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Cap: 14 segunda parte

¿Cómo te atreves?

Me quede paralizada suspendida en el aíre mientras lo veía. Él tampoco hablaba solo me observaba con asombro.

Y así fue como una oleada de sentimientos me azotó, me sentía, me sentía... Horrible... una parte de mi solo quería llorar y desahogarme en un mar de llanto en sus brazos, y la otra deseaba huir o peor aun asesinarlo.

Mis ojos se humedecían y parpadeé para alejar las lágrimas, había pasado tanto tiempo... Por un segundo me sentí débil como si este solo con mirarme hubiese logrado derrumbarme, y es que físicamente no me hacía nada pero el dolor que me había causado por dentro si me desmoronaba.

Se fuerte- me dije a mi misma-

¨Si te hieren no dejes que lo sepan ¨- consejo de Miriam en nuestros entrenamientos-

Se fuerte-me repetí- Como si eso fuera de ayuda.

Veía sus ojos y no podía frenar las imágenes en mi mente, mi mejor amigo... El chico más importante que he tenido en mi vida (fuera de mi familia obviamente) me había abandonado... ¿Y ahora se atrevía a volver? ¡Después de todo lo que me ha hecho! ¡Ught! ¿Cómo se atreve? deberás tengo ganas de...

Contrólate, contrólate 1, 2,3.... Ok ¡no funcionó!

Disparé dos rayos de hielo que congelaron sus manos a un árbol dejándolo atrapado...

Es imposible que Daniel regresara- negué en mi cabeza- Debe de ser Ropni, el dueño del compuesto de transformación en la UDAP tratando de jugar conmigo otra vez.

Me acerqué furiosa cual loba enojada.

-¡Aleyda!- exclamó el castaño- Yo no...

No terminó de hablar, le arrojé una cachetada y esta no lo dejó.

-¿Te crees muy listo verdad? ¿Piensas que caeré de nuevo?

El parpadeó un par de veces y contestó.

-¿De qué estás hablando?

Le dÍ otro golpe con la rodilla en la entrepierna.

-¡Cállate! ¡Yo hago las preguntas aquí Ropni! ¿Está claro?

-¿Ropni?-inquirió- Me estas confundiendo con

-¡Qué te calles!-lo fulminé- A mi no me engañas- lo tomé por el cuello de la camisa- Tú no eres Daniel-

-Aleyda por favor créeme ¡soy yo!

-¡Ja! ¡Tonterías! mi amigo... más bien-corregí- Él chico que dices ser esta a cientos de miles de kilómetros de aquí.

-Aleyda se que estas molesta pero solo te pido.

Esto me enojó más.

-¿Pedir? ¡Pedir!-reí- ¡ACASO PIENSAS QUE ESTAS EN POSICIÓN DE PEDIRME ALGO!

-¡ALEYDA!-me grita Julio serio- Ya fue suficiente ¡suéltalo!

Ignoré su grito mientras una corriente de adrenalina recorría velozmente mi cuerpo, sin darme cuenta estaba flotando a uno centímetros del suelo, para poder superar la altura de aquel chico al que desafiaba, su mirada triste me confundía pero eso solo excitaba mi ira, la cual comenzaba a ser mayor de lo que debería.

Julio me tomó de la muñeca regresándome al suelo, al tener los pies en la tierra me giró e imploró mi calma, sin embargo esto no le resultaba.

-¡Ya déjame!- le exigí-

- shhh-susurró- Te estoy haciendo un favor, solo mírate ¡lo vas a matar!

-¿Cómo crees que yo lo haría?

-Nunca subestimo los sentimientos de una mujer-explicó-

-¿Y su autocontrol?-refuté-

Este me soltó y me miro serio.

-Dudas de mi autocontrol- solté a la vez que asentía con la cabeza entendiendo lo que pasaba- Crees que soy peligrosa ¿verdad?

-No-contestó seguro sosteniendo mi muñeca obteniendo así mi atención- Solamente escúchame... Todos tenemos un punto débil, ese chico de allí-lo señaló- es el tuyo solo... mantente completamente quieta ¿ok?

-¡NO!-me quejé-

-Te lo diré de otra forma- expresó endureciendo el gesto- No te moverás si no te lo digo.

-¿Porque te obedecería?-inquirí-

Él lo pensó

-Porque soy el hombre.

Machista- dije para mí misma-

-¡Yo tengo poderes!-contraataqué-

-¡Soy mayor que tú!-repuso-

-¡Por dos míseros años!

Estuve a punto de girarme pero este me tomó rápidamente por el antebrazo.

-Porque soy tú amigo...

Medité por unos segundos y la nostalgia regresó.

-El chico de allí era mi amigo-refuté con tristeza-

Él levanto mi rostro

-Yo no soy igual que él-me aseguró-

Reí sarcástica.

-¿Cual es la diferencia?

En ese instante clavó sus ojos azules inmerso en los míos.

-Que no voy a hacer promesas que no pueda cumplir-aseguró-

Respiré profundo, baje la guardia y suspiré.

-Está bien-me rendí-

-Gracias por confiar.

-No hagas que me arrepienta.

Me aparté de él y me arregosté al tronco de un árbol cercano cruzada de brazos.

-Bien - prosiguió Julio clavando la mirada en el castaño tronándose los dedos- Acabemos con esto, libéralo Aleyda.

Me quejé con la mirada y esté la afirmó, así que no tuve más remedio, con un ligero movimiento de manos quedo libre.

-Bien, si realmente eres Daniel veamos como peleas.

Comenzaron un combate cuerpo a cuerpo intercambiando algunas patadas, golpes y bloqueos básicos. Sin embargó al adquirir velocidad el castaño no duro mucho en pie.

-Es él- me aseguró Julio con una sonrisa maliciosa en su cara- Ropni no pelea así de mal.

-¡Lo ves!-sonrió victorioso y adolorido el castaño desde el piso levantándose débilmente-

Creo que Julio disfrutó esa pelea...

-No tan rápido- intervine- No soy la misma de antes quien quiera que seas, si eres Daniel y estas aquí tendrás que probarlo.

-Ale- me interrumpió Julio- Te aseguro que Ropni...

-Ropni- lo interrumpí de vuelta-. Puede estar fingiendo luchar mal para engañarte, así que ahora es mi turno. Si es Daniel no tendré problema en reconocerlo.

-Lo dudo- murmuró el castaño-

Gruñí para mí misma.

-Veamos, si eres Daniel y regresaste es por algo importante, y por eso tratas de convencerme de que eres tú ¿cómo planeas convencerme?

-Puedes preguntarme cualquier cosa de nuestra amistad o de mi vida y te la diré.

Que básico...

-Fácilmente podrías haber engañado a Daniel para contarte todo-reclamé-

-También no importa lo que me hagas o lo que me digas no levantaré ni si quiera mi voz en tu contra.

-¡Ja!-reí- Mejor no lo repitas la oferta es demasiado tentadora.

Lo fulminé con la mirada y esperé su siguiente idea.

-Puedes besarme -sugirió-

Abrí los ojos sorprendida por la determinación y la osadía con la que me lo dijo y noté como Julio carraspeó la garganta ante la mención.

El sarcasmo y el disgusto se apoderaron de mí en una risotada sarcástica.

-Ni lo sueñes-refunfuñé, para luego darle la espalda-

-Pues... entonces-escuché unos movimientos en un teclado táctil de un celular y luego sentí una mano rodeando mi cintura-

-¿Me concedería esta pieza mi lady?

Parpadeé un par de veces, no me esperaba escuchar la letra melodiosa y la música romántica de nuestro dueto.

-¿Quieres hacer el dueto?-pregunté aun sorprendida-

- Sí, quiero hacer nuestro dueto. Soy el único que lo conoce ¿recuerdas?

-Bueno esto será interesante-expresó Julio sentándose en el suelo a la sombra del árbol-

Yo aun mas impresionada porque no me ayudara. Arrebaté la mano de Daniel de mi cintura con ferocidad.

-¿Por qué bailaría contigo después de lo que me hiciste?-exigí saber-

-Corrección no sabes aún si fui yo-contraatacó-

-Touché...

Rodé los ojos y supe que tendría que hacerlo.

-Bueno menos charla y más baile, pero una cosa-lo tomé del mentón- Si me dejas caer habré comprobado que no eres Daniel, y te aseguró que te dejaré invalido de por vida.

Él de pronto se ríe.

-¡Ah! ¿Te parece gracioso?

Carraspeó un poco y volvió a su estado normal.

-No, lo siento. Es solo que hace mucho que no te enojabas conmigo.

Bramé ante sus palabras.

-Tranquila- sostuvo mi mano- Solo confía en mí...

¿Confiar? No lo creo...

La pieza comenzó, todo iba bien. Me vi obligada a mirarlo no porque quisiera sino porque si quería averiguar si era él, debía darle la oportunidad de bailar bien. Lentamente íbamos avanzando y comenzaba a disfrutarlo.

Todo seguía perfectamente, admito que extrañaba mucho el baile y también a él... Lo reconocía, a medida que avanzaba la canción, su energía, sus pasos todavía marcados, como lo disfrutaba. No era mentira lo tenía frente a mis ojos y no habían dudas de su identidad.

Pero ahora que sabía quién era ¿podría confiar en él?

Llegamos a la alzada y cuando me giró en el aire para pasar sobre sus hombros me resbalé, a punto de caer hasta que logró atajarme.

El susto hizo que me aferrara a su cuerpo ocultando mi cara en su pecho con la respiración acelerada, en un baile nunca estuve tan cerca de caer.

-¿Ves?-susurró en mi oído- Por más que lo dudes no te dejaré caer.

Levanté el rostro congelándome inmersa en sus ojos esmeralda algo en mí se encendió y decidí rechazarlo directa e inmediatamente, así que me zafé de su agarré.

-¿Ahora si me crees?-me pregunto-

Miré a Julio y ambos concordamos.

-Vale te creo, ya sé que eres tú.

Su rostro se encendió en una amplia sonrisa luminosa, se acercó para abrazarme pero lo rechacé enseguida.

-¿Por qué regresaste?- inquirí molesta-

Decepcionado, se limito a mantener su distancia.

-Vine a advertirte-tomó mi mano- Estas en peligro.

Bufé y me reí soltando su mano.

-No eres una amenaza para mí-le aseguré-

-No es de mí de quien te debes preocupar.

-¿Entonces de quien?-inquirí con seriedad-

Narra Julio.

Él agitó la cabeza buscando como comenzar lo que prometía ser una interesante historia.

-Es una chica.

Ese inicio nunca lo esperé.

-¿Como se llama?-le pregunto la castaña-

-No lo sé. Pero es horrible.

Mientras Daniel hablaba pude escuchar el crujir de una rama, y esto me alarmo. Mire a todas partes con la mano tensa lista para tomar el arma pero las voces de ambos no me dejaban escuchar.

-¿Por qué es horrible? ¿Es un peligro?, ¿Ella está con la UDAP?

-No lo sé...

-¡Como que no sabes!-le reclamó enérgica- ¡Cómo no saber cuando alguien está con...

-Ah...Chicos- los llamé un tanto desconfiado-

-Espera un segundo Julio- me cortó Aleyda, regresando a su interrogatorio- Como decía ¿cómo no saberlo? ¡Usan el mismo uniforme!

-Es que ella...

-¡No!-lo interrumpió-hacía notar que su paciencia estaba por el subsuelo en ese momento- A ver Daniel-se llevo la mano a la cabeza.

Escuché nuevamente el crujir así que decidí subir a uno de los arboles, pero ellos dos no me estaban ayudando elevando la voz.

-¡Tienes que tener al menos una idea de!

-¡Chicos!- los interrumpe Julio nuevamente, -

-¡Ahora no Julio!- me fulminó mi amiga- A ver Daniel sino llevaba el uniforme de la UDAP entonces ¿qué fue lo que te dijo?

- Vi una sombra y saqué el arma con rapidez.

-¡CHICOS!

-¡QUE!- gritaron ambos al unísono-

Al mirarlos a ambos reaccioné tarde y mi disparo dio contra un árbol y no contra el objetivo que rápidamente disparo una flecha directo a mi pierna haciéndome caer del árbol estrellándome contra el suelo.

-¡JULIO!- gritaron mis compañeros-

Aleyda se aventó rápidamente hacía mí evaluándome con rapidez y temor.

La herida era profunda y se desangraba con rapidez, apreté los labios con fuerza en un silenció sepulcral ahogando el grito de dolor y sujetando mi pierna contra el pecho tratando de no retorcerme demasiado en el suelo.

-¡Julio! ¡Hey! Tranquilo- paso su mano por mi rodilla desesperada- Te vas a poner bien.

-¡Agáchate!- le gritó el castaño-

Y ella por inercia lo obedeció pegando su pecho al mío esquivando así una flecha.

Daniel corrió y ambos pasaron mis brazos por sus hombros echándose a correr.

-¿Qué haces?- le pregunto Daniel a Aleyda- Hay que correr al refugio.

-Ni se les ocurra- chillé- Podrían seguirnos, no deben dejar que nadie sepa que estamos allí-

-¿Entonces qué hacemos?- pregunto el castaño-

-Separémonos-sugirió Aleyda- Tú lleva a Julio, y yo veré que nadie los siga.

Él chico negó con rapidez tomándola del brazo.

-No te dejaré sola otra vez.

Las miradas de ambos se encontraron como por dos segundos hasta que una flecha paso en medio de ambos.

Solo hay una persona que dispara flechas así...

Sin tardanza de entre los arboles cae de cunclillas una chica rubia de piel clara y labios rojos con el uniforme característico de la UDAP. Sin la menor prisa se puso de pie esbozando su característica risa maliciosa al vernos.

-Natasha-gruñí-

Ella satisfecha del estado en el que me había dejado sacudió su melena dejando al descubierto sus penetrantes ojos verdes...

-Que sorpresa Julio...

-¿Quién es?- me pregunto Aleyda, reconocía el tono de ira en su voz como si esperase una orden para atacar-

-Ella es una sucia, vil, traicionera, manipuladora.

-Soy su ex novia-completó la rubia-

Y... lo dijo.

Aleyda sorprendida y perpleja siguió mirándome en busca de más información.

-Las cosas como veras no funcionaron- le comenté-

-Tú no me merecías-soltó la rubia-

Giré la cabeza reprimiendo el dolor y la rabia que me aumentaba el estado de mi pierna.

-Es cierto-asentí- Merezco a alguien mejor.

Pude ver como la ira se encendía en sus despampanantes ojos esmeraldas.

-Que lastima que jamás vas a encontrar a alguien mejor que yo, por suerte ya yo te reemplacé. ¡Hola Daniel!-sonrió con una sonrisa juguetona.

¡What!- dije para mi mismo-

Aleyda giró la cabeza confundida hacia el castaño.

-¿La conoces?

-Te dije que era horrible-rodó los ojos irritado-

Ella rió acercándose a él. Conociéndola esto no acabará bien.

Narra Miriam

-Mamá ya te dije que me siento mejor, no tienes que dejarme aquí todo el día.

-Si estudiaste una parte de medicina general por lo menos deberías a ver aprendido a hacerle caso a los doctores.

-Sigo pensando que estoy bien-gruño-

-No has cambiando mucho de cuando eras niña-reí

-Ya lo sé...

En eso que discuto con Paula, Lira entra en la habitación.

-¿Alguien sabe algo de Julio y Ale?

-Nada desde esta mañana ¿Por qué preguntas?

-Julio quedo en avisarme para chequear el árbol que afecto a Aleyda.

-Es extraño... Le enviaste al brazalete.

-Sí y aun no contesta.

-Dale tiempo, seguro están acabando el entrenamiento.

-¿Estás segura? No sé porque me siento nerviosa, o intranquila.

-El cambio de estación, es el primero que experimentas estando consiente de tu elemento es normal que te afecte.

-Lo sé pero lo siento casi forzado, los arboles no suelen secarse tan dramáticamente.

-También estas en otro país querida. El clima de argentina es diferente al de Panamá.

-Entonces usted no cree que deba preocuparme.

-No dije eso.

-Entonces quiere que me preocupe.

-Tampoco dije eso.

Ella se cruzo de brazos.

-¿Y qué es lo que tratas de decir?

-Digo que te lo tomes con calma. Eso es todo.

Narra Aleyda

Trato de mantener la calma pero se me hace imposible.

-¿La conoces?- le pregunte a Daniel-

-Te dije que era horrible-contesto irritado-

Ella rió

-Eso para mí es un cumplido tesoro- se le acercó a Daniel tomando su mentón y girando cual zorra alrededor de su presa- Y no me equivoque al saber que al escuchar que había peligro vendrías a avisarle a tu amiguita ¡que tierno!

¡Oficialmente la odio!

-¿Por qué no dejas de hablar paja y peleas?- inquirí-

-Uh... ¿Qué te pasa?- coloco sus brazos alrededor del torso de Daniel- ¿Estas celosa?

Solamente sentía como me hervía la sangre.

Daniel la apartó, pero sin saber porqué cada palabra que ella decía me molestaba más.

-¿Por qué no resolvemos esto de chica a chica?-la reté-

-¡Que graciosa! pero no voy a perder mi tiempo contigo.

Ahg... se creé mucho la rubiecita, pareciera que usará extensiones de lo largo de su pelo.

-¿Por qué no? ¿Tienes miedo?

-Le pregunté

Ella se acercó.

-¿Miedo?-rió-¿De ti? Por favor, eres tan tierna que provoca pellizcar tus mejillitas- habló a la vez que me pellizcaba, la aparté de un bloqueó-

Por suerte tengo paciencia...

-La cosa es así. Si no llevas a tu amigo a algún centro médico la hemorragia lo matara y estoy segura que vuestro escondite secreto está más cerca que el hospital, así que no gano nada peleando contigo tesoro, tarde o temprano deberás llevarlo a alguna parte y estaré aquí para seguirte. ¡Así que apresúrate! O tu amigo te aseguro que morirá...

-Ni se te ocurra caer en sus juego Aleyda-me advirtió Julio- Estoy ahhh bien-Trato de coloca el pie el piso pero casi cae de no ser por el castaño que lo sujetaba.

-¡JULIO BASTA!- Le supliqué-

Su aspecto era malo, temía perderlo, pero si lo llevaba a casa perderíamos todos... El estrés comenzó a desesperarme.

-Y bien ojos azules ¡no tengo todo el día!

¡Ah! ¡Cállate extensiones!

De pronto se me ocurre una idea brillante.

Me coloqué la mano en el pecho haciendo varias contracciones y acelerando mi respiración, jadeé y jadeé desplomándome de rodillas en el suelo. Instantáneamente Daniel se acercó.

-¿Ves?- bufó la extensiones- Es tan débil que no puede mantenerse de pie-rió- La mataría si se enfrentará conmigo. En fin aquí los espero no hay prisa porque su amigo se muera- se arregosto a un árbol mirándose las uñas con desinterés-

-¿Aleyda? ¿Qué tienes?-inquirió Daniel preocupado-

NO quería pedir su ayuda, el orgullo no me dejaba. Pero ¡bendita sea! ¡Se trata de Julio!, ¡debo dejar el estúpido ego a un lado al menos esta vez!

Volteé hacía Natasha y esta estaba distraída.

-Corre- le susurré a Daniel- Saca a Julio de aquí.

-Pero no...

-Hazme caso esta vez- le exigí con seriedad-

Él se había sentido culpable antes por no obedecerme, su culpa lo obligaría a hacerlo esta vez.

Asintió y conté.

1,2,3 ¡AHORA!

Él se levanto tomó a Julio y salió corriendo. La rubía estaba por seguirlos pero le bloqueé el paso y cause neblina para que no viera a donde habían escapado.

Cuando me dispuse a volar ella me encontró tomándome del tobillo estrellándome contra el suelo.

-Aún no dije que podías irte voladora-sonrió- Ahora estamos solas.

La derribé de un barrido y ella se levantó arrojándome un golpe que bloqué rápidamente con el codo.

Corrí por los arboles cuando veo que impacta en uno congelando su corteza.

En ese instante recordé todo.

-¿Cómo es que tus flechas pueden?

-¡Silencio copo de hielo!- me interrumpió- ¿Te gustan mis flechas no? ¿No te parecen familiares?

Tomé mi muñeca tentada a usar el sensor de peligro, pero preferí lidiar con ella sola.

-Demasiado familiar. ¡Adelante dispárame! Si me matas el planeta muere conmigo. Hagamos algo, una pelea limpia entre tú y yo- Si yo gano te irás y dirás que nunca nos vistes y no regresaras más por estas zonas, aparte de esto me dirás como es que tus flechas tienen poderes de hielo.

-De acuerdo voladora-bufó- Pero si yo gano me dirás donde se esconden tú y los otros portadores.

Tragué saliva y sentí temor, pero estaba atrapada, si no le decía ella me seguiría, la única forma de deshacerme de ella sería venciéndola en una batalla. Supe que tendría que arriesgarme.

-Aceptó- dije estrechando su mano-

Nos separamos alrededor de unos 10 pasos.

Lo único que me pasa por la cabeza es quien dará su primer movimiento, pero no pasa mucho tiempo cuando ya me doy cuenta que tengo una flecha justo al lado de la oreja clavada en un árbol mientras se congela a su alrededor.

Ella no se toma esto en broma-pensé-

No hago más que moverme rápidamente en diagonal detrás de un pino para protegerme, y es seguro que aún no quiere acabar con esto porque de ser así ya no estaría aquí ahora.

¡Concéntrate Ale! Lo principal es un plan de contingencia ¡y rápido!

¿Veamos que sé de ella hasta ahora? Lo único que sé es que posee el arco y las flechas que crean una capa de hielo al objetivo que tocan; y si el arco es malo mi rival es mucho peor: Puntería y reflejos increíbles mucho más desarrollado que los míos, aparte de fuerza y debo de suponer que habilidades defensivas y de ataque cuerpo a cuerpo por venir de la UDAD.

Mis probabilidades de ganar son tan escasas como lograr que Miriam actué con la tranquilidad de Lira por todo un día. No... sin duda eso es imposible, esto debería ser más fácil; hay que intentar.

-¿Por qué no sales para que te vea voladora?- me exige la rubia-

-¿Qué tal si dejas tu arco y arreglamos esto cara a cara extensiones?

Espera, ¡eso es! Si no me disparase yo obtendría un aumento de oportunidad aunque ¿Cómo?

Me muevo hacía otro árbol cambiado de posición continuamente y ella disparándome a la suerte sin dar en el blanco aunque acercándose un poco en casi todas las ocasiones.

Qué bueno que soy rápida...

-Suena tentador pero me estoy divirtiendo a jugar a darle al topo, ¡pero anda! ¡Ven para que te vea de frente copito!-

Aght... Esto ya me está hartando, solo debo descubrir la forma da acercarme sin que me vea; Pero un momento... ¡claro! no lo he intentado antes pero Miriam me enseñó a fabricarlas, creo que es hora de sacar un truco debajo de la manga, aunque... ahora que lo pienso tengo algo para divertirme un poco antes de acabar con ella.

Creé una cinta de arcoíris en mis manos lo suficiente mente larga para rodearme por completo dejando un espacio de movimiento.

Bien esperó a ver entendido bien a Julio...

Me muevo rápidamente de un árbol a otro en zic zac acercándome a ella haciendo que gaste flechas ya que cada una pega justo a mi lado impactando y congelando a su vez algunos árboles.

Al estar lo suficientemente cerca salgo de mi escondite y muevo la cinta por todos lados saliendo de su rango pero no sin antes recibir en el varias flechas que acaban congelándola poco a poco, tiró de ella en dirección a su pie sujetando su tobillo arrastrándola -gracias Julio- digo para mí misma por el nuevo método de ataque que me ha enseñado.

Sin notarlo ella consigue apuntar y al darme cuenta me impacta muy cerca del agarre obligándome a soltar la cinta haciendo que se deshiciera consecutivamente como ceniza en el aire.

No solo fue el hielo lo que me obligo a soltarla ya que soy inmune a él en vez de sentir la cinta fría la sentí muy caliente todo lo contrario a lo que me esperaba de una flecha congelante.

Esto no tiene sentido. ¡SE SUPONE QUE ES HIELO!

Fijé la mirada donde estaba ella en el suelo y me le enfrente de frente al levantarse, di un pequeño salto y la pateé justo en el pecho con mi pantorrilla obligándola a retroceder pero aún seguía de pie, consecutivamente lanza una patada justo a mi costado con la parte superior de su pie y lo bloqueo usando la parte lateral de mi brazo aunque no sirvió de mucho ya que recibo el golpe de rebote -tal como me paso con julio, mi fuerza no es la gran cosa y es muy notable en el campo de batalla- pero esto me sirvió para ver que su flexibilidad no es la gran cosa solo lo básico, lo que le sobra en fuerza le falta notablemente en maniobrabilidad y eso me da algo más de ventaja.

Si no logra tocarme no podrá vencerme y eso a juzgar por las probabilidades es una sumatoria a que puedo con esto.

De pronto al centrar mi vista noto que su brazo se desplaza desde un costado, reconocí el movimiento en seguida; este era el golpe mortal sobre el cual me enseño julio.

- ¨Desliza tu brazo lo más rápido y fuerte que puedas y antes de llegar gira tu muñeca 180º colocando los nudillos hacia arriba dando justo en el centro del torso- pienso... eso combinado con su fuerza sería suficiente para mandarme a un hospital el cual no está muy cerca de aquí, rápidamente reacciono antes de ser tarde bloqueando con mi muñeca tal como me enseñaron y en un movimiento rápido levanté la pierna desde atrás hasta su cabeza aunque es más alta que yo logro darle sin problemas, lo siguiente después de eso se convierte en ella tratando de darme en todas direcciones y yo bloqueando y esquivando fugazmente o eso creía cuando dejó de ver el bosque a ver estrellas por un puñetazo en mi barbilla y otro en mi abdomen.

Luego del primer golpe casi caigo al suelo pero el segundo me detuvo dejándome perpleja, sin aíre, mareada y luego de un fuerte empujón en el suelo golpeándome con la raíz de un roble en la cabeza. -Acabada- pensé dándome por vencida...

¨Siempre estarás en desventaja con los agentes de la UDAD pero recuerda tú tienes algo que ellos no el espíritu y las ganas de luchar por lo que es justo y eso es suficiente¨

Mi cabeza se llena con aquellas palabras de aliento, regreso a la realidad y veo a Natasha frente a mí con su arco apuntándome.

-Diste buena pelea pero luego de esto no volverás ni a caminar-sonreí maléficamente la rubia gozando de mi derrota-

Tal como era mi plan le había quitado el arco pero luego de tanto basilar vuelve a estar en sus manos y lo peor con migo en la mira indefensa en el suelo, solo me pude quedar quieta por un momento en el suelo, a su merced pensando que hacer, pero mi mente por un momento quedo en blanco solo escuchaba el sonido que hacia el viento al mover las hojas de otoño que faltaban por caer , la tranquilidad que abunda en este lugar, por un momento estaba en paz, sin preocupaciones, sentía la brisa helada que pasaba por todas partes de mi cuerpo, la cual debe tener a esta chica con las manos entumecidas, entumecidas... coloque mi mano en un movimiento rápido en mi espalda y lance una bomba de hielo justo a su rostro y pateando su arco el cual aún estaba en sus manos y en ese instante siento que mi mano izquierda me está ardiendo, un calor insoportable como si tuviera las manos justo en el fuego. Detallo la flecha que antes estaba alojaba en el arco ahora está rosando mi palma clavada en el suelo pero con su hielo extendida a ella trate de quitar la mano desesperadamente pero la capa de hielo era gruesa algo que no había notado antes al impactar el espacio de congelación el cual no es muy grande. Pero la capa de hielo que produce y buena puntería puede atraparte tal como me sucede a mí. El fuego del hielo quemando mi calma me desespero, agarre una roca un poco más grande de tamaño que mi palma y la golpee contra la capa de hielo desesperadamente rompiéndose en pedazos y liberando mi mano, asustada la mire rápidamente poniéndome de lado apoyándome en el suelo con mi otro brazo, no pasó nada algunas heridas superficiales pero no parece haber quemaduras mayores de primer grado.

Me levanto rápidamente y creé un escudo ya que si mi deducción es correcta ya me deben estar apuntando y así era al voltear ya había una flecha clavada en la superficie me levante y me fui acercando creando otra cinta en mis manos moviéndola amenazante no estábamos a más de 5 metros de distancia la una de la otra, desplegué la cinta como un látigo hacia ella intentando quitarle el arco pero mientras lo intentaba lanzaba múltiples flechas haciendo que retrocediera y rápidamente dándole a mi escudo el cual ya pesaba un poco después de 4 flechas clavadas por todo el hielo obligándome a soltarlo, me movía de un lado a otro saltando esquivando y recreando las partes de la cinta que estaban congeladas para al final lanzar dos bombas de hielo que impactan una en su cara y otra en su pecho con la conmoción me acerque y le hacerte una patada de tornillo a su costado quitándole el arco y empujándola bruscamente hacia un árbol con la cinta y amarándola a él con ella levantando su arco - esto se terminó Nat- fueron mis palabras al apuntar una flecha a su cabeza.

Ella rió- ¿tú lo crees?

De la nada llegaron dos soldados de la UDAP, tomándome cada uno por un brazo, querían hacer que soltará el arco pero aún tenía fuerzas para resistirme.

- ¿Cómo te atreves? ¡Dijimos una batalla limpia!

Soltó una risa maliciosa.

-¿No te dijo Julio lo sucia, vil y traicionera que puedo ser?

¡Rayos, si lo había hecho!

¡Hola gente de WATTPAD! ¿Qué les pareció el desenlace de este cap.? Como creen ¿que saldrá Aleyda de esta? ¿Creen que logrará averiguar porque las flechas de Natasha tienen poderes de hielo? ¿Qué pasará con Daniel y Julio? No se pierdan lo que viene.

Debo confesarles que me siento un poco pérdida y confundida con las premiaciones de los Wattys es la primera vez que participo. Si alguien me puede dar información o recomendar algún asesor en wattpad, se lo agradeceré mucho. No dejen de votar, suscribirse y comentar. Los quiero mucho a todos bye.


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