Las calles de Nerima eran tranquilas, Ranko camino hasta su casa luego de su breve visita al doctor Tofu, aunque hubiera preferido volver a casa de los amazonas pero ya les había dado muchas molestias y debía enfrentar las consecuencias de sus actos

-Menos mal aún no ha llegado- respiro aliviada al entra a su casa y ver que Genma no estaba

Se tiro en uno de los sillones de la sala, poniendo sus manos en su rostro y suspirando con frustración

-Todo esto tiene que terminar- dijo con decisión en sus pensamientos pero falta de convencimiento en su voz -A quien engaño... solo terminara si me voy de aquí- sonrió tristemente

No llevaba mucho tiempo en Nerima, en realidad había llegado hace un par de meses, su vida estaba en China pero tenia un compromiso lo cual le obligaba a llegar a Nerima

-Volveré a China, no tengo nada por qué estar aquí- decidido sintiéndose mejor

Pero esa determinación desapareció en un segundo con un fugaz recuerdo, Ryoga, ese encuentro inesperado y gracioso para la pelirroja, inevitablemente sonrió

-Quizá... mi regreso a China pueda esperar un poco- antes de irse debía haber algo importante

El estomago de la chica de ojos azules volvió a gruñir, no había comido nada desde el desayuno, fue hasta la cocina, dispuesta a preparar algo de comer pues nunca había nada listó

Luego de quedar satisfecha y hacer de comer solo para ella se puso a lavar los platos, cuando de pronto sonó el teléfono

-Debe ser el- dijo secándose las manos y corriendo hasta la sala donde estaba el teléfono

-¿Hola?- preguntaron al otro lado de la línea, con algo de desconfianza

-Ryoga, sabía que me llamarías- respondió con alegría de al fin poder hablar con el

-¿Con quién hablo? Yo... encontré este numero en una carta y...- explico, pues esa voz femenina le resultaba conocida

-Soy yo... Ran...Ranko- aseguro la chica luego de dudarlo un poco

-¿Ranko?- cuestionó, no conocía a nadie con ese nombre

-La hermosa pelirroja que viste esta tarde en el restaurante- dijo con notable vanidad, sonriendo y haciendo una mirada seductora aunque no podía verla

-L-La chica del elevador- menciono en casi un susurro -Claro te recuerdo- respondió y pensando un poco decidió preguntar -¿Como pudiste dejar la carta?- pregunto intrigado pues por el sobre de la carta era seguro que la había dejado ella misma

-Bueno... yo...- hizo tiempo para dar su respuesta, escucho un ruido en la puerta

-¡Mas vale que ya hayas llegado!- grito alguien entrando a la casa

-Demonios...- dijo algo bajo pero audible para el pelinegro -Te llamare liego Ryoga- se despidió de pronto sin esperar una respuesta

Había llegado el momento de enfrentar a Genma, seguramente le esperaba un buen regaño por haber salido la noche anterior, pero a estas alturas no tenía derecho de decirle nada

-¡Estuve buscándote todo el día! ¡¿Donde estabas?!- grito furioso llegando hasta donde la pelirroja estaba

-No es asunto ruyo- respondió indiferente, dejando el teléfono

-¡Claro que es asunto mío!- grito de nuevo -Estaba preocupado por ti- la abrazo entre lágrimas que desde lejos se veían falsas

Ranko rodo los ojos, no diría nada hasta que terminara su teatro, debía admitir que era su padre y se había hecho cargo de ella sin ayuda, pero en algunos momento no había hecho un buen trabajo

-No digas tonterías- se soltó de él, con la intención de ir a su habitación

-No son tonterías, yo te amo, eres lo más hermoso que me ha regalado la vida- continuo en su papel de papá amoroso

- ¿A si? - pregunto, enfadándose más con él por sus tontas palabras -Si tanto me amas y soy lo más hermoso de tu vida, no entiendo ¡¿Como demonios pudiste comprometerme?!- estallo furiosa

-Por eso mismo y como buen padre era mi deber asegurar tu fututo- se justifico tratando de mantener la calma

- ¿Mi futuro o el tuyo? - pregunto irónicamente

- ¡Ya basta! No volveremos a hablar de eso, te di otra opción para tu compromiso y tampoco la aceptaste- comenzaba a molestarse

- ¡Estás loco! ¡Picolete ni siquiera era una opción! ¡No te das cuenta de que yo...- iba a seguir alegando pero Genma ya estaba harto de eso

-De acuerdo, el no fue una buena opción- suavizo el tono con el que hablaba -Se que no entiendes porque te comprometí pero yo se que en el futuro te darás cuenta de que elegí a la mejor persona para ti- explico tomándola del hombro

-Solo quiero que arregles tu error, ayer saliste aunque le dijiste que te quedarías en casa y se dio cuenta de ello, discúlpate- le pidió

-Está bien papá...- había sido vencida, no le importaba en absoluto su compromiso pero tampoco podía ser tan cruel al inventar pretextos para evitar que salieron juntos

La pelea había sido menos grave de lo que se imaginó, estaba cansada de todo, así que decidido darse un merecido baño, prendió el calentador de agua y este no funcionaba

-Rayos ¿Por qué no funciona? - insistía, quería bañarse con agua tibia para relajarse

-No hay opción...- suspiro fastidiada y sin más se desvistió

El clima de otoño y principios de invierno hacía necesaria una ducha de agua tibia, pero no tenia ganas de ir a un baño publico o a molestar a los amazonas, además no había problema por una vez que no se bañara con agua tibia, después de todo el agua no estaba helada, era mas bien refrescante

Se puso una cómoda camisa sin magas y un short, fue a su habitación pero antes de dormir se asomo por su ventana, había una luna llena hermosa, que con tan solo verla sentías tranquilidad

-Me alegro mucho verte P-Chan...- sonrió traviesamente y después fue a la cama

Tenia muchas que hacer al día siguiente y debía reponer energías que había perdido, para tener la mente fresca y poder buscar soluciones a algunos problemas que tenia

Hola!!!!!! Lo se un capitulo muy corto pero es que te tenido tarea que hacer, pero prometo que el siguiente será mejor, gracias por leer y me gustaría saber su opinión sobre la historia y también díganme cosas que debo mejorar