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FINAL

¿Y después? ¿Qué puedo decirles? luego de un mes y días mis tres bellezas salieron de la clínica. Des recuperada en un 80% pues las heridas emocionales tardarían en sanar. Addison y Alison sería un poco más difícil estarían en control de por vida, pero lograrían tener una vida estable. Una vida sin alcohol o restringido lo que eventualmente es un alivio para mí como su padre. No tendré dolores de cabeza producto de locuras de alcohol, pero al ser hijas de Des y mías, los dolores de cabezas serán una realidad que debo aceptar.

Mis padres por más que lo han intentado no han logrado convencerme de llevar a mi familia a vivir con ellos, sigue pareciéndome insano convivir todos en un mismo lugar. El penhouse era espacioso, seguro para ellas y estaría tranquilo sabiendo que estaban allí.

No volvimos a saber de Sergey, de Jedrek o ninguno de sus socios, mi contacto era William y cuando este no podía, enviaba de vez en cuando a uno de sus hijos. En cuanto a Brad, estuvo con nosotros el tiempo suficiente hasta que su hermana salió del estado crítico, sus documentos y los de su familia estaban al día.

Se fue y empieza a adaptarse a su nuevo hogar, dice que es un poco espinoso por las costumbres distintas, pero que Janeth está feliz y el niño igual. Dos cosas que asegura es todo lo que necesita para querer adaptarse y formar un hogar en un lugar en donde nunca imagino vivir. La otra era saber que su hermana estaba bien, era feliz y querida lo demás decía no le importaba.

Las cosas no marcharon bien de la noche a la mañana, luego de cuatro meses seguían existiendo conflictos. No obstante, la calma que me daba saber que mis hijas y mi mujer estaban conmigo, me permitían cierta paz y con ello lograr una solución a todos los problemas.

Contemplo la ciudad ante mí por los ventanales de la empresa, en unos días tendré mi primer viaje uno que me llevara mucho tiempo. Ello significaba que Des y las niñas estaría sola con Carla y Emilia como única compañía, dejarla solas por tanto tiempo me asustaba, el fantasma de Jedrek y Wladimir estaban latente en mis pensamientos.

Era algo que permanecería en mi mente para siempre, al igual que la manera en que fueron encontradas las tres ese día. Solo en pensar que pude perderlas si hubiese llegado unos minutos tardes, me causa terror.

—Deberías dejarlas en casa con mamá y papá —aconseja Matt quien me acompaña esa mañana en la empresa —estará acompañada y esa Trisha loca tendrá más espacio, dejará de dañarte los zapatos.

Sonrío girando un poco la vista negando la lucha entre él y Des, lejos de disminuir aumenta día tras día. Mi mujer no le perdona que casi se accidenta el primer día que lo conoció. No dejan de lanzarse dardos algunos divertidos, otros preocupantes, pero el alivio es que no pasan de discusiones e insultos.

—Si las dejo entrar... no salen—confieso apoyando una mano en el cristal —amo la libertad que me da vivir solo con ellas, con nuestros papás no será fácil Matt y lo sabes. El penhouse es la república independiente de Gregory Frederick—sentencio y mi hermano ríe divertido.

Él y su esposa están más unidos que nunca, realmente ha tenido un matrimonio más calmado que el mío. El único problema que enfrentan es que Aryana le da terror tener hijos, por lo sufrido con Des y su esposo la respalda. De todas maneras, la chica es joven tiene 24 años, pueden esperar un par de años más.

—Tienes aun problemas con mamá, por más que dices has dejado atrás el pasado, ambos aceptaron que se equivocaron... ¿Aun no le perdonas que no confiara en ti como lo hizo papá? —me pregunta.

Suspiro fuerte cruzándome de brazos, pensando en que de ninguna manera eso tiene que ver. Amo a mi madre tanto como a mi padre, no podría estar enojada con alguno de ellos por algo. Me dieron la vida, educación y estudio no existe una manera de pagarles a esa pareja todo lo que hicieron por mí. La decepción de mamá hoy día puedo entenderlas, ella tenía expectativas muy altas conmigo y ese escándalo la afecto (como a todos).

Hablé con ella, el día que supo la verdad de ese accidente fue por mis labios, mi padre me permitió ser yo quien lo dijera. Lloró al conocerla, por lo injusta que fue conmigo y todo lo que pasó. Habíamos limado asperezas, debía reconocer mi esposa y las niñas habían ayudado a eso.

No vivir en casa es solo por la privacidad que Des y yo tenemos al vivir solos como una familia

—Amo mi madre Matt —respondo tras una pausa —solo quiero convivir de una manera sana y segura con mi familia, cuando las niñas estén un poco más grandes y necesiten espacio para correr, quizás lo considere. —continuo —Des, no es una mujer convencional y temo choque con mamá, papá la adora con él no tengo problemas... en cuanto a mamá. —giro en su dirección y asiente al entenderme —no es que mamá sea un ogro...

—Le gusta ser obedecida y tu mujer no conoce ese verbo o ningún otro sinónimo —interrumpe y está vez no puedo evitar reír divertido —pero digo pensando que ambas se ayudarán.

—No pondré a Des como terapeuta familia— porque sería un desastre, me digo internamente.

Lo han enviado para convencerme, tras la partida de Isabella, se pensó que Emma al quedarse en la ciudad, viviría con ellos, pero no fue así. Ahora estaban los dos solos viviendo en esa mansión enorme, que en años anteriores permanecía repleta por todos nosotros.

Podría entender su soledad al vivir allí y una parte de mi corazón se arruga empezando a flaquear. ¿He sido muy testarudo u orgulloso? La mansión es tan segura como cualquier otro sitio nuestro, sigue diciéndome esa vocecita interior.

—Piensa que algún día tus hijas harán lo mismo con ustedes dos cuando te consideren viejo y obsoleto —dice levantándose y lo miro molesto, lo que ocasiona ría divertido. —Se educa con el ejemplo Gregory, ellas seguirán tus pasos y los de tu esposa... recuérdalo.

—¿Y tus hijos? Porque no tienes los tuyos y vives con nuestros papás...

—Buenos días —dice con voz cantarina mi mujer.

Entra trayendo consigo un coche rosa gemelo en donde yacen muy despiertas mis hijas. Vestidas de rosa ambas, con un outfit idéntico, hasta con coleta que recoge tres hebras de su rubio cabello en mitad de su cabeza. Como toda madre de gemelos los viste iguales, ya sea para confundir o sorprender a propios y extraños o para ufanarse que solo ella puede diferenciarlos.

Esta mañana salí de casa dejándolas dormidas, por lo que no pude despedirme, así que en este instante me miran con una sonrisa moviendo sus manos en mi dirección. Todo va de maravillas hasta que ven a Matt y hacen exactamente lo mismo, lo que nos produce risas a todos. Solo espero que al ir creciendo empiecen a notar diferencias, porque por más que la gente diga somos idéntico. Tenemos nuestras diferencias en nuestra forma de ser y ...

Física, sin dar mayores detalles a ello.

—Algún día les diré que pudieron ser mis hijas —empieza a decir tomando a Addison quien es la que le abre los brazos, pues Allison regresa su mirada a mí. —en esa entrevista, me hubiera enamorado de su madre y divorciado. Amaría en ella su orden, estabilidad emocional, lo prudente, su extenso y delicado vocabulario. Tu madre me amó en silencio y lo sigue haciendo. —termina de decir viendo a mi hija que lo observa atento.

Las cejas oscuras de Des, se arquean mientras avanza en mi dirección sin dejar de ver a su cuñado inmerso en hacer reír a su sobrina. No necesita mayor cosa para eso, pues ellas les basta cualquier gesto para reír.

—Sería interesante ver sus rostros cuando sepan que su "posible padre" —hace comillas en estas palabras y me hace un guiño al ver que la miro en silencio —por poco nos mata.

—Todo estaba controlado —comenta mirando a la niña, como si se excusara con ella —además gracias a eso, tus padres se unieron. Yo guie a tu madre directamente a los brazos de tu padre.

Mi hija ríe atenta a los gestos de su tío mientras que su hermana la busca con la mirada y una vez la ubica no le quita los ojos de encima. Suele ser siempre de esa manera, Alison busca a su hermana con insistencia, duermen tomadas de la mano o abrazadas. En un gesto inocente y angelical, pero que ante los ojos agudos del tío Omat encierra lo sucedido al nacer.

En las locas teorías del tío Omat, fue Alison quien tenía pulso y no lloro hasta no escuchar a su hermana hacerlo. Asegura nuestras hijas tienen el miedo de quedarse una sin la otra y por eso duermen abrazadas.

—Nunca escuchen a su tío, es falso y no es de fiar —réplica Des, tomando la mano de Ally quien solo le sonríe haciendo con ese gesto que sus ojos brillen vivaces.

—Creo que deben madurar —les advierto —ya no es gracioso y empiezo a preocuparme —continuó ambos me ven sin dejar de reír y miro a Des, quien no parece afectarle mi enojo. —¿Vienes hasta acá o vas a algún lugar? Recuerda que no debes salir sola...

—Jake está afuera con Trisha ¿Por qué no puede ingresar y Matt sí? —comenta con las cejas juntas.

—Yo estoy domesticado —responde de buen humor y ruedo los ojos.

Des aun uno se adapta a la forma de ser tosca del hombre, a ser vigilada se ha hecho a la idea porque sabes es por su bienestar.

—Hace su trabajo no tiene que ser lindo Des, solo eficiente —recuerdo señalando a mi hermano. —Matt tiene razón, Trisha no está domesticada, tampoco él, pero no se va a pis en todos lados... creo.

—Hay un evento y solo me lo dices en mensaje—me advierte sin dejar de reír ante mi comentario —quizás ustedes olvidaron como me trataron, pero yo no.

—Es distinto, en aquel entonces nadie estaba con ustedes aquí tu galán no quería nadie cerca tuyo —nos recuerda Matt —todos iremos el día de hoy, menos Isabella, será un evento familiar. Lo que no quiere decir que sean amigos nuestros o vayan a ser lindos con nosotros no te fíes, que aun no nos perdonan ser herederos del anciano Epson. —se apresura a decir y Des arquea aún más sus cejas —Si te hacen un comentario que no entiendes o del que tiene connotaciones de doble intención... Responde ¡Interesante! Arqueas esa ceja tal cual lo haces ahora, te verás intelectual, sin serlo—aconseja y veo como lo observa atenta, claramente cree meterá la pata. No confía en ella misma o es su aversión a todo este lujo lo que le hace tener sus reservas —si es algún comentario incómodo... Recuerda algún evento vergonzoso que en su momento te dio vergüenza y hoy te causa risa...

—O puede ser ella misma... —corrijo y ambos me miran —Debes ser tú mismo bebé, no tienes por qué cambiar tu forma de ser por nadie, yo estaré a tu lado en todo momento. Me importa muy poco la opinión de nadie allá afuera, más que la mía. Es la única forma de sobrevivir a esos buitres... Solo no...

—No decir groserías, lo recuerdo —me interrumpe y afirmo satisfecho al darme cuenta que recuerda esa conversación.

—Me alegro, —digo aliviado—tampoco me agrada dejar a las niñas solas Des, así que no vamos a dudar mucho tiempo allí —con eso logro calmarla y decide pasar el día en casa de mamá, de paso le ayudaran con el vestido adecuado para ese día.

Su cuerpo a vuelto a la normalidad, de una manera especial a mis ojos de envidia para las damas y caballeros. Su atuendo suele ser sencillo, no usa lujos, brazaletes o collares, la gran mayoría de la ropa que le compré insistió en devolverla y buscar algo que si usaría. Por fortuna la tienda estuvo de acuerdo y hasta feliz de poder ayudar a la que en adelante seria su mejor cliente.

Me tracé como meta, que no volviera a usar esos diminutos trajes para hacer ejercicios, salvo en casa y de ser posible en nuestra habitación. No podía olvidar los sentimientos obscenos que tuve al verle el primer día y odiaría que la vieran de esa manera cualquiera que no fuera yo. Me costó, peo lo logré solo eso, porque el resto sigue siendo ella y la amo por eso.

El resto del día se me va yendo al último día del juicio de Harris, los Doyle a través de ese oficial han logrado recolectar pruebas que lo liberan de toda culpa. Hace años lo acusaron se castrar al hombre que había abusado de su hermana pequeña. El infeliz acusó a Gonzalo de hacerlo y aseguró haber reconocido su voz, además que, lo había amenazado con hacerlo de tener la certeza que era verdad.

Quizás lo más aterrador de todo es que el agresor era hermano de su prometida y que esta le creyó a su hermano, eso hizo terminará esa relación. Uno de las tantas cosas que su pequeña hermana recordaba eran palabras hirientes sobre su color. La pequeña no tenía dudas de quien era su agresor, pero el poder que la familia hizo imposible meterlo en prisión, eran hijos de jueces importantes y eso pesó encima de cualquier cosa.

Observo a mi amigo relajado mientras un miembro del jurado le pasa al juez el veredicto. Lo conocí cuando fui a labor social en esa fundación de niños sin hogar. Coincidió en ser el primer día para ambos y nos tocó la zona del comedor, descubrimos ese día que los dos estudiamos en la medicina, en ramas distintas. Bromeó conmigo sobre el lugar que había pedido, le era imposible creer que alguien como yo supiera cocinar.

La sorpresa fue para ambos, porque no sólo sí sabía cocinar, también casi la mayor parte de las cosas del hogar. Estar en ese lugar era mi manera de olvidar los detalles narrados por mi madre sobre lo que fue su adolescencia y secuestro. Una parte de mi sentía que, al estar en ese sitio, mandaba un mensaje de agradecimiento al universo por cuidar a mamá y permitirle vivir pese a todo su dolor.

En adelante, hasta graduarnos acudimos juntos a ese sitio, una amistad que se vio fortalecido año tras año. Aún después de su caída en desgracia, porque le fue retirada su tarjeta profesional y pese a pagarle el mejor abogado, no fue posible recuperarla.

Escuchar al jurado declararlo inocente y libre de toda culpa, me hace mirar a su ex novia quien llora al saber que iniciarán un proceso en contra de su hermano. Quien castró a su hermano fue el padre de otra de sus víctimas, porque la hermana de Harris no era la única. He acudido a ese juicio siempre que puedo, es mi manera de pedir perdón por mi proceder.

En ningún momento he visto a Gonzalo mirar en dirección a su ex novia, de quien se no ha vuelto a tener pareja. Ella por su parte mira en su dirección con anhelo y no dudo que se lamente por no creer en la palabra de Harris, despreció a un buen tipo.

Harris es orgulloso y asegura que hace parte de las pocas cosas que siglos de esclavitud no le arrebataron. Gira en búsqueda de su familia quien le abraza feliz, la última en abrazar es a su hermana a quien toma en brazos y alza feliz. Una vez su mirada cruza la mía sonríe y agradece mostrando el pulgar arriba, y ofreciendo después el puño en mi dirección, gesto que imito antes de salir de ese lugar.

—Gregory —me llama al ver que estoy por salir y me detengo, se atraviesa en mi camino haciendo a un lado a sus antiguos compañeros que como yo no querían ver ese momento en primera fila —gracias por venir, les agradezco todo el apoyo, las palabras dichas ante la sala, a todos muchas gracias —nos dice y sonreímos en respuesta —puedes escoger la fecha que quieras para el bautizo y gracias por esperarme a ser declarado inocente.

—Sabía que lo eras, pero entiendo que era importante para ti todo esto —le digo mientras su ex pasa por nuestro lado y en ningún momento Harris le dirige la palabra.

(...)

Era nuestra primera salida juntos de manera formal como matrimonio, también la primera vez que dejamos a nuestras hijas ambos.

—¿En serio no me puedo quedar en casa? —me pregunto por enésima vez la observa divertido.

El terror continúa allí, el miedo a ser vista como inferior también, dice conservar en su mente las miradas de lástima y desprecio que le lanzaron meses atrás. Por más que he intentado calmarle y decirle que la situación es distinta y que no voy a permitir el rechazo.

Sigo teniendo sus dudas.

—No voy a despegarme de ti pierde cuidado —le digo tomando la mano y la siento suspirar.

El evento era para recolectar dinero para los niños con cáncer, una labor que tenía una tía de papá, hermana del abuelo Matt y heredada por una de sus hijas. Mi padre solía decir que era una manera de que su nombre sonara de alguna manera, porque ninguno de ellos era altruista. Dudaba que el dinero recolectado llegara completo e imagino él tendría sus motivos para decir aquello.

Una vez el vehículo se detiene frente al lugar y decido bajar primero, mientras ella toma el valor de hacerlo. La experiencia me dice que me irá terriblemente mal, si la acoso con salir. No me extraña al ver a los de siempre con sus cámaras y micrófonos, no han cedido en las especulaciones y habladurías, dudo que algún día lo haga.

Lo que si puede ocurrir es que Des, viva sin que le importe.

—¿Lista? —pregunto al verla abrir la puerta del vehículo y me sonríe.

Cruzamos la entrada sin detenernos a responder preguntas, evadiendo las preguntas indiscretas o de doble sentido. Una vez lo hacemos suelta el aire aliviada y sonríe.

—No sabría que responder si me preguntan por mamá o alguno de mis hermanos —me confiesa y la tomo por la cintura mientras la guio al interior del lugar.

—No responder, también es una respuesta —digo.

—Creo que hoy seré la envidia de muchas aquí —dice una vez hemos llegado al lado de mi familia, quienes nos ven llegar con una media sonrisa.

Yo estaba lejos de ser el hombre perfecto, en ese lugar habían mejores que yo, en todos los sentidos, pero ella me miraba como si no existiera nadie más en el mundo.

Como nadie me había mirado nunca.

Sonrío a mi mujer quien le dice algo a Jasón y este ríe feliz mientras la alza en brazos. Ha logrado que todos la vean como una hermana más y mis padres como una hija.

—¿Quieres saber que me dijo? —me pregunta Jasón y niego recibiendo la copa de manos de mi padre —le pregunté ¿Qué es lo más difícil de ser tu esposa?

—No quiero escucharlo —le advierto y todos ríen —pero se cuál es la respuesta —ante su ceja arqueada continuo —fingir que entiende de negocios, tanto como yo de crochet.

—¿Y si te pregunto lo mismo?

—Me acojo a la quinta enmienda —respondo tomándola de las manos y yendo con ella a la pista de baile, mientras mi padre y madre ríen divertidos.

Cualquier cosa que responda puede y será usado en mi contra, ante todo soy un hombre que sabe los peligros que corre al mencionar los defectos de mi mujer.

¿Era la más hermosa del lugar? No, no lo era ¿La más perfecta, educada, de buena familia? Tampoco, pero era la mujer más valiente que conozco. Desiré me enseñó a ser fuerte a reír aun cuando todo se desboronaba a hallar maneras de conquistarla que no fueran los regalos costosos, a mejorar como ser humano. Gracias a ella y solo por ella, logré ver el mundo de una manera distinta, a romper prejuicios.

Desiré Frederick, me salvo de una vida de llena de miseria, me tendió la mano, limpió mis heridas y ayudó a sanarla, aun cuando las de ella sangraban más que las mías.

Esa era mi esposa, la mujer más rica del mundo, porque no toda la riqueza es material.

—¿Se puede saber de qué te ríes? —me pregunta al ver que la miro sonriente.

—Quiero regresar con mis hijas y puedo escuchar las burlas de Matt...—confieso y asiente.

—¿En media hora?

—Más o menos...

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