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Capítulo 26

Des

Le doy la última puntada a mi nueva obra corto los hilos y busco su gemela dejando ambas prendas en mis piernas. Las razones por las cuales escogí ese color las desconozco, solo sé que estaba dentro de la gran variedad de madejas que los Frederick me ha iba obsequiado. Una mañana me vi con la necesidad de tejer dos vestidos en color rosado. Hoy un día de que nacieran mis hijos, había terminado ¿Intuición o mi deseo que sean dos niñas? No sé, lo cierto es que tenía la necesidad de hacerla y la hice.

Estoy en el cuarto, Jasón estudia en el salón de juegos y las chicas se han ido hace un par de horas. En adelante, tendrán los días libres, porque Gregory aseguró no estaríamos en casa los dos primeros meses luego del nacimiento. Había aceptado de su padre que viviríamos en la mansión y algo me decía que de allí no saldríamos.

De todas maneras, la idea de vivir allí me agrada, el sitio es lujoso, pero tiene calor de hogar. Los bebés estarán con sus abuelos y yo por fin tendría ese hogar uno que intenté tener con Luisa León, pero que solo recibí de ella desprecio. Podría trabajar con Harris, porque Gregory no me lo negaría, era su amigo.

Me incorporo del cómodo sillón a regañadientes y es que donde me siento quiero dormir por siempre. Mis últimos meses de embarazo han sido tortuosos de hecho, todos los meses hubo algo distinto, tan es así, que difícilmente creo volver a tener hijos.

Me acerco a la mesa amarilla que según Gregory era para cambiar el pañal a los bebes, está dispuesta la maleta que llevaré al día siguiente para el hospital. Tomo los dos diminutos vestidos, con sus zapatos, gorros. "Outfit completo" pienso sonriente y lo dejo a la vista en la maleta. Detengo mis manos al cerrarla para detallar todo cuando hemos comprado juntos y algunas cosas tejidas por mí.

Llenar esa maleta y todo lo que existe en su interior se convirtió para ambos en la más maravillosas de las aventuras. El embarazo hizo en ambos, cosas que nunca hubiera sucedido, acercarnos. Siendo sinceros, ni él o yo nos fijaríamos en el otro, porque él no llenaba el prototipo que yo buscaba en un hombre. Gregory pertenecía a una clase social que critiqué en innumerables ocasiones.

En cuanto a lo que él pensaba de mí, lo dijo siempre.

Era demasiado vulgar y corriente para su gusto, a tal punto que solo se imaginaba compartiendo cama conmigo si me pagaba. Creo que el embarazo derribó nuestros prejuicios y nos obligó a desnudarnos uno a al otro.

Y no, no habló de sacarnos la ropa...

Cierro la maleta con la seguridad que hice todo lo que tenía pendiente y lo que estaba a medio terminar era culpa de Gregory. Dejó todo para última hora y hoy día teníamos todo en casa, pero en desorden.

—¡Des! —grita Jasón y su voz se escucha lejana, por lo que avanzo a la puerta.

No he dado tres pasos hacia ella cuando se abre estrepitosamente y se asoma un J, agitado con los ojos humedecidos. Le cuesta hablar y lo único que logro entender es que algo le sucedió a su padre.

—¿Qué le sucedió a tu padre? —preguntó y niega pasándose las manos por la cabeza

—Debemos ir al hospital...

—No pienso ir contigo en esas condiciones —advierto eliminando distancia y tomando sus manos. —yo me quedo con Jack, solo seré un estorbo y aquí estaré segura.

—No voy a dejarte aquí sola...

—No quedaré sola —interrumpo. —estaré con Jacke.

Duda un instante y niego acompañándolo a la puerta, mientras le recuerdo que Greg llegara en unos minutos. La calma que demuestro estoy lejos de sentirla, porque se lo importante que es su padre para toda la familia.

—Lo encontraron tirado en la oficina... papá no sufre de nada —dice y asiento —es un roble, imposible que algo así le pueda estar ocurriendo.

—Tu mamá debe estar con ustedes, yo esperaré aquí y de todas maneras no es mucho lo que pueda hacer —insisto y el móvil suena una vez más indicándole que la ambulancia lo recogió y va camino al hospital.

Se niega a dejarme sola e insiste en que me vaya con él, en ese punto no tiene sentido ser un problema y acepto. Estoy segura que es una falsa alarma, el señor Frederick es un hombre sano y de lo único que sufre es de tener hijos rebeldes. Bajamos el ascensor en silencio, me recomienda que lo mejor es no preocupar a su hermano cuando le digo si debería avisarle.

—Esperemos que sepamos algo más, —dice y continúa al teléfono.

Frente al teléfono su comportamiento cambia rápidamente, una vez empieza a impartir órdenes y a recibir el detalle de lo ocurrido. El volumen del móvil o el hablar en tono alto me permite ponerme al día de todo. Recibió una visita un hombre que nadie había visto, el desconocido pidió café y él té que suele pedir siempre. Pasaron veinte minutos encerrados el hombre salió, posteriormente y ante su silencio su asistente decide ver qué sucede.

—¿Quién era el hombre? —exige saber ya dentro del auto. —tuvo que dar un puto nombre e identificarse al entrar y al presentarse en ese piso. —su tono de voz es enérgico cargado de rabia y frustración. —nadie atraviesa 29 pisos, cinco controles de seguridad, tres sensores de metal. —enumera sacando sus largos dedos — Somos la empresa más segura de este país, el mismo pentágono podría envidiarnos ¿Cómo mierdas me dices que ese infeliz logró entrar y dañar a papá? ¿Quién es? ¿Qué nombre les dio? ¿Cómo... cojones entró?

Hace todas las preguntas moviendo sus manos y con todo su cuerpo en tensión. Sus ojos verdes brillan por la furia mientras que su cuerpo luce rígido a mi lado. Viéndolo asi en esos momentos da miedo enfrentar esa furia o haberla ocasionado, porque tiene todo el gesto de alguien dispuesto a matar. Bajo el rostro observando mis manos, escuchando como del otro lado quien sea habla con voz nerviosa.

PiotrAleksandrova —dice una voz masculina del otro lado —dijo venir a nombre del señor William Ivannov York...

—Comunícame con William —exige y antes de colgar dice —dile que Jasón Frederick D'angelo quiere verle, no como familia... De hombre a hombre.

Una vez cuelga recibe el reporte del hospital, los médicos están haciendo estudios. Me quedo en silencio el resto del viaje, una vez en el hospital me ubico al lado de Emma quien llora desconsolada. Se abraza a mí al verme llegar, sin dejar de decir que su padre no puede irse tan rápido, está segura que su madre moriría también ante su ausencia.

No sé qué decir en estos casos, el destino me quitó todo desde temprana edad, yo estoy acostumbrada al fracaso. Si hay pérdidas las supero, si me caigo me levanto, si me hacen pedazos me reconstruyo. Yo he construido muros con todas las piedras y mierdas que me han arrojado a lo largo de mi vida, pero entiendo que sus padres son importantes para ellos y están acostumbrados a estar unidos.

Mi familia fue disfuncional, fragmentada y viciada, es una suerte que Brady y yo hubiéramos logrado sobrevivir. Entendiendo en este instante que, si no fuera por el error de ese viaje, dos meses en esa isla o esa botella de whisky que bebimos, mi vida cuerpo sería rifado en algún bar de mala muerte, luego de que el tal Vasilé hastiara de mí.

—No va a pasarle nada, no traigas las desgracias —la reprendo alejándome de ella y limpiando sus lágrimas —dice tu hermano que no se llora a quien no ha muerto y él no ha muerto.

—Lo sé, pero... es mi papá él nunca se ha enfermado Des ¿Qué sucedió? —dice entre llantos.

Sostengo una de sus manos, mientras veo acercarse a Matt, quien viene con Jedrek. Creí que había aceptado el trabajo en algún lugar de territorio árabe y que se había ido, por lo menos eso me había dicho Gregory. El día de nuestro matrimonio y ante su inminente perdida de trabajo, Gregory decidió contratarlo para la seguridad de sus pozos en esa zona.

Dijo que era el sitio perfecto, pues en caso que el tal Sergey tuviera problemas con la justicia y salpicara a sus hijos, Jedrek estaría protegido pues no existía extradición. Incluso habían bromeado de que podría casarse y obtener la ciudadanía. No tendrían que dar cuenta de dónde provenía su fortuna, haciendo mención a que la había.

—¿Qué se sabe? —pregunta Jedrek instalándose a nuestro lado.

Mientras yo niego, Emma vuelve a llorar y esta vez es consolada por Jedrek. Lo observo un instante como parece afectado por lo que está sucediendo, recuerdo que el señor Jasón lo ve como un miembro más de la familia e imagino es por eso.

—¿Viniste sola? —me pregunta y afirmo.

—Gregory viajó a Puerto Rico —respondo, me mira confundido, abro mis manos antes de decir —se tanto o más que tu —confieso —¿Pensé que te habías ido?

Se sienta a mi lado al tiempo que me dice que tuvo que regresar por unos documentos. Le pregunto por como se ve viviendo en ese lugar y responde que nunca pensó en que tenía que vivir lejos de todos de esa manera, exiliado como un criminal.

—Imagino sabes quién soy —pregunta y sus ojos oscuros se posan en los míos su mirada es difícil de describir podría describirse como de furia.

—J me dijo —respondo encogiéndome de hombros. —no tengo moral para criticar creo que en peor familia... te gano—sonríe divertido y apoya sus manos sobre la mía.

—¿Alguna vez te viste casada asi? —niego y vuelve a sonreír —lo imagino.

Isabella llega en ese instante, su hermana se levanta para recibirla y juntas se acercan a su madre abrazándose. Nadie se ha acercado a decirnos nada, lo único que dicen es que están en estudio y que su estado es estable. Observo a toda la familia abrazada juntas y me digo que de ser los Duffy, cada uno estaríamos en un rincón.

Eso si es que, por algún milagro de la vida, hubiéramos coincidido todos.

—Es una pena ver como sufren—susurra en mi oído y toda mi piel se eriza al escuchar el tono de vos distinto que ha empleado. —¿No te gustaría hacer algo por ellos? —continúa diciendo —Han hecho tanto por ti y tu ¿Qué has hecho?

—Yo llevo en mi vientre a dos de sus nietos, sobrinos e hijos —respondo y giro la cabeza quedando a escasos centímetros de la suya—¿Te cogió un Frederick Borracho —pregunto y veo como su rostro se tensa lo que me hace reír internamente —a ti te acogieron, te dieron empleo, la oportunidad de ser un hombre de bien ¿Qué has hecho tu por ellos Jedrek? Intentar matar a su padre y destruir a su hijo, como el toxico, criminal que eres.

De nada valía demostrar miedo, porque sería usado en mi contra, es lo que suele hacer el fuerte con el débil y yo no era su presa. Pasan un par de minutos sin decir nada, en donde se limita a verme con desprecio, algo me decia que estaba frente al Jedrek original y sonrío a un más amplio. Nada daña más a tu enemigo o al victimario que saber no tiene el control de tus emociones.

Y Jedrek no las tiene, yo soy dueña de todas ellas, yo decido quien me daña y quién no. Desiré Duffy fue moldeada por la vida y endurecida como roca.

—¿Crees que puedes someterme Jedrek? —le pregunto sin alejar mi rostro del suyo, por lo que puedo sentir su respiración y la mía mezcladas. —¿Cómo lo hizo tu padre con Salomé? —vuelvo a insistir y veo el cambio en de la furia al dolor en sus ojos —quizás fuiste tú, eso no importa... lo que importa es que nunca vas a verme llorar o arrodillarme ante nadie.

Sus pupilas se dilatan y sus ojos oscuros parecen lanzar llamas, mientras que su mandíbula se tensa. Sonrío al darme cuenta que está haciendo uso de todo su autocontrol para no golpearme allí mismo. Entiendo que él tiene que ver con lo que ha sucedido, a mi suegro.

—Necesito confirmar tu teoría —habla luego de inspirar y soltar el aire mientras cierra los ojos en una actitud que lejos de darme miedo, me causa gracia.

He convivido con uno de estos matones, he visto su furia en mi contra con palabras y física contra otros. Brady era peligroso enojado al tal punto que esa fue una de las razones por la que me fui de casa al cumplir los 18. Mi humor negro y la escasez de cualquier sentimiento de bondad en él, nos hacía estallar muy seguido.

Además, que mi hermano fue muy detallado y especifico a la hora de enseñarme sobre su mundo.

—¿Vez a ese enfermero a la izquierda de Fiorella? —pregunta.

Mi mirada viaja por primera vez al hombre alto con un uniforme que se pega a su cuerpo como una segunda piel. Apoyado en la pared a escasos tres o cuatro metros de la familia, podría pasar como alguien que esta simplemente descansando. Tiene las manos juntas y al verse observado por mí sonríe alzándose la parte superior de su uniforme, está armado segundos después abre sus manos.

—Necesito que te levantes y le digas a todos que quieres descansar y esperaras a tu esposo en casa... yo me ofrecí a llevarte —guarda silencio y asiente al hombre quien le muestra el pulgar.

—Tu desequilibrio mental empieza a preocuparme, ya tuve mi dosis de locura con Spike y no quiero repetir la historia—le digo girando mi rostro nuevamente hacia él. —no voy a irme contigo Jedrek...

—No esperaba que lo hicieras por tu voluntad —confirma y me encojo de hombros—tampoco lo harás si te digo que mataré a tu familia aquí mismo —continua y sonrío a un más.

—Chico listo, te daré una scooby galleta. —replico sonriente.

—Alguien llamará en unos segundos a Jasón y le dirán el nombre del veneno—miro al mencionado y quien empieza a buscar algo entro de su pantalón —cuando te vayas recibirá otra con el nombre del antídoto.

—No se Jedrek, creo que mejor espero a Gregory —digo apoyando mis manos en mi vientre —si ese viejo muere el será el jefe y yo la millonaria... —finjo pensar un poco y sonrío —sí, creo que me va mejor si muere.

—Gregory debería encerrarte...

Observo como todos se abrazan entre llantos y mi corazón se estruja, no soy capaz de ver a Gregory afectado por la pérdida de su padre. Matt y su hermano miran de vez en cuando en mi dirección. Si solo supiera que aquello que dice es cierto lo haría sin dudarlo, pero no tengo como creerle, sabrá Dios cuantas mentiras ha dicho y no quiero arriesgarme.

Demostrar miedo no es una de mis virtudes y he estado en situaciones peores, soy una sobreviviente, me digo internamente.

—No me iré contigo Jedrek, si deseas matarme hazlo aquí ... —guardo silencio y miro al supuesto enfermero —me iré a casa cuando llegue mi marido ¿Qué clase de persona seria si dejo a mi suegro moribundo? Necesito fingir que me importa su muerte Jedrek, Brady no hizo todo esto para que yo lo jodiera. —le digo con fingida inocencia y lo veo mirarme unos instantes con duda.

Sostengo su mirada y sonrío haciendo un guiño y me gano un resoplido molesto. Definitivamente no tiene idea de con quien se esta metiendo.

Jasón cuelga la llamada y el supuesto enfermero se aleja al ver que el militar lo observa de forma sospechosa. Cinco minutos después recibe otra, al colgar le dice algo a su familia y todos corren por un pasillo dejándome atrás. Me incorporo para seguirles y llamar su atención, pero debido a su estado de emoción se han olvidado de mí. Un pañuelo cubre mi boca, y de apoco pierdo la consciencia, lo último que escucho es el ruido de sirenas dentro del hospital o las alertas de peligro.

(...)

Abro los ojos y observo todo el lugar con atención es el sótano de mis pesadillas, el bar en donde solía trabajar Brady, ese que estaba a las afueras de la ciudad.

—Despertó la bella durmiente —busco la voz al darme cuenta que no es conocida y un hombre rubio, considerablemente robusto y tatuado me observa sentado en una banca. —soy Wladimir y yo te envié un mensaje ¿Lo recuerdas? —me pregunta y frunzo las cejas molestas. —Tenemos a una rebelde aquí, que adorable. Si te hubieras ido con mi hombre a las buenas, hoy no estaría yo pensando en matarte.

Escucho pasos acercarse y a Jedrek asomarse en la puerta que conozco va al local, trae en sus manos mi móvil que mueve en mi dirección.

—Es tu esposo —dice alzando el móvil —me agradan los mensajes de amor que comparten ustedes —continúa diciendo con una media sonrisa —no puede llegar a comer, pero promete reponerlo ¿Qué le responderías normalmente?

Recuerdo como fui a parar a este lugar a dos cuadras de la casa mamá tomó un taxi, ella se ubicó del lado del asiento del copiloto y yo detrás. En algún momento le dijo al viejo asqueroso que no tenía como pagar la carrera y que si podría ser en especies. Le hizo sexo oral delante de mí, escuche sus gemidos asquerosos y las palabras obscenas que le decia.

"—Llévala al club, negus la espera" y yo conocía a es negus era un viejo de unos 50 años, de cabello blanco y bien vestido. "—Sabes que no pueden verme con una menor de edad, no volveré a la cárcel "había respondido el asqueroso personaje. "—Entonces llévala en el baúl, me da igual, pero la recojo mañana a las ocho. Si necesita más tiempo, debe pagarme más."

Al traerme a ese lugar, él quiso yo pagara la otra parte de taxi, fue descubierto por el tal Negus a quien le dije haría todo lo que quisiera, solo si me permitía asearme. Una vez accedió me llevó a una habitación privada y me señaló el baño, la buena fortuna hizo que esté tuviera una ventana y que daba a un callejón. Trepé por ella salté y fui a parar a un contenedor de basura destrozando un cuadro de una virgen desnuda y un San José en medio de lo que parecía una orgía. Jaz me auxilió y es por eso que hoy día le perdono todo, ninguna persona arriesgaría su bienestar auxiliándome, no como eran las cosas en aquella época.

—Que me traiga lo que prometió —preguntó y Jedrek alza las cejas intrigado —a la virgen desnuda y a san José en medio de una orgia que le pedí.

—¿Algo más? —pregunta y en respuesta lo miro sin decir nada —ok, como quieras. —escribe algo lo envía y alza la vista hacia mí —esto es lo que haremos, esos dos niños que tienes en tu vientre se le entregaran a tu esposo y tú te vienes conmigo.

—¿Quién quiere empezar? —les pregunto a ambos y sonrío —¡Vamos! Sé que soy su sueño hecho realidad, cogerse a la esposa de un millonario, que está embarazada. Es tu manera de humillarme por no escogerte ¿Verdad? —le pregunto.

El rostro del ruso se ilumina levantándose rápidamente y Jedrek lo detiene. Necesito ganar tiempo y para ello estoy dispuesto a hacer lo que sea, entonces recuerdo a Salomé.

—Yo no me arriesgaría a poner mi miembro en esa boca —le advierte a su compañero —es peligrosa

En respuesta le ruso saca el arma y le dice en su idioma que tiene como controlarme, Jedrek niega diciéndole que eso no lograra nada.

—¿Qué pasa? Tengo unos kilos de más, pero deben probar la mercancía — me levanto avanzo hacia una silla que ruedo con dificultad. —mi madre solía decirlo, antes de entregarlas estaban con ellas y así sabrían cuánto debían cobrar.

Jedrek no me pierde de vista y sus ojos negros tienen un tinte peligroso, si todo resulta, habré ganado unos minutos para salir de allí. Termino frente a quien ahora sé es su hermano, apoyo una mano en su cinturón sin dejar de ver a Jedrek quien con los puños apretados y la mandíbula tensa me mira.

—Detente Des...

—Me dijiste que era problemática —habla animado su hermano —pero es digna hermana de Brad, ella sabe cómo adaptarse a todas las situaciones.

—Es un error, te aseguro algo se trae —vuelve a insistir y me mira con rostro severo —¡Para! —me dice en español y sonrío.

—¿Esto hicieron con la puertorriqueña? Salomé Rubio Burgos... yo leí toda la investigación —pregunto sin dejar de mirar a Jedrek quien de pronto parece no poder contenerse —¿Por eso su papi ocultó el expediente? Se la rifaron entre ustedes.

Siento el golpe en mi mejilla, arde como el demonio, pero no me importa. Regreso la mirada rápidamente a Jedrek, quien de momento parece que es el más afectado por la situación. Describo lo que leí en ese expediente y como todo indicaba que fue golpeada horas antes.

—¿No te enseñaron a callar? —amenaza al ver que continuo.

—¿Qué pasa Jedrek? ¿Quieres ser el primero? O es que la verdad te duele—le digo con una sonrisa —se aprovecharon de esa mujer, el cobarde de su marido ese que se largó y jamás apareció les ayudó.

—¡Silencio!

—¡NO! —insisto sin dejar de ver a Jedrek —Gregory no mató a esa mujer, fue alguno de ustedes dos o los dos mismos y para tapar la falta papi.... Construyó todo este show.

—¡Jamás le haría daño! —grita Jedrek perdiendo el control y su hermano me toma de los cabellos tirando de mí y lanzándome al suelo —tu marido me la arrebató...

El dolor que recibo al impactar mi trasero me hace lanzar un grito de dolor, pero he decidido que, si hoy es ese día para morir, lo haré en búsqueda de la verdad. Aprieto mis dientes para controlar el dolor y alzo el rostro a Jedrek.

Él era su esposo y ello me explicaba porque hacer tanto daño.

—Ella estaba herida de antes —insisto —discutiste con ella, los vecinos te escucharon llamaron a la policía, hay un reporte —continuo y niega pasando sus manos por el cabello.

—No la escuches, hará lo que sea para salvar a su esposo —dice su hermano arrastrando las palabras de forma violenta —hace años mi hermano tuvo que decidir entre su padre y su mujer... el resultado su esposa murió a manos de ustedes.

Tira de mi con fuerza y en segundos estoy de vuelta a la sucia colchoneta que está en el suelo. Mientras me dice que Gregory tiene que hacer hoy lo mismo.

Ir con su padre que quizás agoniza, tomar sus manos y cerrar sus ojos si llegase a morir o hacer lo mismo por su esposa e hijos.

—El que llamó a la policía desapareció, el forense que dio el primer reporte del estado del cadáver también—le digo a Jedrek quien tiene la vista fija en el suelo, mientras empiezo a sentir un dolor intenso en mi vientre.

Lanzo un grito con fuerza y mi instinto me hace abrir las piernas, inspiro y respiro de forma violenta y por un momento Jedrek me mira aterrado.

—¿La seguirás escuchando? —vuelve a insistir su hermano avanzando hacia mí y ubicando el cañón del arma en mi frente.

Sigo mirando a Jedrek, mientras soporto otro dolor más y maldigo a Gregory Frederick por darme ese whisky, a mí misma por mi calentura y hasta a mi madre por no abortarme.

— ¿Dónde estabas tú cuando todo paso Jedrek? Piénsalo...—arremeto de nuevo contra él al darme cuenta que estoy sembrando la duda en él — ¿Qué se logró con la muerte de tu esposa? ¿Valió la pena dejarla sola en casa? Todo lo que te digo... está en casa en el salón de juegos.

Me pego a mi última esperanza al decirle que el expediente en su totalidad ha permanecido oculto y que no tiene sentido decir que fue por Gregory, porque su padre ha querido abrirlo varias veces.

—Buscaré a un doctor, darás a luz y esos niños serán entregados a Gregory, tú te vienes conmigo a Moscú —callo al saber que estoy escuchando mi sentencia de muerte —dentro de un año ¡Exacto! Seras liberada y veremos si tu esposo continúa amándote.

Gregory

Dos horas después...

Lo primero que hago al bajarme del avión es solicitar a mis hombres un móvil, pero sus rostros tensos y su comportamiento me detienen. Lo que continúan diciendo me hace retroceder varios pasos, papá estaba internado y a esta hora se debatía entre la vida y la muerte. Des había sido secuestrada y no tenían que decirme el nombre, porque yo lo sabía.

El teléfono del nuevo jefe de seguridad suena mientras avanzamos a paso rápido cruzando todas las barreras dentro del hospital. Me extiende el móvil, que tomo de forma mecánica y escucho la voz del otro lado.

—Tus hijos están por nacer y tu padre a punto de morir ¿Qué escoges Gregory Frederick? —me pregunta y pienso la respuesta un instante.

—Por lo menos mi padre, sé que está en estado crítico y no se inventó una enfermedad para que mi hermano se cogiera a mi mujer y luego la matara ¿Haces esto es por Salome Jedrek? —le pregunto y solo escucho su respiración pesada —¿Cuántas veces me has querido destruir? Me quieres ver revolcarme en la misma mierda que tú, pero no has podido. Tu rabia no es por ella, es porque no has logrado verme en medio del fango junto a ti.

Suelto las palabras con tanta violencia, porque me revienta está pagando por las culpas ajenas. En el fondo sabe la verdad y se niegas a aceptarla porque es más fácil culpar a un extraño que a un familiar. Entro al vehículo y pido ir al hospital, necesito hablar con mi madre, antes de buscar a Des.

—Yo atropellé a la chica, pero tu hermano y tu padre le dieron sentencia de muerte —continuo una vez el auto entra al tráfico —¿Qué hay con ellos Jedrek? ¿Por qué les perdonas que mataran a tu mujer?

—¿Quién te dice que no iré por ellos después? Secaré el árbol Gregory y empezaré por el tronco, dejaré de ultimo las ramas. Los Levenev lloraran lágrimas de sangre por matar a mis padres, luego a mi esposa y por negarse a dejarme ir. —me responde con cólera —no puedo obviar que si hubieras ido sano... notarias su estado y la hubieras protegido y en estos momentos ella viviría.

—Si no te hubieras largado a Moscú también o aceptado cuando te pidió terminar —le interrumpo —conozco la historia Jedrek y tengo en sus manos el diario, se de lo que hablo.

—Aquí todos van a pagar su parte Gregory, hasta yo al entrar a ese infierno, porque el mayor culpable de su muerte es Jedrek.

Le di la oportunidad de salirse de ese mundo, de empezar una nueva vida y tirar el pasado atrás, pero no la tomó, porque su alma esta cegada por la ira. No puede perdonarse todas las señales que su mujer le dio y que ignoró, ahora todos deben pagar por algo que él y su familia hizo.

—¿Dónde está mi mujer? —pregunto—recuerda esto Jedrek, si alguna vez nuestros caminos se cruzan uno de los dos va a morir.

—Te he dado muchas concesiones Frederick y si tu chica no fuera tan rebelde, en estos momentos no estaría golpeada —sostengo el móvil con fuerza y escucho la risa del otro lado.

—Eliminaré todo negocio con ustedes —digo —esto es el final Jedrek.

—Esa es la idea Frederick, ustedes son el orgullo de Sergey y si se van por no sentirse seguros... los demás harán lo mismo —me responde y empiezo a entender su jugada, el esta no solo vengándose de nosotros, también de su familia —tu sabes dónde está Gregory y tu padre solo tiene un puto bajón de azúcar.... Jamás mataría al único padre real que tengo.

Cuelga y me quedo un instante contemplando el aparato, le pregunto a qué hora fue el secuestro de Des y me responden que hace una hora. Ella no pudo mandar ese mensaje, lo hizo Jedrek...

—Gira la izquierda en la próxima intercesión —digo al chofer y tomo el móvil para llamar a casa.

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