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Capítulo 1

Descargo de responsabilidad: No soy dueño del anime/manga "DBZ-DBS" o del manga hentai "Kokujin no Tenkousei" (NTR), y de lo único que soy dueño es de mi personaje "Oc" junto a esta historia alternativa/paralela que he escrito por diversión.

Un Gran Cambio

Capítulo 1: Reencuentro

"Hablando"

"Pensando"

"¡KameHameHa!" Ataques / Habilidades / Ki / Técnicas

Lectura / Noticias / Intercomunicadores

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Una chica de exótico cabello negro caminaba feliz hacia la casa de su amigo de la infancia con la esperanza de reencontrarse luego de varios años. Esperaba que se encontrara bien.

"¿Crees que él te reconocerá, Furensō...?"

La adolescente (15) conocida como 'Furensō' (Apodo: 'DarkRock') es de tez semi bronceada y su altura es de 1,60m (5'3"); a pesar de que aún era joven su cuerpo estaba desarrollándose muy bien al punto de ser voluptuoso con una forma de reloj de arena perfecto, donde destacan mucho sus pechos y su trasero . Tiene el cabello negro de punta alborotado que le llega hasta los hombros junto a dos mechones que enmarcando su rostro y ojos oscuros como el carbon. Su vestimenta consiste en un Gi de color naranja con azul junto a un par de muñequeras azules y botas azules marino con bordes de color rojo con lazos beige. Medidas: 98-62-92 (busto, cintura, caderas, respectivamente).

Nuestra querida protagonista estaba algo nerviosa porque habían pasado muchas cosas desde la última vez que vio a su amigo de la infancia, pero de pronto, vio algo que hizo que dejara esos pensamientos de lado y esto fue que vio a un chico que le resulto muy familiar subiéndose en la barandilla del puente de una altitud considerable y obviamente peligrosa.

"Ese es..." Furensō hace una pequeña pausa y se quedó congelada al reconocer al individuo. "¡Hiroki!" exclamo ella con horror cuando noto las intenciones de su amigo de la infancia con solo sentir su energía tan angustiante y triste que provoco que sintiera una asfixia casi sofocante.

El adolescente (15) conocido como 'Hiroki' (Apellido: 'Mori') es de tez semi bronceada y su altura es de 1,65m (5'5"); su complexión es delgada, pero semi atlética. Tiene el cabello rubio de punta semi corto y ojos azules. Su vestimenta consiste en el uniforme masculino de la escuela.

Sin pensarlo dos veces, la chica de cabello negro de punta alborotado desapareció y apareció a una velocidad impresionante detrás del chico de cabello rubio y ojos azules.

"Por favor... déjame ir..." murmuro Hiroki con la mirada vacía al momento en que sintió los brazos de una persona desconocida abrazándolo por detrás e impidiéndole que se arrojara por el puente.

La chica de ojos oscuros como el carbon apretó su agarre en su amigo de la infancia con miedo de que se soltara de sus brazos y terminara haciendo esa cosa horrible de la que prefería no decir.

"Nunca... nunca te dejare ir, Hiroki..." susurro Furensō con los ojos cerrados y esperaba poder calmar a su amigo con su abrazo.

Ambos se quedaron en silencio, ya que ninguno sabía que decir en este delicado momento y estuvieron de esta manera durante un largo rato. Ignorando las miradas curiosas de las personas que caminaban por el lugar e incluso varios de ellos sonrieron pensando (erróneamente) que eran una linda pareja.

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Una Hora Después

El primero en reaccionar fue nuestro querido rubio, que a regañadientes se separó del abrazo de la chica que lo salvo de cometer un grave error del que se arrepentiría en su último suspiro... estaba agradecido con ella y sin duda estaría en duda para siempre.

"... No quiero ser un idiota ni nada... Pero, ¿Quién eres?" pregunto Hiroki una vez que logro recuperarse al apoyar su espalda contra la pequeña pared del puente.

Nuestra querida protagonista imito la misma acción que su amigo de la infancia y se apoyó contra cierta pared, ella no estaba sorprendida de la pregunta de este último (e incluso se la esperaba) y sin perder el tiempo dijo lo siguiente:

"Furensō".

El chico de cabello rubio se congelo al escuchar ese nombre de esa persona porque había pasado mucho tiempo (años) desde que lo vio y lo tomo por sorpresa que esta chica desconocida lo conociera.

"¿Qué...?" dijo Hiroki pensando por un momento que había escuchado mal y que sus oídos le habían jugado una bromita. "Repite eso, por favor..." pidió el con su mirada fija en la chica.

La adolescente de cabello negro de punta alborotado no tuvo ningún problema en repetir su nombre cuantas veces hicieran falta.

"Furensō".

El chico de ojos azules no pudo evitar mirar a la adolescente como si a esta le hubiera crecido una segunda cabeza.

"Furensō no es una niña", aseguro Hiroki con seriedad... aunque había algo en ella que le parecía familiar, pero trato de ignorar ese sentimiento. "¿Acaso eres una hermana suya?" pregunto él algo extrañado porque no recordaba que su amigo de la infancia tuviera una hermana.

La adolescente de ojos oscuros como el carbon se rasco la nunca con su mano derecha con evidente nerviosismo.

"Bueno... sobre eso... ocurrieron varias cosas, amigo", contesto Furensō con un leve sonrojo de vergüenza porque realmente era un tanto humillante hablar de eso frente a alguien que lo conocía.

El adolescente rubio se cruzó de brazos bastante incrédulo con este acontecimiento inesperado.

"Haber cuenta... después de todo tengo tiempo de sobra", dijo Hiroki sin poder ocultar su depresión al recordar que nadie lo esperaba en casa. "Seguramente esto es una broma..." pensó el con una mezcla de enojo y tristeza, pero supo ocultar estos sentimientos con una sonrisa forzada.

Furensō asintió con la cabeza y sin perder el tiempo empezó con su relato de la siguiente manera:

"Todo empezó hace un año atrás..."

Al principio Hiroki cree que es una broma, pero cuando Furensō le explica todo, su sonrisa desaparece.

"P-Pero... eso es imposible..." Hiroki tartamudeo con los ojos bien abiertos e incluso se descruzo de brazos. "Eso... eso es..." Él de pronto se quedó callado porque no sabía que decir sobre lo que acababa de escuchar... ¿Cómo era posible que un dragón que sale de unas esferas pueda cumplir deseos? Es una completa locura, ni siquiera recordaba ver algo así ni en los mangas que leía en sus tiempos libres.

Al ver la reacción del rubio, la chica de cabello negro de punta alborotado decidió intervenir antes de que se levantara y se fuera pensando que le estaba jugando una broma.

"Loco y estúpido, lo se..." Furensō termino las palabras de su amigo de la infancia. "Pero mi hermano pequeño insistió con eso", agrego ella con un leve encogimiento de hombros sin darle mucha a importancia a eso porque pronto podrá volver a su yo masculino original.

El adolescente de ojos azules negó con la cabeza con evidente incredulidad ya que no entendía como un miembro de la familia podría pedir un deseo de esas características... aunque a la vez recordó a su propia familia y de repente se dio cuenta de que su hermana mayor y su madre podrían pedir deseos peores al punto de que el deseo del hermano pequeño de Furensō sea un deseo inocente, solo pensar en esas mujeres hizo que se estremeciera un tanto temeroso.

"No puedo creer que mi amigo de la infancia sea un alienígena y encima fuera convertido en una niña por un deseo erróneo/tonto..." murmuro Hiroki con ambas manos sosteniendo su cabeza en un intento para aclarar sus pensamientos. "¿Sabes lo loco que suena eso desde mi punto de vista?" El agrego su propia pregunta cuando miro de reojo a la adolescente que tiene a su lado porque todavía está algo escéptico.

La chica de ojos oscuros como el carbon noto que su amigo de la infancia todavía no le creía, por lo que decidió buscar otra manera para que este creyera todo lo que le dijo anteriormente.

"Sabes, amigo..." Furensō hace una pequeña pausa y de repente chasqueo los dedos de su mano derecha como si algo en su cabeza diera un clic. "¿Qué te parece conocer a Shenlong en persona y pedirle un deseo?" pregunto ella con entusiasmo ya que esta idea no podía fallar en absoluto.

El chico rubio parpadeo varias veces ante la pregunta de la adolescente.

"¿Qué...?" dijo Hiroki sin saber que decir porque no esperaba que fuera tan directa como para llevarlo a ver ese supuesto dragón cumple deseos... ¿Acaso hablaba enserio? Esperaba no haberse encontrado a una Yandere que lo podría terminar descuartizando como en School Days.

La adolescente de cabello negro de punta alborotado se levantó de un salto de su posición sentada en el suelo y seguidamente se llevó la mano derecha hacia su frente, utilizando sus dedos índice y medio para buscar el Ki (energía) de su madre.

"¡Vamos, agarra mi mano!"

Hiroki miro la mano (izquierda) extendida de Furensō y no pudo evitar hacer la mirada de 'Eri Gei', pero también se extrañó del porque se llevó la otra mano a frente de esa manera... ¿Acaso estaba loca? Muy extraño.

"No tengas miedo, confía en mi".

Antes de que el chico de ojos azules pudiera explicarse que no tenía miedo de agarrar su mano sino otra cosa diferente, Furensō se cansó de tanta espera y termino agarrando la mano de su amigo a la fuerza y ni un segundo después terminaron desapareciendo como si nunca hubiesen estado allí... por suerte nadie vio esto porque si no estarían en problemas.

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Vino Y Se Fue (Ok no XD)

Cuando uso la teletransportación, ambos aparecieron dentro de una casa estilo futurista en forma esférica (casas de la compañía Brief) y la cual se encontraba cerca del bosque.

Hiroki sabiamente se quedó en silencio porque al final resulto que todo era cierto y no sabía cómo reaccionar a algo así... su amigo (¿o amiga?) nunca le había mentido, pero no sabía qué hacer en esta situación... al final solo se quedó parado allí, en modo tímido (xd).

"Madre, ¿Puedo usar las esferas del dragón?" pregunto Furensō a la única persona que se encontraba en la casa (en ese momento) antes de que llegaran mediante cierta técnica.

Una mujer de exótico cabello negro y llamativos ojos negros dejo de hacer lo que estaba haciendo, por si quieren saber, ella estaba ordenando unas semillas del ermitaño en un frasco para casos de emergencia... Hiroki vio esto y se preguntó (inocentemente) así mismo, si iban a comer alguna comida que llevara esas legumbres.

"¿Oh? ¿Es urgente?"

La chica de cabello negro de punta alborotado asintió con la cabeza.

"Si, madre", respondió Furensō con una pequeña sonrisa al ver que la mujer que lo trajo al mundo observaba con curiosidad al chico que está detrás suyo. "Hiroki quiere pedir un deseo", agrego ella al momento en que se hizo a un lado para permitir ver a su amigo de la infancia.

La mujer adulta agrando mucho sus ojos cuando reconoció a cierto muchacho y sin duda se alegró mucho de verlo después de varios años.

"¡Hiroki!" Ella exclamo al momento en que abrazo al adolescente (controlando su fuerza), que no tuvo tiempo a reaccionar y fue aprisionado en los brazos de la madre de Furensō. "¡Cuánto tiempo! ¡Veo que has crecido, casi me alcanzas!"

El chico de cabello rubio no pudo decir nada porque su cabeza estaba entre dos almohadas de gran tamaño, muy suavecitas... dejando de lado su falta de oxígeno, tuvo que admitir que fue una experiencia agradable. Si tuviera que elegir una manera de morir, prefería que fuera entre estos magumbos copa K... era el verdadero paraíso.

"¡Madre, suéltalo!" exigió Furensō al ver como Hiroki movía sus brazos desesperadamente. "¡Lo estas asfixiando!" agrego ella preocupada y preparándose para interferir para salvar la vida de su amigo.

Al darse cuenta de lo que estaba haciendo, la mujer de ojos oscuros como el carbon soltó al muchacho atrapado entre sus pechos.

"Jejeje..." Ella se rio con nerviosismo y un leve sonrojo en sus mejillas. "Lo siento, Hiroki", agrego con un tono de disculpa porque había veces que no podía controlarse y terminaba siendo muy cariñosa con casi todas las visitas... salvo por Bulma o Vegeta, ellos no contaban.

El chico de ojos azules inhalo una buena bocanada de aire para tratar de recuperar el aliento, pero al contrario de estar asustado o enojado. En realidad, fue todo lo contrario, estaba feliz por esa experiencia única... aunque obviamente no lo admitiría frente a la madre de su amigo porque no quería recibir una paliza.

".... N-No hay problema, señora G-Goki".

Hiroki tartamudeo bastante sonrojado por la reciente experiencia e inconscientemente movió sus manos (detrás de su espalda) para comparar el tamaño del busto de la madre de Furensō con su madre y hermana... estas dos terminaban siendo humilladas por la primera de manera olímpica, y no estaba exagerando en lo absoluto.

"Casi había olvidado lo grandes que son los pechos de la señora Goki..." pensó Hiroki con su mirada en la madre de su amiga de la infancia... si, para evitar confusiones la clasificara como una niña, hasta que todo se solucioné con ese deseo al dragón conocido como 'Shenlong'.

La mujer (33) conocida como 'Goki' (Nombre Saiyajin: 'Kakaroko') es de tez blanca y su altura es de 1,70m (5'7"); su cuerpo es voluptuoso, donde destacan mucho sus enormes pechos y su gran trasero junto a sus anchas caderas. Tiene el cabello negro de punta en forma de palmera y ojos oscuros como el carbon. Su vestimenta consiste en un Gi de color naranja con azul junto a un par de muñequeras azules y botas azules marino con bordes de color rojo con lazos beige. Medidas: 110-64-96 (Busto, cintura, caderas, respectivamente).

Furensō negó con la cabeza por la personalidad de su madre, pero al final se retiró para buscar dichos objetos mágicos.

"¿Y que deseo quieres pedir, Hiroki?" pregunto Goki con una expresión curiosa al momento en que su primogénito se fue a buscar las esferas del dragón.

El chico de cabello rubio que aún se encontraba soñando despierto fue tomado por sorpresa ante la pregunta de la madre de Furensō.

"Yo..." Hiroki hizo una pequeña pausa sin saber que decir. "No lo sé..." respondió el con sinceridad porque aún su cerebro estaba procesando todo lo que estaba ocurriéndole.

La mujer de cabello negro de punta en forma de palmera se quedó unos segundos observando al amigo de su hijo... podía sentir que este último se encontraba bajo mucha presión por algo que ella desconocía, pero probablemente no era algo bueno por la tristeza que este emanaba. Cuando volvieran de pedir su deseo hablaría con él, sin falta.

"Tranquilo, Hiroki. No tienes que ponerte nervioso" dijo Goki con sus manos apoyadas en sus llamativas caderas. "Cuando sea el momento, estoy segura de lo sabrás", agrego ella con un guiño divertido con la intención de subir la autoestima del muchacho.

El chico de ojos azules asintió rápidamente con la cabeza.

"Gracias por sus palabras, señora Goki". Hiroki agradeció con una pequeña sonrisa. "Ella es un ángel..." pensó el sin poder evitar mirar a la madre de Furensō con adoración... era una lástima que ya tuviera esposo y recordar a ese hombre le provoco escalofríos porque sin duda daba miedo.

La mujer de ojos oscuros como el carbon se acercó al amigo de su primogénito y extendió su mano derecha para seguidamente apoyarla en la cabeza rubia de este último.

"Me alegra mucho verte de nuevo, Hiroki", comento Goki con una sonrisa maternal al momento en que acaricio con suavidad el cabello del chico humano.

Esas simples palabras de la madre de Furensō fueron más profundas de lo que parecían porque el adolescente de cabello rubio estaba al borde de las lágrimas y ni hablar cuando ella le acaricio la cabeza... le trajo muchos recuerdos de cuando era un niño y su madre lo mimaba de la misma manera, ahora esa persona ni siquiera podía considerarla su madre... había cambiado tanto por culpa de ese estudiante extranjero. ¿Por qué las cosas estaban tan mal en su vida? ¿Acaso era su culpa que todas ellas cambiaran de esa manera? Solo quería cerrar los ojos y despertar de esta pesadilla.

"¡Vamos, Hiroki! ¡Ya tengo las esferas del dragón!"

El adolescente de ojos azules se limpió rápido las lágrimas con el dorso de su brazo derecho cuando escucho la voz de su amiga de la infancia... tuvo que dejar esas cosas de lado, por el momento y concentrarse en el presente. Aunque hubiera preferido quedarse ahí y seguir disfrutando de la mano suave mano de la madre de Furensō en su cabello, por lo que le dijo un gracias a esta última y se fue corriendo en dirección de cierta persona que lo llamo.

"¡Nos vemos más tarde, Furensō, Hiroki!" dijo Goki en voz alta cuando levanto su mano derecha a modo de saludo universal. "¡Los espero para la cena!" agrego ella muy feliz por tener visitas.

Los nombrados le respondieron con un 'Si' y también le devolvieron el saludo con una sonrisa a la mujer de llamativa vestimenta de color naranja con azul, para luego salir afuera de la casa.

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Unos Minutos Después

Hiroki estaba asustado y sonrojado. ¿La razón? Simple, estaba agarrado de la cintura (casi rozando los pechos de tamaño considerable de la dueña) de Furensō... no era una mala experiencia por esa parte, pero aun así no dejo de rezarle a Kami-sama que esto terminara pronto porque posiblemente terminaría desmayándose y muriendo cuando su cuerpo inconsciente chocara contra el suelo

"¡Ya casi llegamos, amigo!"

El rubio jamás se esperó que Furensō pudiera volar/levitar, por supuesto que ya en este punto no debería sorprenderse de nada después de vivir la teletransportación en carne propia... pero aún no podía evitar reaccionar y sentir lo contrario.

"¡Allí! Creo que es un buen lugar para que Shenlong pueda salir".

Cuando Fueron aterrizo (con suavidad) en el suelo, su pasajero se soltó de ella como si fuera un demonio y abrazo el suelo de forma dramática.

"Tierra... gracias a Kami-sama..." murmuro Hiroki besando una y otra vez el suelo húmedo del bosque, por suerte no beso popo de ningún animal de dicho lugar.

Furensō ignoro las cosas extrañas que su amigo de la infancia estaba haciendo y en su lugar saco una por una las esferas del dragón de la bolsa de lona en que las trajo, y seguidamente las acomodo en el suelo. Luego de esto, ella exclamo lo siguiente con sus brazos extendidos al cielo:

"¡SAL SHENGLONG Y CUMPLE NUESTRO DESEO!"

El cielo se oscureció y un rayo de luz salió disparado de las esferas. De él surgió un enorme dragón verde con ojos rojos y cuernos dorados. Era Shenlong, el dragón sagrado que podía conceder cualquier deseo.

"¿Quién me ha- Ay, no... Otra vez tu... ¿Dónde está tu hermano? ¿Vienes por más de esos deseos extraños?"

Furensō se rasco la nuca ante la reacción y preguntas del dragón cumple deseos.

"Lo siento, Shenlong... pero tranquilo, esta vez la persona que viene a pedirte un deseo es mi amigo, Hiroki".

El recién nombrado abrió los ojos de golpe y lo primero que noto fue que ahora estaba de noche, pero cuando miro hacia se encontró con un brillo casi celestial... por poco y casi se termina desmayando al ver a un enorme lagarto (dragón) verde por encima suyo, tal tamaño lo hacía ver como a una mísera hormiga.

El dragón mágico desvió su mirada y por primera vez miro al humano que se encontraba cerca de chica Saiyajin.

"No sé cómo eso lo hace sonar mejor..." murmuro Shenlong de mala gana, pero al final suspiro y enfoco nuevamente su atención en el chico humano. "Bien, mortal, ¿Cuál es tu deseo? Puedo cumplirte cualquier deseo". Cuando termino eso, la poderosa deidad le dio una mirada molesta a Furensō y esta le dio un pulgar arriba de forma tímida con su mano derecha.

El adolescente de cabello rubio se levantó lentamente del suelo, donde seguidamente se armó de valor y dio un paso tembloroso para hacerse notar frente al poderoso dragón, era más que entendible su miedo porque era la primera vez que estaba frente a un ser que lo hacía ver tan pequeño e insignificante... cierto estudiante extranjero no contaba, ese bastardo asqueroso ni siquiera era digno de mencionar.

"Como dijo, Furensō... solo tengo un deseo, señor Shenlong..." comento Hiroki con un leve tartamudeo porque esos ojos completamente rojos del enorme lagarto le daban escalofríos. "Ahora que lo veo mejor... parece una especie de dragón chino... interesante", pensó el con un toque de curiosidad.

El Dios Dragon parecía inmutable por fuera, pero, en realidad, en su cabeza estaba dando saltitos (es un decir xd) de alegría ante la noticia de que solo debía conceder un deseo.

"Gracias a Zeno-sama..." pensó Shenlong con alivio porque no quería permanecer ni un minuto más frente a estos dos mortales, en especial, con cierta Saiyajin sonriente. "Estoy escuchando, mortal. Date prisa que no tengo todo el día".

El adolescente de ojos azules por un momento cerro sus ojos, pensó en que pedir y extrañamente visualizo a su amigo de la infancia junto a las cosas mágicas (desde su punto de vista) que vivió en la última hora y tanto. Cuando abrió nuevamente sus ojos, un gran nivel de determinación se reflejaban en su mirada al punto que tanto Shenlong y Furensō se sorprendieron... uno mas que otro.

"¡Yo quiero ser un Saiyajin!" dijo Hiroki con un nivel de seguridad que pensó haber perdido desde que ese maldito bastardo extranjero arruino su vida.

Furensō quedo boquiabierta ante las palabras que salieron de la boca de su amigo de la infancia, pero como era respetosa del deseo de este último no hizo nada y se quedó observando todo en silencio... mentiría si dijera que no tenia curiosidad del resultado del deseo.

"Ese es un deseo muy fácil". Shenlong aseguro con un tono neutro cuando sus ojos rojos brillaron con la intención de cumplir el deseo que le fue pedido por el chico humano.

El cuerpo de Hiroki fue envuelto por una luz viciosamente brillante.

"Tu deseo ha sido concedido. ¡Tenga buen día!"

Casi inmediatamente, Shenlong desapareció en una luz dorada cegadoramente brillante y magnifica, y ni un segundo después dicha luz fue absorbida de inmediato por las siete esferas mágicas.

"Que sentimiento tan extraño..." pensó Hiroki cuando la luz lo envolvió por completo y comenzó a cambiar su cuerpo en general empezando por sus huesos y órganos, hasta la más pequeña célula y átomo... curiosamente el proceso no dolió nada, lo que agradeció en su cabeza al dragón.

Cuando la luz brillante se disipó y revelo los cambios de Hiroki, la primera en reaccionar obviamente fue Furensō (era la única otra persona que se encontraba ahí xd) que se acercó lentamente a su amigo de la infancia con una expresión sorprendida al punto en que lo único que salió de su boca fue:

"¿Hiroki...?"

El recién nombrado abrió los ojos lentamente y se encontró con los ojos curiosos de cierta chica de cabello negro de punta alborotado... pero había algo extraño con ella porque la veía más... ejem, ¿Pequeña? Tal vez todavía estaba algo mareado por el cambio repentino de Humano a Saiyajin.

"¡Eres más alto que yo!" exclamo Furensō con asombro al notar que su amigo de la infancia ahora le sacaba casi una cabeza por completo.

Hiroki agrando sus ojos al escuchar el comentario de su amiga de la infancia porque entonces su sospecha anterior era acertada, pero no sabía qué hacer y en cambio se quedaron mirando en silencio (deberíamos besarnos para romper la tensión, ok no xD)

...

Ambos (curiosamente) ignoraron cuando las esferas se elevaron al cielo y salieron disparadas en direcciones aleatorias. Un instante después, nuevamente era de día.

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Fin del Primer Capitulo

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El Capítulo Tiene 4500 Palabras

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Subido: 01/05/24

Actualizado (Corregido): 03/05/24

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Omake 1

Hiroki aún estaba pensando en que deseo pedir, pero todavía no estaba seguro de que pedir... por esta razón ahora se encontraba junto a su amigo... amiga de la infancia caminando por la ciudad sin rumbo aparente, solo matando el tiempo. Ella llevaba las esferas del dragón en una bolsa de lona atada a su Gi para no llamar la atención de la gente.

"Furensō..."

La recién nombrada tenía las manos detrás de la nuca y caminaba despreocupadamente, ignorando las miradas de las personas (tanto hombres como mujeres) que la observaban boquiabiertos por dos grandes razones.

"¿Sí?" dijo Furensō al momento en que giro un poco su cabeza para mirar al chico que tiene a su lado.

Hiroki tenía su mirada fija hacia un punto en específico, por su expresión congelada debió ser algo muy impactante y posiblemente malo.

"Toma mi mano".

La adolescente de cabello negro de punta alborotado quito sus manos de la nuca al escuchar las palabras de su amigo de la infancia.

"¿Por qué?" pregunto Furensō con una expresión curiosa ya que tal vez este se decidió por un deseo, y ahora tenía que usar la teletransportación para ir a un lugar apartado de la civilización para colocar las esferas y pedir el deseo a Shenlong.

El adolescente de cabello rubio nunca quito la mirada de las cinco personas que estaban a unos cuantos metros de su posición, que a medida que caminaban la distancia entre ellos se acortaba cada vez más.

"Solo hazlo, por favor..." pidió Hiroki con un tono suplicante porque si ella no podía hacer este gran favor no sabía que podía pasar si el grupo lo confrontaba. "¿Por qué están aquí...?" Él pensó con la mano izquierda apretada formando inconscientemente un puño por mero reflejo.

Obviamente Furensō no pudo negarse ante la suplica de su amigo de la infancia y termino agarrando la mano extendida de este, esta ocasión fue diferente a la primera ocasión en que agarro la mano de Hiroki porque esa vez fue para demostrarle que no mentía sobre todo lo que le había contado en ese momento... era un sentimiento extraño, pero curiosamente no le desagrado.

Ambos pasaron en silencio al grupo que venía caminando hacia ellos, este grupo estaba compuesto por un hombre y cuatro mujeres... ignoraron las expresiones (¿Sorprendidas? ¿Incrédulas?) de estos cuando pasaron cerca de su campo de visión.

"Gracias..." susurro Hiroki cuando estuvieron a una distancia considerable de cierto grupo que hubiera preferido evitar, pero el destino a veces era extraño. "No había notado que su mano era tan suave..." pensó el con un toque de curiosidad al recordar ese momento en que desaparecieron con la teletransportación.

Furensō solo le sonrió en silencio esperando que su acción lo tranquilizara... Curiosamente ella nunca supo a que le tenia tanto miedo su amigo de la infancia, tal vez mas tarde le preguntaría cuando este último decidiera cuál sería su deseo.

Otra cosa interesante fue que ninguno de los dos soltó sus respectivas manos. ¿Se preguntarán el por qué? Ninguno de los dos lo sabía e incluso estuvieron así durante un buen rato.

¿Acaso ese era mi hijo Hiroki...? ... ¿Quién es esa chica que va agarrada de su mano? ... Imposible, nunca he visto a mi hermano con otra que no sea nosotras ... tal vez el inútil le pago a alguna puta para que lo tome de la mano, típico de un débil.

Esas eran las preguntas y comentarios de las cuatro mujeres que observaban a Hiroki y a la chica de exótico cabello negro que iba tomada de su mano.

"Mmmm... otra elegida para mi colección de putas... me gusta su tez semi bronceada y el resto de la mercancía de su cuerpo".

El tipo de tez oscura sonrió de forma burlona y un tanto siniestra al imaginarse todas las cosas que le haría (con la intensión de romperla psicológicamente) a esa inocente chica cuando cayera en sus garras. Bueno, en realidad, solo debía esperar a que esa puta loca de Nao convenciera a su nueva presa de que se uniera a su harem...estaba seguro de que cuando probara su serpiente negra, ella se volvería completamente adicta. 

Fin del Omake

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