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24.Maldita pervertida

Había caído la noche, día jueves, día en el cual Sunghoon solía llevar a casa de los señores Kim a Jinni. Por tanto, el hogar Minatozaki estaba algo más tranquilo de lo usual. Kazuha se acaba de quedar dormida hace una media hora.

Así que Sana y Dahyun aprovechan para poner cualquier serie que les parezca interesante en la televisión mientras que Sana bebe una cerveza y su esposa, una bebida con gas.

Es la última semana de trabajo en casa para Sana, por ello, ha querido disfrutarla al máximo con su esposa e hijas. Y como no, también con sus amigas con las que habían quedado para celebrar una cena en casa de Hirai.

Las niñas irían a casa de Lily a dormir por lo que aprovecharían ese día para desatarse como nunca...

—Estas muy cariñosa —murmuró Dahyun viendo la pelicula.

Y es que Sana había estado recorriendo el cuerpo de la coreana más de una vez mientras que veían la serie. No podía contenerse más.

—Estas muy tensa, relájate —sonrió Minatozaki maliciosamente.

La japonesa la abrazo por la espalda para enterrar su rostros en el cuello de la menor, dejando unos cuantos besos húmedos. Habilidosamente subía y bajaba sus manos recorriendo desde los hombros, delineando su cintura.

—Estoy muy cansada Sana, no creo que pueda...

Las manos de la mayor se sentían demasiado bien, la encendian, pero estaba tan cansada que sentía que en cualquier momento caería dormida.

—Yo lo haré todo por ti —dijo la nipona con la voz algo grave.

🔞

Minatozaki se dio prisa y giró a Dahyun de manera algo brusca, comenzando a repartir besos por sus muslos. Lo había estado deseando tanto.

En un rápido movimiento bajo el pantalón de pijama de su mujer para posicionar su cabeza entre sus piernas. Le daría el mejor oral del mundo.

Kim reaccionó llevando sus manos al cabello de la mayor que la estaba llevando al cielo con su maravillosa lengua. La coreana tiró de su pelo avisándole que estaba cerca.

Tras unos cuantos gemidos y tirones en su pelo, la japonesa lamia el orgasmo con orgullo en su pecho.

—¿Dónde está mi corbata? Puedo atarte las manos mientras me...—Sana se levantaba con prisa deshaciéndose de su camiseta.

No obstante no obtuvo respuesta.

—¿Dahyunnie? ¿Mi amor?

Sana se acercó al rostro de su mujer que se encontraba con un pequeño de rastro de saliva cayendo de sus labios, arqueada hacia atrás tras recibir su clímax.

—Mierda, ¡la he matado del placer!

La protagonista colocó su oreja, pegándola al pecho de Dahyun. Pudo escuchar su corazón latir y sentir como su pecho subía y bajaba algo agitado, pero lento.

Estaba profundamente dormida.

Sana hizo un puchero y cargó a la adormilada Kim a su habitación, dejándola en la cama con cuidado de no despertarla para volver a la cama y acostarse.

Comprobó que Kazuha siguiera igual de dormida que su madre y finalmente se acostó. Cerró los ojos con la esperanza de caer rendida por el cansancio. Lo intentó, realmente lo intentó, incluso contó ovejas pero de nada sirvió.

Estaba más caliente que un horno y la habían dejado así.

No podía despertar a Dahyun, no era tan egoísta como para pedirle que saciara sus deseos.

—Será rápido...—suspiró tomando su teléfono móvil para ir al baño.

Era obvio lo que iba a hacer. A bajar sus pensamientos sucios, entró la primera página que le apareció con portada de dos chicas dándose amor. Clicó sin pensarlo lista para deleitarse ¿eso se podía contar como infidelidad?

Sana no quiso sobrepensarlo.

No obstante, se le olvidó bajar el volumen y las palabras vulgares salieron a todo volumen de su teléfono móvil alarmándola.

Bajo el volumen y se puso manos a la obra. Literalmente.

Cuando salió casi le da un paro al ver a su mujer despierta sentada en la cama, con una cara no exactamente de felicidad. Sana tragó saliva asustada, ahora la llamaría infiel, asquerosa y a saber que más.

—Sana —llamó firme.

—¿Si...?

—Creo que he escuchado voces...¿crees que son seres del más allá? Eran como almas en pena.

La serie que se habían visto era de actividades paranormales. Quizás eso la había sugestionado.

—Uhhh...igual ha sido la tele.

—No, la apagamos, estoy hablando enserio ¿si no que va a ser?

La mayor se rascó la nuca debatiendo si decir la verdad o evadir el tema.

Se imaginó cómo reaccionaría su mujer con las dos posibilidades y obviamente, escogió la segunda opción.

—Tengo sueño, no le des tanta vueltas igual es una pesadilla —rió algo nerviosa.

—Sí puede ser que sí, igual pediré agua bendita el domingo cuando vayamos a la iglesia.

—Vale, si te quedas más tranquila.

Sana no pensaba decírselo. No lo haría.











😭😭











Todas estaban reunidas escuchando la anécdota de la japonesa atentamente, todas a excepción de Dahyun y Chaeyoung, las dos maknaes estaban ocupándose de recibir el pedido de comida que habían hecho.

Para cuando Sana terminó de contar el episodio gracioso de la anterior noche con su mujer, las demás reventaron a carcajadas.

—¿Fantasmas? No me hagas reír. Enserio, se os va la cabeza —negó con la cabeza Jeongyeon.

—Tienes que decirle que has sido tú y tu parte hormonal —suspiró Jihyo —¡Que tan desesperada tenías que estar!

—Hay veces que llegamos a un límite, te entiendo compañera —fingió limpiarse una lágrima falsa Nayeon.

—Tu eres una pervertida fetichista —acusó Tzuyu.—seguro que haces chiki chiki todos los días.

—¿Eso es malo? —preguntó aterrada Momo.

Sana abrió sus ojos tanto como pudo y golpeó en el pecho a Mina que soltó un quejido.

—¡Que le haces a mi Momo! ¡Degenerada!

—¡Yo no hago nada malo! ¡Degenerada tu pajeandote en el baño con tu mujer durmiendo! —Mina la golpeó de vuelta.

—Encima la traumatizaste —concordó Jeongyeon.—¿solucionamos esta discusión con una pelea? Quien haga caer a la otra al suelo gana.

—¡Apuesto por Mina! ¡Cincuenta! —aplaudió Jihyo.

Antes de que comenzaran con la porra para la pelea, el DubChaeng entraba viendo con cara rara las acciones de sus amigas.

¿Enserio habían organizado un ring de pelea con sillas? Lo más gracioso era que aunque la disputa empezó entre Mina y Sana, habían decidido que lo mejor y más entretenido sería que Nayeon y Jihyo lo hicieran.

Después de todo, Nayeon y Jihyo eran las más competitivas. Iba a ser un espectáculo.

—¡No va a haber pelea! —irrumpió Dahyun con una bandeja de comida en sus manos.

—¡Eso no va a haber ninguna pelea! —asintió Chaeyoung —después de comer sí.

—¡Bro! —suspiró Dahyun.

—¿Qué? Es la pelea del siglo. Lo siento, bro.

Sana corrió a ayudar a su mujer a poner la comida sobre la mesa al igual que sus amigas, trayendo los utensilios de comida, como platos para todas.

Se sentaron y Nayeon junto a Jihyo y Tzuyu, trajeron con ellas desde botellas de Soju a botellas de vino para acompañar la carne de la barbacoa. Sabían que sus amigas tenían diversos gustos para la bebida.

—Ah, ya no puedo casi comer carne desde que vi ese documental de Netflix del asesino en serie caníbal —suspiró Momo jugando con la comida de su plato.

—¡Yo también! —coincidió Sana.—Tenia la tripa revuelta.

—Ni me lo recuerdes —hizo una mueca de asco Nayeon.

—La policia no sirve —opinó Mina dándole un sorbo a su copa de vino.

—Siendo agente, te puedo dar la razón.

Jeongyeon fue la última en decirlo terminando de beber su cerveza. Tzuyu soltó una carcajada.

—Te ríes porque eres doctora, eh Chou —molestó Dahyun.—eres la que mas cobras de nosotras después de Mina y Nayeon.

—Jihyo también cobra mucho, nos lo recuerda todos los días subiendo fotos con su mercedes —alzó ambas cejas la taiwanesa.—mi trabajo es complicado.

—Bueno, miras vaginas todos los días ¿no es un gran trabajo? —comentó Sana ganándose una mala mirada.—si se me dieran bien las mates hubiera sido ginecóloga

Una mirada fulminante de Chaeyoung y otra de Dahyun. A las demás les pareció más gracioso por la cara de temor de la protagonista.

—¡Dejemos de hablar de trabajo! ¡De ser adultos a la mierda! Yo hoy me quiero emborrachar, me quiero volver mierda, quiero beberme hasta el agua de la piscina —soltó de la nada Jihyo levantándose y dando un golpe en la mesa.

Todas guardaron silencio un momento para ver a la lider algo asustadas, parecía casi desesperada en su discurso.
No obstante, Sana fue la primera en abrazarla fingiendo llorar.

—Bebamos juntas ¡amiga mía!

Al abrazo se unió Momo, después Jeongyeon y Chaeyoung.

—Pero Jihyo...creo que a Sejeong no le hará mucha gracia...—pensó en voz alta Son.

Nayeon le tiró un vaso de plástico en la frente haciéndola gemir de dolor.

—¡Vieja agresiva! —gritó Chaeyoung

—¡Hoy no existen gobernadas! —tras esto se acercó para unirse al abrazo y darle un besito en la zona donde la habia golpeado

—¿Ah no? ¡Ayuda no veo a Sana! —rió Tzuyu.

—Buena esa —animó Mina.

La broma resultó graciosa para todas, todas excepto para Minatozaki que se cruzó de brazos viendo ofendida como hasta Dahyun estaba riéndose a todo pulmón en ese abrazo grupal.

Sana se separó para buscar la botella de champán y abrirla esparciendo el contenido de esta en todas sus amigas.
Las ocho se quejaron pero pasaron a festejarlo dando pequeños saltitos, mientras Mina se ocupaba de subir aún más el volumen a la música.

Minatozaki se unió a los saltitos abrazando a Momo y Jihyo. Le encantaba ver que a pesar del tiempo que había pasado, su grupo de amigas seguía pasándoselo tan bien como cuando eran unas niñas e incluso adolescentes.












🔞🔞
















Tras haber bebido un poco, quizás demasiado para la coreana, Dahyun la acorralo en una esquina, fuera de la vision de sus amigas.

Todas se hallaban dentro con la intención de darse un baño caliente tras haberse lanzado a la piscina con su ropa puesta. Todo fue culpa de Jihyo que empujó primero a Jeongyeon y esta sin querer tiro al agua a Momo y Chaeyoung.

Tzuyu no cayó al agua, pero por maldad empujó a Mina y Nayeon.

Sana y Dahyun estaban demasiado ocupadas besuqueándose como adolescentes hormónales como para prestarles atención, igual acabaron en el agua.

—Espera...¿aquí?

La coreana no la escuchaba. Estaba demasido ocupada desabrochando el pantalon de la mayor para comenzar a hacer su cometido poniéndose de rodillas.

—Que así sea.

"Gracias Dios, la señora Kim tenía razón, hablar contigo me trae cosas buenas" pensó emocionada la nipona.

Sana echo la cabeza hacia atrás recogiendo el cabello de su esposa en una cola de caballo mientras que movía la cintura dando alguna que otra embestida en su boca.

Posiblemente fueron cuatro o cinco minutos para que la japonesa tirara de su cuero cabelludo con fuerza haciéndola gemir del dolor mientras alcanzaba su punto máximo.

Sin pensárselo, la coloco en la hamaca y prácticamente arrancó su ropa para posicionarse entre sus piernas. Dahyun nunca la habia visto comportarse tan bruta como ese instante.

Estaba descontrolada. Sus besos, el como marcaba su cuello y sus muslos y apretaba su anatomía retorciéndola.

Embistiéndoosla como un animal sacándole más de un grito.

—Cállate, nos van a escuchar. Estas gimiendo como una puta.

Y ese sucio lenguaje. Para añadirle el hecho de que la estaba asfixiando con su mano derecha mientras que no paraba de moverse sobre ella, causaron en Kim el primer orgasmo.

La protagonista se detuvo para bajar y lamer sus jugos y después meter tres dedos sin compasión. Alejó su mano y la estimuló para volver a posicionarse entre sus piernas y seguir con sus movimientos.

Esta vez Sana llegó antes apretujando el pecho de su esposa y apretando la mandibula soltando un millón de maldiciones que solo prendieron mas a la menor.

Con esa imagen llegaron a su aclamado clímax.

Las respiraciones jadeantes se mantuvieron por unos segundos. Las dos enamoradas se miraron a los ojos y sonrieron.

Minatozaki estaba más que contenta, pero miró a su amada algo preocupada al ver como le temblaban las piernas.

—¿He sido demasiado brusca?

—Ha sido genial. Te amo.

—Y yo —Sana la abrazó con fuerza.

Escucharon las ruidosas voces de las demás preguntándose dónde se habían metido por lo que tuvieron que vestirse o al menos ponerse decente en una velocidad luz.

—¡Bro estabas aquí estabas! Lo que escuchaste no eran fantasmas, eran gemidos del porno que veía tu japonesita —exclamó Chaeyoung.

Sana se puso pálida.

Y aunque Momo intentaba taparle la boca junto a Jihyo y una Mina que retenía a su esposa para que lo contara.

—¿Qué tú qué?

—Dahyunnie, vayamos a dormir...—se levantaba retrocediendo lentamente.

—¡Eres una maldita pervertida!














🚙🚙










Sana volvió a ver el video de Nayeon golpeando en la frente a Jihyo y esta devolviéndole el golpe con la almohada. Habían más fotos graciosas y estaban intentando recordar lo ocurrido la noche anterior.

—Menuda fiesta...—sonrió Jeongyeon.

Extrañaba tener noches como esas con su grupo de amigas.

—Por favor pásalo todo por el grupo —soltó una risita Minatozaki —¿pero por qué me has despertado tan temprano? ¿Para que viéramos las fotos?

—La verdad es que no quería soltártelo de golpe. Hable con mi padre.

¿Jeongyeon comunicándose con su padre? Sana abrió los ojos sorprendida, pues si no se equivocaba se odiaban. Pero era una relación muy rara pues seguían en contacto.

—¿Lo hiciste?

—Sí.

La sonrisa de Jeongyeon había desaparecido, ya no estaba tan contenta.

—¿Se lo preguntaste? ¿De verdad el queria que trabajará allí? En el bufete Yoo...

—Recuerdas a... Kim Youngwoon.

Sana pareció no entender. No recordaba a ningún abogado con ese nombre...

—Le llamaban Kangin.

Las manos de la japonesa comenzaron a sudar, claro que lo recordaba. Fue el infeliz que la apuñaló y la intentó asesinar ¿cómo iba a olvidar a ese desgraciado?

—Sí. Ya me suena.

—Bueno, al parecer Kangin siguió trabajando estando dentro de la cárcel,
terminó delatando a algunos socios para que bajaran su condena, así que dijo los nombre de...Hoshi y Vernon. Estaban metidos en una red de contrabando de drogas.

Tras esa notica Sana sintió algo de pena, recordaba a los chicos y sinceramente, a pesar de todo fueron amigos. Los odiaba sí, pero en el muyyyy fondo, se apiadaba de ellos.

Pensó que quizás pudieron salir de ese mundo y podrían ser mejores personas como adultos, pero al parecer siguieron el mal camino.

Esa parte le daba rabia. Eran unos idiotas.

—¿Y qué tiene que ver esos cabrones conmigo? Qué mierda pintan en este tema.

—Respira Sana —pidió Jeongyeon —al parecer Vernon pidió que lo representaran y lo defendieran al bufete Yoo, ya sabes porque es uno de los mejores del país...—Jeongyeon la miró con nerviosismo —cuando se enteró que eras abogada pidió al bufete que formaras parte de los abogados de apoyo. No le importaba cuánto dinero pagar.

—¿Por eso la desesperación? ¡No quiero defender a ese hijo de puta!

—Sana cálmate, lo mismo le dije a mi padre él y yo discutimos —Sana se sintió culpable y Jeongyeon volvió a hablar rápidamente —No solo por ti, no me gustaban sus actitudes hacia Nayeon...

—Como puede tener tantos huevos. Que se pudra en la cárcel.

Sana sentía la rabia extenderse por toda su anatomía. Aunque sabía que si tenía demasiado dinero, quizás viviría una buena vida dentro de la cárcel.

—Con todo el tiempo que ha pasado ya habrá pasado el juicio —habló controlando su rabia.

—Sí, salió culpable. Manejaba no solo drogas sino que bares llenos de prostitución también y al parecer habían abusos e intentos de asesinato...

La simple imagen la asqueó. No quiso ni imaginárselo. Seguro que había hecho cosas horribles.

—¡Qué vamos a desayunar! —se oía la voz de las tres maknaes.

Debían de cambiar de tema rápidamente.

—No le des muchas vueltas ¿vale? Y eh, me alegra que no aceptaras la oferta del bufete Yoo. Hiciste bien.

Sana le sonrió a la mayor y palmeó su espalda para levantarse de su asiento recibiendo a su esposa recién levantada en sus brazos.

Y aunque se prometió no darle muchas vueltas, no pudo evitar sentirse agradecida por lo que le había ocurrido. Absolutamente todo para que cambiara.

¿Si hubiera seguido siendo influenciada por Vernon y sus amigos habría acabado así? No quería imaginárselo.












🫡🫡











Las manos ajenas en su muslo la hicieron sobresaltarse, Dahyun la miraba algo preocupada y Sana tuvo que forzar algo la sonrisa para ver por el retrovisor si Jinni seguía jugando con Kazuha en la parte trasera del coche.

—¿Estas bien? Te noto retraída.

—Estoy bien Dahyunnie, solo tengo resaca.

—¿Quién es? —preguntó Jinni señalando la puerta de su casa mientras aparcaban el coche.

Sana frunció el ceño intentando definir mejor de quien se trataba, parecía un hombre y estaba de espaldas, además de tener un traje y un ¿ramo de flores en su mano?

—No bajéis del coche aún —Minatozaki estaba paranoica.

No sabía que hacía ese desconocido en su hogar, pero lo iba a averiguar.







😃
ya casi es el aniversario de Twice diosss emoción

Pregunta:

-¿Quien creen que puede ser?

Se viene un poquito de drama

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