No merecía sentirse así, no cuando había hecho todo lo necesario para que nadie de su familia sufriera su presencia.

"Sólo es una estúpida niña que no sabe lo que quiere".

Las palabras agresivas y llenas de resentimiento guardado por su hermana resonaban en cada pequeño rincón de su subconsciente. Y si que tenía muy claro que no era de su agrado y aún así decidió venir a pasar un fin de semanas con ella intentando de alguna manera vincularse por el bien de su familia.

—¡¡Hae in!!— El grito proveniente a su espalda la hace pararse en seco esperando la llegada de la causante de su desplome.

Resentida por sus palabras hirientes y la risas burlonas de sus amigas decide encararla.

— ¡¿Que!?..— le grita.— ¿¡Que quieres!?¡¿Vienes a seguir tu patético discurso!?.

— Yo..— Amelia al no saber con exactitud que decir o como disculparse ante la atrocidad que había cometido unos minutos atrás decide mantenerse en silencio provocando que aquella ira que llevaba interna su hermana saliera a luz.

— No es justo que seas así conmigo cuando yo no he hecho nada en contra de tí...— suelta molesta.
— No considero maduro de tu parte que intentes hacer amigos echándome mierda.

— No era la manera en la que debía, pero tú no merecías estar aquí conmigo, no eres de nuestra familia.

— ¡¡No!!— se altera ante tal confesión.

— No, no lo eres y debes aceptarlo. Aquí en este club todos saben que eres la hija que mi padre adoptó por lastima.— aquellas palabras provocaban que el oxígeno que había al alrededor de dicha mujer no llegara a sus fosas nasales.

Todo cada vez se volvía sofocante y axficiante. Al parecer nadie la tomaba enserio y simplemente la veían como una niña estúpida.

— Ahora no comprendo porque deseas tener otro bebé sin padre. No te basto con que te dejarán sola a los quince como para tener otro a esta edad y sin nadie que lo..

— ¡¡Basta!!— corta de raíz todo aquello que estaba apunto de escuchar.

Amelia no era buena en las discusiones de eso no había dudas.

— ¿Te duele que te diga la verdad?..— Amelia la reta.—.., no eres mi hermana y jamás lo serás.

— No te preocupes, yo no deseo ser hermana de una niña estúpida como tú.

— Estúpida y todo lo que quieras pero yo no abrí mis piernas a los quince años..— antes de poder continuar Haein estampa su mano en la mejilla de su atacante.

Le dolía que tocará este tema.

— Me has golpeado..— suelto solloza con la mano en la mejilla..—.., lo has hecho simplemente porque estoy siendo sincera.

— ¡¡No!!..— revienta.—..., lo hice para que aprendas a controlar bien tu boca.

Haein sabía que Amelia iba a mencionar a su hijo si seguían en esa discusión por eso simplemente decide alejarse y dejarla ser feliz.

No pretendía seguir en una disputa donde claramente podrían salir de pelea. Además, los golpes no resolverían la situación en la que estaban.

Molesta por lo sucedido decide dirigirse hacia la recepción para cambiar su habitación, no pretendía seguir un minuto más cerca de la causante de su dolor.

— Lo siento..— suelta al llevarse por el medio a una persona. Instantáneamente levanta la mirada conectando con aquellos ojos verdes que había visto unas horas atrás.

— No te preocupes..— le sonríe al percatarce que se trata de ella.

— No sabía que venías a este club..— se atreve a comentar.

— A veces uno necesita un descanso.

— Tienes razón..— Susurra.— .., fue un gusto volverlo a ver, ahora debo seguir mi camino. Espero volverlo a ver pronto.

Se aleja del sujeto para correr nuevamente hacia el loving, no pretendía seguir soportando los comportamientos inapropiados de su hermana.

— Buenas noches señorita.  Deseo por favor ser cambiada al lado este del lugar.

— Buenas tardes, ¿Podría por favor indicarme su nombre?.

— Haein...— susurra. No deseaba que nadie conociera su nombre, necesitaba tenerlo en secreto.

— Lindo nombre..— escucha a su espaldas. Lentamente gira su cabeza intentando descifrar de quién se trata.

— Muchas gracias..— sonríe.

— Lamento decirle que no podemos conseguirle un habitación donde usted desea, todo está ocupado.

Internamente comienza a lamentarse, sabía perfectamente que seguir en aquella habitación junto a su  hermana terminaría en un asesinato.

— ¿Está segura?.

— Sí, de hecho acaban de ocupar la última que había. Estamos en temporada alta, es obvio que todo está repleto, lo lamento mucho.

— No te preocupes. Muchas gracias, que tengas una linda noche.

— Vip 303..— suelta aquel sujeto al ver que ella hace un espacio para que el pueda ser atendido.

No tenía más opción que volver.

Aquella chica entrega las llaves al sujeto para luego mirarla nuevamente. Se sentía mal por no poder ayudar a uno de sus huéspedes.

— ¿Desea algo más?.

— Si, lamento mucho incomodarla pero puede conseguirme un vuelo.

— Si señorita, hacia donde se dirige.

Antes de poder continuar su teléfono comienzo a sonar provocando que dejara a mitad la conversación con la encargada de ayudarla. Se disculpa para luego contestar.

— Hola mamá..— Haein contesta frustrada. —..¿Que sucede?..

— Oh reina, nada. Quería verificar que todo estaba bien.

— Lo está. Y mi bebé como se encuentra.

— Está excelente, no te preocupes. Ahora está con Amanda comiendo en mcdonald's.

— Dile que lo amo.

— Estoy segura que si.

Quería comentarle lo que estaba tratando de hacer, pero se contuvo. No podía dejar el viaje se suponía que era su cumpleaños y debía disfrutarlo al máximo.

— quería pasar para desearte un feliz cumpleaños, se que te lo dije esta mañana.

— Mamá muchas gracias. Te amo.

— Y yo a ti, cuídate y no discutas con Amelia.

— Sé que te ha llamado y te ha dicho que hemos discutido pero no pretendo quedarme donde me humillan. Amelia no hace más que fastidiarme con su voz chillona.

— Lo sé. Por eso he llamado, prométeme que no vas a regresar aún.

— ¡¡Mamá!!.

— Vamos cariño, eres madre desde hace mucho tiempo, es hora de que te diviertas un poco y descanses.

— Lo haré. Pero por ti.

Molesta decide volver al loving.

— Si llegas a conseguir un lugar me avisas.

Camina directamente hacia la habitación a buscar un traje de baño, necesitaba relajar su cuerpo y evidentemente una de las piscinas del lugar o la playa lo iban a ser.

— Señorita..— La chica de hace unos minutos la llama al verla salir. —. Alguien ha decidido dar la mitad de su alojamiento para que estés cómoda.

Sorprendida por lo sucedido se atreve a preguntar quién es.

— El hombre que ha dicho que su nombre es lindo.

— ¿El de los ojos verdes?.

— Sí.

— ¿Podrías decirme cuál es su nombre?.

—Simone Valdetti.