me separo de Izan para tomar un poco de aire y para corroborar lo que está sucediendo, me ve con deseo, muerde su labios y mi mano va hacia el cuello de su camisa para que no se aleje de mi, no más, nunca más, lo quiero en mi vida, lo necesito en mi vida.

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Aaaaaaahhhhh esto se puso intenso

Ella ya está aceptando de a poco lo que está sucediendo.

¿Qué será que suceda?