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Los caballeros negros

UN GATO CONTRA SHINRA

Capítulo 12: Los caballeros negros


―Dyne, ¿cómo hacías para ir a Gold Saucer? ―le preguntó Barret una vez Dyne se hubo recuperado.

―Una vez capturé a uno de esos robots que arrojan a la gente en este infierno y reprogramándolo podía ir y venir de Gold Saucer.

―Eso es malo, nosotros somos muchos, necesitaríamos muchas de esas cosas ―se quejó Barret.

―No tengo más robots, pero tengo un buggy.

―Eso tampoco nos servirá, somos trece incluyéndote ―le hizo notar Barret golpeando la pared.

―Tengo un buldozer, es lento, pero si lo enganchamos al tráiler podremos largarnos de aquí.

―Perfecto. ¡Oigan, Dyne tiene un plan para sacarnos de aquí!

El grupo se dirigió al buldozer y luego lo engancharon al "tráiler", el cual estaba cortado a la mitad de forma horizontal y podría llevar a todos del grupo.

Cuando intentaron cruzar el desierto, varios monstruos parecidos a gusanos que salían de la tierra trataban de voltear y detener al grupo, pero tanto el buldozer y el tráiler pesaban mucho y su marcha era constante.

―¡Lo logramos! ―gritó feliz Cait.

―¿Ahora adónde, Barret? ―preguntó Dyne.

―Pregúntale eso a Wedge, él es el líder.

―¿El líder? se ve algo joven para ser líder, pero de acuerdo. Dime dónde, Wedge.

―Lo mejor será ir a Gongaga, es el lugar más cercano para reabastecernos de combustible.

―¿Gongaga? Creí que ese lugar estaba deshabitado ―intervino Lydia―, salió en todas las noticias, el reactor mako del pueblo explotó y la onda de choque barrió todo el lugar a kilómetros a la redonda.

―Sí ―decía Wedge―, pero Shinra tapó las noticias como siempre, escuché que las personas del pueblo siguen viviendo en la derruida ciudad pese a todo, seguro tendrán combustible para el buldozer.

―Entonces vamos a ese lugar ―dijo Cait, y Dyne condujo el buldozer hacia Gongaga.

.

.

Los amigos se acercaban al pueblo, pero antes tenían que atravesar el reactor destruido, en ese lugar se encontraron con los Turcos.

―No puedo creerlo, Lydia ―se quejaba exasperado Percy―, estos tipos sí que son incordiantes, se parecen a ese "equipo rocket" de pokemon, cada vez pierden, pero siguen viniendo por más.

Los enemigos se molestaron con la comparación de Percy, pero como dijo el chico gato, al final resultaron vencidos y huyeron del lugar.

―Bueno, al menos nos sirven como sparring que no cobran ―dijo Yuffie y todos se rieron.

Al llegar a Gongaga, pudieron observar que los habitantes del pueblo estaban con los ánimos bajos y viviendo lo mejor que podían dadas las circunstancias.

―Bien ―ordenaba Wedge―, bajen todos del tráiler y busquen dónde podríamos obtener algo de combustible.

Todo el grupo preguntó por los alrededores y hallaron el preciado combustible, sin embargo Aerith y Cloud no regresaban.

―¿Me preguntó dónde están esos dos? ―preguntaba Tifa entre preocupada y celosa.

―Veo que la pareja se aproxima a nuestra locación ―les señaló Nanaki.

Tifa quería reñirles por haber tardado tanto, pero vio que algo malo sucedía.

―¿Qué sucede, Aerith? ―le preguntó Lydia.

―Resulta que este es el pueblo en el que viven los padres de Zack, mi antiguo novio. Me encontré con ellos, me preguntaron por su hijo, y..., me descontrolé, salí huyendo del lugar.

Tifa pareció impactada por la noticia y todos lo notaron, pero cuando le preguntaron si conocía al hombre, ella negó haberlo conocido.

―¿Ahoraa dónde, Wedge? ―le preguntó Dyne.

―Dirijámonos al Cañón Cosmo ―pidió Nanaki―, allí se encuentra mi morada y deseo encontrarme con los míos, también es preciso hacerles conocer que allí se acaba mi aventura. Planeo quedarme en mi terruño.

―Si es lo que quieres que podemos hacer ―decía Percy como si no le importara, pero sus ojos le traicionaban ya que se asomaban lágrimas en ellos.

―Percy, no seas tsundere ―le aconsejaba Lydia―, no actúes duro, cuando eres blando por dentro.

―Entonces, ¡cuídate Nanaki! Por favor ven a visitarnos algún día que te preparare algo delicioso para comer ―le dijo Percy de forma tierna, pero su boca le traicionaba ya que le sonreía con malicia.

―Tampoco seas yandere ―volvía a aconsejarle Lydia―, no actúes tierno cuando eres malicioso por dentro.

―¡Es la naturaleza de los gatos! ¡Eeese es Percy! ―se autopresentaba el chico gato poniendo las palmas de sus manos en "V" a modo que remarcasen su rostro.

―Este... Sí, bueno, ya oíste, Dyne, vayamos a Cañón Cosmo ―dijo Wedge sin saber que pensar de Percy.

.

.

El grupo llegó a Cañón Cosmo y Nanaki les presentó a su "abuelo" quien no era otro que el sabio y anciano del pueblo: Bugenhagen, quien también era un renombrado científico y tenía su observatorio muy por encima del pueblo.

―Soy el último de mi raza ―explicaba con pena Nanaki―, el abuelo me crió ya que él cobarde de mi padre abandonó un día el pueblo cuando los enemigos nos atacaron.

Bugenhagen les pidió al grupo que seleccionaran a tres integrantes para mostrarles su laboratorio, ya que sólo tres personas podían ingresar a su observatorio holográfico 3D.

Wedge decidió que serían Lydia, Tifa y Aerith, ya que Jesse no quería separarse de Biggs luego de lo pasado en la prisión del desierto, y Yuffie, consideró aburrido ir a un observatorio.

El anciano las condujo hasta el interior de su observatorio y empezó a correr las holografías 3D.

―Increíble ―susurró impresionada Lydia al ver las fantásticas imágenes que aparecían delante de ella y sus amigas. Todo el sistema solar las rodeaba y Bugenhagen empezó a explicarles la naturaleza de la corriente vital y su relación con el planeta.

―De cierta manera Barret tenía razón ―admitía Tifa―, mientras más energía mako produce Shinra, más en peligro está el planeta.

―De alguna manera sabía que todos nosotros proveníamos de la corriente vital ―decía Aerith.

Bugenhagen las llevó de vuelta dónde el grupo y luego condujo a los amigos hacia una cueva. El anciano les indicó que si vencían a los fantasmas de la cueva, lograrían obtener varias Materias valiosas, además, había algo que quería mostrarle a Nanaki.

El grupo intercambio miradas suspicaces, pero Bugenhagen les aseguró que no había trampa y, además, Yuffie, quien estaba obsesionada con las Materias, rogó para que el grupo entrara a la cueva.

―Bueno, si utilizamos las tácticas de Lydia y Percy, no tendremos problemas ―dijo Wedge y todos entraron a la cueva, luego de que Barret convenciera a Dyne de entrar también con ellos, lo cual no fue fácil ya que el hombre tenía un carácter más huraño que el de Barret.

Los fantasmas de la cueva y su líder, no representaron un reto para los amigos, y Bugenhagen los condujo a la salida de la cueva y señaló a una figura de piedra que se hallaba resguardando el lugar.

―Ese de allí es Seto, tu padre, Nanaki ―revelaba Bugenhagen con pena―, él no huyó del pueblo, sino que guardó ésta entrada para que no pasase el enemigo. Los invasores dispararon flechas que convertían la carne y la sangre en piedra, pero pese a que tu padre se petrificaba, jamás dejó de defender este lugar, y aún hoy en día sigue resguardando la entrada de cañón cosmos. No te dije antes esto, porque tu madre me lo pidió antes de morir, temía que buscases venganza y murieses a manos de la tribu enemiga.

―Entonces, padre no huyó, sino que nos defendió hasta el último ―dijo Nanaki y emitió un aullido lastimero al mismo tiempo que Seto, el guerrero petrificado, parecía derramar lágrimas.

El grupo decidió dejar a solos a Bugenhagen y a Nanaki, con lo que se pusieron a recorrer el lugar para comprar provisiones y demás. Wedge, viendo que ya era tarde, decidió que todos pasasen la noche en ese lugar.

Lydia decidió recorrer el mercado en compañía de Tifa ya que Percy se había quedado en la entrada del túnel a esperar a Nanaki.

―Esos dos siempre pelean, pero al final se llevan bien ―hacía notar Lydia a Tifa.

―Es cierto, un felino y un canino, ahora solo necesitamos un compañero que se parezca a un ratón para tener el grupo completo ―bromeaba Tifa guiñándole uno de los ojos.

Lydia notaba como cada uno de los hombres que pasaban, miraban a Tifa con ojos como platos o de forma lasciva o tímida.

«Me pregunto si tendrá problemas de espalda», pensó Lydia con una sonrisa nerviosa al ver el bamboleo de los senos de su amiga cada vez que se movía.

Percy por su parte, esperó a Nanaki y al final él y Bugenhagen salieron de la cueva.

―¡Así que seguirás con nosotros! ―le decía feliz Percy al enterarse que Nanaki les acompañaría a salvar el planeta.

―Ya quisiera poder acompañarlos, pero con mis 130 años encima, me temo que ya no estoy para esos trotes —se excusaba Bugenhagen.

―Ven Nanaki, démosles la buena nueva a Lydia y a los demás.

.

.

Llegada la noche, el grupo entero se sentó alrededor de una gran fogata y contó varias historias referentes a ellos mismos, sin embargo, Cloud parecía seguir teniendo problemas al momento de recordar cosas de su niñez y Tifa parecía muy intranquila.

Tanto Lydia como Percy veían que Wedge dirigía miradas tímidas a Tifa mientras que ella sólo tenía ojos para Cloud.

―Me parece que Wedge perdió la confianza ―le susurraba Percy a Lydia, quien asintió con una mirada triste.

―Míralo, su rostro se ilumina cada vez que ve a Tifa ―susurraba a su vez Lydia―, ya no sé qué más hacer.

.

.

El grupo decidió irse a dormir, pero Wedge, como líder del grupo, se quedó despierto un poco más para ultimar los detalles del viaje de mañana.

―Percy, ¿no puedes dormir? ―le preguntaba cuando vio a su amigo acercársele.

―Escuché a un coyote a la distancia y me puse nervioso.

―¿Cómo puedes ponerte nervioso? Si te puedes convertir en pantera y tienes fuerza sobre humana como chico gato, y en el peor de los casos, te conviertes en gato y sales volando.

Umnya, no pensé en eso ―dijo Percy simulando vergüenza―. Dime, ¿te puedo acompañar mientras tanto? Hasta que me dé sueño.

―Claro, ¿quieres ayudarme con estas cosas? ―empezaba a decir Wedge, pero vio como Percy se transformaba en gato y empezaba a dar bostezos.

«Gran ayuda que resultaste ser», pensaba Wedge algo contrariado.

―¿Aún estas interesado en Tifa? ―le soltó de sopetón haciendo que Wedge sintiese como si le hubiesen echado un balde de agua.

―¿Por qué lo preguntas?

―Siempre miras a Tifa, pero ahora lo haces con una mirada de resignación. Wedge...

―Tifa, ella me dijo que le interesaba Cloud.

―¿Cuándo te dijo eso?

―En Gold Saucer, cuando íbamos en el teleférico.

―¿Te lo dijo? ¿Te dijo que ya no le interesabas?

―Bueno, no..., pero...

―Wedge, dime lo que pasó ―le pidió Percy a su amigo y él le relató todo lo que había pasado.

―Ya veo..., ¿ves que eres tonto?, ella no te dijo que no estaba interesada en ti, sólo te dijo que sigue pensando en Cloud.

―¿Tú crees?

―¡Estoy seguro! Mira, Wedge, estoy seguro que Tifa piensa en ti, al menos después de la pelea con Dio. Bueno está bien, también piensa en Cloud, pero tú tienes una ventaja.

―¿Y cuál es esa?

―¡Que Cloud parece interesado en Aerith! O al menos no muestra interés en Tifa. Además, tienes otra ventaja.

»¡Que estas más genial que Cloud! ―ninguna chica en sus cabales se le ocurriría no darte bola si tú te le acercas.

―Yo no quiero a ninguna chica, solo tengo ojos para Tifa.

―Lo sé y sigo con la promesa que te hice con respecto a ayudarte con Tifa.

―Gracias, tú y Lydia me han ayudado mucho. Ahora creo que es hora que vayas a dormir.

―Buenas noches ―se despidió Percy y se fue del lugar, pero antes de perder a Wedge de vista, se dio la vuelta y observó a su amigo con calma. Wedge se veía feliz, pero Percy sabía que su corazón cada vez se agrietaba más.

Percy frunció el ceño y fue corriendo hasta la habitación de Tifa.

―Tifa, Tifa ―le empujaba con sus patitas de gato.

―¿Qué? ¿Percy, eres tú? ―le respondía soñolienta.

―Tifa, tenemos que hablar ―le dijo Percy quien volvió a convertirse en chico gato.

―¿Qué quieres? ―le dijo, aunque ya conocía la respuesta.

―Sí, es lo que piensas.

―¿Sabes leer la mente? ―le dijo Tifa aprensiva.

―No es necesario ―le contestó Percy mientras se señalaba las orejas de gato.

―Esto es sobre Wedge ¿verdad?

―No Tifa, no es sobre Wedge, es sobre Cloud.

―¿Sobre Cloud?

―Tifa, ¿qué es lo que nos escondes?, la historia que nos contó Cloud no es cierta, ¿verdad?

Tifa abrió los ojos como platos y trató de negar, pero al ver la expresión de sabiondo de Percy, sabía que sería inútil ocultarlo más tiempo.

―De acuerdo, pero prométeme que no le dirás a nadie.

Okey, lo haré.

Se quedó callada unos momentos y al final decidió contarle todo, de cómo la historia de Cloud no coincidía con la realidad, de como fue Zack y no Cloud quien fue ese día a Nibelheim, el día en que Sephiroth enloqueció y quemó todo el pueblo.

―¿Recuerdos implantados? ¿Pero con qué propósito?

―No lo sé, es por eso que he estado sobre Cloud desde el primer día que nos encontramos en Midgar.

―Lydia me comentó algo sobre el aura de Cloud, me dijo que jamás había visto algo así en su vida. No supo explicar qué era o qué podría diagnosticarse de eso.

―Estoy muy asustada, y si Cloud..., no es Cloud.

―Si no es Cloud, no significa que dejará de ser tu amigo ―le dijo y Tifa pareció relajarse.

»Pero también significa que ya no tendrías que estar encadenada a un pasado que te impide ver que hay otras personas que lo darían todo por ti. Algunas incluso están en este lugar y te han demostrado siempre lo mucho que te quieren.

―¿Te refieres a Wedge?

―¿Conoces a alguien más que haya sacrificado todo lo que poseía para poder acompañarte para ir en ésta misión? ¿Conoces a alguien más que se haya formado y esculpido a sí mismo con tal de llamar tu atención? ¿Conoces a alguien más que siquiera haya demostrado su aprecio por ti?

―Pero a mí no me interesa Wedge.

―Te interesa ―le cortó Percy al mismo tiempo que volvía a señalarse las orejas ―lo que pasa es que no estás obsesionada con él como lo estas con Cloud, pero créeme, Wedge sí te interesa, no sólo como amigo, sino también como hombre.

―Yo..., yo...

―Sólo prométeme que pensarás seriamente en Wedge ―le dijo Percy y se dirigió a la salida, Tifa volvía a acostarse.

»Tifa... ―le decía Percy en la entrada con la puerta a punto de cerrar.

―¿Sí?

―Por favor, no lastimes a mi amigo, no lastimes a Wedge ―le dijo con gruesas y sinceras lágrimas en el rostro.

.
.

A la mañana siguiente, el grupo salió en marcha hacia Nibelheim, el pueblo natal de Tifa y Cloud, porque habían recibido la información de que Sephiroth podría encontrarse en ese lugar.

Está vez era Biggs quien conducía el buldozer. Percy, Nanaki y Cait Sith, se encontraban felices adelante, en la pala mecánica.

Barret, Cloud, Wedge, Dyne y Lydia se hallaban en la parte trasera del tráiler, mientras que Aerith, Yuffie, Jesse y Tifa iban en la parte de adelante. Tanto Tifa como Lydia se veían algunas veces de reojo.

«Cómo me gustaría ser como Tifa», pensaba Lydia. «Tan alta, fuerte y voluptuosa, todo el mundo la admira y la ve embobado».

«Cómo me gustaría ser como Lydia», pensaba Tifa. «Tan pequeña, frágil y hermosa, todo el mundo quiere abrazarla y protegerla».

«Qué envidia», suspiraban las dos chicas al mismo tiempo.

.

.

Los amigos llegaron a Nibelheim y se quedaron como de piedra.

―Oye, Tifa... ―le decía Jesse―, ¿no nos dijiste tú y Cloud que todo el pueblo fue arrasado por el fuego?

―No lo entiendo, ¡les dije la verdad! ¡Todo el pueblo fue consumido por las llamas!

―Tal vez Shinra intenta cubrir el desastre ―opinó Wedge.

―Eso es ridículo ―intervino Lydia―, también podrían haber hecho lo mismo con Gongaga.

―Sea como fuere, debemos entrar e investigar ―ordenó Wedge.

El grupo ingresó al pueblo y se mostraron contrariados con lo que les decían las personas del lugar, según ellos, jamás habían visto a Tifa o a Cloud en sus vidas, pese a que ellos vivían en el pueblo desde siempre, es más, jamás hubo un incendio.

―¡No estamos locos! ―se quejaba Cloud―, yo mismo entré a la habitación de Tifa y hasta le robé su ropa interior.

Todo el grupo miró con los ojos entrecerrados a Cloud.

―Sí que sabes escogerlos, Tifa ―se burlaba Percy, pero en ese momento Aerith le golpeó en la nuca.

»Diablos, tienes la mano pesada, compadezco a quien será tu novio ―le criticó Percy. Aerith le miró de mala forma haciendo que Percy huyese dónde Lydia.

―Mejor entremos a la mansión Shinra ―sugirió Wedge―, tal vez ahí encontremos pistas de qué diablos está pasando aquí.

Los amigos entraron en la mansión y vieron que está también fue restaurada. Cloud se dirigió al sótano y luego subió a decirles al resto que se encontró con Sephiroth y que este le dijo que iría al Monte Nibel.

El grupo estaba decidiendo el futuro curso de acción, cuando en eso, Percy y Nanaki pararon las orejas.

―Hay alguien que se está quejando cerca al sótano ―les informaba Nanaki.

―Parece como si tuviera pesadillas ―decía Percy y todos fueron a investigar.

Al llegar al sótano fueron directo hacia una recámara en la cual había un ataúd.

―El ruido viene de allí ―les señalaba Percy.

Wedge se acercó al ataúd para abrirlo, cuando de repente, este empezó a abrirse con lentitud y de este surgió un extraño individuo arropado con un largo traje rojo que le cubría parte del rostro.

Lydia estaba impresionada y empezó a buscar su cámara con rapidez.

―Disculpe, señor nosferatu ―le pedía Lydia―, ¿podría tomarle una foto?

―No soy ningún vam... ―trataba de decir el hombre, pero al igual que como paso con Barret, Percy en su forma de gato, se pegó a la cara del hombre.

―¡Vampiro! ¡Vampiro!

―¡No, Percy! ―gritaba Lydia, pero Percy no le escuchaba, es más, incluso Nanaki se sumó a la pelea y empezó a morder al hombre de su capa.

―¡Muere de una vez, vil engendro! ―de pronto gritó Percy y todos se sorprendieron al ver como el gato tenía un martillo en una pata y una estaca en la otra.

Lydia agarró al gato al último momento y este soltó el martillo y la estaca, mientras que Barret y Dyne sujetaban a Nanaki y trataban de controlarlo.

―¿Cómo pudo sostener un martillo y una estaca? ―preguntaba Yuffie―, ¡ni siquiera tiene pulgares oponibles! ¡Y lo más importante: de donde los sacó!

Lydia se disculpó con el hombre el cual resultó llamarse Vincent, quien contó su historia:

―Yo antes pertenecía a los Turcos, pero el profesor Hojo me utilizó en sus experimentos y acabé teniendo esta forma. Cuando me enteré que la mujer que amé, Lucrecia, había muerto, vine a este pueblo remoto y decidí habitar en este ataúd, para pagar por mis pecados.

El grupo le informó a Vincent que andaban tras Sephiroth y Shinra para salvar el planeta, con lo que Vincent ofreció sus servicios para ayudarles ya que tenía cuentas que arreglar con Shinra.

Una vez Vincent incorporado al equipo, el grupo se dirigió al Monte Nibel, para ver si Sephiroth se encontraba en el reactor mako.

Lydia se asombró al ver la agreste montaña, con picos afilados y retorcidos por todo el lugar, y empezó a sacar fotografías con su vieja cámara.

Los otros miembros del grupo no entendían la fascinación de Lydia por el siniestro paisaje. Para ellos era como si se estuvieran adentrando en los dominios de la muerte, y tal vez ese sería su destino una vez que se encontrasen con Sephiroth.

CONTINUARÁ...

La huida en el buldozer, está basada en la película: Terror Bajo La Tierra (Tremors), con Kevin Bacon, Fred Ward y Michael Gross.

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