Un par de ojos entrecerrados observan extrañamente al sonriente joven de cabello rojizo, ese que no a dejado de mirar su celular y muy probable que hasta en las horas de clases lo estuvo viendo. No tenía pruebas pero tampoco dudas al verlo actuar de esa manera, le a querido preguntar desde hace un buen rato que se trae. Sin embargo, el joven esquiva toda pregunta.

—Ya lo perdimos, ¿verdad?—Lana y Zuzen solo asistieron con su cabeza, tenían la boca llena de comida como para hablar.—Si no te comes la hamburguesa me la comeré yo.—Ni asi tuvo respuesta por parte de su primo.

Tengo unas ganas de impactar mi puño en su cara para que deje de reírse, anteriormente era una melancólico ser con grades ojeras por desvelo, quedándose largas horas en duelo, llore y llore. No lo dijo como tal, pero no era necesario preguntar lo evidente.

No obstante, desde ayer anda así de feliz. Como una margarita recibiendo el rocío del amanecer, bastante espeluznante. ¿Es bipolar y cuando comenzó?› Asha y Lana aún no saben que su querido primo, amigo, será padre en un par de meses.

Los dos padres primerizos tienen planeado contarles a todos en la fiesta que están organizando, era mejor de esa manera que decirsele a uno por uno. Por eso Roshan se encuentra así de rosiente, esta mensajeando con Gerald. Diciéndole que ya quiere verlo, salir de la universidad para sostenerlo en sus brazos.

"No te desespere y presta atención a las clases, nuestro hijo no puede tener un padre tonto." Fue la respuesta de él alfa mayor, pero adjunto una foto bastante provocativa. El hacer eso solo incremento las de Roshan, de tirarlo a la cama y ponerse de rodillas no precisamente para rezar.

—¿Zuzen, sabes lo que le pasá?—Ambas chicas lo ven con miradas de interrogación.—Esa tos lo dice todo.—Asha le envía una señal a Lana, "vamos a sacarle la verdad." Lana solo asintió, "Pero después de comer." Transmitió con sus ojitos brillantes.

La hora de la comida es sagrada para la beta, podrían estar matándose enfrente de ella pero si esta comiendo no hará nada. Nadie le hará dejar su comida hasta que se haya comido todo.

—Bien, disfruta de tu comida.—Levanta una papita frita.

Soy débil ante esos ojos brillantes que únicamente pone cuando esta comiendo, de ahí, todo el tiempo anda con una expresión seria pero siempre atenta.

—Puedes comerte las mías también...—Se estremeció al instante en que sus ojos se encontraron, al igual que las yemas de sus dedos con entreabiertos y rosados labios de la beta.

—Gracias.—No puede hacerle desprecio a la comida, tampoco ser modesta cuando las papitas fritas son sus favoritas.

—No es nada.—Gira su rostro hacia otro lado que no sea el rostro de Lana.

Escondió el enrojecimiento de sus dedos, asimismo el rubor de sus mejillas. Sin embargo, esa timidez no duró tanto al volver a ver el rostro brillante de su primo. Se sintió molesta.

—¡Hey, Roshan!—Ya no pudo con la curiosidad.

¿Qué esconde o ve en su celular? ¿Tan divertido es lo que está viendo? ¿Ya no está triste o esta fingiendo estar bien? Ya no escucho sonar ese celular como hace unas semanas atrás, podiendo ponerlo en silencio no lo hacía. Era como si escuchar tal sonido le daba entender que la otra persona no se iba a rendir.

Solo entonces comprendí que estaban enojados, ¿por qué? No me lo quiso decir ni siquiera Zuzen, tampoco me puse a investigar. Mucho menos iba a intervenir porque mis padres siempre dicen; "Los problemas de parejas tienen que resolverlos solo los involucrados, meterse solo porque eres su amigo y no quieres verlos así, no siempre termina bien." Sus enseñanzas y consejos los sigo al pie de la letra.

... ¿Ya sabrá mis tíos de que estan peleados? Eso es un hecho, pero no ha de ser nada grave por que no hay sangre corriendo por toda la ciudad.

—¡Te estoy hablando!—Llego junto a él.

—Te estoy escuchando.—Evitó que le quitara el celular.

—¿De que estábamos hablando?—Se cruza de brazos.

—De mí por supuesto.—No estába adivinando Roshan si estaba prestando atención a lo que ellos tres estaban hablando.

Cuando Zuzen tosió fue porque hizo contactó visual con su mejor amigo y joven maestro. Captando la sutil advertencia sobre manterse callado asi las dos chicas lo aten a un palo como en su niñez al jugar a las atrapadas.

—No tienes porque preocuparte, estoy bien.—Guarda su celular.—Como pueden verlo, estoy muy feliz.

Cómo no estarlo si seré papá y mis padres han aceptado por completo a Gerald, no tengo que elegir nigún bando. Estaré con mi amado y mis padres viviendo en la misma casa, solo hasta que me gradué de la universidad. No lo decidí por si solo, le pedí la oportunidad de Gerald y el me dijo que estaba bien si nos quedamos a vivir en Royal Garden en vez de su departamento u otro lugar.

Sé que lo hizo por mí y mis padres para que no estuviéramos lejos, también porque aún no habla con su padre y en nuestra propiedad está más que seguro. El otro motivo por el cual quiso quedarse en el hogar en que crecí, es por eso mismo, quería que los primeros años de nuestro pequeño los viva en Royal Garden, donde se encuentran mis infinitos y tan preciados recuerdos de mi niñez hasta adulto joven.

En ese tiempo aprovecharé para construir la casa de nuestros sueños, será difícil separarme de mis padres pero es algo que tarde o temprano tenía que pasar. Aunque, es algo irónico porque de pequeño juraba quedarme para siempre con ellos, más específico con mi papá.

No obstante, el amor toca al puerta cuando menos te lo esperas, a unos tempranos y a otros tardío pero toca la puerta. En mi caso fue pronto, haciendo las cosas al revés, seré padre antes de estar casado.

Asi no me lo haya venido venir seré el padre del bebé mas hermoso de todo el mundo, ¿a quién se parecerá? ¿A mí o mi Gerald? Ya puedo visualizar sus grades ojos ámbar y cabello rojizo cómo el mío, una tierna combinación de nuestros genes...

—Deja se perderte en tu mundo.—Le dio un manotazo.

—¡Asha!

—Que.—Lo ve desafiante.—Tenias una expresión extraña en tu rostro, ¿verdad?—Pide la afirmación de los otros dos.

—Sí, no es mentira.—Concuerdan con Asha y no es por llevarle la contaría a Roshan, era en serio que mientras pensaba sobre su futuro en dado momento puso una rara expresión pero solo estaba feliz.

—Creo que no te llegará la invitación a la fiesta que estoy organizando.

Ahora que lo pienso, mis padres me comentaron que si no había problema si mis tíos hacían un comunicado. Dije que estaba bien porque para eso es la fiesta, para hacerles saber que seré padre. Y si mis tíos tienen algo importante que decir, que lo hagan. Cera una celebración doble, presiento que es algo muy bueno si mis padres estaban asi de sonrientes cuando me lo comentaron.

—No necesito una para ingresar a la propiedad de mis tíos.—Alza su pecho y lleva sus manos a la cintura.—Te recuerdo que soy la sobrina favorita de mis tíos.

—Sigue creyendo tal mentira.—Arquea su ceja.—Yo te recuerdo a ti, que soy el bebé de mis padres.—Sonríe.—Siempre estarás por debajo de mí.

—Ven aquí.—Se lanza sobré Roshan.—Te mostraré quién está debajo de quién cuando ponga mi pie en tu cara.

Zuzen y Lana avergonzados actúan como si no los conocerían, alejándose tan lejos como puedan de ese par de revoltosos primos.

—Ya paren, es momento de regresar a clases.—Ya era la última y luego podrían volver a sus casas.

—¡Por fin!—Exclamo con júbilo el de cabello rojizo.

Falta muy poco para que su alfa lo viera a recoger a la universidad, poder besarlo, hacerle cosas obscena en interior del auto.

Por otro lado, Dariel y Samuel yacía tomados de la mano en el interior del ascensor ese los llevará a su destino. A encontrarse con el padre de Gerald. El señor Meyer.

Ahora había llegado el momento de que los verdaderos adultos hablaran y llegarán a un acuerdo; el cual se espera que sea muy pacifico. No quieren terminar enviando a una isla desierta al señor Meyer.