Me convertí en el último héroe... Mamá.
Bell Cranel, último hijo de la familia Zeus y Hera, había cumplido su meta, su objetivo, el cual deseó desde lo más profundo de su corazón cuando apenas era un niño... ser el último héroe, para que su amada madrastra no sufriera, para poder devolverle un poco de lo mucho que ella le había entregado por estar a su lado, para hacer que haya valido la pena todos los sacrificios que Alfia había tenido que tomar por él.
Una diligencia recorría las calles rocosas en dirección a un pequeño y rústico pueblo a lejanías de Orario, la ciudad calabozo, los caballos avanzaban, jalando el transporte, ya habían pasado algunos días desde que el viaje había iniciado, los que lo habían emprendido eran 3 personas, una de ellas era un cierto Dios idiota, que le encantaba hacer bromas y causar problemas, su nombre era Hermes, quien se encargaba de manejar la diligencia, la otra persona era ni más ni menos que Bell Cranel, quien se convirtió en el aventurero más fuerte de todo Orario y posiblemente del mundo actual a tan solo 1 año de haber llegado a dicha ciudad, el héroe que derrotó al dragón negro, permitiendo así que la humanidad se alzara victoriosa, logrando lo que la familia Zeus y la familia Hera no pudieron hace muchos años ya, y por último pero no menos importante, los acompañaba una hermosa chica, de la cual Bell había caído perdidamente enamorado en su estancia en la ciudad calabozo, su nombre es...
-¡Oigan! Ya estamos cerca de llegar, espero que Zeus no me mate por todos los problemas que te hice pasar, Bell, si pregunta algo que ponga en riesgo mi vida, échame la mano, no deseo enfrentarme a tu madrastra...-Decía Hermes con una mirada aterrada, pero sin quitarla del camino.
-Lo lamento Hermes-Sama, pero creo que ellos ya son conscientes de todo lo que pasó en Orario en este año, pero no te preocupes, dudo mucho que seas el único que acabe casi muero, después de lo de Freya-Sama o mejor dicho Syr, probablemente mi mamá igual me mate por querer salvarla, pero aún así, deseo verla-Respondió Bell, mirando como aquella caballa frente a él se hacía más visible con el pasar del tiempo y el trotar de los caballos.
-Te entiendo, hace mucho que no veo a Zeus, aunque le haya causado muchos problemas, sigue siendo mi mejor amigo-Respondió el Dios, recordando todos los momentos que ha vivido junto a aquel anciano.
-¿Por qué le tienen tanto miedo a tu madre? Dudo que sea tan mala-Preguntó la chica, ladeando la cabeza al no comprender el miedo que los dos hombres tenían en su ser.
Hermes y Bell se miraron por un momento y guardaron silencio.
-L-Lo sabrás cuando la conozcas, ella es muy... sobreprotectora conmigo, aún recuerdo cuando me entrenó para ser un aventurero poco después de decirle que sería el último héroe... fue un infierno, pienso que lo hizo para que me retractara...-Dijo Bell, con la mirada agachada y sin brillo en sus ojos.
"Tirar a un niño a una cueva llena de monstruos por varios días, sin comida y sólo con una espada vieja... lo peor de todo es que ese fue el principio de nuestro entrenamiento" pensó el peliblanco, ese trauma nunca sería superado al parecer.
-E-Entiendo... de todas maneras, quiero conocerla, al fin y al cabo, fue quien crió a la persona que más amo en esta vida-Respondió la acompañante, sonriendo tiernamente ante su pareja.
Un sonrojo extremadamente grande se impregnó en las mejillas del muchacho.
-Tienes razón, deseo que ambas se conozcan, las dos mujeres más importantes en mi vida-Expresó Bell, besando la frente de ella.
Hermes permaneció en silencio, observando el teatrito romántico de ambos.
"Al parecer Bell no recuerda lo que Alfia nos dijo antes de que lo llevara a Orario el año pasado, ese "¡SI TRAES A UNA MUJER TENDRÁ QUE DERROTARME PARA QUE LA APRUEBE!" No parecía una broma, en fin, que sea una sorpresa, no diré nada" pensó el dios, sonriendo levemente, con un poco de sudor bajando por rostro y espalda.
Tras algunos minutos de espera, al fin llegaron a la cabaña, donde había dos personas esperando.
Bell fue el primero en bajar.
-Abuelo... tío zald...-Dijo el joven al ver la presencia de ambos hombres.
-Bell...-Contestaron ambos con gran sorpresa en sus ojos al ver lo mucho que aquel muchacho había crecido en tan poco tiempo.
Se acercaron los tres y después de unos segundos observándose, por fin llegó el momento más esperado desde que se enteraron que su amado sobrino y nieto respectivamente regresaba a su hogar.
-Abuelo... tío zald, no saben lo mucho que los extrañé todo este tiempo-Dijo Bell, abrazando a ambos con gran fuerza y llorando ligeramente.
-Me alegra mucho saber que estás bien, si estás aquí es porque lograste tu objetivo ¿verdad?-Preguntó Zald, dándole una sonrisa fraternal.
-Sí Bell, cuéntanos cómo te fue, queremos oír absolutamente todo-Concordó Zeus de la misma forma que el gigante Zald.
-¿Eh? ¿Qué les cuente? Pero si les mandaba cartas cada mes ¿no les llegaron?-Preguntó Bell con clara extrañeza en su rostro, no entendía por qué ambos pedían que contara nuevamente todo.
-Bell... sobre recibir las cartas jeje... si las recibíamos, pero digamos que Alfia siempre las hacía polvo...-Respondió Zeus, rascando el costado de su cabeza y riendo nerviosamente.
-¿Mi mamá? ¿Por qué?-Preguntó el joven peliblanco sin entender el motivo por el cual Alfia hacía tal cosa.
-Simple, quería oír toda tu aventura de primera mano, ahora mismo está sentada en la mesa de la cocina, esperando a que entremos y que comiences a hablar... al parecer quiere que la sorprendas, aunque tengo miedo, dime por favor que no hiciste nada que amerita un "Gospel", no sé cuantas más personas estrelladas en la pared aguante esta pobre cabaña-Contestó Zald ante la duda de su sobrino, mientras masajeaba sus ojos con las yemas de sus dedos.
Bell al oír eso sólo tragó saliva y comenzó a temblar como un perro chihuahua.
-Iré comprando las tablas y los clavos, ustedes entren-Dijo Hermes, despertando la mirada de Zald y Zeus.
-Hermes, viejo amigo, es un gusto verte nuevamente, no te daré una bienvenida tan cálida por el momento, pero acepto gustosamente tu oferta, Alfia te tiene cierto odio y si te ve apenas iniciando lo que Bell contará, estará enojada desde el principio, así que vete y vuelve en 1 hora o 2 si es posible-Expresó Zeus, aceptando la sugerencia de aquel dios.
-¿Yo también tengo que irme?...-Preguntó una persona desde dentro de la cabina de la diligencia.
Saliendo de aquel lugar, fue vista por Zeus y Zald.
-Oh... hoy moriremos todos...-Dijo el dios con una mirada oscura.
-¿Uh?-Preguntó la joven.
-No nos malentiendas jovencita, no tengo que ser un genio para saber el motivo de tu visita, pero digamos que... Alfia te matará si vienes a robarle a su hijo...-Contestó Zald ante la sorpresa de la chica por lo dicho por el dios.
-¿Alfia? E-Espera... e-entonces la mamá de Bell es... y tú eres...-Respondía la muchacha con una voz temblorosa mientras señalaba a ambos hombres.
-Sí, mucho gusto, soy Zald, ex miembro de la familia Zeus, tal vez me conozcas por mi apodo "Glotonería"-Dijo el pelirrojo, saludando a la mujer mientras se inclinaba levemente.
-Y yo soy ni más ni menos que el mismísimo Zeus-Comentó el dios, extendiendo su mano.
-Y mi mamá es Alfia... ex aventurera de nivel 7 de la familia Hera, apodada "Silencio"...-Completó Bell a la presentación de su familia.
Los ojos de la pareja del peliblanco no se abrían más por la sorpresa porque no podían.
-E-En cierto modo tiene sentido... si fuiste entrenado por ellos dos... no es tan descabellado que hayas llegado como un nivel 4 a Orario-Respondió la aventurera, tratando de ocultar su miedo.
-Te sugiero que vayas con Hermes, vuelve cuando hayamos terminado-Dijo Zeus, preocupado por lo que Alfia haría.
-¿Bell?-Preguntó la aventurera, mientras esperaba la opinión de su amado.
-Creo que es lo mejor por ahora, pensaba que ella ya sabía lo que había sucedido en todo este tiempo pero al parecer vamos a tener una plática muy larga, perdón-Dijo Bell mientras se disculpaba.
Ella sólo negó.
-No hay problema, tómense su tiempo, no es como si no la vaya a conocer, no tengo problema en esperar-Respondió ella, volviendo a entrar a la diligencia y agitando su mano.
Zeus le dió algunas indicaciones a Hermes para que llegara a la carpintería donde comprarían los materiales, le dijo que informara que iba a nombre suyo, al parecer eran clientes frecuentes, tanto así que ya les hacían descuentos por los materiales.
Ambos se retiraron, dejando solos a Bell, Zeus y Zald en la puerta de la casa.
-Te conseguiste una chica muy hermosa, pero... ¿Qué tal es para pelear?-Preguntó Zeus mientras acariciaba el cabello de su nieto.
-Es una gran guerrera, es muy fuerte, pero... al nivel de mamá... no lo sé, nunca la vi luchar al 100, hasta cuando entrenaba con ella siempre me decía que no era más que un juego para ella-Contestó Bell, teniendo miedo de perder a su amada.
-Esperemos que Alfia no termine de mal humor... vamos-Dijo Zald, abriendo la puerta.
Tras un pequeño crujido de la misma, Bell pudo ver que todo su hogar se encontraba tal y como lo recordaba, era tan... cálida, con un dulce olor imposible de identificar, los muebles de madera acomodados del la misma forma que cuando se fue, al parecer no hicieron cambio alguno.
Hasta el fondo se pudo ver una silueta, se trataba de aquella persona que tanto miedo infundía en los habitantes de ese hogar, Alfia...
Iluminada con la luz de una vela, Bell pudo ver el rostro de su madure mientras se acercaba.
Ella no hizo ninguna clase de mueca ni dijo ninguna clase de palabra al ver a su hijo acercándose.
-He vuelto, mamá-Expresó el joven peliblanco, sonriendo cálidamente hacia ella.
En ese momento, sin previo aviso, ella saltó a abrazarlo.
-Te extrañé tanto Bell... haz crecido mucho en sólo un año... me alegra verte otra vez... sabía que sobrevivirías a los retos que Orario te impondría-Dijo Alfia, abrazando fuertemente a su pequeño, llorando ligeramente de alegría por reencontrarse con él.
-Mamá...-Alcanzó a decir Bell, para después llorar de la misma manera que Alfia.
El manojo de sentimientos que se combinaban en ese instante era difícil de digerir para una persona sensible, el reencuentro entre una madre y un hijo, lo felices que ambos se veían por volverse a ver después de tanto tiempo y el saber si la meta de aquel joven que se fue de este lugar se cumplió o no, creaba este ambiente.
Después de algunos minutos abrazados, ambos se separaron.
-Haz crecido mucho, Bell-Dijo Alfia, limpiando sus lágrimas y acariciando el cabello del joven mientras le sonreía.
-¡Pero dejemos el sentimentalismo!-Gritó la peli plateada, haciendo que todo el estado de ánimo cayera en picada y poniendo en alerta al chico.
-Siéntate Bell-Ordenó la joven madre hacía su hijo.
-¡Sí mamá Alfia!-Sin una pizca de vacilación, Bell se sentó en la silla de madera frente a la mesa que Alfia había preparado para él.
-Mamá... ¿por qué el cambio de ánimo tan repentino?-Preguntó el peliblanco, temblando mientras veía que su madre se sentaba en su lugar, justamente frente a él.
-Porque sé que te habrás metido en infinidad de problemas en todo este tiempo y sólo pensar en ello hace que tenga ganas de golpearte-Respondió Alfia, tomando asiento y cambiando su rostro a uno serio y sin expresiones.
-A-Alfia ¿Dónde nos sentaremos nosotros?-Preguntó Zeus.
-¿Ah? Ustedes estarán ahí parados, al menos que quieran sentarse en el suelo-Respondió la peli plateada con un tono despectivo.
Zald decidió permanecer de pie y en silencio, él sabía que no tenía sentido discutir con ella.
Zeus por su parte sólo se sentó en el suelo como Alfia había sugerido.
-Bien Bell, cuéntame TODO lo que pasó en tu año en Orario, no omitas ninguna clase de detalle-Dijo Alfia rompiendo el silencio del lugar, con un tono amenazador y una mirada afilada.
Bell tragó saliva y tomó aire.
-Comencemos por mi llegada a Orario... al principio, tenía pensado unirme a la familia de Hermes-Sama, ya que era al único Dios que conocía en ese momento, pero al parecer, le dijiste que si me aceptaba lo regresarías a Tenkai y por eso mismo me negó la entrada a su familia...-Dijo Bell para comenzar su historia.
-Claro que lo hice, no hay manera de que permitiera que ese pervertido fuera tu Dios, con que este maldito viejo lo fuera primero era suficiente-Expresó Alfia, interrumpiendo el hablar del joven.
-Sí... p-pero continuando... al recibir la negativa de Hermes, estuve vagando un tiempo buscando a una de las familias que me habías sugerido mamá, pero... me dijeron que la familia Astrea había desaparecido hace unos años ya...-
Esto al parecer tomó por sorpresa a Alfia, quien no se esperaba eso, pero decidió seguir escuchando atenta lo que su hijo tenía que decir.
-Como la familia Astrea dejó de existir, estuve un tiempo buscando alguna familia que me aceptara, como me aconsejaste, no dije nada sobre mi nivel ya que algunos dioses me aceptarían solo por sus propios intereses y me verían solo como una fuente de ingresos, aunque eso provocó que estuviera vagando por casi dos días sin encontrar a algún dios, hasta que... La diosa Hestia llegó-
Una sonrisa era dibujada en el rostro de Bell al recordar su encuentro con aquella pequeña diosa.
-Hestia... no recuerdo a una diosa con ese nombre cuando yo era aventurera...-Dijo la peli plateada, mirando hacia la nada y tratando de ver en alguno de sus recuerdos si tenía información sobre aquella diosa.
-Es que ella llegó hace poco a Orario, mucho después de que vengamos a vivir aquí, ese debe ser el motivo-Respondió Bell ante la duda de su madre.
Después de la explicación, Alfia le dio una mirada que daba hincapié a que el joven siguiera con su historia.
-Ella me aceptó después de que me vió en un callejón, sentado-
-¿Sentado en un callejón? Llevaste dinero ¿qué hacías ahí?-Preguntó Alfia, interrumpiendo nuevamente.
Aquí empezaba el primer error de Bell.
-D-Digamos que me estafaron y gasté casi todo en la posada de los primeros días y en comida...-Respondió Bell, desviando la mirada para no hacer contacto visual con su madre y con justas razones, mientras decía eso, la mirada de Alfia se oscurecía gradualmente.
-¿Quienes fueron? Me siento con ganas de hacer una pequeña visita a Orario...-Dijo Alfia.
-¡Hiii! ¡No es nada mamá! Si no fuera por eso no hubiera conocido a Hestia-Sama, así que digamos que fue un mal necesario ¡Por favor tranquilízate!-Rogó Bell a los gritos para tranquilizar a Alfia.
-Mmmm si lo pones de esa manera... bien... por el momento no diré nada, tienes un punto-Respondió ella, bajando su aura amenazante.
Bell suspiró en señal de alivio al igual que su abuelo y tío.
Al parecer, al única que podía interrumpir o decir algo, era Alfia, ya que Zeus y Zald no mediaban palabra alguna aunque en sus rostros se notaba que tenían algo que decir.
-Como iba diciendo, en ese momento ella se convirtió en mi diosa y de esa manera comenzó mi historia como aventurero en Orario, vivíamos en una iglesia antigua y algo golpeada por el pasar de los años, pero de todas maneras estábamos bien, me registré en el gremio, donde conocí a mi asesora, Eina, una semi elfo que siempre me ayudó, creo que tú y ella se llevarían muy bien, al igual que tú, mamá, ella es muy diligente cuando se trata de estudiar, hizo que me aprendiera todo lo posible sobre los pisos del calabozo, absolutamente cada detalle, si no fuera por ella, posiblemente hubiera tenido problemas a la hora de adentrarme a él, aunque siendo nivel 4 no estoy tan seguro de si eso fuera posible-
Los familiares escuchaban atentamente, cuando Alfia escuchó el nombre de una mujer, frunció ligeramente el ceño pero guardó silencio, cuando Bell continuó, su enojo desapareció, al parecer él la veía como amiga solamente, por parte de Zeus, levantaba sus pulgares y guiñaba su ojos en dirección a su nieto, ya que logró estar cerca de una elfo, Zald le dió un pequeño golpe en la cabeza al Dios, evitando así que Alfia se diera cuenta de ello.
-Cuando mi diosa vió mi estado, se alegró mucho de ver que era nivel 4, pero se sentía preocupada por los problemas que ello podría desencadenar, fue en ese momento donde recordé lo que mi abuelo me había dicho, que, cuando consiguiera un Dios, le avisara sobre mi situación y que esté fuera con Uranos a decirle sobre el trato que él y mi abuelo habían hecho. Por lo que eso hice, al parecer el trato era que él se encargaría de ocultar mi estado, haciendo que en mi hoja de estado aparezca que soy nivel 1 y que, en cada actualización, sólo se vieran mis estadísticas aumentando y una de mis habilidades, evitando que la gente sepa sobre Liaris Freese, Hestia-Sama aceptó cada término sin rechistar, me dijo que ella y mi abuelo se llevaban bien en el cielo, por lo que no tenía problemas en hacerle ese favor a un amigo-
-Buen trabajo viejo, al menos eso si supiste hacerlo bien, en fin-Dijo Alfia hacia Zeus quien seguía sentado en el suelo.
-Entré por primera vez al calabozo y todo resultó bastante bien, no tuve ningún problema en los primeros pisos, era aburrido hasta cierto punto ya que ningún monstruo me presentaba un reto real, pero no podía ir más abajo ya que podía levantar sospechas sobre mi nivel verdadero, así pasó una semana hasta que tuve mi primer "rival", se trataba de un minotauro que estaba persiguiendo a algunos aventureros en el piso 5, al parecer estaba siguiéndolos desde pisos más bajos y es así como llegó a los primeros pisos del calabozo, sin mucho problema logré acabar con él y salvar a los aventureros, cuando terminé con aquel monstruo, una chica de cabello dorado se acercó a mi, creo que se sorprendió por lo que hice, ahí fue donde me di cuenta de que hice justo lo que no deseaba, llamar la atención así que decidí huir sin mediar palabra con ella-
-Hiciste bien-Interrumpió Alfia, con una mirada que demostraba... ¿orgullo?.
Bell solo permaneció en silencio.
-Después de ello, evité seguir llamando la atención, mi falna seguía creciendo mucho, tanto así que no era difícil pensar que en unas semanas más subiría a nivel 5, o nivel 2 según mi hoja de estado, después de un par de días, conocí a una camarera en "La señora de la abundancia"-
Al decir eso, Alfia volvió a fruncir el ceño.
-Ella siempre ha sido una persona muy amable conmigo, mientras me daba una piedra mágica que había dejado caer en la calle, mi estómago gruñó y ella amablemente me dió un bento, no quise aceptarlo pero dijo que, mientras fuera a comer a ese lugar, no había problema alguno, no tuve más opción que aceptar-
-Eres muy fácil de manipular-Dijo Alfia mientras suspiraba.
-P-Pienso lo mismo-Respondió Bell.
-Ese día todo fue normal, hice caso a las indicaciones de Eina y terminé mi estancia en el calabozo, esa misma noche me dirigí al bar, ahí fui recibido de buena manera, todas las camareras eran muy amables y serviciales, Syr me atendió y comencé a comer, la jefa del lugar me llenó de varios platillos, al parecer pensaba que estaba algo delgado, estuvo tranquilo el ambiente hasta que entraron los miembros de la familia Loki, entre ellos se encontraba la chica que mencioné antes-
-Familia Loki... comprendo, no es descabellado pensar que ellos, junto a a la familia Freya, tomaran el lugar como las familias más fuertes de Orario, pensé que igual lo haría la familia Astrea pero dijiste que desapareció-Opinó la peli plateada para sí misma.
-Al parecer ellos pensaron que yo huí de "La princesa de la espada" por tener miedo, pensaron que ella me salvó aunque no fue así, un hombre lobo comenzó a decirme cobarde o basura, cosas por ese estilo...-Mientras Bell decía eso, Alfia volvía a emanar una aura amenazadora.
-¡Tranquila Mamá! No me interesó en lo más mínimo lo que él dijera, era molesto, si, pero la princesa de la espada lo interrumpió y le dijo que fui yo quien acabó con el minotauro, aunque nadie le creyó... me sentí feliz por saber que alguien me defendía-Dijo Bell, sonrojándose un poco debido al recuerdo de ello.
-Terminé mi comida, pagué la cuenta y me retiré en silencio, no deseaba que me reconociera-
-Continúe yendo al calabozo, me enteré de que había un evento llamado Monsterphilia y me animé a ir, mi diosa tuvo una reunión con los dioses así que fui solo, hasta que, algunas de las camareras de "La señora de la abundancia" me interceptaron y me pidieron que le entregara su monedero a Syr, al parecer lo olvidó y ella fue al evento, como era a donde me dirigía, no tuve ningún problema en entregárselo, pero... no la encontré en ningún lugar, después de eso, mi diosa y yo nos encontramos en la pequeña feria y ella me ayudó a buscar a Syr, pero algo extraño pasó...-Tras eso, Bell soltó una pausa.
-Un espalda plateada comenzó a seguirnos, para mi desgracia, no tenía armas para enfrentarlo y hacerlo a los golpes despertaría aún más la atención, por lo que decidí huir con mi diosa, pero él nos seguía, entramos a la calle dédalo para lograr perderlo, sin embargo, no funcionó, fue en ese momento donde Hestia-Sama me entregó esta daga negra-Dijo el peliblanco, sacando de su funda la daga Hestia.
Alfia la tomó y se sorprendió de sobremanera.
-Es un arma muy bien hecha...¿Hefesto? Esta cosa debe valer muchos millones...-Opinó la madre, observando cada detalle de ella.
-Así es, 200 millones de valis para ser precisos, al parecer mi diosa hizo un trato con hefesto por la daga, la cual se volvió una deuda para la familia, claro que era mucho dinero pero al final la pagamos, volviendo a lo anterior, con la daga logré terminar con el espalda plateada sin muchos problemas y salvé a mi diosa, aunque se desmayó cuando todo terminó, por lo que la tuve que llevar para que descansara-
-Un espalda plateada los siguió específicamente a ustedes... no encuentro una explicación lógica...-Comentó Alfia.
-Tampoco nosotros pero no tiene sentido pensar en ello, dejé que descansara en "La señora de la abundancia" y cuando se recuperó, seguimos nuestra rutina normal-
-De alguna manera, Syr me ofreció un libro ya que le dije que tenía un día libre, sin que lo supiera, acababa de leer un grimorio...-
-Un grimorio... no me puedo enojar contigo, al fin y al cabo nunca te dijimos que era eso-Comentó Alfia.
-Quise devolverlo pero Mama Mia dijo que era culpa de quien lo había dejado ahí y que no me preocupara, así que le hice caso-
-Fui para probar mi magia en el calabozo pero... como nunca había tenido magia, caí en Mind Cero-
-Me lo esperaba, es lo más normal cuando alguien obtiene magia-Expresó la peli plateada, dándole un zape a su hijo por su irresponsabilidad.
-Me lo merecía... jeje, en fin, tuve la suerte de que la familia Loki o al menos dos de sus miembros, estuviera ahí, la princesa de la espada se quedó conmigo hasta que desperté pero huí cuando la vi, no sé por qué...-
"¡NI EN UN MILLÓN DE AÑOS DIRÍA QUE FUE PORQUE ELLA ME ESTABA HACIENDO UNA ALMOHADA DE REGAZO Y ESO HIZO QUE ME SINTIERA APENADO! ¡QUIERO SEGUIR VIVO HASTA QUE TERMINE LA HISTORIA POR LO MENOS!" Pensó Bell al finalizar esa parte.
-Mmmm, te cuidó, tengo que aceptar que es muy amable viniendo de esos malditos-Dijo Alfia, enojada aún por lo sucedido entre su familia y la de ella.
-S-Sí... cuando eso terminó, tuve un encuentro con una pequeña hobbit, para no hacer el cuento largo, ella tuvo problemas con su familia, la familia Soma y quería robar mi daga para lograr pagar la cuota para salir de ella, pero lo evité, aún así, quise ayudarla... aunque ella no lo dijera, necesitaba e imploraba ayuda, es por eso que la acompañé hasta su sede y fue ahí donde el dios soma le quitó el falna, al parecer tal cuota nunca existió realmente, era una mentira, después de ello, se unió a la familia Hestia junto conmigo, desde ese momento fue una de mis primeras amigas y de las personas en las que más confío-
-Eres increíble, esa niña intentó robarte y tú la ayudas, debería golpearte pero si te golpeara por cada cosa tonta que haz hecho, no estarías vivo ahora mismo, siempre haces todo por ayudar a los demás, pero me causa cierto conflicto que hasta ahora sólo chicas menciones-Dijo Alfia, frunciendo el ceño y subiendo su tono de voz por esto último.
Bell trago saliva e intentó cambiar rápidamente de tema.
-¡Como iba diciendo! Ella formó parte de mi familia y-y nunca volvió a pensar siquiera en ser nuevamente una ladrona. Al parecer, mientras estaba en el calabozo, dejé caer un regalo que Eina me dió y fue ahí donde la princesa de la espada me esperó, ella lo había recogido y fue hasta ahí para entregármelo, cuando me lo dió, ella me dijo que si quería entrenar con ella, yo acepté ya que ella parecía muy preocupada por mi... creo-
-Fufufu así que entrenaste con ella ¿eh?-Comentó la peli plateada.
-¡No es lo que piensas mamá! Sólo entrenamos...-
"De nuevo, no puedo mencionar las almohadas de regazo, ella era nivel 5 y yo nivel 4, era claro que, si bajaba mi fuerza hasta la de un nivel 1, ella me ganaría" dijo Bell en su mente al recordar todas las veces que Aiz lo noqueó.
-Una semana pasó y debo aceptar que mi crecimiento gracias a ello fue muy grande, tanto así que mejoré mi forma de combate-
-Al entrenar por última vez... sucedió mi primer encuentro peligroso...-
-Mientras iba al calabozo con Lili, un minotauro irregular apareció en el calabozo... hice que Lili huyera en busca de ayuda, aunque fue más una excusa, no podía luchar al 100 si ella estaba aquí...-
-La lucha fue más larga de lo que esperaba, aquel monstruo parecía saber lo que hacía, era muy buen combatiente, tras algunos segundos, para mi sorpresa, la familia Loki llegó junto con Aiz, viendo así toda la batalla, en este punto no me interesaba ocultar mi fuerza, sólo acabar con ese monstruo, lo cual logré después de transferir mi magia a la hoja de la daga mientras ésta se encontraba dentro del minotauro, causando así que explote y ganara-
-Todos en el lugar me veían con sorpresa, yo solo caminé hacia Lili y la llevé conmigo, mientras tanto oía gritos de aquel hombre lobo pero decidí ignorarlos. Al llegar a mi sede, mi diosa vió que todas mis estadísticas estaban en S o SS, incluso SSS, por lo que, aunque un minotauro no cuente como proeza para un nivel 4, me subió a nivel 5, al parecer Uranos dijo que levantaría más sospechas el no subirme de nivel por ello que hacerlo-
-Subiste a nivel 5 en un mes y medio, impresionante pero sinceramente me lo esperaba, es más difícil subir de nivel aquí que en el calabozo-Opinó Alfia, con cierto orgullo por El Progreso de su hijo.
-Sí, siento que, si hubiera sido entrenado en Orario, hoy en día sería mucho más fuerte, dejando eso de lado, después de mi encuentro con aquel minotauro, conocí a mi mejor amigo, Welf Crozzo, él necesitaba ayuda para bajar a los pisos intermedios y así desarrollar su habilidad especial como herrero, Lili y yo aceptamos sin problemas, firmé un contrato con él, donde me volví su cliente, aunque curiosamente nunca pagué nada de lo que él hizo, no con dinero, claro, sólo con dejarlo ser parte de nuestro grupo-
-Pasaron algunos días y nos vimos envueltos en una gran serie de problemas, habíamos decidido llegar hasta los pisos intermedios nuevamente pero... una gran cantidad de monstruos perseguían a unos aventureros de la familia Takemikazuchi, yo decidí acabar con ellos y así lo hice, pero Lili y Welf estaban heridos, decidí llevarlos a Rivira para que se curaran allá, pero... mientras llegaba ahí, un Goliath surgió, no tenía la oportunidad de luchar contra él ya que Welf y Lili necesitaban ayuda inmediata, así que corrí lo más que pude y llegué a Rivira, donde la familia Loki y Hefesto estaban, sin darme cuenta de quien estaba frente a mi, le dije que se encargara de Lili y Welf y corrí a luchar contra el goliath-
Flashback.
-¡Llévalos a un lugar seguro! ¡Yo me encargo del goliath!-Gritó Bell ante el aventurero que estaba en la entrada de la zona segura.
Corrió hacia donde el goliath trataba de colarse y mientras lo hacía, su habilidad "Argonauta" nacida al subir a nivel "2", comenzó a desprender un brillo blanco en su mano.
"Espero que esto sea suficiente, si no lo detengo aquí, se colará a la zona segura, no puedo permitirlo" pensó Bell, corriendo a toda velocidad para golpear al goliath.
Argonauta 60 segundos.
-¡AHORAAAAAAA! ¡FIREBOOOOOOOOOOOOLT!-Un gran rayo escarlata nació desde la palma de la mano del chico, saliendo disparado al cuerpo de monstruo, quien solo observaba la gran masa de poder que iba en su dirección, permaneciendo inmóvil, no había escapatoria, no había forma de evadirlo, su fin había llegado.
Apenas el rayo entró en contacto con el cuerpo del monstruo, comenzó a deshacerse poco a poco, dejando tras de sí solamente una piedra mágica.
-Lo... logré... c-creo que el cansancio de antes me está pasando factura...-Dijo a Bell mientras sentía como su mirada se apagaba poco a poco.
Antes de tocar el suelo, una persona lo tomó y lo cargó, pero Bell estaba demasiado cansado como para notar de quién se trataba.
Fin del flashback.
-Y eso pasó, derroté al goliath antes de que pudiera hacer algo, aquella persona que me salvó fue Aiz, la princesa de la espada, me llevó al campamento de su familia para que me recuperara junto con mis amigos, después de que estuvimos bien, nos retiramos de Rivira, me hubiera gustado conocerlo mejor en esa ocasión, pero no era el momento ni el lugar-
"Ni de loco digo que mi diosa se preocupó por mi por lo que Hermes-Sama y compañía llegaron a Rivira para buscarnos, mucho menos contaré lo que sucedió en el lago, mi mamá me mataría si lo dijera y luego mataría a Hermes-Sama por haberme metido en ese embrollo, lo único rescatable de esa experiencia fue que logré conocer mejor a Ryuu" pensó Bell, saltándose esos detalles importantes de manera natural.
Nota: Aquí, si bien Hestia fue al rescate de Bell junto con la familia Takemikazuchi y Hermes, junto con Ryuu, los eventos sobre el goliath negro y Mord no sucedieron.
-Derrotaste a un goliath de un golpe, no hay duda de que eres mi hijo-Dijo Alfia, orgullosa por el logro de su hijo.
-S-Sí, aunque, si no fuera por Aiz, pude haber muerto, le debo mucho a ella...-Contestó Bell, sonriendo tiernamente, tanto así que era imposible que Alfia se enojara.
-Tal vez le agradezca cuando la vea-Dijo Alfia para sorpresa de los tres hombres en la casa.
-¿Qué?-Preguntó la peli plateada al sentir las miradas de ellos.
-N-Nada...-Respondieron al unísono.
De esa manera, la travesía seguía siendo contada, sucediendo todo de manera tranquila y normal después del encuentro en Rivira, hasta que un día, llegó un pequeño problema con la familia Apolo.
-Apolo... ese maldito dios pervertido-Dijo Alfia, con enojo al oír el nombre de aquel dios.
-Lo que sucedió con él fue que quería provocarme para así iniciar un juego de guerra entre las familias, o mejor dicho, tener un verdadero motivo para iniciarlo, yo no hice caso a las provocaciones pero al parecer, ellos estaban dispuestos a hacer lo que fuera, tanto así que su capitán fue directamente a atacarme-
Flashback.
En "La señora de la abundancia" podíamos ver a Bell siendo tomado del cuello de su camisa.
-¿Qué? ¿Tienes algún problema con nosotros maldito Niño?-Preguntó Jacinto, sin soltarlo y con aires de superioridad.
-No, sinceramente me interesan poco o nada lo que ustedes hagan o como le laman las botas a su dios, pero no me embarren en su mierda-Respondió Bell con un tono frío y amenazante, cortesía de su mamá ya que Alfia le enseñó a intimidar a las personas.
Todos en el lugar se sorprendieron por la respuesta de Bell.
-¡Ugh! ¡Maldito!-Dijo Jacinto, lanzado un golpe a Bell, el cual fue bloqueado.
La sorpresa de los aventureros en el lugar no se hizo esperar, no era para menos, un nivel 2 bloqueó como si anda el golpe de un nivel 3.
-¿Sabes? Sé que intentan provocarme, sé sobre tu dios, arrebata los niños de otras familias, no me interesa lo que haga pero... como dije, no me embarren en su mierda-Comentó Bell, apretando el puño de Jacinto hasta quebrarlo, haciendo así que este lo soltara.
Nota: Pobre Jacinto, enfrentando a un nivel 5, que pega como nivel 10 y aguanta tranquizas como nivel 20.
Bell salió del lugar, detrás de él lo siguieron Lili y Welf.
"Esto será problemático pero... tengo que imponerme ante la adversidad" pensó Bell, sabiendo lo que venía por hacer eso.
Fin del flashback.
-Por eso, Apolo nos retó a un juego de guerra, no tuvimos más opción que aceptar pero... gracias a mis amigos, no fuimos solos Lili y yo, Welf y Mikoto, de la familia Takemikazuchi, se unieron a nosotros en nuestra familia, también mi amiga Ryuu pero ella sólo fungió como refuerzo, porque ella no podía unirse a la familia Hestia, antes del juego de guerra, Tiona, una amazona de la familia Loki y amiga mía, junto con Aiz, me entrenaron para que estuviera preparado-Dijo Bell aunque, al mencionar el juego de guerra, recordó la fiesta donde había bailado con Aiz.
"Otra cosa que no puedo decir ahora, debo esperar a que Aiz llegue para que le contemos sobre nuestra relación..." pensó Bell, nervioso por cómo su madre tomaría la notica, aunque por el momento parecía que le agradaba Aiz.
-Derrotamos a la familia Apolo y de esa manera, dejó de existir, mi Dios pidió como recompensa todo lo que Apolo tenía, dinero, mansión, etc, detalles sin importancia, como la conversación de familia solo se puede hacer cuando llevas un año en la familia, Welf, Lili y Mikoto se quedaron con nosotros, formando así la familia Hestia, ya no éramos sólo Kami-Sama, Lili y yo, también subí a nivel 6 o nivel 3 según el gremio-Expresó Bell, claramente feliz por ello.
Alfia solo sonrió, estaba feliz de saber que su hijo había conseguido personas tan buenas como amigos.
"Sabe elegir a las personas y sacar lo mejor de ellos... Meteria, en verdad se parece a ti, aunque sigue sin convencerme la relación con esa mocosa de la familia Loki, Bell la menciona mucho, pareciera que casi siempre está junto con él, cuando era una niña era fuerte, me gustaría ver lo fuerte que se hizo ahora" pensó Alfia, mientras cerraba los ojos.
"Y muy a mi pesar, también se parece al maldito de su padre" agregó la peli plateada a su hilo de pensamiento, hinchando una vena en su frente.
-Continúa Bell-Dijo Alfia, dándole permiso de seguir hablando.
Al parecer, Bell permaneció callado por un momento, tratando de tomar valor, temblando como si de una gelatina se tratara y poniéndose rojo.
-¿Bell?-Preguntó Alfia al ver la nula reacción del joven.
-M-Mamá... antes de c-continuar... ¿Me prometes que no te enojarás?-Preguntó Bell, con la voz entre cortada y sudando a mares.
Esto tomó por sorpresa a Alfia, quien no entendía eso.
-No sé por qué te pones así, no creo que hayas hecho algo peor que lo que me haz dicho hasta ahora ¿Qué hiciste? ¿Ir al distrito del placer?-Dijo la peli plateada de forma sarcástica, casi burlándose de ello ya que no había forma de que eso hubiera sucedido... ¿verdad?.
Tanto Zeus como Zald y Alfia se rieron, pero las risas se fueron apagando cuando notaron que Bell seguía callado, con la mirada hacia abajo y sus ojos simulándose como remolinos.
Fue ahí donde, toda la risa y diversión, pasó a un terror extremo que subía por toda la espina dorsal de los que se encontraban en el lugar.
-Bell... ¿Fuiste al distrito del placer?-Preguntó Alfia con un tono de ultratumba.
-S-Sí... ¡Pero!...-Respondió Bell tratando de excusarse pero no tuvo tiempo de hacerlo.
*PUUUUUM*
Un fuerte golpe fue escuchado hasta en Orario, se trataba de Alfia, quien le había dado un puñetazo en el rostro a Bell.
-¡GOSPEL!-
-¡PUAAAAAAH!-
Tras ese golpe, Bell se estrelló con la pared.
-¡¿QUÉ DEMONIOS HACÍAS TÚ EN EL DISTRITO DEL PLACER?!-Gritó Alfia con gran enojo mientras se acercaba para golpear a Bell.
-¡E-Espera Alfia!-Decía Zeus pero fue golpeado de igual manera.
-¡Espera Alfia! Piensa, si él sabía que actuarías así ¿Por qué te lo diría? Debe haber tenido un motivo de suma importancia-Dijo Zald, poniéndose entre Bell y Alfia.
-¡NO ME INTERESA! ¡FUE AL MALDITO DISTRITO DEL PLACER! ¡ÉL NO TIENE QUE IR ALLÁ AUNQUE SEA UN MOTIVO DE VIDA O MUERTE! ¡NO VOY A PERMITIR QUE SE CONVIERTA EN SU PADRE! ¡SOBRE MI CADÁVER!-Gritó la peli plateada nuevamente con una furia incontrolable.
-M-Mamá... f-fui porque una chica fue llevada ahí en contra de su voluntad... una amiga de Mikoto...-Decía Bell, escupiendo sangre.
Bell escupió lo que parecía ser un diente y se puso de pie.
-Mikoto nos ayudó en el juego de guerra y es una amiga para mi, tenía que ayudarla, puedes odiarme por haberlo hecho pero... no me arrepiento, además, no hice absolutamente nada-Continuó el peliblanco.
Esto pareció sorprender a Alfia, provocando que se calmara ligeramente.
-Entiendo... confiaré en ti, continúa-Dijo la madre, volviendo a su asiento.
Bell hizo lo mismo mientras que Zald sacaba de la pared a Zeus, quien no parecía mostrar señales de vida, pero después de echarle un vaso con agua en la cara, despertó como si nada hubiera pasado.
Fue ahí donde él relató lo que había sucedido con su amiga Haruhime y como se encontró con ella tras un tiempo de búsqueda donde se encontró con Hermes y un grupo de Amazonas problemáticas de las cuales escapó antes de que pudiera suceder algo.
-Yo le prometí que al rescataría de ahí, aún sin saber que se trataba de la amiga de Mikoto, ella parecía realmente triste de estar ahí... no podía dejarla en ese lugar, así que escapé con ella pero... "eso" pasó-
-¿Eso?-Preguntó Alfia con un mal presentimiento dentro de ella.
-La familia Freya atacó a la familia Ishtar esa misma noche, acabando con su diosa... de esa manera fue que Haruhime por fin pudo ser libre, no entendía por qué la familia Freya atacaría a la familia Ishtar hasta que se comprobó que ella estaba ayudando a Evilus con tal de lograr asesinar a la familia Freya, pero de todas maneras, sentí que no era solo por eso, aunque decidí ignorar ese tema.
Al llegar a la sede, Mikoto me dijo que Haruhime era la amiga que buscábamos. Al parecer fue vendida por algo que ella no hizo y acabó en el distrito del placer, al no tener falna, se unió a nuestra familia aunque... comprendimos el por qué Ishtar la quería...-
-Ella puede subir un nivel a las personas, tiene esa magia...-
El rostro sorprendido de Zeus, Zald y Alfia no se hizo esperar ante esa noticia.
-Había escuchado que los Renard tienen una magia especial pero no me esperaba esto...-Susurró Zald, tomando su barbilla.
-Tampoco sabíamos nosotros, por eso es que decidimos mantener en secreto ese tema con ayuda de Uranos-Contestó Bell a las palabras de su tío.
-Una decisión inteligente, no me quiero imaginar lo que Loki o Freya harían con esa información-Expresó Alfia.
-Dudo que haya sido ese el motivo por el cual Freya atacara a Ishtar, al fin y al cabo, ellas dos siempre han tenido una relación así, sólo hacía falta un incentivo para que todo desencadenara en una guerra, al saber que eran miembros de Evilus y que planeaban atacar a su familia, tuvieron los motivos de sobra-Mencionó Zeus con clara comprensión del actuar de ambas diosas.
-Si bien, decidí ignorar el tema... poco después supe en realidad por qué lo hizo... pero... creo que será mejor decirlo en su momento-Interrumpió el joven a las palabras de su abuelo.
Esto tomó desprevenido a los presentes, más por el ceño fruncido de Bell que en sí por sus palabras.
-En fin, creo que sería bueno continuar-Comentó Alfia para sacar de ese bache la conversación.
Bell continuó con su historia nuevamente.
-Al salvar a Haruhime y hacerla parte de nuestra familia, tuvimos un tiempo relativamente pacífico, en el que aprovechamos para explorar en grupo el calabozo y así aligerar la deuda con la familia Hefesto, sobra decir que fue un éxito en cuestiones financieras, debo admitir que desde que llegó Lili, hemos estado muy bien en cuestiones económicas, en parte porque ella evitaba que mi diosa gastara el dinero en cosas tontas jeje-
-Hasta que un día... conocí a alguien que cambió mi vida y mi percepción de las cosas...-
La atención de Alfia se intensificó al decir esas palabras.
-Wiene... ese es su nombre, una Vouivre-
-¿Qué quieres decir con "una vouivre"?...-Preguntó Zald atónito.
-¡Bell! Sé que te dije que armes un harem ¡pero no de monstruos! ¡¿Qué hice mal para que tuvieras fetiche de monstruo?!-Dijo Zeus, agitando a Bell.
-¡MALDITO VIEJO CIERRA LA BOCA!-Gritó Alfia, golpeando nuevamente a Zeus.
-A ti más te vale que eso de "Fetiche de monstruo" no sea más que una broma de ese maldito anciano pervertido-Agregó la mujer con una mirada terrorífica en dirección a la persona que iban dirigidas aquellas palabras.
-¡No se trata de eso! ¡En serio no se trata de eso!-Se justificó el joven, negando con la cabeza y las manos
-No me creerán sin que lo vean pero... existen monstruos capaces de sentir, capaces de hablar, ser amigables... se les conoce como "Xenos", son un grupo de monstruos inteligentes que Uranos protege, tratando de cumplir el sueño que ellos tienen... vivir en la superficie y convivir con los humanos como iguales, pero volviendo a lo que les decía... me encontré con Wiene un día, ella se veía aterrada, con miedo, lágrimas en sus ojos, fue atacada por otros monstruos y yo no podía dejarla ahí, así que... la subí conmigo a la superficie-
-Creo que ya sé para dónde va esto... hiciste una tontería muy grande Bell, demasiado grande-Reprochó Zeus.
-Lo lamento abuelo, sin embargo, no me arrepiento de haberlo hecho, ella estaba asustada y necesitaba ayuda ¿Cómo puedo soñar con ser un héroe si no soy capaz de salvar a una pequeña niña enfrente a mi?-Respondió Bell con gran seguridad en sus palabras.
Alfia permanecía en silencio, no daría un veredicto sin antes oír la historia completa.
-No fue difícil hacer que mi familia la aceptara, la tuvimos algún tiempo en la mansión, ahí fue donde le di su nombre, todos le tomamos cariño hasta que recibimos un aviso de Uranos, en el cual nos decían que debíamos devolverla y nos dió un mapa, fue ahí donde conocimos al resto de los Xenos, a quienes considero mis amigos y compañeros de armas, pero... ocurrió algo que ninguno de nosotros pudo prever-
-La familia Ikelos los secuestró... y liberó a Wiene sin la joya de su frente, causando un revuelo en toda la ciudad, el cual... yo debía detener-
Flashback.
En medio de la ciudad, un gran caos se había librado, una vouivre estaba sin control, destrozando todo a su paso.
Bell, después de detener los planes de Ikelos, fue para detener a Wiene, pero... se encontró con las peores personas en ese momento... la familia Loki.
Wiene estaba acorralada, con la lanza de Finn enterrada en una de sus alas, se estaban alistando para terminar con ella pero alguien se puso en medio.
-Bell...-Nombró Aiz al ver la presencia del joven peliblanco, extendiendo los brazos, impidiendo que ataquen al monstruo.
-¿Qué hace?...-Preguntó Finn sin entender lo que sucedía.
Bell sabía perfectamente que... aunque fuera nivel 7 y prácticamente el aventurero más fuerte junto a Ottar en ese momento, la familia Loki no era algo que podría manejar sin recurrir al 100% de su poder, cosa que no deseaba hacer.
-¡Ella es mi presa!-Gritó Bell, desprendiendo la lanza de "El valiente" del ala de Wiene, dejando que esta escape.
Bell corrió detrás de ella para lograr poner nuevamente la joya en su sitio y así tranquilizarla.
El joven pudo ver los rostros de todos en el lugar, estaban estupefactos por lo que estaba haciendo aunque... la reacción que más le dolía era la de Aiz, quien parecía no poder creer lo que veía.
"Perdón Aiz, perdón en serio pero... prefiero vivir con el odio de todos que vivir habiendo traicionado mis ideales y lo que considero correcto" pensó Bell, girando la mirada y plantándola hacia adelante, aguantando las ganas de llorar.
De pronto un gran estruendo resonó en el lugar que el muchacho había abandonado para seguir a la vouivre, no tuvo tiempo de pensar en ello o preocuparse por lo que sucedía, su mente estaba enfocada en salvar a aquella pequeña niña.
Una gran ráfaga de ataques de varios magos iban en dirección a ella, Bell bloqueó todo usando su propia magia, provocando así varios daños a aventureros y edificaciones.
-¡Explícame lo que sucede Bell Cranel!-Gritó una voz a espaldas del joven.
"Lo siento Lefiya... no puedo hacerlo, no ahora, debo alcanzarla, tengo que hacerlo, no es demasiado tarde, no es demasiado tarde" dijo en su mente el peliblanco, ignorando aquel pedido.
Wiene fue guiada hacia una trampa, justamente en el coliseo de monstruos.
-¡ESPERA WIENE! ¡WIENE!-Gritaba Bell, tratando de advertirle sobre la trampa, aunque... fue demasiado tarde.
Una gran cantidad de hechizos fueron lanzados por los magos que rodeaban la circunferencia del sitio, provocando así un gran daño a la pequeña monstruo.
-¡Wiene! ¡El piso se derrumba!-Gritaba Bell mientras corría hacia ella para sujetarla pero cayó junto con ella.
Cuando por fin se puso de pie... lo notó... el daño ya estaba hecho, aquella pequeña niña estaba desapareciendo, su piedra mágica se estaba quebrando.
-¡No! ¡No! ¡No!-Negaba el peliblanco, abrazando el cuerpo de la chica.
-B-Bell... Lo siento...-Dijo Wiene, con sus fuerzas reducidas.
-Tranquila, no te preocupes, yo estoy bien, así que Wiene...-Respondía el muchacho con la voz entrecortada.
-A veces sueño... un sueño en el que nadie viene a rescatarme... una pesadilla.. pero esta vez hubo gente que vino a ayudarme... me hizo muy feliz...-Expresó la Vouivre, con una sonrisa en su rostro.
Al finalizar esas palabras, la piedra mágica no resistió más y se quebró, dejando tras de sí únicamente una gran cantidad de polvo.
Bell se hincó a llorar, hasta que una voz lo sorprendió.
-Área inexplorada, la pared prohibida. En este día, desobedezco el código del cielo: los asclepios de Pius, el cáliz de Salus. Tu voz forzando el poder de curación para llegar - Lo deseo a pesar de la espera. Tribunal del rey, trueno de condena. Si eres quemado a pesar de la providencia de Dios, confronta tu propio infierno. Abre Kaimon, más allá del río del inframundo. Escucha, rey oscuro. Deseo cruzar el umbral de la locura. Detener las lágrimas inesperadas, lamentación dispersa. El precio ha sido pagado. Luz del camino. Para el sacrificio dado en el pasado, quiero la iluminación del deseo insensato. Oh, no miro hacia atrás-
Una gran torre de luz se extendió desde donde estaban hasta el cielo, el responsable de eso era Fels, quien había usado una antigua magia, la cual era capaz de romper las leyes del mundo, la cual era capaz de... revivir a alguien.
La joya de Wiene comenzó a brillar de igual manera hasta que una esfera de luz se formó al rededor de la misma hasta que sucedió el milagro.
Wiene... había revivido.
Fin del flashback.
-Una magia desconocida, la cual nunca había funcionado en siglos... lo hizo cuando más lo necesitaba, cuando más lo quería... la suerte es una maldita bastarda jaja... a veces no sé si soy alguien muy afortunado o de plano un malaventurado-Finalizó Bell con esa frase, limpiando sus lágrimas por recordar ese momento.
Alfia permaneció en silencio ante lo que su hijo le había dicho.
Hasta que de pronto lo abrazó.
-Debió ser duro ¿Cierto? No me imagino todo lo que sufriste por eso... no te juzgaré, hiciste lo que tu corazón sintió que era correcto, no puedo decir nada más que... estoy orgullosa-Expresó la peli plateada, mientras acariciaba la cabeza de su pequeño.
Esas palabras, fueron suficiente para que el abrazo siguiera por mucho tiempo, Bell no deseaba separarse de ella, aunque ya habían pasado muchos meses desde que eso sucedió, él aún seguía con el trauma de ver morir a aquella pequeña.
"Desearía poder contarte lo que sucedió después eso pero... empeoraría la situación con respecto a Aiz"
Flashback.
-Si hacen llorar a alguien, mataré a todos los monstruos-Dijo Aiz, quien estaba enfrente de Bell, apuntando su estoque hacia su dirección.
Bell cubría detrás de sí a Wiene, el plan para regresarlos a Knoss había llegado a su punto crítico.
-Bien... entonces esto será así...-Dijo Bell, elevando su aura cuando Aiz se lanzó a atacarlo.
Una gran cantidad de chispas salían desprendidas del choque entre la daga Hestia y la espada de Aiz.
-¡Wiene! ¡Vete! ¡Yo me encargo de ella!-Imploró Bell, bloqueando todos los ataques de Aiz.
Wiene dudaba si irse o no pero sabía que si se quedaba sólo estorbaría.
Aiz, al ver como su objetivo se iba, trató de evadir a Bell aunque... sucedió algo que no esperaba.
-¡FIREBOOOOOLT!-Gritó el joven en su dirección, impidiendo el paso de ella.
La princesa de la espada no pudo siquiera ver el momento en el que Bell se lanzó a atacarla después de eso.
-Señorita Aiz... en verdad no quiero hacerlo, lo digo en serio, pero... no permitiré que toques a Wiene, así eso signifique tener que luchar contra ti con toda mi fuerza-Dijo el peliblanco con un tono amenazador, que hizo temblar el brazo de Aiz.
La fuerza de Bell comenzó a aumentar de repente, tanto así que le era imposible a Aiz tan sólo acercarse a él o responder a los ataques, únicamente se dedicaba a bloquear los ataques que podía.
"¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo luchar? Es sólo un nivel 3, yo tengo el doble de su nivel" pensaba Aiz al verse abrumada por Bell.
El choque entre daga y espada seguía hasta un punto realmente crítico, pero la princesa de la espada decidió hacer más serio el asunto.
-¡Tempestad! ¡Ariel!-Dijo Aiz, haciendo que un gran viento de color escarlata rodeara su cuerpo.
Tras eso, los papeles se invirtieron, Aiz ganaba terreno en el combate mientras que Bell se concentró en frenar el paso de Aiz lo más que su cuerpo podía.
"No me interesa ganar... sólo me interesa que ella esté bien"
-¡Lucha!-Gritaba Aiz con claro enojo, tras lo que demostró Bell en la batalla antes de que ella activara su magia, sabía que él se estaba conteniendo.
Aiz le dió una patada, mandándolo a volar y estrellándolo en la reja.
-¿Por qué haces esto? No es humana, es un monstruo-Preguntó la princesa.
-Es simple... puede hablar, puede reírse... ¡Tiene sentimientos como nosotros!-Respondió el peliblanco, tomando aire después de decirlo.
-No son como nosotros, los monstruos matan humanos...-Decía Aiz pero fue interrumpida por Bell.
-¡Nosotros matamos a muchos de ellos igual!-Gritó el joven con clara furia.
-Mis cuchillos, tu espada-Agregó Bell a sus palabras.
-Se acabó... terminaré contigo-Dijo la rubia, apuntando su estoque al cuerpo del muchacho.
-Si no puedo hacerte entrar en razón... entonces supongo que tienes razón... se acabó-Contestó Bell, mirando a la princesa de la espada seriamente.
Ella sintió una gran presión en el campo de pelea.
"¿Qué es esto?..." pensó ella con terror al presenciar el cambio de actitud que aquel niño que había entrenado desde hace varios meses adoptó.
-¿Q-Qué eres...?-Preguntó ella, con su brazo temblando.
-¡No!-Gritó Wiene, poniéndose en medio de ambos.
-¡NO LASTIMES A BELL POR FAVOR!-Agregó la pequeña a sus palabras.
-¡¿WIENE?!-Preguntó Bell, abandonando su estado anterior.
Aiz permanecía en silencio, sin decir nada.
-¡Yo quiero estar con Bell!-Dijo la vouivre, mientras lloraba.
-No lo permitiré... tus uñas lastiman humanos, tus alas los aterran, tu piedra matara a mucha gente ¡No permitiré que permanezcas en la superficie como el resto! ¡No puedo permitirte escapar!-Gritó la princesa de la espada con un rostro sombrío, levantando nuevamente su estoque.
Sin previo aviso, Wiene comenzó a arrancarse las garras.
-¡Wiene!-
-¡Ahhhhh!-Gritaba la pequeña niña de dolor mientras su sangre se demarraba.
El rostro de Aiz cambió de uno decidió a uno llena de miedo por lo que veía.
Lo último que quedaba... era su ala...
Al ver lo que ella iba hacer, Bell fue en su auxilio pero era demasiado tarde, ella la había arrancado por completo, las heridas habían provocado que ella cayera cansada por soportar el dolor.
-La próxima vez que deje de ser yo... desapareceré de verdad-
-Estaba sola en un sitio frío y oscuro-
-Desde antes de ser yo misma... tenía miedo-
-Me sentía sola...-
-Nadie me abrazaba...-
-Pero Bell me salvó....-
-¡BELL ME SALVÓ AÚN CUANDO ERA OSCURA!-
Esas palabras fueron las que salieron desde lo más profundo del corazón de Wiene, al igual que las lágrimas que nacían en sus ojos y desaparecían con el pasar de las mismas por las mejillas.
-¿Por qué...?-Dijo Aiz.
-¿Por qué a ti si te salvaron...?-
-Yo... yo no fui salvada...-
-Yo tuve que tomar la espada y salvarme a mi misma...-
-¡¿POR QUÉ TÚ SI FUISTE SALVADA Y YO NO?!-Gritó Aiz mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y tiraba su espada a un lado.
Hasta que de pronto... algo sucedió.
-¿Uh?...-Alcanzó a decir la princesa de la espada cuando notó lo que sucedía.
Bell... la estaba abrazando.
-No sé lo que haya sucedido... no sé absolutamente nada de tu situación, pero... lamento no haberte podido salvar cuando lo necesitaste... lamento no haber estado ahí cuando más me necesitabas... pero eso no volverá a pasar...-Dijo Bell, atrayendo el cuerpo de ella hacia él.
Aiz estaba sorprendida, no solo por el abrazo, también por las palabras que aquel joven decía.
-Es por eso que... ¡YO SERÉ TU HÉROE!-Gritó Bell con gran fuerza y decisión.
-Mi... héroe...-Susurró Aiz, recordando las palabras de su madre.
"Algún día encontrarás un héroe para ti sola"
La joven enterró su rostro en el pecho de Bell y seguía llorando, correspondiendo al abrazo.
Aiz lloraba, lloraba como hace mucho no lo hacía, demostrando su lado más débil, dejando que su lado frágil fuera presenciado por aquel chico que conoció hace poco menos de medio año y aquella vouivre que buscaba asesinar.
Bell solo permanecía abrazándola, acariciando su cabello para tranquilizarla.
-Yo seré tu héroe... Aiz... lo prometo... cuando sientas que todo se derrumba o que necesitas ayuda... yo seré quien te apoye... no volverás a estar sola... no pude salvarte en esa ocasión en que tanto necesitabas ayuda... pero ahora puedo hacerlo-Dijo Bell, tranquilizando a Aiz en el proceso.
Después de ese momento, Bell se dirigió a Wiene para ayudarla, a lo que Aiz le dió una poción de curación para sus heridas.
-Yo... no confío en ella... pero confío en ti, Bell...-Dijo la princesa de la espada, para después irse, aunque por alguna razón, sus mejillas se habían teñido de rojo escarlata tras decir esto último.
Ninguno de los dos lo sabía... pero en ese mismo instante, ambos prácticamente habían hecho una promesa muy importante.
Fin del flashback.
"Fue en ese momento en el cual supe que Aiz sería la persona que quería a mi lado por toda la vida" pensó Bell, quien aún era abrazado por su madre.
-Muchas gracias, mamá-Expresó el peliblanco, sonriéndole a Alfia.
Ambos se separaron del abrazo para que él pudiera continuar.
-Después de eso... tuve un combate con un minotauro... el cual era la reencarnación del que asesiné para subir a nivel "2"...-
-¿Reencarnación? ¿Eso es posible?-Preguntó Zald con incredulidad.
-El calabozo tiene muchos misterios... esa teoría existe... aunque ya ni es sólo una teoría, Uranos y yo habíamos hablado de ello en una ocasión-Respondió Zeus, rascando su barba con condescendencia.
Al finalizar esa pequeña interrupción, Bell continuó contando el encuentro predestinado.
-Él... Asterius... era más fuerte que yo... su fuerza bruta era increíblemente alta, tanto así que me era imposible derrotarlo, a lo más que podía aspirar era a un empate, él parecía estar acostumbrado a su fuerza, yo tenía poco de haber subido a nivel 7, la diferencia se notaba con creces-
Flashback.
Asterius y Bell estaban frente a frente, el amanecer estaba haciendo acto de presencia una gran espada negra era sostenida por las temblorosas y cansadas manos del joven.
*clang*
*clang*
*clang*
*clang*
*clang*
Un campaneo resonaba en los oídos de todos los presentes.
El combate... estaba llegando a su fin.
"Yo quiero ser fuerte... para no perder nada ni a nadie nunca más" dijo Bell en su mente, mientras el brillo de su habilidad "Argonauta " aumentaba en intensidad.
Asterius soltó su hacha, listo para lanzarse con los cuernos por delante para embestir a Bell.
"Yo... ¡QUIERO SER UN HÉROE!"
-¡AHHHHHHHHHHHHHHHH!-
-¡AHHHHHHHHHHHHHHHH!-
Ambos gritos de guerra fueron lanzados por cada uno de ellos, corriendo hacia su rival, hacia su objetivo, buscando una resolución a todo esto.
*PUUUUUUUUUUUUUM*
El choque entre espada y cuernos del minotauro hacía temblar el suelo y levantar las rocas sueltas en el campo de batalla.
Sin embargo... un lado cedió...
Bell fue elevado a una gran altura por la cornada de Asterius, destruyendo la espada en el proceso y dejando ir la oportunidad de ganar.
Antes de que tocara suelo, Asterius lo interceptó con su único brazo libre y estrelló con todas las paredes que interferían en su camino hasta que, de un salto, se adentró al calabozo, dejándolo caer hasta uno de los pisos del mismo.
-¡Ahhhhh!-Gritó Bell al sentir como sus huesos se rompían por el impacto.
Él comenzó a toser sangre por ello, tirado en el suelo y derrotado, esperaba su destino.
-Una victoria... una derrota... Bell... en nuestro siguiente enfrentamiento se decidirá esto-Dijo el minotauro, para después perderse en las profundidades del calabozo, dejando a Bell tirado en el piso.
-Esto... esto era lo mejor pero... quería ganar... en serio quería ganar...-Decía el muchacho, llorando de impotencia al ver que había perdido.
Fin del flashback.
-De esa manera fue que perdí por primera vez un combate verdadero después de tanto tiempo...-Finalizó el joven aventurero hacía su tío, abuelo y madre.
-Gracias a ello y a qué todos creían que era nivel 3, logré subir a nivel 8 o nivel 4 según el gremio en Orario-Agregó a sus palabras.
-Un minotauro con tal fuerza... es impresionante, pero más impresionante es que hayas logrado detenerlo, si es como dices, no debías haber tenido mucho margen de maniobra a la hora de combatir contra él, así que... no puedo criticarte absolutamente nada, luchaste con fiereza y, aunque no ganaste, protegiste a las personas de Orario-Expresó Zald, palmeando la espalda de su sobrino.
-Te plantaste por primera vez en tanto tiempo a un rival que no estabas seguro que vencerías y aún así diste todo de ti, ese es mi nieto-Dijo Zeus, haciendo lo mismo que el aventurero de su familia.
-Bien hecho Bell, no tengo nada que decir, pero, estoy seguro de que eso no terminó ahí ¿Cierto?-Preguntó Alfia, con un rostro serio.
-Por supuesto que no... pero antes de llegar a eso... hay un par de cosas más que deben saber...-Respondió Bell con el mismo semblante que su madre.
-Mi infierno en los pisos profundos...-
-¿Infierno? En ese momento, después de luchar contra ese minotauro, ya eras un nivel 8 ¿Qué riesgos te podría presentar el calabozo para que te sintieras en peligro?-Preguntó Zald, el estado de su sobrino y sus palabras no concordaban.
-Es una historia muy, pero muy larga, así que trataré de ser lo más breve posible, ya que en sí, los problemas no me los dió el calabozo, fue mi necedad por querer salvar a una amiga muy especial para mi...-Respondió el joven con una mirada que demostraba lo difícil que era recordar esa situación.
-Tras subir a nivel "4" por luchar contra Asterius, mi familia subió de rango y se nos asignó una expedición obligatoria, los preparativos de la misma ya habían sido hechos, se nos unieron Aisha, una de las Amazonas de la familia Ishtar que ahora estaba con la familia Hermes y dos chicas de la familia Miach, Daphne y Cassandra, esta última tiene un poder... singular-
-¿Poder singular?-Preguntaron los tres oyentes.
-Visiones de un futuro posible-
-Según mis compañeros, ella tuvo una visión durante todo lo que estuvimos en el calabozo, al parecer vió que toda la familia era asesinada, sin embargo... yo no me encontraba con ellos, me enteré de esto cuando terminamos la expedición-
-La expedición fue de lo más normal, avanzando con poca dificultad y casi ningún monstruo representaba un verdadero peligro, mi familia era consciente de quién era en verdad, confío en ellos con toda mi vida, pero tanto Cassandra como Daphne y Aisha no lo sabían, así que debía disimular las apariencias, hasta que llegó el primero de nuestros problemas... el musgo inteligente-
-Un monstruo capaz de aumentar su fuerza al consumir piedras mágicas, fue un verdadero problema luchar contra él ya que nos separamos, en ese momento me encontré con otra Xenos, su nombre era Marie, la sirena, quien me ayudó a encontrar a mis amigos, estaban teniendo problemas para luchar y más pronto que tarde lo derroté para evitarnos problemas, ya podía darme cierta libertad porque no era necesario contenerme ante un monstruo así-
-Después de aquel encuentro, decidimos regresar al piso 18 para descansar en Rivira y luego seguir con la expedición, al llegar tuvimos un ligero descanso hasta que un montón de gente se puso en alerta por algo que había sucedido cerca de ahí-
-Al parecer "Vendaval", miembro de la familia Astrea y responsable de la masacre hecha a la familia Rudra, había atacado a algunos aventureros en los pisos inferiores, quien daba fe de esta información era un aventurero que parecía haber perdido su brazo tras este ataque, sin embargo... yo no confiaba en lo que decía... era imposible que fuera verdad-
-¿Por qué lo dices?-Preguntó Alfia al ver el ceño fruncido de su hijo.
-Porque "Vendaval" nunca haría algo así... porque ella es una persona buena... porque ella es... mi amiga Ryuu Lion, aquella elfo camarera de "La señora de la abundancia" que les mencioné cuando tuve el problema con la familia Apolo-
La respuesta pareció sorprender a los presentes.
-Entiendo, tiene sentido lo que dices, ciertamente ella era una elfo, lo recuerdo bien, aunque en ese tiempo aún no recibía el apodo de "Vendaval"-Susurró la peli plateada.
-Pero... dices que asesinó a toda la familia Rudra... ¿Eso es verdad?-Preguntó Zeus.
-Eso sí es verdad... no la justifico ni estoy de acuerdo con lo que hizo pero... tuvo un motivo muy fuerte que la llevó a hacerlo... la familia Rudra le tendió una trampa a la familia Astrea en el calabozo, ellas cayeron en ella y liberaron a un monstruo... la calamidad... "Juggernaut"-
Al oír ese nombre, Alfia recordó cuando peleó contra uno del piso 70... ese monstruo, si bien su fuerza varía dependiendo de en qué piso fuera invocado, no se le podía tomar a la ligera.
-El juggernaut acabó con toda la familia Astrea, dejando únicamente viva a Ryuu, ya que el resto de la misma se encargó de hacer tiempo para que ella escapara.
Ryuu se sintió llena de ira hacia la familia Rudra, tanto así que la venganza nubló su juicio y asesinó sin consideración a todos los integrantes de la misma, volviéndose así una criminal buscada por el gremio pero... Syr la salvó...-
Eso fue lo que dijo Bell, aunque al final de sus palabras, parecía tener sentimientos encontrados.
-Ya que saben el motivo por el cual no confiaba en esa persona, continuaré... al parecer todos los aventureros del lugar creyeron las palabras de ese tipo y se aliaron para cazar a Ryuu, para no hacer el cuento largo, me les uní pero sólo con el objetivo de encontrarla y que ella me explicara lo que sucedía, era claro que algo estaba pasando-
-En fin... la encontramos luchando contra varios aventureros, aunque debería decir "La encontré"-
-Fue ahí donde ella confesó que no era la responsable de los ataques a los otros aventureros pero justo después llegó aquel hombre de antes, en ese momento Ryuu lo reconoció... él era parte de la familia Rudra, su nombre era Jura y Ryuu fue la responsable de haberle quitado el brazo, pero hace varios años-
-Él buscaba venganza por lo que sucedió con su familia, también era un domador de monstruos, por lo cual invocó a una serpiente gigante... el "Lambton", para que luchara con nosotros-
-No había manera de que siguiera ocultando las apariencias, así que me lancé hacia aquella serpiente sin medida alguna, estaba apunto de ganar pero varias explosiones resonaron en el lugar, destruyendo gran parte del piso y causando que... el calabozo gritara...-
-Después de aquel grito, el calabozo liberó al Juggernaut ¿Verdad?-Preguntó Alfia hacia Bell, sorprendiendo a este último.
-¿Cómo lo sabes?-Preguntó el joven con clara sorpresa.
-Bell, no creas que en un año en el calabozo viste más cosas que yo, además... concuerda con la ocasión en al que me enfrenté a un Juggernaut igual-Respondió la peli plateada, pero al parecer no tenía la intención de contar más.
-Al mismo tiempo que el Juggernaut, llegaron varios aventureros pero... fueron masacrados en un abrir y cerrar de ojos por aquel monstruo, no pude hacer nada para salvarlos, aunque... aún podía salvar a Ryuu...
Flashback.
Un mar de sangre se extendía por todo el piso, trozos de cuerpos expandidos en el sitio y un nauseabundo olor hacia revolver el estómago de los sobrevivientes.
Al parecer, Jura trató de domas al Juggernaut pero su plan no había salido como deseaba y había sido asesinado por el mismo.
-Ryuu... ¿Puedes guardar un secreto?-Preguntó Bell mientras apretaba fuertemente su daga.
-N-No creo que sea momento de cosas como esas Cranel-San-Respondió ella con un ligero temblor en el agarre de su espada.
-Ryuu... eres de las personas en las que más confío... por ese motivo es que te diré esto...-Comentó el peliblanco, sacando a la elfo de su trance.
-Soy nivel 8 en realidad, es por es que te imploro que huyas y me dejes esto a mi-Agregó a sus palabras, haciendo que Ryuu abriera sus ojos en su totalidad.
-No mientes...-Susurró ella.
-Exacto, así que ¡Vete!-Gritó Bell, lanzándose hacia aquel monstruo.
*PUUUUUUM*
Ese sonido se esparció por todo el calabozo cuando la daga Hestia golpeó con el esqueleto del monstruo, agrietándolo ligeramente.
*AHHHHHHHHHH*
Ese grito provino del juggernaut, un grito de dolor al ver como aquella presa había cambiado radicalmente, la fuerza, la velocidad, todo de él era diferente a lo que había percibido en primera instancia al llegar.
El monstruo lanzaba cortes con sus largos y esqueléticos brazos afilados, Bell trataba de bloquear lo mejor que podía, aún siendo nivel 8, el cansancio después de su lucha constante en el calabozo para llegar hasta ahí había pasado factura sin que se diera cuenta.
Al verse ligeramente acorralado, decidió tomar distancia del monstruo al hacerlo retroceder con su magia... grave error.
-¡FIREBOOOLT-Gritó Bell, lanzando un gran rayo escarlata desde la palma de su mano.
Pero algo extraño sucedió... el rayo cambió de dirección cuando apenas entró en contacto con la superficie ósea del juggernaut.
-¿Qué demonios?...-Dijo el peliblanco al ver como su ataque se dirigía hacia él.
*BOOOOOOOOOM*
Aquel estallido fue hecho apenas su rayo lo alcanzó, mandándolo a volar y quemando parte de su armadura.
Ryuu permanecía quita y en silencio, temblorosa por lo que lograba ver de la batalla, aquella fuerza que Bell estaba ejerciendo para luchar contra la calamidad le dejó claro que no era mentira lo que le dijo.
-I-Imposible... Bell... nivel 8...-Decía ella tratando de que esas palabras tuvieran sentido en su mente, aunque salió de ese estado de shock cuando notó que Bell se estaba metiendo en problemas.
Tras es el estallido del firebolt, una gran nube de humo se levantó, impidiendo fiarse del sentido de la vista o al menos por parte de Bell.
Se escuchaban arañazos, los cuales se producían cuando las garras de la bestia se impulsaban por la roca para moverse libremente y despistar al peliblanco.
-¡Aquí estas!-Gritó Bell alzando su brazo para clavar su daga en el cuerpo del monstruo, sin embargo... falló... y ese fallo, ese pequeño descuido...
Su brazo derecho había sido cortado...
-¡BELL!-Gritó Ryuu al ver lo que pasaba.
Pero la sangre comenzó a brotar de la herida y en una fracción de segundo, la cola del juggernaut se dirigía al cuello de Bell.
-¡TE TENGO!-Gritó Bell, desenfundado su daga Hestia, al parecer... la daga que tenía en el brazo derecho, era la de cuerno de unicornio.
En un movimiento rápido, Bell esquivó el golpe que iba hacia él y clavó el filo de la daga Hestia en el torso de la bestia.
-¡FIREBOOOOOLT!-Seguido de eso, aquel nombre fue recitado por Bell, extendiendo un rayo de fuego a través de la superficie de la daga, que desembocaría en el cuerpo del juggernaut.
*PUUUUUUUUUUUUM*
Una gran explosión retumbó el suelo, provocando consigo un gran mar de llamas, cenizas y... ¿Huesos?.
Cuando la nube se disipó, el cuerpo del monstruo había sido destrozado, dejando solamente la parte superior del mismo con heridas en el torso, tanto piernas traseras como cola habían desaparecido.
-¡Ryuu! ¡Mi brazo! ¡Ahora!-Gritó Bell hacia la elfo, quien al oír aquellas palabras se apresuró a buscar entre los escombros el brazo cercenado de su amigo.
Oculto en las rocas lo vió, aún sostenía la daga de cuerno de unicornio.
-¡Bell! ¡Toma!-Gritó al elfo, lanzándolo en su dirección.
"¿Qué planea hacer con su brazo... no tiene forma de recuperarlo... no... espera... eso es... ¡Sangre de sirena!" Pensó Ryuu al ver como el joven sacaba de su pequeña mochila un frasco con un líquido rojo dentro de él.
Bell puso el frasco en su boca y con su brazo libre unió en su sitio su brazo derecho para después verter el contenido del mismo en la herida, cerrándola por completo.
-Ahora... tengo que acabar contigo...-Dijo Bell al estirar el brazo recién curado para después desprender un brillo blanco directamente desde su palma.
Unas campanadas se extendía por el calabozo al igual que el brillo blanco.
Sin embargo, el piso comenzó a temblar.
-¡RYUU! ¡CUIDADO!-Gritó el muchacho mientras se lanzaba hacia Ryuu, ella no se había percatado pero el suelo donde estaba parada se quebró y dejó ver al responsable de ello... era el Lambton.
En un abrir y cerrar de ojos, ella fue comida por la gran serpiente, aunque... no fue la única.
-¡Bell! ¡¿Por qué viniste?!¡¿por mi culpa ahora estás aquí tú igual?!-Preguntaba la elfo, llorando mientras su cuerpo era quemado por el ácido estomacal de la bestia.
Bell permaneció en silencio, sin responder nada, con los ojos cerrados.
Argonauta... 20 segundos.
-Esto debe ser suficiente... ¡FIREBOOOOOLT!-Gritó el joven desde dentro de la serpiente, su magia había sido invocada y se habría paso por la carne y piel del Lambton hasta que por fin la bestia los vomitó junto con un mar de sangre, la cual era de ella.
La serpiente se retorció un poco después de eso, para morir luego de algunos segundos.
-*cof* *cof* *cof*-Tosía Bell, quien aún tenía a Ryuu en sus brazos.
-Ryuu ¿Estás bien?-Preguntó él hacía la elfo.
-H-He estado mejor-Respondió ella, escupiendo sangre.
-¿Dónde estamos?-Preguntó Ryuu.
-No tengo idea...-Respondió el peliblanco.
Una gran oscuridad era lo único que sus ojos percibían, haciendo que Ryuu se diera cuenta de algo.
-Pisos profundos...-Susurró ella.
-En verdad estamos en una situación muy mala... y si eso no fuera suficiente... esa cosa sigue con vida, tenemos que regresar lo más pronto posible-Respondió Bell, poniéndose de pie con Ryuu en brazos.
Ella se sonrojó por ello.
-Lamentó hacer esto, pero con esas heridas y quemaduras que tienes, no hay forma de que deje que te sobre esfuerces, déjame el resto a mi, yo me encargaré de todo ¿si?-Dijo el joven peliblanco, sonriendo dulcemente a su amiga.
Bell comenzó a caminar a ritmo lento, debía estar pendiente de sus alrededores, no sabían exactamente en qué piso estaban, sus sentidos debían estar al máximo, el cansancio de Bell era alto pero, mientras no se encontraran en una situación como en la que se metieron contra el Lambton y el Juggernaut, estarían bien.
Tras algunos minutos, en los cuales Ryuu había curado sus heridas hasta cansarse en exceso, provocando que durmiera, llegaron a un gran coliseo.
-No puede ser...-Dijo a Ryuu al ver aquella edificación.
-Sí... parece que tuviste el mismo presentimiento que yo... ese es un nido de monstruos muy difícil de cruzar, si eso no fuera suficiente, creo que estamos del lado contrario... el camino de regreso está cruzando el coliseo-Expresó Bell, con una sonrisa en su rostro, pero sta no reflejaba ni una pizca de alegría.
Él comenzó a desenfundar sus dagas y bajó a Ryuu de sus brazos.
-¿Q-Qué planeas hacer?-Preguntó al elfo.
-¿No es simple? Abrirme paso, ya puedes caminar ¿Cierto?, bien, vas detrás de mi, es casi imposible que se regeneren a mis espaldas cuando acabe con ellos de frente, cuando estemos lo suficientemente cerca, ambos cruzaremos y correremos lo más rápido que podamos hasta donde lleguemos, espero que esa cosa no nos encuentre a medio camino-Explicó el peliblanco, preparándose para adentrarse a uno de los nidos de monstruos más grandes del calabozo.
-Pero es un suicidio, no importa que tan fuerte seas, estás cansado, no creas que no me he percatado de ello, tenemos que planearlo mejor-Respondió Ryuu, pero las palabras no eras tomadas en cuenta.
-No hay otra manera, confía en mi, Ryuu-Finalizó Bell.
Y de esa manera el combate dentro del coliseo iniciaba, los monstruos atacaban a ambos pero Bell los repelía con una fuerza hercúlea, tan sólo con un golpe ellos eran derrotados.
"La fuerza de un nivel 8... es monstruosa" pensó la elfo.
El plan estaba saliendo demasiado bien, habían avanzado por la zona de gradas, ganando tiempo para adelantarse a su destino sin que los monstruos que yacían desde el centro del coliseo tuvieran la velocidad para rodearlos, pero... justo a un paso de lograrlo... el suelo se quebró.
*CRACK*
Tronó el piso, causando que todo se hundiera.
-¡BELL! ¡DÉJAME AQUÍ! ¡SÁLVATE TÚ!-Gritó Ryuu cuando lanzó hacia arriba al joven peliblanco, impulsándolo a llegar al camino.
-¡RYUUUUUUU!-Gritó Bell, mirando hacia atrás, observando como la silueta de su amiga se perdía en el oscuro hueco que se había formado.
-Así que... moriré así... al menos... pude salvarte... Bell...-Susurraba al elfo, con sus ojos cerrados, aceptando su destino
-¡FIREBOOOOOOOOOLT!-Gritó Bell, despedazando a todos los monstruos que habían a su paso, él se había lanzado nuevamente.
-¿Qué haces aquí?... ¡¿POR QUÉ DEMONIOS NO TE FUISTE?!-GritÓ Ryuu.
Justo cuando él se acercó a ella y la agarró, contestó.
-¡PORQUE NO PODÍA DEJARTE AHÍ! ¡PORQUE QUIERO SALVARTE!-Respondió Bell mientras la abrazaba y cambiaba de posición, él iba ser quien recibiera el golpe de lleno en el suelo.
Pero... con lo que golpearon no fue suelo.
Una gran cantidad de agua se elevó cuando ambos cayeron dentro de ella.
Al percatarse de eso, ambos salieron de la misma y lograron ver la orilla de este pequeño lago.
-Al menos... esta vez es agua y no sangre de Lambton...-Dijo Bell, riendo ligeramente pero le dolía todo el cuerpo al hacerlo.
-¿Por qué...? ¿Por qué volviste...? Pudiste salir de aquí... pero en cambio... volviste a este lugar-Preguntaba Ryuu, con la voz entrecortada y sus ojos llorosos.
-Ryuu... ellas te salvaron... porque querían que tuvieras un mañana, pero lamentarte día con día por lo que les sucedió y morir en vano no es lo que querrían... honra su muerte... viviendo, tienes gente que se preocupa por ti, gente que te quiere, personas que te consideran una persona irreemplazable en sus vidas... yo me incluyo entre ellos, es por eso que no podía dejarte morir... Ryuu... Vive...-Respondió el muchacho, mirando directamente a los ojos de la elfo.
Ella sintió como su confianza volvía, recordando todo lo que había vivido, aún así, la siguiente imagen que vió, fue el de las personas que le habían dado un nuevo sentido a su vida después de perder todo lo que a ella le importaba, Syr, Lunoire, Anya, Chloe, Mama Mia... Bell, ellos eran, más que sus amigos, su nueva familia.
-Al fin te percatas de ello... Ryuu... no estás sola-Expresó el joven peliblanco, tomando la mano de su amiga.
Pero aquel momento fue interrumpido cuando un rugido se escuchó arriba de ellos.
-Viene del piso 36... estamos cerca del camino... es el Juggernaut-Dijo Bell, corriendo a ese lugar.
Ryuu fue detrás de él y tras unos cuantos minutos, llegaron a su destino.
Lo que vieron ahí fue... abominable, el juggernaut estaba combinado con varias partes de cuerpos de otros monstruos, aquel que habían visto al principio de todo no se le asemejaba en nada a lo que tenían ahora en frente.
-Comió piedras mágicas... como el musgo-Susurró Bell.
La elfo lo miraba con shock, esa cosa se había vuelto más fuerte.
-Ryuu... comienza tu cántico... tú acabarás con él, yo te daré tiempo-
Al finalizar esas palabras, Bell se lanzó como un rayo a atacar a esa cosa.
Las chispas entre garras y dagas se hacían presentes cuando ambas chocaban para tratar de herir al otro.
-Esta vez... yo acabaré contigo... no me volverás a quitar nada más...-Dijo Ryuu con una gran decisión.
"En el cielo, sobre un bosque lejano"
Ryuu comenzó a recitar su canto concurrente al mismo tiempo que lanzaba cortes con su espada al mismo tiempo que Bell los hacía con sus dagas, aquellos ataques eran bloqueados por el Juggernaut pero ya no con la facilidad de antes, parecía que la fuerza de la elfo había aumentado.
"Una infinidad de estrellas esparcidas en el cielo despejado"
Continuaba con su cántico, esquivando a una gran velocidad los ataques del juggernaut y contraatacaba con la misma intensidad, mientras que Bell lo arrinconaba e impedía que el monstruo lograra tocar a Ryuu.
"Dale a mi imprudente voz la bendición de la estrella de fuego"
Ryuu de un momento a otro pudo notar como el monstruo retrocedía de miedo, no lograba vislumbrar la posición de la elfo y sus movimientos eran entorpecidos por la fuerza de aquel chico.
"Y otórgale la compasión a aquellos que te abandonaron"
"Adelante viento cortante"
"Viajero nómada que cruza los cielos y el desierto"
El cántico estaba finalizando y la desesperación del monstruo se hacía presente al atacar sin patrón alguno, como un niño haciendo una rabieta.
"Lleva contigo el polvo de las estrellas y destruye a mis enemigos"
Ryuu se posó justo enfrente del juggernaut y un gran brillo se desprendía de su cuerpo, el joven peliblanco supo que esa era la señal para retirarse.
-¡Luminous Wind!-Gritó la elfa y aquel brillo desprendido aumentó su intensidad.
Una gran ráfaga de luz cargó en contra del monstruo, siendo abrumado por la misma, esperando únicamente la estocada final de su verdugo.
"Astrea-Sama... Alise... Kaguya... Lyra..., siempre estaré agradecidas con ustedes por haberme dado un lugar al cual pertenecer... pero es momento de que el pasado ya no me detenga más" pensó Ryuu al alzar la hoja de su espada, mientras una imagen de su anterior familia pasaba por su mente, provocando unas ligeras lágrimas en sus ojos.
En un rápido movimiento, el Juggernaut fue hecho trizas de una vez y para siempre.
"Este será mi renacer..." pensó la elfo, de pie por unos segundos, para después caer poco a poco por el cansancio.
-Te tengo...-Dijo Bell, tomándola en sus brazos.
-Lo logramos... Ryuu-Agregó a sus palabras.
Ambos estaban apunto de ceder por el cansancio, hasta que algunas personas llegaron en su auxilio.
-¡Aquí están...!-Gritaron, mientras se acercaban a ellos dos y en ese momento... todo fue una total oscuridad.
Fin del flashback.
-Y eso fue lo que pasó... mi infierno en los pisos profundos, afortunadamente nuestros compañeros llegaron a salvarnos cuando más lo necesitábamos, después de eso, estuvimos algunos días hospitalizados, quisiera decir que estoy bien pero mi brazo derecho no se curó por completo, a veces no siento parte de él, aunque no es ningún problema para la movilidad del mismo-
-Todo el día luchando sin descanso alguno, al límite de tus sentidos y habilidades, no cabe duda de que estuviste en los pisos profundos, caer en el coliseo y sobrevivir no es algo que muchos aventureros puedan presumir... aunque yo iba a ese lugar a entrenar-Dijo Zald, rascando su cabeza.
-A esa elfo la salvaste... otra vez metiéndote en problemas por salvar a una chica, pareciera que solo por ellas decides tomar riesgos, ya se está volviendo repetitivo esto-Expresó Alfia, enojada por ese hecho.
-¡No es mi culpa que sean sólo chicas! ¡Debe ser una coincidencia!-Respondió Bell, tratando de justificarse.
-Yo le diría suerte de pervertido ¡JAJAJAJA!-Comentó Zeus, golpeando la espalda de su nieto.
*PUUUUM*
Otro golpe fue dado al Dios.
-Último golpe de advertencia anciano...-Dijo la peli plateada, de manera sombría y amenazante.
"¿Eso fue un golpe de advertencia?" Pensó Bell mientras veía como su tío sacaba de los escombros a Zeus.
"Esta casa la deberíamos hacer de adamantita, saldría más barato que seguir reparándola diariamente" pensó Zald.
Alfia regresó a su asiento por millonésima vez, con una sola mirada le dió a entender a Bell que debía continuar con su historia.
-Para contar lo que sigue... debo retomar algo que comenté antes-
-¿Recuerdan a Syr? La camarera de "La señora de la abundancia" que me daba un bento diario en cada mañana-Preguntó Bell.
-Sí, algún día hablaré con ella de mujer a mujer-Respondió de manera amenazante la sobreprotectora madre.
-Ella... me invitó a una cita...-
.
.
.
-Definitivamente iré a matar a esa suripanta-Agregó Alfia al mismo tiempo que alzaba su puño.
-¡Tranquila mamá! Hay mucho más que contar... pero sobre todas las cosas, debo decirles que ella... es Freya-Respondió el peliblanco, haciendo que todos abrieran sus ojos con sorpresa, no podían creer lo que oían.
-¿Freya?-Preguntaron los tres.
-Sí, la diosa de la Belleza, a Freya... ella... me puso el ojo cuando llegué a Orario...-
En ese momento, Bell explicó cómo aquella diosa se relacionaba con muchos de los problemas con los que se había visto envuelto desde su llegada a Orario y la forma en la que se enteró de la verdadera identidad de la misma.
-Al parecer, ella puede ver el alma de todas las personas y vió algo en la mía que le llamó la atención, por eso mismo es que trató de enamorarme pero no podía hacerlo porque su familia no la dejaba salir de la Torre de Babel sin vigilancia, ese es el motivo por el cual adoptaba la apariencia de Syr, para acercarse a mi-
Alfia trataba de mantenerse serena ante toda esta bomba de información, no obstante, dentro de ella estaba deseando matar a esa diosa por todos los problemas en los que su hijo se había metido Gracias a su intervención.
-Pero todo se fue al caño cuando... en nuestra cita, o mejor dicho, al final de la misma... rechacé su confesión-
Nota: Aquí todo sucedió exactamente igual, hasta el entrenamiento con papi Hedin, sólo que Bell cedió al mismo, no fue obligado.
-Conociendo a Freya... esto sólo puede acabar de una manera... a ella nunca se le ha negado nada, pero que tú la hayas rechazado, debió afectarle-Expresó Zeus de manera seria, uno pensaría que diría alguna tontería, pero, al parecer, comprendía la gravedad del asunto.
-Y no estás equivocado...-
Flashback.
La cita había terminado, Syr había sido rechazada, Bell había ido a ver lo que sucedió con sus amigas, las camareras de "La señora de la abundancia", en ese mismo lugar estaba Aiz, con la cual quería hablar, al igual que con Ryuu.
Ya los tres reunidos, la plática comenzó.
-Yo... rechacé a Syr...-Dijo Bell, después de relatar lo que había sucedido el día de ayer y en la mañana de ese mismo día.
Tanto Ryuu como Aiz se sorprendieron por ello.
Antes de siquiera poder decir algo, un escalofrío recorrió la espalda de Bell.
-¡CUIDADO!-Gritó el peliblanco, empujando a ambas a un lado.
*PUUUUUUM*
Un golpe seco fue escuchado por ambas chicas, quienes se estaban reintegrando, fue ahí donde vieron lo que había pasado.
Se trataba de Ottar, él había lanzado un golpe en dirección a Bell, el cual se encontraba bloqueando con ambos brazos el ataque.
El rostro del Boaz tenía una gran impresión por lo que estaba pasando, no podía creer que aquel chico estuviera repeliendo su ataque.
-¡Bell!-Gritaron Aiz y Ryuu tratando de ir en su auxilio.
-¡Ryuu! ¡Ve con Aiz a donde está mi familia! ¡Tengo un muy mal presentimiento!-Respondió el peliblanco, despertando la alerta de "El Rey", quien inició una gran serie de ataques hacia Bell.
-¡Pero Bell! !No te dejaré solo!-Gritaba Aiz mientras se acercaba a atacar a Ottar, pero fue detenida por la elfo.
-Princesa de la espada, créame cuando le digo que él estará bien, debemos ir con la familia Hestia-Interrumpió Ryuu, jalando el brazo de Aiz.
-P-Pero...-Antes de decir algo, notó que Bell estaba bloqueando todos los ataques del capitán de la familia Freya, con cierta dificultad pero lo estaba haciendo, cosa que Aiz, ni cuando entrenó con él, pudo hacer.
-De acuerdo... volveré después, Bell-Susurró la princesa de la espada mientras corría a toda velocidad.
Luego de que ambas abandonaran el lugar, el muchacho supo que era hora de poner las cosas en orden.
-¡Ottar! ¡¿Por qué demonios haces esto?!-Preguntó Bell, esquivando los puños desnudos el gran aventurero, quien era conocido como el más fuerte del mundo... aunque era una vil mentira.
-¡Solo sigo los deseos de mi diosa!-Respondió el boaz, tratando de conectar algún golpe.
-¡Yo no tengo nada que ver con tu diosa!-Contestaba el peliblanco, golpeando a Ottar con gran fuerza y separándolo de él.
Este mismo estaba aterrado por ver la fuerza de aquel chico, no daba crédito a lo que estaba pasando, un nivel 4 estaba peleando con un nivel 7 al tú por tú.
Ottar volvió a lanzarse pero fue recibido con un fuerte golpe en el rostro que lo mandó a volar nuevamente.
-Perdón Ottar, pero contigo... no puedo guardarme nada, tengo que ir con todo... así sea una pelea injusta-Comentó Bell, con una mirada seria.
-¿Qué demonios eres Bell Cranel?-Respondió "El rey" viendo de pie a aquel niño que había despertado la atención de su diosa.
-No sé tus motivos para hacer esto, ni los de tu diosa...-
Un aura creciente de desprendía del cuerpo de Bell.
-Pero si dañan a las personas que quiero...-
-Si lastiman a quienes me importan...-
El joven se acercaba a Ottar, quien tratarán de atacar desesperadamente.
En un movimiento rápido, estrelló el rostro del Boaz en el suelo y lo pateó en ese mismo lugar, mandándolo a volar y estrellándolo en la pared de uno de los edificios.
En ese momento, cuando Ottar abrió los ojos, lo vió... aquella silueta, sintió la presencia de esa mujer...
"Silencio..." pensó.
-¡NO LOS PERDONARÉ!-Gritó Bell, golpeando al capitán de la familia Freya a una velocidad abrumadora.
*PUM*
*PUM*
*PUM*
*PUM*
El suelo retumbaba tras cada impacto de los puños de Bell con el cuerpo de Ottar, provocando vibraciones en el piso y haciendo temblar toda la calle.
Pasaron los segundos y el joven dejó por fin a un herido Ottar, tanto física como moralmente.
-Si tu familia le hizo algo a la mía... lo lamentarán-Dijo Bell, con una mirada sombría.
-Salva...-Susurró Ottar.
-¿Uh?-Contestó Bell.
-Salva... a mi diosa...-Esas palabras resonaron en la mente de Bell.
-¿A qué te refieres con que salve a tu diosa?-Preguntó el peliblanco.
-Ella... es Syr...-Finalizó el Boaz, cayendo desmayado por primera vez en muchos años.
Un gran shock se hizo presente en Bell tras oír eso, haciendo que todo cobrara sentido.
La pregunta de Syr en el barco...
Los ojos de ella en el cuarto de la posada...
La Syr falsa...
"Tengo que ir con mi familia" pensó Bell con desesperación, arrancando a correr a una velocidad monstruosa, dejando solo polvo a su paso.
Fin del flashback.
-Así es como me enteré de la verdadera identidad de Syr...-Finalizó el joven.
-¿Por qué le dices Syr? Ya quedó claro que es Freya-Contestó Alfia.
-Simple... Syr es más real que Freya...-Respondió Bell, haciendo que se tanto Alfia como Zald y Zeus se impresionaran por ese hecho.
-La confesión de Syr... su actitud en "La señora de la abundancia"... nuestra cita... su preocupación por sus amigas...-
-Todo eso... era real, es imposible que haya fingido... cuando me dijo que si la aceptaría aunque no fuera lo que pensaba, ella... no deseaba seguir siendo aquella diosa... ella deseaba... libertad-
Flashback.
La familia Hestia estaba siendo masacrada por la familia Freya, Hermes estaba tratando de convencer a Freya de que no haga nada estúpido, pero ella estaba rota, así que ordenó a su familia que acabara con ambos dioses.
En ese instante, la familia Loki llegó.
-Maldita Reina sin corona... haciendo todo esto por un pobre niño que no te hizo caso... siento lástima por ti-Exclamó Loki, tras de ella venia toda su familia junto con Aiz y Ryuu.
La familia Freya estaba preparada para pelear, ya no importaba nada.
-¿Por qué interfieres Loki? No creo que desees un juego de guerra y arriesgar a tu familia sólo por Hestia ¿verdad?-Preguntó Freya con una mirada sombría, retando a Loki.
-Tienes razón, no lo haría por esa camarona...-Respondió la Diosa pelirroja.
-Bien, entonces hazte a un lado...-Decía la diosa de la Belleza pero fue interrumpida.
-No lo haría por esa camarona... ¡PERO SI LO HARÍA POR AIZ! ¡LO ESTOY HACIENDO POR AIZ!-Gritó Loki.
Esto hizo enojar a Freya.
-Así que ya tomaron su decisión... familia, acaben con ellos-Ordenó la Diosa pero nuevamente fue interrumpida.
-Eso no pasará...-Dijo Bell, detrás de la familia Loki.
Los pasos del muchacho se escuchaban claramente, el contacto de la tierra con la suela de la bota, avanzaba en dirección a su Diosa, ante la mirada atónita de Freya.
Allen, Hedin, Hogni, los hermanos Gulliver... miraban con terror a la presencia que estaba frente a ellos.
-¿Q-Qué haces aquí...? Ottar debía...-Era lo único que salía de la boca de Freya.
-Derrotarme y llevarme ante ti ¿verdad? Fue difícil contenerme pero... no lo maté-Respondió Bell, interrumpiendo las palabras de la diosa.
Un silencio aterrador abundó en las desoladas calles.
-Veo que todo esto es mi culpa ¿Verdad? Syr...-Preguntó el peliblanco.
Ryuu, al oír esto, miró instintivamente a la diosa.
Los miembros de la familia Hestia fueron curados, al igual que los de la familia Hermes, haciendo que se pusieran de pie para ver aquella escena.
-¿C-Cómo...?-Balbuceaba Freya.
-Esto no importa ya, Aiz, familia Loki, familia Hermes, muchas gracias por su ayuda, pero yo me encargaré de todo ahora-Respondió Bell, dirigiéndose a los presentes y disculpándose por los inconvenientes.
-Freya-Sama... Syr... no deseo hacer esto, pero no tengo opción-Expresó el peliblanco, mientras se acercaba a la diosa.
En cualquier otro escenario, la familia Freya ya lo habría atacado pero en cada fibra de su cuerpo se sentía un miedo indescriptible que les impedía moverse.
-¿Qué eres en verdad niño?-Preguntó Loki al sentir el aura de Bell.
-Yo...-
-Bell Cranel...-
-Apodado "pies de conejo"...-
El discurso aumentaba cada vez más el suspenso, hasta que llegó la bomba...
-Aventurero de primera clase...-
-De la familia Hestia...-
-Reto a la familia Freya a un juego de guerra...-
Los rostros pálidos de todos se volvieron transparentes ante esa declaración.
-Si usted gana, me uniré a su familia sin objeción alguna-Expresó Bell aún con su voz sería.
-Pero si yo gano... la familia Freya dejará de existir-
Esa declaración hizo eco en el lugar.
-¡Pero si usted, diosa Freya! ¡Usa su encanto para hacer alguna artimaña!-
-Bueno... no llegarán al juego de guerra con vida...-Finalizó Bell, dando la espalda.
Una desestabilizada Freya dió su respuesta.
-Acepto-Contestó la diosa, sellando así el trato.
Los términos del juego de guerra se harían después, ese día había tenido muchas emociones.
La familia Freya se retiró, dejando así a la familia Loki, Hermes y Hestia.
-Bell... ¿estás seguro? Pelearás tú sólo contra toda la familia Freya-Preguntó Aiz, tomando la mando del muchacho.
-Lo estaré Aiz, no te preocupes, yo te lo dije, seré tu héroe, no puedo morir... no tengo permitido morir-Respondió Bell, sonriendo hacia la rubia y acariciando su mejilla.
-Niño, ya en serio ¿Qué eres?-Preguntó Loki, interrumpiendo la escenita de la pareja no oficial.
-Ya no tiene sentido seguir ocultándolo ¿verdad?-
-Mi nombre es Bell Cranel, aventurero de la familia Hestia... antes de la familia Zeus...-Dijo el joven, haciendo que Loki abriera sus ojos.
-Nivel 8...-Finalizó.
La sorpresa no fue minúscula, al menos para los que no sabían de esto, la familia Hestia, Ryuu y Hermes eran conscientes de esto, Aiz lo sospechaba pero no podía creerlo aún así.
-Aunque... jeje... ya puedo subir a nivel 9-Agregó Bell, riendo ligeramente mientras rascaba su cabeza.
Esa fue al gota que derramó el vaso y que rompió cualquier lógica dentro de la mente de ellos.
-¡¡¡¿QUÉ?!!!-Gritaron todos los presentes, con excepción de Hestia, la cual lo sabía después de actualizar el estado del mismo cuando derrotó a aquel dragón cuando fue el asalto a Knoss.
Después de una larga explicación sobre lo que había sucedido antes de llegar a Orario, Ryuu y Bell se quedaron hablando de Syr.
-Entonces... igual Syr desaparecerá-Expresó Ryuu, llorando ligeramente por su amiga.
-No... no lo hará...-Respondió Bell.
-La familia Freya desaparecerá... al igual que su Diosa... pero... Syr seguirá existiendo... porque ella siempre fue la verdadera identidad-Comentó el peliblanco, mirando el cielo estrellado.
-Yo... salvaré a Syr... se lo prometí y lo cumpliré-
Fin del flashback.
-En serio ¿Cómo es posible que no seas capaz de guardar rencor? A pesar de todo lo que esa bruja hizo-Opinó Alfia, desbordando de ira.
-N-No te enojes mamá-Decía Bell, extendiendo las manos para impedir el paso de su madre.
-Imposible... así que decide ¿Rostro o estómago?-Preguntó la peli plateada.
-¿Rostro?-Preguntó Bell... grave error.
-¡PUAAAAAAH!-Gritó el peliblanco al sentir un puño estrellarse en su cara.
-¡Alfia!-Gritó Zeus.
-¿Qué? Él eligió rostro-Dijo Alfia, limpiando sus manos.
-Así que a eso se refería...-Dijo el chico, con el rostro clavado en la pared, tan profundamente que lograba ver el jardín de su casa.
Al pasar de algunos minutos, continuó el relato.
-Sobra decir que gané el juego de guerra, más aún si consideramos que me subieron de nivel antes del mismo-
Flashback.
-Se acabó Freya-Sama...-Dijo Bell, mientras se acercaba a la diosa.
-Sí... al parecer ya todo terminó...-Contestó Freya, sintiéndose derrotada, sin embargo, ya no había nada que pudiera hacer.
La diosa estaba llorando, no solo ella, igual su familia, Mama Mia y Ryuu.
-La familia Freya desaparecerá-Dijo Uranos, recordando el acuerdo.
-Cuiden a mis niños... Mama Mía, me siento feliz de que hubieras sido tú mi primera niña...-Esas palabras iban dirigidas a la ex capitana de su familia.
-Ryuu... no hubo segundas intenciones al salvarte... lo hice porque quise... no me arrepiento en ningún momento de haberlo hecho, me alegra saber que por fin te deshiciste de las cadenas que te ataban al pasado, siempre serás mi mejor amiga...-
-Syr... muchas gracias-Dijo Ryuu, abrazando a la diosa mientras las lágrimas salían a mares.
-Estoy lista... regrésenme a Tenkai-Informó Freya, separándose del abrazo.
-¿Tenkai?-Preguntó Bell.
-¿Uh? Me mandarán al cielo ¿no es así?-Preguntó la diosa peli plateada.
-¿Cuando dije eso?-Respondió el peliblanco con otra pregunta.
-¿Q-Qué quieres decir Bell?-Decía Freya, con ligero temblor en su voz.
-La familia Freya dejará de existir, porque su diosa dejará de hacerlo... ya que ella ahora será libre de ser quien desee ser y creo saber el camino que tomará-Contestó Bell, entregándole un uniforme que ella conocía muy bien.
-Sé que lo único que deseabas más que a mi... era tu libertad y es lo único que te puedo ofrecer en este momento, por eso mismo... quiero que hagas lo que te hace feliz... que seas tú misma-Agregó el joven mientras Freya tomaba en sus manos el uniforme.
Ella estaba llorando, sus piernas temblaron y cayó hincada en el piso.
-Esperaré esos bento, Syr-Dijo Bell, sonriéndole a la chica.
-¡Sí, Bell! ¡Muchas gracias!-Respondió Freya, devolviéndole la sonrisa.
Fin del flashback.
-Así fue como salvé a Syr, la diosa Freya ya no existe, toda la familia pasó a ser parte del gremio, mejor dicho, parte de la familia de Uranos, ellos aceptaron sin rechistar, si su diosa era feliz, ellos lo eran-Concluyó Bell, con una gran sonrisa en su rostro.
-¿Quién se hubiera imaginado que el mayor deseo de Freya era no ser el centro de atención? En fin, creo que puedo decir que me alegro por ella-Expresó Zeus ante la historia contada.
-No apruebo lo que hiciste, ella merecía todo el peso de la justicia pero... no puedo decir que estuvo errónea tu decisión, así eres tú, siempre ves lo mejor de todos, lo que provoca que te metas en muchos problemas-Opinó Alfia, con sus ojos cerrados.
-Al parecer, la tradición de usar a Ottar como saco de boxeo sigue existiendo-Comentó Zald, rompiendo el hielo con una pequeña broma.
La familia comenzó a reír ligeramente ante ese hecho, tanto Alfia como Zald, y ahora Bell, podían decir que le habían dado una paliza al boaz.
"Y pensar que, después del juego de guerra, Aiz y yo comenzamos a salir juntos, pero eso es algo que no puedo decir por ahora" pensó el chico, sonrojado por ello.
Flashback.
-¡Bell!-Gritó la princesa de la espada, haciendo que el susodicho girara para verla.
-¡Aiz! ¡¿Mmmmm?!-Nombró Bell a la rubia pero antes de poder decir algo, sus labios fueron sellados.
-¡Ohhhhhhhhh!-Dijeron los presentes con gran sorpresa, Tiona estaba tomando fotos a mil por hora.
-¡¿A-Aiz?!-Dijo el muchacho con gran sonrojo después de que los labios de ambos se separaron.
-Gracias... gracias por cumplir tu promesa... gracias por ganar...-Decía Aiz, mientras abrazaba al joven.
-Bell... te amo-Agregó al rubia a sus palabras, mirándolo con una hermosa sonrisa.
-Aiz... yo también te amo, te he amado desde el primer momento que te vi-Respondió Bell, acariciando la mejilla de la doncella enamorada.
A la distancia, tanto Loki como Hestia estaban juntas.
-Al parecer no hay forma de impedir esto, yo lo apruebo si tú lo apruebas tabla de planchar-Dijo Hestia a Loki.
-No importa si lo apruebo o no, Riveria me mataría si hiciera algo para separarlos, así que no hay anda que pueda hacer, tetas de vaca-Respondió Loki a lo dicho por la pequeña diosa.
Ellas dos veían lo dulce que ambos se comportaban, lo feliz que eran.
Fin del flashback.
"Sí, definitivamente no diré absolutamente nada" pensó Bell, confirmando su posición para luego continuar hablando de su aventura.
-Me alegra saber que todo lo que vino después fueron tiempos felices... al menos hasta que llegó el dragón negro, trataré de ser breve con lo que sucedió antes de eso-Informó Bell, tomando aire.
-Los tiempos de paz se hicieron presentes en Orario, tanto así que ya no había batalla de poder entre las familias, al "desaparecer" la familia Freya, la familia Loki pasó a ser al más fuerte, seguida de la familia Ganesha-
-Mi familia y la familia Loki comenzaron a hacer expediciones en conjunto, lo que ayudó a subir de nivel a quienes aún no lo hacían, si no mal recuerdo, en la 5ta expedición en conjunto, todos subieron de nivel, ya que hubo una emboscada de demi espíritus, Finn "El valiente" perdió el juicio a media batalla al usar su habilidad, por lo que Lili tomó su lugar como capitana de la expedición, liderándonos hacia la victoria, Welf fue pieza clave de la misma, por el armamento que realizó, aunque no se quedó atrás en lo que a combate directo respecta, Haruhime fue exprimida hasta el cansancio por largos periodos de tiempo, no me hace feliz que las cosas hayan pasado de esa manera, pero el aumento de nivel fue necesario, no podía estar pendiente de todo y todos, rompió sus límites, lo que le permitió poder subir de nivel a 9 de nosotros, cosa que no había podido hacer desde que inició su vida como aventurera, por parte de Mikoto, debo admitir que gracias al entrenamiento en conjunto con Aiz, consiguió mejorar su técnica con la espada y sus reflejos a la hora de pelear, eso ayudó a que, aún siendo nivel 3, pudiera luchar contra los Demi espíritus-
-Después de aquella emboscada, llegamos por primera vez a el piso 60, aunque no nos detuvimos ahí, fue un golpe de suerte que hubiera una zona segura en el mismo, así que descansamos en ella para después continuar con nuestro viaje, conocimos una gran cantidad de monstruos que nunca habíamos vistos, aunque me sorprende que la gran mayoría de ellos eran dragones, Aiz venció a uno de ellos en solitario, al igual que Bete y Riveria, Tiona y Tione unieron fuerzas para derrotar a otro al igual que Finn y Gareth, yo tuve serios problemas cuando me vi rodeado por al menos 3 de ellos, pero mi familia me ayudó, Haruhime me subió a nivel 10 y conseguí derrotarlos a todos antes de que atacaran a Welf, Lili, Mikoto y Haruhime-
-Y... llegamos hasta el piso 71...-
Tras decir esto, Alfia, Zald y Zeus sonrieron.
-Al parecer... las familias de Orario no se hicieron tan débiles después de nuestra partida, pensé que iba haber un gran caos y que nunca podrían llegar a equipararse con nosotros-Expresó Alfia, sosteniendo su barbilla.
-Esos niños, me siento orgullos de saber que no todo terminó luego de nuestra derrota-Dijo Zald, de manera tranquila.
-En cuestión de talento, no existe ninguna familia que pueda equivocarse a las suyas, pero las actuales luchan con todo de sí para no quedarse atrás, el talento natural es capaz de balancear el juego a tu favor, pero no se debe menospreciar el esfuerzo por crecer-Respondió Bell ante los comentarios de su madre y tío respectivamente.
-Sabias palabras viniendo de alguien que prácticamente subió 5 niveles en menos de un año-Contestó Alfia, golpeando en la cabeza a su hijo.
-Jejeje, creo que tienes razón, soy el menos indicado para decir eso-Dijo el peliblanco, sobándose la cabeza tras ese puñetazo.
-Así continuamos por varios meses, yo subí a nivel 10 después de derrotar al jefe de piso del piso 75, una hydra de gran tamaño, aprendí a las malas que era una Hydra... aun veo esas 300 cabezas cuando duermo...-
-P-Pero continuando...-
-Aiz antes de la batalla contra el dragón negro, llegó a nivel 8-
-Ottar "El rey" a nivel 8 a finales-
-Allen Fromel a nivel 7 a finales-
-Bete, Finn, Riveria, Tiona y Tione llegaron a nivel 7 también-
-Lefiya a nivel 6-
-Aisha y Asfi llegaron a nivel 5-
-Ryuu se mantuvo como nivel 4, aunque ahora es nivel 5 después de que llegara la diosa Astrea a Orario-
-Welf y Mikoto a nivel 4 a mediados de camino-
-Lili y Haruhime a nivel 3-
-Creo que no me falta nadie-Concluyó Bell, contando con los dedos de sus manos a cada una de las personas, para asegurarse que no pasaba por alto a alguien.
-No es muy diferente al nivel de aventureros que luchamos cuando peleamos contra el dragón negro... aunque debo de aceptar que la magia de esa renard junto a un nivel 10 hubieran sido de gran ayuda en esa ocasión-Expresó Zald, haciendo una comparación entre ambos escenarios y protagonistas.
-Tiene razón tío Zald, sin embargo... eso no lo hizo más fácil...-
Flashback.
El campo de batalla era un desierto en llamas, todos los aventureros que habían ido a enfrentar a aquella calamidad, estaban en un estado crítico de salud, sólo uno de ellos seguía de pie, haciendo frente al dragón negro.
-Solo quedas tú pequeña mosca... todos tus amigos han sido derrotados, algunos incluso asesinados ¿Qué te hace creer que solamente tú podrás derrotarme?-Preguntaba aquel monstruo, el cual, al igual que los Xenos, tenía la capacidad de hablar.
Bell estaba realmente herido, su cuerpo lleno de quemaduras y su mente cerca de caer en Mind cero.
-Ya no tiene sentido seguir con esto, ya no tiene sentido que sigas luchando, tú derrota es inminente-Agregó aquella bestia negra.
-Te equívocas...-
-Mientras haya vida en mi cuerpo...-
Un gran brillo iluminaba el sitio.
-Mientras haya alma dentro de mi...-
-Mientras haya alguien a quien proteger...-
Al paso de aquellas palabras, este esplendor abarcaba más y más, haciendo que poco a poco, cada uno de los caídos, se pusieran de pie.
-Siento ligero mi cuerpo...-Dijo Aiz al recobrar la consciencia.
-Mi cuerpo se siente cálido...-Informó Lefiya, poniéndose de pie.
Uno a uno, las heridas de todos eran sanadas.
-¿Qué pasa...?-Preguntó el dragón negro al ver tal escena.
-¡MIENTRAS SOSTENGA EN MIS MANOS ESTA DAGA! ¡NO PERDERÉ!-Gritó Bell, haciendo que todo el cielo se iluminara en esta noche oscura.
El brillo de un héroe.
El resplandor que alimenta la esperanza de los débiles.
La luz que guía el destino de todos.
Habían tantas formas de interpretar lo que sucedía.
-El alma de un héroe que cura todo mal-
-La voluntad de proteger-
-Las ganas de cuidar-
-¡EL DESEO DE GANAR!-
Cada una de esas frases era dicha por Hermes, quien veía a la distancia lo que ocurría en aquel combate.
De pronto, para sorpresa de todos, la daga Hestia cambio de forma, transformándose en una gran espada.
-Un arma que crece junto con su portador...-
-Un arma viviente...-
Tantas palabras que fueron dichas por Hefesto al hacer aquella daga color azabache, cobraban sentido ahora.
-Imposible...-Susurraba el dragón.
El cuerpo de Bell se pigmentó de color blanco, cubría cada superficie de piel, de tela, de cuero...
Todo el pueblo de Orario observaba con admiración a aquel niño... no... a aquel héroe.
*CLANG*
*CLANG*
*CLANG*
*CLANG*
*CLANG*
Un campaneo constante que calmaba los corazones y daba esperanza.
-¡ES IMPOSIBLE!-Gritó el dragón nuevamente para después lanzarse hacia el joven muchacho.
-¡AHHHHHHHHHHHHHH!-Gritó Bell al mismo tiempo que corría hacia el dragón con su espada en mano.
-Gana Bell...-
-Gana Argonauta-Kun...-
-Gana maldito tomate...-
-Gana niño...-
-¡TÚ PUEDES HACERLO!-Gritaron todos los humanos, todos los elfos, Demi humanos, monstruos, dioses, cada raza habida en Orario unificó sus deseos, los cuales iban dirigidos a una sola persona.
*PUUUUUUUUUUUUUM*
Un gran choque resonó, aquella espada estaba chocando con el cuerpo del dragón, tratando de abrirse paso, pero las escamas que protegían su cuerpo hacían difícil aquella tarea.
-¡YO NO PERDERÉ ANTE TI!-Gritaba el dragón negro, tratando de atacar a Bell con sus garras.
-¿Q-Qué?-Pudo preguntar el monstruo, al ver como su cuerpo se deshacía al entrar en contacto con el aura del chico.
-¡UGHHHHHHHH!-
Un quejido de dolor salió del dragón, al sentir como sus escamas se quebraban y al sangre comenzaba a brotar de su cuerpo.
-Tú destino fue sellado...-
-¡DESDE QUE QUISISTE ARREBATARME LO QUE AMABA!-Gritó Bell a todo pulmón antes de pronunciar la última palabra que aquel monstruo oiría.
-¡FIREBOLT!-
Al nombrar aquella magia... una gran onda de explosión recorrió a todos, empujándolos por el impacto.
El rayo escarlata recorrió toda la superficie de la hoja de la espada.
*PUUUUUUUUM*
La primera explosión fue hecha y parte del cuerpo del dragón negro era destruida.
-¡FIREBOOOOOLT!-
Una segunda explosión era recibida por el cuerpo de monstruo, quien veía horrorizado aquel chico que sellaría su destino.
Bell tomó aire para gritar por última vez.
"Mírame mamá... estoy apunto de hacerlo... estoy a un paso de ser un héroe..." Dijo Bell en su mente, cerrando sus ojos por una fracción de segundo.
-¡FIREBOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLT!-
*BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM-
Ese fue el último estallido, dando fin, de una vez por todas, a la vida de aquel monstruo y dejando únicamente a un vencedor de pie.
-¡LO LOGRÓ!-Gritaron todos los presentes, celebrando la victoria, viendo al... Héroe de Orario... no... ¡EL HÉROE DEL MUNDO!.
Fin del flashback.
-Entonces tú...-Dijo Zeus con gran sorpresa en su rostro.
-Sí... abuelo... tío... mamá... me convertí en un héroe-Respondió Bell, con una sonrisa de oreja a oreja.
Al oír esto último, Alfia no pudo seguir haciéndose la dura, por lo que se lanzó a abrazar a su hijo.
-Bell... mi pequeño Bell...-Decía ella mientras lloraba en el hombro de su hijo.
-Mamá... lo logré... me convertí en el último héroe... cumplí mi promesa-Dijo Bell, correspondiendo al abrazo.
-¡Sí! ¡Lo lograste!-Respondió la peli plateada, abrazando aún con más fuerza a Bell.
"Meteria... Hermana... Bell lo logró... en serio lo logró..." dijo Alfia en su mente.
Ella estaba... sonriendo.
Sonriendo genuinamente por primera vez después de tanto tiempo sin hacerlo .
Su sonrisa era realmente hermosa, idéntica a la de Bell.
Daba una gran calidez verla.
"Conseguí hacer sonreír a mi madre... mi objetivo y sueño más grande... lo cumplí... toda meta en mi vida partió de ese simple deseo" pensó el peliblanco, llorando con el pasar de ese hilo de pensamiento.
-Gracias por cuidar de mi... mamá-
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Escena extra.
-¡Tenemos que celebrar esto!-Gritó Zeus con gran alegría, mientras sacaba una botella de vino.
*toc* *toc* *toc*
La puerta había sido golpeada.
-¿Quién puede ser? Están interrumpiendo la celebración ¡yo abro!-Dijo Alfia, dirigiéndose a la puerta.
"¡Demonios! ¡Son Hermes-Sama y Aiz! ¡Los había olvidad!" Pensó Bell al recordar que no llegó solo a su pueblo.
Zeus, Zald y Bell, comenzaron a rezar.
-¡Hola Alfia! ¡Tanto tiempo sin ver...!-Saludó hermes hasta que un golpe fue dirigido a su rostro.
-¡PUAAAAAAAH!-Gritó el dios al salir disparado hacia el cielo.
-No me hables con tanta familiaridad maldito dios pervertido...-Dijo la peli plateada con un rostro sombrío.
-Disculpe...-Interrumpió una hermosa chica.
-¿Uh? No noté que estabas aquí ¿Quién eres?-Preguntó Alfia.
-¡Mamá! Ella es Aiz, la princesa de la espada de la familia Loki, es de quién te hablé-Explicó Bell, poniéndose en medio de ambas.
-Aiz, ella es Alfia, mi madre-Dijo el peliblanco hacía la rubia espadachín.
-Así que tú eres Aiz....-Susurró la mujer al saber el nombre de aquella chica enfrente suyo.
-S-Sí...-Respondió Aiz con nervios al ver la reacción de ella.
-Muchas gracias por cuidar de mi Bell, gracias por siempre ayudarlo-Dijo a Alfia, inclinándose ante ella.
Esto tomó por sorpresa a absolutamente a todos, incluso a Hermes quien estaba caminando de vuelta a la cabaña.
-N-No hay problema alguno, Bell siempre me ayudó también, él logró que recuperara a mi madre, yo... no puedo dejar de agradecer que haya entrado en mi vida-Respondió la princesa de la espada, mirando a Bell y sonriéndole.
-Eres realmente como mi hijo dijo, pero vamos, entra, hay que celebrar, mi Bell ya me dijo lo que sucedió en Orario-Contestó Alfia, abrazando a Aiz y llevándola hacia adentro de la casa.
-Me alegra saber que aprueba mi relación con Bell, señorita Alfia...-Dijo Aiz.
Alfia frenó en seco su avance al oír esas palabras.
Zeus se escondió detrás de Zald, quien se preparaba para lo peor.
En ese momento, Hermes estaba apunto de entrar pero escuchó eso y decidió dar media vuelta y correr lo más rápido que pudo lejos de ahí.
Bell por su parte golpeó su cara con la palma de su mano.
-Ha llegado el diluvio universal...-Susurró Zeus, resignándose a lo que venía. (El Apocalipsis en la mitología griega).
-¿Qué sucede?-Pregunto Aiz, no entendía por qué de pronto todos se callaron.
-Niña...-Dijo a Alfia con un tono amenazante.
-¿Si?-Preguntó la peli dorada.
-¿Podrías repetir lo que dijiste hace un momento?-Pidió la peli plateada con sus ojos cerrados y una sonrisa macabra, Bell podía jurar que una de sus cejas estaba temblando como gelatina.
-¿Uh? Dije que me alegraba saber que aprueba mi relación con Bell, señorita Alfia...-Repitió Aiz, con un rostro confundido.
-Así que no escuché mal...-Dijo Alfia, aumentando su aura.
-¡Mamá! ¡Espera! ¡No la mates!-Gritó Bell, corriendo hacia ambas.
-¡¿EHHHHHHH?!-Gritó la princesa al oír implorando a su amado.
Cuando volteó a ver el rostro de su "suegra" supo lo que ocurría.
-¡TE LO DIJE BELL! ¡SI TRAES A UNA MUJER TENDRÁ QUE DERROTARME PARA QUE LA APRUEBE!-Gritó Alfia a todo pulmón.
-¡NO! ¡E-ESPERA MAMÁ! ¡AIZ! ¡CORRE! ¡CORRE!-Gritaba con claro terror en su rostro el joven peliblanco.
-¡GOSPEL!-Se escuchó salir de la boca de Alfia, explotando toda la casa de un solo golpe.
Algunos años después...
-No puedo creer que hayas estado de acuerdo con esto, Alfia-Dijo Zeus a la peli plateada, quien se encontraba sentada.
-Ni yo lo puedo creer pero... vi algo en esa chica que me hizo estar segura de que no lastimaría a mi pequeño... a pesar de que no me ganó en una pelea, ella nunca se rindió, no huyó, no dejó de luchar en ningún momento, si alguien así hace tanto por recibir mi aprobación, significa que en verdad ama a Bell ¡Solo por eso la apruebo!-Respondió Alfia, sonriendo dulcemente mientras miraba hacia adelante.
Se preguntarán... ¿Qué era lo que miraba?.
Bien, ni más ni menos que a su hijo en el momento más feliz de su vida... en su boda.
Habían pasado los años y el amor entre Aiz y aquel joven peliblanco no hizo otra cosa más que crecer y hacerse más fuerte, tanto así que Bell sintió que era hora de proponerle matrimonio.
En la boda, celebrada en Orario, se encontraban todos los amigos y familiares de ambos junto a muchos otros que simplemente deseaban ver la boda del "Héroe de Orario", apodo que Bell había recibido después de derrotar al dragón negro.
Después de algunos segundos de espera... la ceremonia estaba apunto de finalizar.
-Así, pues, ya que que desean contraer santo Matrimonio, ambos unan sus manos, y manifiesten su consentimiento ante todos los dioses y la iglesia-Decía un sacerdote a la pareja.
En ese momento, ambos se tomaron de la mano.
-Yo, Bell Cranel, te recibo a ti, Aiz Wallenstein, como esposa y me entrego a ti, prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida-Dijo Bell con la seguridad de que esas palabras dichas reflejaban su verdadero sentir.
-Yo, Aiz Wallenstein, te recibo a ti, Bell Cranel, como esposo y me entrego a ti, prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida-Contestó la princesa de la espada con la misma seguridad que el joven frente a ella.
Bell miró fijamente a Aiz.
-Aiz Wallenstein ¿Quieres ser mi mujer?-Lanzó esa pregunta Bell.
-Sí, si quiero-Respondió Aiz sin vacilar.
-Bell Cranel ¿Quieres ser mi marido?-Preguntó la bella pelidorada.
-Si, por supuesto que si-Contestó Bell.
-De esta manera y para sellar por fin el compromiso, por el poder infundido en mi, yo los declaro marido y mujer-Dijo el sacerdote.
-Puede besar a la novia-Agregó, dirigiendo esas palabras al esposo.
Y la boda había finalizado con aquel tierno y dulce beso entre ambos, sellando así un futuro juntos.
"Meteria... ¿puedes verlo? Nuestro Bell es todo un hombre ahora" pensó Alfia mientras lloraba de alegría ante ello.
Bell y Aiz agradecieron a todos los presentes, el joven miró a su madre y le sonrió, demostrando lo feliz que era.
"Bell... siempre quisiste hacerme feliz pero... yo también quise que tú lo fueras... me alegra que ambos lo seamos" agregó la madre a su hilo de pensamiento.
-Te quiero, hijo mío-Finalizó la peli plateada.
Un vistazo rápido...
-Así que ya está cerca de nacer-Dijo Zald, viendo a Aiz y a Bell.
-Sí, Airmid nos dijo que será una niña-Respondieron ambos al unísono.
-¿Y ya decidieron el nombre?-Preguntó Zeus mientras rascaba su barba.
-Sí-Contestaron los dos al mismo tiempo nuevamente.
Aiz y Bell voltearon a ver a Alfia.
-Se llamará... Meteria-Dijo la pelidorada, sonriéndole a su suegrita.
Los ojos de ella se abrieron en su totalidad ante ello.
-¡Bell! ¡Está pateando!-Alertó Aiz, avisándole a su esposo.
-¡¿EN SERIO?!-Contestó el peliblanco, acercando su rostro al vientre de su mujer.
-¡PUAAAAAAH!-Dijo Bell al sentir un fuerte golpe.
-¡JAJAJAJAJA! ¡ES IDÉNTICA A SU ABUELA!-Dijo Zeus mientras se moría de la risa.
-¡GOSPEL!-Gritó Alfia, mandando a volar al Dios.
-No permitiré que esa niña se acerque a ti, maldito anciano...-Finalizó ella con un tono sombrío.
Después de ello, echó una mirada rápida a la pareja y sonrió.
"Esa niña va ser entrenada por mi ¡SIN OBJECIONES!" Pensó ella con gran determinación.
-¿eh? Parece que está temblando-Informó Aiz al ver como la bebe comenzaba a moverse de manera desesperada.
El fin.
Bueno amigos, hasta aquí el especial de hoy, espero que sea de su agrado, soy consciente de que dije que sería un One Shot corto pero cuando comencé a escribirlo me fue imposible parar, llegando así a caso 20,000 palabras.
Quiero agradecer de todos corazón a las 300 personas(ahora 322 jajaja) que se tomaron el tiempo de seguirme y leer mis historias, es serio, yo comencé esto como un hobbie pero, el ver que mucha gente me apoyaba me alegraba demasiado.
Es por eso que... ¡GRACIAS POR TODO! ¡ESTE ESPECIAL ES PARA USTEDES!.
Si quieren agradecerle a alguien por mi presencia en Wattpad, agradézcanle a Pepeabra06 ya que, gracias a él, fue que me animé a comenzar mi primera historia hace ya unos meses, el 17 de marzo para ser específicos, al leer sus Fic's obtuve la inspiración para hacer los míos.
Otra persona a la que deseo agradecer es a:
RICARDOBRIVIESCA
jhoancarreonio
Riku_0
Ellos 4 fueron los primeros en apoyarme con sus comentarios en aquel lejano 17 de marzo, fecha en la que subí el primer capítulo del fic de Syr/Freya, mi primer Fic.
Y ya para terminar, espero de todo corazón que me sigan apoyando, yo subiré fics siempre y cuando el tiempo me lo permita y al imaginación me alcance.
Suena a disco rayado pero lo diré de nuevo...
¡MUCHAS GRACIAS POR TODO!.
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