
15.(+)Pequeño Pingüino
Eran una pareja inesperada, más bien las personas solían pensar que habían acabado gustándose por mera suerte, pero Momo y Mina se complementaban bastante bien. No es que fuera muy diferentes, de hecho eran muy parecidas en bastantes aspectos por lo que apenas tenían choques o discusiones.
La única discusión que tuvieron "fuerte" fue cuando decidieron traer al mundo a un bebé. Momo se negaba a que Mina lo llevara en pleno auge de su empresa y Mina temía que fuera demasiado para Hirai.
Así fue como nueve meses después, Momo daba a luz a Myoui Jinsol (esta vez Mina dejó ganar a Momo de nuevo poniéndole el apellido Myoui primero)
Jinsol era una niña tranquila, quizás demasiado, no lloraba demasiado, solo para pedir de comer o pedir algo de atención.
Momo incluso se aterraba por las noches, pues su hija dormía tan tranquila y sin hacer ruido que Hirai se levantaba constantemente para revisar que siguiera respirando.
La madre de Mina les explicó que Mina fue igual cuando era una bebé así que no habría de que preocuparse, de igual manera la japonesa menor insistió en llevar a su hija al médico periódicamente.
Y a los tres años en una de sus tantas visitas, le dieron una noticia a las dos japonesas sobre su hija, Jinsol. La pequeña Myoui resultaba tener un IQ superior a la media de niños y niñas.
Concretamente tenía el índice Verbal, el Razonamiento Perceptivo, el Razonamiento no Verbal y el Índice Espacial mucho más desarrollado que sus compañeros. En resumen, que era demasiado lista.
Por ello, recibieron ejercicios y consejos para que explotara su habilidad o más bien no se aburriera.
Mina había empezado a hablar en inglés con ella y a ponerle películas en el idioma pues quería que aprendiera más idiomas y Momo, bueno Momo jugaba con ella más de lo normal y terminaban siempre agotadas.
—¡Me ha ganado! —hacía un puchero Jinsol.
—¿Qué? Dame el mando, nadie se mete con mi hija —exclamaba Mina.
Acababa de salir de la ducha.
—¡Mamá! ¡Mamá! —animaba la niña dando aplausos.
Mina tenía el ceño fruncido y sus dedos presionaban los botones con ferocidad, estuvo así unos cinco minutos hasta que de repente saltó del sofá cargando a su hija.
—¡Hemos ganado! —decían dando saltitos.
Momo que observaba la acción de su esposa e hija simplemente suspiraba mientras que hacía cardio en su caminadora.
—¿Podemos quitar esos juegos y ver una película en familia ya? —la mayor se cruzaba de brazos.
Las dos Myoui la miraron y negaron con la cabeza.
—¡Pues yo no pienso cocinar nada de cenar hoy!
—Es una broma —atinó a decir Mina dejando a Jinsol en el sofa.
—Culpa de mamá —asintió Jinsol.
Myoui tomó por la cintura a Momo atrayéndola a ella con cara de cachorrito abandonado, le estaba poniendo ojitos.
Y no solo ella, sino que su hija también.
—Y no solo veremos una peli y quitaremos ya los videojuegos, este finde tendremos planes diferentes.
Mina tragó saliva no queriéndose imaginar que planes tendría en su mente. Solo esperaba que no fuera como en su primera cita que dijo que sería la mejor que sería cuando la dejó elegir.
Momo la llevó a hacer senderismo en pleno verano y Mina casi muere deshidratada...
🤍🤍
Momo quería celebrar que Chaeryeong quería ser fija en su trabajo o eso intentaría, el hecho de tener a una chica tan dulce como ayudante y aprendiz le alegraba bastante. Tanto que insistió en invitarla a cenar o tomar algo caro antes de volver a casa.
Lee Chaeryeong era tímida, pero decidida y de alguna u otra forma le recordaba a ella misma.
Se suponía que solo iban a comerse ese delicioso y caro bistec acompañado por una copa de vino, pero luego pidieron otra y otra...
¡Lo que se suponía que iba a ser tranquilo acabo con Chaeryeong y una amiga de esta!
—Chae, estas borracha no puedes beber más. Vamos al piso, tu hermana te va a matar.
—¡Yuna! ¡Has venido! Ven siéntate aquí —reía Chaeryeong llamando al camarero para que trajera una silla para su amiga.
—No puedo, sabes, tengo que leer unos cuantos...—titubeó Yuna.
—¡Encantada Yuna! Soy Momo pídete lo que quieras de la carta de vinos ¡invito yo!
Los ojos de Yuna se abrieron de par en par.
—Bueno podemos quedarnos un ratito más —Yuna hacía una reverencia hacia la mayor —¡Un placer Momo! Eres toda una hermana mayor para mi, Chae tiene mucha suerte.
Con solo dos vasos de vino la pobre Yuna ya estaba medio dormida sobre la mesa y Chaeryeong y Momo riéndose del poco aguante de la chica.
—Si hubiera sabido que acabaríamos así —Chaeryeong suspiraba apoyándose en su mano —Oh...Dios...mío.
—¿Qué? —se asustó Hirai.
—Mira eso, ¿estoy en el cielo?
La atención de ambas fue hacía una chica alta, vestida con un traje azul oscuro, ceñido y perfectamente planchado. Cabello oscuro y lunares que la hacían ver aún más atractiva.
La elegancia con la que caminaba derretiría a cualquiera.
—¿La estás viendo? ¡Así nos reciben en el cielo!
—Así me reciben en casa —reía Momo viendo a la menor casi babear —es mi esposa.
—Es tan...¡Oh! Quiero decir es tan perfecta para usted, es solo suya, perdón, ¿debería de callarme ya?
—No pasa nada Chae.
La conversación se vio interrumpida por Mina que ya se había aproximado a su mesa y lo primero que hizo fue hacer una reverencia a las menores para dedicarle una sonrisa tímida a Chaeryeong que se sonrojó.
—Supuse que estarías aquí ya que tardabas demasiado —hablo Mina viendo el estado de su mujer
—¿Y nuestra bebé? Soy una mala madre, he abandonado a nuestra hija contigo por beber vino.
Momo hacía un puchero sintiendo que iba a romper a llorar. Myoui alzó ambas cejas y soltó una risita abrazando a su esposa.
—Hoy se quedaba a dormir con las gemelas, Jihyo dijo que no había problema —le recordaba sujetándola con fuerza por la cintura. —vamos a casa
—Espera, hay que pagar...cógeme el bolso
—Lo pago todo yo —sacaba su tarjeta de crédito.
Tras pasar su tarjeta como si nada para pagar todo lo que se habían bebido esa tres, Mina había insistido en que las dos chicas no cogieran taxi y las había llevado a su departamento sin problemas para después volver al suyo y poner a Momo a dormir.
—Dame un beso —decía volviendo a abrir los ojos la mayor.
La japonesa menor veía como su esposa se deshacía de todas sus prendas desnudándose frente a ella para poner una pose seductora sonriéndole.
Mina rió terminando de ponerse su corto pijama para inclinarse y besarla.
—Apestas a vino.
—Tu hueles tan bien, siempre hueles bien, hasta su sudor...Mina eres tan perfecta.
—Me gusta cuando estas borracha —sonreía Myoui sintiendo los besos en el cuello —pero no lo vamos a hacer contigo así.
—¿No podemos? ¿Ni un poquito...?
Momo se abalanzó sobre Mina que perdió el equilibrio terminando de caer en la cama.
—No. Si esperamos a que se te pase un poco y...—Myoui frunció el ceño.
Un ronquido se escuchó por parte de Momo, se había quedado ya profundamente dormida. La menor soltó una risita y la arropó con las sábanas para finalmente abrazarse a esta.
🫶🫶
A la mañana siguiente, Mina fue a buscar a Jinsol o como le llamaban las hijas de sus amigas Bae, ¿de dónde le habían creado ese apodo? Ni idea pero le quedaba bastante bien.
Lo que no se esperó fue que al volver a casa estaría Sana timbrando fuera de su hogar. La abogada llevaba su traje y una bolsa de medicamentos.
—¡Es la tia Sana!
—Qué querrá —suspiraba pesadamente Mina fulminándola con la mirada desde la lejanía.
—¡Buenos días! ¡Buenos días tía Sana! —decía la más pequeña dando saltitos.
Una mujer que pasaba de largo la encontró adorable y no pudo evitar revolverle el cabello diciéndole lo bonita que era.
—¡Te acaba de elogiar una chica muy guapa! Eso significa que serás un imán de mujeres —decía Sana chocándole los cinco —lo veo, serás lo que tú madre nunca pudo ser.
—Las chicas son lo mejor —asentía la pequeña.
Mina cargó a su hija y rápidamente negó con la cabeza, dándole a entender que no le hiciera mucho caso a Sana.
—Aléjate de mi hija, Minatozaki.
—No seas amargada, le he traído esto.
—Gracias por preocuparte, le diré a Momo que has venido
—Gracias por llevar a Yuna y a su amiga ayer.
Ambas se sonrieron por unos segundos y Jinsol juró que sería una de las pocas veces que las había visto ser amigables.
—Que horror, te he sonreído —hizo una mueca de asco Minatozaki.
—Por favor, no te comportes de manera lésbica —la imitaba Myoui.
—Con tu madre sí, adiós Bae —se despedía sacando las llaves de su coche.
La niña le sonreía despidiéndose con sus manitas mientras que Mina apretaba la mandíbula, si no fuera porque su hija estaba ahí delante le hubiera dedicado un par de palabras.
No obstante, Momo ya la había regañado varías veces por decir malas palabras delante de su mini Myoui-Hirai.
—Mama, ¿por qué siempre la tía Sana habla de la abuela?
—Déjala, no le hagas caso a tu tía —negaba con la cabeza Mina.
Al ingresar a casa le pidió a la menor que no hiciera demasiado ruido pues supuso que Momo seguiría durmiendo, pero la pequeña Myoui ignoró a su madre y lo primero que hizo fue ir a la habitación.
—Mami, mami —la niña tocaba el rostro de su madre preocupada —¿por qué han traído medicinas? ¿Estás enferma? Yo cuidaré de ti.
—Duerme con mami —golpeaba la cama Hirai adormilada.
—¡No! Después a la noche no duerme como se eche la siesta ahora —irrumpía Mina.
—¿A donde iremos hoy? Cambio de planes , lo dijiste tu mami —pinchaba la mejilla de su madre.
Momo aún medio dormida abría los ojos para asentir, aún le dolía la cabeza pero jamás faltaría a su palabra y menos a su hija.
—Moguri...—masculló Mina preocupada —Puedo llevarla yo.
—No, en veinte minutos salimos. Estaré bien.
😗😗
Mina no acreditaba lo que veía, rápidamente pensó que las mamás tenían una especie de superpoder o demasiada fuerza de voluntad, pues tal y como prometió Momo estaba sentada en la parte trasera del coche haciéndole cosquillas y conversando con su hija como si nada.
Le asombraba como paso de estar con una terrible resaca a madre ejemplar y cariñosa en cuestión de minutos.
—¿Por qué no hemos venido en tu baby? —preguntaba Jinsol a Myoui.
—Quién es baby —rápidamente preguntó Momo frunciendo el ceño.
—Mi bebé, mi Aston Martin —explicó rodando los ojos —y porque tu madre odia que lo conduzca cuando hacemos planes en familia, cuando seas más mayor te llevare con el al instituto.
—¿Así conseguiré muchas nenas como dice la tía Sana?
—No le hagas caso a Sana —dijeron Mina y Momo a la vez.
Esto hizo reír a su hija y sus madre rieron igualmente.
De camino a su destino, que era el acuario porque Momo se había empeñado en que Jinsol viera lo adorables que eran los pingüinos, tuvieron que detenerse varias veces por los mareos constantes de Hirai.
Para cuando llegaron, lo primero que hicieron fue visitar los delfines. Aunque Mina tuvo que callarse su odio hacia los animales para ver a su mujer e hija sonreír.
—Sabes que son unos monstruos, son malvados, matan y abusan de todo lo que se encuentran en el mar —le susurraba Mina a su esposa.
No quería que su hija la escuchara.
—Mina, te amo. Y amo que sepas tantas cosas y que seas inteligente —decía acariciando el semblante de su amada —pero cállate y no traumatices a Jinsol.
Tras jugar con los delfines, bueno "jugar" más bien Mina alejada como diez metros de estos y tomar mil fotos desde la lejanía de su familia mientras que estas se divertían.
Fueron a ver otros animales acuáticos, como focas, pulpos, hasta tiburones. Todo era increíblemente asombroso.
Jinsol estaba más que contenta y sus ojos brillaban viendo a los peces pequeños colocando su diminuta mano en el cristal esperando a que los peces la siguieran.
—¿No te da miedo? —le preguntaba Hirai a su hija —mira el tiburón.
—¡No! ¡Es bonito!
—Todavía no has visto el mejor, mis amigos —sonreía Mina con su hija en los hombros.
—¿Quienes son tus amigos mamá?
—Son muy parecidos, los verás ahora que comamos algo —explicaba Momo caminando a su lado.
Las dos japonesas iban tomadas de la mano mientras que la pequeña Myoui iba en los hombros de su madre disfrutando del acuario y sus atracciones.
Le habían comprado un sombrero adorable de cangrejo, que acepto llevar a cambio de dulces, muchos dulces.
Todo marchaba bastante bien hasta que el tono de llamada de Mina comenzó a sonar y rápidamente se ganó una mirada de reprochó por parte de Momo.
Después miró a Jinsol que hizo un puchero, no le gustaba cuando llamaban a su madre pues sabía que tenía que contestar si o si.
Lo que más le molestó a Momo es que era su día libre y aún así la llamaban.
—¿Quieres colgar tú? —le acercaba el teléfono a su hija dejándole confundida.
—¡Sí! —bramó la pequeña colgando sin pensárselo dos veces.
—¿Les vas a colgar? ¿Y si es importante? —preguntó Momo mordiéndose el labio.
—No creo que sea más importante que estar contigo y con Jinsol.
Sin poderse contener más, Momo se puso de puntillas para besar por unos segundos a su esposa escuchando el "ew" por parte de su hija.
—¡Vamos a ver los pingüinos!
🤧🤧
Jinsol se había quedado fascinada con los pingüinos, hasta hizo a sus madres comprar un peluche de pingüino y una gorra también. Fue el animal que más le gustó de todos.
Cuando Momo le preguntó el por qué la respuesta de su hija fue rápida: "los pingüinos me recuerdan a mamá"
Ahora la familia Myoui-Hirai se hallaba en la cama, Mina veía las fotos que había sacado y Momo estaba acurrucada con Jinsol, las dos estaban empezando a quedarse dormidas.
Esas dos amaban demasiado dormir.
—Mamá, ¿puedes comprarme un pingüino?
—No, no se puede —soltó una risita Myoui.
No obstante, la pequeña guardó silencio esperando a disparar otra pregunta hacia su progenitora.
—¿Y un bebé? Quiero una hermanita.
—Oh no, eso no —abría los ojos Mina negando con la cabeza.
—Los bebés no se compran —dijo Momo bostezando.
Jinsol frunció el ceño bastante confundida pues no entendía entonces de dónde o cómo venía.
—Verás, cuando dos personas quieren tener hijos, un bebé sale como fruto del amor y...—Mina no sabía como seguir.
Trato de buscar ayuda de Momo, pero esta ya estaba profundamente dormida. Siempre le dejaba lo complicado a ella.
Pasó a mirar a su hija y tal y como supuso, Jinsol dormía plácidamente abrazada a su madre.
Mina no pudo evitar esbozar una sonrisa y sacaría otra foto de sus dos amores durmiendo, otra de tantas que guardaba con tanto amor.
🥰
3/4
Luego lo corrijo :)
STREAM PINK VENOM.
-Siguiente capítulo con trama principal o secundaria????
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