Capitulo 18
-mientras que el niño se acercaba a las afueras de la ciudad se iba acercando a cierto camino si no fuera por una voz que detuvo su andar.-
Milo: ¡hey niño! ¿a donde vas?
-tras voltear ladeó un poco la cabeza antes de responder.-
Hyoga: estaba por visitar a un amigo.
Milo: ¿ahora?
-el rubio asintió con la cabeza ante el serio rostro del más grande, suponiendo que le pediría que regresara con el.-
Milo: bueno, ¿nos quedaremos aquí o nos vamos a verlo?
-con la sorpresa pero más alegría el rubio aceleró el paso para guiarlo a cierto lugar.-
Hyoga: es ahí.
-señalo el contenedor de basura.-
Milo: ¿ahí?
Hyoga: si.
-se acerco y dejó que el más grande abriera la pesada tapa y mirara su interior.-
Milo: y yo que me preguntaba a donde iba esto... ¿cómo lo supiste?
Hyoga: he salido de aquí.
-sin demora ni duda los dos entraron pero ninguno de los dos se movía.-
Milo: ¿y ahora?
Hyoga: debe apretar ahí.
-señalo con la mirada el único botón que era como una calcomanía/pegatina/como le llamen por allá.-
Milo: bueno, no tardemos como tortugas!
-y sin mas tras presionar los dos fueron succionados por aquel conducto directamente a su destino.-
-por mientras el pelirrojo estaba listo para hacer su acto final, como la punta de la montaña era amplia había movimiento para hacer, entonces después de tronar sus dedos se acerco al trineo.-
Camus: ahora ha llegado la fase final de la presentación, el crecento de mi odioso ocus!
-y así fue poco a poco empujando con algunas fuerzas el trineo Mié tras que los animales libres del arnés y demás solo miraban lo que sucedía, dolidos por dentro y por fuera observaban como se alejaban los regalos junto al saco.-
Camus: ah esa musica en mis oídos, la depresión de que un mal cometió.
-pero de pronto una melodía comenzó a sonar, muy poco tenue de oía pero poco a poco crecía.-
Camus: ¿eh?
-el cantar mas fuerte se hacía, dejo de empujar para acercarse a la orilla a escuchar al igual que cada animal, no parecía ser un canto triste ¡al contrario era feliz! Si, era feliz, cada aldeano tomado de la mano rodeaban el árbol en un bello canto lleno del espíritu navideño que venían desde sus corazones expresados por sus cuerdas vocales. El pelirrojo gruño entre dientes mientras se deslizaba cuesta abajo por unos cuantos segundos hasta llegar a la planta frente a su puerta,es decir, frente a su puerta, en todo momento los animales le acompañaban nada mas para estar de mirones(?), pisando con mucha fuerza mientras miraba con enojo, no había impedido que la navidad llegara ¡ya llego!-
Camus: a pesar de todo ¡si se apresento!
-los animales retrocedieron. Por otro lado los dos que saliendo del conducto entre risas cayeron directamente al basurero, sin rasguño ni moretón alguno.-
Milo: woow! De haber sabido lo hubiera hecho cada día!
-dijo riendo un poco hasta que viendo alrededor, si había demasiada basura, incluso basura que estaba nueva, la sonrisa se le borro casi por un instante y un rostro de seriedad lo que hizo fue alarmarle.-
Milo: ¿no te lastimaste?
Hyoga: no.
-le ayudo a levantarse con cuidado para no romper algo, los dos miraron hacia arriba (el rubio señalaba con la mirada, Milo solo le seguía) encontrando la cima de aquella montaña.-
Hyoga: ¡ya vine señor Camus!
-comenzó a gritar.-
Hyoga: ¡¿señor Camus?!
Milo: creo que no escucha, ven tenemos que subir.
-y tomándolo de la mano llevo al niño por un camino de antaño. Mientras tanto el pelirrojo literalmente con sus pies hundidos en la nieve se puso a pensar.-
Camus: ¿pero como sucedió? Llego sin listones... Llego sin juguetes... Llego sin... Bolsas, pastel o paquetes!
-pensó y pensó hasta que la cabeza le dolió..... Entonces pensó en algo que antes nunca se le ocurrió.-
Camus: tal vez.... Navidad....
-pensó.-
Camus: en... Una tienda no estás.... Tal vez.... Navidad..... -suspira suave- significas un poco más....
-en ello varios recuerdos de su niñez vinieron a su mente, entre ellos cuando le cuidaban recordó perfectamente cuando le explicaban lo que se sentía estar en la navidad:-
Flash back
-estaban saliendo el pelirrojo solitariamente por las calles después de comprar algo de comida como mandado de sus abuelas entrometidas, no tenia nada en especifico pues era casi épocas navideñas por lo que sólo ignoraba a la gente alrededor, sin embargo cuando más adelante se encontró con quien no esperaba toparse trago un poco en seco pero no era momento de hecharse para atrás si de todas formas ese era el camino.-
Child Milo: ¡hey! Hola! ¿vienes a ver las luces?
Child Camus: eehhh... No.
Child Milo: ah, ya veo... Oye! Celebraras navidad verdad? Esta fiesta sera divertida!
-el pelirrojo rodó los ojos levemente, los dos fueron caminando en la misma ruta que iba caminando.-
Child Milo: ¿sabes algo? Le pregunte al señor Shion el por qué toda la gente toma mucha importancia la navidad.
Child Camus: ¿de verdad?
Child Milo: si! Y que crees? Me leyó unos cuantos libros de cuentos.
Child Camus: aburrido.
Child Milo: un poco, fueron historias navideñas... Todas coincidían en un mismo final
-le sonreía mientras que le miraba.-
Child Milo: todos no le dieron importancia a los regalos, tampoco les importo si tienen o no, todos siempre dijeron que la familia es lo que importa y tener fe... Aunque a veces me pongo a pensar, que la gente que no tiene ni una casa en navidad sufren demasiado, la niña de los cerillos ((quien no lloro con esa película es emo TnT)) no merecía morir ¿crees que la navidad seria igual para el pobre que al rico?
-mirando al cielo se detiene a medio camino mientras que el pelirrojo le miraba.-
Child Milo: debe ser lindo pasar una navidad así donde estas rodeados con los que amas ¿verdad?
Child Camus: eehh.... Creo.
Child Milo: bueno, ya es tarde ¡feliz navidad Camus! Nos vemos!
Fin flash back
-ahora que recordaba esas palabras, más se ponía a pensar en el significado de esas palabras, cuando regreso a la realidad un bello amanecer alumbraba toda la nieve en su paso y a todo individuo viviente o no, extrañamente el pelirrojo sentía algo en su interior, un cálido interno que jamás pudo sentir, además de que estaba goteando, asustado se levanto de golpe tratando de alejarse de aquella luz pero su cuerpo reaccionaba opuestamente a su mente.-
Camus: ¿pero que....?
-internamente sentía algo de dolor, un dolor fuerte que viene de la nada como los aires que uno agarra y el desgraciado se queda ahí para joderte el día, pues así se sentía ese dolor que le impedía moverse bien en el trayecto, los animales se alejaron creyendo que ya se había enloquecido pero la verdad es que ni el propio pelirrojo podía luchar consigo mismo por alguna razón.-
Camus: que... Esta pasandome?
-y mientras el pelirrojo luchaba consigo mismo los dos por fin llegaron a la cima observando con sorpresa el trineo y el saco, pero lo omitieron buscando a quien venían a buscar.-
Hyoga: ¿señor Camus?
-rodearon el trineo y nada. El mencionado se estrellaba y golpeaba en las rocosas paredes de la montaña hasta caer con dolor al suelo.-
Camus: tu! Ayudarme!
-extendió su brazo a los animales que se acercaron.-
Camus: estoy..... Pidiendo...?
-se dejo caer por el cansancio físico mientras su respiración se hacia cada vez mas acelerada, ¿y que sucedió realmente? En la aldea se dice que el pequeño corazón del "grinch" creció 3 TALLAS ese día (y si, así mismo creció, palpitante y lleno de...) sin creerselo se pudo tocar el pecho y era real, aun estaba asustado pero ama que asustado estaba... ¿aliviado? No sabia como sentirse... Muchos recuerdos vinieron a su mente, la gente invitándole de niño a festejar y el no quería por no hallarle sentido a la navidad hasta ese día que llego a odiarla.-
Camus: en una tienda no estas...
-aparte de que recordó lo que dijo en la aldea, cuando se iba limpiando la nieve de la cara noto algo que jamas pudo creer, de sus ojos caían gotas saladas una tras otra, intentaba limpiarse pero las traicioneras abundaban para caer, los animales se acercaron mas con esa grata sorpresa.-
Camus: significas un poco más...
-y por fin, pudo entenderlo.-
Camus: oh pequeños.
-los animales se quedaron petrificados.-
Camus: g... Gr... A... Gra... Gracias... Por... Ayudarme...
-sorpresiva mente se auto-sorprendio, los animales se acercaron para frotarse con alegría mientras que el pelirrojo poco a poco con miedo respondía al cariño.-
Camus: eehh... De nada?... Ya... -no le soltaban ni le dejaban- Ya basta... Basta... -iban al punto de ir a lamerle la cara pero fueron detenidos.- ¡esperen! -los empuja- fuera de aquí! -les dijo suave- un paso a la vez.
-en medio del viento, un sonido de crujir llamo la atención, dirigió la mirada arriba.-
Camus: ay no, el trineo, los obsequios ¡se destruirán! Y no quiero...! Que... Que esta sucediendo?.... Ah, esperen!
-y sin demora fue subiendo, los animales le siguieron preocupados.-
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