Capítulo 28
Gregory
"Mis hijas" Pienso al contemplar las dos figuras pequeñas detrás del cristal, dos partes de mí que se convirtieron en mujer y desde ya, hacían que toda mi vida tuviera sentido. Se dice que hay dos momentos importantes en la vida de una persona, cuando nace y la otra cuando nos enteramos para qué. Gregory Frederick, viviría por y para hacerlas felices, a ellas y a su madre. Nacieron con problemas respiratorios y falla cardiaca, sumado a esa situación, el lugar en el que dieron a luz no era higiénico, por lo que tienen problemas en la piel.
Y su madre... ella era otra historia...
—¡Aquí estas! —expresa papá quien viene con mi madre—¿Qué te han dicho de tu esposa? —suspiro fuerte y pesado apoyando ambas manos en el cristal, recordando todo lo que me han dicho.
Papá ya estaba mejor, dos días después de ingresar había salido sin mucha complicación y bajo estricta vigilancia médica. Aun no iba a la empresa y no solo por su estado de salud, sus nietas y Des ocupaban casi todo su tiempo.
—Perdió mucha sangre, está débil le han hecho varias transfusiones —empiezo a decir y trago fuerte. —tiene fracturada dos costillas y una vértebra.
Hicieron todo lo posible para verla destruida. Empuño las manos al recordar los motivos que se cree causaron el daño en mi terremoto. Papá toma una de mis manos al ver que tiemblan considerablemente, no hay un diagnóstico definitivo, pero es posible que no volvamos a tener hijos.
—La golpearon y arrojaron al suelo, embarazada—digo y niego cerrando los ojos con fuerza —tiene heridas en el cráneo... tiraron de sus cabellos...
—Estará bien, es una chica fuerte y alegre —habla señalando a mis hijas —las tiene a ellas, a ti y a todos.
—Es hora que hables con su hermano —niego con vehemencia sin ver a mi madre y observo como apoya su mano encima de la de mi padre —él es su única familia cielo...
No lo quiero cerca de Des, la abandonó cuando más la necesitó, buscó el bien suyo y no el de su hermana. Si bien, ella adora a Brad, por lo que hizo por ella y lo puedo llegar a entender, el comportamiento de ese hombre hoy día está lejos de ser el que ella siempre describe.
—No seas orgulloso Gregory, debes aceptar que el hombre fue sabio al pedir estar lejos —me reprende mi padre y lo observo enojado —¿Qué sería de ti o ella, si la prensa supiera de él? ¿Lo has pensado?
Fastidiado porque lo defiendan decido canalizar mi rabia observando a mis hijas, quienes se han despertado. Aprovechó mi situación y la usó a su favor, actuó como un criminal, como lo que es. Una enfermera entra al sitio y me saluda alzando su mano y sonriendo, antes de iniciar mi día, suelo darles los buenos días a los que se convertirán en los tres pilares de mi vida en adelante. Su madre aun no abre sus ojos, pero pronto lo hará y verá que todo el dolor causado y lo fuerte que fue al soportarlo, ha valido la pena.
—Tu padre tiene razón, quizás pidió alejarse por salvar la reputación de su hermana—replica mi madre y ambos siguen sosteniendo mi mano. —él te avisó en cuanto supo que ella corría peligro, te pidió protegerla. Actuó en contra de sus leyes y si eso se sabe, está en serios problemas Gregory.
Sigo en silencio contemplando las manos de mis padres sostener las mías mi mirada viaja luego a mis hijas dentro de esas incubadoras. Cuando pienso en todo lo que Des tuvo que soportar para que hoy podamos tener a nuestras hijas, me hace amarla aún más.
Si es que eso es posible, cada día que pasa descubro que Desiré Duffy fue mi más hermosa equivocación.
—Ten cuidado con esa carretera llamado orgullo —empieza a decir mi padre—el camino parece limpio, fue construidas con la pala de la prepotencia, la mayor parte de ellas con nuestras mismas manos. —continua —no te confíes al andar por ese camino, en menos de lo que crees vas a caer y cuando el orgullo te suelta... el dolor es fuerte.
—No es orgullo—me defiendo —se trata de un hermano que no la ha llamado, sabe que tiene problemas con su embarazo. El día que me alertó, le dije que si quería hablar con ella y se negó.
—Jedrek no se va a quedar simplemente lo que causó, ese chico y su familia es su siguiente víctima —que lo diga mi padre debería alertarme, nunca ha visto algo mal en Jedrek, supongo que lo acontecido cambia un poco la opinión que tenía sobre él.
Buscaré a la anciana amiga suya, aquella que solía darle la bendición cada que salía, le enseñó a tejer como método de estrés. La reprendía continuamente por estar con Marcelo e incluso por irse a vivir conmigo.
—No me ha llamado —me excuso y mi padre alza una ceja divertido. —cuando lo haga y me diga que desea hablar con Des o verla... no se lo negaré.
Terminan su sermón diciendo que no me casé solo con Des, sino con su hermano, la esposa de este y su hijo. Mi padre asegura que sabe cómo me siento, vivió algo parecido cuando conoció a mis tíos.
—Eran seis y tu solo tienes uno—dice en tono burlón, lo que hace reír a mi madre —me golpearon el primer día en que los conocí por ... ¿Por qué fue? —pregunta a mamá y esta se alza de hombros divertida.
—No sé, cuando llegué ya te habían golpeado —comenta y los veo sonreír por lo que imagino es el recuerdo de aquella época.
—¡Ah sí! —murmura alzando su mano y alejándola de la mia — Por cuestionar si eran hermanos o no, luego insinuar que venían en búsqueda de dinero.
—Tú no te quieres — digo y en respuesta se alza de hombros —¿Hace cuánto de eso?
—Mucho, pero recuerdo que golpeaban bien —murmura acariciando su mejilla.
Recuerdo el nombre de las niñas y se supone son ellos quienes deben proporcionarlos. En un inicio se rehúsan por considerar que Des quizás quiera darles los nombres, ya que es posible serán los únicos bebes que tengamos y niego.
—Hemos pensado en Addison y Allison, pero nos gustaría hablar primero con Des —insisten y les veo las dos pulseras en su mano.
Por lo que una idea llega a mi mente, ella podría escoger como llamar a cada una. Estaba complemente seguro que no figuraba problema para Des que mis padres les dieran el nombre a las bebés. Ella estaba emocionada por eso, decía que era una muestra que amaban a sus hijos al querer estar presente en algo tan intimo.
Des, si supieras lo controlador que suelen ser... no querrías vivir con ellos.
Una enfermera nos permite la entrada, llevan una semana en este lugar y han causado cierto revuelo. Tienen el cabello dorado y hermosos ojos verdes que han maravillado a todos en el lugar. La emoción de tenerlas en brazos es la misma de la primera vez o quizás más intensas, los latidos de sus pequeños corazones, su cuerpo encogerse o ese sonido mágico que sale de su garganta, es magia para mí, son el motor para seguir adelante y no rendirme.
Necesito ordenar su habitación y la nuestra, buscar a la señora Julia para que Des no se sienta sola, también para que me ayude a prepararla cuando tenga que decirle que probablemente no tendremos más hijos.
(...)
—Gracias por recibirme —agradezco levantándome de la silla y ella hace lo mismo —espero no ser inoportuno, sé que usted tiene cosas que hacer.
—Nada es más importante que mi niña y estoy en deuda con usted por todo lo que hizo por mí—me interrumpe tomando mis manos y las aprieta con fuerza—me siento halagada porque usted me considere parte de su vida, que me ayudara como lo hizo y si le parece correcto, me gustaría lleva a Jaz. La pobre no se siente bien consigo misma desde que le dijo a Des que no podían verse más.
Le digo que no tengo problemas con eso y entonces descubro porque la chica no quería hacer popular su casa o a su marido. Era un ex traficante de drogas, que hizo un trato con la justicia norteamericana y tras divulgar el lugar de sus socios, pidió acilo en ente país. Imagino que esa historia Des no la sabe, pues de saberlo hubiera entendido a su amiga y no se sentiría tan mal.
Me despido de la mujer quien promete llegar a verla en cuanto le diga ha despertado y salgo de la casa. Antes de entrar al vehículo retrocedo y observo la casa en la que vivió mi mujer hasta los dieciocho. Si alguna vez alguien me hubiera dicho que en ese lugar viviría mi esposa, la futura madre de mis hijas a quien amaría.
Probablemente me hubiera burlado de su osadía, pero en cuestiones del amor no hay nada escrito. Hoy por hoy y con todo lo vivido con Des, pienso que amar no es simplemente ser fiel a no, que esa persona solo te quiera a ti. Es tener la seguridad que esa persona estarán en los momentos difíciles y se abrazaran en los peores, se dirán las cosas duras cuando necesiten saberla. Contar con su apoyo y su fuerza que complementa la del otro. Amar y ser amado es sentir paz cuando estas con esa persona y lo más importante tranquilidad cuando estas lejos. Saber que esa persona estará para ti siempre y poder despertar cada mañana con la certeza que no estás solo.
La madurez emocional que he tenido en estos once meses, me ha hecho abrir los ojos ver lo maravilloso que es amar a alguien y tener la certeza que eres correspondido sin importar tus defectos. El sonido del móvil me saca de mis pensamientos y entro al auto al ver que es Brady.
—Brady —saludo simplemente al escuchar su saludo —¿Qué puedo hacer por ti?
—Solo dime que ella está bien... debe estar sufriendo por la muerte de sus hijas. —solloza y decido dejarlo hablar, cuestionando todo su comportamiento, pues aún me resulta alguien de cuidado—prometimos ambos no ser como mamá... nunca, yo le fallé, dije que la protegería siempre —susurra y escucho su voz nerviosa, baja. —no te mentí Gregory, te dije lo que escuché. Solo necesito saber que ella está bien.
—Eso no importa ahora Brad, no te preocupes Des y las niñas están bien —digo para calmarle y lo que sigue es su llanto descontrolado —¿Dónde estás? —pregunto porque las voces que suelo escuchar siempre no están.
—No sé —susurra, — logré salir de la mansión con Janet y el niño. Hermes me alertó.
—Pensé que estabas con él —digo y niega.
Alguien no le dio el pase a ese grupo y ahora entendía el porqué, era cuñado del hombre de quien Jedrek quería desquitarse. Sergey, había intentado por todos los medios detenerlos, pero le fue imposible. Imagino que la única forma que podría hacerlo, era decirle la verdad a su hijo y él no estaba dispuesto a ello.
—¿Hermes sabes dónde estás? —pregunto y lanza un sí casi inaudible pues teme por que le hagan daño a su hijo —¿Estás dispuesto a salir de esa vida?
—Ya lo intenté...
—No te pregunto si lo has intentado Brad—le interrumpo —¿Lo quieres o no? —insisto?
—Esto no ha acabado Greg, Jedrek está lejos de querer detenerse—suplica y yo lo sé, pero tengo como responder, el me mostró su verdadero rostro —¿Qué tengo que hacer por ti a cambio Gregory? —pregunta ante mi silencio sonrío victorioso.
—Que vengas a ver a tu hermana y se lo digas personalmente —le aclaro. —Nada le haría más feliz que saber su hermano, aunque lejos de ella está por fuera del mundo al que cree entró por su culpa.
Tengo como sacarlo, el cincuenta por ciento del dinero y posesiones de Sergey eran de Epson Frederick, que mi abuelo y padre nunca quisieron se les entregara, pero que de pronto se me da la gana de exigirlas. Solo para que sepan el tamaño de la estupidez que han cometido, somos los líderes en el mercado y nuestra única competencia (Tomasevic), creció gracias a que Epson apoyó al turco subestimando su potencial.
Podría si me lo proponía pedir la cabeza de Sergey, acudiendo al simple hecho que pese a ser su apoyo más importante, puso en riesgo a mi mujer a mis hijas y me negó el derecho de tener más hijos. Una sola llamada por parte de papá al turco, sería suficiente para obtener su apoyo, porque si bien, el riesgo hoy fue nuestro, el día de mañana puede ser él, sus hijos o hijas.
—Jedrek dejó un puesto en territorio árabe... —empiezo a decir y me escucha atento y hasta le dice a su esposa. En segundos la pareja me escucha atenta.
Des
Cuando Brady discutió con mamá, por intentar venderme ella lanzó unas palabras que marcaron mi adolescencia y posterior madurez.
"—Estás perdiendo el tiempo en protegerla verás cómo a los 18 se irá con el primero que le caliente las orejas y le hablé bonito. —decía mientras las venas de su cuello se inflaman por la indignación de ser sacada a la calle por su propio hijo. —nació del vientre de una puta, es una puta y contra eso no puedes luchar "
En respuesta mi hermano sosteniendo la puerta con furia contenida, mientras Cas y yo llorábamos cada una en un rincón, porque ni eso podíamos hacer juntas, le respondió" —Te demostraré que puedo ser mejor madre que tú y Des nunca tendrá que usar su cuerpo, como mercancía de poco valor que se vende en las esquinas tiradas en paños mugrientos".
Con un bolso y dos maletas salió de nuestras vidas para jamás volver. Nunca hizo por verme o buscarme en la escuela, Cas tenía que encontrársela pues estaban juntas en la misma zona decía que pasaba por su lado sin mirarla. Una semana después del incidente y tras acusar a Brady de quitarle lo único que tenía, se fue de casa. En adelante, solo fuimos Brad y yo, prometiendo que nunca sus palabras serían hechas realidad y que no haríamos a nuestros hijos lo que mamá hizo con nosotros.
Hoy, observando como Matt acaricia mi mano sin darse cuenta que he despertado, miro atrás recordando todo lo que fue mi infancia con mamá. Ella solía decir con voz fuerte acostada en un sillón pasando la cruda o drogada como eran cada uno de los hombres de las esferas sociales.
El que salía mal librado en sus historias eran los adinerados "Los riquillos" como solía llamarles, quienes según ella amaban humillarlas por tres dólares.
"Te doy cincuenta más si lames mis zapatos, cien si tomas mi orina, dos cientos si comes mis heces."
Escuchar eso desde temprana edad una y otra vez, acompañado de trucos durante el sexo que mi hermana solía escuchar atenta y yo con terror me hizo odiarlos, a los ricos y al mundo de mamá. Brady expresaba que mamá me hizo un lavado de cerebro, limitó mis aspiraciones e hizo creer no ser digna de nada.
Bradley Duffy León conocedor de otra esfera social, una en donde según sus propias palabras "Se quitaban las máscaras y eran ellos mismos, pues no eran juzgados". Tenía sus teoría y propia experiencia, hay ricos buenos y malos, leales y deshonestos, cristianos y ateos. No eran diferentes a nosotros en su comportamiento, sólo vivían mejor lo demás era idéntico.
"Si quieres saber cómo es alguien, dale poder y dinero... Conocerás su verdadero rostro rápidamente".
Justo en ese instante mi acompañante nota que he despertado y sonríe de forma genuina. Es quizás la primera vez que lo veo reír de esa manera y veo la gran diferencia entre su sonrisa y la de su gemelo o es que en Greg todo suelo ver todo bello.
—¡Hola! —saluda al incorporarse de la silla y avanzar en mi dirección. —¿Cómo te sientes? —Pregunta tomando mi rostro entre sus manos y mirándome con ojos tiernos.
—Me duele todo... —Respondo observando atenta todo el lugar y lo veo sonreír.
—Gregory esta con las niñas...
Le escucho decir que están en recuperación al igual que yo, tienen infección en la piel se cree que por el ambiente en que estuvieron expuestas, problemas en sus pulmones por la misma situación y una cardíaca. Esta última es quizás la que es más de cuidado, abro los ojos asustada al verle narrar lo que tienen mis bebes y vuelve a tomar mi rostro entre sus manos, mientras besa mi frente.
—Tiene al mejor en su campo, es un excelente profesional —dice al notar mi nerviosismo. —Tranquila cariño, no les pasará nada son tan fuertes como su madre.
Por más que tenga pensamientos positivos, me es imposible no pensar lo peor, por primera vez tengo un lado vulnerable, mis hijas. Sé que el ambiente en el que nacieron es asqueroso, en un lugar que solía ser usado para la prostitución y no dudo que sea el objetivo de Jedrek y de su hermano. Rebajar a mis hijas y a mí de esa manera, yo sus cuerpecitos inertes casi sin vida, como su piel se fue tornando roja poco a poco.
—Te mostraré el video que les hice esta mañana —habla voz nerviosa sacando su móvil y buscando algo en su interior.
Deja el móvil en mis manos y reproduzco el video que ha dejado en la pantalla. Sonrió al ver a Gregory quejarse con quien imagino es su hermano por grabarlo. Esta sin camisa y tiene en su pecho a una figurita pequeña que luce una cinta morada en su brazo.
Acurrucadas en el pecho de su padre y la otra en la de su abuelo, ambos con lágrimas en sus ojos y no dudo que él sentimiento de ambos sea el mismo. Un manto dorado cubre su cabeza y es quizás la señal que son más Frederick que Duffy, eso lejos de molestarme me alegra. Tienen el mismo color de ojos de su padre y por ende el de Matt, me dice con cierto orgullo al ver conmigo el video y solo logro asentir.
Mis hijas están vivas, no tengo más que agradecer a la vida por ser benevolente conmigo y a su padre por traerlas de vueltas. El video dura tan solo dos minutos, pocos para mí, por lo que los reproduzco varias veces y sonrió aún más cada vez que los veo.
—Hay dos personitas que vienen ver a su madre —dice una voz.
Alzo mi rostro del móvil veo a un hombre tan alto como el marco de la puerta y a una enfermera de baja estatura que se ve ridícula frente al gigante, el mismo Matt se ve ridículo al lado suyo. Lleva el cabello largo atado en una coleta, ojos azules y un cuerpo bien trabajad por lo que se ve. Cada uno trae en sus manos a una bebé, mientras Matt sostiene la que trae la enfermera con bastante destreza hay que decirlo, la enfermera ajusta la camisa.
Están dormidas cuando son colocadas de manera cuidadosa en mi pecho y en un acto de instinto abren su boca al sentir mi pezón. Son hermosas es lo que digo al verlas tan cerca de mí y tan vulnerables, que no puedo evitar pensar que cualquiera puede hacerles daño. Por un instante pierdo interés en quienes me rodean y me permito disfrutar de ese instante entre madre e hijas.
He pasado por tantos momentos duros de mi vida, perdidas irremplazable, golpes y heridas, pero al verlas allí descubro que ha valido la pena. Viene a mi mente una frase que le escuché a Brady y que se lo dijo su mentor.
—Las nubes negras, las tormentas y tempestades suelen ser peligrosas, pero si logras resistirlas...
—Podrás contemplar la mejor de las maravillas de la naturaleza el arco iris —murmura el gigante y alzo la vista hacia él intrigada, observando que soy vista de la misma manera —¿Dónde la escuchó? —pregunta claramente impresionado y me da el frente, pues charlaba ameno con Matt, con quien parece llevarse bien.
—A mi hermano —confieso y me mira con una sonrisa —pero lo solía decir su mentor y protector, le enseñó casi todo de la vida... bueno y malo...
—No me diga —interrumpe alzando su mano y mostrando sus largos dedos —Alexis Ivanov —asiento y sonríe como quien le cuenta la historia más maravillosa. —era mi abuelo, mi madre era su hija. No me extraña que ayudara a su hermano, cuando vivió en Moscú, ayudó a salir de ese país a muchos niños, los sacó algunos con padre o madres.... Era su mayor orgullo. —termina de decir con suficiencia.
Se dice que nada sucede por casualidad y que en el fondo las cosas tienen su plan secreto, aunque nosotros no lo entendamos. Quien iba a decir que el nieto del hombre que salvó a mi hermano hace más de quince años, hoy tendría a cargo la vida de mis hijas.
—Mamá y papá escogieron los nombres de las niñas, pero piensan que quizás desees ponerles otro —habla Matt, una vez el doctor y la enfermera se han ido.
—Sé que amaré sus nombres —le digo y saca algo de sus bolsillos.
Toma en sus manos dos pequeñas pulseras que acerca para que las observe bien y veo el nombre en ellas.
Addison y Allison, es su tío el que me ayuda a colocar las pulseras a cada una cuando debería ser su padre. Estoy segura que debe tener una razón para no estar allí, mucho más fuerte que el cuarto de las bebés y que no me quieren decir.
(...)
Abro los ojos en algún momento de la madruga y me encuentro con el rostro de Gregory cerca de mi observándome dormir. No lo vi en todo el día y solo me dijeron que estaba ocupado organizando el cuarto de las niñas.
—Por un instante y quien no te conozca...puedes parecer un ángel dormida—murmura con una sonrisa en sus labios —bienvenida linda —dice acercándose a mí y dejando un beso fugaz en los labios.
—¿Dudas que sea buena? —pregunto con fingida indignación.
—No eres buena cielo, eres todo menos eso —insiste sonriente acomodando mi cabello, que debe ser un caos, muy seguramente parezco una loca, pero él me ve como una diosa en ese instante —eres mi demonio favorito —sigue diciendo sin dejar de reír —¿Cómo te sientes?
—Mejor... hoy vi a las niñas y a casi todos, pero no a ti —me quejo y asiente.
—Estaba ocupado —responde escueto y decido no juzgarlo al ver su rostro serio y la preocupación en sus ojos.
Juzgar es lo peor que se debe hacer, porque no se tiene idea de lo que pasa dentro de cada quien. Me importa, de una manera que nunca creí pudiera suceder y como lo hace decido llevar la conversación por los caminos que él las toma, triviales. El amor y la compasión juegan un papel precioso a la hora de conectar con él.
—¿Terminaste el cuarto? —le pregunto y asiente.
—Sí entre otras cosas —comenta sin muchos ánimos. —lamento que mi familia te dejara sola ese día...
Y allí esa uno de los motivos por los cuales luce así. Ellos sabían que no podían entrar a ese edificio y Jedrek conocia a J bastante bien, el jamás me dejaría sola en el edificio. Su padre es el talón de Aquiles de todos y dañarlos haría que todos perdieran la compostura.
—No fue tu culpa o de ellos, lo que me hicieron no fue tampoco tu culpa —le calmo —ni siquiera es culpa de Jedrek.... Wladimir tiene la culpa y su padre por no querer que Jedrek fuera feliz.
—¿No lo culpas? —me pregunta con curiosidad —yo no puedo pensar en él, sin sentir odio.
—Estoy viva, mis hijas también y él está lejos —digo pasando una mano por su rostro en la semioscuridad de la habitación. —no invierto mi tiempo en sentimientos destructivos, porque si lo hiciera la lista de a quienes odiar seria inmensa.
—Eres sabia —dice algo sorprendido y lo miro con los ojos entrecerrados —y hermosa, valiente y fuerte —continúa acercando su rostro al mio — El gran error que cometí fue buscar a la persona perfecta sin forzarme en ser la persona correcta para alguien ¿Por qué buscar algo asi entonces? —guardo silencio al ver la solemnidad de sus palabras y darme cuenta de lo importante que es para él decirlas — Nadie, se esfuerza en ser la persona correcta, en vivir pleno, feliz y buscar un compañero de camino para compartir esa felicidad. Quiero ser la persona perfecta para ti y mis hijas, avanzar, caernos y levantarnos... pero a tu lado Des, porque sin tus locuras mi vida seguiría oscuras.
—No planeo irme a ningún lado Greg, —digo y me pego a él, pese a la incomodidad de la camilla y a mi catéter —te amo así defectuoso y engreído —lo escucho reír y alzo la cabeza para verle —tienes a tres Des que educar... Frederick, estas en apuros.
—No te temo bebé... yo desayuno a tres como tú—río ante su prepotencia e ingenuidad, pero al sentir su abrazo siento que algo me sigue ocultando.
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