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El fin del primer amor

UN GATO CONTRA SHINRA

Capítulo 19: El fin del primer amor


Había poco tiempo para salvar la ciudad de Midgar y para empeorar las cosas, debían ir a dos sitios muy diferentes: el primero, los controladores de los reactores mako en los sótanos del cuartel de Shinra; y el segundo, el laboratorio de Hojo que se encontraba en la cima del edificio.

―Bien, nos dividiremos en dos grupos ―explicaba Wedge―. Jesse, Biggs, Barret, Dyne y Cid irán a detener la sobrecarga de los reactores. Tifa, Cloud, Vincent, Nanaki y yo iremos donde Hojo y le detendremos.

Los otros miembros del grupo protestaron, pero Wedge les mandó a callar.

―Aerith, Yuffie, Cait Sith y Percy, irán a las celdas a liberar a Reeve. Tú, Lydia, te quedas en el Highwind y no aceptaré un no por respuesta. Si ves que el reactor está a punto de explotar, te largas con el equipo de Aerith ―ordenó Wedge.

»Aerith ―dijo de pronto Wedge―, sé que tienes asuntos pendientes con Hojo por lo de Zack y tus verdaderos padres, pero necesito que rescates a Reeve ya que él sabe donde están Marlene y tu madre. Barret, sé que deseas ir con Aerith, por lo de Marlene, pero tú y tu grupo tienen conocimientos de maquinaria. El resto iremos a ajustar cuentas con Hojo.

―Pero tú no tienes cuentas que arreglar con Hojo ―le dijo Cloud.

―Te equivocas, Hojo, él es el responsable de crear a Sephiroth, por su culpa Sephiroth al final se volvió loco y le quitó las cosas más preciadas a Tifa, Hojo es el verdadero responsable de haber hecho que Tifa llore..., eso nunca se lo perdonare ―dijo Wedge con una expresión que dio a entender a todos que no aceptaría críticas o replicas.

―Wedge, gracias, lamento no haber sido lo bastante fuerte. Por mi culpa saliste herido ―se disculpaba Tifa mirando a Wedge.

―¿De qué hablas? Si fue tu fuerza la que hizo que llegara hasta Mideel y luego saliese de la operación. De hecho, yo te pido disculpas.

―¿Por qué habrías de disculparte? ―le preguntó Tifa extrañada.

―Por no haber sido nunca tu caballero defensor, a lo único que puedo aspirar es ser tu caballero vengador ―le dijo Wedge mirando a Tifa directo a los ojos con lo que hubo una pausa a continuación.

―¡Buen líder resultaste ser! ¿No dijiste que no teníamos tiempo? Carajo ― le soltó Cid negando con la cabeza.

―Tienes razón, capitán, bueno, en marcha, tomemos los paracaídas y entremos a Midgar ―dijo Wedge y todos se prepararon para saltar.

―Prométeme que te cuidaras, Percy ―le rogó Lydia abrazándolo.

―No te preocupes, la misión de nuestro grupo es sencilla en comparación al grupo de Jesse o Tifa ―la tranquilizó y luego besó a Lydia con pasión.

―Tú también, promete que te cuidarás ―le dijo Aerith a Cloud y luego le dio un beso.

Cloud se sorprendió y le sonrió a la chica asintiendo con fuerza como si fuese un niño.

Todo el grupo se lanzó en paracaídas y se dirigieron a sus respectivas misiones.

.

.

Aerith, Yuffie y Cait Sith aterrizaron suave, pero un soldado de Shinra ya estaba sobre ellos.

―Yuffie quien era la guerrera del grupo se alistó para pelear, sin embargo, no fue necesario ya que Percy cayó sobre el soldado.

―Yo no necesito paracaídas ―dijo Percy.

―¿Está muerto? ―preguntó Aerith.

―Necesitaba algo sobre que caer ―dijo Percy suelto de cuerpo.

―A ti te gusta mucho esto. ¿verdad Percy? ―le dijo Yuffie sonriendo con los ojos cerrados y negando con la cabeza―. Bueno, a mí también.

―Lo mejor sería que hiciésemos caso a Lydia y no matemos a nadie ―les reprochó Aerith.

―No tenemos tiempo que perder, síganme ―dijo de pronto Cait Sith y el grupo fue hacia el área de las celdas.

El grupo que seguía a Cait Sith ya estaba muy cerca a las celdas, cuando de pronto, se encontró con los Turcos.

―Esta vez no les dejaremos pasar, en especial a ti, gatito ―les dijeron los Turcos que al parecer decidieron reunir para esta pelea a todos sus integrantes.

―Esto no se ve bien, somos muy superados en número ―decía Aerith.

―Tranquila ―le decía Percy―, recuerda que Yuffie es una ninja y yo valgo por todo un ejército, además Cait Sith es un robot así que no conoce el factor miedo o dolor. Tú solo ocúpate de curarnos y todo saldrá bien.

La batalla comenzó y fue feroz, al parecer los Turcos habían aprendido las tácticas de Lydia y Percy y esto puso las cosas difíciles al grupo. Sin embargo, como dijo Percy, todo estaba resultando bien, pero ya terminando la batalla...

―¡KYIAAA! ―gritó Percy con fuerza en su forma de pantera, ya que una de los Turcos le clavó una lanza que al parecer estaba envenenada.

―Demonios..., esa trajeada era hermosa, con el cabello negro largo y con coletas, además, tenía los ojos negros, me recordó a Lydia... Fue un segundo de distracción... ― decía Percy transformado en chico gato.

―Apóyate en mi, idiota ―le decía Yuffie―, y cúbrete por lo que más quieras.

.

.

Muy lejos de ellos, el grupo de Jesse, se encontraba cerca a las válvulas que controlaban el flujo de energía mako a los reactores de la ciudad.

―¡No puedo creerlo, todos los hombres son unos idiotas! ―gritaba Jesse fuera de sí mientras iban hacia su objetivo.

―No es para tanto ―trataba de calmarla Biggs.

―¡¿Qué no es para tanto?!, ¡¿entrar a lo bruto, a lo bestia?! ―decía indignada―. ¡Todos los soldados de Shinra nos oyeron a kilómetros a la redonda!

―Velo por el lado positivo ―le dijo Barret.

―¡¿Cual lado positivo?! ―gritó Jesse.

―Se refiere a que con tanto barullo, activamos las putas alarmas y de seguro todos los guardias están aquí ―decía Cid, molesto porque con tanta carrera no podía encender su puro―, así que, los otros dos grupos no se encontraran con putos soldados de Shinra.

―Por cierto, muy buena puntería, Dyne ―decía Biggs para cambiar de tema ya que Jesse bufaba de enojo.

―Es cierto, acabaste con todos los guardias, eso sí, sin matarlos ―puntualizó Barret orgulloso de su amigo.

―Le prometí a Lydia que no mataría a nadie más ―remarcó Dyne que para sorpresa de los demás volvió a sonreír.

El grupo se acercaba a las válvulas de control, cuando de pronto, sintieron los pasos de algo grande y pesado acercarse a ellos.

Eran Heidegger y Scarlet que al parecer tenían un nuevo juguetito.

―¿Qué mierda es eso? ―escupía Cid mirando una mole robótica que era intimidante.

Los dos ejecutivos de Shinra salieron de las capsulas de control del robot y les retaron a derrotarlos.

―¡Maldita puta, fuiste tú quién destruyó Corel ―gritó Barret.

―Y la causante que perdiese mi brazo ―dijo Dyne.

―Acabemos con estos hijos de puta ―maldijo Cid, quien ya había terminado de encender su habano.

Heidegger y Scarlet, ingresaron al robot y comenzó la pelea.

―¡Biggs, Jesse! ―gritaba Cid―, ustedes niños, estabilicen la presión de las válvulas, que los adultos se encargaran de estos putos.

Los dos jóvenes se dirigieron a las válvulas y comenzaron su trabajo, el robot por un momento cargó contra ellos, pero los otros tres gigantes cabrearon a los Shinra con sus ataques y decidieron acabar con esos tres molestos primero.

―¡Heidegger, Scarlet! En nombre de la señorita Lydia, en nombre de la justicia, ¡ríndanse para ser llevados ante un juez y pagar por sus crímenes! ―les gritó Dyne con autoridad.

Los dos Shinra derrotados después del combate, respondieron con el mecanismo de autodestrucción del robot, planeando matar a sus contrincantes.

―¡Chicos, salgan de allí! ―les gritaba Jesse.

.

.

Ajenos a la explosión que sucedía en los sótanos, el grupo de Tifa se acercaba al laboratorio de Hojo. Debido a la distracción del equipo de Jesse, no se enfrentaron a ningún guardia, pero tuvieron que destruir multitud de robots de vigilancia.

―Mi olfato me dice que Hojo se encuentra delante de esa puerta ―dijo Nanaki.

Los amigos intercambiaron miradas y entraron con decisión al laboratorio de Hojo.

―¿Qué tenemos aquí? Si solo son las fallas ―refunfuñaba Hojo mirando con asco a los amigos.

―No somos ninguna falla ―le contestaba Cloud con odio.

―En especial tú, ni siquiera tienes un número ―le contestó Hojo sin inmutarse.

―Maldito, pagarás por haber asesinado a Lucrecia ―le siseó Vincent.

―Y por haberme capturado, científico loco ―le gruñó Nanaki.

―¿Loco? ¡Yo no soy ningún loco! Sino un padre preocupado por la supervivencia de su hijo..., mi hijo Sephiroth.

―¿Tú eres el padre de Sephiroth? ―le preguntó asombrada Tifa.

―Mi hijo, él no sabe que soy su padre..., siempre despreciándome. Me pregunto cómo reaccionará al saber la verdad pero no importa ya eso, lo único que importa es que le dé la energía mako de la ciudad, así se regenerará la barrera que le protege ― decía Hojo, pero fue callado por la descarga del arma de Vincent, la cual le atravesó el pecho.

Hojo se llevó las manos al pecho, incrédulo ante la idea de haber sido herido, pero entonces, empezó a moverse con espasmos y luego su cuerpo mutó en una forma monstruosa.

―Creo que Hojo se inyectó a si mismo genes de Jenova ―dijo Wedge.

Hojo se transformó en una abominación enorme y atacó a los cinco compañeros.

Vincent se transformó en su forma animal y el resto de los compañeros también atacaron utilizando sus ataques especiales, al final, el monstruo fue abatido.

―Tifa, ¿estás herida? ―le preguntaba Wedge al notar que su amiga tenía una cortada en su pierna.

―No te preocupes, estoy bien ―le contestaba y en eso fue empujada por Wedge al notar como el monstruo había mutado y se abalanzaba hacia Tifa.

―¡Nooo, WEDGE!

.

.

En el Highwind, Lydia se encontraba nerviosa por la espera.

―Ya deberían haber llegado, ¡¿por qué tardan tanto?!

―No se preocupe, de seguro aparecerán en cualquier momento ―le tranquilizaba uno de los tripulantes.

El hombre tenía razón ya que algunos integrantes del grupo se aproximaban.

―¡Es el grupo de Jesse! ―les informaba Lydia a la tripulación y los hombres acercaron la nave al helipuerto del edificio.

Los tres miembros con mayor edad se veían heridos y eran ayudados por Jesse y Biggs.

―Los malditos de Heidegger y Scarlet, detonaron el mecanismo de autodestrucción de su mecha y casi se cargan a estos tres ―le explicaba Biggs refiriéndose a Barret, Dyne y Cid.

―Señorita Lydia, el grupo de Wedge acaba de llegar al helipuerto ―le informaba uno de los tripulantes.

Los cinco amigos ingresaron a la nave, pero Cloud y Vincent llevaban cargando a Wedge quien tenía una fea herida en el costado izquierdo del torso.

―Fue mi culpa, Wedge me protegió con su cuerpo cuando Hojo transformado en un monstruo intentó matarme.

―No digas eso, Tifa ―le dijo Nanaki para consolarla, y enseguida llevaron a Wedge a la enfermería, junto con los otros heridos.

Lydia fue al puente de la nave pero aún no había noticias del grupo de Aerith.

―¿Aún no hay noticias de Aerith? ―le preguntó Cloud, nervioso, y Lydia solo negó con la cabeza mientras lagrimas empezaban a asomarse en sus ojos.

Cuando Cloud se encaminaba hacia la salida del puente de la nave para ir en busca de Aerith, los amigos faltantes ingresaron al helipuerto del edificio.

Al parecer Percy había sido herido porque el gato-golem de Cait Sith, lo llevaba en brazos.

―No te preocupes, Lydia. Fue herido con un arma envenenada, pero no es nada que no se pueda solucionar ―la tranquilizaba Yuffie y después llevaron a Percy a la enfermería.

Como Cid se encontraba en la enfermería, fue Jesse la que llevó la nave lejos del edificio de Shinra.

―¿Rescataron a Reeve? ―preguntó Biggs.

―Sí, no solo a él, sino también al burgomaestre de la ciudad ―le informaba Nanaki.

―¿Y donde están? ―preguntó Biggs.

―Reeve fue a tratar de calmar la situación en Shinra y con los Turcos ―le respondió Nanaki ― supongo que ahora que Rufus y los altos ejecutivos de Shinra están muertos, él se hará cargo.

―El alcalde de Midgar fue al pueblo a tratar de controlar el pánico de la gente debido a la presencia de Arma y al disparo del cañón gigante ―les decía Aerith―, no se preocupen, Marlene y mi madre están en Kalm a salvo.

―Supongo que este es el final de Shinra ―dijo Yuffie.

―La influencia maligna de Shinra no se acabará hasta que Sephiroth sea derrotado, pero ahora que la barrera del cráter del norte ha desaparecido, podremos enfrentarnos a él ―les dijo de pronto Cait Sith.

―Primero tenemos que esperar a que nuestros amigos se recuperen ―les dijo Cloud.

.

.

Las pociones curativas sanaron a los amigos y estos decidieron ir al cráter del norte para ver si era cierto que la barrera que protegía el lugar había desaparecido.

―Debemos apresurarnos, el meteoro está cada vez más cerca ―dijo Tifa y todos elevaron la vista al firmamento, el meteoro ya se veía tres veces más grande que la luna y cada vez se acercaba más al planeta.

―Yo quisiera ir antes a Midgar y encontrarme con Marlene ―les dijo Barret.

―Yo también quisiera ir a la ciudad y encontrarme con mi hija ―dijo Dyne.

―Chicos, yo también voy a Midgar, para ver como esta mi madre ―continuó Aerith.

―Entiendo, todo el que tenga algo que hacer antes, puede hacerlo ―les dijo comprensivo Wedge.

―Yo quiero ir a ver a mi abuelo y despedirme de mi padre ―dijo Nanaki.

―Percy y yo iremos a ver a mi padre y a mi madrastra ―les dijo Lydia algo asustada y el chico gato le tomó de la mano para darle ánimos.

―Yo quiero ir a Wutai y ver a mi papá ― pidió Yuffie.

―Yo iré a ver la tumba de Lucrecia ―dijo Vincent.

―Bien, yo les llevaré en mi nave y luego de una semana retornaré a este punto con ustedes dentro o no ―les decía Cid sin soltar improperios―, yo también quisiera ir a Cañón Cosmo y despedirme como es debido de esa cabeza dura de Shera.

Cloud se acercó a Tifa y la llevó a un lado para que nadie le oyese.

―Tifa, yo... Quisiera ir con Aerith.

―Lo sé, desde que te encontraste con ella en el jardín de la iglesia, sabía que este momento llegaría.

―Gracias, si no hubiese sido por ti, yo jamás hubiese salido de la corriente vital, nunca hubiese aceptado la verdad de "mis recuerdos".

―Es a Aerith a quien tienes que agradecer, ahora sé que su encuentro no fue casual, al final ella te llamó desde la corriente vital y tú acudiste a su llamado.

―Jamás podré pagarte por haber cuidado de mí desde el primer día que nos vimos en Midgar, gracias por todo, gracias por soportarme ―le dijo Cloud y luego se fue a la nave a encontrarse con Aerith.

El Highwind despegaba y Tifa empezó a llorar, pero al mismo tiempo tuvo el ánimo suficiente para despedir a sus amigos con su brazo extendido y moviéndolo alegre.

Aparte de Tifa, también se quedaban Jesse, Biggs, Wedge y Cait Sith. Los amigos prepararon un campamento y se dispusieron a pasar la semana con la compañía de sus más profundos pensamientos.

CONTINUARÁ...

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