Paseo con Blue
Narra Star
Tirada en el piso como basura, mi nueva rutina desde que Cap se fue.
Ha pasado tanto tiempo, unos... dos días.
Odio esto.
—¡Star! ¿Estás? —preguntó una voz desde el otro lado de la puerta. Aquella voz era de Magma.
Solté un gruñido lo suficientemente audible como para que me escuchase y pase, después de todo, tiene la llave de la casa desde hace ya un tiempo.
—Perdón por ser inoportuno, pero necesito pedirte un pequeño favor.
Alcé una ceja por la intriga ¿Qué favor podría ser? No tengo dinero para prestarle.
—No es nada, habla.
Comencé a levantarme del frío suelo en el que yacía, sacudí un poco mi ropa y caminé unos cuantos pasos en dirección a Magma.
—Verás, Estrellita, sabes que hoy me toca hacer e imprimir los carteles de Se busca para Cap, ¿verdad?
—Ajam.
—Y también sabes que tengo a mi hermano Blue quedándose en mi casa por un tiempo.
—Sí.
—De paso, sabes que me preocupo mucho por él y por ti también...
—Ve al grano, Magma.
—Quiero que lo cuides por hoy.
...
—¿Perdón?
—¡Sé que es un poco complicado para ti lidiar con chamacos, pero por favor, Star! No tengo a nadie más que lo haga, serías mi salvadora.
Va a necesitar una buena excusa para convencerme de esto.
—¿Y qué hay de tus hermanos? ¿Se los tragó la tierra? —interrogué al pelinaranja frente mío mientras jugaba con sus dedos.
—Ángel estará trabajando en la iglesia, Bael tiene muchas cosas que hacer en su floristería, el abuelo Feux no está disponible nunca y Sacri, ni se diga.
—Sacrilegio estará enterrando cadáveres por ahí. —solté un suspiro y me rendí. —Está bien, lo haré.
—¡Muchas gracias, Star, eres la mejor! —se abalanzó hacia mí para abrazarme luego de decir esto.
Intenté resistirme un poco, pero al final terminé cediendo.
—Ya, demasiado —me aparté. —¿Dónde está Blue?
—Nos está esperando en casa, ven.
¿Desde cuando su casa también es mi casa? No importa.
Tomé rápido mi celular y lo guardé en una pequeña mochila que estaba cerca, ni yo sabía que estaba ahí hasta que Magma la señaló.
Salimos de la casa y caminamos por un buen rato, el silencio no era cómodo pero tampoco es como que quisiera romperlo.
Estábamos caminando por el parque, el mismo parque en donde encontré a Cap aquella vez, qué recuerdos.
A pesar de la fuerte nostalgia que sentía, algo de allí no me cuadraba, percibo la presencia de algo o alguien.
—Magma, ¿de casualidad no te sientes... observado? —le cuestioné, un poco dudosa de mis propias palabras.
—Ahora que lo mencionas, supongo que sí. —su caminar se volvió más lento y su mirada recorría cada punto del parque, parecía estar buscando la raíz de nuestra incomodidad compartida.
—Será mejor que caminemos rápido.
—Ni que nos fueran a secuestrar.
Ignorando su propia burla, Magma aceleró el paso.
Replique su acción y salimos del sitio, llegando en poco tiempo a la casa.
—¡Blue, ya estamos aquí! —llamó la atención del pequeño al entrar.
—¡Hermano! —el peliazul se aventó hacia Magma, dándole un abrazo.
Qué tiernos son.
No, ya fue mucho.
—Entonces, Max, ¿qué rayos se supone que tengo que hacer ahora?
—Podrías dar un paseo.
Lo miré con algo de confusión, ¿quiere que dé un paseo por la ciudad con un nene que apenas conozco?
—¿Un paseo?
Magma asintió, pero solo esperé a que diera más información.
—Ya sabes, un paseo con Blue.
Tomé una bocanada de aire y la exhalé rendida, ya acepté hacer esto y no puedo negarme. Igual, capaz no esté tan mal, nada malo puede pasar, ¿verdad?
—De acuerdo, ya nos vamos. —caminé directo al pequeño, quien se había mantenido callado desde que me vio. —Vamos, Blue, nos divertiremos.
El enano asintió y salimos de la casa.
Después de un par de minutos caminando en silencio, Blue se dispuso a hablar.
—Y entonces, Star, ehm... ¿Por qué estás triste? —me detuve en seco al escucharlo.
—¿Quién te dijo que estoy triste?
—Mi intuición. —esbozó una pequeña sonrisa mientras esperaba mi respuesta.
—Bueno, me siento triste porque perdí a alguien importante para mí.
—¿A quién?
—A mi mascota.
—¿Por qué?
—Se escapó y no pude detenerlo.
Blue me miró a los ojos, unos tan oscuros y profundos que a duras penas podían notarse sus pupilas.
—Me refiero al porqué es importante para ti.
—Es una larga historia, pequeño.
El peliazul agarró mi mano y me llevó a un banco cerca de donde estábamos, tomó asiento y dio unas palmaditas a su lado para que yo hiciera lo mismo.
—Tengo tiempo para escucharte.
Sonreí ligeramente y me senté a su lado, supongo que esto no será tan malo.
—Te cuento, mi gato era... es uno muy especial, hace cosas que otros gatos no pueden hacer.
—¿Cómo qué?
Volví a sonreír, su curiosidad definitivamente me hizo el día.
—Él me escuchaba cada que le contaba cosas, y me ayudaba a dormir, a comer, muchas cosas que antes no hacía yo.
—¿Lo extrañas mucho?
—Demasiado, Blue, demasiado.
—Oh, ya veo.
El silencio nos invadió unos segundos luego de eso, quería decir algo más, pero esperé a que él volviera a hablar.
—¿Cómo se llama tu gatito?
—Su nombre es Capitán Gato, —hice una pausa recordando aquel día, cuando lo llevé a casa. —él quiso ese nombre por sobre los demás.
Sigo pensando que Pancho era una buena opción.
Blue me miró un poco confundido, ¿será que tampoco le gusta el nombre? Qué hipócrita, al menos yo no le puse a mi gato "Zanahoria".
—¡Oh! ¿Tú gato es Fabrizzio?
—Disculpa, ¿qué?
Ahora la expresión confusa era la mía.
—¿No lo conoces? ¡Es el amigo furro de Magma! —exhaló unas risas antes de continuar. —O así lo llama él.
Me estoy perdiendo de muchas cosas.
A ver, a ver, a ver, esto puede ser una coincidencia nada más, una extraña y sospechosa coincidencia.
—¿Quién te dijo que se llama así? —le cuestioné al pequeño.
—¡Él me lo dijo! —afirmó, confundiéndome aún más.
Pensándolo bien, Cap y Fabrizzio son parecidos en cierto punto, sus ojos, su energía, sus orejas y cola... Espera, ¿qué?
A penas entro en conciencia que tiene esas cosas, podría ser un disfraz, quizás es therian. Mejor no considero eso una opción.
Quizás ellos no son "ellos", quizás...
—¿Cap podría ser Fabrizzio?
Esa mirada de "¿recién te das cuenta?" que cargaba Blue me lo decía todo.
Me perdí demasiado en mis pensamientos, pero debo seguir analizando, esto es demasiado raro como para dejar cabos sueltos.
Antes de poder continuar uniendo los hilos en esta hipótesis extraña, se escuchó un ruido proviniendo de los arbustos cercanos. La misma sensación extraña se cruzó en mi interior, creo que me dejó la piel de gallina.
Me levanté con prisa y traté de estirarme un poco para calmarme.
—Ven, Blue, tenemos que irnos. —intenté tomar su brazo para largarnos de allí, pero no alcancé nada. —¿Blue?
«¿A dónde carajos se metió ese chamaco?»
Bien, cálmate, Star, él seguro está jugando a las escondidas en algún lado. Sí, eso debe ser.
—¡Blue, no es chistoso, sal de donde quiera que estés!
Ahora sí que me preocupé.
—¡Mierda, Blue, ¿a dónde te metiste?!
Inhala y exhala, cuenta hasta diez y llama a un adulto de confianza. No, yo soy un adulto, ¿despejo x? ¡¿Qué carajo debo hacer?!
«Juro que cuando lo encuentre, lo haré usar pañales otra vez.»
De pronto, se escuchó una risa detrás de los arbustos, iba a acercarme, pero esa risa no era suya.
¿Debo o no debo ir? De tin marín, de do pingüe...
Iré.
—Te juro que si eres tú, Magma, te partiré todo el hocico, hijo de tu puta madre.
Por favor, que sea Magma.
Las risas incrementaron, se estaba burlando de mí. Aceleré el paso y me detuve en frente del montón de hojas.
—¡Max, sal de ahí!
Un brazo salió de allí y me agarró con fuerza.
—¡Suéltame! ¡¿Qué mierda te pasa?!
Intenté zafarme, pero estaba aferrándose más a mí.
¡¿Qué mierda?! ¡¿Quién putas es ese?!
—Cállate y duerme.
Terminó por ponerme un pañuelo en la cara, mi cuerpo cedía, sé que no puedo hacer nada al respecto, no es la primera vez.
Caí al suelo seco mientras unas manos me arrastraban.
Espero que Blue esté bien.
«Lo siento»
Mis ojos se cierran de a poco, ¿saldré viva esta vez? Diría "ojalá no", pero... hay tantas cosas que veo que tengo ahora.
—Esto fue mucho más fácil de lo que pensé. —escuché decir a quien me arrastraba, todo es tan borroso. —Frito, abre la camioneta.
Fabrizzio, este sí es el momento en el que deberías salvarme.
°1440 palabras°
Chamba de año nuevo, quién lo diría.
Llevo un año escribiendo este capítulo, aprecienlo.
Este año toca ponerse las pilas, ¿no? Apoco soy control de xbox.
En fin, esto ha sido una aventura de procrastinación y flojera. Gracias por leer, chavos.
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