La Partida de Lydia
UN GATO CONTRA SHINRA
Capítulo 4: La partida de Lydia
―¿Están seguros de esto? ―le preguntaba Tifa a Lydia y Percy―, a partir de ahora las cosas serán más difíciles.
―No te preocupes, de hecho, a menos que nos enfrentemos a una serpiente zolom, las cosas no serán tan movidas como en Midgar ―le contestó feliz Percy, colocando sus manos atrás de la nuca.
El grupo descendió por el cable y llegaron a las afueras de Midgar. Nanakipor carecer de pulgares oponiblestuvo que ser ayudado por Percy, quien se transformó en gato, extendiendo su cola luego y con ella envolvió el torso de Nanaki, una vez hecho esto, voló con Nanaki y lo depositó en el suelo.
―Eso fue humillante ―dijeron los dos al mismo tiempo una vez hubieron descendido al suelo y se miraron de pronto lanzándose chispas.
―Ya basta ―le dijo Lydia y su novio volvió a transformarse en un chico gato.
―¿Y ahora adónde vamos? ―preguntó Wedge.
―No tenemos víveres ni nada de nada, juntemos todo el dinero que tengamos y vayamos a la ciudad de Kalm, allí compraremos algo ―sugirió Barret.
―Esperen un momento ―le cortó Aerith―, creo que es hora de elegir un nuevo líder.
―¡¿QUÉ?! ―gritó Barret.
―Dije que creo que es momento de elegir un nuevo líder ―le repitió de forma calmada la florista. Barret estuvo a punto de recriminarle, pero en eso fue interrumpido por las demás chicas.
―Oye, creo que es una idea excelente ―asintió emocionada Tifa.
―Ya lo creo, yo voto para que nuestro nuevo líder sea Cloud. ―Saltó emocionada Jesse.
Barret miraba incrédulo a las mujeres.
―Yo creo que Barret ha hecho un buen trabajo como líder hasta el momento ―declaró Lydia―, no veo la razón por la que debamos elegir a un nuevo líder.
«Yo si veo la razón, vaya que están obsesionadas con Cloud», pensó Percy y negó con la cabeza a la vez que sonreía divertido.
―¡No puedo creer esto! ¿Ustedes que opinan, chicos? ―dijo Barret.
―¡Oye, no les presiones! ―le riñó Jesse.
―Eso, eso, mejor votemos ―sugirió Tifa con una pose seductora.
―¡Qué demonios! ¡Bien, votemos entonces! ―vociferó Barret.
―Ni tú, ni Cloud deben votar ―le ordenó Aerith.
―¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Voten de una jodida vez! ―Se impacientó Barret.
―¡Yo voto por Lydia! ¡Lydia para presidenta! ¡Chicas góticas al poder! ―exclamó feliz Percy dando saltitos de la emoción.
―Percy, yo no estoy disputando el liderazgo de Avalancha, tienes que votar por Barret o por Cloud.
―No, mi voto siempre será por ti Lydia, ¡siempre! ―le dijo Percy, y Lydia se ruborizó con un color plata que se asomó a sus mejillas.
Luego de que las chicas terminaron de reírse de lo dulce que era Percy, comenzó la votación.
Como era de esperarse Tifa, Aerith y Jesse votaron por Cloud. Biggs votó por Barret lo mismo que Lydia, mientras que Percy siguió insistiendo en votar por Lydia.
La sorpresa vino con Wedge y Nanaki quienes votaron por Cloud y así se decidió que Cloud fuese el nuevo líder.
―Cloud luchó solo contra Rufus y contra los motoristas ―justificó su voto Nanaki.
Wedge estaba por justificar su voto aduciendo su admiración por Cloud, cuando vio que Lydia y Percy le miraban ceñudos.
«No delante de Tifa, no idolatres a Cloud delante de Tifa», pensaban Lydia y Percy nerviosos mientras miraban a Wedge.
―Este, las mismas razones de Nanaki ―dijo Wedge dándose cuenta que casi mete la pata.
Barret estaba furioso y se alejó un poco del grupo para patear el suelo y quitarse la frustración, mientras, las tres chicas saltaron felices y rodearon a Cloud con extrañas miradas en el rostro.
―Te dije que era mejor darle a Wedge un estilo picudo a su cabello ―le susurraba Percy a Lydia.
―Esto es ridículo, el cabello picudo no tendría nada que ver en quien debería ser el líder ―se quejó Lydia mirando con pena a Barret y a Wedge.
―Esto será más difícil de lo que pensé ―le susurró Lydia a Percy.
―Querrás decir mucho más difícil, no veo cómo Wedge logre superar a Cloud ―le dijo Percy preocupado, y Lydia, con pena, negó con la cabeza.
―¿Cuál es tu primera decisión como nuestro líder? ―le preguntaron las chicas radiantes y de forma coqueta.
―Este, creo que deberíamos ir a Kalm con nuestro dinero reunido y comprar víveres ―dijo Cloud rascándose la nuca.
―Excelente idea ―le felicitó Tifa.
―Ya sabía que lo harías bien de líder ―le sonrió Jesse.
―Te seguiremos siempre ―concluyó Aerith.
El grupo emprendió la marcha hacia la ciudad de Kalm. Lydia, Percy y Wedge eran quienes cerraban la caravana.
―¿Te sucede algo? ―le preguntó Lydia.
―No, no me pasa nada ―le contestó su primo cabizbajo.
―Claro que te pasa algo ―le dijo Lydia mientras abrazaba y apoyaba la cabeza en el brazo de su primo.
»Sabes, puede que Tifa este caminando atrás de Cloud en este momento, pero no están uno al lado del otro. Tu puedes, en cambio, ir al lado de Tifa las veces que desees, solo necesitas mirar hacia el frente e ir dónde ella.
―No lo sé, ya viste como estuvo de feliz al apoyar a Cloud.
―Tal vez, pero te digo algo: tú tienes que levantar siempre la mirada y sonreír al horizonte, solo así algún día será a ti a quien Tifa felicite con una sonrisa.
―Vamos, solo son unos pasos hacia adelante ―intervino está vez Percy.
―¿Y de qué podría hablarle? ―preguntó nervioso.
―De cosas simples ―le sugirió Percy―, tú te criaste en la ciudad, mientras que Tifa se crió en el campo, habla sobre lo emocionante que será viajar por el campo hasta Kalm.
―Que buena idea, ese será un buen tópico para empezar ―asintió Lydia.
―Pero no fuerces la conversación o terminaras hablando de cómo te dolió el estómago tal o cual día ―le sugirió Percy.
―Percy tiene razón, no fuerces la conversación ―estuvo de acuerdo Lydia, y Wedge se dirigió dónde Tifa y, dando un fuerte respiró para calmar los nervios, entabló una calmada conversación.
La travesía hacia la ciudad de Kalm era larga y Wedge sugirió que se detuviesen y buscasen leña para encender una fogata antes de que les sorprendiese la noche.
―Wedge tiene razón ―decía Tifa―, ya olvidé como de oscuro puede ponerse el campo en la noche.
Wedge miró hacia Lydia y Percy y les agradeció la sugerencia con un gesto de la cabeza.
―Mañana buscaremos algo de agua y comida, debemos levantarnos muy temprano ya que no podremos viajar de noche, sería muy peligroso ―les aconsejó Wedge agradeciendo por dentro las sugerencias que le dio Lydia y Percy.
―Sabes mucho de viajar por el campo ―le hizo notar Tifa―, ¿seguro que te criaste en la ciudad?
―Eh, me gusta ver documentales ―respondió Wedge levantando los hombros como si no fuese la gran cosa.
Al llegar el momento de hacer las guardias, Percy y Wedge se ofrecieron como voluntarios.
―¿Percy, por qué quisiste que fuésemos los dos los que hiciéramos la guardia?
―Fácil, así aprovecharás para hacer ejercicio.
―Pero, ¿y la guardia?
―De eso no te preocupes, recuerda que tengo los sentidos del oído, vista y olfato súper desarrollados. Ningún depredador se acercara donde nosotros sin que yo le detecte antes.
»Además ―continuó Percy―, puedes aprovechar para sacarte tu abrigo y colocarlo sobre Tifa, imagínate lo agradecida que estará cuando se despierte. Así, te será más fácil tener una conversación con ella.
―¿Cómo podría hablarle si voy a estar muerto de sueño?
―No exageres, nadie se muere por no dormir un día, además, si ella te pregunta por qué estás tan cansado, solo dile que estuviste pendiente de los depredadores, para que no se acercasen a ella y estuviera siempre protegida y sin que se perturbase su dulce sueño.
―Vaya, Percy, eres muy...
―Lo sé, soy Dios. Una vez, en mi forma de gato, trepé hasta la cima de un cactus muy alto y dije: "No veo a ningún Dios acá arriba..., ¡excepto yo!" ―se rió de forma maniática y cubriéndose la boca de la misma manera en que lo hacían las féminas malvadas de los animes y los demás les observaron algo intrigados.
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Todos se acostaron para dormir y Percy cubrió a Lydia con su abrigo.
―Que tengas dulces pesadillas, Lydia ―le dijo Percy y le dio un beso, con lo que las demás chicas ahogaron unas risitas.
―Bueno, buenas noches, chicas ―les dijo Wedge y todos se pusieron a dormir.
Percy, gracias a sus sentidos súper desarrollados, le indicó a Wedge cuando quitarse el abrigo y arropar a Tifa con este.
―El crimen perfecto ―dijo en una risita Percy.
Percy se puso sobre los pies de Wedge para que este pudiese hacer abdominales, pero Wedge lo tenía difícil por su sobrepeso por lo que el chico gato alargó su cola y con ella envolvió el torso de Wedge y así le facilitó hacer los ejercicios.
«Es como una máquina de hacer ejercicios», pensó Wedge y se mantuvo haciendo ejercicios hasta que llegase el amanecer.
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Lydia se levantó la mañana siguiente y le agradeció a Percy por haberla cubierto con su abrigo. Al levantarse Tifa, vio con sorpresa que también ella estaba cubierta con el abrigo de alguien.
―Buenos días ―le saludó Wedge―, espero que hayas dormido calentita.
―¿Este es tu abrigo? ―preguntó Tifa.
―Claro, ¿de quién más podría ser? ―dijo Wedge comportándose como si lo que hizo fuese lo más natural del mundo y tomando su abrigo se lo puso sobre un hombro y luego se dio la vuelta y se alejó sin voltear atrás.
―Bien hecho ―le dijo Percy―, pero ¿no crees que debiste ofrecerle tu mano para que se levantara?
―Sabía que se me olvidaba algo.
A la hora de buscar comida, Percy se ofreció de voluntario y al cabo de media hora regresó con unos diez conejos.
―No veo ninguna marca de cortes en los conejos ―le dijo Tifa ― ¿Cómo lo hiciste?
Percy solo extendió los brazos con los dedos de las manos extendidos y sonrió de manera avillanada, haciendo que todos intercambiaran miradas nerviosas excepto Lydia.
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El grupo llegó a Kalm y con el dinero que reunieron, decidieron primero tomar un hospedaje para bañarse y descansar.
―Cloud ¿no crees que ya es hora que nos cuentes qué es lo que te sucede? ―le pidió Tifa y Cloud relató su historia.
Les contó cómo llegó a su pueblo natal en compañía de Sephiroth y cómo este enloqueció al enterarse que no era humano, sino un experimento de Shinra.
―No recuerdo, reté a Sephiroth y sobreviví. ¿Cómo lo hice?
Tifa observaba a Cloud con el ceño fruncido y Lydia pudo ver cómo el aura del rubio estaba hecha todo un lío, jamás había visto algo así en toda su vida.
Cloud les dijo que Sephiroth buscaba la tierra prometida, la cual estaba rebosante de energía mako y si él o Shinra la encontrasen, sería el fin del mundo.
Luego de asearse y descansar, el grupo fue en busca de provisiones y continuó su marcha por el campo.
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La rutina de viajar, acampar, hacer guardias y buscar comida muy temprano en la mañana, continuó por varios días. Lo único que rompía la monotonía eran los ataques de algunos monstruos que vagaban por la zona, por fortuna, no representaron un reto para el grupo de diez aventureros, gracias a las tácticas de Lydia y Percy.
Wedge se sometía al duro entrenamiento de Percy día por medio y luego de un par de días se notaba los kilos que había perdido, hubiera sido imposible perder tanto peso de manera normal, pero Percy era una criatura mágica y cierta magia suya facilitaba las cosas hasta niveles absurdos. Al final, el grupo llegó a una granja de chocobos, pero no tenían dinero para comprar estas monturas y atravesar el pantano que los llevaría al otro lado del continente.
―Maldita cadena montañosa ―decía Biggs―, la única forma de atravesarla por tierra es si cruzamos el pantano y no podemos hacerlo porque allí viven las serpientes zolom.
―No podemos tomar una nave aérea porque todos los accesos están vigilados por Shinra ―dijo Barret.
―Enfrentémonos al gusanote ―les sugirió Percy.
―Es una locura ―le contradijo Lydia―aun con todos rodeándole y atacándole al mismo tiempo sería un suicidio.
―Suicidio colectivo ―afirmó Jesse.
―Lástima que los monstruos no suelten dinero cuando los derrotamos ―se lamentaba Aerith.
―¿Por qué iban a soltar dinero cada vez que los derrotásemos? ―se extrañó Lydia.
―No sé, pero sería grandioso que lo hicieran ―le respondió Aerith.
Lydia sugirió ir a la pequeña ciudad dónde vivía, allí ella podría tomar su dinero y comprar chocobos en la granja al regresar.
―¿Tus padres no dirán nada? ―le preguntó Tifa algo preocupada.
―Ellos no se quedan mucho tiempo en la casa, mi padre es adicto al trabajo y mi madrastra, bueno, ella nunca está en casa.
Percy frotó la espalda de Lydia para consolarla y todo el grupo accedió ir a Winter River.
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La pequeña ciudad se hallaba al sureste de la granja chocobo, enclavada en una cadena montañosa en forma de U.
―¿Esa es tu casa? Woa ―silbó impresionado Biggs al ver la casa de estilo victoriano en la cima de una colina muy uniforme y que dominaba la vista de todo el lugar.
Lydia acomodó a todos en su casa y luego dijo que iría a retirar todo el dinero, que no se preocupasen por su ausencia.
―¿Adónde iras? ―le preguntó Tifa.
―Puedo retirar algo de dinero en efectivo de mi casa, pero tal vez Shinra ya haya bloqueado mi cuenta en el banco ―les explicaba Lydia―, por lo tanto, iré a No Mundo y retiraré dinero de mi No Cuenta en ese lugar.
Todos le miraron sin comprender, y Lydia les explicó del mundo paralelo de No Mundo, el mundo de los muertos.
―Increíble ―dijo Barret―, ¿y cuánto tiempo estarás en ese lugar?
―Solo será un momento en No Mundo, pero en nuestra dimensión transcurrirán un par de meses, es por eso que no viajé antes a No Mundo, no quería que todos me esperasen en la intemperie, aquí en cambio, pueden esperarme con comodidad.
―¿No te causaremos problemas con los vecinos? ―preguntó Cloud.
―No se preocupen, de todas formas está casa y mi persona ya tienen mala fama ―les tranquilizó Lydia sin inmutarse y todos le miraron extrañados.
―Es por la ropa gótica que Lydia usa ―les explicó Percy y luego acompañó a Lydia a realizar el ritual.
―Cuida a los demás, no dejes que se metan en líos. Y no pelees con Nanaki ―le dijo Lydia con una sonrisa mientras abrazaba a Percy.
―Tú también cuídate, no te apresures, tómate tu tiempo, y cuidado al cruzar las calles ―le aconsejó, y luego ambos se besaron.
Percy regresó a la sala y les dijo a todos que Lydia ya había partido.
―Me hubiera gustado despedirme de Lydia ―le dijo Wedge.
―No era necesario, recuerda, para ella solo será un momento ―dijo Percy y luego se despidió de los amigos para ir a dormir.
Percy entró a la habitación de Lydia, se transformó en un gato y luego saltó sobre la cama.
―Lydia... ―susurró Percy y haciéndose un ovillo se acostó en la cama y se puso a llorar.
CONTINUARÁ...
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