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La frase desafortunada

UN GATO CONTRA SHINRA

Capítulo 7: La frase desafortunada


El grupo recorrió la base de la cordillera y lograron encontrar la cueva por la que podrían pasar al otro lado del continente, no obstante, el acceso demostró ser muy estrecho para los chocobos.

―Al parecer tendremos que dejarlos en este lugar ―dijo Cloud.

―Maldición, lo siento, Lydia, malgastamos tu dinero ―se disculpó Barret.

―No digas eso, el dinero es nada en comparación a la seguridad del planeta, solo lamento tener que abandonar a nuestros amigos a su suerte ―se lamentó, acariciando el cuello de Muerte Veloz.

―No te preocupes, les quitaremos las monturas y los arneses, recuerda que son más rápidos que las serpientes zolom por lo que no les pasará nada ―le tranquilizaba Percy.

Los amigos se bajaron de los chocobos y les quitaron las monturas y los arneses.

―Prométeme que te cuidaras, Muerte veloz ―le susurró Lydia mientras abrazaba al chocobo.

QUACKKKK ―le graznó de forma orgullosa y noble el chocobo, y junto con los otros, se dirigieron de nuevo hacia los pantanos.

.
.

El grupo entró a las cavernas para hallar el paso correcto que los llevase al otro lado, cuando en eso, se encontraron nada más ni nada menos que con los Turcos.

Los enemigos se mostraron arrogantes y dijeron que unos rumores, indicaban que Sephiroth se encontraba en Junon, luego procedieron al combate. Los Turcos se creían invencibles, pero no contaban con las tácticas de Lydia y Percy, por lo que fueron derrotados rápido y salieron huyendo del lugar.

Siguiendo la ruta que tomaron los Turcos, salieron de la cordillera hacia el otro lado del continente y se encaminaron a la ciudad de Junon.

―Tenemos que atravesar un lugar llamado Fuerte Cóndor antes de llegar a Junon ―les informó Cloud mientras consultaba el mapa y todos se dirigieron hacia el fuerte que estaba enclavado en una montaña.

Luego de varias horas, llegaron al fuerte y tuvieron que subir por una cuerda para entrar al complejo. Nanaki tuvo que ser ayudado por Percy.

Una vez arriba Nanaki, las chicas, en especial Tifa, ordenaron que subieran primero los hombres por razones obvias. Percy ayudó a Lydia a subir para que no se lastimase las manos al subir por la áspera cuerda.

Al recorrer Fuerte Cóndor, descubrieron que estaba habitado por personas que luchaban contra la multinacional Shinra. Al parecer, la multinacional quería apropiarse a la fuerza de la energía mako del lugar y al hacerlo destruirían el nido de un cóndor de proporciones gigantescas.

El grupo subió al observatorio del fuerte y vieron el nido del cóndor gigante. El ave era gigantesca e imponente, estaba empollando varios huevos enormes.

―Soberbio ―dijo Biggs.

―Nunca había visto un ave tan enorme ―admitió Wedge.

―Mira esos huevos tan grandes ―señalaba Tifa impresionada.

―Son muy hermosos ―señalaba Aerith los huevos.

―Se ven deliciosos ―babeaba Percy, y Jesse, quien se hallaba a su lado, le dio un codazo en la cabeza.

El líder del fuerte les rogó para que le prestaran su ayuda en la defensa del nido, ya que varios soldados y armas biológicas de Shinra (monstruos) atacarían. También les pidió que con el dinero que tuviesen, adquirieran el servicio de mercenarios no tan inclinados a ayudar a Shinra y de esta forma formar un ejército temporal que detuviese la invasión de la multinacional.

―Solo necesitamos detenerlos hasta que los huevos eclosionen ―les imploró el líder del fuerte.

Cloud miró a Lydia y está aceptó con lo que contrataron a todos los mercenarios que había en el lugar y se prepararon para la batalla.

El ejército de Shinra estaba confiado y no se preocuparon de que un gato común y corriente caminara por su campamento observándolo todo.

―Fue una excelente idea de Wedge esa de mandar a Percy a espiar al enemigo ―le decía Lydia a Tifa.

―Sí, cuando vuelva Percy, podremos saber la exacta cantidad del enemigo y su composición.

―Esto nos beneficiara mucho en la batalla, ¿verdad que Wedge es muy listo? ―le hacía notar Lydia.

―Tienes razón, de un tiempo a esta parte se muestra muy ingenioso ―admitió Tifa y siguió mirando con los binoculares a través de la ventana.

Al regresar Percy, dio un detallado informe de las unidades enemigas ya sean estas humanas o no, así como también de la estrategia que emplearían.

―Bien, con esto los haremos papilla ―sonrió Barret y, olvidándose de que ya no era el líder, ordenó a los demás a prepararse.

―Barret, recuerda que por voto democrático elegimos a Cloud como nuestro representante ―le recordó Nanaki.

―Ya lo sé, pero me hierve la sangre al saber que nos enfrentaremos a Shinra ―exclamaba emocionado el gigante.

―Que tu emoción no te nuble el juicio ―le recomendó Jesse.

Ya entrada la tarde, comenzó el ataque y gracias a la labor de espionaje de Percy, Avalancha y los mercenarios derrotaron al ejército de Shinra.

Todo el grupo festejaba feliz, cuando el líder del fuerte cóndor les indicó que pronto comenzarían a eclosionar los huevos.

El grupo fue al mirador y vio como la gigantesca ave se levantaba y todo su cuerpo empezó a brillar, entonces, la vida pareció abandonar al ave y está se desplomó al abismo.

―¡No! ¡¿Qué fue lo que pasó?! ―gritó Jesse.

―Entiendo... A veces, para que algo viva, algo tiene que morir ―murmuraba con tristeza Lydia.

―Tienes razón, algunas veces ese es el orden natural de las cosas ―concordó Aerith y cruzó los dedos de las manos e hizo una oración en silencio.

Un ruido salió de los cascarones y todo el mundo vio como eclosionaban los huevos, saliendo de estos polluelos gigantes que en el lapso de minutos desarrollaron plumas y empezaron a volar por el firmamento hasta perderse de vista.

―¿Crees que estarán bien sin su madre? ―preguntó Biggs.

―No se preocupen ―les calmaba un anciano del fuerte―, estas aves no tendrán ningún problema en sobrevivir ya que son independientes y capaces de valerse por sí mismas desde el momento en que nacen.

―¿Qué harán con el cuerpo de la madre? ―quiso saber Lydia.

―Algunas de sus plumas harán de talismanes para nuestro pueblo y el resto será enterrado para nutrir la tierra y regresar a la corriente vital.

El grupo no quiso preguntar qué era eso de la corriente vital y decidieron comprar diversos artículos que les ayudarían en su viaje y como era tarde, tomaron unas habitaciones del fuerte para pasar la noche.

.

.

Tifa, quien no podía dormir, fue a las afueras del mirador a pensar en los acontecimientos del día. Al salir del mirador descubrió que Wedge estaba sentado sobre una torre de agua y contemplando las estrellas.

―¿Wedge? ―dijo Tifa y su amigo se volvió para mirarla.

―¿Tifa, qué haces aquí?

―No podía dormir y salí a despejar la mente.

―Sube, la vista desde aquí es increíble y tranquila.

Subió a la torre de agua sin poder dejar de pensar que hizo lo mismo cuando era niña creyendo que Cloud se le declararía en su pueblo.

Sin embargo, no todo era lo mismo, esa vez Cloud la esperaba sentado, mientras que ahora Wedge le ofrecía su mano para subir segura a la plataforma.

―Ten cuidado, no quiero que caigas y te lastimes.

―Gracias, eres muy amable.

Wedge no soltó la mano de Tifa y la guió con cuidado al frente de la torre.

―Está vista es muy tranquila.

―Tienes razón ―admitió Tifa al ver que Wedge tenía razón. La luna estaba enorme en el cielo nocturno y a sus pies se extendía un bosque enorme cual mar verde laurel y calmado.

―¿Por qué estabas aquí solo?

―Bueno, estaba pensando en lo que dijo Lydia y Aerith, respecto a eso de que para que algo viva, algo tiene que morir.

Tifa se quedó mirando a Wedge, ya que esa era la misma razón por la cual ella no podía dormir.

―En Midgar ―continuó Wedge―, todas esas personas murieron al derrumbarse el sector 7. ¿Murieron para que nosotros viviéramos? Nosotros fuimos para resguardar el pilar del sector 7, estábamos dispuestos a morir para proteger a toda esa gente y, al final, fuimos nosotros los que sobrevivimos. ¿Sobrevivimos para salvar el planeta? Yo no me considero especial como para haber sobrevivido, no me considero más especial que la pequeña Tina, o la señora Betolda, o el viejo panadero...

―Ya basta, ya basta ―rogaba Tifa mientras lloraba y se abrazaba al brazo de Wedge―. Por favor, ya basta...

―Lo siento, soy un idiota.

―No, no lo eres ―negaba Tifa con la cabeza.

―Sí que lo soy. Shinra te quitó todo lo valioso que tenías... Algunas noches veía como tenías los ojos rojos, decías que era por las cebollas, pero yo sabía que estabas llorando por lo de tu padre y las demás personas. ¡Como odie a Shinra! Juré, juré, que les haría pagar por hacer llorar a mi hermosa y preciada amiga... Y ahora, soy yo quien te hago llorar.

Tifa miró fija a Wedge.

―Ya no los hacen como tú ―le dijo Tifa con una sonrisa y ambos se quedaron mirándose

Tifa volvió a mirar el paisaje y luego el rostro se le alegró.

―Me olvidé que me debes una penitencia por haber quemado un plato ―le dijo poniendo una cara de malvada e hizo que Wedge pegara un brinco y se parase sobre la plataforma en un santiamén.

Tifa se levantó y se acercó a Wedge con un gesto travieso que hizo que Wedge tragase saliva.

―Pero claro, tú te saboteaste porque eres todo un caballero, pero ahora, ahora deseo recibir la penitencia.

―¡¿Qué?!

―No fue justo, podías haber ganado, así que deseo cumplir la apuesta.

Wedge tragó saliva, pero al fin tuvo aplomó.

―De acuerdo, tienes razón, pero cierra los ojos.

Tifa cerró los ojos y esperó el beso ¿Sería con lengua? ¿Sería uno largo y apasionado? Tifa sintió como las manos de Wedge se posaban sobre sus hombros y descendían suaves y acariciando sus brazos y sus manos. Luego, sintió como Wedge besaba sus manos.

Tifa abrió los ojos y vio como Wedge con una rodilla doblada besaba sus manos.

―Se supone que te besaría dónde quisiese ―le dijo Wedge con una sonrisa y Tifa se desilusionó, pero luego Wedge se puso detrás de Tifa y puso una mano sobre su vientre y con la otra le agarró la barbilla obligándola a verlo.

―También se supone que puedo poner mis manos dónde quisiese ―le dijo muy cerca de su rostro.

―Tramposo, se supone que solo sería un beso ―le dijo ruborizada.

―Pero si Percy no hubiese intervenido, tú hubieses hecho trampa y me habrías besado en las manos como lo hice yo hace un momento. ¿Verdad que duele cuando esperas un beso de amor en los labios y te dan en vez de eso un beso casto en otro lugar?

―Yo no soy mala, pero hice eso con varios chicos, supongo que ahora lo estoy pagando.

―No tendrás..., que pagar..., ni arrepentirte..., de nada..., conmigo ―le dijo Wedge mientras se acercaba y retrocedía travieso hacia los labios de Tifa.

Ambos se besaron con pasión, Wedge que seguía detrás de Tifa agarró las manos de ella y entrecruzando sus dedos con los de la chica, la abrazó como si no quisiese dejarla ir nunca más.

Al terminar el beso, Tifa, con la respiración entrecortada se dio vuelta y miró a Wedge a la cara, luego apoyó su frente contra el pecho del hombre.

―Vaya beso ―dijeron ambos al mismo tiempo, mirándose luego de repente y se rieron con ganas.

Tifa y Wedge volvieron a sentarse en la plataforma y hablaron de cosas simples y sencillas que nada tenían que ver con la misión o el triste pasado de ambos.

Yhawww ―dio un enorme bostezo Tifa.

―No me comas ―le dijo con una sonrisa Wedge.

Ups, lo siento.

―Creo que ya es hora que vayas a dormir, Tifa, tenemos que ir muy temprano hacia Junon.

―Pero ya casi amanece.

―Tienes razón.

―Si me voy a la cama ahora, luego se me pegarán las sabanas.

―¿Por qué no duermes aquí? Te prometo que no te dejaré caer

Fuerte Cóndor era un lugar con un clima muy caluroso, así que Tifa aceptó. Se recostó sobre la plataforma y apoyó su cabeza sobre los muslos de Wedge, mientras que el hombre la cubría con su chamarra.

―Tu ropa es muy confortable.

Shhhh ―le calmaba Wedge mientras acariciaba el cabello de Tifa―, duerme tranquila.

.
.

Llegada la hora de partir, Percy salió al mirador y llamó a Wedge.

―¡SHHHH! ―le silenció Wedge desde la plataforma de la torre de agua y Percy extrañado empezó a olfatear hacia Wedge.

―Así que Tifa está contigo, con razón tampoco ella aparecía ―le dijo Percy con una sonrisa―. Bueno, lamento interrumpir el sueño de Tifa, pero debemos irnos, ya todos están abajo.

―Gracias, iremos enseguida.

―Tifa, Tifa, despierta, tenemos que irnos ya, todos nos están esperando ―le despertaba con suavidad y la mayor ternura con la que podía vocalizar.

Mmm, que delicioso beso me diste, Cloud.

En las fueras del fuerte cóndor Percy le contaba a Lydia acerca de lo que vio o mejor dicho, olfateó. El rostro de Lydia estaba iluminado por la felicidad de descubrir que al fin Wedge había logrado ganar el corazón de Tifa, cuando en eso salieron del fuerte los aludidos.

Tifa parecía haber llorado y Wedge tenía un gesto agrio en un rostro rojo por la furia.

En un principio Aerith y Jesse les silbaban a Tifa y a Wedge, burlándose por haber desaparecido y luego haber salido del fuerte juntos, pero luego se dieron cuenta que algo malo había pasado y cortaron todas las burlas.

―¿Tifa?

―¿Que pasó?

―Nada, no me pasa nada ―les decía a sus amigas mientras se enjuagaba las lágrimas y cargaba su mochila.

―¿Wedge? ―quiso preguntarle Lydia, pero su primo pasó de largo y con más fuerza de la necesaria agarró su mochila y empezó a caminar a paso veloz al mismo tiempo que se colocaba la mochila.

Barret quiso preguntar que le pasaba, pero se detuvo al ver como Wedge pateaba una enorme piedra en el suelo mandándola lejos.

Lydia quiso correr hacia su primo, pero Percy le detuvo mientras negaba con la cabeza.

―Pero...

―Déjalo en paz, espera a que se calme y aun así, creo que lo mejor será que yo hable con él.

Wedge quien tenía también un mapa se adelantó a los demás y siguió caminando sin darse la vuelta.

―¿Me preguntó qué fue lo que pasó? ―gemía Lydia.

―No lo sé, está mañana Wedge parecía muy feliz, y pude escuchar como el corazón de Tifa latía también feliz... Ahora el corazón de Tifa late triste y el de Wedge..., es como si llorara.

Fue demasiado para Lydia, quien presurosa fue corriendo hacia Tifa con rostro enojado.

―¡Lydia! ―gritó Percy maldiciéndose por su estupidez.

Biggs y Cloud miraban como Lydia iba corriendo hacia Tifa y luego vieron como Percy les suplicaba con la mirada.

―¡Biggs, Cloud, apártense! ―les ordenó Lydia con una mirada tan fuerte, que hizo que los dos duros hombres se amilanaran, pero la intervención de Nanaki les hizo recuperarse y cortaron el paso de Lydia.

―Lydia, ya basta ―le había alcanzado Percy y la sostuvo con fuerza.

―Tengo que pasar.

―No, no por favor, piensa en Wedge, no le compliques más las cosas ―le suplicaba Percy y esto calmó a Lydia.

Delante de ellos estaba Tifa quien había escuchado todo, pero prefirió disimular y siguió caminando.

―¿Qué pasa con Wedge y Tifa? ―preguntó Cloud, pero Biggs y Nanaki se hicieron los desentendidos.

Lydia estuvo a punto de contestarle al rubio, pero decidió dejarlo en la ignorancia, no sea que se le abrieran los ojos y decidiese que Tifa le interesase.

―Nada, Cloud, seguro tuvieron una discusión infantil o algo por el estilo, no te preocupes que luego yo hablo con Wedge ―se apresuró a decir Percy y se alejó de Cloud continuando la marcha.

CONTINUARÁ...

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