La reconciliación
UN GATO CONTRA SHINRA
Capítulo 8: La reconciliación
La marcha fue la más silenciosa e incómoda que tuvo el grupo, pero luego Percy rompió el silencio.
―Chicos, alguien nos está siguiendo.
―¿Quién puede ser? ―miró a los costados Lydia.
―Un humano, mujer, muy joven, es muy ágil, astuta ya que se esconde contra el viento ―decía Percy olfateando y moviendo las orejas.
―Mi olfato y orejas también perciben a alguien oculto en las sombras ―confirmó Nanaki.
El grupo intercambió miradas nerviosas y apresuró el paso, pero al parecer el acechador les seguía.
―Nanaki, quiero que me ayudes ―le pidió Percy con lo que Nanaki se sorprendió, pero luego asintió.
El grupo se adelantó hacia una zona con una vegetación elevada y Nanaki aprovechó para ir tras quien les seguía lo mismo que Percy en su forma de pantera negra.
Quien fuera que los siguiese se dio cuenta que lo estaban emboscando y decidió huir de prisa, pero nada podía hacer ante el acecho de dos depredadores consumados.
Nanaki cortó el paso de la mujer por delante, oculto tras unos arbustos, empezó a mover estos para atraer la atención de la fémina y cuando esta se disponía a lanzarle una especie shuriken gigante, Percy apareció por su costado izquierdo muy cerca de su rostro.
―Chica lista ―murmuró la mujer y Percy se le abalanzó encima y luego Nanaki.
El grupo escuchó unos gritos de mujer y luego un silencio mortal. Luego de un minuto, vieron salir a Nanaki y luego a Percy quien con su mandíbula sostenía a una jovencita por la ropa interior.
―¡Auch! ―se quejó la jovencita que parecía ser una ninja cuando fue arrojada al piso sin ningún miramiento.
La ninja, ya libre, quiso escapar, pero Percy se lo impidió poniéndole una pata en la espalda, luego se acercó al rostro de la chica y empezó a gruñirle.
―¡No me comas! ¡Me rindo! ¡Por favor, no me comas!
Percy mordió la cabeza de la chica y empezó a zarandearla con fuerza.
―¡Basta, la vas a matar! ―le gritó Lydia asustada y Percy se detuvo.
―Perdón, perdón, juro que no lo volveré a hacer ―decía llorando y moqueando la chica ninja.
Percy se transformó en un chico gato, aunque a diferencia de las veces en que volvía a su forma de cat boy luego de transformarse en gato, está vez estaba desnudo.
―¡Cúbrete! ―le ordenó Lydia, y ropas empezaron a cubrirle el cuerpo desnudo con lo que todos quedaron impresionados.
La chica se presentó como Yuffie y decía ser una ninja. Estaba siguiendo al grupo por que vio a Percy y le intrigó su naturaleza de chico gato.
―Según las leyendas, fueron las chicas gato las que le enseñaron las técnicas ninja a mi pueblo, pero como un ser humano no era lo bastante poderoso para aprenderlas todas, las chicas gato decidieron que cada alumno supiera al menos una técnica y de esta manera se formaron los diversos clanes ninja de la actualidad ―les relataba Yuffie.
»Por favor, permítanme acompañarles, haré lo que sea, ¡lo que sea!
―¿Qué dices, Percy? ―le pidió su opinión Lydia.
―Porque le preguntas a Percy, yo soy el líder ―le decía Cloud.
―Para saber si está mintiendo ―le contestó Lydia.
―A ver... No, no está mintiendo, me lo dicen sus latidos del corazón ―les informó Percy.
―Entonces, ¿harás lo que sea? ―le dijo Biggs fingiendo malevolencia.
―Sí, lo que sea ―imploró Yuffie.
―¡Entonces vuélvete comida! ―le gritó Percy y se transformó en pantera, con lo que la mordió de la columna y empezó a zarandearla.
―¡No soy salmón, no soy salmón!
―¡Ya basta! ―le gritó enojada Lydia, y Percy la soltó sin miramientos.
»Sé que estás jugando ―le recriminaba Lydia―, pero con tu fuerza de pantera puedes matarla sin darte cuenta.
―Lo siento ―se disculpó con pena una vez que volvió a transformarse en chico gato.
―Di eso luego de cubrirte ―susurró Lydia con hombros caídos y voz cansada.
Lydia consideró prudente informar a Yuffie de lo que estaban haciendo, por lo que le dio un resumen de quienes eran y lo que habían hecho hasta la fecha.
Ya incorporada Yuffie al grupo, este reanudó la marcha hacia Junon.
―¿Por qué todos tan alegres y sonrientes? ―preguntó de forma sarcástica Yuffie, y Lydia le contó lo que pasó con Tifa y Wedge en la mañana, así como la obsesión de Tifa por Cloud.
―Tal vez se pelearon porque ella le dijo que todo fue un error y que no podía olvidar a Cloud —dijo Lydia.
―Eso lo averiguare está noche ―dijo Percy ceñudo.
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Tifa preparó la cena y todos comieron en silencio ya que aún ella y Wedge se veían tensos.
Terminada la tensa cena, Wedge se ofreció para hacer la guardia ya que sabía que no podría dormir y Percy también se ofreció.
―¿Wedge? ―preguntó nervioso Percy cuando se acercó al hombre luego de que todos los demás se hubiesen acostado.
―¿Qué quieres? ―le dijo de mala gana.
―Lydia está muy triste y preocupada, quiere, queremos saber qué fue lo que pasó, por favor, dímelo. ¿Sabías que Lydia estaba llorando? ―mintió Percy para ablandar a Wedge.
―¿Estaba llorando?
―Sí, tal vez para ti no signifique nada, pero para mí, Lydia lo es todo y me desgarró verla de esa manera. Por favor, dime ¿qué fue lo que pasó?
Wedge le contó de su encuentro con Tifa en la noche, como al final se besaron y luego el desastre de esta mañana.
―Wedge... Yo lo siento tanto ―le dijo Percy.
―Me enoje, le dije que era una falsa por haberme utilizado para dejar de pensar en Cloud.
―Pero, un sueño es solo eso: un sueño. Nadie puede controlar los sueños y puedo asegurarte que no significan nada.
―Significan algo, en el caso de ella, que no puede olvidar a Cloud.
―¿Y qué más le dijiste?
―Le dije que deje de hablarme y que se fuese donde Cloud de una vez por todas.
―¿Y Tifa?
―Me gritó, me dijo que no le dirigiese la palabra nunca más y que ella no lo haría conmigo.
Percy negó con la cabeza y arrancó la hierba del suelo, arrojándola luego con furia.
―¿No pudiste, no pudieron ambos controlarse y cerrar la boca? ―le dijo al final, exasperado.
―Ya no importa, ahora solo me concentrare en la misión.
―¡Wedge!
―Ya no me molestes y hagamos la guardia ―le dijo Wedge y se alejó del chico gato.
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En la mañana, Percy le contó a Lydia lo sucedido y está puso cara de consternación.
―¡No puedo creerlo, todo por un tonto sueño y un más tonto pleito!
―¿Qué se supone que haremos?
―Tenemos que hablar con esos dos tontos, el problema es que hoy llegamos a Junon y estaremos muy ocupados con la misión.
―Pero Wedge ya no quiere tener nada que ver con Tifa. El plan consistía en que Wedge se ganase el corazón de ella, porque estaba enamorado, pero ahora ya no lo está, entonces, ¿qué hacemos? ¿Ya no intervenimos?
―Claro que Wedge está todavía enamorado de Tifa, lo que pasa es que está dolido, y el hecho de que este confundido lo mantiene terco, pero créeme, de seguro desea aclarar las cosas con ella para bien.
Percy estuvo de acuerdo, pero como le dijo Lydia, el tiempo era el problema, y en efecto, al medio día los amigos llegaron a la ciudad de Junon.
Junon era un pueblo costero que había perdido su forma de vivir por culpa de Shinra. Durante la guerra contra Wutai, la multinacional había cubierto todo el pueblo con una plataforma que sirvió para construir una nueva ciudad y base militar que sirviese además para el emplazamiento de un cañón gigante de mako. La guerra terminó antes de que se disparase el cañón, pero Shinra decidió no desmontar la base militar ni el cañón, lo que afectó mucho el ecosistema del lugar, llevando a la hambruna y a la desesperación a la gente que antes vivía allí.
―Igual que en Midgar, Shinra cubrió todo el pueblo y ahora ni el sol llega ―dijo Barret.
―Odio como los de Shinra se creen con el derecho de ser los dueños de las vidas y la dignidad de las personas ―continuo Tifa.
El grupo entró al pueblo y se dirigió a la entrada de la base para acceder a la ciudad, pero el guardia les prohibió el paso debido a que Rufus, el nuevo presidente de Shinra, llegaría y se celebraría un desfile con sólo los habitantes de la ciudad y todos los demás tenían prohibido el ingreso.
―¿Y ahora qué haremos? ―dijo Biggs.
―Preguntemos por el pueblo, a ver si hay otra entrada que podamos utilizar ―sugirió Jesse.
Al acercarse a la playa, oyeron los gritos de varias personas, al parecer, había aparecido un monstruo marino y estaba atacando a una niña de nombre Priscila.
El grupo corrió presuroso dónde la niña y pudo ver que ella se hallaba flotando inconsciente cerca del monstruo, el cual ya la habría devorado de no ser por la intervención de un delfín que distraía a la bestia, pero ya se estaba cansando y empezó a acercarse a la niña de nuevo.
―¡Qué alguien haga algo! ―gritó Aerith.
―¡Yo me encargo! ―gritó Wedge y corrió directo hacia el mar, zambulléndose luego de manera espectacular para salvar a la niña.
Wedge nadaba furioso contra las olas y sujetó a la niña. El monstruo trató de engullirlos, pero recibió una descarga del arma de Wedge que por fortuna también podía disparar bajo el agua.
Como el monstruo estaba en el mar, el grupo no podía rodearle y lo que es peor: solo funcionaban ataques a distancia contra él.
Barret con su brazo-cañón y Percy con su ataque de rayo, eran los únicos que podían atacar al monstruo a cada momento. Los otros como Yuffie, sólo podían arrojarle su arma una vez y eso era todo.
Tifa veía la lucha impotente, ya que, a diferencia de los demás, ella sólo empleaba combate cuerpo a cuerpo.
―¡Tifa, toma algunas Materias curativas y junto a los demás apoya a Barret y a Percy! ―le urgía Lydia.
―¡Nanaki! ―gritaba Wedge―, cuida a la niña que iré también a atacar al monstruo.
Wedge corrió dónde sus dos amigos y empezó a disparar.
«Menos mal que mi arma sirve de espada y fusil al mismo tiempo», pensó Wedge.
El monstruo era muy poderoso y derrotó a Barret y a Percy, entonces, Wedge apostándolo todo, se zambulló en el mar y atrajo la atención del monstruo el cual se tragó de un bocado a Wedge.
―¡WEDGE! ―gritaron los miembros del grupo, pero cuando el monstruo levantó el cuello, el fusil-espada de Wedge salió del hocico del monstruo y, a continuación, el arma partió en dos todo el hocico del monstruo causando que este expulsara a Wedge.
Wedge cayó de mala manera en la arena y, por si fuera poco, el cuerpo inerte del monstruo casi lo aplasta al desplomarse encima de él.
―¡Wedge, Wedge! ―gritaba Lydia mientras corría hacia su primo.
―No te acerques, estoy cubierto de la sangre del monstruo ―le decía, pero a Lydia no le importó y abrazó con fuerza a su primo.
―No seas tonto, no soy ninguna princesa mimada que valora más su vestido que a su primo ―le criticó Lydia.
―¿Estás bien? ―le preguntó Tifa quien se veía preocupada.
Wedge y Tifa se miraron en silencio.
―Lo siento... ―empezaron a decir al mismo tiempo cuando en eso Nanaki les llamó preocupado, al parecer la niña no respiraba.
―Debemos darle respiración artificial ―les apremiaba Aerith.
―¿Alguien sabe dar respiración artificial? ―preguntó Yuffie y todos se miraron negando con la cabeza.
―Yo sé dar respiración artificial ―asintió Wedge quien ya se había recuperado y llegaba dónde ellos.
Wedge se inclinó al lado de la niña y le abrió la boca, cerciorándose que no tenía nada en la garganta, ni que se hubiese tragado la lengua. A continuación, procedió a darle respiración de boca a boca.
Luego de unos instantes, la niña reaccionó expulsando el agua que tenía en los pulmones. Wedge la tomó en brazos y guiado por los lugareños la llevó a su casa.
Wedge llegó a la casa de la niña y acostó a está en su cama arropándola con cariño y dándole un beso en la frente.
―Duerme pequeña ―le dijo Wedge con gesto paternal.
Los lugareños le explicaron al grupo que la niña y su amigo delfín, jugaban en la playa cuando apareció el monstruo, luego les agradecieron, en especial a Wedge.
―Wedge, lo hiciste muy bien, ¿verdad, chicas? ―preguntó Lydia.
―¡Es cierto, estuviste increíble con el monstruo! ―decía asombrada Yuffie.
―Y la forma en cómo te dirigiste a pelear contra él ―decía Jesse.
―¡Se vio impresionante cuando le cortaste con tu espada! ―continuaba Aerith.
―Me refería a como le dio respiración artificial a la niña y la arropó con cariño ―les aclaró Lydia mirando con pena a sus amigas, como si fuesen niñas que no se daban cuenta nada de nada.
―Wedge ―continuó Lydia―, eres un hombre entre hombres.
―Tienes razón, Lydia ―le dijo Tifa y todos la miraron, en especial Wedge quien se ruborizó
―Mejor salgamos ―sugirió Barret y todos decidieron salir de la habitación para dejar solos a Tifa y a Wedge.
Un silencio embarazoso permanecía en la habitación, sólo interrumpido por el respirar de la niña.
―Lo siento ―trataron de decir al mismo tiempo interrumpiéndose el uno al otro, con lo que se miraron y luego se rieron.
―Perdóname, Tifa, me comporte como un imbécil, nunca debí decirte esas cosas, después de todo solo fue un sueño.
―No tienes de que disculparte, de hecho soy yo quien debería disculparse, nunca debí decirte esas cosas hirientes respecto a no volver a hablarnos, yo si fui la que se comportó como una imbécil.
―No digas eso, fui yo el que comenzó, deberías darme una patada en este momento.
―No, soy yo la que debería recibir una patada.
―¡Pero yo te hice llorar!... Otra vez.
―¡Y yo mencione el nombre de Cloud!
Los dos se miraron ceñudos y luego empezaron a reír.
Wedge se acercó a Tifa y la tomó por la cintura.
―¡¿Qué haces?! ―le decía una sorprendida y colorada Tifa.
―Aún pienso que debo compensarte por las lágrimas ―le dijo y acercó sus labios a los labios de Tifa.
―¿Dónde está el señor delfín? ―dijo de pronto la niña, interrumpiendo lo que pudo ser el beso de los adultos, que se separaron rápido con rostros rojos como un tomate.
―Vaya, creo que no se me dará hoy ―le dijo Wedge y Tifa se tapó la boca con un puño cerrado para evitar reírse.
Los tres bajaron de la habitación y se encontraron con el grupo en la sala. Priscila quedó muy impresionada con Cloud y se le declaró ahí mismo, haciendo que las chicas se rieran divertidas.
Priscila, ya recuperada, los acompañó hasta la playa para mostrarles una manera de ingresar a la ciudad superior donde se llevaría a cabo el desfile.
La niña le entregó un silbato a Cloud con el que podría llamar al delfín y este le ayudaría a saltar hasta una viga rodeada de cables de alta tensión, por esa viga Cloud podría ingresar a la ciudad si es que se cuidaba de no tocar los cables.
Las chicas, incluida Tifa le rogaron para que no hiciese algo tan peligroso, incluso sugirieron que Percy sea quien se hiciese cargo, lo que hizo que Lydia les mirase ceñuda.
―Lo siento, chicas ―se excusó Percy―, pero luego de la batalla con el monstruo estoy agotado.
Con aquello, fue Cloud el encargado de realizar la tarea.
―Apenas entre en la ciudad, bajaré para abrirles la entrada ―les prometio Cloud y se dirigió al mar para llevar a cabo el plan de Priscila.
Pasaron un buen par de horas y nada.
―Lydia, estoy aburrido.
―No te preocupes, seguro Cloud aparecerá pronto... Espero.
―¿Eso crees?
―Que suena mejor: eso espero o eso creo.
―¡Maldito imbécil, me preguntó qué diablos estará haciendo! ―gritó enojado Barret.
―Escuché que hay toda una ciudad allí arriba, seguro Cloud estará "liberando" a las chicas del lugar de los malos de Shinra ―decía Yuffie quien junto con Lydia, eran las únicas chicas que no se la pasaban babeando por Cloud.
Las otras chicas le criticaron, pero Biggs les mandó a callar enojado.
―Lydia, ya estoy recuperado, déjame intentarlo ―le pedía Percy.
―Pero es muy peligroso.
―Tal vez para un humano, pero no para un gato.
―De acuerdo, pero prométeme que te cuidarás.
Percy besó a Lydia para tranquilizarla y luego se transformó en un gato, después, sin la necesidad de alas, voló hasta la viga y penetró al complejo.
Luego de unos breves minutos, volvió y les dijo que ya había destrabado la seguridad de la puerta y que ya podían pasar.
―La rapidez con la que realizaste tu acción fue eficaz ―le alabó Nanaki y el grupo entero fue hacia la puerta. Abrieron esta y subieron hacia la ciudad por medio de un ascensor de carga.
―Me preguntó ¿qué fue lo que pasó con Cloud? ―decía preocupada Tifa.
―En cuanto le encuentre le voy a golpear ―amenazó Barret.
―No te preocupes, Tifa, seguro estará bien ―le decía Wedge, aunque con un rostro no muy convencido.
―Al parecer el desfile acabó ―dijo Aerith.
―¿Dónde estará Cloud? ―gimió Jesse.
El grupo fue a investigar y descubrió que pronto partiría del puerto de la ciudad un enorme barco con destino a Costa del Sol, en el barco iría el nuevo presidente de Shinra: Rufus.
―Debemos tomar ese barco ―sugirió Wedge.
―¿Y qué hay de Cloud? ―dijo Jesse.
―No podemos dejarlo aquí ―pidió Aerith.
―Es cierto, tenemos que encontrarlo ―insistió Tifa.
―Tranquilas, chicas, conociendo a Cloud, se las arreglará para ir al barco ―les tranquilizó con calma Wedge y todos asintieron y se dirigieron al barco.
Al parecer, el líder militar de Shinra: Heidegger, fue tomado por sorpresa con la visita de Rufus, el desfile y todo lo demás; la vigilancia militar y el control de efectivos no fue óptimo con lo que el grupo tuvo una buena oportunidad de entrar al barco.
―¿Y ahora qué hacemos? ―preguntó Biggs.
―Debemos tomar unos trajes militares y vestirnos con ellos, de lo contrario nos descubrirán ―dijo Wedge y todos le dieron la razón.
―¿Dónde encontraremos los trajes? ―preguntó Yuffie.
―Huelo que detrás de esa caja del fondo encontraremos ropas de Shinra ―les hizo notar Percy.
El grupo encontró ropas de la milicia y todo el mundo procedió a vestirse con ellos.
―Faltan dos trajes. ¿Qué haremos? ―preguntó Tifa.
―Percy puede pasar desapercibido como gato, en cuanto a Nanaki, lo haremos pasar como si fuese un perro entrenado de Shinra ―razonó Wedge con lo que los demás asintieron.
»Recuerden, no podemos estar todos juntos ―les indicaba Wedge―, nos repartiremos por todo el barco y nos encargaremos de tareas que de seguro los verdaderos soldados no querrán hacer, así nos los quitaremos de encima.
―¿Qué tareas serian esas? ―preguntó Percy.
―Pues limpiar los baños, mover cajas, asear la cubierta, ese tipo de cosas y lo más lejos de los otros soldados. Tampoco podremos ir a comer en el descanso.
―Ánimo, Percy ―le confortaba Lydia al ver la cara triste del chico gato y en ese preciso momento el barco empezó a moverse.
Algunos miembros del grupo subieron a la cubierta y vieron como el barco se alejaba de Junon.
CONTINUARÁ...
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