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Capítulo 17

Des

El momento mágico se vino abajo cuando por seguridad, tuvimos que abandonar el lugar. No hizo comentarios al respecto y el viaje a casa fue en medio de un cómodo silencio y mostró su lado bromista al decir"—Jedrek nos mandó a dormir, al mejor estilo de Fiorella D'angelo cuando tenía diez años".

Sonreí ante esa situación, imaginando a un Gregory pequeño con su clon siendo traviesos. Era certero cuando aseguraba que no conocíamos mucho del otro, también al señalar era mejor llevarnos bien, si todo marchaba según queríamos estábamos unidos de por vida.

Casados o no...

Una vez en casa y tras dar las buenas noches y asegurarse que estaba bien, entró a su habitación y allí empezó mi tormento. Mis bebes no dejaban de moverse y mi mente en pensar en la situación que estaba viviendo. Media noche en la habitación y sentaba de la cama en la oscuridad, contemplo la noche a través del cristal de la ventana, al tiempo que paso las manos por mi vientre.

El cuarto closet es lo más parecido a un puente, uno que ninguno de los dos ha atravesado. La puerta se convierte en añoranzas ante la imposibilidad de llegar a ella, pues necesito cambiarme. Ellos parecen estar molestos por alguna razón que no logro descifrar y sonrió una vez más mirando mi vientre.

—Es hora de dormir —murmuro levantándome de la cama y yendo al cuarto por algo más cómodo —su mamá promete estar quieta si ustedes también—continuó.

Ya dentro del closet el dolor en la pantorrilla me detiene y apoyo las manos en la pared. Un segundo calambre llega y no puedo evitar lanzar una maldición seguido de un quejido.

—¡Joder!

Un movimiento en la puerta del lado de Gregory me dice que ha escuchado, me sorprende la rapidez con la que llega y me toma en brazos. Da la impresión que estuviera detrás de ella, con lo rápido que fue. Me alza en brazos y lleva a su habitación depositando con cuidado en la cama sin hacer preguntas. Su rostro es el reflejo de la preocupación y sonrió de forma tímida al verlo detallar cada parte de mi cuerpo con ojo clínico.

—¿Qué sucede? —pregunta desesperado. —¿Des? —insiste y apoyo mis manos en mi vientre, mordiendo mis labios al no soportar el dolor.

—Calambre... —me quejo intentando llevar mi mano en esa parte, pero me es imposible.

—¿Dónde? —pregunta con una sabiduría y decisión que me hace estar segura, me va a ayudar.

—Pantorrilla.

En segundos sus manos están allí, cierro los ojos ante el alivio que representan sus manos firmes masajeando suave en esa área. Intento hacer lo mismo con mi vientre, porque no seden en su afán de moverse. Por un momento nadie dice nada y observo su imagen de rodillas en la cama y cuidando de mí.

¿Estoy siendo injusta? Tiene razón cuando dice nunca le he dado una oportunidad. No ha negado sus errores o a fingido ser alguien que no es y eso es algo que hay que rescatar

—Tus zapatos, no son cómodos Des —murmura sin cesar en su labor. —también necesitas caminatas sanas, desde mañana empezamos.

Aprovecho el silencio para curiosear su habitación y me encuentro con una del doble de tamaño de la mía. La inmensidad de ella es exagerada y el decorado es idéntico. El dolor va cediendo de apoco y mis pequeños se calman al igual que su madre. La foto de un hombre rubio mayor llama mi atención, tiene la mirada fría y un aire de poder difícil de no distinguir.

—Es el bisabuelo Epson, el fundador de la empresa. No era un buen hombre y sus métodos de tener dineros no fueron ortodoxos, pero quien soy yo para juzgar —habla y al girar la vista me encuentro que ha estado observando mi rostro. —¿Mejor? —pregunta con una sonrisa y asiento sin dejar de verle. —será mejor si duermes aquí, yo podría dormir en el sillón.

Miro el lugar que ha señalado, no se ve nada cómodo y Gregory es bastante alto, es difícil que su humanidad y ego queden allí. La cama es lo suficientemente grande para que estemos los dos incluso sin tocarnos, también podría regresar a mi habitación.

—La cama es suficientemente grande —hablo y no sé porque en realidad lo hago —podría regresar a mi cuarto. —me apresuro a decir y niega con una sonrisa.

—Es mejor que alguien duerma contigo —aconseja y se sienta a mi lado apoyando su mano en mi vientre—¿Alguna otra molestia?

Niego y se levanta perdiéndose dentro del closet, regresa algunos minutos después con pijama en una mano y mi móvil en la otra. Deja todo al lado de mí y veo que hay varias notificaciones que ignoro. El comportamiento al volver es distinto, sigue preocupado, pero ya no es el mismo Gregory que fue estuvo en ese parque.

—Iré por algo, para esa pantorrilla —el hombre frío ha vuelto aquel que estuvo conmigo en esa isla y que no había vuelto a ver.

Tras ayudarme a sentar en la cama, se aleja de forma sigilosa. Suelto el aire al darme cuenta que es difícil será más difícil de lidiar con él de lo que creí. Fue una noche extraña y llena de revelaciones es lo que pienso una vez me he cambiado y puesto el pijama. Quizás la más importante de todas es que Gregory Frederick, puede llegar a ser accesible más de lo que imaginé. Aunque bastante extraño porque se acerca y aleja como si se lamentara estar conmigo.

Sonrió al recordar su rostro espantado al ver todo el parque y como de a poco se fue calmando. Con ese aire distinguido y esos ademanes que solo la clase alta tiene, pudo estar en un lugar en el que jamás lo hubiera imaginado. Era una lástima que la velada se hubiera dañado por esa amenaza o lo que sea haya sido.

De regreso trae una caja blanca en sus manos, de dónde saca una crema del mismo color, toma la ropa que me he quitado y la deja en una silla. Su concentración y nula platica mientras frota mi zona afectada, me permite tener una imagen distinta del hombre de negocios arrogante que conozco.

Solo lleva la parte inferior de su pijama, un pantalón negro, no trae camisa y está descalzo. En la isla nunca fue posible esa privacidad, porque solía entrar a la habitación una vez yo dormía. La luz es tenue en la habitación, la poca que hay me deja ver parte de su perfil y cabello dorado. Cuando acaba alza la mirada hacia mí y asiente levemente sin sonreír.

—Creo que se han dormido —digo al ver que han cesado de moverse del todo y para romper un silencio incomodo que no sé qué lo creo.

—Estabas preocupada y ellos lo notaron —responde tomando una esquina de la cobija y trayéndola hacia mí —sienten tu temor, alegría o pánico, por ello es necesario que estés en calma.

—Creo que fue la manera de sacarnos de allí —confieso y cubre mi cuerpo, rodea la cama y toma su lugar en ella. —no pensé que fuera de esa manera, que tengas que salir de lugares así no lo desees.

Se acuesta de medio lado y veo tiene mi móvil en sus manos, apoya su mano libre en su cabeza y me mira fijamente. La molestia solo es un cosquilleo leve y los bebés se han logrado calmar. Sin embargo, es el cambio de actitud tan repentina que me preocupa.

—Jedrek tiene mi vida en sus manos, literal —manifiesta moviendo el móvil adelante y atrás —él cuenta con el poder de sacarme de aquí y llevarnos a un lugar seguro si considera mi vida o la tuya está en riesgo. No puedo darme el lujo de preguntar el porqué de cada acción, un minuto es lo que se necesita para matar a alguien.

—No pensé que fuera tan delicado...

—Lo es —responde —Jedrek tiene más poder sobre mí de lo que desearía —sigue diciendo en tono seco.

Me da las buenas noches y entrega el móvil que ha tomado al cubrirme. Pertenezco a ese grupo selecto de personas que suele apagarlo al dormir y fue lo hice. Ante la mirada atenta de Gregory, quien pese a estar molesto (por lo que fuera) se mantenía alerta.

Cuando apaga la última luz gira dándome la espalda y me quedo un instante observando en la semi oscuridad ese gesto. Suspiro haciendo lo mismo, quedando de frente al ventanal.

El insomnio es el tiempo extra que nos da la vida para seguir pensando en aquello que te mortifica.

Y yo tenía muchas de esas...

Cierro los ojos y las imágenes que llegan en ese instante es de Brady cuando me daba las razones por las cuales no podía llevarme con él.

"No quiero que un hijo de puta de mis jefes te vea y decida seas su zorra y no poder negarme ¿Entiendes? No podría negarme a que uno de esos malnacidos que te folle y lo hará delante de mí para demostrar quién manda."

Esas fueron según él las razones por las cuales no me llevó y lo entendí. Lo que no llegaba a entender era el porque me dejo en manos de desconocidos. Repitió conmigo lo que hizo con Cas, cuando quiso reaccionar fue demasiado tarde. Cierro los ojos intentando que el sueño llegue, pero las imágenes que llegan son distintas.

Flashback

Un fuerte dolor de cabeza es lo que me despierta, seguido del olor a orín y a carne en descomposición, es tanto el olor que me llegan arcadas. Parpadeo muchas veces mirando a mi alrededor, el olor se intensifica por un momento no recuerdo donde estoy hasta que el caos a mi alrededor me lo hacen saber.

Cas está muerta y Charly me ha dejado encerrada Dios sabe dónde...el dolor de saber su muerte es reemplazado por la necesidad de salir de esa situación. Sentada en el suelo en mitad de la sala destruida porque he pedido ayuda de todas las maneras posibles. Busco otra manera distinta de llamar la atención, Charly o quien mierdas sea se ha llevado el móvil y por una razón extraña que desconozco, pero que agradezco no me ha atado, aunque sí dejó encerrada en ese apartamento de mala muerte

Es la tercera noche que paso allí y aún no hay rastros de Charly, es noche distinta, es una de tinieblas lo sé por los ruidos que escucho. Agudizó mi oído y mi piel se eriza, los gritos y golpes son sistemáticos de diferentes lugares.

Pedidos de auxilio se mezclan con comentarios obscenos, jadeos masculinos se juntan con sollozos, gritos y risas. Por más que pongo mis manos en los oídos para no escucharlos, no es posible. Camino con pasos lentos a la puerta, porque mis ganas de salir en libertad son más fuertes que mi miedo, pese a que los gritos de socorro son cada vez más fuertes, las palabras obscenas también.

Apoyo la oreja en la puerta al escuchar voces detrás en los pasillos, dos hombres hablan de los ruidos que he estado haciendo, uno de ellos comenta que vio a Charly entrar allí con una latina.

—¿Seguro?

—Muy seguro y creo saber quién es —habla entre ellos —la hermana de Brad, la obsesión del jefe.

—No puedo creer la suerte que tenemos ¿Sabes lo que nos dará por decirlo? Y no puede decir su hermano que la robamos...

—La rescatamos —ríen y fuerte haciendo que me aleje del todo.creo que no se ha ido, le diré que está aquí.

No conozco al jefe de Brady, él tampoco, dicen que sólo lo conocen el que está a punto de morir o quien trabajará directo con él. Brady solía decir, que sólo conocía su voz y que de momento no estaba interesado en verle el rostro. Decia que era mayor, porque tenía voz de ello, todos eran obesos viejos e inclementes.

Salto asustada al escuchar las patadas en la puerta y el sonido sordo de algo golpear contra ella. Retrocedo rápidamente hasta que mi cuerpo queda de espaldas a la pared y mi respiración se detiene al darme cuenta que han logrado romperla y alguien pasa una mano al interior. Un brazo con un tatuaje en forma de insignia militar y en medio de ellas una calavera. El dueño de ese brazo intenta quitar seguro a la puerta para terminar de abrirla.

—¡Ábranla! —ordena y mi mirada va a todos lados. El tono de voz gélido fuerte y brusco en un ruso perfecto me achina la piel y grito fuerte.

Fin del flash back

—Quieta... shhh es una pesadilla linda —sacudo mi cuerpo porque me es imposible distinguir mis recuerdos de la realidad y siento sus manos rodear mi cuerpo pegándome a él —Des... cielo detente es solo un sueño.

Apoyo mis manos en los brazos que rodean mi busco y de apoco me voy calmado. Lo escucho susurras palabras tranquilizadoras que tienen en mi cuerpo ese efecto somnífero y me quedo dormida.

(...)

Sacudo mi mano al sentir algo frio rozar mi cuello y lo que sea vuelve a sentirse esta vez en mi mejilla. Abro los ojos y la luz del sol me ciega, apoyo mi mano en los ojos para poder ver un poco más y de nuevo siento lo frio en mi mejilla seguido de la inconfundible lengua en ella. Retiro mis manos y un par de ojos dorados se posan en mi campo de visión y una figura peluda de tres colores, blanca en la gran mayoría de su cuerpo, de orejas negras y hocico marrón muestra su lengua.

—¡Hola! ¿Quién eres? —le digo al cachorro que se acerca a mi moviendo la cola.

Tiene en su cuello un lazo rojo y lo que parece ser una tarjeta que intento retirar, pero que me es imposible. Me siento con dificultad en la cama tomando a mi desconocida amiga y sentándola en mis piernas. Retiro la tarjeta y empiezo a leer la nota con una sonrisa.

"En casa siempre hay una de ellas desde que nací, la primera llegó a manos de mi padre por accidente, las que han seguido han sido descendientes de esa cachorra. La primera de ellas se llamaba "Andrómeda", fue mi primera mascota y la de Matt, pero podemos ponerle el nombre que desees". G.F.

Alzo en brazos a mi nueva compañía y pongo su rostro cerca al mío. Sonrío feliz al ver y ella pasa su lengua por mi rostro lo que me hace reír divertida. Me ha obsequiado una mascota, pienso acariciando el animal y su pelaje suave me hace apoyar mi rostro en ella. De todas las cosas que me ha obsequiado esta es la que más me ha gustado.

La dejo en el suelo y veo a un lado una caja, que reviso y encuentro todo lo que necesita, ha pensado en todo. Giro en su búsqueda y la encuentro acostada observando mis movimientos, con mis manos en jarras le pregunto.

—¿Cómo te llamaré? ¿Zia? —sonrío al ver como mueve sus orejas y respiro feliz.

¡Tengo una mascota!

Gregory Frederick me ha dado una mascota.

Voy por el móvil y lo enciendo, mientras observo al animal curiosear todo el apartamento. Tamborileo nerviosa mis dedos sobre el objeto sin despegar los ojos del animal, pues temo que en cualquier momento se va a esfumar.

Busco el contacto y le marco apresurada, es quizás la primera vez que le llamo, pero un gesto tan hermoso debe ser agradecido y elogiado.

—Diez de la mañana Des, Jedrek no debe estar feliz —es lo primero que dice y sonrío —¡Buenos días! ¿Qué tal la compañía?

—La amo—le digo sin poder evitar la euforia y escucho la risa del otro lado —esto es... en serio es hermosa.

—Me alegra que te guste y ¿Cómo le llamaras?

—Trisha —respondo rápidamente —tiene cara de ser Trisha ¿Te gusta?

—¡Perfecto! —dice simplemente—¿Me esperas en casa de mis padres? Nos invitaron a almorzar, puedes adelantarte y llevar a Trisha.

—En media hora salgo... y ¿Gregory?

—¿Dime?

—Gracias, es el mejor regalo que me han dado—su respuesta es decir un simple "me alegro", pero sé que le agrada que me guste.

Cuelgo la llamada y estoy por dejarlo a un lado cuando veo las notificaciones de la noche anterior. Dos de ellas son de Jaz y la señora Julia, preguntando si estoy bien y que lamenta todo lo que estoy sufriendo. El otro mensaje era de Jedrek y varias llamadas perdidas suyas, tengo que leer dos veces el mensaje para pues me cuesta creer lo que dice.

"Dulces sueños nena, espero tus pesadillas no lleguen."

Leo la hora del mensaje, fue justo después de nosotros llegar a casa y entiendo la molestia de Gregory anoche. Pudo verlo sin necesidad de abrirlo porque fue el último que recibí, cubro mi rostro con las manos y niego sin poder creerlo. Mi móvil no tiene patrón, huella o contraseña. No hay nada interesante allí, ni siquiera fotos suelo tomarme y solo lo tengo para que me llame Gregory, Jaz o la señora Julia.

Le he comentado de forma que de un tiempo para acá y sin saber por qué estoy rememorando épocas de mi pasado, pero en sueños. No hay nada extraño o comprometedor en ese mensaje, pero la hora y llamada se ven raras. Suelto el aire miro el mensaje, no estoy en estos momentos interesada en nada que no sea la salud de mis hijos.

Narrador

Jedrek observa la hora y mira por encima de su hombro la puerta de la mujer, suspira fuerte y pesado. Se incorpora, porque es necesario llevarla a casa de los Frederick, ella irá a almorzar y él a hablar con Jasón.

—La señora no está allí —señala la habitación de su jefe y sigue —durmió allí y el señor solicitó no despertarla, no tuvo buena noche.

Carla continua su trabajo, lleva en sus manos una planta a la azotea esta vez de flores violetas. Jedrek a contando con estas veinte subidas e imagina que la chica terminara cansada, pero cada que pasa con una planta y color distinta su sonrisa parece ampliarse. Jedrek puede notar su rostro burla antes de partir y como le mira con curiosidad, lleva esperando por Des desde las seis y no está acostumbrado a la inactividad.

Esta por tocar a la otra puerta cuando la ve salir con un perro en sus brazos y sonríe al verla feliz. Saluda de forma generalizada mientras le presenta a todos a la nueva integrante de la casa. Fue osado lo que hizo la noche anterior, pero ella no era feliz en ese lugar y estaba seguro podría hacerla feliz.

—El señor la presentó esta mañana —señala Emilia —la trajo su hermano Matt.

—Debo llevarte a casa de los Frederick —asiente sin soltar al cachorro lo que le hace detener —¿Iras con él?

—Ella—corrige —y la llevaré, sus hermanos están allá.

Bajan por el ascensor y llegan al auto todo el tiempo en silencio, ambos ocupan sus puestos respectivos, pero Des está más ausente que nunca.

—¿Te divertiste ayer? —le pregunta para romper el hielo.

—Sí, fue una noche distinta —responde. —fue una lástima que acabara rápido.

—No es seguro para el señor, fue una imprudencia llegar a ese lugar. Ha—responde y ella guarda silencio —imagino que quiso arreglar las cosas llevándote allí ¿Resulto? —insiste, porque de alguna manera desea escuchar que no están bien las cosas entre ellos.

—Fue mi idea, yo quise ir allí —la manera en que lo defiende hacer querer verla y ve sus ojos un brillo distinto —y no hay había nadie allí.

—Tu no estas entrenada para verlo y yo si —le dice intentando parecer lo más natural posible —si algo le llega a suceder a Gregory, será mi culpa.

No logra responderle pues en ese instante el vehículo cruza las rejas de seguridad de la mansión. Los dueños de la casa están en la entrada de la casa, lo que le dice que llamaron del penhouse avisando que ella iría. No espera que le abra las puertas y lo hace ella dejando a la cachorra en el suelo.

—Creo que empezaba a creer que mi hijo te había prohibido venir —le dice Fiorella y ella niega sonriendo.

—Yo pensaba lo mismo, pero a la inversa... que ustedes no me querían —responde —no me habían invitado.

—Una hija no necesita invitación para llegar a esta casa y tú eres como una —los afectos son notorios, de parte y parte.

A Jedrek se le dificulta mirarlos sin que la bilis se le suba por la garganta, por fortuna le dicen que Jasón lo está esperando en el estudio y hacia alla se dirige. Cruza el distinguido salón, da toques suaves en la puerta y espera que le den la orden de entrar. La risa de Des la sigue escuchando y aprieta sus manos en un puño exasperado.

—Adelante —le dice una voz reconocida y lo hace cerrando tras él —¿Cuál fue el peligro de ayer? —pregunta a quema ropa y Jedrek lo mira sorprendido.

—¿De que hablas?

—Sé que sabes a lo que me refiero —insiste el militar —retiraste a mi hermano de una zona por peligro deseo saber por qué.

Contrario a Gregory no es diplomático, no se esfuerza en ser educado y lanza la pregunta con el enojo que es obvio tiene en ese instante. A Jedrek jamás le han pedido cuenta de sus actos y el que empiecen a hacerlo le enoja.

—¿Desde cuándo tengo que dar informes de mis decisiones?

—Soy tu jefe ¿Lo has olvidado? —le interrumpe —¿Por qué Gregory fue sacado de ese lugar? Quiero el jodido informe de peligro en la mesa Jedrek.

Asi que puso quejas sonríe Jedrek cruzándose de brazos y su jefe se endereza aún más en su silla. Creía que los motivos por los cuales lo sacó eran obvios, pero parece que estos no tienen la capacidad de dar con ellos.

—¿Por qué no me lo pregunto él? —sigue sin dejar de reír —¿En serio haces todo este espectáculo por lo de anoche? Estaba en ese sitio de mala muerte fingiendo ser un hombre que no es, resaltaba en ese maldito vecindario de gente mediocre —habla en tono fuerte acercando su rostro a su jefe. — ¿Qué carajos quieres que haga? Si hace esa estupidez, mi labor es protegerlo.

—¿No tiene que ver con que te gusta Des? O que le envías mensajes extraños...buenas noches nena, espero no te resultara aburrida la velada—repite y sonríe al ver que Jedrek regresa su cuerpo en la silla alejándose del chico —Gregory contesto la llamada Jedrek, no fue ella.

—Fue algo inocente y reconozco que me excedí...

—Estarás aprueba Jedrek—habla una voz detrás de él y no tiene que girar para saber que es el dueño de la empresa —dos hombres de Vicent O'hurn se presentaran mañana ante ti, uno de ellos será el encargado de Des, su chofer y el otro tendrá a cargo la seguridad de mi hijo. Los demás que desees agregar serán de mis filas, pero esos dos... ¡Son míos y allí se quedan!

—Esto es innecesario —se defiende y su jefe niega.

—¡Lo es! Cuando estas interesado en la prometida de mi hijo y tienes ambas vidas en tu mano—aclara con rostro tenso — No voy a retirarte de tu puesto, solo te estoy aliviando trabajo y evitando tentaciones dignas de tu padre.

—No soy como mi padre —murmura y el menor de la sala replica.

—Eso lo tengo yo en duda Jedrek y lo sabes...

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