Capítulo 9
Gregory
—Disculpe hacerlo llegar tan temprano señor. —habla el doctor al verme entrar.
Recibir temprano la llamada del hospital no es la mejor manera de comenzar el día. Tras los saludos iniciales y de expresarle que debo salir en algunas horas de viaje, decide ir directo al grano. Me extiende una carpeta con el nombre de Desiré Duffy y empiezo a entender el motivo de mi llamado.
Inclino mi cuerpo hacia delante para recibir la historia clínica, inicialmente no encuentro mayores datos hasta que tropiezo con lo que el doctor quiere mostrarme.
—No hemos podido bajar el riesgo, consideren la posibilidad de interrumpir el parto...
Llegó de la isla deshidratada, con anemia, salió de la clínica con la orden de estricta vigilancia y supervisión médica. El asalto recibido la encontró en un estado de salud deplorable eso, la anemia, deshidratación y la herida infectada tiene en riesgo su embarazo.
Intentar convencerme que ella interrumpa el embarazo es una pérdida de tiempo y se lo hago saber, no hay manera que yo vaya en contra de su voluntad, menos que ella obedezca. Necesito hablar y contarle lo que está sucediendo, se cuál será la respuesta, aun asi ella necesita saberlo.
Me despido del hombre sin darle respuesta, no es una decisión que deba tomar solo. Mis padres y familia saben el diagnóstico, mi hermano Jasón también, porque es quien tiene a cargo la seguridad de todos y de Des.
Tengo un sentimiento de culpa, debido al día que supe su estado me vi deseando que ese embarazo no se diera o que el niño realmente no fuera mío. Las cosas son distintas cuando lo tienes allí en tus manos y sabes no solo perderás dos vidas, también la salud mental de Des.
Avanzo por los pasillos hasta llegar a su habitación, abro la puerta y la veo dormir, está cubierta con la cobija hasta la cintura. ¿Debería preocuparme su
comportamiento? Me hacia esa pregunta desde ayer cuando estuché toda la conversación con Zia. No había negado nada cuando la acusó de embarazarse para atraparme. Lo único que me hacía dudar es que no quería casarse, aunque podría ser simplemente una estrategia.
La observo dormir por unos diez minutos, recostada de medio lado y abrazaba su vientre, sonrió al ver ese gesto. Durante el ataque también protegió a los bebés, tiene varios golpes y heridas en su cabeza, brazos y espalda producto de ello. Ella no quiere perder a sus hijos ¿Cómo le digo que solo hay un porcentaje muy bajo de llegar a feliz término su embarazo? En el mejor de los casos uno de ellos nacerá y solo siendo optimista. Unas manos en mis hombros me hacen alzar la vista y veo a Jasón, mi hermano, me señala la puerta y me indica seguirle.
—¿Ya le dijiste? —me pregunta una vez estamos los dos solos en los pasillos.
—¿El qué? ¿Que nuestros hijos pueden morir o que debemos interrumpir el parto? —susurro y mi hermano me mira sin decir nada —Estaría aterrada, no quiere repetir la historia de su familia y no tengo el valor para verla destruida ya ha sufrido mucho ...
—Lo he leído —habla cruzandose brazos —la prensa dio un informe detallado de quien es ella, su madre, hermanos, etc.
Firme ante mí con la pose militar típica es el vivo retrato de mi padre en una instantánea que reposa en su estudio. Ha llegado hasta el hospital con el uniforme militar, sin escoltas y solo con su arma de servicio.
—Hasta del hermano que encontraron muerto —continua —fue vendido por su madre, a los cinco o seis, rescatado por su padre y luego fue a dar a servicio social en vista que su padre cayera en prisión. Hicieron bien su tarea Gregory.
—Se quién pudo ser.
El infeliz de su ex novio que trabaja para Vasilé y Madison, solo él pudo dar tanta información y ella la está usando para destruirme, tal cual era su deseo hace años y no lo logró. Jasón apoya su cuerpo en la pared, intenta hacerme saber que lo mejor es que lo sepa y de esa manera ella ayudaría a cuidarse. Sin embargo, algo me dice que esa verdad tendrá el efecto contrario.
—¿Quieres decirme quien fue? —me pregunta y niego. —Madison otra vez, pero ¿Quién le dio tanta información?
—El exnovio de ella le debe mucho dinero a su padre —confieso —por el momento eso no me quita el sueño, me preocupa es ella.
Ya vendrá el momento de arreglar cuentas, por el momento no tengo como relacionarla con el ataque de su novio. Este dijo que fue idea toda suya, un pleito de novios que se salió de control y lo dejaron libre.
—Yo no subestimaría el poder de esa mujer Gregory.
No lo hago, solo me concentró en aquello que requiere más atención y de momento esa es Des, parece decirle mi mirada.
—Des es más importante —insisto —que no tenga por ella ese sentimiento, tengo que desprotegerla, está esperando dos hijos míos.
—Ese sentimiento es... ¿Amor? —me pregunta con sorna —¿Eres de los que luego de un tropiezo amoroso no crees en el amor? Te han roto el corazón en mil pedazos, como dice aquella canción...—su comentario y la manera tan teatral de decirlo me saca una sonrisa como él sabe hacerlo.
—Cada uno de esos pedazos se ha quedado en la cama de alguna señorita —respondo sin verle —a todas las he amado de maneras fugaces una noche y luego ... adiós. —alzo las manos y las sacudo al aire.
—¡Insensible!
—Fui todo con ellas menos eso —le advierto y guardo silencio al ver su habitación. —no sé si decirle, conozco su respuesta.
—Si pierde a los bebés y se entera que lo sabias, te va a señalar como culpable Gregory —aconseja.
Guardo silencio y miro hacia su habitación ella empieza a moverse y a estirarse. Debo viajar y esta vez será un largo viaje ella se va aburrir sola y encerrada en esas cuatro paredes no es buena idea no cuando ella es tan... Especial, por darle un nombre sencillo.
—¿Pensaste alguna vez estar asi? Imagino que si porque joven no eres...
—Gracias Jasón por recordarme mis años.
No estaba planeado tener hijos, no en estas décadas, de ella sólo me atraía su cuerpo, porque su comportamiento altanero y grosero le quitaba simpatía. Sin embargo, la realidad aquí es que está en embarazo, son mis hijos y mi obligación es que ella esté bien.
—Greg...
—Hablaré con ella ¿Puedes llevarla al penhouse? —sonríe mirando hacia el interior.
Ya se ha despertado y está por bajarse de la camilla, se quita la cobija y me quedo contemplando su cuerpo. Lleva puesto un conjunto parecido al que llevaba el día que casi la atropello, el de hoy es rojo. Piernas al aire y escote pronunciado, camina en zigzag tocándose la cabeza y suspiro fuerte al saber que ha llegado la hora de enfrentarla.
—Yo debí quedarme con ella esos meses, era mi isla y fue mi idea...
—Guarda tus comentarios Jasón —advierto al ver que la mira con ojos cargados de deseo. —iré a despedirme.
—Puedes ir confiado, yo me quedaré con ella todo el tiempo que desees —en respuesta sonrió.
No tiene idea de lo malcriada, altanera, peligrosa y grosera que puede llegar a ser. Debería advierte, pero por su culpa estoy en esa situación, así que me la debe. Paso una mano por mi labio ante el recuerdo de la noche anterior y sonriente entro a su habitación.
—Buenos días, Des. —saludo y escucho ruidos en el baño — ¿Podemos hablar? Hay alguien que quiero que conozcas. ¿Des? —la llamo al escuchar las arcadas —¿Todo bien?
—No, nada está bien. —dice entre sollozos —debí masturbarme. —se queja y resoplo fastidiado, cuando creo ella no puede ser más vulgar, sale con estas.
La risa en la puerta me dice que Jasón me ha seguido y que la burla por la prometida que el destino me ha enviado será inmensa. Alzo el dedo índice al escuchar que la risa aumenta y ello debería ser motivo de peligro para él, pero no es así.
—¡Me encanta!
—¿Puedo entrar? —pregunto ignorando a Jasón.
—...—no responde y las arcadas siguen.
Se supone que necesitamos privacidad, pero eso no existe dentro de esta familia, tomo un vaso lo lleno de agua y decido arriesgarme
—Ok, voy a entrar —advierto, pero las puertas se abren en ese instante.
Retrocedo asustado ante la imagen de la mujer que sale de allí, cabello enmarañado, ojos hundidos, ojeras y enojada. Me hace a un lado ignorando que le extiendo un vaso y camina tambaleante hacia la cama. Dejo el vaso a un lado y la cargo al ver que esta por caer.
—No me siento bien —la dejo con cuidado en la camilla y me mira un instante sus ojos marrones tristes se posan en Jasón y luego en mi —tú debes ser Jasón.
Mi hermano da un paso a delante y se acerca a ella extendiendo las manos, que golpea y la retira de su vista enfadada. Empezando a hablar en español, y por su rostro son insultos la única diferencia es que mi hermano la entiende y sonríe. Yo solo escucho un cacareo, al parecer esta vez sus ofensas son distintas.
—Si soy yo, —se presenta sin dejar de reír con una mano en su bolsillo —jamás me han insultado tantas veces, ni en mi primer año de servicio —el parece divertirse por cada palabra que ella le da y le responde algo en español que la hace guardar silencio y luego verme enojada.
—Lo que sea que te dijo te está mintiendo —le advierto señalandolo.
—Fui el causante de enviarte a esa isla —traduce Jasón y sé que no es todo —pero la equivocación de chica culpa de tuya... Te espero fuera.
Su vista viaja a uno y a otro, pero esta pálida ajena todo lo que me rodea. Antes que nada, le explico que apoyaré cualquier decisión que tome y lo que yo opine no importa solo su salud y que esté bien es lo que cuenta. El que nos llevemos a como perros y gatos no evita que desee protegerla a ella y a los bebes.
Sus ojos de clavan en sus manos que reponsan en estos momentos en su vientre que ya empieza a notarse. La calma con la que recibe la noticia me asusta, no hay reacción en ella y hasta da la impresión que le estuviera contando algo banal.
—¿Es lo que quieres? —pregunta luego de una pausa y niego —sería la respuesta a tus ruegos.
—Y a los tuyos, pero ninguno de los dos somos asesinos —replico y asiente —son mis hijos también Des.
—Bien, —dice a sintiendo y alzando la mirada hacia mí —¿Cuando me iré a tu casa?
Le manifiesto que esta tarde, pero que yo no podré ir con ella, mi familia lo hará. Creo que es la primera vez desde el día que encontró frutas y agua que hablamos sin enojarnos. No conocería a Matt, tampoco a Emma o a Isabella, no por estos tiempos. Emma no llegaba más que vacaciones, Isabella siempre andaba en su mundo de aventuras y rebeldía, mientras que Matt aún estaba de luna de miel.
—¿Bromea? —niego y sonríe.
—Evade a mi padre, por lo de la isla. —confieso.
Papá no suele enojarse con Jasón, es de los pocos que hace las cosas que se le dicen o acepta consejos. Jasón es el cerebro de la familia, quienes conocieron a mamá desde joven, suelen decir que es la versión masculina de ella, rubia y sin buena voz para el canto, pero inteligente.
—Deberás cuidarte —digo y baja el rostro—Des, sé que estas acostumbrada a ser independiente, pero lo mejor es que te cuides.
—Lo haré ¿Se va a demorar? —pregunta y no sé qué responder.
Si no fuera tan delicada su salud o la de los niños le diría que me acompañara, pero no deseo arriesgarme. Mis viajes suelen ser de semana o dos, algunos de ellos son un poco más largos, este es uno. Jasón no estará todo un mes con ella y eso me lleva a pedir ayuda a mis papás.
—Solo es una pregunta insignificante, señor Frederick... tampoco es para que me diga su itinerario de viaje —responde de buen humor —¿Qué mujer no quiere estar sola en medio de lujos y mucha comida?
—Tu —le respondo y tomos sus manos —es hora que me llames por mi nombre o no nos creerán, repite... Gregory. —junta sus labios y achina sus ojos en búsqueda de quien sabe qué y niego —repite Des ...Gregory o Greg, cariño, mi amor, mi cielo, o mi semental —sigo y la veo negar, pero hay rastros de sonrisa en sus ojos y hasta labios.
—Es difícil, usted es todo Fino y elegante —habla mirando su ropa —Míreme, estoy vestida con ropa cara y no dejo de decir tonterías.
—Eres como debes ser y nunca voy a pretender cambiarte... solo te pido no digas groserías en público —le advierto y sonríe —por lo demás, puedes ser tú las veces que quieras, no me interesa el qué dirán.
—Feliz viaje Gregory —asiento ante lo bien que suena su nombre en sus labios y su sonrisa se amplía al ver la mia —puedo ser buena niña...
—Dos cosas imposibles, que yo pueda verte linda... como buena y como niña —beso su frente antes de levantarme y toco su vientre—no hagas enojar a Jasón, odia ser desobedecido y...
—¿Es consciente que voy a ignorar todas tus advertencias? —pregunta.
Si, también que hará todo al revés de lo que le dije y eso me permitirá vengarme de mi hermano.
—¿Cómo te fue? —pregunta este al verme salir de la habitación de Des.
—Continuaremos con el embarazo—digo— no quiero tu opinión, solo tu apoyo —exclamo de mal humor y guarda silencio al sentir mi turbación.
—Ella está en peligro—me recuerda —no es una decisión inteligente, pero tienes mi apoyo.
—Solo necesito escuchar que cuento con ustedes, yo no estaré todo el tiempo que ella necesita—mis palabras salen cargadas de enojo y miedo.
Enojo por saber que quisieron ensañarse con alguien inocente y miedo porque ella o los bebés están en peligro por la misma razón. No puedo ni quiero obligarla a hacerlo, a mí tampoco me agrada matar a mis dos hijos y me pego a la esperanza de ese 20%. No la dejaré sola en esta lucha cuando yo soy tan responsable como ella, sin importar que no seamos compatibles.
—No tienes que decirlo, sabes que cuentas con todos. —habla yendo a la habitación de Des —La prensa está afuera Gregory, se prudente, yo me encargo de ella.
—Ten cuidado con lo que haces o dices —advierto—Des no es una mujer común.
—Me di cuenta—responde avanzando.
—Espero no subestime a Des y aléjala de la prensa —pero ya ha entrado a la habitación y cerrado la puerta tras él con una sonrisa.
Antes de salir, inspiro una gran bocanada de aire. No he leído nada, no desde el comunicado de empresa, pero imagino todos los titulares. La ausencia de TV en su habitación se debe a eso y ella no parece importarle porque no me ha dicho nada al respecto.
Salgo y los veo a todos, a los de siempre e incluso uno que otro nuevo, caminan hacia mí, como insectos a la luz. Empiezan a bombardearme con preguntas de todos los tamaños, tiempo de noviazgo, diferencia de edad, los motivos de estar en la clínica, si me comprometí por su embarazo, los diez años de diferencia, si fui consciente del oficio de su madre. Mis hombres abren paso entre los micrófonos, grabadoras y hasta móviles en un instante pienso irme, pero algo me hace detener.
—Es hora que tengan un límite—propongo enfrentándolos a todos y en segundos tengo a todos los micrófonos cerca de mi rostro —sus comentarios y notas han causado daño en nuestra familia, no tengo que dar nombres, creo —continuo y alejo un micrófono que está muy cerca de mí molesto. Los diversos rostros impasibles van adquiriendo un tinte molesto a medida que el tono de mi voz y mi discurso cambia —tengo a mi prometida en delicado estado de salud, ella y su embarazo están en riesgo, pero eso no parece importarles. La crónica amarillista de siempre, aquella que le importa más la vida privada de los Frederick a lo que hacemos por este país tiene una nueva presa y al igual que mi hermana pretenden destruirla. Si centraran su atención en crónicas más importantes que los Frederick, sus amantes o quien nos acostamos u amanecimos, que comimos, en donde y por qué, sin dudas su miserable vida sería mucho mejor. Ahora, pondré a todos mis abogados a leer cada uno de las crónicas que han hecho sobre mi futura esposa y todo aquel que haya escrito o dicho algo que no pueda sustentar se enfrentara conmigo en los juzgados. —giro para entrar al vehículo y la voz de un periodista me detiene.
—¿Está diciendo que su prometida no trabaja en un club? ¿Qué su madre no vendió a sus hijos? O ¿Qué los que tuvo son productos de su oficio? —retrocedo una vez más, pero no hay nadie en ese grupo a quien señalar asi que sigo hablando en general.
—¿Pueden demostrarlo? —pregunto y todos me miran sin decir nada— Ha llegado la hora de ponerles un pare, porque por su causa uno de los míos estuvo a punto de morir y hoy día no puede llegar a este país sin que ustedes no cesen sus hostilidades.
Entro al auto sin poder contener la furia y golpeo con el puño cerrado las puertas de la limosina, los recuerdos desbordan mi mente, pero los sacudo una y otra vez. El sonido de una notificación me hace mirar la pantalla del móvil y leo el mensaje recibido.
"Nunca te rindas, cuando todo parezca caerse a tu alrededor y tenga ese tinte oscuro que algunos ven como el anuncio de tiempos difíciles, no te rindas. Presiona el corazón del inocente que deja de latir en un instante, no dejes de hacerlo, que inspire el aire de aquel que creyó no lo amaría y desiste solo cuando el llanto de las hadas te anuncie la llegada de vientos de cambio, nuevos y hermosos"
Te quiere,
Tu tío Omat Bradford.
—Enigmático, extraño y hasta profético ¿Debo preocuparme? —escribo y envió el mensaje y la respuesta no se hace esperar lo que me hace reír.
"Solo debes recordarlo. Nos vemos pronto"
Releo ambos mensajes mientras me estoy bajando del auto y no entiendo nada de lo que escribe, como todo lo suyo. Aun así, decido dejarlo allí para que mamá me lo interprete.
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