XXXI
Después del pequeño espectáculo por parte de Dilan, el rumor de su regreso y de lo sucedido con Marcos se esparció como pólvora por todos los rincones de la manada.
La historia circuló con tanta rapidez, que incluso Marcos y Teresa se enteraron en cuestión de minutos de los acontecimientos en la plaza de la manada patrocinados por su nieto.
Los abuelos de Dilan sonrieron orgullosos mientras escuchaban como su nieto dejó a todos estupefactos. Ellos estaban enterados de las habilidades de Dilan, sabían que el pequeño había sido entrenado por su madre y por los compañeros de esta, por eso, no se sorprendieron cuando un conocido les contó que Dilan "noqueo" a Marcos.
Realmente no se creyeron la última parte de la historia. Mateo y Teresa conocían a su nieto, Dilan nunca peleaba hasta dejar inconsciente a sus oponentes, porque a pesar de tener habilidad y capacidad envidiable para el combate, su nieto prefería dañar el ego de sus víctimas y ridiculizarlas en público a tener que dejarlos malheridos.
Ese era un rasgo distintivo a la hora de pelear de Dilan, él sabía cuándo había que ejercer verdadera mano dura.
Dilan se caracterizaba por ser calmado y tranquilo en esa clase de situaciones, y aunque Mateo y Teresa estaban orgullosos de esa forma de pensar de su nieto, inevitablemente se acaban preocupando por él.
Si el enfrentamiento hubiera sido con cualquier miembro de la manada de Dilan, sabían que no habría represalias contra su nieto. Pero tratándose de un cachorro de su manada, y más específicamente de Marcos, el cual se enorgullecía de su capacidad de combate y su habilidad en el cuerpo a cuerpo, era imposible no preocuparse y temer que el chico intentara algo.
– Dilan, cariño. Tu abuela y yo te pedimos que seas precavido cuando des tus vueltas por la manada – le aconseja Mateo esa misma noche con un tono serio en el cual se puede distinguir perfectamente su preocupación.
Dilan no dijo nada y mira a su abuelo con una ceja alzada e intenta entender su punto. ¿A caso sus abuelos dudaban de su capacidad?
– Dilan – lo llama esta vez su abuela – nosotros sabemos que puedes defenderte perfectamente, pero tienes que tener en cuenta que no estás en tú manada. Cuando hieres el orgullo de un lobo adolescente de una manada como la nuestra lo más probable es que este lobo vuelva dispuesto a vengarse de aquel que lo hizo parecer débil frente al resto de miembros – le explica Teresa con calma. – Los dos sabemos que puedes cuidarte solo, pero cariño, tú has herido el orgullo de uno de los lobos más idiotas y orgullosos de la manada – le explica paciente mientras acaricia su mejilla. – Solo estamos intentando aconsejarte – le explica calmada.
– Solo ten cuidado y evita las zonas poco transitadas – le pide su abuelo, sin disimular su preocupación.
Teresa mira a su marido comprensiva, agarra su mano, la cual se encuentra sobre la mesa y la aprieta en señal de apoyo.
Dilan no se pierde ninguna de las acciones de sus abuelos, los mira durante unos segundos para finalmente cerrar sus ojos y asentir comprensivo.
– Evitaré las zonas poco transitadas – accede.
En el momento en el que las palabras salieron de la boca de Dilan, Mateo relaja su postura y Teresa le dedica una sonrisa complacida.
Dilan sabe que la preocupación de sus abuelos no es broma, como bien le han dejado ver, ahora mismo no se encuentra su manada. Sabe que no debe tomar a la ligera el consejo de sus abuelos, porque a pesar de todo lo vivido, él todavía recuerda perfectamente la forma en la que actuaba Marcos de cachorro.
Y por la forma en la que lo trató y le habló en el momento en el que lo vio es fácil deducir que el joven no ha cambiado ni madurado. Por eso que sabe que más pronto que tarde, volverá a tener un nuevo enfrentamiento con él.
Dilan pretende cumplir su palabra y evitar las zonas pocos transitadas de la manada, porque conociendo a Marcos es casi seguro que intentará asaltarlo en alguno de esos sitios.
El joven gato realmente quería llevar la fiesta en paz, pero sabe que si nuevamente se ve obligado a actuar esta vez no dudará.
Si tiene que dejar las cosas claras lo hará, no por nada se entrenó con su madre y con sus tíos. Sabe que no es tan bueno como ellos, la diferencia de experiencia era obvia, pero, aun así, Dilan es lo suficiente experimentado como para dar pelea y saber defenderse si llegaran a intentar un ataque sorpresa.
De hecho, cuando empezó a entrenar su madre le dijo que, aunque fuera su hijo no pensaba ir suave con él, argumentando que si verdaderamente quería aprender a defenderse debía dar todo de él para conseguirlo.
Dilan no era un lobo, no tenía la descomunal masa muscular que estos tenía. Por eso, si intentaba luchar con un lobo, solo con fuerza bruta e instinto era obvio que perdería. Por esto mismo, Dilan tuvo que perfeccionar su propio estilo de pelea, ayudándose con sus habilidades felinas, de los consejos e instrucciones de su madre y tíos, puedo ajustar su propio estilo de lucha.
Gracias a las sesiones espartanas de su madre consiguió mejorar su tiempo de respuesta, su tío Stefan le enseñó a predecir los posibles contrataques que haría su oponente, su tío William le enseñó cómo utilizar su agilidad a su favor y como molestar a su oponente para que este perdiera su enfoque. Realmente fueron sesiones muy duras, pero gracias a estas consiguió un resultado lo suficiente decente.
Cabe destacar que Dilan todavía es joven, él todavía tiene que desarrollarse, pero aun así el joven sabe cómo dar una buena pelea y que cosas hacer cuando se encuentra arrinconado.
De repente se proyecta en su cerebro uno de los muchos entrenamientos que tuvo. Recordó la vez en la que Stefan lo tenía arrinconado y tuvo que usar sus pequeñas garras para trepar ágilmente a un árbol cercano con el fin de poner algo de distancia con el lobo, el cual no estaba dispuesto a parar hasta ver como el pequeño se rendía.
Ese día aprendió la importancia de saber medir a su oponente, porque a pesar de que Stefan era una persona que siempre traía una sonrisa en la cara y de su actitud divertida por dentro seguía siendo un guerrero más que cualificado.
Después de eso las cosas fueron como la seda para el joven, paseaba por la manada tranquilo y disfrutaba de su estancia en la manada de sus abuelos. Fue a muchos de los sitios por los que andaba durante su infancia y en ocasiones acompañó a sus abuelos mientras ellos realizaban sus recados.
Sus días eran pacíficos y monótonos, o por lo menos lo eran hasta que la aparición de cierta persona venía y perturbaba su tranquilidad.
– Dilan, ¿podemos hablar? – le pide nuevamente Logan con un tono de voz pausado y casi suplicante.
No había pasado muchos días desde el incidente, pero Dilan no mentiría si dijera que estaba cansado de escuchar la misma condenada pregunta. Cada vez que "coincidía" con el joven lobo este intentaba acercarse a él para entablar una conversación, y a pesar de que siempre era brutalmente ignorado por el joven gato este no desistía.
Cansado por la actitud persistente de Logan, Dila para sus pasos, gira su cabeza y conecta por unos segundos sus ojos con los del lobo.
Sabe que Logan en el fondo no es un mal chico, después de todo, fue el único niño de toda la manada que fue a la casa de sus abuelos a darle medicina después de ese día, pero a pesar de que ese fue un gesto inesperado y en cierta forma, bonito. Dilan no es capaz de hablar con él como si nada.
La mención de su pasado por parte de Marcos hizo que recordara todas las veces que Logan pudo ser ayudarlo y que fue ignorado. Dilan sabe que no es bueno vivir con ese resentimiento dentro de él, después de todo, ellos tan solo eran unos niños ... pero no puede evitarlo. Ese malestar sigue ahí, no se fue en ningún momento, solo estaba esperando el momento oportuno para salir.
Dilan realmente quiere perdonar a Logan y seguir con su vida, pero sabe que ahora mismo no va a poder hacerlo.
El joven se pierde en los ojos de Logan buscando algo que le ayude a dar ese paso que aún no es capaz de dar, pero no ve nada, lo único que ve en los ojos del joven es arrepentimiento.
Dilan sabe que está actuando de forma infantil, pero aun así decide seguir el mismo patrón que ha usado hasta el momento. Suspira cansado, vuelve a mirar hacia el frente y sigue con su camino, dejando a tras a un pobre chico que solo quiere hablar, solucionar las cosas y tener un nuevo comienzo junto a su mate.
Logan nuevamente tiene que ver como nuevamente lo aparta de él y sigue con su paseo como si nada.
Su pecho se oprime dolorosamente mientras lo ve alejarse. Indiferente a él y a su unión.
Sin poder evitarlo su cara de Logan se descompone y un pequeño gemido lastimero sale de sus labios. Es tan frustrante, tan doloroso ... piensa el joven.
Él solo quiero disculparse ...
Desea tanto obtener el perdón de Dilan ...
Le da igual ser ridiculizado y maltratado, él solo quiere ser perdonado.
Si antes de su rencuentro con Dilan, Logan se encontraba mal, ahora que lo tiene de vuelta está mucho peor. El dolor de ver como su compañero se aleja cada vez que lo ve, lo está matando por dentro y por fuera, su lobo no para de aullar lastimado dentro de él, reclama la cercanía de su pareja, pero solo obtiene indiferencia de su parte.
Ahora que Logan se encuentra en esta situación, no puede evitar pensar en lo irónica que es su posición. Cuando Dilan no estaba en su manada sabía que no podía tenerlo porque estaba a kilómetros de distancia, pero ahora que lo tiene tan cerca de él y es incapaz de tocarlo sin recibir una mirada de odio o indiferencia pura ... simplemente lo mata.
Y mientras el joven Logan sonríe burlón por lo irónico de su situación, en ese mismo lugar, oculta entre los árboles se encuentra una joven que nuevamente tiene que ver como el chico que le gusta es completamente ignorado y rechazado por su mate.
La joven loba aprieta sus dientes mientras clava sus garras en el tronco del árbol que la oculta y gruñe enojada.
La vida era demasiado injusta, Sofía había pasado gran parte de su infancia y adolescencia intentando conseguir a Logan, había hecho de todo.
Intentó acercarse de todas las formas habidas y por haber, fue directa, sutil, ambigua ... pero nada, nunca consiguió algún avance con el joven lobo. Incluso se obligó a cambiar las partes de su carácter que sabía que Logan detestaba, pero ni con esas consiguió que la mirara.
Por todo eso y más Sofía no podía evitar odiar y envidiar a Dilan, el joven no había tenido que hacer nada, simplemente apareció un día y ya tenía a Logan comiendo de su mano. Lo tenía persiguiéndolo con la mirada y arrastrándose por él.
Sofía hizo todo lo que pudo durante todos estos años y lo único que consiguió del lobo fue una mirada que no duró más de cinco segundo y ya.
Era decepcionante ver como su esfuerzo de años se iba por la borda solo porque Dilan apareció en el mapa.
Si tan solo el joven no hubiera estado ese día en la plaza ...
– ¿Todavía vas detrás de él? – le pregunta divertido a la joven una voz masculina apoyado en un árbol cercano – no te das cuenta que ya no tiene caso, madura Sofía, ha encontrado a su compañero. Él no te va a mirar – le dice el chico en tono aburrido.
– Cierra la boca quieres – le responde ella molesta – no he pedido tú jodida opinión – le dice mientras se vuelve y lo mira con desagrado.
El chico ni se inmuta ante el tono de la joven, le sonríe burlón y se le acerca con una sonrisa plantada en la cara.
– Pobre Sofía, ni siquiera pudo confesarse y ya fue rechazada ... – dice cínico.
Durante unos segundos la máscara de molestia y desagrado de Sofía se resquebraja, en sus ojos se puede ver que las palabras dichas por el joven la molestan y la hieren.
– Eso no es tú problema Marcos – le responde cortante.
Marcos sonríe malvado al percibir el temblor en la voz de Sofía y su actitud defensiva, es claro como el agua que Sofía explotará tarde o temprano, es cuestión de sentarse y esperar, pero es mucho más divertido adelantar las cosas. Se dice a sí mismo el joven.
– Tienes razón – reconoce Marcos mientras levanta las manos en señal de rendición – no es de mi problema si sigues pillada por un chico que sabes que no vas a tener.
De forma tranquila Marcos se da la vuelta mientras sonríe sabedor de lo que está por hacer.
– Nos vemos Sofía, espero que consigas superar a Logan antes de que Dilan y él formalicen su relación.
– Él ni siquiera se ha dado cuenta de que Logan es su pareja – le recuerda ella molesta – aún no está todo el pescado vendido – le recuerda ella molesta.
Marcos vuelve a sonreír malévolo sabedor de lo que acaba de hacer.
– Sea como sea, nos vemos Sofía – se despide de nuevo antes de empezar a andar entre los arboles del bosque.
En cuestión de segundos Sofía queda sola entre los arboles del bosque mientras en su cabeza se repite la conversación que acaba de tener con Marcos y los últimos acontecimientos vividos por Logan y su mate.
La joven no puede evitar gruñir frustrada y mirar con odio el lugar por el que desapareció Marcos.
– Esto todavía no se acaba – le asegura ella antes de transformarse y correr hacia su casa.
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